Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17

Otra pesadilla estaba ocupando los sueños de Keiko, la diferencia de esta al resto fue que al despertarse no llamó la atención de ninguno, inconscientemente llevó sus manos hasta su cuello, había soñado con su muerte, alargando su mano a la parte baja de su cama sacó una caja de cartón con varios libros, estos eran mucho más antiguos que todos los que tenía en la estantería de encima de su escritorio. Subió la caja a su cama y comenzó a buscar un libro en concreto, lo hacía cuidadosamente debido a la edad que tenían esto, siendo los últimos que se escribieron en la era dorada del Jujutsu los cuales se habían guardado para comprender el comportamiento de Sukuna, el único problema era que el japonés que aquí estaba escrito era antiguo y solo ella, gracias a su recuerdo y Sukuna podían leerlo sin problema.


Dejó de buscar cuando entre sus manos estaba el libro que buscaba, comenzó a leerlo, buscando información más detallada de su final, tras un tiempo descubrió que fue asesinada a manos de unos humanos que fueron engañados, culpándola de ser la causante de varias muertes en un poblado, guardó el libro en la caja y sacó un cuaderno de dibujo de su mesilla, este tenía algunos dibujos que ella había hecho después de ir obteniendo sus recuerdos para que no volviera a perder estos. Comenzó a mirar los dibujos hasta encontrar uno con el cual sentir algo especial, su mano paró al llegar a un dibujo que había hecho de Sukuna, ella y alguien más, al verlo su nombre volvió a su mente, "Uraume". Decidió guardarlo todo, volver a dormirse y al siguiente día le preguntaría a Sukuna.


Al siguiente día decidió esperarse a la hora de descanso y cuando estuvieron cerca de las máquinas de bebidas decidió preguntarle.


—Itadori, necesito hablar con Sukuna.

—¿Solo hablar?

—Nunca he hecho nada más, por favor Yuji-chan —dijo uniendo sus manos frente a su cara—.

—Está bien, no puedo decirte que no —cerró los ojos y al abrirlo estos ya tenías las pupilas más pequeñas y de color rojo a la par que los tatuajes salían en su rostro—.

—¿Qué le ocurre a mi preciosa Kitsu? ¿tanto me echabas de menos? —dirigió su rostro a la chica con intención de besarla, pero esto la paro poniéndole la mano en la cara—.

—No idiota, solo quería preguntarte sobre alguien.

—Está bien, pregunta lo que quieras.

—Anoche volví a soñar con mi pasado —decidió callarse lo de su muerte —salía otro chico, tenía el pelo blanco, solo recuerdo su nombre.

—Uraume.

—Si, ¿podrías hablarme sobre él? Soñé que os peleasteis pero no recuerdo nada más.

—Tras esa pelea él se fue de donde vivíamos.

—¿No volviste a verlo? —quería saber todo lo posible, pero no quería decirle lo de que lo había visto antes de su muerte—.

—No, nos vimos otra vez más... pero... —la castaña cambió su rostro por preocupación al ver el cambio en el rostro del mayor, este se mordía el labio a la par que apretaba sus puños—.

—¿Pero? —el mayor la tomó suavemente de las mejillas—.

—Aquel día fue el día en que te perdí, él volvió a la zona donde vivíamos para decirme que mientras lo defendías te habían capturado, fui lo más rápido que pude a salvarte pero cuando llegué al poblado... —el mayor la abrazó con fuerza pero sin hacerle daño, a Keiko se le encogió el corazón cuando escuchó los sollozos de este —... fue demasiado tarde, lo único que pude recuperar de ti fue tu cabeza —no lo entendía, porque su sueño era diferente a lo que Sukuna le había contado, recordaba ver a ese chico riéndose de ella, ¿por qué Sukuna dijo que ella lo había ayudado?, por primera vez en el puzle que eran sus sueños una pieza no encajaba—.

—Tranquilo Sukuna, de eso ya paso mucho y aquí estamos otra vez —lo tomó del rostro y le dio un suave beso en los labios—.

—¿Necesitas algo más?

—No, pero si quieres abrazarme un poco ... —no terminó la frase cuando Sukuna había vuelto a abrazarla causándole una pequeña risa, tras separarse después de un tiempo la castaña se despidió y tomó dirección hacia donde se encontrase Gojo, sabía que él era el único capaz de formar el puzle correctamente—.


Cuando lo encontró estaba sentado en su escritorio mientras leía un libro, le resultaba extraño encontrarse al mayor leyendo, así que decidió acercarse por detrás de él lentamente y al estar justo a su lado se percató que este estaba dormido.


—Gojo-san... —susurró, pero este no hizo respuesta, dirigió su mirada al su oído y se acercó a este —Gojo-san...

—¡Estoy despierto!

—Soy yo Gojo-san.

—Ah, hola Keiko-chan —en un abrir y cerrar de ojos esta estaba sentada en las piernas del mayor, quedando su espalda apoyada en el pecho de este —¿a qué debo tu hermosa visita?

—Necesito que me ayudes con algo de mi pasado como Kitsune.

—¿No has ido a preguntarle a Sukuna?

—Si, pero entre mi sueño y lo que él me ha dicho algo no encaja, por eso he venido a hablar con usted.

—Ya veo, ¿pues que es eso que no te encaja?

—Este sueño era de mi muerte y vi a un chico el cual me entregaba culpándome a mí de lo ocurrido, pero cuando le pregunté a Sukuna dijo que este chico fue a informarlo de que me habían capturado por ayudarlo.

—Para ti esa persona fue malvada y para Sukuna fue un amigo.

—Si —dijo con un tono molesto—.

—Ains mi pequeña, no te moleste por eso, ¿en los libros que te di no ponía nada?

—Ponía lo que me ocurrió a mí.

—¿Lo has leído todos?

—Claro que sí —miró hacia arriba encontrándose con su maestro mirándola—.

—¿Estás segura?

—Am... ahora que me lo dice —el mayor soltó el agarre haciendo que esta se levantara de encima de él —voy a leerlos de nuevo.

—Perfecto.


La castaña llegó a su habitación y tras cerrar la puerta sacó la caja de debajo de su cama y comenzó a leer todos los libros lentamente para asegurarse que no se perdía nada, cuando terminó lo comprendió, Sukuna no sabía la verdad, Uraume la había entregado para que el rey de los demonios solo le prestase atención a él. Volvió a guardarlo todo y se quedó sentada en la mesa, ¿sería capaz de decirle a Sukuna lo que verdaderamente le había ocurrido?


Tras suspirar decidió que lo mejor sería no decirle nada hasta que la ocasión no lo requiriera, salió de su habitación para volver con los demás.


En otra zona de Japón, ya entrada la noche, con solamente el ruido de los pocos coches que iban por la carretera, junto al cantar de algunas cigarras, cierto pelinegro estaba reunido con ese peliblanco, ambos tenían la mirada la estación de Shibuya.


—Mañana será el día, ¿estás seguro qué nos ayudará?

—Sukuna-sama confía en mi más que en nadie.

—Perfecto.


Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro