disque imitando a Pita Amor
la d de tu nombre es un padecimiento patológico.
no vengo a rogarte ni a contar mis sílabas,
hace años pasamos por esto, repetirlo es avaricia
y masoquismo. no quiero revelar de nuevo
la verdad que guardo como mía, solo mía,
en lo más oscuro y abyecto de mi corazón en el pecho.
no repetiré la afirmación que me guía,
porque he tenido tu concepto en mis manos,
también te he tenido tendido y colgando del pecho.
te he tomado del cuello y he apretado los labios.
sabes a limón cuando te clavo mordiscos.
¿y quién soy yo para rebelarme de nuevo?
¡y qué si no te quiero!
¡y qué si no anhelo pronunciar tu apellido
cuando la sangre que me lastima
me chorrea por la pierna!
y qué si a veces fantaseo con tener tu carne
e irla ingiriendo
hasta devolverte al vacío.
nos vimos ayer, nos dimos la mano.
estamos en paz, ya no nos veremos.
***
d mayúscula
El dolor pesa tanto como la ausencia de un salvador.
Es tan humana la complacencia, creer en vos.
Si los pecados lastiman, se buscará al redentor
que ampute cada trozo de piel que algún día pecó.
Ir señalando, pedazo a pedazo, la carne marchita.
Primero amputar un brazo, después extirpar el corazón.
El dolor es placer en cuerpos masoquistas,
es aliviar la consciencia e instaurar el terror.
Es la iglesia católica matando a los indígenas,
es el Capilla Sixtina transmutando en joyas la comida.
Ergo
no es error
creer en vos.
Si el dolor es pasión y la pasión es creación,
¿por qué no creen en la salvación?
¿Por qué erradicar el hambre
si las almas buenas pueden vivir sin tensión?
Sin pensión, con dolor...
La estafa se revela. Quizás no valga la pena
creer en vos.
***
Olvido que te pienso pero estás siempre en el verso;
con el pensamiento abyecto, a veces me disperso.
Que ironía pensarte y convertirte en mi todo,
dicen que nos forjaste de costilla y lodo.
¿Quién soy...? No, ¿quiénes somos nosotros?
¿Eres fiel a tu legado o habrás forjado otros?
Te anhelo mientras tiemblo, pienso que te temo;
mi ser no es eterno, dicen que a tu lado soy blasfemo.
***
d de Dios
Suplico por tu amor
como un amante celoso.
Condicionado es mi perdón
si no me has dado la salvación.
Anhelo que exista el cielo
para sepultar entre besos este dolor.
No te temo, siento recelo.
No te veo, no te siento.
Yo te pienso como obseso;
a falta de pruebas, persisto en mi error.
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