Capítulo Veinticuatro
Los gritos de un niño diciendo que lo soltara era lo único que podía escuchar BeomGyu. Él no estaba consciente, por lo menos no lo estaba mientras parecía querer deshacerse de ese pequeño que tenía agarrado de la garganta. La culpabilidad sí existía en su pesadilla, porque no podía parar de llorar, de negarle las súplicas al niño de mejillas bonitas y cabello azabache.
Era él mismo a quien parecía odiar. Se odiaba, repudiaba a la persona que alguna vez fue, aún si no sabía realmente por qué. Sus manos apretaron con más fuerza, y los gritos del niño diciendo que era un idiota comenzaron a desaparecer, a bajar de volumen así como la luz desaparecía de la habitación.
El sudor en la frente era parte de la realidad. Su corazón no dejó de latir tan apresuradamente como en su sueño, y la habitación que tenía tonos naranjas ahora solo estaba en completa oscuridad. No había ningún niño, ni ninguna culpa tan fuerte como la que sentía en tal pesadilla.
El pulso del azabache comenzó a normalizarse. Un sueño. Solo era un sueño. Todo aquello lo tenía demasiado estresado como para quedarse ahí, y la garganta seca fue el plus que lo animó a salir de la habitación antes de que pierda el sentido en una mala jugada de su cerebro.
La noche gélida acompañó a BeomGyu de la habitación hacia la cocina, sirviéndose un vaso de agua que tomó como si hubiera estado ejercitándose minutos antes. Y luego fue de la cocina hasta su habitación, aumentando un vaso lleno por si es que lo necesitaba horas después. Pero aquello quedó en el olvido cuando su mirada paseó hasta el final del pasillo.
Una habitación estaba abierta, más específicamente la de Taehyun. BeomGyu no se quería acercar mucho al joven rubio, tal vez era la culpa lo que lo pausaba de hacer algo, o los ojos del menor llenos de miedo hacia su persona.
Y de nuevo, no lo entendía. Claro que fue un completo idiota cuando se encontraron años antes, pero no creía que esa fuera una razón completa: hasta donde recordaba, Taehyun disfrutaba de sus encuentros tanto como él.
Un pequeño escalofrío provocado por la brisa lo hizo temblar, ayudándolo finalmente a dejar de estar parado como tonto e ir hacia aquella puerta para cerrarla.
Su intención era simplemente salvar a Taehyun y Kai de un resfrío. Solo necesitaba encontrarse con dos personas durmiendo abrazados y con las sábanas hasta los hombros para no sentirse tan mal. Sin embargo, Beomgyu se encontró con un cuerpo bajo las sábanas, y dos sentados en la cama.
La confusión se manifestó en él con el ceño fruncido, y un "¿Papá?" se escapó de sus labios sin querer, asustando a las dos personas que estaban despiertas y atrayendo sus miradas hacia él.
— ¿Qué haces aquí?
La luz tenue del pasillo ayudó a BeomGyu a captar la seña que le hizo DangHoon, que era algo como "silencio", dirigiendo el dedo hacia el pequeño que dormía al otro lado de la cama, "Kai se puede despertar".
El de cabellera azabache frunció el ceño aún más, para luego voltear a mirar al otro chico despierto. Taehyun se veía agitado y pálido, tal vez la luz no ayudaba a observarlo con nitidez, pero sí podía notar como el terror hacía temblar su cuerpo en pequeños espasmos.
— ¿Qué pasó? —preguntó en voz baja sin quitar la mirada de los ojos del rubio, acercándose unos pasos hacia la cama de la cual DangHoon se levantaba.
— Escuché a alguien llorar aquí, solo vine a ver si todo estaba bien —su padre detuvo su paso con una mano en su hombro, indicándole la puerta con el dedo—. Vamos, todo esta bi-
— Taehyun está llorando.
¿Qué? El mayor de todos frunció el ceño y volteó a mirar al mencionado. Taehyun no quitaba su mirada fija de BeomGyu mientras que las lágrimas resbalaban por sus mejillas rosas. ¿Cuándo diablos se había puesto a llorar como un puto bebé? Jodido niño.
— Taehyun-
— Taehyun está bien, mejor ve a traerle algo de tomar, ve —mandó DangHoon, impidiéndole el paso a su hijo—. Anda, BeomGyu.
— Pero-
— BeomGyu.
Él desvió la mirada de los ojos de Taehyun hacia los de su padre, notando como estos comenzaban a cambiar de intensidad. Le daba miedo como DangHoon convertía su mirada calmada a una furiosa que podría hacerte sentir vulnerable en cuestión de segundos, y por eso mismo volteó hacia Taehyun, zafándose del agarre de su padre.
Se acercó a él hasta sentarse al borde de la cama, ambos lo suficientemente cerca como para susurrar y ser perfectamente escuchados por el contrario. Aunque no servía de mucho si alguien no era capaz de decir lo que pasaba.
— ¿Por-
— Quédate. —Los ojos del menor suplicaban, su voz delgada también. Beomgyu sintió como una mano cálida se posaba sobre la suya disimuladamente y el cuerpo de Taehyun se acercaba más a él, muy extrañamente cerca y lo suficiente para hipnotizarlo—. Quédate, por favor.
— BeomGyu debe ir a dormir.
— Me quedaré. —aseguró el mayor sin desviar la mirada de la suya, y ahí mismo dejó que su otra mano apretara con seguridad la del menor, quien asintió a ello.
Las cosas parecían irreales, desde la forma en que Taehyun evadió su mirada hasta como este se hizo a un lado en la cama, dejándole en claro que podía dormir junto a él. BeomGyu no podía actuar con más seguridad de la que sentía en esos momentos, y esta estaba elevada por los cielos, no como la del rubio, que miraba con disimulo a DangHoon, muy a la defensiva y con demasiada vulnerabilidad.
Y cualquiera se pondría así, porque cuando BeomGyu volteó a observar a su padre, pudo sentirse como un niño pequeño que estaba presenciando una amenaza contra otro.
De forma inexplicable, esas sensaciones estaban formando parte de su vida últimamente. Siempre cuando Taehyun estaba cerca, sentía que viajaba en el tiempo hasta alguno que no vivió. Pero no se dejaría controlar por esa angustia, BeomGyu sabía fingir a comparación de otros.
— Me quedaré aquí —aseguró, y su padre volteó la atención hacia él—. Cierra la puerta cuando salgas, papá.
Y sin más palabras, DangHoon ejerció lo pedido, dejándolos a ambos en un completo silencio y oscuridad. BeomGyu suspiró incómodo: hace un momento estaba muy seguro de lo que hacía pero ahora, teniendo el cálido cuerpo de Taehyun al lado, las cosas cambiaban.
Miró de reojo al chico que era iluminado suavemente por la luz de la luna que atravesaba entre las persianas. Taehyun estaba cabizbajo, demasiado concentrado en sus propias manos y sin ganas aparentes de acostarse.
— ¿Por qué estás así?
— No es nada.
— ¿En serio? —insistió, recibiendo solo una afirmación—. ¿Qué te dijo mi papá?
— Solo vino a mirar que todo estuviera bien —musitó, antes de levantar la mirada hacia el mayor.
Taehyun era demasiado transparente cuando lo mirabas directamente a los ojos, estos te hundían en sus emociones muy fácilmente, BeomGyu era la rata de laboratorio que comprobaba aquello.
Era inexplicable la mala vibra que le causaba, entonces no sabía si sentía esa fátiga por su reciente pesadilla, o por la pesadilla que parecía estar viviendo Taehyun en esos momentos.
— Sé que no confías en mi, y no te pido que lo hagas. Pero si algo te está molestando, creo que deberías decírselo a alguien, Taehyun —susurró, temiendo de que el ruido pudiera despertar al menor que roncaba con la boca abierta al otro lado de la cama—. No sé, a tu mamá, a tu papá... hasta el abuelo es bueno escuchando.
BeomGyu se esperaba de todo, menos esa sonrisa burlona que le dio el menor, una que parecía completamente incrédula de lo que decía. Por primera vez estaba tratando de empatizar con alguien, y ahora ese rubio se divertía de la angustia que le había dado.
— Lo consideraré.
— Pero no lo olvides.
— No me olvido de nada, no te preocupes, hyung.
Susurró Taehyun finalmente, dejando un beso en la mejilla del mayor para acostarse. Pero la reacción de un chico sin control no pudo ser más estupida que tomarlo de la barbilla hasta plantar su labios contra los suyos en un beso duro, demandante y hambriento por probarlo de nuevo. Hambriento por probar la boca que años antes pudo usar en sus etapas de chico imbécil.
Lamentablemente para él, el usado no le correspondió, demostrándole su negación con un empuje de poca fuerza en su pecho. Taehyun lo alejó, sus ojos agrandados y asustados de lo que había hecho sin su permiso.
Pero BeomGyu no entendía, no entendía nada. No entendía lo que pasaba con su padre y el rubio, no entendía su pesadilla, no entendía su comportamiento, no entendía a Taehyun, no entendía la ansiedad que le daba mirar los ojos que ahora lo observaban con reproche y resentimiento.
Y aún sabiendo que no había hecho nada malo, pero sintiendo lo contrario, añadió—: Lo siento.
Le hubiera gustado recibir un "está bien" de Taehyun, pero este solo le rodó los ojos antes de echarse y darle la espalda, abrazando de nuevo el cuerpo del inocente niño para sentirse seguro, para mantenerse alejado del otro monstruo con el que vivía.
BeomGyu bufó con molestia y se dejó caer en la cama, tapándose los ojos con el antebrazo para cegarse de ello.
Necesitaba y tenía que aprender a controlar sus emociones.
Ayer salí a dejar un envío con mi papá y mi tía, y como mi tía no quería tomar taxi, tuvimos que ir en bus.
Pero en el bus, la gente se sUPER LLENO, y muchas personas estaban con gripe, creo. Estornudaban, tosían, no sé, un desastre.
Ahora Luz Karina tiene fiebre y se siente morir. Si me muero, una taegyunista se iría del mundo, pero recuerden que otra nacerá. Espero que esa taegyunista pueda vivir para presenciar la confirmación de Taegyu novios.
Baicito, Taegyunista hasta la muerte 😭✌️
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