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Décimo quinto

Espero con ansias leer sus comentarios, perdón la espera.

TaeHyung no había recibido confirmación sobre si SeokJin aparecería en la última cena especial que su madre hacía cada año par juntar familiares y amigos en el festejo de Chuseok. Tampoco había ido al restaurante, ni siquiera para buscar su comida. No sabía nada y le picaban los dedos por escribirle.

Lo peor del día, era que no la estaba pasando muy bien, había forzado demasiadas sonrisas en dirección a sus tías paternas y primos. Y por supuesto la cosa podía superarse cuando Lee entraba por esa puerta y era tan bien recibido por todos que su pecho se comprimía y su estómago se cerraba. Había tomado dos botellas de soju y aún no se sentía ebrio.

— ¿Por qué la cara de muerto vivo? —decía su pequeña hermana.

Aish, era tan pequeña de estatura que se escabullía muy bien y hacía saltar a TaeHyung del susto.

— ¡Carajo, Tae-Eul! —soltaba tocando su pecho—. ¿Qué quieres?

— ¿Por qué estás aquí solo como un perro rabioso? —cuestionaba sentándose a su lado en el escalón de la propia entrada a su casa.

—Porque quizás lo sea —respondía sin tanta explicación.

La niña resoplaba—. Has mirado a la puerta como un demente ¿Invitaste a una nueva novia? Siempre haces lo mismo cada año —refunfuñaba—. Al menos terminaste con Yannie antes de Chuseok —se alegraba.

TaeHyung resploba—. No traigo una novia diferente cada año —se quejaba, pero no la corregía con el nombre.

—Si lo haces —afirmaba Jimin, acercándose a ellos.

TaeHyung rodaba los ojos—. Tú cállate.

— ¿Quien será tu novio este año, oppa? —decía la niña al rubio.

Jimin sonreía—. Mi futuro esposo se llama Namjoon y  está vieniendo para acá, es alto y hermoso. No cambiaré luego de él —decía con una sonrisa.

Tae-Eul daba palmaditas, TaeHyung rodaba los ojos.

—Y quizás venga o no con su mejor amigo —decía Jimin indiferente. TaeHyung se ponía tenso, pero no decía nada, Tae-Eul en cambio...

— ¿Quién es él?

—Se llama SeokJin —decía Jimin alzando sus cejas. TaeHyung le hacía seña que cortará con la charla para que Tae-Eul se fuera de dónde estaba.

— ¡Oh, yo conozco un SeokJin! —decía la niña sonriente—. Y es el tipo más caliente que he visto.

TaeHyung abría sus ojos enormemente—. Que carajos ¿De quién hablas? —decía sorprendido por el vocabulario de la niña.

Su hermana parpadeaba sonriente—. De mi futuro marido, de él hablo —decía con seguridad—. Ahora, es un poco grande, pero para cuando sea mayor de edad él se seguirá viendo increíble y yo seré legal. Nos casaremos y tendremos cinco hijos

— ¿Si eres consciente de que tú cargaras con eso en tu cuerpecito, no? —soltaba Jimin horrorizado.

La niña reía—. "Eso" son futuras vidas. Y por ese hombre cargaría diez de ellas —decía con ambas manos y todos sus dedos levantados.

— ¡Tae-Eul! —soltaba TaeHyung horrorizado—. ¿Es un profesor? Le diré a mamá que estás planeando casarte con un viejo verde —soltaba tomando otro poco de su soju.

—Ay, no es un profesor. Es el cliente favorito de eomma y mío —decía alzando las cejas. TaeHyung palidecía y se ahogaba con a bebida—. Asqurroso. En fin, eomma siempre le da extra ración de sopa de algas porque le encantan sus ojos y sonrisa.

Jimin hacía muecas de "increíble, estás en problemas" pero el portón de la puerta de TaeHyung era abierto por su madre y dos tipos altos y bien parecidos entraban con una sonrisa tímida.

— ¡Joonie! —gritaba el rubio corriendo directamente a los brazos de su novio.

—Oh, por dios... —soltaba la niña, agarrabdo el brazo de TaeHyung repentinamente.

El azabache la miraba y miraba en dirección a SeokJin quien sonreía a su madre y luego señalaba a TaeHyung y ahora ambos estaban caminando en su dirección. Oh dios, el azabache se sentía mareado repentinamente.

—No sabía que eras amigo de TaeHyung —su madre sonreía tocando el brazo del castaño que se veía dulce y algo incómodo. Quien lo diría, alguien podía intimidar al grandote.

Tae-Eul golpeaba el brazo de TaeHyung poco disimulada y eso hacía reaccionar al hombre.

— ¿Por qué me golpeas? —decía entre dientes viendo cómo SeokJin caminaba en dirección a ellos y llevaba un pantalón negro con una camisa roja que hacía relucir su piel blanca y cabello negro.

TaeHyung suspiraba, nervioso y colorado.

— ¿Por qué te sonrojas tú? —decía la niña.

—No estoy sonrojado —decía, obligándose a sí mismo a apartar los ojos del hombre que ya estaba frente a él con una sonrisa incomodisima en su bonito rostro.

—Es una historia divertida —respondía SeokJin.

—Muero por saber eso, SeokJin es de nuestros mejores clientes en poco tiempo. No sabía que eran amigos —decía la madre de TaeHyung.

El azabache se ponía de pie y sonreía, también incómodo—. Crei que no vendrías —soltaba con voz tensa.

SeokJin alzaba sus cejas—. Eh, bueno... Namjoon me convenció de hacerlo a último momento. Me vestí muy rápido ¿No es obvio? —decía mirándose a si mismo con expresión divertida que hacía reír a todos.

Jimin miraba a TaeHyung muy atentamente, el chico ni siquiera lo notaba, estaba demasiado concentrado en SeokJin.

—Aunque vistieras un pijamas, te verías bien Oppa —soltaba la niña de repente.

TaeHyung fruncía el ceño y la miraba, luego a su madre—. ¡Eomma! Dile algo... —susurraba.

SeokJin reía dulcemente—. Gracias, cariño —añadía acariciando la cabeza de la niña.

—Bueno, coincido respetuosamente con Tae-Eul. SeokJin es muy guapo —decía sonriente.

Jimin resoplaba cuando notaba que TaeHyung iba a explotar—. ¿Y que hay de mi novio, eomma? ¿No crees que mi Namjoonie es precioso? —decía el chico sonriendo y acunando el rostro del grandote tímido con hoyuelos en su sonrisa.

—Ciertamente lo es, espero verte seguido, cariño. Traeré una bebida para ambos —decía la madre de TaeHyung—. Ven Tae-Eul —ordenaba.

—Pero no he saludado a SeokJin —decía acercándose al grandote y estirando sus manos, SeokJin sonreía y la niña acuanba su rostro y besaba su mejilla.

TaeHyung casi exhalaba horrorizado otra vez.

—Hay sopa de algas, traeré un poco para ti —decía la niña sonriente, luego giraba, miraba a TaeHyung y con un susurro añadía—. Es tu futuro cuñado.

Jimin apretaba sus labios y Namjoon abría sus ojos inmensamente. SeokJin estaba rojo como el color su camisa.

—Enamoraste a una niña, felicitaciones. Tu encanto es increíble —decía Jimin, palmeando el pecho de SeokJin.

TaeHyung fruncía su ceño y lo miraba—. Es una niña. Mi hermanita —alcaraba.

SeokJin alzaba sus brazos y su rostro era pura inocencia y sorpresa—. Creí que éramos amigos, no que pensaba hacerme su futuro esposo.

—No puedes cuparla por tener buen gusto —decía Jimin relajado.

"¿Qué?" Sonaban Namjoon y TaeHyung al unisono.

Jimin abría sus ojos y se encogía un poco—. Sólo decía.

SeokJin sonreía—. Bueno ¿Quién sabe? quizás para la mayoría de edad de Tae-Eul me termine haciendo heterosexual si sigo fijandome en hombres que no debo —añadía sin siquiera mirar a TaeHyung.

TaeHyung mordía su labio inferior, iba a decir algo, pero su madre y hermana aparecían para atender a los recién llegados.

—Hago tu trabajo por ti, perezoso —decía la niña, extendiendo la botella de soju para SeokJin, su madre lo hacía con Namjoon.

—No me dieron tiempo de atender a la visita —decía entre dientes.

—Tranquilo —decía su madre, acariciando su espalda—. Si quieren comer aquí, puedo traerles un plato de sopa de algas y acompañamiento. Podrías sacar tu mesa para comer con ellos aquí —decía la mujer a TaeHyung.

El azabache relamía sus labios—. Claro, si SeokJin quiere comer —exclamaba con su voz poco estable.

—SeokJin y Namjoon, quieren comer eomma —decía Jimin—. Ayudaré sacando la mesa —añadía el rubio cuando notaba que TaeHyung no dejaba de mirar a SeokJin.

O mejor dicho, no dejaba de comerse con los ojos al castaño.

Y joder que SeokJin estaba tratando de ignorar esos ojos oscuros con ese brillo que le daba todo tipo de mensaje positivo o negativo. Ya no sabía si era bueno o malo sucumbir a sus deseos con respecto a este hombre. La madre de TaeHyung se le quedaba viendo y Jimin apretaba sus dientes y abría sus ojos en dirección a TaeHyung para que reaccionara.

El hombre joven apenas podía entender lo que estaba sientiendo, seguramente salir de un closet imaginario no era su opción de pasar un buen Chuseok con familia y amigos, pero para suerte del azabache alguien abría nuevamente su portón. Una de sus primas, y quién entraba era su bonito primo de nombre YoHan, volteando todas las cabezas. Algunas primas de TaeHyung gritaban en bienvenida.

—Oh, el primo YoHan salió del closet hace un mes —decía Tae-Eul.

TaeHyung la miraba y sus ojos se cruzaban con la mirada de SeokJin, su rostro se ponía cálido.

— ¿Por qué dices eso? —TaeHyung la empujaba suavemente.

— ¡Aish! No hagas eso —Tae-Eul le devolvía el empujón—. Lo dijo en el grupo de la familia ¿Qué no lo viste? Con mamá lo vimos, creí que sabías.

Cuatro pares de ojos lo miraban, su madre, Jimin, Namjoon y un SeokJin que estaba debatiéndose entre mirarlo a él y mirar a su primo.

«No lo mires. Tú no lo mires, él va a mirarte si lo ha-...»

Su primo de nombre YoHan, misma estatura que él con un cuerpo trabajado y sutil. Rostro delicado y con rasgos muy finos, posaba sus ojos negros en SeokJin.

—Carajo —soltaba TaeHyung. Los testigos a su alrededor lo miraban—. No tenía idea, me fui del grupo hace como medio año —respondía tardíamente a Tae-Eul.

La niña chasqueaba su lengua y el grupo de primos de TaeHyung se acercaba a ellos. Eran un total de cinco y estaban siguiendo a YoHan, mierda. Más ojos sobre un SeokJin que inconscientemente retrocedía y terminaba al lado de TaeHyung.

—Tia, primos, es bueno verlos otra vez —decía el chico. Una voz dulce. Muy simpático inclinándose hacia Jimin y  Namjoon, luego buscando un abrazo de su madre el cual lo recibía con ternura y una sonriente Tae-Eul.

—Dejaré a la sangre joven interactuar —decía su madre—. Iré por tres platos de sopa —decía ahora mirando a su sobrino.

Habían tres mujeres en el grupo de primos y un chico más, el más joven. SeokJin escucho el nombre de cada uno mientras TaeHyung los presentaba y jodida sea la hora en que su prima de nombre Ryujin, bonita y esbelta posaba sus ojos en SeokJin.

— ¿Y tú quién eres? —decía la chica.

— Mío —soltaba TaeHyung. Todas las cabezas se volteaban, excepto la de SeokJin, este solo apretaba sus mano a su botella de soju.

—Amigo. Su amigo —aclaraba SeokJin—. Soy Kim SeokJin —decía caballerosamente inclinándose.

—Oh, soy Ryujin —decía su prima, era de las más chicas, fácilmente diez años más joven que SeokJin—. ¿Cuántos años tienes?

—Podría ser tu padre ¿Por qué no se van al arenero? —soltaba TaeHyung irritado. SeokJin aspiraba con fuerza, pero no lo miraba.

Mejor para TaeHyung, sentía su rostro demasiado cálido, posiblemente estaba colorado.

—No tienes arenero, Oppa —decía la chica sonriente y burlona.

— ¿Es tu novio y no quieres decirlo o qué? —soltaba YoHan divertido, era bien conocido por hacer broma tras broma. Había sido difícil que le creyeran la salida del closet a causa de eso.

Ryujin golpeaba su brazo riendo cómplice, el resto de sus primas estaban de testigos de aquella escena junto con Nam y Jimin, incluso la pequeña Tae-Eul había reído.

— ¿Tú que haces aquí? —le decía TaeHyung repentinamente.

—Quiero conocer más a SeokJin Oppa —decía con una dulce sonrisa.

—Oh, cariño, todos queremos conocer a SeokJin Oppa —decía YoHan mirando ahora al castaño—. Soy Kim YoHan —decía tocando su pecho e inclinándose.

—Es un gusto conocer a todos y Tae-Eul, no soy tan interesante —susurraba para la niña, guiñando un ojo.

TaeHyung no sabía cómo simplemente llamar la atención de SeokJin ante tanta gente buscando también la suya.

—Y no tengo edad para ser tu padre —soltaba a Ryujin, nuevamente no miraba a TaeHyung—. Pero estoy seguro que soy más viejo. El más viejo de este circulo —reía contagiando al resto—. Por cierto un gusto en conocer a cada uno —decía amablemente, logrando que las primas que restaban de TaeHyung se presentarán también.

— ¿Y tienes novia? —preguntaba Ryujin con sus brazos detrás de su espalda y balanceándose adorablemente mientras miraba a SeokJin con una sonrisa preciosa.

TaeHyung la consideraba la más hermosa de todas y la más relajada a la que probablemente no le interesaba mucho la interacción romántica, pero podía equivocarse. Ryujin ya no era una niña y pese que a qué sabía que no había chances ahí, de todos modos quería agarrarla de brazos y piernas como cuando era más pequeña y hacerla volar lejos de su SeokJin.

De SeokJin, mierda.

—No, no tengo novia —decía sonriendo, dios, esa camisa lo hacía verse irreal y TaeHyung no se sentía cómodo no teniendo su atención.

Siempre fue un problema desde un inicio. Los ojos de este hombre solamente sobre él y sobre nadie más. Toda la atención de SeokJin para él solo. Pero ahora no la tenía, no se habían saludado, ni tocado y no estaban cerca. No tanto como TaeHyung quisiera.

—Imposible, eres demasiado lindo para ser soltero —decía una de sus primas mayores.

SeokJin reía adorablemente.

"Dí que eres gay, carajo. Un momento, no. No lo digas-..."

—Me gustan los hombres —decía solemnemente.

El sonido de decepción de sus primas iba acompañado de las risas de Namjoon y Jimin. Un Jimin que sabía que lo estaba monitoreando de cerca. Se sentía sofocado, sabía que su amigo no estaba haciendo nada malo, sólo estaba cuidando de él, pero necesitaba menos público alrededor.

No había invitado a SeokJin para que sea el entretenimiento de todos. Carajo.

—Entonces el único que tiene esperanzas de coquetear contigo y obtener algo a cambio soy yo, no ustedes —decía YoHan con tino de burla, otra vez.

—No obtendrás su número —soltaba TaeHyung sin pensarlo. Dios, él realmente no estaba pensando claro—... D-de mi amigo, SeokJin posible-posiblemente este camino a algo con alguien más ¿No? —soltaba con un poco de balbuceo entre medio. Namjoon miraba de reojo a su amigo, Jimin quería que la tierra lo tragara y SeokJin finalmente lo miraba.

No estaba seguro si el tiempo se había detenido o si los murmullos y risas de sus primos habían menguado, pero todo dentro de él estaba enfocado en el hombre que ahora tenía sus ojos puestos fijamente solo en él.

—Era broma, que sea gay no quiere decir que quiera levantarme a cada hombre allá afuera.... Por ahora —se burlaba YoHan, haciendo que el resto se burlara de él—. Busquemos sillas y hagamos un círculo, no quiero estar de pie —decía, salvando a TaeHyung quien todavía parecía atrapado en la mirada de SeokJin, esperando una respuesta a su insinuación.

—Busquemos sillas en la casa de Tete —decía Tae-Eul.

TaeHyung reaccionaba, su hermanita seguía en el círculo de los mayores.

—Porque mejor no vas a ver si mamá necesita ayuda con los platos de sopa y guarniciones —le soltaba, tomando todo de sí para despegar sus ojos de SeokJin—. Yo y SeokJin sacaremos unas sillas y mi mesa —añadía sonriendo mientras el resto se disipaba en busca de otras.

—SeokJin y yo —decía YoHan divertido.

Pero TaeHyung por poco y se lo comía con los ojos. Su mirada podía matarlo, si fuera posible—. ¿SeokJin y tú, qué?

YoHan dejaba una silla en el suelo y alzaba sus manos—. Oye, solo te estaba corrigiendo que el burro por delante —añadía con una sonrisa.

Jimin resoplaba—. De acuerdo, hagamos un círculo, veré si puedo cambiar la música. Vamos Tae-Eul, ayudemos a mamá —decía tomando la mano de la niña que miraba atentamente a su hermano mayor—. Ustedes vayan por lo demás a tu casa —soltaba Jimin señalando la misma con su cabeza.

TaeHyung lo miraba un momento y notaba que le daba pie para que cerrará el hocico y dejara de actuar como un perro rabioso o en celo, a punto deorinar a SeokJin.

—Vamos —decía SeokJin señalando la casa con su cabeza—. Te ayudo —susurraba.

Estaba más cerca y TaeHyung podía sentir mejor su perfume. Carajo, estaba siendo patético, pero asentía levemente y caminaba con piernas temblorosas a su casa. Necesitaba este pequeño espacio cerrado sin nadie más que ellos dos. Cuando entraban SeokJin no cerraba la puerta, pero tampoco la dejaba abierta y su suspiro resonaba en el interior. TaeHyung relamía sus labios y se giraba cerca de su pequeño juego de comedor.

—Aquí tengo más sillas —decía incomodamente, apoyándose en una.

SeokJin lo miraba, finalmente. De forma fija y recorría a TaeHyung de pies a cabeza, su mandíbula se notaba tensa y afilada, el cuerpo de TaeHyung se recalentaba ante el escrutinio de esos ojos por todo su cuerpo. Llevaba un jean recto color celeste y suéter beige que quedaba precioso en su piel acaramelada. Su cabello estaba bien peinado y esponjoso, él no sabía lo que SeokJin estaba pensando, pero notaba su mirada oscura y lo veía relamer sus labios antes de acabar su primera botella de soju como si nada y luego tener el coraje de acercarse.

— ¿Dónde tiro...? —alzaba su mano con la botella de soju vacía y TaeHyung extendía la suya y la tomaba con una sonrisa suave.

El roce de los dedos de TaeHyung aceleraba el corazón de SeokJin. Mierda.

TaeHyung aclaraba su garganta mientras dejaba la botella sobre la mesa—. ¿Por qué no me dijiste que vendrías? —susurraba.

Ellos estaban frente a frente ahora, pero no tan cerca y TaeHyung se sentía como un adolescente incómodo bajo su propia piel el cual no sabía cómo actuar frente a su crush.

—No estaba seguro, honestamente Namjoon me convenció a último momento. No quería llegar solo —respondía aclarando su voz.

TaeHyung asentía y llevaba su cabello hacia atrás en un ademán sexy y a la vez resoplaba frustrado. Parte de su flequillo quedaba en su ojo y molestaba en sus largas pestañas caídas, SeokJin no pensaba cuando levantaba su mano y con su pulgar alejaba el mechón de allí. TaeHyung se paralizaba, su respiración contenida, su pulso latiendo en sus oídos. SeokJin se veía hermoso ¿Cómo un hombre podía verse tan hermoso?

Él realmente no pensaba—con su cabeza de arriba—cuando relamía sus labios y se abalanzaba, pegando estos a los de SeokJin en un beso sorpresivo a presión que había hecho que ambos contuvieron la respiración y luego  el chasquido del beso dado por TaeHyung, resonaba en la sala cuando se retiraba de inmediato. Por supuesto SeokJin había abultado sus labios instantáneamente. Su cuerpo pensando más rápido que su propio corazón, los ojos abiertos con sorpresa y pupilas dilatadas en dirección a un TaeHyung que tenía sus labios brillantes. Podía sentir el rastro de humedad que le había dejado en los suyos y eso rompía la poca lucidez y estabilidad que SeokJin había intentando tener.

— ¿Por qué...? —susurraba segundos antes de agarrar a TaeHyung de su nuca, enredar sus dedos y atraerlo hacia él.

La boca ansiosa de TaeHyung se abría de inmediato y su mano imitaba la acción de SeokJin, pegándose a su nuca y apretandole mientras sus bocas se devoraban de esa forma que solo a ellos le salía. TaeHyung era bueno besando, TaeHyung había besado a muchas mujeres con auténticas ganas y algunas de ellas le habían seguido el paso, pero la boca de SeokJin era autoritaria. Su lengua follando su boca y buscando la suya propia, sus labios cubriendo los suyos. Restregandose húmedos y sus dientes mordiendo con justa precisión, arriba, abajo. Su lengua empujaba. Dios, ellos realmente se estaban besando.

No había pollas al aire libre, solo un beso matador. Una guerra de bocas desesperadas y hambrientas. Podía sentir el sabor de soju sabor arándano en la lengua de SeokJin, este podía sentir el mismo sabor en su lengua. Era embriagador.

Y era un problema conocer su pequeño espacio de memoria, porque entre esos besos desgarradores y salvajes, sus pies estaban caminando en dirección a su habitación.  Sus ojos estaban cerrados y se abrían de a momentos. SeokJin estaba igual, tratando de descifrar a dónde lo llevaba TaeHyung entre tanta pelea de bocas y lenguas. TaeHyung se apartaba de SeokJin un momento y empujaba una puerta, lo metía en su habitación y lo apoyaba contra esta. Apretando su cuerpo al contrario.

Estaba sonrojado y agitado, sus manos empuñando la camisa roja que hacía que SeokJin se viera irreal. El rostro de SeokJin tenía mejillas sonrosadas y labios rojos como protagonista.

—Dios. Eres tan hermoso —susurraba TaeHyung como si estuviera bajo algún tipo de embrujo.

Aquella forma de decirlo y su voz ronca, hacía que SeokJin temblará de deseo y tomaba su rostro de nuevo para besar esa boca de ensueño una vez más. TaeHyung lo apretaba contra la puerta, pero esta vez sus manos comenzaban a ponerse más salvajes, acariciando cuesta abajo, buscando levantar la camisa de un SeokJin que gemía en su boca.

—No quería que terminaramos así... —decía TaeHyung entre besos.

SeokJin enredaba sus dedos en su cabello y con otra mano acariciaba la espalda de TaeHyung buscando piel debajo de su suéter.

—No se suponía que cayera en esto contigo —le respondía agitado, levantando su suéter al mismo tiempo que TaeHyung levantaba su camisa y entre un beso desgarrado que pasaba, el abdomen de ambos se tocaban entre sí de tanto apretarse y acercarse al otro.

TaeHyung jadeaba ante el toque de piel con piel y se desesperaba por más intentando quitarse su propio suéter, pero SeokJin lo detenía.

—Para, para un segundo. Carajo —soltaba con voz ronca.

— ¿Qué? ¿Por qué? —TaeHyung no podía ser serio cuando le hablaba en puchero cuestionando totalmente el accionar de SeokJin—. Quiero sentirte... —susurraba, poniendo sus grandes manos debajo y dentro de la camisa de SeokJin.

Se veía perdido con pupilas dilatadas y labios hinchados, incluso SeokJin lo había despeinado, pero él estaba absorto acariciando la cintura de SeokJin.

—Porque toda tu familia está afuera —susurraba SeokJin como algo obvio.

TaeHyung parpadeaba y lo miraba enrojecido—. Oh.

La puerta detrás de ellos recibía un golpe que los hacía saltar, TaeHyung veía como SeokJin le quitaba sus manos y acomodaba su ropa. Claro él debería hacer lo mismo con su propia imágen.

— ¿TaeHyung?  —la voz de Jimin sonaba al otro lado de la puerta y ambos suspiraban.

TaeHyung acomodaba su ropa sin ganas y abría un poco la puerta—. ¿Si?

Jimin abría sus ojos— ”¿Si?" "¿Si?" Carajo, Tae-Eul casi entra a buscar por ti ¿No se suponía que solo sacarían las sillas y mesa?

SeokJin suspiraba y fregaba su rostro para abrir más la puerta y salir de la habitación de TaeHyung, cuando Jimin lo veía y podía ver mejor a TaeHyung, el rubio resoplaba.

—Carajo. Sí, salgan con la boca roja y mordida —decía con sarcasmo.

SeokJin no quería fregarse sus labios, sería como quitar el rastro de los preciosos y calientes besos que TaeHyung le había dado, pero... Lo hacía sutilmente.

—Fue improvisado —respondía TaeHyung.

—No me importa, pero si hubiera sido Tae-Eul ¿Qué le hubieras dicho? La niña está jodidamente desesperada por entrar y ayudar —decía Jimin abriendo sus ojos. TaeHyung fregaba su rostro y resoplaba—. Peinate el maldito cabello, parece que hubiera pasado un maldito huracán por ahí.

TaeHyung se ponía colorado—. Gracias Mimi, no sé que hubiera sucedido si entraba Tae-Eul —exclamaba reaccionando de a poco.

—Los ayudaré a sacar la mesa pequeña —decía el rubio.

Sin decir nada más, SeokJin tomaba unas sillas listo para salir de allí, pero TaeHyung tocaba su brazo para que esperara. El castaño lo miraba fijamente, esos ojos y esa mirada tenían un efecto aterradoramente fascinante en TaeHyung.

—Sé que dijiste que no querías que hiciera esto sin aclarar mi cabeza, yo sólo... No resultó fácil conterme, lo siento.

SeokJin relamía sus labios y asentía—. Si, bueno. Fue culpa de ambos, tendría que haberte puesto un límite y lo único que hice fue besarte más fuerte.

TaeHyung sentía un escalofrío en su cuello y columna que iba en dirección a su parte inferior y no pensaba muy claro cuando quería besar a SeokJin de nuevo, pero este lo detenía.

—Hay que salir —decía SeokJin, sintiéndose demasiado vulnerable, pero se las arreglaba para sonreír, aunque fallaba al acercarse y acomodar el cabello de TaeHyung—. Lo siento, fue mi culpa —susurraba peinandolo suavemente.

TaeHyung lo miraba como si fuera la cosa más interesante y sus ojos pesaban ante las caricias que esos dedos propiciaban a su cabello.

¡Sopa de algas! —se escuchaba a la distancia la voz de la madre de TaeHyung, eso hacía que SeokJin se tensara y se alejara repentinamente.

—Voy afuera —susurraba.

TaeHyung asentía —. Te sigo.

Para ser honestos, cuando SeokJin salía y sus labios rojos se veían más sobresalientes en su hermoso rostro, eso llamaba la atención de los presentes, pero la cosa se ponía más tensa y extraña cuando TaeHyung salía con su boca roja e hinchada.

— ¿Se estuvieron besuqueando? —soltaba Namjoon sólo para Jimin.

— ¿Tú qué crees? —le respondía el rubio.

Y el resto de sus primas quizás no lo notaba, pero su primo YoHan los miraba atentamente sin decir nada. Y la madre de TaeHyung quedaba con ambos platos de sopa en su mano, pero su sobrino tomaba el suyo—. Gracias tía, huele exquisita —y la mujer se distraía.

Pero aún quedaba un plato—. Muchas gracias —decía SeokJin con una sonrisa dulce.

La mujer no podía evitar notar que el chico no tenía sus labios así cuando había llegado, pero cuando TaeHyung se paraba al lado de SeokJin su madre quedaba impactada.

— ¿Quieres algún condimento especial? Mamá no le puso mucho sal esta vez —decía el azabache.

—Oh... —era todo lo que su madre decía.

TaeHyung notaba como lo miraba, como los miraba a ambos y SeokJin se sentía horriblemente mal e incómodo, TaeHyung no estaba tan seguro porque no estaba más escandalizado al respecto.

—Alguien pidió condimentos. Traje cubiertos —sonaba la voz del viejo Lee.

TaeHyung suspiraba—. Gracias, Lee. Me ahorraste el paseo adentro —soltaba forzando una sonrisa.

—De nada, hijo. ¿Vas a presentar a tus amigos? —decía mirando a Namjoon y a SeokJin.

TaeHyung fruncía el ceño, pero Jimin lo salvaba—. Señor Lee, este es mi novio Kim Namjoon. Nam, él es el señor Lee, es tío y padrino de TaeHyung un gran amigo de la familia —decía el rubio con una sonrisa agradable que le costaba un poco más dibujarla luego de lo que TaeHyung le había contando de este hombre.

Lamentablemente Lee seguía siendo tan agradable y cálido como siempre lo había sido. Cuando se acercaba a SeokJin, el castaño lo quedaba viendo, se veía amable. Se veía un buen hombre y abrazaba a la madre de TaeHyung con suma confianza, la mujer se veía cómoda y sonreía dulcemente, inclinandose hacia el abrazo.

—Él es Kim SeokJin —decía TaeHyung suspirando—. Es un amigo y cliente del restaurante —exclamaba, pasando su pulgar por su labio inferior. Alguien más tampoco quería borrar los rastros de ese beso.

—Mucho gusto Kim SeokJin —decía el hombre, extendiendo su mano, SeokJin miraba rápidamente a TaeHyung y podía notar que no soportaba tal interacción o al hombre en sí. Así que rápidamente sacudia su mano en saludo y se inclinaba respetuosamente.

—El gusto es mío y el olor de esta sopa me está matando —añadía, levantando el cuenco que le correspondía a él.

—Tú sólo viniste por la sopa —susurraba TaeHyung a su lado.

SeokJin se sorprendía al verlo, el chico tenía un puchero y no conocía el espació personal, se preguntaba si TaeHyung era consciente de eso. Su madre los miraba con atención, incluso Lee lo hacía.

—Vine porque me invitaste... Y porque suponía que habría sopa de algas, no puedes culpar a un hombre por intentarlo —decía SeokJin intentando sonar amigable y no irremediablemente enanorado.

TaeHyung no recibía el memo de lucir amigable, él sonreía como imbécil mirando a SeokJin e ignorando al resto. Se había olvidado incluso del sabor amargo que Lee dejaba a su alrededor.

— ¡Comamos entonces! —soltaba Jimin de la nada.

Su madre y Lee dejaban a la sangre más joven y TaeHyung no podía sentirse más irritado al respecto. La siguiente hora había sido insoportable y había bebido más de lo que debía. Sus primos parecían no querer alejarse de SeokJin y él lo entendía, pero los quería lejos de todas formas. Tae-Eul ahora se encontraba jugando con otros primos de su edad y de a poco el grupo se iba disipando y yéndose a sus respectivos hogares.

—Era hora —decía TaeHyung saludando a su último pariente. En el círculo que había sido más poblado a inicios, ahora sólo estaban ellos, Jimin, Namjoon y su primo YoHan—. ¿Y tú cuando te vas? —decía TaeHyung sin sonreír.

YoHan le sonreía sin preocupaciones, pero no le hacía caso, había estado mostrándole algo a SeokJin en el teléfono y había acaparado su atención, resplando se disponía a levantar las botellas alrededor de las sillas.

—Te ayudo —soltaba SeokJin de inmediato, había estado con sus piernas cruzadas y cuando quitaba la que tenía encima quedaba de piernas abierta con un TaeHyung que alzaba la vista frente a él, justo estaba tomando las botellas a un lado de la silla de SeokJin y sus ideas se nublaban cuando lo tenía sentado tan masculino frente a él.

De repente recordaba demasiado bien como sabía SeokJin. Cómo se ponía cuando TaeHyung lo tocaba o chupaba su polla. El rostro tenso y hermoso mientras estaba cerca de su orgasmo.

—También te ayudo —decía YoHan, levantándose y haciendo lo suyo, alejandose de ambos y trayendo a TaeHyung a la realidad con el sonido irritante de su voz.

—Déjame hacerlo a mí —susurraba SeokJin, tomando las botellas de la mano de TaeHyung—. Ven, de pie —exclamaba, tomando su mano y ayudándolo a enderezarse—. Creo que bebiste mucho

—Creí que no me habías prestado suficiente atención —decía de vuelta.

SeokJin relamía sus labios—. Creo que no lo notaste, pero tu madre y el tal Lee no te han quitado la vista de encima. No a ti ni a mí —añadía.

TaeHyung fruncía el ceño y miraba en dirección a los susodichos, murmuraban algo entre sí mientras los miraban disimuladamente.

—Estoy demasiado ebrio para soportar eso —soltaba frotando su rostro.

—Por que mejor no bebés agua o café —soltaba SeokJin, tomando la bolsa que TaeHyung tenía para guardar las botellas—. Yo me encargo de la limpieza —decía sobando su brazo.

TaeHyung suspiraba—. ¿Puedo irme contigo después? —decía susurrando.

SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Conmigo?

TaeHyung asentía—. Seguramente Lee pasará la noche aquí y van a recordar a mi padre, yo solo no quiero estar aquí cuando eso pase ¿Puedo irme contigo, por favor? —pedía en un susurro nuevamente.

SeokJin mentiría si dijera que no quería tener a TaeHyung para él solo, pero necesitaba recordar que no solo su polla estaba involucrada con este hombre, su corazón era un factor importante.

—De acuerdo... Podemos terminar aquí e irnos —exclamaba.

TaeHyung sonreía—. Genial. Sí... Iré a beber agua ahora —decía con lengua pesada.

SeokJin lo dejaba ir, ignorando los ojos curiosos y mirada libidinosa que TaeHyung daba en su dirección. Este día todavía no terminaba para dejar de sorprenderlo. Cuando el azabache entraba a casa de su madre buscando por agua y para prepararse un café negro, no notaba a la mujer pisando sus talones.

— ¿Todo bien, cariño? —exclamaba haciéndolo saltar del susto.

—Oh eomma, no te ví —decía bebiendo una gran cantidad de agua fría.

Su madre sonreía, apoyándose en la isla de la pequeña cocina—. Sip, no has visto nadie más desde que SeokJin entró por esa puerta —añadía con una sonrisa que TaeHyung catalogaba como cómplice.

No había escupido el agua que estaba ingiriendo porque su cerebro funcionaba con lentitud.

—Es un gran tipo, somos buenos amigos —mencionaba dejando el agua en la heladera y moviéndose para hacerse un café negro.

Odiaba el sabor en ocasiones, pero le funcionaba bastante y servía para distraerlo justo ahora.

—Es muy guapo —decía su madre.

TaeHyung apretaba sus dientes, sus sentidos seguían demasiado dormidos y su lengua todavía estaba pesada.

— ¿Más que tu hijo? —se mofaba mientras esperaba que el café cayera en la taza.

—Oh, creo que ambos se ven muy bien juntos y son muy guapos —decía la mujer.

— ¿Nos vemos bien juntos? —preguntaba TaeHyung, con párpados pesados.

— ¿Quieres verte bien con él?  —preguntaba su madre.

TaeHyung fruncía el ceño y se giraba a verla, cuando lo hacía Lee aparecía detrás de ellos con platos sucios que había levantando.

Dios, TaeHyung estaba demasiado ebrio para esto— . ¿Creés que soy gay como papá? —soltaba entre dientes y dando un golpe a la mesada.

Cuando lo hacía sus ojos se encontraban detrás de su madre con Lee y la mujer palidecía—. ¿Qué...?

— ¿TaeHyung? —Lee se acercaba a paso lento.

—Aish, cierra la maldita boca. No tengo ganas de lidiar contigo —decía en dirección a Lee.

—Tae, cariño ¿Por qué-...? —su madre sorprendida, intentaba acercarse.

—Ah, tengo que salir de aquí —soltaba TaeHyung caminando con prisa, se odiaba tanto como para golpearse contra la pared más cercana y sus pasos eran revoltosos y desprolijos.

"¡TaeHyung!" Su madre salía detrás de él mientras que TaeHyung salía disparado por el portón de su hogar. Jimin y SeokJin cruzaban unas miradas confundidas y el castaño no dudada en acercarse cuando su madre no llegaba a detenerlo.

— ¿Sucedió algo? Puedo ir por él —exclamaba.

Su madre tenía los ojos llorosos, SeokJin se imaginaba un escenario relacionado a algo respecto a su padre.

—Por favor vé con él y que me llame cuando se tranquilice ¿Si?

SeokJin miraba a la mujer y asentía, reconfortandola con una caricia sutil en su brazo.

—No se preocupe, señora Jang. Haré que se comunique con usted

— ¿Todo bien? ¿Y TaeHyung? —preguntaba Jimin confundido y preocupado.

—Yo iré por él, no se preocupen. Puedes llamarme luego ¿Si? —decía en dirección a Jimin.

El rubio asentía y sin más que decir iba en busca de TaeHyung, no debería de estar muy lejos y su corazón palpitaba nervioso y preocupado por cualquiera hubiera sido el motivo que llevo a TaeHyung a huir de su casa. Necesitaba verlo y chequear que estuviera bien. Pero la búsqueda continuaba y el chico no atendía su teléfono mientras el resto le mandaba mensajes preguntando si ya estaba o no con TaeHyung.

—Mierda, Tae ¿A dónde estás?

Perdón la demora 😭😭😭 espero leer sus reacciones y tremendo capítulo, se vienen cosillas importantes y la tensión que hay entre estos cristianos.

Uy, bueno. Gracias por bancarme y la paciencia. Perdón si hay errores de deditos. Les mando fuertes abracitos y la mejor de las vibras para terminar estás últimas semanas del año.

Con amor niñita Nanykoo 💜

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