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Ocho ♡

2 de junio - Lunes.

— Wow. Que confianza —comentaba una chica susurrando al oído de su compañera.

— Me imagino la cercanía que tendrán. Y yo que pensaba que Zhou estaba con Im cuando ambos llegaron tomados de la mano —devolvió comiendo de su sándwich mientras miraban a las tres nuevas personas. Zhou, Myoui y Im eran los que normalmente estaban pasando el receso juntos.

— Sí, que envidia. Yo hago eso contigo y me empujas a una torre de caca de perro —desinteresada dijo y su compañera la empujó ligeramente haciendo que ría.

— ¡Que asquerosa eres, Cho!

Y en otro lado estaba Sana comiendo, con sus mejores ojitos de perrito mientras veía a la joven Zhou con un brillo en sus ojos. Es que el sonrojo que abarcaba a la taiwanesa era realmente lindo. Mientras tanto, el joven Im tranquilo estaba a un lado de ellas mientras disfrutaba de su paleta muy calmado.

— ¿Por qué todos nos miran tan raro? —pero Sana había volteado a sus alrededores, notando tanta mirada de los demás, variada. Curiosas, confundidas, chismosas, picaras, y muchas otras pero eran las principales que notó— ¿No se me quedó mayonesa en la cara o sí? —preguntó tocando alrededor de su boca.

— Pues... no es como si aquí fuera común ver a una chica con un yeso, arriba de otra, ¿sabes? —el joven Im dijo mientras mordía su paleta y las miraba, para luego voltearse y recargar su espalda con el hombro de Tzuyu.

Sana felizmente, de lado usaba los muslos de la joven Zhou como silla, mientras esta última, sonrojada, no la miraba y solo pasaba sus brazos alrededor para que su amiga no cayese al suelo.

Sana se miró a sí misma arriba de Tzuyu y sonrió en grande haciendo que la taiwanesa apartara la mirada con los labios apretados.

— ¡Es que me gusta mucho Tzuyu-ah! —se encargó de decirlo en alto y fuerte mientras miraba con todo su cariño a la taiwanesa, quien abrió mucho los ojos y cubrió la boca de la japonesa con una mano, aplastando sus mejillas y amortiguando sonidos de la boca de la pequeña Myoui.

Jungkook rió y, por duda, volteó a ver si alguien los veía mal. No quería problemas en esa secundaria. Pero solo los miraban hasta con sonrisas y otros chismosos cruzaban hasta más cerca de ahí intentando escuchar pero solo recibían murmullos amortiguados porque Sana intentaba hablar y Tzuyu la frenaba con su palma.

Todo hasta que a la monstruo Myoui se le ocurrió lamer, sin una pizca de vergüenza, la pequeña mano de la joven Zhou, y esta la quitó exaltada por la saliva que dejó.

— Agh, ¡Na! —quejó mientras pasaba la palma por la camisa de la japonesa, intentando quitar la pegajosa saliva. Sana estaba feliz porque Tzuyu tocaba sus pechos y abdomen sin darse cuenta.

— Se me quedó uno de tus marcadores en mi bolsillo, Sana —anunciaba el joven Im feliz siendo ignorado por la pequeña Myoui, quien veía quejarse a Tzuyu. Pero la taiwanesa le prestó atención pidiéndole silenciosamente con la mano el marcador— ¿Para qué lo quieres? —preguntó dándoselo.

Tzuyu no contestó, sino que tomó con delicadeza el brazo izquierdo de Sana para escribirle algo en el yeso.

— ¿Qué vas a hacer? —la japonesa curiosa intentó ver pero Tzuyu con una mano le tapó los ojos.

Tzuyu con los dientes quitó la tapadera del marcador, con su mano izquierda tapaba los ojos de su amiga y con la derecha tenía el marcador para escribir algo en el yeso. Iba a hacer algo bonito, pero su enamoramiento volvió a hablar aprovechando que la mano de Zhou no tapaba su boca ya.

— Si me dibujas tu pene te juro qu-... —no terminó porque un ruido parecido a un chillido fuerte la calló y luego carcajadas fuertes.

Sana siguió la risa un poco mientras pestañeaba para acostumbrar la vista. Zhou había quitado la mano de la cara de Sana y la había puesto en su rostro propio para cubrir el rojo que se subió a su cara.

El joven Im era quien reía con la cabeza hacia atrás después de haber visto la cara asustada de Zhou y haber presenciado su exhalación fuerte que sonó con un ruido de su garganta, un chillido agudo y pequeño, pero lo suficientemente fuerte como para que algunos lo escucharan.

Y que Tzuyu se sintió avergonzar de repente por la mencion de su "Zhousito" y su cuerpo reaccionó mucho a la vergüenza y timidez que la invadió.

Tzuyu tosió un poco y quitó sus manos de su rostro para, ahora, tomar el yeso con la misma delicadeza, sin mirar a ninguno de sus dos amigos, Sana sonriendo en grande y Jungkook calmando sus carcajadas.

— Algo bonito... —murmuró para Sana mientras pasaba el marcador por el yeso formando un dibujo

— ¿Entonces... es feo tu pen... ? —Sana fue interrumpida.

— ¡No!... lo digas —exaltó Tzuyu terminando casi con sus dibujitos en le yeso. La joven Myoui asintió sonriendo mientras Jungkook se limitaba a ver enternecido el dibujo que su amiga hacía.

Cuando terminó, se apartó para que ambos pudieran verlo mejor.

Una galleta con puntitos simulando chispas de chocolate, una caracola de espiral y una ardilla.

— ¿Qué exactamente significa? —Sana preguntó después de verlo por un rato con ese cariño en los ojos.

— No quiero decirlo aquí —confesó Tzuyu bajando su cabeza en vergüenza porque había muchos compañeros a sus alrededores escuchando, muy atentos para su gusto.

— Vamos al patio, nos ponemos en las gradas y vemos a los que están jugando fútbol. Mayormente está solo y aprovechamos para tomar aire fresco, aquí huele a cigarrillo —Jungkook comentó, estremeciendose porque ese olor solo le recuerda a sus anteriores "amigos".

Sana bajó de su amiga para seguirlo pero nunca soltando la palma de Zhou quien tenía su cabeza gacha por los estudiantes de ahí que las veían mucho.

Tzuyu se sentó primero unas gradas arriba y Sana encima porque ese día estaba más afectuosa que otros, mientras que Jungkook a su lado como siempre y feliz.

— Cada cosa significa lo que nos gusta a cada uno; la galleta es de Jungkook porque a él le gustan mucho más que a nosotras —ponía su dedo en la galleta— Las caracolas son de Na porque le encantan las caracolas y más de ese tipo —arrastró su dedo a la caracola de espiral y después a lo último, la ardilla. Tragó saliva y se removió un poco — La ardilla significa Sana, porque a mí me gusta Sana —había quedado un pequeño silencio.

Hasta que Sana chilló.

Jungkook se paró de su asiento y viroteó haciendo un baile extraño dos gradas arriba de ellas mientras festajeba el amor de sus dos amigas. Meneaba sus caderas de un lado a otro y alzaba sus brazos mientras daba vueltas soltando ruidos animados, pequeños 'Ooh, ooh' o algunos 'Eah, eah', con las risas de Sana y las pequeñas carcajadas de Tzuyu de fondo.

— Eah, eah, eah —animaba feliz hasta que paró solo para reír por las cámaras de teléfonos de otras gradas, otras personas que lo grababan divertidas por su ánimo, pero después lo hizo de nuevo por diversión, arreglandoselas para hacer otros pasitos.

Sana le aplaudía y soltaba animaciones para el baile raro del chico mientras Tzuyu solo reía y escondía en el cuello de la japonesa.

Jungkook meneó el trasero una vez más para luego, ya avergonzado, sentarse junto a Tzuyu y Sana, riendo por su arrebato.

— Eso es realmente lindo, Tzuyu —comentó el joven Im asintiendo con una sonrisa.

— Eso era lo que quería.

De repente había sonado el timbre y no pudieron hacer nada más que correr a las aulas, sin antes Sana parando a Tzuyu y dándole un duradero beso en la mejilla.

Ni siquiera hay necesidad de decir que la joven Zhou estuvo con el rostro escondido en su cabello, ocultando el gran sonrojo que abarcó toda su cara.

#♡>☆

La casa estaba completamente sola. Momo había salido con Dahyun porque desde que eran novias simplemente era como salida a diario. Sana había ido a su primer día de secundaria en esa institución junto al joven Im y la joven Zhou. La Myoui mayor, Sachiko, había salido desde temprano sin decir a donde -Mina sospecha que con una pareja, pero, hasta ahora, nada confirmado-.

Por lo tanto, Mina se encontraba desnuda en su cama, feliz y tranquila mientras acariciaba el cabello de una castaña que estaba muy entretenida con la parte de su pecho. Ambas habían verificado que nadie estuviera presente y Mina había guiado a Nayeon para ir con ella a la habitación y simplemente volver a tenerla desnuda tomando su cuerpo como si fuera lo más preciado -y lo era- que tuviera.

Habían culminado su sesión de amor sexual allí y Nayeon estaba recargada en el cabecero con la japonesa encima. Y es que por más raro que suene -nada raro- , le encantaban los senos de Mina.

Estaba hace como media hora allí solo tocándolos y viéndolos mientras Mina solo se dedica a acariciar su cabello castaño. La pelinegra no consideraba ser sensible de sus senos y por lo tanto no era como un punto erogeno de ella, así que estaba bastante tranquila mientras dejaba con libertad que Nayeon jugara con ellos como quisiera. Igual pensaba que en algún momento se cansaría, cosa que para Nayeon, no sucedería.

— Tenemos que comer algo, ¿sabes? —después de un rato entre suspiros y caricias, Mina preguntó separándose un poco para ver a la cara a la castaña quien se escondió de nuevo entre sus senos y dejó un beso allí. Nayeon asintió levemente— ¿Entonces por qué no nos veo yendo a comer? —preguntó divertida mientras esperaba alguna respuesta de parte de la coreana pero esta solo respondió con una leve mordida por debajo de un seno de la pelinegra, haciéndola exaltar— ¡Nayeon! —exclamó avergonzada escuchando las bajas risas de la castaña. Rió con ella porque se le veía tan feliz que le era imposible enojarse con ella.

— Un rato más —murmuró Nayeon dando un pequeña beso donde había mordido.

— ¿Un rato más? —Nayeon asintió— Eso significa una hora más, ¿no? —la castaña volvió a asentir— Debería entonces ya no hacer el amor contigo tan seguido si vamos a tener estos problemas —fingió estar molesta solo para hacer salir a Nayeon de sus senos, mirándola asustada y atenta. Sonrió para calmarla dandole un beso en esos bonitos labios— Estoy bromeando, pero en serio quiero comer así que pidamos alguna pizza hoy, ¿bien?

— A Kookeu le gusta la pizza —comentó la castaña mientras asentía. El perruno había quedado en el apartamento de Mina junto a Jeongyeon, quien las lleva molestando desde hace días por lo ocurrido en aquel departamento.

— A Kookeu le gusta todo lo que le des tú —y razón tenía mucha. El perruno tomaba en su boca cada cosa que Nayeon le daba, sea una lechuga se la comería solo por venir de la castaña. Mina no sabe si sentirse feliz porque Nayeon siempre sonríe cuando pasa eso, o sentirse celosa porque también quiere. Al final, se decide por lo primero— No me imagino cuando tengamos un conejo —murmuró acercándose a Nayeon para besar sus labios, cosa que no pudo lograr porque la castaña se apartó exaltada.

— ¿Tendremos un conejo? —esa carita ilusionada y feliz hacía que Mina no pudiera negarle nada.

— ¿No lo quieres? —preguntó divertida por la afirmación efusiva y emocionada de la castaña— Un día te mencioné aquello. Dije que podíamos tener un hámster pero luego te sugerí un conejo, cual elijas me gustará — Nayeon frunció un poco el ceño.

— Tú también debes elegir —no se le hacía justo escoger solo ella para una mascota que ambas tendrían.

— A mí me gustan ambos y estaría bien con cualquiera, a diferencia de ti que eres más específica en tus gustos. Elije tú. Está bien —parecía animarla aunque Nayeon lo dudó y desmentiría aquello, hasta que se dio cuenta que era verdad.

— Un conejo, me dan un poco de miedo y me gustaría no tenerlo. También no son tan pequeños como los hámsters —eso fue otra cosa que Mina se enteró. La japonesa abrió los ojos en grande, confundida, y la miró.

— ¿Te daban miedo los conejos y tienes muchas cosas de ellos? —preguntó un poco divertida pero no lo demostraba por lo avergonzada que se veía Nayeon.

— Un poco. Me gustan y se parecen a mí por mis dientes. Pero me dan un poco de miedo —dijo un poco menos avergonzada, pero aún así ni miraba a los ojos de Mina. Es más, miraba directamente a sus senos y alzó ambas manos para acariciar por debajo de ellos.

Mina se sobresaltó por las frías manos tocando la piel que donde estaban los primeros huesos de sus costillas. Calmó solo cuando empezaron a ser tibias.

— Cuando tengamos el tiempo y la responsabilidad, tendremos uno... Ambas —la castaña le asintió emocionada y sin decir nada se hundió en le pecho de Mina para mordisquear entre en medio de los senos— ¿Puedo hacer algo antes de irnos a comer? —preguntó recibiendo una cara confusa de parte de la castaña.

— Sí.

La japonesa solo se levantó un poco y se aseguró de acomodarse bien para volver a sentarse, sorprendiendo a Nayeon cuando se penetró a sí misma con su miembro erecto.

La mayor no evitó soltar un gemido largo y apartó sus manos del cuerpo de Mina para dejarlas en las sabanas y apretarlas. Sí, se había excitado desde hace minutos, pero pensó que Mina no querría hacer de nuevo el amor al querer ir a comer, entonces no le insinuó nada. Le había tomado de sorpresa que hiciera aquello.

Un calor ardiente había abrazado a su miembro muy de repente. No pudo evitar gruñir y incluso rasgar un poco las sabanas.

Mina soltó un quejido combinado con un pequeño grito, porque lo hizo muy rápido y fuerte, lo que ocasionó que doliera al no acostumbrarse. Y también porque le gustó. Se movió en circulo cuando el dolor se había disipado un poco.

— L-Lo había notado desde hace un rato —aclaró la pelinegra, recibiendo un gemido de Nayeon cuando saltó un poco en su miembro— Quiero hacer el amor hoy otra vez, Nayeon —le dijo y Nayeon no le niega eso.

La tomó de la cintura y acomodó en su regazo, ocasionando un quejido de la pelinegra cuando movió el miembro dentro de ella. Con cuidado la dejó en el colchón para simplemente satisfacer el pedido de Mina y el silencioso propio.

Hacer el amor con Mina era algo que todavía no se acostumbraba pero esta más que dispuesta a hacerlo en cualquier momento.

De hecho, cada que quiere tener intimidad con Mina solo hace falta que le dé dos golpecitos en la rodilla, o en el hombro, y Mina entendía lo que quería. Recibía que esperara en ocasiones cuando estaban ocupadas, o también una negación cuando simplemente no se podía, aunque también recibía que ambas pudieran irse a algún lugar privado donde entregarse en cuerpo a la otra.

Y no era exactamente Nayeon la que pedía aquello, a veces la castaña también recibía dos toques en la rodilla y no era muy discreta al decir que sí. Siempre lo hacía casi emocionada y se apuraba en lo que sea para hacerlo.

— ¿Sabes que en dos semanas estará la casa llena de mi familia? La familia que te dije que no me gusta —ambas habían culminado hace un rato, y Mina preguntó después de estar otro momento con Nayeon entretenida en sus senos.

Desde hace meses no recibía visitas de sus familiares, pero su madre le había dicho que estaban planeando para aquella semana. Sachiko le avisaba por si quería invitar a Nayeon a conocer a la familia, o si quería invitarla pero fuera de la ciudad para que no pudieran ver lo mierda que es casi toda la familia.

La familia Myoui. Mina aún no sabe como su difunto padre pudo casarse con su madre y tomar el apellido Myoui. Nunca conoció a la familia de parte de su padre pero supone que es peor como para que su padre cambiara el legado de apellido.

— No lo sabía —le contestó Nayeon, levantando la cabeza y mirándola a los ojos, aunque en segundos volvió a los senos de Mina, ya que sabía que en algún momento Mina le diría que fueran a comer y ella quería aprovechar todo el tiempo allí.

— Quería saber si querías venir aunque te garantizaría muchas miradas despectivas, así que también podríamos ir a algún lugar como una cita —bien sabía que Nayeon podía escoger la correcta, pues la castaña pensaba en cada ventaja y desventaja de todo al tomar una decisión. Sobrepensaba algunas veces pero eso le ayudaba a tomar decisiones más adecuadamente. Y Mina supo que Nayeon estaba pensando mucho cuando la tuvo, en su pecho, en silencio y con la mirada en la nada.

Ya se sentía orgullosa de conocer la mayoría de reacciones de Nayeon, era difícil al tener tantas para cada emoción o ocasión, pero podía hacerlo. Mina se decidió en saberlas y, hasta ahora, todo iba bien.

— Podemos venir aquí a la cena, si sale algo mal como una discusión o estamos incómodas, vamos a una cita en la noche a un restaurante —después de unos minutos meditandolo, Nayeon le respondió, claramente volviendo a su labor de entretenerse con los senos de Mina— Luego dormimos en tu departamento, pero dormir de verdad —aclaró haciendo reír a Mina, y la japonesa no podía negarlo, sí quería volver a hacer el amor con Nayeon— Porque no quiero que Jeongyeon se vaya a dormir con Chaeyoung de nuevo —Mina frunció el ceño, confundida.

— ¿Por qué? ¿No eran buenas amigas?

Nayeon se la pensó otro momento.

— Me refiero a que en la casa Son no son muy amables con Jeongyeon, la medio aceptan, pero no mucho..., y no me gusta que éste en un lugar incómodo —dijo separándose un poco de la pelinegra para verla directamente a los ojos— Aunque no creo que tendremos energía para otra cosa más que dormir para la noche —no creía. Siempre se despertaba temprano porque no quería desvelarse, también siempre tenía que despertar a su hermano para que no se le haga tarde para ir a la secundaria.

— Entonces así; venimos temprano a casa, nos encerramos en la habitación de Sana —Nayeon la miró confundida— Siempre hacemos eso antes de cada cena familiar, es como para hablar un rato antes de enfrentarnos a comentarios y todo eso —aclaró, recibiendo que Nayeon asistiera— Luego cenamos, y nos vamos a una cita —terminó. Nayeon se la pensó un momento y asintió.

— Dijiste que era en dos semanas, pero no creo que sean exactamente dos semanas.

— Es el sábado próximo —tuvo que suponer que Nayeon quería el día en específico.

Nayeon diría algo si no hubiera sido por la puerta abriéndose abruptamente y una Sana las miraba emocionada, ignorando el hecho que estaban desnudas tapadas con un sábana. La castaña solo pudo esconderse entre los brazos de Mina, quien frunció el ceño molesta. Estaba molesta, tanto porque Nayeon se estaba avergonzando, como porque la interrumpieron.

— ¡Mina! ¡Adivina que me pasó hoy con Ro! —saltó alegremente hasta topar con el hecho de que ambas estaban desnudas— Oh ... —le cambió la cara; su boca se entreabrió y su ceño se frunció hasta que su rostro fue de indignación— ¡En mi propia casa, Myoui Mina! ¡Eso es pecado!

La monstruo Myoui no esperó que al llegar a casa, y específicamente a la habitación de su hermana, se encontraría con ambas abrazadas en desnudez, aunque no podía ver mucho pero tampoco es como si quisiera.

Claro que no. Después de su primer día en una nueva secundaria esperó que su hermana la recibiera con un abrazo y una felicitación por obtener una estrellita pegatina de la profesora alegre de kinder que daba una pequeña excursión a los niños para que jueguen por la cancha de la secundaria.

¡Incluso se la presumió a Ro y Galleto! Era una falta de respeto no felicitarla. Incluidos compañeros que no conocía le felicitaron por amabilidad y ternura hacia ella.

Encontrar a su hermana lejos de felicitarla para ella fue una ofensa. Sin drama, realmente lo fue.

— ¡Sana! ¡Sal de la habitación! —Mina intentó que se fuera pero la menor ahí quedó parada vociferando lo mal que estaban haciendo— ¡Sana!

— ¡Y yo te quería mucho!, ¡eras mi favorita, Nayeon —exageró apretando un puño delante de su cara— ¡Decepción, desgracia, deshonra, y... y lo que sea que dijeron en la película de El Rey Leon! ¡La casa familiar es sagrada y consagrada! —ni siquiera sabía que significaba exactamente pero tenía que decir algo— ¡¿Qué pensaban al hacer tremenda impureza?! ¡¿Qué diría nuestra tatarabuela de esto, Myoui?! —dijo sin ni siquiera saber el nombre de la difunta— ¡Diría que son la aberración por hacer tremendo pecado, hacer el amor en la casa de todas! —bueno, por lo menos dijo 'hacer el amor' en igual de 'sexo' porque Nayeon ya la hubiera corregido— Primero Momo pecadora lo hizo y luego ¡tú! ¡No me esperé tal cosa de ti, el orgullo de mamá! —ya se le notaba la diversión un poco en la sonrisa que llevaba— ¡Nayeon, desde ahora quedas despedida de mi favoritismo! —con suerte, la castaña entendió que era un chiste y solo rió en el pecho de Mina— ¡El puesto ahora está en Dahyun! ¡Estoy segura que ella sí me va a felicitar si le digo que conseguí una estrellita, no como tú! —y siguió diciendo unas cosas más hasta tomar aire y suspirar, acariciando su yeso y mirando el techo— ¿Ya hicieron la comida?

— Sana, si no sales ahora le voy a decir a tu Ro cómo descubriste realmente su intersexualidad —amenazó Mina cuando la pequeña seguía ahí parada sin intención de irse.

Sana jadeó, pues Mina es la única que le confío el secreto, de que un día, a sus once años, siguió a Tzuyu al baño para pedirle un poco de papel y la miró en ropa interior accidentalmente. No le había confiado eso a nadie más que a su hermana coherente y se lo había contado hace unas semanas. Ni siquiera Tzuyu lo sabía porque no quería avergonzarla con que la miró casi desnuda.

Apretó los labios y asintió con rabia, no debió contarle.

— ¡Bien! ¡Yo le contaré a mamá de sus impurezas! —exageró haciendo muecas para luego salir de un portazo. Luego abrió de nuevo y las miró seria— ¿No han hecho la comida? —solo para preguntar lo que le interesaba.

— Sana, si no sales en este momento de la habitación voy a contarte algo que te va a traumar —amenazó pero no sirvió para Sana ya que seguía parada con el rostro serio, al lado de la puerta— Bien. Ahora mismo Nayeon está dentro mío, está besando mis senos, siento como se mueve abajo y-... —no terminó porque un grito agudo no la dejó y luego se escuchó un portazo.

Sana había salido inmediatamente. No había creído que Mina le diría tales cosas privadas.

Mina suspiró para luego ver que Nayeon en realidad se estaba riendo y no estaba incómoda. Le alivió que estuviera bien, pero la puerta volvió a abrir y la castaña se volvió a esconder en su pecho.

Debían poner seguro a la próxima.

— ¿Qué, Sana? —preguntó bruscamente cuando miró a la pequeña parada al lado de la puerta con un rostro serio y con sus puños hechos a ambos costados.

— ¿Crees que Tzuyu quiera hacerme todo lo que me contaste o-...? —ni siquiera terminó la pregunta porque Mina tomó una almohada y la aventó a su cara. Rió a carcajadas y se dobló para tomar con su derecha la almohada— ¡Bien, bien, ya me voy! ¡Pero tengo hambre, apresurense! —por compasión puso seguro a la puerta.

Salió para dirigirse a la sala donde seguramente al esperaban sus dos amigos y una amiga nueva que hizo en secundaria. Tenían trabajo en equipo y por eso mismo quería que hubiera comida para la invitada.

— Están disfrutando tiempo a solas. En un rato preparan la comida sino es que Momo llega y se acaba la despensa —exclamó en alto, corriendo alegremente por la sala para luego adentrarse en la cocina y tomó unas galletas.

Afortunadamente su madre siempre compraba ahora que a todos les gusta tomarlas. Las colocó en un plato solo porque sí, y se las llevó a la sala donde una tal Miyeon estaba con la joven Zhou y el joven Im.

— Mama no está, y espero que Momo no llegue con querer hacer las mismas que Mina —dijo pensativa mientras dejaba el plato en la pequeña mesa delante de los sillones— ¿Te gustan las galletas, Miyeon? Aquí a todos nos gusta y si vieras que gastamos más de quince paquetes por semana te cuestionas cuántas personas viven aquí —murmuró tomando su mochila.

— Voy a suponer que viven veinte personas. En mi casa solo tengo permitido un paquete por semana, y de las integrales —Sana abrió los ojos. ¿Cómo que no había probado de las maravillosas galletas con chispas de chocolate hasta vomitar? Por lo menos, ella lo hizo.

— Retacate —le dijo, empujando las galletas para que la nueva compañía las comiera— Aunque guarda algo porque en un momento harán la comida mis sirvientas y aquí nadie se queda sin comer.

— Oye, mi hermana es MI sirvienta —Galleto quejó, teniendo sus mejillas como ardilla, e intentaba parecer extremadamente enojado logrando que Miyeon riera por lo chistoso que le parecía— Tú tienes originalmente dos, deja a la mía.

— La mayor ni me hace caso y la otra está preparándose decentemente allá arriba con tu hermana —Tzuyu se mantenía callada mientras intentaba masticar, aún con un diente flojo, una galleta.

— ¿Prepararse para qué? —Jungkook preguntó.

— ¿No me oíste? —Sana preguntó recibiendo una negación del joven Im— Estaban aprovechando su tiempo a solas.

— Sí, siempre lo hacen. A cada rato ven películas y comen juntas a solas —Sana rascó un poco su yeso, notando lo sucio de polvo que estaba, y rió por la respuesta del chico— ¿Qué?

— Cosas de adultos, Im —Miyeon respondió, ya que había entendido aquello. Sacó su libreta, con un sonrisa en su rostro. Era más divertido allí que en su casa.

— ¡Ya llegue, familia! —sip, era más divertido. Porque si ver a una adulta con solo su sonrisa y ojos blancos, ya que lo demás estaba llena de lodo, Miyeon no sabía qué era diversión— ¿Y la nueva víctima quién es? —bromeó refiriéndose a la joven Miyeon.

— Nueva víctima serás tú, pero de burlas. Sonríe —Mina, como toda hermana menor, sacaba su celular solo para tomar una foto de lo que era su hermana mayor— Tengo que enmarcarlo —Nayeon salía detrás de ella, solo ladeando la cabeza al ver el porte tan... peculiar de Momo.

Momo destacaba allí por ser un bulto lleno de lodo con su sonrisa brillante y sus ojos destacando entre lo oscuro de suciedad. Parecía un moco, y no de los bonitos que se vendían en los mercados.

— Bueno pues esta burla te dice que ya conseguí el perdón de Dahyun por decirle que yo tenía mejor trasero que ella —la salida fue de novias, sí, pero también porque Momo estaba desde hace dos días queriendo que Dahyun tome la broma como lo que es; una broma.

Solo le dijo de broma que tenía mejor trasero que ella, con eso fue suficiente para que Dahyun se indignara falsamente y peleara a cada rato, testificado en contra de que lo que dijo Momo no era falso pero tampoco era como para que lo recalque.

— ¿Y conseguiste el perdón siendo blanco de niños o cómo? —preguntó la monstruo Myoui, riendo porque su hermana mayor bajó la cabeza, como si sus palabras tuvieran algo de cierto.

Y lo tenía.

— Bueno, es que Dahyun quería practicar su puntería ya que desde hace mucho no lo hacía y... —el silencio dió la respuesta para que todas, y Jungkook, rieran— ¡Mi defensa es que parecía feliz! —exclamó, sintiendo la presencia de alguien más atrás de ella.

— ¿Y esta reunión? —Minnie, con una carta en su mano y una caja con un pastel en su otra mano, entraba al ver la puerta abierta. Miró a Momo un segundo— No, más bien, ¿y este pedazo de moho? —preguntó, apenas notando que era la segunda mayor de la casa Myoui.

— Moho te voy a hacer —Momo ya no le gustaba con qué la comparaban— Aunque sí me parezco pero no tienen el derecho —lo aceptaba por lo menos.

— ¡Minnie! —Sana llamó a su alma gemela.

— ¡Sana!, ¡hermanita!, ¡Jungkook! ¡Y...! ehh... ¡Desconocida linda! —con toda la confianza, muy parecida a Sana, se adentró para sentarse al lado de su hermana menor.

— Antes de irme a hacer espectáculo en al ducha, Sana me debes un abrazo —se acercó a la menor, quien ni siquiera pudo correr porque Momo ya la tenía entre sus brazos, apretandola mientras Sana chillaba y pataleaba— ¡Devuelvele el abrazo a tu mejor hermana!

— ¡Yo no veo a Mina abrazandome! —se quejó la menor Myoui, ocasionando que por fin ese abrazo se terminara— ¡Momoring, el yeso se volvió café! —su brazo izquierdo sufría de las consecuencias de un abrazo forzado, estaba manchado.

Probablemente se lo quitarían en un mes y medio más.

Momo caminó, hacia su siguiente víctima, abrazandola por la espalda ya que Mina estaba muy distraída hablando con Nayeon. La hizo chillar y quejar cuando la levantó por la espalda y la abrazó, restregando su cabeza con ella.

— Un abrazo de hermanas, Minari —y antes de que Mina reaccionara, se apartó.

— ¡No me quería duchar hoy! —Sana se quejaba, mirando con indignación su ropa y poca piel manchada de lodo.

— Bueno. Este hermoso cuerpo sucio se va a bañar —la mayor giró divinamente hacia el pasillo— Aviso que Dahyun llegará en un rato porque me ayudará a quitarme la tierra del cabello —admitía que su cabello estaba hecho un asco en ese momento.

A parte de que no quería quedarse sin cabello por aquello, y ahora sentía que entre sus cabellos estaban gusanos, aunque solo estaba exagerando porque tenía solo mucho lodo.

— Nada más no te vayas a caer y ensuciar, Momoring —Mina se burló, pues no le había gustado mucho que la llenaran completamente de lodo— Me tengo que bañar —volteó hacia Sana pero esta ya había puesto una manta sucia en el sofá para sentarse.

— Yo no voy a hacer esperar a mi visita y mi tarea, ¡y tú tampoco!, ¡tienes que hacer la comida! —la apuntó con un lápiz, un poco mordido pero pues daba un punto.

— ¿Quién es? —preguntó Mina, refiriéndose a la nueva chica que no conocía y que estaba riendo con galletas en su boca, riéndose de las escenas anteriores todavía— ¿Y está bien?

— Por supuesto. Y se llama como tu emparejamiento con Nayeon —la contestación de Sana solo pudo confundir a Mina y a Nayeon, incluso confundió momentáneamente a el joven Jungkook.

— ¿A qué te refieres? —la pregunta hizo rodar los ojos a Sana.

Mientras que ni la misma Miyeon le entendía pero estaba más concentrada en el trabajo y en que la joven Tzuyu parecía pelear "discretamente" por algo con la chica que había llegado hace un rato, la dichosa Minnie.

— ¿Cómo sería tu nombre combinado con el de Nayeon? —Mina se la pensó, mirando a Nayeon buscando una respuesta pero la notó también en pensamientos, probablemente tambien cuestionandose eso.

— ¿Minyeon? —en tono dudoso, Mina dijo. Sana solo pudo negar, esperando una buena respuesta de parte de Nayeon.

— ¿Minayeon? Se forman ambos nombres compartiendo la sílaba 'na' —Sana frunció el ceño, porque sí encajaba pero quería el nombre de su amiga, así que negó de nuevo.

— Estamos hablando del nombre de tu amiga, Sana. Sólo dilo —Mina se empezaba a hartar, pues a parte de que tenía que hacer la comida, tenía que bañarse, despedirse de Nayeon, e ir a buscar a su madre con el auto de Momo como Sachiko se lo acababa de pedir por mensaje.

— Se llama Miyeon, genia intelectual —Sana rodó los ojos por su hermana y mejor empezó a limpiar sus brazos con la toalla, todavía tenía lodo y tenía que empezar su venganza contra su hermana más mayor. Eso no se quedaría así — ¿Y la comida?

— Ya voy — el tono de voz molesto de Mina satisfacía un poco a Sana en ese momento.

Sana recordó algo a último momento y, con alteración, tocó su frente para buscar la pegatina que debería estar allí... falló en encontrarla.

Su más preciada cosa, su más evaluado objeto, su más tesoro dado hacia ella, su responsabilidad de toda la vida. No estaba.

Su estrellita no estaba.

Por culpa de Momo.

— Ahora vengo — se levantó para irse corriendo hacia Dahyun, quien recién llegaba, ya estaba yendo — Hola, Dahyunnie. Espera un rato aquí — y unos minutos después de que se fue, uno de los gritos desgarradores de Momo resonó en la casa. Sana salió un minuto después del grito con una sonrisa — Ya no había agua caliente — informó solo para que Dahyun fuera apresurada donde Momo.

Miyeon ya estaba riendo desde hace rato, pero eso no quitó que ahora estaba hasta con el estómago doliendo.

Sin duda quería ir más veces a esa casa si a cada rato vería un moco humano y un espíritu vengativo por todos lados. Era de lo mejor.

#♡>☆

10 de junio - Martes.

Kookeu podía parecer un perrito tranquilo, un poco juguetón pero era lo que se espera de un perro así.

Pero ahora Mina entendía por qué Jeongyeon le hablaba tan urgentemente que en el departamento había problemas con Kookeu, pues cuando llegó solo se encontró con el departamento hecho como si un remolino hubiera pasado por allí, como si un tornado hubiera destrozado cada cosa del interior.

Los muebles estaban rasgados profundamente, el sofá estaba desgarrado hasta el punto de que relleno estaba por todos lados de la sala. La televisión tenía un golpe que causó los colores estáticos de toda la caja rectangular. La lámpara estaba hecha pedazos en el suelo. Vasos de vidrio estaban destrozados por todo el suelo de la sala donde parecía que animales salvajes jugaron a destrozar cada rincón.

Las paredes incluso tenían rasguños profundos y las cortinas estaban rasgadas.

Mina suspiró cerrando un segundo los ojos mientras escuchaba el jadeo incrédulo de su hermana menor que la había acompañado después de sacarla de la secundaria.

Ambas habían pensado que solo la decapitación de un cojín por parte de Kookeu había pasado, no la destrucción completa de la sala.

— Afurtunadamente, o eso creo, todo lo demás está bien —Jeongyeon habló, tenía la voz un poco nerviosa mientras miraba lo mismo que ambas hermanas Myoui observaban— Kookeu ni siquiera está aquí —mencionó haciendo que Mina la mirase con ojos bien abiertos.

— ¿Dónde puede estar? —el susurro apenas audible de Sana se escuchó en la habitación mientras que Jeongyeon tragaba y se encogía de hombros.

— No lo sé. Llegué, todo estaba así y Kookeu no estaba... Pero hay una nota —lo último hizo a Mina prestar su atención completa hacia ella.

No sabía dónde estaba Kookeu, la sala del departamento era un asco, y había una nota. ¿Era un secuestro hacia Kookeu o algo parecido? Porque Mina lo salvaría como si fuera su hijo, lo quería mucho como para dejarlo.

— A ver —le pidió extendiendo la mano. Jeongyeon parecía estar entre debatiéndose si dársela o no, pero que ambas Myoui la miraban solo le daba la sensación de que debía hacerlo o se ganaba el sermón de su vida. La presión de ambas miradas sobre ella la hicieron sacar de su bolsillo el papel que había encontrado en la mesita cuando llegó a el departamento— ¿Hace cuándo fue esto? —pregunto Mina tomando la nota para empezar a leerla.

— Entre tres horas porque es el tiempo que no estuve aquí —Jeongyeon dijo alguna palabras nerviosas más pero Mina ya no escuchaba, pues las palabras escritas en la nota no podían ser ciertas.

Para Mina era totalmente imposible que lo que estuviera en esa nota sea real, no podía serlo. Jeongyeon notó su rostro en blanco y supo que también pensaba parecido.

— Mina. ¿Dónde estaba Nayeon? —Mina pudo escuchar la pregunta de Jeongyeon mientras Sana arrebata la nota y empieza a leerla porque no entendía lo que estaba pasando.

Mina recordó y contestó con un poco titubeo lo que aumentó la sospecha y la presión que tenía.

— Dijo hace unas dos horas que vendría a dejar comida para Kookeu y luego nos veríamos en la casa... pero no llegó y mis llamadas no las responde —Mina soltó una risa sarcástica, mientras negaba sin aceptarlo realmente— Nayeon no pudo hacer todo esto, ella no pudo, ¿verdad? —se dirigió a Sana quien tenía la cara llena de dolor en ese momento, imaginándose lo peor— ¿Verdad? —ahora se dirigió alterada hacia Jeongyeon quien negó y suspiró.

— No conozco a Nayeon, Mina. Ni siquiera me considera amiga, así que simplemente nunca pude conocerla. No sé cómo es ella ni lo capaz que puede ser —las palabras reales de Jeongyeon la hicieron querer vomitar pero solo tragó saliva mientras miraba de nuevo la nota.

— Llamemos a Dahyunnie, llamaré a Jungkook. Debe ser otra cosa —Sana por fin habló mientras Jeongyeon sacaba su celular para llamar a Dahyun, y Sana a su amigo Im. Mina solo pudo quedarse en medio de la sala mirando las letras de la nota.

"Ya tuve lo que siempre quise de ti. Ya no te necesito.

Im Nayeon"

Im Nayeon... Im Nayeon, ¿qué hiciste?

Mina se pregunta una y otra vez mientras sus dedos temblorosos apenas podían sostener la nota que tenían escritas la palabras que le quitaron el buen humor de esa mañana.

No se suponía que el día pasaría así.

Nayeon había despertado ese día junto a ella después de anoche hacerle el amor y decirle cuánto la ama. Nayeon había dicho que la llevaría a una cita después de llevarle comida a Kookeu. Nayeon no se había comportado extraño en todo el día.

Nayeon no pudo usarla simplemente como si de un objeto se tratase.

Nayeon la amaba, eso decía, eso el susurraba muchas veces cuando estaban abrazadas, eso le murmuraba cada que Mina estaba comiendo, y Nayeon la miraba como si lo más preciado fuese, eso decía cuando Mina y ella se entregaban desnudas al placer casi todas las noches desde la primera vez.

Pero al parecer, Nayeon no fue sincera.

— Jungkook no contesta y Ro dice que tampoco le responde las llamadas —era muy raro que Sana le dijera por su nombre al joven Im, pues mayormente siempre fue 'Galleto' o 'amigo' cuando bromeaban, pero ahora Sana no estaba segura si fue buena idea que Im sea su amigo.

— Dahyun dijo que irá a la casa Im a preguntar. Puede ser un malentendido, ya que ella tampoco lo cree y Dahyun es cercana a Nayeon —Jeongyeon dijo intentando de alguna manera dar una esperanza, pero Mina parecía estar en blanco mientras miraba la nota.

Ninguna de las dos reaccionó cuando Mina salió rápido del departamento y se fue corriendo hacia algún lugar desconocido.

— D-Debe estar algo mal —Sana se decía aquello más a sí misma pero ninguna de las dos estaba segura de que fuera cierto, no lo veían muy verdadero, ni tan real— Llamaré a mamá —avisó para luego ir a a otro lugar, le hablaría a su madre para que llegara por ella, ya que Mina se había ido sin mucho pensar.

— Yo iré con Chaeyoung —Jeongyeon dijo en voz baja yendo a la habitación para tomar algunas cosas.

En cuanto Mina, esta se mantenía con el volante en sus manos, apretando con fuerza y concentrándose en el camino, pero las palabras en la nota seguían en su mente no dejándola nada tranquila.

Todo parecía darle vuelta mientras su mirada estaba al frente. Los autos parecían ir más lento, las luces la intimidaban y restregaban en sus ojos su brillante color iluminado, las calles eran eternas y silenciosas.

No supo cómo pudo llegar a su casa a salvo pero salió de inmediato de dentro del auto para entrar a su casa, quería ver si podía dormir y luego despertaba con que era mentira.

— ¡Myoui Mina! ¿¡Cómo es eso que mamá tiene que ir por Sana porque la dejaste!? —lo que menos quería Mina ahora, era pensar o ser regañada, así que subió las escaleras que se le hicieron interminables y cerró de un portazo cuando llegó a su habitación— ¡Mina! —la voz enojada de Momo había cambiado a una de preocupación al ver tan alterada a su hermana menor.

Pero la habitación de Mina fue cerrada con seguros y se tomó algunas pastillas, tal vez tres eran exceso pero una vez estaba bien para ella, solo quería dormir.

No pudo tomarlas solo con su saliva porque se le hizo muy grande la pastilla, así que tuvo que tomar uno de los muchos jugos de uva que tenía allí para Nayeon.

Jugo de uva... de Nayeon. Nayeon se fue.

No quiso pensar en eso, solamente quería dormir y despertar sin que nada de eso pasara.

Unas horas, sin soñar, pero la sensación de haber pasado por mucho tiempo y se lo dice la ventana con el cielo oscuro. Ya ha oscurecido y los toques en la puerta la mantienen despertándose poco a poco pero aún adormilada no podía olvidar lo que ha pasado.

Im Nayeon.

Después los golpes se detuvieron y se recostó en la almohada intentando pensar, pensar en qué ha pasado y por qué así. Se suponían muchas cosas para el día y ahora estaba en su cama intentando no llorar ni sacar conclusiones falsas.

Las dos cosas no las pudo evitar.

La puerta sonó de nuevo con el ruido de llaves y supo que no la habían dejado en paz, sino que, al no abrir, fueron por llaves para abrir su puerta. ¿Por qué simplemente no se iban? Mina quería que se fuesen, porque no quería que la vieran llorar solamente por una nota, pero fue una nota de alguien importante y no puede parar simplemente.

Finge estar dormida, cierra los ojos y regula su respiración, solo para luego escuchar unos pasos, sentir la cama hundirse, y alguien abrazandola. Bueno, dos cuerpos abrazandola.

Se exaltó primero porque no sabía quiénes eran, pero ¿cómo no conocer a la misma mocosa que siempre la fastidia y a Sana?

— Sé que no estás dormida, conozco cómo te ves y respiras cuando estás dormida —maldita Momo. Mina abre los ojos y la mira avergonzada para luego voltearse y enterrar su rostro en la almohada.

Momo dejó un beso en su hombro, con un poco de pena porque nunca ha sido así, y la sigue abrazando mientras Sana se dedicaba a dar un abrazo a su hermana mayor, rodeando su torso por delante y enterrando su cara en su abdomen solo haciendo reír a Mina cuando Sana le hizo cosquillas.

Mina no quería que hagan eso, se sentía bonito, pero todo eso Nayeon lo hace... o hacía. Todas las noches la trataba así, con diferente amor al de sus hermanas, pero las mismas acciones.

— Jungkook y Nayeon no contestan —sacó tema Momo, mientras Mina paraba sus risas y seguía enterrada en la almohada— Dahyun dijo que en la casa Im no le responden ni por llamada y ni por más que toque. Dahyun conoce a Nayeon, en igual de pensar que Nayeon hizo algo, está preocupada por si le hicieron algo a Nayeon —la voz de Momo era neutral, pero para Mina sonaba como si de taladrar en sus oídos se tratase. Su cabeza dolía y hizo muecas por eso— No es bueno ninguna de las dos pero yo también creo en la segunda, algo le debe haber pasado a Nayeon.

Mina quería creerle, porque no podía aceptar que Nayeon hizo aquello. Pero a la vez no, porque no quería que a Nayeon le pase algo malo.

Estaba confundida y no sabía mucho, tenía la sensación de que debería hacer algo por Nayeon pero también de que Nayeon la usó de alguna manera, y esta última sensación le hacía su estomago arder.

— ¿Y Jihyo? Jihyo puede saber algo, ¿no? —si Park Jihyo creyó que ocultó bien su leve enamoramiento por Nayeon, pues no fue así, porque Mina fue la única que lo notó pero no dijo nada ya que no la vio como algo que pueda afectarle, lo vio como asuntos de Jihyo y nada más.

— Dahyun le llamó y dijo que Jihyo tampoco sabe nada, que buscará pero sus padres estaban un poco extraños y le han querido quitar los aparatos electrónicos a como sea, pudo salvar su celular —Mina no entendía, solamente no entendía nada de lo que pasó ni lo que pasaba. Suspiró y sintió a Momo abrazarla más fuerte por la espalda— Yo opino que si vemos a Nayeon por la calle le demos tremendo golpe —Sana rió junto a Momo, pronto siguiéndole Mina que se contenía pero rió amortiguando con la almohada el sonido.

— Solamente ustedes, yo no quiero salir —dijo Mina relajando totalmente su cuerpo, queriendo quedar dormida de nuevo pero realmente no podía del todo, mucho menos si Sana empezó a dramatizar.

— ¿¡Cómo que no!? ¡Eso no hará mi hermana! —la pequeña Myoui se levantaba, con sus rodillas en el colchón y una almohada en sus manos— ¡Ni Momoring tonta haría eso si fuera su caso! —apuntó "amenazadoramente" a Momo cuando esta iba a dudar de sus palabras. Una mirada que le dijo a Momo: 'Cállate o te callo'— ¡No. Te. Quedarás. Aquí! —cada pausa era igual a un almohadazo a Mina, haciéndola reír porque todavía Sana tenía el yeso y no daba muy fuertes golpes que digamos— ¡Pareces Momo la primera vez que se emborrachó! ¡Se quedó en su cama como tonta borracha con un licor escondido debajo de su cama!, ¡como si no lo hubiéramos notado! —exageró sacudiendo sus manos para hacer énfasis. Momo hizo una mueca mientras Mina reía por el recuerdo— ¡O cuando hizo que toda la cuadra se quedara sin luz por querer arreglar un cableado!, ¡cuando ni siquiera sabe algo de electricidad! —rió haciendo una pausa para tomar aire— ¡O cuando regresó de conocer a Dahyunnie!, ¡se quedó como tonta en la cama porque soñaba con su día de bodas! —a eso Mina soltó carcajadas, haciendo que Momo se indigne.

— ¡Eso no es cierto, mocosa! —renegó la mayor, queriendo que eso no llegue a oídos de alguien más.

— ¿Me vas a decir que es mentira que soñaste con Dahyunnie y tú casándose? —Sana cuestionó mirándola con una expresión obvia, logrando que Momo sonría estática y se echara con Mina para también enterrar su rostro en la almohada— Pronto dejará de ser un sueño, Momoring —la consoló solo para reír después.

— ¡Esto se queda entre hermanas! —exclamó Momo, sonando amortiguado por la almohada en su rostro.

— ¡Bueno! ¡El caso es que vamos a ir al puesto de Byul! ¡Bañate y vámonos! —Sana salió corriendo al decir eso, yendo hacia su habitación para poder cambiarse.

#♡>☆

En una hora exactamente Mina estaba en el puesto de donde las atendió Byul. Byul como siempre traía guantes y cubrebocas pero por sus ojos se notaba que sonreía, siendo visto por las tres hermanas cuando su nariz se arrugada y sus ojos se achicaban.

— Yeri, llegó tu mejor amiga y su hermana — la voz de Byulyi sonó alegre mientras su compañera que terminaba de limpiar el mostrador alzaba la cabeza con curiosidad al escuchar aquello — ¡Bienvenidas de nuevo! ¿Viene a celebrar lo que antes prometieron? No veo a la otra chica — su voz sonó tan inocente que Mina no pudo simplemente decirle que no sería posible.

— Ah, nah. Venimos porque el monstruo del dramatismo quería venir desde que le llevamos la banderilla de galletas — al parecer, Momo se dió cuenta de la incomodidad de Mina y cambió de tema, sonriendo relajada mientras apuntaba a Sana.

— Oh, la mencionada Sana, ¿eh? — Yeri dijo mientras se inclinaba hacia la pequeña y le extendía la mano, quien le correspondió, con una sonrisa traviesa por sus planes de explotar laboralmente a la chica para que le haga banderillas — Tienes la misma mirada de tu hermana mayor cuando vio el puesto por primera vez — oh, le descubrieron los planes.

— Ya decía yo que Momo tenía que cagarla en algo — se fue contra su hermana mientras fruncía el ceño y se sentaba en los asientos disponibles de el puesto. Lo bueno es que solo había una pareja y estaban en la otra orilla del puesto, probablemente ya acabando su pedido.

Momo se indignó. Mina ahí supo que se venía un drama como siempre, pero por lo menos le distraía.

— Voy a cagar tus planes de comer porque ahora no te lo pagaré, mocosa — a la amenaza de Momo, Sana se quedó un momento quieta y de repente sonrió abrazando de lado a su hermana mayor.

— Tú sabes que yo te amo mucho, Momoring — su voz más dulce se hizo presente mientra hacia su encanto, pero Momo ya era inmune a este de tantas veces cayendo en este.

Que todas las veces que lamió las paredes, porque Sana se lo pedía con cara de cachorrito, valgan la pena ahora.

— Demuéstramelo, lame el piso — la mayor dijo apuntando al suelo donde incluso había un chicle tirado. Sana no iba a hacer eso.

— Que tú lo hagas no significa que yo lo haré — renegó cruzándose de brazos a como podía, luciendo graciosa en vista de Momo porque el yeso no le dejaba hacerlo mucho.

— ¡Ya no lo hago! — Momo peleó alzando la voz, pero dándose por atrapada en ello por las palabras que usó.

Byulyi ya estaba haciendo las banderillas con los paquetes de galletas que Mina le había dado mientras presenciaba la pelea entre hermanas. Yeri igual, pensando inevitablemente que eran iguales, mientras que Yoon apenas llegaba y sonreía por la presencia de las dos mayores que conocía.

— ¡Si Dahyun te lo dijera hasta tragas la tierra! — a eso Momo no pudo decir nada ya que no dudaba que fuera cierto. Dahyun le podía decir que le bese los pies y ella lo haría sin preguntar. Después de segundos se pregunta por qué no la invitó con ellas, aunque luego se responde que Dahyun le recordaría a Mina lo sucedido con Nayeon.

Las cosas que pasaban. Afortunadamente las tres chicas del puesto supieron que algo había pasado y era un tema que no tocaban. Aunque ni podrían ya que ahora era Sana quien las tenía entretenidas con historias dignas de telenovela dramática. La monstruo Myoui se quejaba más de Momo, diciendo hasta lo que no, esperando que Momo reaccione a sus insultos pero la mayor estaba muy perdida pensando.

¿Nayeon era muy buena actuando o todo era real? ¿Qué había pasado exactamente? Se preguntaba y cada vez más parecía perderse en otro universo, viendo hacia la nada mientras masticaba la banderilla que le dieron hace un rato.

Ni siquiera Mina estaba así, ya que esta se distraía viendo a su hermana menor haciendo caras, exclamaciones, historias y chistes. Sana hacía todo eso con el propósito de entretenerla más a ella, era el propósito del día el que Mina olvide un poco lo que pasó, por lo menos hasta que todo se aclare.

Momo de repente sacó su celular para empezar a hablar con Dahyun, tal vez eso la distraiga a ella del asunto.

Pero su hermosa novia no respondía, ni siquiera la había dejado en visto. Tal vez tenía cosas que hacer, pero eso no le quitó el aburrimiento así que empezó a comer mientras escuchaba las tonterías que Sana soltaba sobre como su mejor amiga era mejor que sus hermanas. El favoritismo se daba en el aire.

Momo mandó mensajes hacia Jeongyeon sobre dónde estaba Dahyun, y solo recibió que Dahyun estaba todavía buscando a Nayeon, ya que no contestaba y la casa Im no daba señales de vida, ni de los señores Im, ni del Galleto, ni de la misma Nayeon.

Jeongyeon dijo que Chaeyoung estaba junto a ella y también buscaban algunas respuesta, pero hasta ahora no encontraban nada. Estaban todas estancadas.

En algún momento de la noche, Mina recibió una llamada y la usó de excusa apara apartarse, porque realmente poco a poco las quejas de Sana ya no le eran distracción, y estaba queriendo llorar entre todas. El nombre en su celular la hizo fruncir el ceño porque realmente no esperaba la llamada hasta dentro de una semana.

— ¿Woogi? — fingió su voz más neutral para contestar.

— ¡Mina! ¡A que me extrañaste, o a que no!, ¡no importa! Estoy apresurada. Mañana te necesito en el club, porque hay algunos cambios y es que en dos días necesito que empieces a trabajar — las palabras abrumaron a Mina.

¿Trabajar? Ya llevaba casi un mes sin trabajar y ni siquiera recordaba que tenía un trabajo. No quería regresar, no podía ahora mismo.

De repente el disgusto, porque alguien además de Nayeon la vea casi desnuda, le abrumó.

— Espera, Woogi. Yo no creo poder trabajar. Estoy en algo privado y no me siento de ánimos para trabajar — fue interrumpida por un fuerte ruido desde la otra línea.

— Lo siento, un amigo está borracho y se está cayendo por aquí. ¿Qué decías? Tenemos un trato, Mina, no puedes fallarme así, perderé ventas — Mina hizo una mueca y es que una incomodidad se instalaba en ella ahora con la mencion de su trabajo — El trato era hasta el diecisiete, y falta una semana, pero realmente necesito que comiences ahora. Hay un hombre muy poderoso por la cuidad y amigos míos le han recomendado mi club, sé que le gustarás pero necesito que sea en dos días, Mina — la japonesa hizo una mueca y negó con la cabeza después de pensar.

— Estoy mal, no creo hacerlo bien. Mi cuerpo no está bien, todo saldrá en desastre, Woogi — dicho eso, escuchó un gruñido del otro lado y luego se colgó — ¿Woogi? — por inercia llamó pero la llamada había terminado.

Ahora no le importaba, quería dejar de pensar un momento en los problemas que empezaban a embarcarse en su vida.

Tenía el pecho hecho un desastre por lo de Nayeon, una confusión y muchas suposiciones, las cuales quería resolver ya. No estaba para lidiar con su trabajo ahora.

Mandó un mensaje a Momo de que se iría en taxi a casa, y, aunque recibió cientos de mensajes de regaños y preguntas, ignoró todo hasta llegar a casa y acostarse en la cama ahora sola.

Una cama que antes siempre fue para ella sola, donde luego llegó Nayeon a llenarla y completarla, para después desaparecer.

A la mañana siguiente, no quería quedarse en cama perdiendo el tiempo. Como todos los días, buscó en la cama la presencia que los últimos días la había acompañado, pero cayó en cuenta que Nayeon ya no estaba.

Un sentimiento de llorar le llegó pero negó y se levantó para hacerle el desayuno a Sana.

Era miércoles, once del mes, entonces había que ir a clases. Se dio con la sorpresa de que Momo estaba cocinando y Sana estaba siendo alimentada por Tzuyu aún cuando ya podía mover su derecha.

— Creí que ya sabías cocinar — fue lo primero que comentó al entrar y ver a Momo con harina en toda la cara.

— Buenos días ti también, mi querida hermana — ironizó burlona hacia Mina y luego talló un poco su rostro, ocasionando que harina caiga en sus ojos — Sana me llenó de harina cuando no me apuraba a hacerle panqueques — informó queriendo quitar la harina que le causaba ardor — ¡Maldita sea! ¡Me voy a quedar ciega! — exageró yendo al grifo para echarse agua — ¿Qué haces despierta tan temprano? — prefirió cuestionar al escuchar que Sana empezaba a burlarse de ella.

Mina se encogió de hombros, robándole un poco de comida a Sana, quien no se quejó solo porque Mina no se veía muy bien.

— Ayer dormí toda la tarde, y la noche también, venía a hacerle el desayuno a Sana. También... creo que voy a volver a trabajar esta noche en el club — dicho eso, solo se escuchó como ella masticaba el crujiente (quemado) panqueque, ya que las demás la vieron enseguida, incluso la joven Zhou.

— ¿Estás segura? — Momo le preguntó, rápidamente volviendo a su labor al ver que salía mucho humo de la sartén — ¡Se volvió a quemar, aah! — gritó irritada y volvió a con su hermana — Dahyun me ha dicho que pudo entrar a la casa pero no había ni un alma dentro — al tocar el tema, Mina desvió la mirada.

— Será mejor distraerme, no sé qué hacer — robándole otro pedazo a Sana, salió de allí para buscar las llaves del auto y llevar a la pareja joven a la secundaria.

Incluso en camino a la secundaria, no quiso sacar el tema que la carcome, sino que incluso empezó una platica a Tzuyu y Sana sobre sus estudios. Tzuyu parecía no tener idea de qué estudiar cuando entrase a la universidad, aunque faltaban tres años y un poco más. Sana parecía atraída por la gastronomía, tenía curiosidad e interés por lo relacionado, aún cuando apenas sabía hacer un huevo.

Mina pensó un poco en sí misma sobre ello. Después de la plática con Nayeon, donde hablaron de que si había pensado en trabajar en otra cosa además de bailarina, Mina ha pensado en alguna otra cosa. El baile le gustaba y estaba creando la opción de ser maestra de baile, después de lo necesario, claro.

Prefería pensar en eso, antes de tocar el tema que empezaba a ponerla ansiosa.

Sana la abrazó al bajar, y después marchó a la casa para recoger algunas cosas que serviría para esa noche.

¿Alguna vez se ha visto a striper triste, con billetes a su alrededor mientras bailaba sensualmente dando vueltas por un tubo? Si no ha sido así, ahora lo era.

Woogi parecía tan feliz mirando los billetes entregados. Se había vuelto feliz al verle llegar en la tarde y entonces quién sabe qué contactos llamó, pero ahí estaba el tan hombre poderoso presente.

A Mina no le importaba.

Mientras que ese hombre siga tirando billetes que satisfagan a Woogi y su mente esté concentrada en el baile, estaba mejor que tirada en su cama llorando por todas las suposiciones de Nayeon.

La voz insistente de Sana en la tarde, que le pedía asistir al club le llegó y la entretuvo con todas las excusas divertidas que la monstruo Myoui puso: '¡Pero yo te quiero! ¡Las personas hacen mucho por las personas que quieren! ¡Debes ser buena hermana mayor! ¡Mamá dice que debes llevarme, ¿no quieres decepcionarla, verdad?! ¡Tzuyu quiere ir!'. Sana siguió con tantas cosas pero Mina negó a todo, incluso a Momo que quería acompañarla.

Mina suspiró al terminar y entonces se fue a cambiar y entregarle a Yongsun una caracola que Sana insistió que debía tener. Buscó la caracola por su bolso y luego sintió una mano en su hombro desnudo, lo que la exaltó.

Afortunadamente, era Yongsun.

— Mina, hay alguien que insiste en verte afuera. Ya se le dijo que no, pero Woogi dijo que te llamara — Yongsun fue amable siempre, pero ahora parecía enojada y brusca, que incluso Mina pensó en no darle la caracola.

Pero ya se lo había prometido a Sana.

— Está bien. Mi hermana tiene algo para ti, me lo mandó y dijo que te gustaría — el ceño fruncido de enojo que tenía Yongsun se desvaneció al verle la caracola en mano — De la menor, que vino hace tiempo conmigo — aclaró dejándola en la mano de la mesera para ir al llamado de Woogi.

— Gracias.

Mina no conocía lo que Sana sabía de la vida de Yongsun pero por lo menos podía distraerse haciéndose preguntas sobre ello.

Todo podía ser una distracción ahora.

Incluso pelearse con aquel hombre poderoso que empezó a insistir en que tengan una noche. Woogi parecía emocionada por la propuesta de miles de dólares, pero Mina tenía en mente a una sola persona que estaría en su cama, y esa persona ahora estaba desaparecida.

— Yo no me prostituyo, se lo vuelvo a repetir —no sabe cuántas veces lo ha dicho, pero el hombre solo aumentaba el dinero y Woogi parecía mucho más emocionada por cada cantidad.

— ¿Viente mil? ¿En serio eres tan buena para esa cantidad, eh? —el hombre no parecía malo, pero parecía pensar que estaba jugando, no parecía conciente que Mina le negaba con seriedad.

Mina notó eso y supuso que Woogi le metió ideas en la cabeza.

— No estoy haciéndome de rogar o estoy jugando, señor. Nunca me he prostituido, y no lo haré —el hombre echó una mirada cuestionante a Woogi cuando Mina se soltó suavemente de su agarre y se fue tranquila hacia dentro.

Ya se quería ir, quería simplemente dormir un rato. Era de noche, así que se lo facilitaba. Se iría a su cama, sin cenar, sin hablar, sin ver a alguien, solamente una pastilla y a dormir toda la noche queriendo no pensar en nada. Lo bueno es que pocas veces soñaba, así que no tenía que preocuparse porque en sus sueños lleguen sus grandes preocupaciones y problemas.

#♡>☆

12 de junio - Jueves.

Se levantó igual, buscando a su lado una presencia que se había desparecido.

Un sentimiento de llorar le llegó al pecho pero fuertes pasos por las escaleras hicieron a Mina preocuparse, porque ni Sana ni Momo hacían esos tipos de pasos a menos que estén muy enojadas. Su madre no sabía dónde estaba, eso ya había pasado varias veces.

Puertas se abrieron y Mina empezaba a levantarse más con cada portazo dado. Hasta llegar a la habitación se pudo ver a una muy seria Lee Woogi.

— ¿Woogi? — cuestionó pensando que era de las pocas veces que soñaba cuando estaba dormida, ya que ¿por qué Woogi estaba en su casa dando portazos y teniendo una careta que podía asustar a cualquiera? — ¿Qué haces aquí? — una risa sarcástica le contestó.

— ¿Qué hago aquí? —soltó una risa irónica— Tengo una mejor pregunta: ¿Por qué mierda me dejaste en ridículo anoche, eh? —su tono de voz fue alto, que incluso Mina se sobresaltó un poco y pensó en la noche anterior.

— ¿En ridículo? ¿Qué? —todo ella se encontraba confundida. Encontrando lo bueno de la situación, pues no estaba llorando por Nayeon, yeei.

— ¿¡Cómo qué qué!? ¡Un hombre importante te ofrecía veinte mil y no aceptaste! Yo le había prometido que se podría llevar a quién quisiera, Mina, ¡a quién quisiera! ¿¡Cómo eres tan estupida como para rechazar veinte!? ¡Solo tenías que pasar una noche con él y el dinero fácil en la mano! —Mina apenas procesó cada palabra pero aún dándose un resumen el enojo le llegó de inmediato— ¡¿Qué mierda te sucede?!

— ¿¡Qué mierda te sucede a ti!? ¡Yo no me prostituyo, ni lo haré, ni pienso hacer tal cosa solo para que tu bolsillo esté satisfecho! ¡Te puedes joder con eso! —y de ahí fue una serie de reclamos por parte de Woogi.

Mina escuchaba y respondía con insultos, casi incrédula de que Woogi llegase a su casa a reclamar que no se acostó con un hombre de dinero.

— ¡Con todo eso pudiste consolarte de tu desamor! ¡Desaprovechaste la oportunidad! —Mina frunció el ceño al escuchar eso.

— ¿Cómo sabes sobre mi vida privada, mh? —exigió saber, levantándose de la cama para estar a la altura de Woogi, quien retrocedió un poco y hasta se vio nerviosa por sus exigencias— ¿Qué sabes tú sobre mi vida amorosa, Lee? —cuestionó con un tono de sospecha y su ceja alzada.

El peligro se podía palpar en la habitación.



. . .

Aviso, que en realidad esto será más corto de lo que pensé. No creo que la historia pase de quince partes, pero tendrá más de diez.

Ahora... desaparezco 🙌🏻

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