Capítulo 9 - Bébeme
—¡Ugh! Muy... rápido ¡Ah!
Las manos del azabache se abrieron paso entre la delgada prenda que cubría su torso, comenzando así con sus caricias a esos pequeños bultos que hacía tiempo habían comenzado a resaltar.
—¡Nngh!
Gemía el castaño contra la almohada siendo embestido con fuerza por el azabache, quien lo sostenía con firmeza de sus caderas, habían logrado sincronizar sus movimientos.
—¡Hngh! Mas... lento
Pedía, pero las estocadas seguían con la misma brutalidad, Jaekyung sentía como que a pesar de que su agujero estuviera dilatado aun continuaba apretándolo tan deliciosamente. Lo mejor de todo era que podía sentir cada espasmo que tenía el castaño y como estos recorrían por su cuerpo, además, él conocía que puntos tocar para que esté llegase al clímax.
—Me co... —gimió apretando con fuerza las sábanas — Ugmh — jadeaba.
Este salió de su interior y Dan cayó rendido, pero rápidamente lo sostuvo y cambio de posición, ahora ambos se encontraban de frente, sus miradas se encontraron de inmediato, pero no tardó Jaekyung en unir sus labios deseoso, sus lenguas degustaban de tal manera que parecían hambrientos del otro, para luego volver a penetrarlo.
—¡Ugh!
.
.
.
Dan entreabrió sus ojos pillando aquellos oscuros orbes negros, la vergüenza que tenia hace unas horas había desaparecido por completo, por alguna razón desconocida nuevamente se hacía presente el deseo de saciar su sed en aquellos labios, sin embargo, no daría tal paso, por lo que no se acercaba mas al luchador, pero tampoco se alejaba
—Creo que me volveré a correr
—No lo hagas aun.
El luchador quitó con habilidad aquella prenda que cubría su torso, todo para degustar sin obstáculos de aquellos apetitosos pezones.
—E-espe..re ¡Aah!
El frio de su lengua contra lo caliente de su blanquecina piel provocaron que este se estremezca aún más, Dan no sabía si siempre fue así de sensible o si Jaekyung lo había transformado en alguien así.
—Agh... hah... s-se siente extr... ¡aah! —gimió mientras este devoraba sus pezones.
—Mueve más tus caderas... — continuaba embistiéndolo con fuerza — O ¿Quieres continuar con esto hasta el amanecer?
—N-no
—¿Disfrutas sentir como me deslizo dentro de ti?
—Haa.
—Responde — exigió, pero este no respondía — Puedo sentir perfectamente como tu cuerpo tiembla ante mis toques.
—¡Ngh!
—O como tus piernas comienzan a temblar mientras más profundo te embisto.
—Si sigue... ah presionando contra mi estomago... mmph... yo-o... ¡Ugh!
Dan se mordía los labios tratando de seguirle el ritmo, mientras que Jaekyung se dedicaba a masajear benevolente aquellos pequeños montículos que apenas y sobresalían de la delantera del castaño.
—M-me vengo ¡Aaah! — Gimió cayendo rendido sobre la cama — Haa...
Entonces Jaekyung salé de su interior donde masturbándose termina por soltar aquel liquido blanquecino sobre el cuerpo del castaño.
—Que buena vista, carajo — decía relamiéndose los labios — No sabes que esa expresión que tienes ahora me incita a seguir penetrándote.
—Haa... Necesito quitarme... esto — le señalo jadeante hacia aquella prenda toda húmeda.
—Cierto, este conejo tiene los pantalones muy sucios — jala aquella prenda y aproxima su cadera nuevamente a su entrada.
Observó su rostro sonrojado y jadeante antes de levantarlo, Dan al sentir como el miembro se encontraba nuevamente firme como un mástil rozando su agujero suspiro cansado, pero estaba casi listo para recibirlo otra vez.
— Ponlo, rápido
Este elevó levemente sus caderas listo para recibir todo lo que el azabache le brindaría y un solo movimiento bastó para ser uno nuevamente. Dan buscaba perder la poca claridad con la que contaba, quería dejar libre a sus impulsos carnales y nublar sus pensamientos racionales, no quería pensar en sus acciones, mientras menos consciente estaba, más rápido lo superaría.
—Agárrate fuerte — acercó su rostro — Porque si no te aferras, tu espalda mañana te dolerá.
Así como le había avisado comenzó a embestirlo con mayor fuerza, el castaño se aferraba con fuerza a él, estaba perdiéndose en los placeres carnales que el azabache le brindaba.
—¡Nnngh! S-señor... Haa, ¡Es muy profundo! — continuaba deslizándose.
La desnudez de sus cuerpos al rozarse provocaba que aumente aún más el calor en la habitación. El luchador conocía los lugares a tocar para estimularlo y hacer más placentero el acto, su ego se elevaba cuando observaba al castaño perderse en el placer que le daba, por lo que ponía de su parte para complacerlo.
—¡Mmm!... ¡Haa!
—No te detengas — envuelve sus brazos alrededor de su cintura acelerando sus embestidas.
—Jae... — gemía sincronizando los movimientos de sus caderas con los suyos
Oh... dijo su nombre, cuando lo llamaba por su nombre era sinónimo a que este perdía la racionalidad y aquello le encantaba.
—¡Hngh!
El calor que emanaba de sus cuerpos ocasionaba que el sexo fuera mucho más que satisfactorio, las paredes del agujero de Dan abrazaban tan fuertemente el miembro del luchador provocando que este sintiera como si se derritiese, lo que lo llevó a contener las ganas de venirse en ese mismo instante, aún no era tiempo, quería seguir disfrutando.
Las caderas del castaño se movían con rapidez y de manera sincronizada, llevando así que suelten gemidos de más placer a mayor volumen, Jaekyung apretaba con firmeza las nalgas de su compañero cegado por la lujuria, entre tanto se podía escuchar el eco que producían sus cuerpos al juntarse.
—M-mas... lento ¡AH!
Jaekyung volvió a acariciar tortuosamente con los pulpejos de sus dedos los pequeños pezones erectos logrando que este suelte un sonoro gemido de placer, a lo cual incrementó aun más la intensidad de las embestidas, se podía escuchar como la cama retumbaba y rechinaba ante sus movimientos, Dan se aferraba con fuerza de las sábanas mientras era envuelto en una exquisita sensación eléctrica que recorría por toda su columna.
—No... otra vez ¡Mmgh!
Nuevamente llegó al clímax, sin embargo, el azabache no se detuvo, más bien presiono el torso del castaño contra la cama y elevó sus caderas mientras sacaba y clavaba su miembro con fuerza.
—S-solo... un momento.
Pidió, más este hizo caso omiso a su petición, mantuvo por un buen tiempo sus embestidas constantes hasta que no pudo soportar más tal embriagante sensación y descargó todo su esperma en el interior del castaño. Cayeron ambos sobre la cama y se observaron de reojo.
—Hoy te corriste mucho, la cama está mojada.
—Es que tenía que darle de beber para que ya no crezca — estiró su brazo hasta la mesita de noche agarrando su celular — Uf...
—¿Qué hora es?
—La una de la mañana.
—Entonces aun nos queda una hora — se reincorporó.
Necesitaba hacer esa especie de dibujo, pero como ven, mis habilidades son limitadas, realicé ese dibujo como en una hora por falta de tiempo, espero que la autora o alguien nos regale una imagen de Dan así.
Los quiere
MissLemons
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro