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Capítulo 21 - Inquietud


—Estaré todo el día en mi agencia, así que no me prepares nada para cenar— dice mirando la carretera.

—Está bien.

—Me olvidaba, quiero que me traigas del gimnasio el bolso negro que siempre llevo, se lo iba a pedir a Yoon-gu, pero estará ocupado con lo del nuevo campeonato— observa de reojo al mayor y al ver en su rostro confusión preguntó —¿Por qué tienes esa cara?

—¿Qué cara? Am... no... — comienza a jugar con los dedos de sus manos —Solo estaba pensando en que hasta ahora no conozco donde queda la agencia en la que usted trabaja.

—¿No la conoces? — alza una ceja sorprendido— ¿De verdad has vivido en Seúl?

—Y-yo— Dan bajó la mirada —Yo no he tenido mucho tiempo como para explorar la ciudad.

—Como sea, pregúntale a Josep o Yoon-gu, algunos de ellos te darán la ubicación— el castaño asintió — Cuando bajes debo darte un pase, el edificio de mi agencia ha recibido un par de amenazas de muerte por correo y la seguridad aumentó.

—Oh... que grave.

—Ni tanto, pero ni bien salgas del hospital ve directo al gimnasio para traerme mi bolso y luego te diriges a mi agencia, ya le avisé a Namwook que no estarías hoy en el gimnasio por la mañana.

—S-señor ¿Es necesario que sea yo quien vaya?

—¿Quién mas? o ¿No quieres ir?

—N-no es eso señor, solo que...

—¿Entonces...?

El luchador giró su vehículo hacia la derecha con brusquedad al ver como un auto se dirigía hacia donde estaban, asustando así al mayor quien se agarró con fuerza del asiento. 

—¡Carajo! —apretó la bocina con fuerza— ¡Puto imbécil! ¿Cómo va a intentar adelantarme así? — bufó molesto deteniendo su auto sin previo aviso, provocando que Dan se vaya adelante con fuerza que de no ser por el cinturón se habría lastimado —¡Grandísimo hijo de puta! — miró fijamente a los lados antes de volver a avanzar —Casi golpea mi auto el muy imbécil— se acomoda el cabello tratando de calmarse —Me decías...

—N-no era nada señor.

—Si tienes algo que decir hazlo, no seas cobarde.

—Eh... Bueno, había acordado con el entrenador Namwook en realizarle una sesión de fisioterapia al señor Changmin.

—¿Kim Changmin?

—Si, tiene un combate importante cercano para la liga y como se quejaba de un dolor en su brazo, debo darle unas sesiones de masajes.

—¿Y?

Dan al no saber que responderle se quedó en silencio formando así un ambiente un poco incomodo que para su fortuna solo duró unos largos segundos, tras encontrar una solución.

—Puedo decirle a Daehyun que lleve su bolso y que...

—No debería ni siquiera recordarte que eres tu mi fisioterapeuta personal Kim Dan, el trabajo que te di es solo conmigo no con los demás — Dan apretaba sus dedos con nervios al percatarse del error que cometió —O ¿Ellos son los que te pagan tu salario?

—No señor.

—Tu única preocupación debería ser velar por mi bienestar, pensé que eso te había quedado claro— se estaciona frente al hospital —Pero veo que no.

Dan se quedó con la cabeza gacha, otra vez estaba de regreso el mal humor en Jaekyung —No debí haber mencionado nada al señor Joo, Ay Kim Dan es tu culpa que  él se haya molestado, tonto, tonto, no debías siquiera preguntar motivos, solo tenias que decir que si.

—Así que te gusté o no, serás tú quien me llevará el puto bolso a la agencia, que en ningún momento te pregunté si querías o no  ¿Entendiste?

—Si — respondió con desanimo —Muchas gracias por traerme señor— hizo una reverencia antes de descender del vehículo.

Jaekyung vio como los ojos del mayor evitaron los suyo, pero logró ver como estos tomaron cierto brillo acuoso justo antes de que este le de la espalda para ingresar al hospital.

—¿Y ahora porque está así?

Se preguntó mientras lo observaba por un par de segundos antes de perderlo de vista, para luego retomar su camino original. Mientras conducía muchas preguntas se hicieron presentes.

No terminaba de entender porque se encontraba irritado porque hace tan solo un par de horas lo había hecho y generalmente el sexo era algo que calmaba su mal humor, o tal vez Dan estaba perdiendo ese efecto en él.

—¿Será eso? No, no podría ser eso. 

Él todavía seguía disfrutando grandemente tener sexo con Dan y aun mas hacerlo las veces que deseara, tenerlo a su plena disposición era algo que le fascinaba, le gustaba tener el control sobre alguien mas.

Pero si de gustos se trataba el devorarlo y llenar ese pequeño agujero con su semen, se había vuelto de sus cosas favoritas desde que convivían, de tan solo pensar en hacerlo nuevamente su miembro se endurecía,  por lo que vuelve al mismo punto '

¿Por qué se ha vuelto muy constante este mal humor?

Esta duda, ha cursado por sus pensamientos un par de veces estos últimos días lo cual es de extrañarse un poco, porque si, su rutina ya ha tenido cambios considerables desde que este se mudó con él, sin embargo, estas ultimas semanas recién notó estos cambios de humor.

Si bien él hacía ya muchos años que no compartía su espacio con nadie más, estaría mintiendo si decía que la presencia de Dan le molestaba, pues este era alguien muy cuidadoso con lo que realizaba, tanto con sus cosas, como las de la casa. De hecho, el único cambio que había hecho era haber traído esa monstruosidad de armario, porque el resto de su habitación se encontraba todo como él le había entregado, no había movido una sola cosa.

El mayor trataba en lo posible no invadir su espacio personal, respetando las reglas que le había impuesto cuando llegó al pie de la letra, suspiró cansado.

Por ahora lo mejor sería esperar a su próximo combate para ver si aun Dan le sigue siendo útil ante su maldición. Antes de ingresar a la carretera principal se percató de que el pase que debía tener Dan se encontraba en la cajuela.

—Mierda... solo te pedí hacer una sola cosa Kim Dan, ahora llegaré tarde por tu culpa.

Molesto se dirigió nuevamente hacia el hospital, durante el camino comenzó a llamarle al fisioterapeuta, sin embargo, este simplemente no tomaba su llamada y era respondido por el buzón de voz. El luchador continúo intentando comunicarse con él, pero fue una pérdida de tiempo.

Entonces este recordó que en ocasiones cuando Dan visitaba a su abuela colocaba su celular en modo silencioso, por lo que resignado dejó de insistir y se resigno. Al ingresar al hospital las miradas no tardaron en llegar hacia su persona, que a pesar de estar cubriendo su rostro con su característica gorra y barbijo, su gran tamaño no ayudaba mucho a pasar desapercibido.

—Buenos días, señor ¿En que puedo ayudarlo?

—¿En que habitación se encuentra la paciente...

Una vez obtenida la información, Jaekyung caminaba con confianza por los enormes pasillos y como antes ya había visitado el hospital se ubicó con rapidez, en su trayecto podía sentir como algunas miradas lo seguían a lo lejos junto con un par de cuchicheos por parte de las enfermeras, pero esto podría importarle menos.

—Por tu culpa tendré que escuchar los regaños de Namwook, deberás recompensarme debidamente por esto.

Al encontrar la habitación donde se encontraba la abuela de Dan se acercó con rapidez, a la puerta a medio abrir donde se detuvo al observar desde la apertura una escena un tanto peculiar, el mayor se encontraba recostado sobre un lado de la camilla de la abuela quien le acariciaba sus cabellos con dulzura, sin percatarse ninguno de su presencia.

—Ya te dije que no es nada abuela.

—Llegaste con los ojos llorosos mi pequeño, dile a la abuela que pasa.

—N-no es na...

—Dan.

—Solo tuve unos días un poco estresantes en el trabajo, eso es todo.

—¿Te están dando trabajo de más?— peina sus cabellos —Se que la paga es muy buena, pero no olvides que también debes descansar, debes cuidar tu salud mi niño.

—Lo sé abuela — se acerca aún más a ella —No tienes que preocuparte por nada abuela, ya se me pasará.

Jaekyung los observaba sin expresión alguna y al darse cuenta de que al ingresar en ese momento las cosas se volverían incomodas solo dio una media vuelta con intención de abandonar el lugar, acomodo su gorra y al ver como una enfermera se acercaba la detuvo.

—Puede entregarle esto al familiar de la paciente de la habitación 320.

—Oh... ¿Al joven Kim Dan? — dijo con una sonrisa tomando el objeto —Por supuesto que se lo daré, ¿De parte de quién? Disculpe.

—El sabrá.

—Bueno...




¡He vuelto!... lamento la demora, el trabajo me tiene sin vida, pero mientras disfruten lo que escribo soy feliz y con sus comentarios me animan a continuar este fic, así que muchas gracias. Sin mas que decir, no olviden apretar la estrellita de aquí abajo. 

Los quiere 

MissLemons

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