Tercero
TaeHyung no había pensado en ello desde que se había levantado. Para nada, él tenía cosas más importantes que hacer como manejar como corresponde el auto de su madre para llevar a su hermana al colegio.
— ¿Por qué tienes cara de perro gruñón? —decía la pequeña TaeEul—. Sé que no te gusta conducir el auto viejo de mamá, pero al menos es un auto.
La niña se creía una listitlla con sus diez años.
—No es eso, cabezona —decía el azabache—. Tengo que salir con unos amigos esta noche y no sé si quiera hacerlo.
La niña lo miraba curiosa—. ¿Jimin oppa irá? Siempre te diviertes con él ¿Por qué ahora tan preocupado?
—Eres una metiche, y no tengo que contarte nada —reprendía.
Lo que le faltaba, hacer terapia con una niña.
—Ah, eres insoportable. No sé cómo tu supuesta novia te tolera y no sé que ve en ti con esa cara de gruñón —setenciaba de brazos cruzados—. Cuando alguien te gusta debería hacerte sentir todo el tiempo feliz y mareado. Tú te sientes irritante, dile que haga un buen trabajo.
TaeHyung abría su boca y la miraba sorprendido—. Ella hace un buen trabajo, estoy feliz, muy feliz. No estoy mareado como tú dices porque eso ya sería sentirme descompuesto.
— ¡No, TaeTae! —decía la niña—. El amor hace que tú corazón se acelere y que tu pulso se vaya por las nubes —decía mirando el techo del auto—. Sientes que flotas y un escalofrío chistoso que comienza aquí —decía tocando la nuca de TaeHyung con sus manos pequeñas y frías—. Se desprenda por tu cuerpo y te sientas chistoso y feliz cuando la otra persona solo te está mirando.
TaeHyung detenía el auto en la entrada de la escuela, se quedaba viendo a la niña sorprendido y esta lo miraba sonriente.
— ¿Alguien te ha hecho sentir así? —preguntaba a su hermanita.
La niña sonreia—. Quizás. Adiós, perro gruñón —soltaba abriendo la puerta del auto y entrando con el resto de los niños.
TaeHyung la miraba desde adentro y sonreía sacudiendo su cabeza. Era un personaje peculiar y siempre muy charlatana, igual a su madre. TaeHyung tenía un poco de ambos progenitores, a veces era callado como solía serlo su padre y a veces hablaba hasta por los codos como su madre. Le gustaba.
Pero volviendo nuevamente, en el camino no podía dejar de pensar en lo que la cabezona le había dicho.
Sentirse chistoso cuando alguien te gusta mucho. TaeHyung no podía recordar haberse sentido "chistoso" cuando conoció a Jennie. Si le parecía hermosa de pies a cabeza, por dónde fuera que la viera, la chica era preciosa y cuando comenzaron los coqueteos, lograba poner su polla dura.
¿Eso era la magia cuando eras adulto, no?
TaeHyung suspiraba, si tenía que hacer memoria sobre algunas de sus parejas poniendo su corazón acelerado y un escalofrío en su nuca con su pulso por el cielo y sus pies flotando, se remontaba a su primer amor a sus quince años. Luego nunca jamás volvió a sentirse igual, pero eso se debía a la inocencia de la edad, ahora todo se basaba en buenos besos de lengua, coqueteos con manoseos y su polla goteando.
—Ay, dios ¿Cuando me volví tan espeluznante? —decía para si mismo.
Minutos más tarde recogía el desayuno de Jennie y el suyo en la cafetería favorita de la chica para desayunar con ella antes de que esta comenzará su jornada laboral. Las palabras de una niña de diez años aún lo tenían pensando y pensando. Un escalofrío en su nuca, TaeHyung se tocaba allí, mientras salía del auto con sumo cuidado, llevando todo con una mano y recordaba quien lo había hecho sentirse así.
—No, no, no —decía poniendo la clave en la puerta, 4512—. Él me dió esa impresión —decía entrando, luego giraba en dirección al ascensor y veía el apartamento del supuesto encargado.
TaeHyung pensaba que podía golpear y preguntar si había arreglado el problema del apartamento octavo B, pero eso sería muy metiche. Él no quería ser un posesivo, no se trataba de eso. Quería ver qué tan grandote estaba el rubio y que tan atractivo era porque... Porque, bueno, el culo sucio de Jimin se había metido con su cabeza.
"Es una zorra, marca mis palabras. No quiere una relación contigo porque le gustan todos y está perfecto, pero ella pretende divertirse y luego quiere que tú te mantengas exclusivo ¿Sin siquiera confirmarte una relación? Z.O.R.R.A, zorra y tú serás un maldito venado".
Su mano quedaba en alto frente a la puerta, pero no golpeaba. Negaba con su cabeza y tomaba el elevador. Jennie era su novia y él debía de confiar. Así que iba con su chica e intentaría despejar su mente para evitar pensar en la salida de esa noche.
TaeHyung la observaba y la observaba, la había movido unas cinco veces y la chica seguía roncando. Como si hubiese trabajado dieciséis horas sin descanso cuando en realidad no había hecho nada porque ayer había sido su día libre.
—No puedes ser tan haragana... ¡Despierta! —decía entre dientes zamarreando a Jennie una vez más.
— ¡¿Qué, qué?! —decia desorientada.
TaeHyung fruncía su ceño. Se veía hinchada y sus ojos más pequeños, su cabello lacio era un desastre y cuando le sonreía TaeHyung no quería saber a qué olía su boca.
—Tae... Lo siento, me quedé viendo un serie y me dormí tarde —decía bostezando y sentándose en la cama.
— ¿A qué hora te dormiste? —preguntaba con ceño fruncido.
—Como a las cuatro —decía rascando su cabeza, estaba algo encorvada sobre la cama. No había nada de sensual en eso, se sentia un cretino porque se suponía que tenía que verla atractiva en todo momento ¿No?
—Ya, ve a lavarte o se enfriará el café y se te va a hacer tarde. Vamos —decía extendiendo su mano, Jennie la tomaba y le sonreía cuando ya estaba parada, ella iba a darle un beso, pero TaeHyung la tomaba de la cabeza y le daba un abrazo.
La chica sonreía dormida y TaeHyung seguía con esa mueca en su rostro mientras palmeaba la cabeza de la chica y la llevaba al baño, abría la puerta y la metía.
—Ya, te espero para desayunar.
Cuando cerraba la puerta suspiraba. Llegando a la mesa para prepararla, se ponía a pensar en lo mucho que se detestaba a sí mismo cuando enumeraba las cosas que no soportaba de Jennie. O sea, era algo normal, siempre habian cosas que detestaba en sus antiguas parejas. Jennie no era la primera que lo sacaba de quicio, pero era de las pocas que podían ponerlo duro con rapidez y fuera de sus dientes en las mamadas algo mediocres, era buena follando. O dejándose follar, no es que tuviera que hacer mucho, TaeHyung se consideraba del tipo que te daba vuelta en la cama y podías quedarte tiesa que él se encargaría.
O sea, a él le gustaba Jennie, mucho. Pero nunca lo había hecho sentir que flotaba. O el escalofríos en su nuca, o su corazón acelerado y su pulso por el cielo. Chasqueando su lengua, sacudía su cabeza y suspiraba. Tenia que dejar de pensar en las palabras de una niña de diez años y lo hacía cuando los brazos de su novia lo rodeaban.
— ¿Puedo tener mi beso ahora? Ya me lave la boca —soltaba con sarcasmo y verdad.
TaeHyung sonreía y giraba para besarla. Él cerraba sus ojos, él era dulce y dedicado. Jennie era receptiva como siempre y nuevamente flashes del beso de SeokJin a Jimin y del hecho de que probablemente lo vería de nuevo esa noche lo desconcentraban y carajo mierda.
—Lo siento, se enfría. Vamos a desayunar que no te queda mucho tiempo.
Jennie asentía sin queja alguna y comenzaba a devorar lo que TaeHyung había traído para ella. Era adorable verla comer y parlotear sobre algunos chismes laborales que a TaeHyung no podrían importarle menos así que él preguntaba lo que le interesaba.
— ¿Tu encargado arregló el triturador?
Jennie negaba—. No, tiene que cambiar unas cosas. Así que mañana volverá porque dónde siempre compra las suplementos con descuentas, traerán el repuesto mañana. Así que eso será más barato para mí —mencionaba sonriente.
TaeHyung asentía y bueno, eso había sido simple.
— ¿Dormirás aquí hoy? Antes de las nueve ya estaré en casa ¿Te espero? —preguntaba Jennie.
TaeHyung aspiraba con fuerza—. Eh, tengo una salida con Jimin y su cita y un amigo
— ¿Saldrás en una especie de cita gay con Jimin? —decía en una mueca.
El desagrado era mutuo. TaeHyung lo sabía, no lo entendía, pero lo sabía.
—No es una cita gay —suspiraba con calma—. Jimin conoció a un tipo en la marcha, saldrán, pero no lo harán solos, el tipo llevará a un amigo y yo iré a acompañar a Jimin. Sabes que no me gusta que ande solo, este mundo es peligroso tanto para hombres como mujeres.
—Esa gata tiene garras, seguro y no te necesita para defenderse —soltaba la chica—. Aparte si sale con un tipo que tiene pinta de asesino en serie, no debería ser tu problema.
TaeHyung apretaba sus dientes—. Oye, es mi amigo. No hables así de él y no lo dejaré salir solo. Vendré luego si no te molesta —añadía, Jennie rodaba los ojos y asentía—. Y el tipo no tiene pinta de asesino en serie —añadía al final.
Jennie hacía una mueca—. Esa gata tiene buen gusto, no sé cómo hace para levantarse hombres tan atractivos ¿El tipo está bueno?
TaeHyung relamía sus labios y se sentía extraño, no era la primera vez que tenían una charla así con Jennie, ellos conversaban mucho sobre la apariencia ajena por eso Jennie sabía que tipo de mujeres le gustaban a TaeHyung y este sabía que tipo de hombres le gustaban a ella.
Pero, él no quería hablar de SeokJin con Jennie.
—Él está bien, no lo sé. No lo recuerdo mucho —decía suspirando y mirando su comida.
—Mmm, tú y tu pésima memoria, no soporto mucho a Jimin, pero seguro y el tipo está buenísimo. No sé cómo hace para levantarse tales papuchos —añadía—. He visto sus anteriores conquistas. Debe tener un cuerpazo de infarto —comenzaba, haciendo que TaeHyung recordara la anatomía de SeokJin.
Hombros y caderas anchas con cintura angosta y piernas largas. Sus brazos tonificados y recordaba la contextura musculosa de su pecho cuando lo había empujado en la marcha.
—La cara deber de ser preciosa, si no es carilindo y masculino, no le llaman. Él es un estereotipado, pero le gustan muy masculinos ¿No?
TaeHyung apretaba sus dientes y recordaba lo bien que el tipo se veía en la marcha con esa gorrra y luego en su restaurante con el jersey y la capucha negra. Exudaba una masculinidad que TaeHyung sentía que le faltaba. Le ponía los pelos de punta la presencia el tipo.
—Debe tener labios carnosos, él tiene una debilidad por tipos que le hagan competencia a los suyos... Aish, ¿Ya dije que envidio los labios de esa gata?
TaeHyung recordaba los labios de SeokJin, carnosos y rojos. Brillaban con malicia y el diablo seducía con tal naturalidad con ellos.
—Y tiene que ser bueno besando, a Jimin le gusta que le chupen la cara cuando lo besan, es hasta un poco desagradable —continuaba Jennie.
TaeHyung apretaba sus dientes, largaba el aire por su nariz cuando las imágenes volvían. SeokJin besando a Jimin de forma salvaje y con ganas, pero justo y necesario. Recordaba como su dedo había sido envuelto por esos labios y como esa lengua había hecho algo raro en la punta. TaeHyung apretaba los ojos cuando recordaba la mirada oscura del díablo sobre su labios. Deseándolo.
"Ahora sí estoy imaginando tu lengua en mi boca"
La electricidad que golpeaba a TaeHyung lo hacía ponerse de pie repentinamente. Jennie lo miraba confundida y notaba las pupilas dilatadas en los ojos del azabache.
— ¿Pasó algo? —preguntaba confundida.
TaeHyung sentía su corazón acelerado, su pulso por el cielo y su boca seca.
—Abrete de piernas —susurraba ronco.
Jennie llevaba un camisón de seda tipo vestido. Muy corto que lucía sus piernas largas y blancas.
— ¿Ahora? ¿Así como si nada? —decía divertida.
TaeHyung no se sentía divertido en absoluto, así que corría la silla lejos de la mesa, con Jennie aún sentada encima y la ponía mirando en su dirección mientras caía de rodillas.
—Abre las piernas para mí —susurraba.
La chica relamía sus labios y le daba el gusto. Cuando la veía abrirse para él, por supuesto que notaba lo sensual que Jennie era, pero su polla ya estaba atormentada por culpa de otras imágenes que necesitaba lavar de su corteza cerebral. Así que hundía su cabeza y se metía entre las piernas de Jennie para sentirse sólo un poco "normal" y menos descolocado.
SeokJin no había ido esa tarde por su sopa de algas. TaeHyung no le había preguntando a Mingyu absolutamente nada sobre si lo había visto más temprano, quizás antes de que TaeHyung llegará al cambio de turno, pero ¿Que carajos le importaba a él, no?
Mierda, se encontraba ya vistiendose para luego esperar a que Jimin viniera por él. No sabía que ponerse, él amaba la moda y quería lucirse porque así era, pero no quería que el diablo pensará que se había vestido para él.
Bueno, no tendría por qué pensar que se había preparado para él, obviamente no lo haría. Jimin podía lucirse a su manera y él se vería bien, podría pasarla bien aunque no tolerará al diablo. Obviamente no podría conectarse con nadie porque era hombre de una sola mujer, pero tenía que entrenerse en el proceso. A Jennie no le molestaba si él bailaba con alguien, mientras solo fuera bailar ¿Aparte que podría hacer mientras Jimin y el diablo conectaban? ¿Hablar de fútbol con el amigo de SeokJin?
—Ay, voy a beber como un demente o no podré soportarlo
— ¿A quien? —la voz de su hermanita lo hacía saltar.
— ¡TaeEul! Carajo, niña. Te dije que no te metieras a mi casa de contrabando —reprendía.
La niña reía, tenía la misma sonrisa que él, rectangular y preciosa. La gente siempre caía con ambos por esa sonrisa heredada de su padre.
—Mamá me dijo que te pregunté si vienes para aquí luego de tu salida o te vas con Yannie.
TaeHyung rodaba los ojos—. Es Jennie, y lo sabes —la niña hacía su misma mueca.
—Como sea ¿Vienes aquí luego o qué? Sabes que mamá limpia tu casa en las mañana, los fines de semana.
TaeHyung suspiraba—. Iré con Jennie, pero dile que dije yo que deje de limpiar mi casa o me mudaré hasta de su patio —exclamaba.
La verdad era que no quería mudarse lejos, su madre y hermana estaban solas y él era quien cuidaba de ellas, pero tanto él como su madre coincidían en que TaeHyung necesitaba privacidad, por lo que se había edificado en el patio de adelante, ya que era inmenso. Una pequeña y bonita casa con lo justo y necesario. Así tendría su privacidad y estaría cerca de sus mujeres.
—Sabes que vendrá igual a limpiarte... ¿Y a quien no vas a soportar esta noche? —volvía a preguntar mientras se aproximaba al refrigerador de TaeHyung y comía de sus frutillas frescas.
— Oye, metiche. No hagas eso, mamá también tiene fresas frescas, sal de aquí, cabezona —ordenaba abriendo la puerta y sacando a la niña fuera entre quejas y risas.
Cuando de repente, sabía que debía de ponerse para comenzar a alistarse y hacer que esta noche pasara de una jodida vez.
Jimin se le quedaba viendo desde el asiento del conductor.
— ¿Qué carajos te pusiste? —soltaba.
TaeHyung suspiraba—. Ropa, carajo. ¿Qué tiene?
— Que vamos a un maldito bar después de las diez y llevas un pantalón claro con una camisa de seda celeste y una chaqueta blanca ¿Qué carajos?
TaeHyung rodaba los ojos—. Sólo soy el maldito acompañante aquí.
—Pareces la virgen nerd amiga de la puta —decïa señalándose.
—No soy yo quien pretende levantarse a ese diablo vestido con pantalones negros ajustados una remera Gucci y tu chaqueta de cuero ¡Más jodidamente dramática! —le soltaba TaeHyung.
Jimin resoplaba y encendía el auto—. Perdiste la chance de levantar algo esta noche por imbécil.
—Te recuerdo que tengo novia
—Ay, como si lo valiera
—No voy a discutir contigo —setenciaba.
Jimin resplaba y acomodaba su cabello rubio—. Ya, pero ¿Si me veo follable, no?
TaeHyung rodaba los ojos y apretaba sus dientes.
—Seguro, no lo sé. Te veo y yo no quiero follarte, pero te ves bien. Si de algo sirve.
Jimin se reía y negaba con su cabeza para poner música y continuar el camino al bar.
Minutos más tardes, estacionaban y TaeHyung sentía su presión elevarse. Jimin se veía bastante relajado. A decir verdad, si parecía un nerd virgen. Esta no era su cita y solo le quedaba la esperanza de que el otro tipo sea un sujeto agradable con buenos chistes y anécdotas.
Jimin repasaba sus labios con bálsamo brilloso y se miraba una última vez en el espejo retrovisor.
— ¿Para que usas bálsamo? Te va a violar la boca y te lo quitará —decía cruzado de brazos evitando recordar cómo se veía eso—. Asqueroso.
—Mas asqueroso chupar coño. Heterosexual —le decía Jimin con falsa mirada de desprecio y bajaban del auto.
El lugar era genial, tenías que definitivamente reservar si querías tener una mesa luego cuando la cosa se volviera más un club que un simple bar de alta gama.
— Sígueme, Jin ya está adentro —decía Jimin.
TaeHyung relamía sus labios y miraba a su alrededor. Él quería que sus ojos cayeran en alguna bonita mujer, porque estar de novio no le prihibia ver el menú, aunque no era de esa clase de hombre. Pero necesitaba sentirse... Normal.
Tocaba su pelo más que de costumbre mientas relamia y relamía sus labios, siguiendo a Jimin y mirando alrededor.
— ¡Allí! —señalaba el rubio tirando de él.
Cuando estaban a unos pasos, dejaban pasar a un grupo de mujeres bonitas y TaeHyung lo veía. SeokJin llevaba un pantalón negro, remera blanca y chaqueta de cuero con piedras delicadas. Se veía jodidamente bien, las mujeres que pasaban por ahí, se le quedaban viendo y sonreían, a él y a... Oh, un tipo poco más alto, bien contruido de cabello negro, chaqueta de jean y pantalones negros sueltos estaba parado al lado, sonriendo a las mujeres que pasaban por allí también.
—Ay, carajo —decía Jimin a su lado.
TaeHyung lo miraba—. ¿Qué te pasa?
—Su amigo está que arde —susurraba.
TaeHyung fruncía el ceño y miraba al par, finalmente avanzando hacia ellos. El tipo que era, al parecer, amigo de SeokJin, tenía una piel trigueña como la suya, ojos de dragón y sonrisa con hoyuelos. Sí, era el tipo de Jimin también, con labios carnosos y voz grave. Eso lo notaba cuando el tipo lo saludaba.
—Kim Namjoon —decía amablemente—. Tú debes ser TaeHyung ¿Cierto?
Este parpadeaba, ¿Por qué el amigo de Jin sabía de él? —, Sí, soy TaeHyung. Un gusto —estrechaba su mano y lo veía de arriba abajo y nop... TaeHyung no sentía que fuera más atractivo que SeokJin.
El castaño era algo precioso de piel perlada y ojos negros brillantes con labios rojos y cabello negro. El porte que tenía era tranquilo y a la vez arrasaba y él olía muy bien.
—Fresita —decía sonriendo.
TaeHyung sentía esos escalofríos recorrerlo y cuando caía en que se le quedaba viendo como imbécil, notaba que su corazón latía con mucha velocidad. Dios, iba a darle un paro ¿Qué carajo con él?
—Diablo —se recomponía saludando.
Ellos no estrechaban sus manos, no se daban un beso. SeokJin mantenía su distancia y TaeHyung la suya, recibiendo una sonrisa candente que debería irritarlo y en parte lo hacía, pero por otro lado, los ojos del diablo lo recorrían completo y él-...
— ¡SeokJin! —Jimin aparecía frente a ellos dos y abrazaba a SeokJin con suma confianza.
Este se sorprendía, claro indicio de que estaba demasiado concentrado en TaeHyung, pero ahora sólo se concetraba en responder el abrazo a un Jimin que estaba jugando sucio como de costumbre. Su cuerpo pegado al castaño, sus brazos alrededor de su cuello y al levantar estos y ser SeokJin más alto, obviamente sus prendas se levantan y lo que SeokJin sentía al abrazarlo era la suave y pálida piel de su mejor amigo.
TaeHyung sabía cómo jugaba Jimin, pese a haberle visto poco en acción. En ese momento era en el que los tipos siempre apretaban un poco de más su agarre. TaeHyung no podía evitar ver eso... Pero no encontraba a SeokJin apretandolo de más, él era bastante caballero, considerando que su lengua ya había perforado la boca de Jimin.
—Jimin, mi amigo Namjoon. Namjoon él es Jimin —decía presentandolos.
Y TaeHyung lo veía, en ese exacto momento. Él había visto como los hombres deseaban a Jimin y el amigo de SeokJin lo estaba viendo así. TaeHyung se sintió extraño, le pareció sólo un poco fuera de lugar y por supuesto Jimin tenía que besar la mejilla del amigo.
Carajo.
TaeHyung se aproximaba a SeokJin y señalaba con su cabeza al amigo y murmuraba en la oreja ajena:
—Dijiste que tu amigo no era gay.
SeokJin lo miraba de reojo y sonreía, TaeHyung notaba que estaba demasiado cerca, pero no podía moverse, así que reaccionaba sólo después de que SeokJin dijera:
—No lo es, cariño —y depositaba un suave beso en la mejilla de TaeHyung que le quemaba como carbón y se alejaba con el rostro colorado, su pecho martilleaba y su pulso por el cielo.
— ¿Pedimos? —decía el tal Namjoon antes de que TaeHyung pudiera decir algo.
—Pago la primera ronda, pidan lo que quiera —decía SeokJin tomando asiento.
La mesa pequeña frente a ellos tenía un menú de bebidas y algo para comer de acompañamiento. El asiento era un sofá en forma de C, por lo que terminaban con TaeHyung y Namjoon en cada punta y Jimin y SeokJin en el medio.
TaeHyung tocaba disimuladamente su mejilla porque esta todavía estaba picando allí, dónde esos labios se habían apoyado. Suaves y pomposos. ¿Por que los labios de otro hombre tenían que sentirse tan suaves? ¿Por qué sus labios? ¿Por qué?
TaeHyung se había estado preguntando eso por media hora, intentado esquivar la mirada de SeokJin a un lado de él, le era fácil tener a Jimin en el medio, pero se sentía sólo un poco desplazado, lo extraño era que Namjoon, el amigo de SeokJin en la otra punta no parecía desplazado en absoluto.
De hecho él estaba conversando fervientemente con un Jimin que estaba apoyado en la pierna de un SeokJin que reía cerrando sus ojos y parecía sólo un poco aburrido y de hecho algo así como dejado de lado.
—Oye, "One Piece" es de los mejores mangas actualmente, que ustedes no lean no significa que sean malos —exclamaba.
—Nunca entenderé a esa gente que leé mangas o como se diga —soltaba Jimin.
—No tengo nada en contra de ellos, pero prefiero un buen libro
— También leo, sabelotodo —soltaba SeokJin.
—One Piece es genial —decía TaeHyung entre la música.
Jimin lo miraba con sus cejas en alto, claro. «Perra insensible, sigo aqui» pensaba TaeHyung.
—Había olvidado que TaeHyung también leé mangas como tú, SeokJin. No los entiendo
— ¿Cuál es tu personaje favorito? —decía el castaño.
Y TaeHyung se sentía finalmente parte, sin mencionar que sentía un alivio asqueroso regocijarse dentro de él cuando SeokJin lo miraba por encima de Jimin.
—Roronoa Zoro —decía TaeHyung.
—Interesante... —soltaba SeokJin asintiendo, luego Jimin volvía a su conversación con Namjoon, pero SeokJin le preguntaba a él—. ¿Quieres salir a fumar?
TaeHyung abría sus ojos y la verdad era que necesitaba un maldito cigarrillo pronto, así que asentía y lo seguía. Mirando hacia atrás notaba que Namjoon y Jimin seguían en su mundo.
Afuera del club, SeokJin encendía su cigarro y TaeHyung sacaba uno de su cajetilla y antes de buscar su propio encendedor, SeokJin estaba listo para encender el suyo y... Bueno, lo dejaba. SeokJin cubría la llama con una mano y TaeHyung aspiraba. Estaban cerca, sentía aún el perfume suave de SeokJin y cuando alzaba la mirada, por supuesto que el diablo tenía que tener una mirada oscura y penetrante sólo para él.
Su piel cosquilleaba debajo de su camisa de seda azul cielo.
— ¿Por qué salimos si adentro también están fumando? —cuestionaba luego de las primeras pitadas.
SeokJin sonreía—. Namjoon es amable y tolerante, pero no soporta que fume a su lado, una cosa es aguantar al resto lejos de él. Otra muy diferente tener a tu mejor amigo echando humo en tu cara.
SeokJin caminaba unos pocos metros hacia un auto y se poyaba en este. TaeHyung lo seguía a paso lento y miraba el auto.
— ¿Es tuyo? —SeokJin, asentía. TaeHyung daba unas caladas mientras miraba el perfil del tipo, se veía tranquilo y no estaba diciendo nada para molestarlo. Pensativo y callado se veía mil veces mejor—. ¿Qué? —susurraba luego de sus pensamientos.
— ¿Qué de qué? —decía SeokJin con sus ojos sobre él.
— ¿Mmm? No, nada. Sólo me preguntaba por qué dejaste a tu amigo con tu cita —exclamaba—. Me dijiste que él no era gay, pero sé cuándo un hombre tiene pensamientos sucios con mi mejor amigo. Y él lo miró como si fuera una coca en el desierto. No me digas que no lo notaste, no pareces estúpido —mencionaba.
SeokJin reía a carcajadas mientras seguía fumando—. Es el mejor halago que me has dado, fresita.
—Es el único halago que te he dado, diablo —soltaba mirándolo de reojo.
SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Diablo por qué?
—No importa. ¿Por qué dejaste a Jimin con tu amigo?
SeokJin se encogia de hombros—. Conectaron —decía como si nada.
— ¿Delante tuyo? —se sorprendía.
—Sí —reía divertido ante la expresión de TaeHyung—. No es nada nuevo, no es la primera vez que me pasa tampoco.
Luego volvía a fumar como si nada, riendo divertido. TaeHyung negaba con su cabeza.
—Hablaré con Jimin, eso fue jodidamente desubicado —hacía una mueca.
«Oh, te encanta, maldito pervertido»
—No pasa nada. De todas formas no estoy pasando un mal momento —decía sonriente.
TaeHyung fruncía su ceño mientras SeokJin lo miraba y alzaba sus cejas. Él iba a ofenderse por notar que nuevamente estaba tirando sus dardos diabólicos, pero a cambio sonreía ante la desfachatez del tipo.
—Eres un idiota
—Oh, eres el tipo más bonito que he visto. Puede que no quieras nada conmigo, pero no me impide que pueda disfrutar la vista. Por cierto, te ves hermoso —soltaba sonriente.
Ahí estaba, la electricidad hija de perra que no le pedía permiso y se repetía la perorata de su hermanita en su cabeza sobre cuando alguien te gustaba realmente te sentías flotar. Con escalofríos deliciosos y tu corazón y pulso acelerados como dementes.
Chasqueando su lengua se acercaba y daba una calada—. ¿Lo planeaste?
SeokJin alazaba sus cejas fingiendo inocencia—. Quizás. Namjoon no está pasando un buen momento y supuse que Jimin sería interesante para él
—Tú me dijiste que él no era gay —soltaba en puchero, confundido y conflictuado, más cerca de un SeokJin que estaba sentado en el capó de su auto.
Casi entre sus piernas, pero eso ya sería demasiado. SeokJin sonreía mientras fumaba.
—Mira, cariño... Hay personas que aman las etiquetas y otras que no. Namjoon es de esos... Imaginalo como un alien que viene de un planeta en el que no hay diferencia de sexos —exclamaba relajado—. Por lo que serían personas, simples personas que se atraen entre sí. Namjoon ha sido así desde casi siempre, le gustan las personas y punto. No tienes que ponerle una etiqueta, al menos no a él. No es tan complicado, fresita —decía extendiendo su mano y apretando la mejilla de TaeHyung, sutilmente.
TaeHyung no se inmutaba ante el toque, es decir, le quedaba la mejilla picando por los dedos fríos, pero había sido un gesto dulce y él seguía con su rostro en forma de mueca confundida y puchero visible.
—A veces es simple, pero lo hago parecer complejo —decía suspirando y rodando los ojos.
SeokJin sonreía y palmeaba amigablemente su brazo, pero cuando bajaba su mano por toda la longitud, su mirada se volvía más oscura. TaeHyung sentía la corriente salir de esa mano y traspasar su chaqueta y su camisa y luego, esa misma mano se detenía sobre la suya.
Su respiración se engachaba, SeokJin solo lo miraba fijamente mientras sus dedos tomaban los suyos y TaeHyung aspiraba por aire. No sabía porque no se movía y rechazaba el tacto, parecía bajo el embrujo del diablo mientras sus dedos se aferraban a los ajenos.
Un simple toque que parecía encenderlo de adentro hacia afuera.
—No hay que ser tan complicado, cariño —susurraba SeokJin —. A veces sólo te gusta lo que te gusta y ya. No es asunto de nadie —decía con voz baja y grave mientras enganchaba sus dedos a los de un TaeHyung que lo miraba sintiéndose demasiado cálido y hechizado.
— Lo siento ¿Tienes fuego? —decía una voz masculina, TaeHyung saltaba lejos de SeokJin y miraba al tipo detrás de él—. ¿Interrumpo?
—Para nada —respondía este sin verlo.
SeokJin suspiraba y sacaba su encendedor, el tipo frente a él sonreía coqueto y aspiraba. Cuando largaba el humo de forma "seductora" se suponía, a TaeHyung le parecía irritante que no se fuera.
— ¿Puedo pedirte un favor más? —decía el tipejo.
Era ese típico twink, pero no tan joven. TaeHyung daba caladas intensas al cigarro.
—Seguro —decía SeokJin con amabilidad.
—Perdí mi lente de contacto y tiré mi teléfono a la salida del lado del bar, aquí a la vuelta —señalaba—. Podrías alumbrarme para encontrarlo. No veo nada —decía con una sonrisita tan estúpida.
Dios, TaeHyung se sentía violento y desconfiando un poco miraba a SeokJin.
—Claro, te ayudo. Ya vuelvo, Tae —exclamaba.
TaeHyung abría sus ojos y articulaba un "¿En serio, hombre?" SeokJin ondeaba su mano restándole importancia, TaeHyung podría detestarlo, pero no quería que lo apuñalaran en un callejón oscuro, así que iba tras ellos a paso lento y cuando veía a SeokJin prender la linterna de su móvil, el twink comenzaba a buscar su supuesto teléfono. El chico se mareaba un poco y es que el olor a alcohol parecía su perfume. Cuando el tipo se levantaba con el móvil en su mano—TaeHyung suspiraba—, al parecer era cierto, pero claro que el chico medio alcoholizado se mareaba y veía a SeokJin sostenerlo por un brazo, sin más intenciones que intentar de que no cayera, pero el chico tomaba su chance y caía en el pecho de SeokJin y lo acorralaba a la pared.
TaeHyung sentía una punzada de preocupación y estaba tirando el cigarro para ir en ayuda, pero el chico solo se tiraba sobre SeokJin para buscar su boca.
— Déjame agradecerte, bello —susurraba buscando la boca de SeokJin, el puño de TaeHyung se apretaba.
—Eh, nop. Lo siento. No es necesario —decía SeokJin, empujándolo sin ser realmente rudo, así que el tipo insistía.
—Eres tan caliente. El más caliente de todo el club, vamos... Si no te gustan los besos en la boca, puedo chupar tu polla —decía a punto de caer sobre sus rodillas.
TaeHyung se quedaba en shock, pero claro que SeokJin no se lo permitía.
—Chico, estás increíblemente ebrio y yo no vine por nada de eso, así que ve a casa o vuelve adentro —decía alejándose.
TaeHyung suspiraba cuando SeokJin volvía y sus miradas se cruzaban, el chico tras él resoplaba.
— ¿Acaso él es tu novio? —soltaba el twink.
TaeHyung se ponía colorado y SeokJin negaba con su cabeza—. Es un amigo, vete a casa chico —soltaba mirando en dirección al twink.
En ese instante, TaeHyung volvía adentro, se sentía extraño y estaba actuando raro alrededor de SeokJin, necesitaba salir de ahí, pero cuando entraba y encontraba a Jimin encima de Namjoon a los besos y manoseos, parte de él agradecía que a SeokJin esto no le hiriera el ego. Jimin era una zorra. Él no desperdiciaba tiempo ni compañía.
Negando con su cabeza se acercaba a la pareja—. ¡Me voy! —gritaba.
Jimin reaccionaba, mirando hacia atrás y a Namjoon no podria importarle menos porque seguía besando la mejilla y la mandíbula de Jimin.
— ¿Por qué? —decía con párpados pesados.
A la distancia veía a SeokJin llegar a ellos.
—Estoy aburrido y estoy sobrando
— ¡No seas estúpido! —Jimin se levantaba del regazo de Namjoon y tomaba al grandote y a TaeHyung de las manos—. ¡Vamos a bailar! ¡La noche está en pañales!
—No, Jim-... ¡Jimin, no quiero bailar! Carajo... —TaeHyung era arrojado a la pista donde era recibido por otro grupo e inmediatamente se ponían a bailar a su alrededor.
Jimin y Namjoon lo alcanzaban y luego sus ojos buscaban por SeokJin, pero no lo encontraban, hasta que minutos más tarde una cerveza aparecía frente a él. TaeHyung la tomaba y giraba, por supuesto era él.
— ¡Sólo diviértete, cariño! —gritaba, chocando su cerveza a la suya—. ¡Es solo una salida más, déjate llevar y preocúpate menos por el que dirán!
El castaño sonreía y unas chicas comenzaban a bailarle, por supuesto SeokJin comenzaba a bailar con ellas sin importar qué no fueran su tipo, TaeHyung lo miraba saltar y reír y se contagiaba, no sabía por qué, eso había sido una luz verde. Hora y media más tarde, TaeHyung estaba realmente ebrio, había gente a su alrededor. Había tenido que rechazar algunas mujeres que querian más que un simple baile y había sido rescatado por SeokJin cada vez, oyendole gritar "Él tiene novia" y TaeHyung sonreía y asentía, se colgaba del castaño y volvían a empezar.
Ellos no habían tenido ningún acercamiento extraño, nada que pueda contarse como un coqueteo excepto simple diversión y de TaeHyung riendo porque SeokJin tenía que alejar su rostro de algunas mujeres que querian besarlo. Hasta que en su borrachera TaeHyung veía al twink que había pedido a SeokJin encender su cigarro y ayudarle a buscar su teléfono. El tipo se estaba acercando y TaeHyung se sentía extraño.
SeokJin no lo podía ver porque estaba de espalda al tipo bailando una canción del cuarteto KARD y se veía jodidamente de ensueño. Un poco sudado, sonriente y atractivo. TaeHyung tomaba su chaqueta y lo acercaba a él. SeokJin se sorprendía, pero no se esperanzaba, ellos se habían jalado constantemente para evitar los momentos incómodos. TaeHyung quería creer que estaban siendo compañeros uno con el otro.
SeokJin sonreía, bailaba, iba y venía, pero no atosigaba a TaeHyung parándose demasiado en su espacio personal. Él aparecía en los momentos claves de la canción. "Yo te quiero así" y bailaba un poco para TaeHyung quien sonreía. Él había reprobado la materia, pero conocía la letra y SeokJin bailaba muy divertido, hasta que el twink estaba a solo unos metros y TaeHyung se transformaba.
— "Dame un beso mi amor" —soltaba al ritmo de la canción.
SeokJin sonreía, tan atractivo y repetía: "Dámelo, dámelo, dámelo" apenas acercándose a un TaeHyung que se perdía en esos ojos negros. Parte de él quería acercarse más, la otra se horrorizada y daba un paso hacia atrás. SeokJin sonreía y se alejaba, lo dejaba descolocado y volvía con un grupo de amigos que había hecho en el momento. El twink se había ido por dónde había llegado, una hora y media más tarde, TaeHyung ya no podía sentir sus pies.
Cada vez que SeokJin lo impulsaba a bailar él lloriqueaba y se negaba.
— Hay que irnos, ya está llorando —decía Jimin.
Entre él y SeokJin sacaban a TaeHyung sosteniendolo de un brazo cada uno mientras el azabache cantaba "Yo te quiero así. Dímelo, dímelo, dimeloooo" bastante desafinado.
— ¡Quiero dormir, ya! —exclamaba soltandose de SeokJin y mirándolo de arriba abajo—. Estás empezando a caerme bien. Vámonos antes de que si me caiga bien —le susurraba a Jimin.
El rubio reía—. Lo siento, SeokJin va a llevarte.
TaeHyung abría sus ojos, su enrulado cabello estaba sudado y despeinado. Se veía como un sueño, pensaba SeokJin divertido.
— ¿Por qué? —decía en puchero.
—Me iré con Namjoon —decía soltandolo—. Bueno, Namjoon vendrá conmigo. El grandote no maneja, vino con SeokJin se va conmigo y tú serás aventado por SeokJin. Dile a dónde, te lo encargo y gracias por todo —decía el rubio abrazando a SeokJin—. Lamento haberme fijado en tu amigo.
SeokJin chasqueaba su lengua—. Sólo manténlo feliz y estamos a mano —decía despeinando a Jimin y besando su mejilla.
TaeHyung hacía una mueca—. No quiero ver qué te beses con SeokJin otra vez, es asqueroso.
—Eso no va a pasar, Tae... Ya ve con Jin. Te llevará a casa
—Iré a lo de Jennie, quiero follar.
Jimin rodaba sus ojos—. ¿No que querías dormir? Aish. Bien, llévalo a la casa de la primera zorra.
— Cállate —le decía TaeHyung, empujandolo sin fuerzas.
SeokJin aspiraba por aire y sonreía sin gracia—. Te llevaré a dónde tú quieras, ahora sígueme, fresita.
TaeHyung sonreía y miraba a la nueva pareja—. El diablo me tiene las bolas hinchadas, yo no soy fresita, pero no lo entiende —decía abriendo sus brazos y dejándolos caer, mientras caminaba detrás de SeokJin.
Jimin reía junto con Namjoon, mientras se iban por su lado. Cuando TaeHyung entraba y se acomodaba en el auto, SeokJin le seguía y encendía la radio.
—Bien, dime a dónde —preguntaba SeokJin, quitándose la chaqueta y haciendo su cabello hacia atrás mientras acomodaba el retrovisor.
TaeHyung parpadeaba y veía la remera sudada y pegada a partes del pecho masculino ajeno, a su abdomen plano y las mangas a sus brazos. Eso era porno barato, pensaba TaeHyung, pero no podía dejar de mirar. SeokJin lo notaba y le calentaba la sangre.
—Deja de mirarme así y dime hacia donde, fresita.
TaeHyung chasqueaba su lengua—. Lo pondré en tu gpc, dame —SeokJin le daba el teléfono y luego de eso, procedía a dejarse guiar por su teléfono.
TaeHyung suspiraba mientras tecleaba en su móvil algo muy encimismado y ocupado. SeokJin suspiraba, no había sido una mala noche, pero no esperaba tener a TaeHyung en su auto en ese estado. No esperaba tenerlo bajo ningún estado, en realidad.
Sus pensamientos eran interrumpidos cuando una canción de Taylor Swift comenzaba a sonar, era "Fearless" y TaeHyung parecía alegrarse al respecto. De acuerdo, eso había sido el eufemismo de la noche cuando el chico comenzaba a cantar muy apasionado. SeokJin sonreía sacudiendo su cabeza, pero TaeHyung se veía alegre. Dios, le gustaba la locura peculiar de ese hombre vistas en las últimas horas.
Cuando el semáforo lo obligaba a frenar, él tiraba su cabello hacia atrás de nuevo mientras disfrutaba de la vista, pero TaeHyung lo agarraba por el cuello de su remera repentinamente y lo acercaba a él para cantarle la exacta parte que decía algo así:
"Estamos conduciendo por el camino. Me pregunto si sabes que estoy tratando duro de no quedar atrapado ahora.
Pero eres tan genial, mientras pasas tus manos por tu cabello... Distraídamente haciéndome desearte."
Y luego lo empujaba contra el asiento. SeokJin sentía que su corazón se aceleraba mientras TaeHyung seguía en su mundo. Él parecía no darse cuenta lo que causaba en su interior. Todo un terremoto de desear, querer y no poder tomar nada de nada. Sólo observar de lejos y saciarse con eso. Con él, con la vista. TaeHyung se sentía deseado, pero no tenía idea de cuánto en realidad ese hombre lo deseaba.
Un bocinazo lo hacía arrancar nuevamente el auto. TaeHyung cantaba a todo pulmón e imitaba tocar una batería y luego cantaba nuevamente la letra soñadora de una quinceañera. SeokJin se sentía que recuperaba el control de sus emociones cuando TaeHyung imitaba el punteo de la guitarra con sus dedos. Era todo un show peculiar, para cuando daba la última vuelta que le indicaba el gpc, SeokJin caía en la cuenta de dónde estaban. El apartamento de la novia de TaeHyung.
Suspirando veía al chico cantar el puente con suma inspiración, pero nuevamente sus miradas se cruzaban:
"Te quedaste allí conmigo en la puerta. Me tiemblan las manos, no suelo ser así, pero me atraes y soy un poco más valiente."
TaeHyung giraba y cantaba suavemente:
"Es un primer beso, es impecable, realmente algo, es intrépido."
SeokJin creía que él chico era magia pura y sólo sonreía. Pero su pulso volvía a acelerarse cuando TaeHyung cantaba:
"Porque no sé cómo se pone mejor que esto—el chico bajaba su mano en busca de la SeokJin y volvían a tomarse de la mano por segunda vez, tan sutil, apenas perceptible, SeokJin aspiraba con fuerza mientras TaeHyung cantaba—, "Tomas mi mano y me arrastras..."
SeokJin sentía que el momento era mágico hasta que TaeHyung gritaba con su voz grave al ritmo de la música "¡Headfirst, fearless!" Y ponía la mano de SeokJin en la bocina para tocarla y hacer saltar al castaño quien quitaba su mano de inmediato mientras TaeHyung seguía gritando al ritmo de la última parte de la canción.
—Carajo, Tae. Son las tres de la mañana —TaeHyung cantaba y reía en su dirección, sin importarle menos, SeokJin reía con él y cuando la canción finalizaba, el azabache suspiraba divertido, soltando un grito de jubilo.
—Si le dices a alguien a que cante Fearless de Taylor Swift a todo pulmón, te mato —añadía con seriedad. SeokJin alzaba sus cejas, hacía una mueca divertida y pretendía cerrar un cierre en su boca—. Sé que es un poco gay, pero es culpa de Jimin.
SeokJin lo miraba con ternura—. Cariño, es solo una canción y tú sólo la cantaste. No tiene que significar nada —susurraba.
TaeHyung largaba el aire por su nariz, y sentía la picazón familiar en la punta de esta. No sabía porque la voz dulce de SeokJin y el apodo cariñoso lo habían hecho sentirse tan débil. Tan extraño y demasiado cálido. Apretando sus dientes asentía y salía del auto.
SeokJin suspiraba y lo miraba balancearse un poco, el azabache estaba seguro que el maldito piso estaba desnivelado, hasta que tropezaba como el imbécil que se sentía y esperaba golpear el piso con sus rodillas y tener un poco de lucidez a través del dolor, pero un repentino brazo rodeando su cintura detenía su caída. Cuando miraba en dirección a su salvador, por supuesto tenía que ser SeokJin. TaeHyung recordaba repentinamente como había levantado al twink del callejón, del brazo, un toque impersonal. Poco cuidadoso, pero amable.
Sin embargo ahora lo tenía cerca de él, con su brazo sosteniendo fuertemente su cintura y sus sentidos se nublaban, miraba los ojos negros del diablo posarse en sus labios y él necesitaba correr en dirección a la puerta.
—Necesito entrar... —susurraba, sus estúpidos ojos se desviaban a los labios ajenos.
SeokJin asentía sin decir nada y lo ayudaba a llegar a la puerta. Aclarando su garganta preguntaba—. ¿Recuerdas la clave?
TaeHyung tenía la cabeza revuelta—. 5412... Creo.
«¿O era 5124?»
Carajo, no podía recordarlo, había balbuceando unas cuantas combinaciones ya que estaba seguro que le había dado a Jin una clave errónea, pero la puerta se abría. TaeHyung la miraba y miraba a SeokJin luego.
—Sí era —susurraba el castaño—. Buenas noches, Tae.
Cuando soltaba la cintura del azabache podía notar como suspiraba tembloroso y lo seguía con los ojos. SeokJin apretaba sus dientes porque TaeHyung lo miraba tirando dardos de puras señales confusas, su mano se levantaba y tocaba el mentón de un TaeHyung que relamía sus labios. SeokJin necesitaba todo de sí cuando el chico lo miraba con ojos brillosos, dios. De nuevo TaeHyung se sentía bajo un maldito hechizo, no podía moverse, no podía mirar hacia otro lado.
SeokJin aspiraba con fuerza, su pecho haciéndose más ancho, la tensión de nuevo era una capa densa que los cubría, su mano bajaba del menton de TaeHyung a su cuello y el chico tragaba el nudo en su garganta. Esos dedos daban descargas a su piel, en esa zona donde los dedos envolvían su cuello, pero luego sentía que SeokJin lo empujaba. Lo hacía entrar lo que restaba al edificio y volvía de inmediato al auto, sin mirar atrás.
TaeHyung parpadeaba y sentía que despertaba del hechizo cundo la puerta se cerraba frente a él y subía de inmediato al apartamento de Jennie. La chica se encontraba en su cama, desnuda y dispuesta como TaeHyung le había pedido.
—Llegaste, amor —decía con voz aniñada.
Pero luego de quitarse los zapatos y la chaqueta, TaeHyung se arrojaba a la cama a un lado de Jennie, boca abajo en la cama y cerraba sus ojos.
— ¿Tae? ¿Es una jodida broma? —decía zamarreandolo—. Despiértate
—Quiero dormir. Déjame dormir —balbuceaba apretando sus ojos.
Jennie resoplaba—. Me volviste loca con tus mensajes ¿Vas a ser un completo idiota?
TaeHyung hacía un puchero y apretaba sus ojos, se sentía nostálgico por alguna jodida razón.
—Sí, soy un idiota. Mañana te recompensaré. Ahora solo quiero dormir —susurraba.
Jennie fruncía el ceño y golpeaba la cama, un berrinche más un berrinche menos, a TaeHyung no podía importarle en ese momento. Él quería dormirse y borrar los últimos minutos de su noche y algunos otros momentos con SeokJin como el protagonista de su desgracia.
Sí, mejor olvidar. No analizar y solo dejarlo pasar. La noche había sido extraña desde que Jimin había decidido que dejaría a SeokJin libre de sus garras y eso lo había hecho sentirse tan satisfecho, pero no lo pensaría en alto.
Era un idiota. Un grandísimo idiota que estaba actuando raro.
Ay ay ay 🥹
Como me gustan el diablo y su fresita.
Perdón si ven errores de deditos salvajes y recuerden la actual lista de actualización, va así:
⚠️ Recordatorio ⚠️
1- UPSIDA
2- ASHES (Libro 3)
3- JUNE 28
Recuerden que si tienen alguna duda o me demoro, no piensen lo peor, visiten mi perfil y chequeen mi tablero para ver qué sigo viva o incluso hacer sus preguntas, ahí siempre respondo seguro seguro. También anuncio cuando comienzo a escribir.
Con amor niñita Nanykoo ❤️
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