05. what a shame she went mad
°•. capítulo 5:
what a shame she went mad.
El verano estaba siendo completamente desesperante, no había lugar agradable donde quedarse sin sudar, las cigarras se oían con fuerza desde el jardín de la preparatoria y literalmente desde cualquier esquina con plantas donde podían sobrevivir. Pero la mente de Kageyama solo estaba fija en las preliminares del torneo, faltaban menos de dos semanas y realmente deseaba estar en el gimnasio en este mismo momento, pero también tenía clases, lastimosamente.
Caminó perezosamente por el pasillo, tomando lo que quedaba de su leche de fresa y dirigiéndose nuevamente hasta su aula. Ojalá el tiempo que tenía ahí lo pasara jugando vóley, así sería más fácil. Pasó a un lado del pizarrón de avisos sin prestar mucha atención, al bostezar logró que los costados de sus ojos se humedecieran, entre parpadeos vió algo que llamó su interés, parando su caminata repentinamente y asustando a dos chicas que cruzaron a su lado. Ladeó la cabeza, colgando por el pizarra se encontraba la primera página del periodo de la preparatoria, pero lo que llamó su atención fue ver la foto de Mizuhara Nayuta en él.
Achicó sus ojos para leer pero se dió cuenta que había otra página con su foto justo debajo de la principal. Nayuta había estado asistiendo a un par de prácticas pero hacía días que no la veía, no hablaba mucho y mayormente lo hacía con Hinata o Shimizu, solo aparecía para verlos practicar y se iba de la misma forma. Aunque sabía que Tanaka y Noya le habían pedido ayuda con los exámenes pasados, lo sabía porque ambos lo presumieron cuando aprobaron y él no. Así que para Tobio, había sido raro ver el rostro de la actriz plagado en el periódico y aún más leer lo que decían de ella.
No lo entendió, las palabras no tenían sentido, era parecido a las respuestas raras que él dejaba en sus exámenes cuando no tenía idea de que trataba. Pero ahí se dió cuenta que todos hablaban de Nayuta, incluso si no hacía nada para provocarlo. Uno de los títulos lo atrajó, era una página que se encontraba a un costado de un aviso de un festival de otoño, con letras negritas, Kageyama parpadeó al leer.
“¡Nayuta Mizuhara fue vista en el gimnasio de vóley!”
Era la única noticia al que se hacía referencia al voleyball, nada sobre las preliminares al que tanto esfuerzo le habían puesto, nada más que Nayuta. Pero eso no lo enojó, al contrario, su curiosidad creció ante ello. Frunció el ceño llevando nuevamente el sorbete de la leche de fresas hasta su boca y así seguir su camino, sus cejas bajaron mientras miles de pensamientos cruzaban su cabeza. Fue extraño, como si un nuevo mundo se abriera ante él, porque recién hasta ahora era capaz de oír el nombre de Nayuta Mizuhara por todos lados.
Su nombre atraía cualquier atención hasta lograr terminar en el periódico del colegio, pero Nayuta se mantenía callada siempre que iba al gimnasio. Confundido, Kageyama se sentó en su asiento y no pudo prestar atención a la clase de ese día.
— 🐍 —
Nayuta estaba pensando seriamente en ir a causar un escándalo en el club de periodismo, vandalizar sus impresoras o lo que sea que usen para producir sus materiales. Con un suspiro se dijo que la impresora no tendría culpa de nada, si no de la persona que los hacía. Y ella sabía de primera mano quién se encargaba de las noticias de cada día. Si no fuera por ese pedazo de papel posiblemente muy pocos recordarían lo que había pasado.
Como quería ser una actriz, recordaba que le había dicho que debía acostumbrarse a estas cosas, a estar en primera tapa simplemente porque caminó por una calle poco habitual, de que hablen de ella porque vistió una camisa rosa en invierno. Nayuta era consciente de que la prensa la devoraría completa una vez realice su debut, al final de cuentas, era hija de una cantante de jazz retirada que nunca logró un estrellato. La prensa era así, una vez llamara la atención de todos u ocurriera un escándalo, nunca podría esconderse. Ya lo sabía. Pero el club de periodismo no era el NHK World Japan, solo eran un grupo de pretenciosos que gustaban reírse de ella.
Nayuta observó la cabellera rubia de Himeko Itō, quién alguna vez fue su mejor amiga, salir por el pasillo. De su cuello colgaba una credencial que decía prensa en letras grandes y que brillaba al recibir la luz del sol. Nayuta sonrió de lado, bajando la mirada hasta su cuaderno abierto donde había estado escribiendo minutos antes, tratando de no reírse en voz alta. Como había dicho, un grupo tonto de pretenciosos.
Himeko y Nayuta habían sido mejores amigas desde su último año de secundaria hasta el primero de preparatoria, cuando el incidente había ocurrido. Una maldita hipócrita.
—Pareces un ente sin vida. —La escuchó hablar, Nayuta alzó la mirada irritada por la interrupción, pasando su mirada hasta ella y detrás suyo fingiendo buscar con quién hablaba.
—¿No te han dicho que no debes perturbar a los espíritus? Es de mala suerte —respondió con una sonrisa petulante que se extendió al notar como su actitud la hacía enojar, así que decidió jugar con ella un poco más—. Ahora te perseguiré hasta reclamar tu alma.
—Estás loca —soltó con una mirada que demostraba su disgusto, como si estuviera viendo a un espíritu de verdad. Nayuta sonrió con ironía, recostandose por el banco en donde estaba, se encogió de hombros.
—Tú me hiciste así. —Le aguantó la mirada, incluso si Himeko quería hacerla sentir mal, dentro de Nayuta solamente crecía el resentimiento. Se puso de pie cerrando el cuaderno entre sus manos, porque ella jamás tendría miedo de Himeko Itō, no después de todo lo que le hizo, importandole muy poco que iría corriendo al club de prensa para dramatizar los hechos—. Dime algo, Himeko, ¿estás feliz ahora? ¿Esto era lo que buscabas?
Himeko soltó una risita, viendo a los lados disimuladamente para comprobar que estaban solas.
—Sí, la verdad que sí, me encanta ver como te arrastras por nada, intentando recoger los pedazos de tu reputación. —Se encogió de hombros, con aquella sonrisa que amenazaba con empujarla de las escaleras de la escuela. Himeko realmente pensaba que eso la asustaría y eso solo demostró lo poco que la conocía de verdad.
—Los celos no te quedan… o a lo mejor sí, de hecho te quedan muy bien —asintió con una media sonrisa burlona. Se había dado cuenta hace mucho tiempo, Himeko siempre había sentido celos de ella, porque era popular, porque tenía un novio guapo, porque tenía todas las cualidades de llegar al estrellato y todos lo sabían. La rubia la miró con tanta rabia que Nayuta pensó que le saldría fuego de las orejas—. ¿Uy, toqué un punto sensi…?
Pasó muy rápido que ni siquiera se dió cuenta hasta que tuvo la mano de su antigua mejor amiga y confidente en su mejilla, su rostro dió un giro brusco y el sonido que causó rebotó en las paredes del edificio. Nayuta se quedó un momento en aquella posición, viendo el pasto siendo iluminado por la luz del sol, su cabello enredado en su rostro y el dolor que comenzaba a arderle en su rostro. Podía oír su propia respiración y la de Himeko en medio del canto de la cigarra y los pájaros.
—¿Crees que tengo celos de alguien como tú? —rió de forma cínica pero Nayuta sabía que solo trataba de aparentar—. No tienes amigos ni futuro, eres traicionera como una serpiente y… —se detuvo bruscamente cuando la pelinegra giró su rostro lentamente, sin importarle arreglar su cabello desordenado ni la expresión que puso, aquello fue suficiente para que un escalofrío cruzaba por la espalda de Himeko.
—Alguna vez, mi nombre será tan grande y el tuyo quedará estancado en el periódico de la escuela, serás mi mayor fan. —Fue su turno de sonreír de forma cínica, en otros casos se hubiera controlado mejor pero al demonio. Himeko apretó sus manos en un puño al igual que su mandíbula, Nayuta se preparó para desviar el golpe cuando una voz nueva las detuvo.
—¿Nayuta? —Ambas giraron para ver la figura pequeña de Emiko Suzuki con su cabello corto y ojos de venado, parada sobre los cortos escalones que bajaban al pasillo donde se encontraban—. ¡Nayuta! Dijiste que me ibas a acompañar para ver mi portafolio.
Nayuta parpadeó confundida unos tres segundos hasta que se dió cuenta qué estaba haciendo, Emiko se apresuró a llegar a su lado para agarrarla de la muñeca y arrastrarla fuera de ahí, ignorando por completo la presencia de la rubia. Nayuta dejó que lo hiciera, viendo como su cabello corto se balanceaba de un lado para el otro. Entraron al edificio, cruzando los corredores hasta subir las escaleras, en la intersección estaba solitario y la pelinegra no pudo evitar soltar una risa.
—¿Por qué te ríes? ¡Eso me dió mucho miedo! Parecía que te iba a saltar a la tráquea —murmuró frunciendo el ceño con desagrado, Nayuta rió un poco más por la comparación porque Himeko sí que lo hubiera hecho si no fuera por su interrupción—. ¿Estás bien?
Emiko la soltó cuando se dió cuenta que seguía sujetándola, Nayuta se arregló el pelo exponiendo su mejilla roja por el golpe. La castaña abrió los ojos al notarlo y ahogó un jadeo.
—Estoy bien, gracias, Suzuki-san —sonrió con sinceridad, sintiéndose increíblemente bien para alguien que no quería mostrar debilidad. Emiko ya la había ayudado dos veces sin querer nada a cambio y Nayuta no lo había olvidado. La castaña miró su mejilla colorada con el ceño fruncido, un tanto preocupada antes de sonreírle de la misma forma que lo había dicho.
—Puedes llamarme Emiko —asintió con una sonrisa sellada, de verdad que era muy bonita. Nayuta suspiró, todas las personas que juraron ser sus amigos la habían traicionado o le dieron la espalda y tenía miedo, no podía negarlo, temía volver a pasar por lo mismo. Pero ahora era más perspicaz y más inteligente, entonces le dió una oportunidad.
—Soy Nayuta.
—Lo sé.
Y por segunda vez en el día, Nayuta soltó una carcajada. Metiendo su mano al bolsillo de la chaqueta de su uniforme, apretó el botón para detener la grabación y sonrió para ella misma.
holis, me di cuenta escribiendo esto que posiblemente jtf sea más largo de lo que pensé lmao pero seguirá teniendo capitulos cortos, así me parece más ligero 🙂↕
díganme que les parece la historia hasta ahora porque me he sentido muy insegura sobre esto ):
espero que el capítulo les haya gustado, díganme todo!! nos leemos!
mag.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro