🍁 Capítulo 23 🍁
"La vida puede volverse hermosa cuando menos los esperas"
Cada vez nos acercábamos más a nuestro lugar secreto, al bosque de los mil colores.
No sabía cuál era la sorpresa que Adam había preparado, pero no tenía dudas de que iba a ser un gran sorpresa. Así era Adam, le gustaba hacer las cosas a lo grande.
Me sentía mal por la discusión que habíamos tenido hace solo un par de minutos, a veces la situación me superaba y no sabía cómo controlarme. Quería volver a ser aquella chica independiente, no deseaba una vida con ataduras, deseaba ser capaz de decidir por mí misma sin que nadie cuestionara mis decisiones.
No sabía si esto mejoraría, se mantendría igual, o en el peor de los casos, empeoraría de tal manera que no sería capaz de soportarlo. La mayoría de las personas como yo, solo querían vivir una vida como cualquier persona normal.
Suena feo, pero yo no era normal y mi vida ya no volvería a ser la de antes. Mi enfermedad no era normal, mi situación tampoco. Así que solo me quedaba esperar y tener confianza en un futuro el cuál consideraba incierto.
—¿Crees que algún día podré sanarme? —pregunté.
Adam se detuvo, atónito por mi pregunta.
—Olvídalo, no tienes que contestarme.
—Espero que sí —respondió con una sonrisa—. Sería capaz de dar hasta mi vida para poder encontrar la cura a tu enfermedad. No soy capaz de ver a la persona que quiero más sufrir, no puedo evitarlo.
—Es como un gran dolor en medio de mi pecho, y cada vez que pienso en eso, el dolor se intensifica —murmuré conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir—. Es como si estuviera conteniendo un grito interno, deseoso por salir porque la vida le duele.
Dolía no tener una respuesta a lo que me sucedía. Dolía saber que algún día me tendría que ir. No estaba preparada para despedirme de las personas que amaba.
Quería creer que todas las preguntas que rondaban en mi cabeza, en algún momento, tendrían respuesta. Cuando estás enfermo entras en algún tipo de desesperación, donde solo quieres saber qué es lo que tienes, si tiene cura y si sobrevivirás.
Preguntas tan sencillas, pero con respuestas que se veían imposibles de tener.
A pesar de que me sentía abrumada y angustiada, sabía que no estaba sola, tenía a Adam.
Adam Lahey, ¿cómo describirlo?
Difícil, una persona difícil.
Era como aquellos enigmas que se habían planteado desde hace siglos, y que hasta el día de hoy, nadie había logrado obtener una respuesta concreta.
Tenía la capacidad de ser la persona más amorosa y paciente, a ser atemorizante e impaciente. Su voz y sus facciones cambiaban de una forma tan aterradora que literalmente él podría hacerte llorar.
Aparentaba ser alguien desinteresado, frío, distante y muy misterioso. Características que encajaban con su personalidad, pero que de un momento a otro, podían cambiar drásticamente; siendo así atento, amoroso y cursi.
—Eres muy complicado, Adam Lahey —comenté obteniendo una risa ronca de su parte—. Tu personalidad es muy difícil de deducir.
—Yo llevó años intentando deducir tú personalidad y aún no tengo respuestas —indicó, provocando que le diera un pequeño golpe en la cabeza—. ¡Auch!
—Exagerado —musité—. Eres todo un misterio.
—Tal vez —contestó egocéntricamente—. Tú eres muy complicada y terca.
—Ay, por favor —farfullé—. Tú también eres terco.
—Hay que admitir que ambos somos tercos —aclaró dando una breve pausa—, pero de todas formas nos queremos.
—Tienes razón —respondí—. Bájame.
—¿Por qué? —preguntó—. ¿No estás cómoda?
—Claro que estoy cómoda, pero me siento mejor. Quiero caminar por mi propia cuenta.
—De acuerdo. —Adam con mucha delicadeza me bajó y me soltó una vez que mis pies tocaron el suelo—. Gracias, Lahey.
—De nada, Pecas
Ambos seguimos caminando lentamente, debido a que alguien no quería que me esfuerce demasiado por miedo a que me sucediera algo.
A veces Adam podía ser muy sobreprotector y exagerado, pero aun así lo seguía queriendo.
—Cierra los ojos —ordenó tomándome de la cintura—. Estamos muy cerca.
—Está bien —asentí cerrando mis ojos.
Seguí caminando con los ojos cerrados, mientras que Adam me guiaba hacia donde caminar para no tropezar.
—Detente —decretó—. Abre tus ojos.
Y así lo hice.
Abrí mis ojos con lentitud, topándome con la mejor sorpresa que me pudieron haber dado en puta vida.
La mayoría de los chicos eran poco originales. Sus regalos eran osos de peluche gigantes, un picnic o una cita elegante. Sin embargo, Adam no era cualquier chico, era uno muy especial.
Cerca del pequeño lago, donde había grandes piedras, había un atelier con un lienzo de color blanco; sobre las piedras estaba apoyada una caja de madera llena de acrílicos y pinceles, pero lo que más llamó mi atención, fue que en el suelo había un gran balde de metal llenó de globos, que a mi parecer, estaban llenos de pinturas.
—Holland, di algo —dijo Adam tocando mi hombro suavemente.
Me di la vuelta lentamente, aun sorprendida por lo que había visto.
Observé a Adam directamente a los ojos, lo tomé de la camisa y con un rápido, pero torpe movimiento, estampé mis labios contra los suyos.
Adam me correspondió al instante, tomándome de la cintura y acercándome más a su cuerpo.
Era un beso dulce, pero a la vez posesivo; lento, pero a la vez llenó de deseo. Nuestros labios se movían en sincronía, uniéndose en una maravillosa e indescriptible sensación. La forma en que mis hormonas se alborotaban y las mariposas comenzaban a presentarse, todo era demasiado perfecto para ser real.
Los labios de Adam eran carnosos, suaves y húmedos, provocando que me volviera adicta a ellos en cuestión de segundos. Mis manos se dirigieron hacia su rostro, acariciando sus mejillas con delicadeza. Las suyas apretaron mi cintura con suavidad, dándole leves caricias.
Mi cuerpo se debilitaba en sus brazos, y cada vez tenía menos fuerzas para mantenerme de pie.
Maldita enfermedad, ¿no podías esperar otro momento?
Me separé lentamente de su cuerpo. Él aún no quería soltar mis labios, pero tuve que insistir que se alejara.
—Esa es la mejor respuesta que me han dado en mi vida —mencionó con una sonrisa boba.
Yo solo reí y me alejé, dirigiéndome hacia el balde que estaba hasta el borde con globos llenos de pintura. Agarré uno, mientras que con las pocas fuerzas que tenía, lo arrogaba en el lienzo.
Ahora tenía una gran mancha de color amarillo.
—¡Esto es divertido! —grité—. Aunque creo que necesitaré ayuda.
Adam sin dudarlo se acercó a mí y tomó uno de los globos, lo lanzó sobre el lienzo dejando una mancha de color roja.
Me sonrió levemente, mientras que ambos seguíamos tomando los globos y estrellándolos contra el lienzo, creando algún tipo de arcoíris sin forma.
—Pensé que el resultado iba ser mejor. —Se quejó disgustado por la manchas de colores en el lienzo.
—Con un poco de imaginación puede quedar bonito —respondí —. A veces las cosas desagradables ante nuestros ojos pueden convertirse en algo completamente hermoso.
—Tal vez
—De igual manera, se puede ser valiente en medio del dolor, que yo pueda serlo.
—Claro que puedes, eres Holland Evans —susurró depositando un beso en mi mejilla.
Tomé un pincel de trazo fino, lo mojé con un poco de agua y pintura negra, mientras que lentamente comenzaba a trazar líneas en todo el lienzo
No sabía exactamente lo que quería dibujar, pero dejé que mi imaginación y creatividad se hicieran cargo.
A medida que pasaban los minutos aquel lienzo que en un principio estaba lleno de manchas sin sentido, ahora comenzaba a tomar forma.
Dibujé un sendero rodeado de bellos árboles, me parecía muy hermoso, pero no lo consideraba perfecto. La pintura se trata de aquellos sentimientos ocultos en cada pincelada, de los pequeños pedazos de tu alma que dejas en cada retoque, donde la mente es completamente libre.
La pintura era perfectamente imperfecta, podía ser perfecta ante los ojos de su autor, y para otros simples garabatos sin forma ni sentido.
La primera idea extraña surgió, y junto ante ese bosque tan común y poco usual, comencé a dibujar a los personajes de "Alicia en el país de las maravillas".
El conejo blanco, sonriente el gato, el sombrero, y otro más formaban parte del lienzo. Quería dar el efecto de que estuvieran escondidos detrás de los árboles, mientras que en medio de aquel sendero, estábamos retratados Adam y yo, tomados de la mano, caminando por ese extraño universo que yo había creado.
—¿Qué opinas? —pregunté en un susurro.
—Es extraña, inusual y peculiar —comentó arrugando su entrecejo—. Me fascina, es maravillosa.
—¿En serio?
—Todo lo que hagas, digas u observes es fantástico, Holland —mencionó con una leve sonrisa—. ¿Sabes por qué?
—No, no tengo ni la menor idea.
—Debido a que tienes la capacidad de destacar entre las personas. Tienes ese algo que te hace única y especial, esas cosas te hacen perfecta, e incluso cuando tú no lo notes, yo lo notaré por ti —susurró relamiéndose los labios—. Siempre serás perfecta ante mis ojos, Holland Evans.
—No soy perfecta, Adam —contesté—. Tienes una idea muy errónea de la perfección.
—No, Holland —negó—. No es errónea, solo es diferente, porque estoy malditamenteenamorado de ti.
—¿Me quieres? —pregunté en un susurró acercándome lentamente hacia su cuerpo.
—No, Holland, no te quiero —indicó observándome con atención—. Yo te amo.
—Gracias — respondí— ¡Se me acaba ocurrir la mejor puta idea del mundo!
—Ay no... —dijo con preocupación, mientras reía—. ¿Qué cosa?
—¿Te acuerdas que quería pintar mis paredes con la temática de Alicia? —pregunté con una gran sonrisa—. Bueno imagínate esta pintura, pero en una sola pared,
—Tienes razón —contestó—. Es la mejor puta idea del mundo.
—Obstáculo. Mi madre.
—Eres demasiado inocente Holland —dijo con una sonrisa pícara—. No debes pedirle permiso.
—Pero es mi ...
—Es la mujer que nunca se dio cuenta del daño que te causaba por todas esas estúpidas peleas con tu padre — protestó enojado—. No me vengas con que es tu madre, esa es tu maldita habitación y vas a hacer lo que se te dé la gana con ella.
—Okey... Creo que necesitas un respiro —dije tomándolo de los hombros y sacudiéndolo con las pocas fuerzas.
—Es mejor que recojamos todas las cosas y volvamos a casa antes de que se haga más tarde.
—De acuerdo —contesté—. Gracias
—Solo fue un pequeño gesto, Holland —respondió encogiéndose de hombros.
—No solo por esto, sino también por permanecer a mi lado a pesar de toda esta mierda.
—No necesitas agradecerme, para mí es un privilegio acompañarte en toda esta mierda.
Ambos comenzamos a recoger todas las cosas. Coloqué todos lo acrílicos y pinceles en la caja, para luego cerrarla. Mientras que Adam con mucho cuidado sacaba el lienzo del atelier para poder agarrarlo.
—Creo que nunca me puse a pensar en cómo llevaría todo esto —dijo mientras sonreía—. Tú lleva el lienzo con la caja, mientras que yo llevo el atelier y el balde,
—Está bien —respondí observando la caja de madera—. Creo que después le voy a dar mi toque.
—Es por eso que la compré sin pintar, para que la pintes a tú manera.
Yo solo reí.
Adam me conocía muy bien a pesar de estar cuatro años separados, es como si nunca nos hubiéramos distanciado uno del otro.
Ambos comenzamos a caminar por aquel hermoso lugar. Aquella parte del bosque era realmente hermoso, era increíble como a primera vista parecía un bosque común y corriente, pero a medida que ibas adentrándote más y más se llenaba de colores y de vida.
Creo que el bosque representaba muy bien a Adam. A primera vista el parecía un chico arrogante, desinteresado y egocéntrico, pero a medida que ibas adentrándote más a su vida y conociéndolo, era alguien completamente diferente.
Era capaz de hacerte reír aunque estuvieras mal, no era para nada mentiroso y a decir verdad a veces era bastante directo. Era una persona maravillosa, difícil, pero maravillosa.
Y a pesar de todas las peleas y discusiones que podamos tener, estaría a su lado siempre. Odiaba cuando él se sentía un desastre como persona, siempre diciendo que me decepcionaría y que cuando pudo luchar para quedarse, no lo hizo. Qué era una basura y que yo merecía algo mejor.
Tan terco tenías que ser Adam Lahey.
No importa que tan mal sea esta situación, mientras que él permaneciera a mi lado todo estaría bien. Y eso que aún nos quedaba un largo camino que recorrer.
[ ... ]
Adam y yo estábamos en uno de las gasolineras más cercanas a nuestras casas. Ambos disfrutábamos de la hermosa vista que se encontraba frente a nosotros, más bien yo.
—No te parece hermoso —comenté.
—Es solo un bosque, Holland —respondió cruzándose de brazos—. ¿Qué lo hace diferente de todos los demás?
—Todo depende de cómo lo mires —indiqué entre cerrando mis ojos—. Yo veo la naturaleza como la mejor obra de arte vista por el ojo humano. Es como cuando tú dices que soy única, pero, ¿qué me hace diferente de las demás chicas pelirrojas en el mundo?
—Tu esencia —contestó firmemente mirando al frente—. Eso es lo que te hace diferente. La capacidad que tienes de mostrar bondad a aquellos quienes no la merecen, lo haces con tanta naturalidad y emoción.
—El mundo ya tiene demasiadas personas crueles para ser una más entre ellas —acoté relamiéndome los labios—. La bondad, el respeto y la empatía no es algo que abunde en estos días, Adam. El mundo se consume en una completa oscuridad, llena de maldad, temor, odio y violencia; probablemente no pueda deshacerme de todo el mal que habita en el mundo, pero estoy dispuesta a ser luz y bondad, iluminar a aquellos que lo necesitan.
—Como yo —mencionó con una leve sonrisa—. La vida suele ser muy dura con quienes la aprecian y son buenos con ella.
—Las personas buenas somos difíciles de corromper, tal vez esa sea la razón por la que la vida sea dura con nosotros.
—Yo no soy bueno, Holland. No merezco que me pasen cosas buenas, no soy como tú —dijo seriamente.
—Que no seas como yo, no te hace ser malo —aclaré provocando que sonriera.
—¿Quieres una hamburguesa?
Reí ante su inoportuna pregunta, asintiendo lentamente. Una
hamburguesa nunca se negaba.
—Holland —Me llamó tomándome de la mano—. Te quiero.
—Y yo a ti, Adam —respondí, mientras ambos entrabamos a la tienda.
Estaba dispuesta a hacer sonreír a Adam, al chico que por más cruel que se viera en el exterior, conservaba bondad en su interior.
♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣~♣
Hola mi pequeños guerreros!!
¿Cómo están?
No actualice la semana pasada, pero este sábado si
En fin, ¿qué les pareció el capítulo? Este es uno de los que más disfruté escribir.
Quiero agradecerles por todo el apoyo que esta teniendo esta historia, a veces tengo las re ganas de mandarla a borrador, pero me cacheteo a mi misma que no lo haga jajajaja. Los cambios de humor señores.
Invito a aquellas personitas que no leyeron "Nuestros propios demonios" a que lo hagan, si gustan. La historia esta completa, pero se encuentra en edición. Hay mucho drama (amo ver el mundo arder) misterio, suspenso, romance, uno que otro psicópata. Amores que no resultan y otros que si.
Espero que le haya gustado.
No se olviden de votar, comentar y compartir la historia para que más personas las conozcan que es gratis y me hace muy pero muy feliz JAJAJAJAJA.
Que tengan un hermoso día o una hermosa tarde o noche.
Nos leemos pronto.
Instagram: Skar_Roma
Besos!!♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro