Capítulo 16
El tiempo había pasado y la castaña había recuperado varios recuerdos más haciendo que cada vez más se sentía más cómoda con Sukuna, por su parte la actitud de Sukuna avanzó a que a veces no salía o no luchaba solamente porque la castaña se lo pedía.
Tras despertarse Keiko se vistió con algo normal debido a lo que iba a hacer y tras peinarse, fue a la zona del comedor para desayunar con sus compañeros lo que no se esperaría era ver a Nobara y Megumi bastante molesto mientras miraban a Yuji, aunque al afinar su vista vio que era Sukuna.
—Sukuna-sama, no tenemos que pelear, no es necesario que salgas —dijo sin darle importancia a los otros dos—.
—Más me gustaría Kitsu.
—¡Pues deja volver a Yuji! —dijo la otra castaña preparando su martillo—.
—¿Me podéis contar que ha pasado? ¿Gojo-san lo sabe? —preguntó mientras se dirigía hacia la zona donde estaban las cosas para desayunar, se lavó las manos y comenzó a preparar dos bandejas de desayuno—.
—Gojo-sensei se ha ido a una misión y no sabemos exactamente lo que ha ocurrido cuando nos levantamos ya estaba así —Fushiguro respondió tranquilamente al ver que Keiko se mantenía calmada—.
—Ya veo... —volvió a la mesa con dos bandejas, se sentó al lado del pelirrosa y tras eso le dio una de las dos bandejas a Sukuna, la suya tenía un plato con dos tostadas junto a un pequeño cacharro con mermelada de frambuesa y un té de frutos rojos, por otra parte la de Sukuna tenía un bol de arroz, un plato con un filete de salmón y un té verde, ella tenía una cucharita para poder ponerte la mermelada mientras que en la otra bandeja estaban dos palillos—.
—Mn, que buena pinta —tanto Fushiguro como Kugisaki se quedaron sorprendidos al ver como Sukuna tranquilamente comenzaba a comer mientras la otra llenaba una de las dos tostadas de mermelada, todo eso como si no estuviera ocurriendo nada—.
—Keiko, ¿nos has escuchados?
—Si, pero primero habrá que tener a Sukuna contento, y este come mucho.
—Antes de que me preguntes, llame al mocoso para que volviera a tomar el control pero no ocurrió nada.
—La última vez mataste a Itadori —dijo el moreno recordando aquel día—.
—¿¡Hiciste eso!?
—Tú no sabías ni que había vuelto así que no te enfades.
—Pues más te vale que no vuelva a ocurrir, o si no tendremos un problema tú y yo.
—Está bien Kitsu.
—Le he enviado un mensaje a Gojo para que sepa lo ocurrido.
—Bien hecho Megumi-chan, solo hay un problema —al escucharla la otra chica y el más alto la miraron asustados pero esta, tomó un sorbo de su té haciendo que ambos se pusieran nerviosos—.
—¡Di ya que ocurre!
—Tengo que irme a realizar varias compras, así que os tendréis que quedar los dos con Sukuna.
—¡Eso ni hablar! —ambos gritaron—.
—Odio decirlo, pero tienen razón.
—Tiene que haber otra opción —Fushiguro comenzó a pensar pero se cayó al ver el rostro de Keiko, la cual tenía una sonrisa de oreja a oreja —no sé lo que piensas pero ya te digo que no.
—No he dicho nada.
—Tienes un pensamiento muy parecido a Gojo-sensei, así que seguramente tendrás una idea muy loca.
—Gracias por el desayuno —los tres miraron al de los tatuajes al escucharlo hablar—.
—Sukuna, tengo una idea para que pueda hacer mis compras y pueda estar contigo.
—¿Qué se te ha ocurrido?
—Vendrás conmigo a comprar.
—¿¡Estás loca!? ¿¡Vas a meter a Sukuna en mitad de Japón para que te acompañe a hacer compras!?
—Si —volvió a mirar al ojirrojo —solo tienes que mantener cerrado los ojos de abajo y nadie notará la diferencia —con la sorpresa de los otros dos, Sukuna hizo lo que esta le pidió quedándose como cuando es Yuji pero con las marcas —será divertido, pero no puedes hacer ninguna locura, ni matar a nadie —dijo señalándolo con su dedo anular—.
—Tsk, está bien, no matare a ningún humano.
—Pues solucionado —se levantó de su asiento y cogió las dos bandejas para llevarlas al lugar de lavado —cuando Gojo venga le decís que no se preocupe, yo me ocuparé de todo, vamos Sukuna.
—Prefería cuando no me recordabas y me tenías respeto.
—Venga Sukuna-sama —le sonrió a la vez que le alargaba su mano, esto hizo que Sukuna no pudiera evitar sonrojarse y le cogiera la mano a la menor saliendo de la habitación—.
—Puede salir muy bien.
—O muy mal —Fushiguro escondió la cabeza entre sus brazos, desde los cinco años conocía a la castaña y sabía que no era la primera vez que conseguía lo que quería ayudándolo a él a no tener que hacerlo todo, pero siempre lo había hecho con Gojo era la primera vez que lo hacía con Sukuna, así que tenía miedo por lo que podía ocurrir—.
Como de costumbre Keiko caminó hacia la estación de tren para ir hasta la zona comercial de Japón, dirigió su mirada hacia Sukuna quien se mantenía serio mirando al horizonte.
—Esto me recuerda a cuando era pequeña siendo Kitsu —el mayor la miró —yo no conocía el mundo que me rodeaba y tú me lo enseñaste, ahora yo te ayudaré a ti.
Tras montarse en el tren indicado llegaron al lugar deseado, ya allí fueron a donde la castaña quería ir mientras Sukuna no le soltaba la mano, cuando terminaron llegaron a un parque cerca de una zona de comida callejera.
—Guau, te estas portando muy bien, he hecho todas mis compras y no has hecho nada malo.
—¿Estás molesta porque Yuji no ha vuelto?
—Se que tendrá sus razones y aunque es cierto que quiero que vuelva, a la vez quería que vieras lo bueno que es este mundo.
—Lo siento, pero yo ahora mismo solo pienso en comida.
—Siempre piensas en comida —miró a los puestos —quédate aquí cuidando mis bolsas ahora vengo.
—Está bien —viendo como la chica se alejaba el pelirrosa se preguntaba porque Yuji no había querido volver, sabía que eso entristecía a Kitsu y aunque quería verla todos los días, también quería hacerla feliz —Maldito mocoso, aparece ya.
Estuvo un tiempo esperando hasta que la castaña volvió con varias cosas en las manos, había traído una bandeja de ocho bolas de Takoyaki, dos Menchi Katsu, aunque a Sukuna le costó aceptar esa comida acabo comiendo y estas le gustaron mucho, la castaña lo miraba con una sonrisa. Cuando terminaron el mayor ya quería irse pero la castaña quería pedir algo de postre para el camino al tren, así que aunque con resignación Sukuna acompaño a la castaña a por dicho postre, esta se compró una crepe rellena con crema de avellanas, fresa y plátano, en el camino Keiko le ofreció un bocado a Sukuna y a este le gustó mucho. Se subieron al tren que los llevaría de vuelta a la escuela, en el camino la castaña apoyó la cabeza en el hombro de Sukuna, al ver esto el mayor sonrió, aunque no lo podía creer, había paso un buen día, al llegar a la estación y ver que Keiko se había dormido se la subió a la espalda y tras coger las bolsas caminó hasta la escuela, al llegar no se sorprendió al ver como Gojo, Fushiguro y Kugisaki los esperaba.
—Se ha quedado dormida cuando veníamos para acá —aceptó que Gojo la cogiera y tras eso soltó las bolsas en la mesa más cercana —me cuesta aceptarlo, pero ha estado bien este día sin usar mis poderes y actuando como un humano, Kitsu siempre ha querido que yo aceptase a los humanos —se cayó al sentir como Itadori por fin quería salir —¿con qué este era tu plan eh mocoso? —miró a la castaña quien seguía dormida entre los brazos de Gojo con una sonrisa en su rostro —ha sido un día divertido (gracias Keiko).
Cerró sus ojos, poco después sus marcas desaparecieron, su pelo bajó y al abrir de nuevo los ojos eran las pupilas de Yuji, mientras este se quedó con los otros dos estudiantes Gojo llevó a la castaña a su habitación y metió en la cama.
—Buenas noches mi pequeña —tras darle un beso en la frente sonrió al ver la sonrisa que seguía en el rostro de la castaña, no sabía exactamente que habían hecho pero sabía que había sido un gran día para la castaña, encendió el pequeño árbol de cerezo de su damilla de noche y salió de la habitación cerrando la puerta tras él—.
Continuará...
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