Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

Al llegar a la escuela Gojo y Keiko fueron a la habitación del mayor para hablar de la duda que rondaba la cabeza de la castaña. No querían que nadie más oyera esta conversación.


—Keiko-chan, ¿estás segura?

—Si, quiero saber si alguna vez he sido importante para alguien.

—Tus padres te amaba, al igual que yo te amo.

—¿Pero que tengo yo que ver con Sukuna?

—Ains..., jamás quise que hubiera llegado este momento, pero cuando me dijiste lo de tus pesadillas supe que tarde o temprano querrías saberlo, tú eres una reencarnación de una kitsune que vivió hace más de mil años, lo que nunca hemos sabido era porque tú has soñado con sus recuerdos.

—Entonces, ¿el tipo que mato a mis padres?

—Ese si te quería para su beneficio, pero yo desde aquel día en que te vi tan asustada tuve claro que no iba a dejarte sola jamás, lo único que quiero es ayudarte a obtener tus recuerdos de cuando eras kitsune y descubrir quién eres, aunque para mí siempre serás mi pequeña Keiko-chan.

—¿Y Sukuna?

—Solo sé que no tiene los mejores ideales, pero también sé que tú has sido la única persona con la que él se ha preocupado y lo he sentido inquieto.

—En otras palabras, es malvado pero yo puedo conseguir que al final todo salga bien.

—Por eso eres mi niña lista —volvió a acariciarle la cabeza —¿quieres volver a dormir conmigo? —le preguntó con un tono suave y dulce en su voz.

—Creo que al tener las ideas más claras no tendré pesadilla.

—Perfecto, aun así, si a mitad de la noche vuelven las pesadillas puedes venir, yo siempre estaré para ti mi pequeña.

—Gojo-san... —se acercó un poco más al mayor.

—¿Qué ocurre Keiko-chan? —se agachó un poco y tras sentir como la castaña le cogía del cuello de la chaqueta y le dio un beso en la mejilla.

—Buenas noches Gojo-san —tras decir eso salió de la habitación en dirección a la suya, mientras el mayor con una sonrisa rozó con sus pulgares el lugar donde había recibido el beso, en ese momento se alegraba haber desactivado su infinito cuando entraron en el dormitorio.

—Buenas noches mi pequeña Keiko-chan.


Ya en su dormitorio, tras cambiarse se metió en la cama, su rostro parecía un tomate mientras miraba al techo de la habitación, había besado a Gojo-san en la mejilla y aun así estaba sonrojada.


—Venga Keiko, Gojo es como tu padre... pero es imposible no ver lo guapo que es, tener a alguien como él como padre... —miró el peluche de zorro que él le regalo —soy especial para Gojo-san —cogió el peluche y lo abrazó —soy única para Gojo-san —tras aumentar su sonrojo, escondió su rostro en el peluche —tú también eres importante para mí Gojo-san.


A la siguiente mañana Keiko se levantó con los primeros rayos de sol, caminó hasta su armario para ponerse su uniforme y después se dirigió a su tocador para peinarse, justo cuando estaba terminando alguien toco a su puerta.


—Pasa —esa persona abrió la puerta y entró en la habitación.

—Hola Yu... —se cayó al ver las marcas en el rostro de este al igual que sus ojos rojos y un semblante más serio que lo normal —hola Sukuna.

—¿De verdad no me recuerdas?

—Anoche hable con Gojo-san, y lo supe, te he visto en sueños, sé que se debe a que soy la reencarnación de esa kitsune que conociste, pero sin saber porque aunque en mis sueños veo los recuerdos, no los veo correctamente y puede que con el tiempo sepa quien fuiste en mi vida, pero actualmente no, lo único que sé de ti es lo que todos en esta época saben.

—Ya veo, aun así no has llamado a Gojo ni muestras miedo.

—Creo que si me quisieras matar, ya me hubieras matado —sonrió levemente, Sukuna al ver eso vio a su querida Kitsu, sin decir nada más fue hacia la castaña y la abrazó apoyando su cabeza en uno de los hombros de Keiko, esta cuando salió de la sorpresa aceptó el abrazo.

—Te prometo que te recuperaré Kitsu.


Sin recibir respuesta de la castaña, dio por finalizado el abrazo y tras darle un beso en los labios unió sus frentes cerrando los ojos, tras unos minutos unas lágrimas corrieron por las mejillas de la castaña.


—Sukuna-sama —aunque debido a las lágrimas su voz temblaba el otro la escuchó.

—¿Me recuerdas? —con una gran sonrisa separó sus frentes y la cogió por las mejillas.

—Creo que no tanto como le gustaría.

—Bueno... es un buen inició, debo irme este mocoso cree que sigue dormido.

—Aunque no lo recuerdo, siento que no va a ser la primera vez que hagas esto.

—Jeje, esta es mi Kitsu —tras darle otro beso salió de la habitación.


La castaña sonrió, jamás pensó que alguien como Sukuna se pondría así, en ese momento le gustaría recordar todo su pasado, por la sencilla razón de si se había puesto así de feliz por solo por recordar un poco, tenía ganas de ver como estaría al ver que ella llegase a recordarlo todo. Se preparó para salir de la habitación pero fue retenida por alguien, sin mirar quien era, solo pensaba que para una vez que se había levantado temprano parecía que no iba a poder salir de la habitación.


—¿Cómo ha dormido mi pequeña? Veo que por fin has podido dormir bien en unos días —el mayor le acarició la cabeza con una sonrisa, haciendo que esta se sonrojara, pero que a la vez se mostrase en su rostro una sonrisa.

—Gojo-san..., sí he dormido muy bien.

—Eso es genial, vamos a desayunar y a hablar de una nueva misión, a esta podrás venir.

—¿De verdad? Eso es genial, de un salto se abrazó a su cuello para abrazarlo mientras el mayor la abrazaba de la cintura para que esta no se cayera —me encanta que siempre quite su infinito para que pueda abrazarlo.

—Contigo no me gusta tener el infinito conectado —tras mirarse ambos sonreír la castaña sin decir nada le subió la venda hasta sus ojos haciendo que su cabello tomase la forma que solía tener hacia arriba.

—Así mejor —sonrió, le señaló al otro que la pusiera en el suelo y tras sonreírle le hizo caso —¿vamos ya con los demás?

—Claro —la castaña salió al pasillo e iba a ir a la zona de desayuno pero fue parada por el alvino.

—¿Qué ocurre Gojo-san? —el mayor se agachó y le beso la mejilla.

—Te lo debía de anoche.


Con una sonrisa ambos fueron hacia la zona de desayuno, allí Fushiguro ya le había preparado el desayuno a la castaña, pero no a Gojo quien solo tomó un café. Mientras comían el mayor les explicaba la nueva misión, debido al lugar donde iba a ser, debían conseguir un vestuario más elegante. Nobara convenció a Keiko para ir de compras y cada una se compró un hermoso vestido, Keiko se sentía rara pero sabía que era por una misión, y aunque no era fan de llevar vestido, lo haría siempre que Gojo se lo pidiera.


Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro