Habían pasado ya unas semanas desde que Louis y Julie iniciaron su relación oficialmente. Él había ido con su padre y le había pedido permiso para salir con ella y aunque aceptó no muy convencido, de ahí en fuera, todo salió bien.

Hoy en la mañana Louis le llamó a Julie para quedar con ella en un café para desayunar y pasar el día, juntos.

—Buenos días, guapo —le dijo al sentarse en la mesa donde él ya estaba.

—Hey, buenos días, bonita —sonrió al verla—. No he ordenado, la verdad es que todo luce delicioso pero no sabía que querrías —hizo una mueca.

—A ver, dame el menú —le pidió extendiendo su mano—. ¿Tú qué pedirás?

—Estoy entre los panqueques o los huevos con tocino —se acercó para decirle algo más íntimo—. Te ves muy linda hoy —le susurró y enseguida se alejó—. Creo que ordenaré lo que tú pidas —puso los ojos en el menú.

—¿Acabas de decirme que me veo linda? —preguntó aún atónita.

—Eh... ¿Sí? —sonrió aun mirando el menú.

—Cómo me caes mal, Louis —dijo riendo.

—¿Qué ya no me quieres? —fingió estar ofendido, colocando una mano en su pecho.

—No, por supuesto que te quiero, pero debes dejar de avergonzarte de decir lo que sientes. Siempre que me dices cosas lindas, me lo dices como si fuese un secreto. Decir lo que sientes no te hace menos hombre, Louis —tomó su mano y la apretó solo un poco. Louis se sorprendió por sus palabras—. Sé que no lo haces a propósito, es algo que haces sin darte cuenta, lo he notado. —Louis se quedó callado.

—N-no... Lo siento, Julie. Yo no quería... Es solo que, si digo lo que en verdad siento frente a todos, ellos mi mirarán y me juzgarán. Eres un chica hermosa y yo parezco todo un rompe corazones, no quiero que piensen que andas con un patán como yo —ella sonrió al verlo de esa forma. Era la primera vez que veía esa faceta de él en público y era muy tierno.

—¡Vamos, Louis! Eres un hombre bien guapetón, yo soy la afortunada de que vean con un chico como tú. Además, me vale un rábano lo que digan los demás, tú eres un algodón de azúcar bañado de caramelo. Así de dulce eres —revolvió su pelo.

—¡Puaj! De solo pensar en eso me duelen las muelas —rió.

—¡Arruina momentos tiernos: Louis Tomlinson! —fingió una voz de locutor.

—¡Gracias, público! Y, ¿cuál será mi premio, madam? —entrecerró los ojos, mirándola.

—Oh, no sé. ¿Qué es lo que desea, señor Tomlinson?

—Me gustaría un beso de usted. ¿Acaso eso sería posible? —se acercó lo más que pudo, siendo impedido por la mesa.

—¡Diablos, señor, tengo novio y no puedo engañarlo! —tapó su rostro con sus manos, fingiendo lamentarse.

—¿Ni siquiera por un chico como yo, el Arruina momentos tiernos? —quitó sus manos de su cara.

—No me haga esto tan difícil, señor. Realmente quiero a mi novio pero usted, usted es una gran tentación. Con esos tatuajes y ese flequillo, es demasiado para mí —intentaba contener la risa.

—Me lo han dicho mucho, ¿qué puedo decirte? Soy un dios con las mujeres —se encogió de hombros.

—Espero que eso sea en el pasado, Tomlinson —dijo ahora seria.

—Ven y bésame mejor —se inclinó a ella y Julie hizo lo mismo, dándole un corto beso en la mejilla—. ¿Solo eso? —se quejó.

—Lo siento, le dije que tengo novio, señor —se cruzó de brazos.

—Qué suerte tiene su novio al tener una chica tan fiel, debe ser todo un afortunado...

—Sí, así es. Es muy afortunado de tenerme a su lado y más le vale no engañarme y ser todo un "dios" con las mujeres —volteó la mirada a la ventana.

—No creo que la engañe si la tiene a usted. Usted es mejor que cualquier chica en el mundo para él —sus ojos no se despegaron de ella.

—Hola, buenos días. ¿Ya saben qué ordenarán? —la mesera los interrumpió.

—Sí, yo quiero un "Jamás te engañaría" con unos "Te quiero" alrededor. También me gustaría añadirle "Me gusta cuando te enojas" y algunos "Besos" —miró a Julie todo el tiempo, ella no pudo negarse a no voltearse a verlo. Sonrió de inmediato.

—Ah... Eso no está en el menú, señor... —Louis se inclinó a besar a Julie y ella le correspondió—. Entiendo, regreso en un momento a tomar su orden —la mesera desapareció de ahí en segundos.

—¿Si sabes que te quiero mucho, verdad? —le dijo él a ella.

—Y yo a ti, Louis —le acarició la mejilla antes de volverlo a besar.