Nueve ♡
12 de junio - Jueves.
— ¡No me jodas, maldita sea! — Momo gritó a todo pulmón. Lo bueno era que solo Sana la ha escuchado al estar con ella en el auto. Apretó su mano donde su celular estaba y entonces volvió a leer lo que la noticia decía y afirmaba de fuentes supuestamente confiables.
— ¡Oye!, ¿qué ocurrió? Gritas a como vaca, Momoring — Momo en ese momento no pudo prestar atención a la obvia burla de Sana y aceleró un poco para llegar más rápido a casa.
Buscó en contactos el numero de su novia para empezar a impacientarse cuando los tonos sonaban. Esa noticia estaba en toda revista de internet, ¡le era indignante todo! Puso su vista al frente y luego la llamada fue respondida por la voz de Dahyun.
— ¿Momo? — escucharla se le hacía tan hermoso como siempre, pero en ese momento no podía tomarse los segundos para apreciarlo.
— Dime que toda esa noticia es falsa — pidió casi como suplica, porque realmente quería que toda esa noticia fuera falsa. Las cosas realmente iban para abajo, mucho.
— ¿Eh? ¿De qué hablas? ¿Sucedió algo? — Dahyun sonaba confundida, así que Momo se fijo un poco y notó que la noticia fue publicada hace menos de media hora. Dahyun no la había visto. Un claxon la sacó de pensamientos y dio un giro brusco en el volante para evitar un gran camión.
— ¡Momoring!, ¿qué sucede? — Sana estaba en los asientos de atrás, viendo todo — ¡Maneja bien o te voy a dar con la mochila en la cara, tonta! — claramente morir joven no era algo que alguna quisiera pero Momo estaba decidida en llegar lo antes posible a casa.
— Calla un poco, Sana. Dahyun, ve ahora mismo las recientes noticias de IMperial — pidió mientras tomaba con ambas manos el volante, y el celular quedaba entre su cabeza y hombro, esto porque si no lo hacía terminaría en un accidente que no quería.
— Voy... — un pequeño silencio y después Dahyun volvía a hablar de una manera firme— Esto no puede ser, Nayeon no es así aseguró tanto que Momo le creía pero no podía encontrar alguna otra explicación. Sana la golpeó en el hombro buscando que le diga qué estaba pasando.
— ¿¡Entonces cómo se explica!? — exclamó y golpeó levemente la mano de Sana, quien se indignó lo suficiente para solo recostarse y ponerse el cinturón de seguridad por si acaso. Momo volvió a prestar atención al camino y se detuvo repentinamente en un semáforo.
— ¡La están obligando! ¡La conozco y sé que no haría algo como engañar a Mina! ¡Nayeon ama muchísimo a Mina! — Dahyun le decía mientras por el otro lado estaba buscando en una computadora algunas cosas, más bien, buscando archivos de los señores Im que la ayudasen con algo. Cuando entró a la casa Im pudo encontrarla y llevársela, pero al parecer solo era una computadora más sin nada que la ayude.
— ¿Y eso cómo se lo digo a mi hermana? — Momo suspiró — Mina ha estado deprimida y si ve esta noticia, se la creerá porque está insegura de todo lo que ocurrió entre ella y Nayeon — Dahyun hizo un ruido y entendía un poco la situación. Aunque tenía muchos hermanos, no tenía relación con estos, pero podía comprender hasta un punto la preocupación e inquietud de Momo.
— Voy a tratar de investigar y comunicarme con Nayeon, tú haz todo lo posible para que Mina esté mejor. Se va a solucionar todo pronto — su tono de voz se formó más suave, y involuntariamente Momo le copió, calmandose un poco, algo que Sana agradeció a todos los dioses (existentes o no existentes) porque no quería tener otro yeso por su estupida hermana manejando a todo dar como el calvo de Rápido y Furioso.
— Eso espero... Luego hablamos — se despidió cortamente y escuchó la misma despedida de Dahyun.
— Luego hablamos — la llamada se colgó cuando Sana observó a su hermana dejando el celular en el asiento del copiloto, y entonces era hora de hablar.
— ¡Bien, ahora sí! — se quitó el cinturón y, sin hacerle caso a los regaños de su hermana, se cruzó hacia el copiloto para encarar mejor a Momo — ¿Qué sucede y por qué sonaste como si te hubieran atropellado con un tanque de guerra? — Momo rodó los ojos y bufó ante su exageración.
— Saca tu teléfono y ve las noticias — Sana casi se le echa encima pero en igual de eso saca su celular y busca desinteresadamente por la pantalla.
— ¿No me lo puedes decir y ya? Luego la dramática soy yo... ¡Hijo de puta! — en ese momento Momo aceleró el auto al ver el semáforo en verde, pero también le dio una mala mirada a su hermanita por la grosería.
— ¡Sana, no digas groserías! — siendo la pequeña nunca tuvo permitido decir groserías, aún si Momo a su edad ya las decía. Sana ignoró completamente el regaño y se exaltó.
— ¡Fue él, fue él! ¡Yo sé que fue él, Momo! — la monstruo Myoui empezó a saltar en el asiento, repitiendo y repitiendo mientras se veía lo exaltada y enojada que estaba en si expresión dura — ¡Acelera bien, mujer! ¡Finge estar en Rápido y Furioso o algo, no se! ¡Yo sé que fue él! — Momo le hizo caso en eso de acelerar pero aún así la vio confundida.
— ¡Fue él, ¿quién?! — exigió casi gritando cuando Sana no decía nombres.
— ¡El padre de Galleto! ¡Jungkook me habló algunas veces sobre él, ese viejo debe estar haciendo todo! — a la pequeña Myoui se veía que se quería echar por la ventana de lo alterada que estaba. Incluso su celular cayó por algún lado desconocido del auto ante su desesperación.
— ¿Estas segura de aquello? —Momo preguntó evitando gritar, mientras paraba estacionada el auto y Sana se dio cuenta que habían llegado a casa después del duro día de trabajo estudiantil en la secundaria.
— Eso se ve como algo que él haría — Sana dijo con ojos entrecerrados, bajando del auto y esperando a Momo con impaciencia.
— Vamos a decirle eso a Mina, debemos hacer que deje de estar tan deprimida — ambas se apresuraron a entrar a la casa donde afortunadamente no estaba Sachiko, ya las hubiera regañado por tanto alboroto que hacían al correr por toda la casa y aparte que ensuciaron el piso y la linda alfombra.
— Debemos ayudar a Nayeon — Sana estaba preocupada por su cuñada favorita, después de todo. Que la perdone Dahyun, pero no podía negar su favoritismo a veces sobresaliente.
— La ayudará Dahyun, nosotros tenemos de prioridad a nuestra hermana — en eso Sana estuvo de acuerdo. Si había algo que sobrepasaba 'cuñada favorita', eso era 'hermana favorita', o sea, Mina.
Y nadie le ganaría de ser también favorita de Mina.
— ¡MINAAA! ¡Mitang, Minari, mi vida, mi cielo, mi luz, mi todo! ¡Ven, que te quiero abrazar más que Momo! — entró por el pasillo de la habitaciones, con Momo siguiéndole por los talones.
— ¡Sana, esto no es competencia! — Momo claramente sabía que era una pequeña competencia, pero no quería ponerse a jugar cuando su hermana estaba quién sabe cómo de mal en ánimos.
— Calla y déjame — Sana casi llegaba a la habitación de su hermana favorita — ¡Minaaa!... ¿Qué-... ? — solo fue que algo, o alguien, tomó camino apresurado por enfrente de ella, logrando pararla en seco y impresionarla porque apenas la reconoció — ¿Esa no era Woogi? — preguntó a Momo, quien tenía su mirada seria justamente donde Woogi acababa de salir corriendo como si la persiguieran.
— ... Esto ya está tomando otro rumbo y me da mala espina — mordió su labio y miró a la menor.
— Ni que fuera pescado.
— Mal chiste, mal momento — Momo apartó a Sana para entrar a ala habitación de Mina — Ponte a buscar a Mina-... — al entrar Mina ya estaba allí, parada enfrente de la cama, dándoles la espalda — Oh, ahí estás, hermana, hermosa, preciosa, te amo — sonrió pero cuando Mina volteó tenía una mirada seria que la hizo formar una mueca de preocupación — ¿Ya viste la noticia? — preguntó acercándose y Sana fue directo a Mina para subirse a su espalda y darle repetidos besos en su nuca.
— ¿Qué noticia?... — a eso Momo cerró la boca a como la había abierto — No importa — Mina le restó importancia. Tenía otra cosa más importante en mente que cualquier noticia a la cual Momo le llamó la atención — Llama a Dahyun y dile que busque en qué clubs los padres de Nayeon han frecuentado — tomó camino hacia su armario, aún con Sana agarrada como mono a su espalda.
— Deberías ver algo — Sana tomó el celular de Mina, el cual estaba en la mesita de noche, y no tardó mucho en encontrar ya que era noticia en todo medio coreano que una empresa coreana esté siendo reconocida internacionalmente de una gran forma.
— Sana, no estoy ahora para ver los vídeos que te encuentras en internet — Mina estaba metida en el armario, sacando una blusa y un pantalón común — Tengo que-... ¿Esto es real? — Sana había ignorado sus primeras palabras y le enseño la pantalla del celular. Sana asintió lentamente y Momo habló.
— Lo acabamos de ver, son páginas de noticias oficiales. Los Im están viajando ahora para Estados Unidos, toda la familia — Momo esperó encontrarse con una mueca deprimida, una triste y decaída, la cual tendría que consolar como buena hermana, pero Mina abrió mucho los ojos y se apuró en cambiarse de ropa sin importar si ahí había alguien más que ella misma.
— ¿Qué estoy esperando? ¡Tengo que ir al aeropuerto! — dijo al terminar de vestirse para tomar unos zapatos y sentarse en la cama para colocarselos. Momo se le quedó mirando y Sana reaccionó.
— ¿Qué? Minari, espera — Sana le arrebató los zapatos a Mina, y los alejó cuando Mina quiso quitárselos — ¡No podemos ir al aeropuerto y enfrentarnos a una familia rica con guardaespaldas musculosos de puro esteroide anabólico que tienen hasta el trasero! — se alteró aventando los zapatos para una esquina de la habitación, donde Mina fue para tomarlos y empezar a colocarselos esta vez con éxito.
— ¿No entiendes? Ahí está Nayeon. Si se va a ir, tengo que hablar primero con ella y luego solucionar esto — se miró a sí misma y notó que estaba lista para irse.
— ¿Qué es esteroide anabólico, Sana? — Momo preguntó porque en eso estaba pensando desde que escuchó la palabra. Se le hacía familiar, la había escuchado en alguna parte pero no recordaba qué era.
— Aumenta el músculo, la testosterona, pero como intercambio te da un ataque al corazón y achica al pene — Sana sin problema dio un resumen a como ella había entendido, mientras Mina guardaba su celular y le quitaba las llaves del auto a Momo.
— Ese no es el tema. Necesito ir al aeropuerto tan solo para hablar con ella, ¿vienen? — preguntó impaciente, y empezó a chocar su zapato con el suelo cuando sus dos hermanas se quedaron pensando.
— ¿Vas a manejar despacio? — Sana preguntó con los ojos entrecerrados y su voz cautelosa.
— No creo. Probablemente apenas llegue a tiempo — si no es que ya había perdido la oportunidad. Si la suerte estaba de su lado, el vuelo podría atrasarse un poco por el clima que estaba en estos días, pero hoy mismo era un día bastante lindo si de clima se habla.
— Entonces yo mejor ayudo a Momoring con eso de llamar a Dahyun — Sana solo tenía favorita cuando le convenía.
— Yo puedo sola — Momo se encogió de hombros mientras estaba a punto de llamar a su novia.
— ¡Que te ayudo, dije!
Mina no quiso estar para escucharlas gritarse, se fue apresurada para echar humo por el motor cuando aceleró el auto.
Ahora no era momento para preocuparse por multas.
#♡>☆
Nayeon tenía su rostro inexpresivo apuntando al suelo, su rostro era tapado por su cabello castaño por estar inclinando su cabeza hacia delante. Sus manos deberían estar tomando la mochila con sus pocas cosas, pero ella realmente no estaba interesada en nada más que hundirse en sus propios pensamientos deprimentes.
Mantenía, detrás de ese cabello, sus ojos cristalizados y labios entreabiertos que soltaban suspiros. Todo ella la había pasado mal. Había intentado comunicarse con alguien, pero no pudo conseguir algún celular, y Jungkook mucho menos.
Sus padres la dejaron a cargo de una seguridad de hombres grandísimos. En el estacionamiento de una gasolinera cerca del aeropuerto, encerrada en aquel auto, Nayeon miraba hacia sus piernas y manos en el regazo. Sus progenitores solo dijeron que perderían el vuelo por unos asuntos urgentes con un socio de Corea, y Nayeon agradeció porque no estaba lista para montarse en un avión. No, no lo estaría nunca.
Jungkook estaba a su lado, su hermano menor tan solo estaba viendo hacia la ventana, mostrándose tan depresivo como ella. Nayeon entendía; ambos perdían a las personas que más los amaron, y con ello, los dejaban sin explicación o despedida.
Nayeon pronto estaría casada con una desconocida de Estados Unidos, alguien "digna" de tener el apellido Im cuando se casaran. Sus padres tuvieron la "decencia" de escogerle a una mujer por su intersexualidad, y no un hombre. Nayeon tampoco dejaba de pensar en Mina, hace dos días sus pensamientos eran relacionados en ella, porque desde hace dos días que no la ha visto.
No sabía exactamente cómo sus progenitores se enteraron de Mina, pero se había ido con ellos en cuanto le dijeron que le harían daño. Ella no quería que Mina esté herida, aún cuando sabía que debía ahora estar muy confundida por su desaparición.
Formó una pequeña mueca, dirigiendo su vista hacia la ventana de su lado. Un gran hombre musculoso estaba que la vista, era el guardaespaldas de seguridad que sus padres contrataron para vigilar a su hermano y a ella. Había otros dos, pero al parecer no estaban cerca, porque Nayeon no lograba captarlos a simple vista.
— Nayeon — su hermano la llamó de repente. No sé habían dirigido ni siquiera una mirada, pero el tono de su voz hizo que Nayeon le pusiera atención — ¿O estoy alucinando por culpa de la tristeza, o esa japonesa de allá es Mina? — su pregunta temblorosa junto a su dedo apuntando algo detrás del vidrio, hizo a Nayeon sorprenderse.
— ¿Mh? — rápidamente se acercó, invadiendo el espacio personal de su hermano para ver desesperada hacia afuera, buscando dónde estuviera su preciada Mina. Ella podría distinguir a Mina donde sea, la conocía muy bien — ¿Dónde? — preguntó al no verla.
— Allá, el auto que están llenando — Jungkook apuntó hacia la gasolinera.
Nayeon sintió que le saltaba el corazón al ver a Mina estar esperando por que el tanque sea llenado. La pelinegra estaba afuera del auto, pareciendo totalmente ida en su mundo. No parecía que estuviera al tanto de ellos.
— Esta no es la gasolinera más cerca de la casa Myoui — su hermano volvió a comentar, pero Nayeon estaba lo bastante absorta viendo a Mina mover su cabeza para que el cabello no le estorbara en el rostro. Nayeon lo admitía libremente, Mina hasta triste era tremendamente atractiva, pero no le gustaba verla triste.
— Debo hablar con ella — Nayeon rápidamente quiso abrir la puerta, pero esta tenía seguro — Realmente debo hablar con ella — gruñó, deteniéndose una vez su hermano la apartó para que no removiera tan fuerte la cerradura.
— Hacer eso solo alertará al mastodonte ese — el chico apuntó hacia la otra ventana, donde se veía al hombre vigilando a los alrededores — Mejor pensemos en algo para llamar su atención.
Nayeon no quería pensar, ella quería a Mina en ese mismísimo instante, pero por esa vez escuchó lo que su hermano estaba planeando.
#♡>☆
Mina había llegado tarde.
El vuelo había despegado, Nayeon se había ido y no pudo detenerlo a tiempo.
El viaje en auto le pareció tan lento, como si los demás automóviles se burlaran de ella y fueran más despacio, deteniendo su velocidad para frustrarla aún más. La llegada al aeropuerto simplemente fue casi desgarradora, el vuelo a Estados Unidos se había ido hace minutos y no tuvo más opción que irse.
Sintiéndose con todo el peso del mundo sobre ella, Mina se había subido al auto y su frente bruscamente dio a parar con el volante, quedándose allí hasta terminar de llorar de impotencia, por pura emoción contenida.
En cuanto había visto la noticia, simplemente Mina tuvo la esperanza de que Nayeon siempre dijo la verdad, que todo era por culpa de alguien más, y no porque Nayeon así lo haya decidido.
No podría saberlo, pues Nayeon ahora debía estar en aquel avión rumbo a lo que sea que hagan los millonarios en sus viajes. Mina no sabe que le depara de ahora en adelante, o sea ¿ahora sigue con su vida, así nada más? Nayeon se acababa de ir de su vida, probablemente para siempre, probablemente estará con alguien más, tendrá una familia con alguien más, compartirá sus días con alguien más, muy lejos de lo que planearon en las noches de ellas dos juntas entre abrazos y besos.
Mina apenas podía procesar de manera correcta.
Cuando quiso marcharse a casa, a buscar un poco de la reconfortante ayuda de sus hermanas, el auto indicó que el tanque estaba casi vacío, así que se tuvo que detener en aquella gasolinera para llenarlo y no quedarse varada a medio camino.
Ya estaba dando suficientes problemas, no quería que ahora su madre tuviera que recogerla solo porque no se fijó en el tanque.
Quiso tomar un poco de aire, todo ella se sentía oprimido, como si la estuvieran aplastando. Solo quería sentirse ligera, tranquila, feliz, como cuando Nayeon estaba abrazandola, justo eso quería.
Salió del auto y dio el dinero que traía, era lo suficiente para que pudiera llenarse y con eso llegaría a casa. Sus pensamientos estaban revueltos, estaba más bien pensando en todo lo que ocurría.
Primero estaba la repentina ida de Nayeon.
Luego estaba Dahyun buscando información de los Im.
Después estaba Woogi descubriéndose a sí misma, mostrando que tuvo algo que ver y que sabe más cosas de las que debería, l que se creía.
Esto último Mina lo quiere investigar más, así sea enfrentar de nuevo a aquella mujer para sacarle información de todo lo que sabe.
Está la repentina noticia de la empresa IMperial, la familia Im yendo a Estados Unidos.
Y por último estaba ella en una gasolinera, deprimida por no haber alcanzado a Nayeon, y confundida por todo lo que al parecer le fue ocultado. ¿Por qué Woogi sabe más? ¿Por qué los Im se quieren ir ahora? ¿Por qué Nayeon la había dejado?
¿Qué más debía saber para entender?
Su atención fue robada por una cabellera familiar, que pasó por su lado y una mano le dio un toque en su brazo. Confundida, observó hacia la espalda de ese chico y luego este volteó para verla sobre su hombro.
Mina parpadeó sorprendida.
Jungkook estaba mirándola por sobre su hombros, con el pulgar apuntando a un lugar que Mina no entendía. El chico acompañado con un hombre alto y musculoso, hacia los baños de la gasolinera.
Mina se hizo preguntas de todo.
¿Jungkook no debía estar viajando en un avión junto a su familia? ¿Por qué estaba yendo hacia un baño junto a un mastodonte trajeado? ¿De qué más se perdió?
Y otra más; ¿a dónde Jungkook le apuntó?
Su mirada aun desconcertada fue hacia donde el chico había apuntado, después de ver cómo el joven Im se metía a los baños de hombres.
Podía jurar que su respiración se atoró y la hizo toser hacia un lado, cuando pudo ver a Nayeon por la ventana de un auto negro. Terminó su tos y ella observó a Nayeon hacerle señas. Estaba lo suficiente estática como para entenderle.
¿Im Nayeon estaba a menos de diez metros, y no en un maldito avión? Bueno, ¿o le dieron información mala o realmente estaba alucinando después de tanto sentimiento depresivo? ¿Tal vez Momo no le dijo que las pastillas para dormir eran alucinógenas? La creía muy capaz a aquella idiota.
Quiso acercarse, comprobar que esa era Nayeon, pero la castaña allá le hizo gestos de que no se moviera y Mina obedeció confundida, también sintiéndose emocionada.
Quería abrazarla, quería abrir esa maldita puerta y aferrarse al cuerpo de la castaña que parecía emocionada por su presencia. Nayeon no era de mostrar emociones, pero con ella siempre se había esforzado de demostrar lo que sentía.
— Ve a... ¿los baños? — murmuró cuando pudo leer la articulación de labios que Nayeon hacía junto a sus señas. Todo pensamiento se hizo humo cuando el trabajador la llamó para que moviera el auto ahora con tanque lleno.
No podía hacer esperar a el auto que esperaba también por gasolina, así que se apresuró al auto para moverlo hacia el estacionamiento.
Estaba confundida, pero eso no la hacía ser tonta, estaba ideando cómo hablar con Nayeon sin interrupción de aquel guardaespaldas trajeado, como Sana dijo que habría.
Jungkook salió del baño, así que se acercó a él para pasar por su lado, queriendo que le diera alguna otra señal de lo que sea que estén planeando ambos Im.
— Ve al baño — y recibió lo mismo del joven Im. No le gritó que le dijera solo porque un guardaespaldas tenía a Jungkook tomado de el brazo para que no escapara.
Los tenían... ¿secuestrados?, ¿algo así? Mina pensó en la posibilidad, pero entonces obedeció, yéndose la bañó de mujeres para verificar que no hubiera nadie y quedarse viendo en el espejo su propio reflejo. Su imagen estaba un poco desastrosa, así que se arregló un poco con agua mojando su rostro.
Bien, ahora quería gritar, pero solo se mordió el puño e hizo un grito silencioso hasta quitarse la emoción desbordante. Estaba enojada, quería una explicación, pero todo su ser se emocionaba una vez veía a Nayeon. Necesitaba gritar, pero luego escuchó la platica afuera y prestó suma atención al entender de quién era la platica.
— No puedo dejarla sola — la voz grave de un hombre sonaba, parecía firme.
— Es el baño de mujeres, tardaré un poco. Solo quédate acá — pero la firmeza de Nayeon hizo a Mina ponerse nerviosa, retrocediendo un poco. Su voz era tan suave siempre, pero esa vez sonó ronca como si hubiera tenido tiempo sin hablar o sin tener líquidos mojando y suavizando su garganta. Mina extrañó tanto su voz, aún si solo fueron dos días.
Fueron los peores dos dias de su vida, y no parecía exagerar.
Algo hizo clic en su cabeza. Ya entendió, el plan era juntar a ella y Nayeon en el baño. Ahora estaba nerviosa de encontrarse a solas con ella, nerviosa por la explicación que Nayeon seguramente le daría.
Cuando la castaña entró, buscándola desesperadamente, Mina sintió que todo se detenía. La puerta se cerró, dejando atrás al guardaespaldas serio que se quedó a esperar.
Ambas se vieron en un silencio casi incómodo. Nayeon no sabía qué debía hacer ahora, pues no sabía cómo Mina se sentía ante su desaparición repentina. Mina no sabía si primero debía gritar y luego abrazarla, o al revez.
A la jodida mierda todo.
Mina rápidamente se abrazó a ella, atrayendo su rostro para juntar sus labios en un desesperado beso que realmente necesitaba. Nayeon retrocedió sorprendida, pero reaccionó atrayendola por la cintura y devolviendo el beso con una necesidad de quedarse allí para siempre, de no separarse ni siquiera si el mundo se estaba acabando.
Se sentía bien, demasiado. Quería seguir así, y olvidar la mierda que ocurría afuera de ese baño, en cual afortunadamente no tenía más ocupantes.
Mina llevó sus manos hacia la nuca de la castaña, desesperada por sentirse más cerca de ella. Nayeon no podía más con la emoción realmente, su cuerpo se movió solo cuando alzó a Mina por los muslos y la sentó en el lavabo, dejándose a sí misma en medio de sus piernas y siguiendo el beso sin indicio de apartarse, aunque sea para respirar.
Estaba bien respirando miseria de aire por la nariz, ahora quería seguir sintiendo el beso como si nunca hubiera dado uno.
El toque parecía tan sorprendente como la primera vez, pero mucho más porque empezó a sentir la profundidad del beso calandole los huesos. Nayeon sintió las suaves manos de Mina yendo hacia su pecho, acariciando y deseando todo de ella pero no podía decirle que ahí mismo intimaran solo porque así era una manera de asegurarse de que la tiene completamente en sus brazos.
Mina se separó de sus labios, con un pesar grande. Nayeon casi hace un berrinche por haberla separado, quería quedarse ahí más, pero Mina tenía sus frentes juntas y daba besos castos en sus labios, amando el chasquido de besos cada vez, amando el sentimiento de su pecho, amando a Nayeon.
— No sé cómo en dos días se puede extrañar tanto a una persona — susurró, viendo como Nayeon abría los ojos y la veía directamente, con una pequeña sonrisa emocionada de estar con ella de nuevo.
— ... Lo siento, yo no me quería ir, me dijeron que te harían daño si no me iba y-... — fue corta la explicación porque Mina la atrajo hacia otro beso. 'Yo no me quería ir', eso era suficiente para que Mina estuviera feliz. Ahora podía tener la idea firme de que Nayeon no la dejó por querer, no la abandonó después de acostarse con ella múltiples veces, no la ilusionó y se fue. Nayeon realmente quería quedarse con ella, pero se vio obligada a irse, por quién sabe qué motivos, ya que Mina estaba más enfocada en besarle — Mmh, Mina — Nayeon susurró al sentirla restregandose contra su cuerpo.
— Te extrañé mucho — ni siquiera fue la semana estando lejos de ella, pero el solo haber intentado actuar normal cuando Nayeon no estuvo, le dejó en claro que ni seguir con su vida diaria podía si Nayeon se iba.
Solo dio un último beso, encargándose de compensar por el tiempo perdido, para luego separarse y ver a Nayeon, notando que esta la veía con mucha concentración y atención.
— ¿Qué sucedió? — por fin le preguntó, tocando sus mejillas mientras Nayeon casi cerraba los ojos por el tacto que servía de calmante.
— ... Cuando le di comida a Kookeu, tocaron la puerta y cuando fui a ver quién era solo recibí que me llevarán afuera a la fuerza al auto. Cuando peleé me dijeron que te harían daño si no iba. Se llevaron a Kookeu, no sé dónde está — Nayeon incluso estuvo más preocupada por Kookeu que por sí misma, le encantaba ese perrito — No sé cómo se enteraron de lo nuestro, pero dijeron que yo no... que yo estaría con alguien que me arreglaron — quiso evitar decir que le dijeron exactamente 'Tú no estarás con una puta', porque prefería evitarle la molestia a Mina — Allá en Estados Unidos para expandir la empresa, ya que me pondrían un matrimonio con alguien importante.
— ¿Eso todavía se hace? — Mina frunció el ceño, mordiendo su labio para pensar. Estaba en cosas que ella no entendía del todo.
— Al parecer — Nayeon asintió — A Jungkook también, dijeron que se volvería a juntar con personas de más bajo nivel, y se lo llevarían para inscribirlo en un internado para "arreglarlo".
— Pero el vuelo ya partió — Mina recordó, frunciendo el ceño
— Pá recibió una llamada, nos fuimos del aeropuerto y nos dejó en aquel auto con tres hombres. Era un asunto urgente con un socio de Corea — a eso, Mina frunció el ceño recordando a Woogi huyendo de su casa cuando le preguntó, al igual que al preguntarle a Dahyun si los Im frecuentaban algún club. Tenía sospechas.
— De causalidad, ¿sabes quién es ese socio? — Nayeon puso un dedo sobre sus labios, pensando seriamente en si en algún momento escuchó algún nombre o apellido, pero realmente no le habían mencionado alguno.
A su padre no le gusta compartir información con nadie de importancia, y su madre mayormente es callada y sus acciones son dependiente de todo lo que su esposo diga.
Cuando negó, al mismo tiempo se escucharon unos toques bruscos en la puerta, que las hicieron exaltar un poco.
— ¡Está tardando mucho! ¡Salga ya! — con esa voz recordaron la situación en la que estaban, que Nayeon supuestamente solo fue al baño y no a hablar con alguien — ¡Si no sale, entro yo! — eso hizo alterar a Nayeon, pues no quería que le llegaran a hacer daño a Mina, y no tenía certeza si esos guardias tenían información sobre Mina así como su padre.
— Solo hubo un problema, en un momento salgo — eso pareció calmar al hombre, pues soltó un ruido afirmativo por el otro lado de la puerta.
Cuando se dispusieron a suspirar de alivio, un timbre se escuchó y Nayeon rápidamente llevó a Mina a un cubículo para cerrarlo sin darle una explicación a la japonesa.
El hombre al escuchar un sonido de celular rápidamente entró sin importar que sea el baño de mujeres, y se encontró con la señorita Im lavándose las manos.
— El celular — le habían informado que en ningún momento debe dejar que alguno de los hermanos Im use un aparato electrónico para comunicarse. En el cubículo, Mina entendió el por qué las acciones rápidas de Nayeon.
— Es un baño público. Está alguien más — Nayeon sonó neutral, como siempre, y el hombre se fijó vagamente por abajo de los cubículos hasta ver unos zapatos y asintió no muy convencido.
— Salga ya — le hizo un gesto con la cabeza para que ambos salieran, con Nayeon dando una mirada hacia el cubículo cerrado y no pudiendo despedirse a como quiso. Quisiera darle otro beso, deseaba tener más de sus labios junto a los suyos, pero no se podía.
Mina al escucharlos salir, vio su celular con una llamada pérdida de Dahyun, y cuando iba a llamar la pantalla se iluminó en que le estaban llamando así que contestó para escuchar la voz un poco nerviosa de Dahyun.
— Mina, Momo me dijo que investigara los clubs a los que iban los Im — Mina soltó un ruido afirmativo para que siguiera — Y pues cuando le enseñé una foto a Asahi los reconoció rápido. Son socios de Woogi, frecuentan seguido — Mina cerró los ojos, ya imaginando un poco lo que ocurría.
— ¿Me mandarías una foto de los señores Im? — ella también trabajaba en el club, podría saber quiénes eran ellos si tal vez alguna vez los vio por la multitud.
— Si te fijas en la gente que te ve, los reconocerás. Eso dijo Asahi — Dahyun dijo, mandando un mensaje con una foto de la familia Im, una vieja donde Nayeon era tan solo una adolecente y Jungkook un niño.
Mina al entrar en mensajes la miró y no pudo darse el tiempo de admirar a una Nayeon chiquita, pues claro que reconocía los rostros de ambos mayores. El señor Im fue uno de los que insistían en acostarse con ella, aunque con el tiempo dejó de hacerlo al recibir puras negaciones directas, y siempre tenía a su lado a aquella mujer que era su esposa, aunque Mina siempre que la vio se la pasaba sentada, callada y ni siquiera inmutarse cuando veía a su esposo estar con más mujeres.
Quiso recordar pero no encontró ningún momento donde Im interactuaran con Woogi, así que suspiró y se dispuso a contarle a Dahyun.
— Los Im cancelaron su vuelo por la llamada de un socio importante, por eso me vi en un baño con Nayeon en una gasolinera — Dahyun por otro lado se congeló al recibir información de repente — Sospecho mucho que ese socio es Woogi, y considerando que cercanas las horas que la descubrí, los Im recibieron la llamada, los sospecho aún más — Dahyun sacudió la cabeza y pensó un momento.
Si eso ocurrió hace poco, Woogi debería estar hablando con los Im. Im deberían estar en el mismo club en el que ahora ella está. Se dio cuenta y rápidamente se tapó con su suéter por si acaso, ignorando la mirada cuestionante de Asahi.
— ¿Woogi... te está dando tiempo? — Dahyun dijo muy dudosa, con Asahi acompañándola mientras seguía atendiendo.
— No. Woogi tiene algo que ver y no bueno — Mina salió del cubículo, fijándose que nadie estuviera en los demás baños para no ser escuchada por nadie.
— Pues ella no tiene buena fama por aquí, uh — Dahyun dijo, luego Mina escuchó otra voz y por unos segundos Dahyun no habló — ... Asahi dijo que con la única que es buena es contigo, que les prohíbe a todos hablar sobre eso contigo — Mina suspiró. Woogi siempre fue amable, muy ligera y llevada con ella, pero no recuerda que lo haya sido con alguien más, y hasta ahora Mina recopila esos momentos para darse cuenta que siempre ese trato fue hacia solo ella.
A Yongsun siempre la veía neutral, a Asahi ni le daba mirada pues lo ignoraba cada vez, mientras que con Mina fue sonriente y bromista. Pero fue discreta, así que Mina no se dio cuenta en aquel momento, solo hasta ahora que lo pensaba con profundidad.
— Y ayer quiso prostituirme — Mina lanzó una queja cansada. Habían pasado tantas cosas a su alrededor de las que no se había dado cuenta, se sentía tonta.
Dahyun se quedó un momento en silencio, rascando su nuca para luego ver a Asahi preocupado por ella.
— ... Hablaré más con Asahi. ¿Dónde está Nayeon? — preguntó recordando que Mina ya la había visto y comunicado con ella.
— La tienen a ella y a Jungkook en un auto, con tres hombres vigilandolos — abrió ligeramente la puerta para ver hacia el auto, recibiendo que Nayeon lograra contacto visual con ella pues había estado mirando hacia los baños en espera de que Mina salga.
— ¿No podrías sacarlos de ahí, verdad? — Dahyun sabía de los tremendo guardias que los Im contrataban, pues al señor Im le gustaba ser precavido en mucho.
— No sé qué hacer de distracción, son muy grandes y estoy segura que no logró dar un paso para cuando ellos dan cinco — Mina volvió a suspirar. La situación no ameritaba nada bueno para ellas.
— Pero si son tres contra tres estaría mejor... — Dahyun sonrió de lado, mandando un mensaje a su novia para recibir una respuesta casi inmediata — Momo y Sana van para allá — informó un poco feliz, pues sabía que de algún modo las tres se la arreglarán, conocía bien a Momo.
— ¿Qué? No, no, no... — Mina intentó decirle que no las meta porque podría terminar en desastre, pero Dahyun ya había colgado la llamada — Maldita chica mocosa — maldijo y dejó su celular en su bolsillo para caminar a la salida.
Mina nuevamente miró por la puerta, fijándose si el auto seguía allí, y en efecto, seguía estacionado con los tres hombres alrededor, uno un poco más alejado al estar aparentemente comprando algo en la tienda que estaba al lado de la gasolinera.
Le hizo una seña a Nayeon de que esperara, aunque esta frunció el ceño sin entender qué esperar, pero tampoco pudo entenderla ya que Mina salió del baño y se dirigió a su propio auto a esperar estacionada por sus dos hermanas.
Fueron tal vez unos diez minutos, cuando Mina miró por la ventana a Sana y Momo llegar, hablando entre ellas. O más bien, discutiendo entre ellas... ¿con un bate?
— Dame eso — Momo le trataba de quitar, entre forcejeos desesperados, el bate a su hermanita, pero por más que quería solo recibía a la pequeña peleando por tenerlo ella.
— Yo puedo. He jugado un poco con el bate de Tzuyu — Sana alejaba a su hermana a como podía, pues ella quería entrar en la acción, no solo ser espectadora.
— Eso sonó muy doble sentido. Le diré a mamá — Momo la acusó con un dedo. En un descuido de Sana, Momo tomó el bate y se lo arrebató rápidamente.
— ¡Yo quiero pegarles! — Sana se le echó encima, pataleando para que se lo vuelva a dar, y Momo se echó hacia atrás, poniendo una mano en el rostro de la pequeña Myoui.
— ¿Tú crees que podríamos contra ellos? — Momo preguntó cuando logró quitársela de encima, y Sana se quedó de brazos cruzados enojada con ella.
— Nadie resiste un golpe en la cabeza, Momo — Sana obvió, viendo muy tonta a su hermana mayor — Solo ve a Oslo de La Casa de Papel, era tremendo hombre grandote y quedó en estado vegetal.
— ¡No me lo recuerdes!
— ¿Qué están haciendo? — Mina les preguntó, haciéndolas saltar por su repentina aparición. Mina ya se había bajado de su auto hace unos momentos, yendo hacia sus hermanas solo para presenciar una de sus discusiones tontas, divertidas e innecesarias.
— Planeando cómo sacar a Nayeon y a Galleto de ahí — Sana se relajó por fin, explicándole mientras apuntaba al bate que Momo sostenía.
— ¿Con un bate? — Mina no podía creer que sus hermanas realmente consideraron golpear personas para lograr su objetivo, pero luego pensó que tal vez podría ser buena idea.
— Nadie resiste un golpe en la cabeza, Mina — Sana repitió — ¿Quieres una demostración? Momo puede ser la víctima — Sana arrebató el bate y se puso en posición para batear, como Tzuyu le había enseñado hace poco, aunque la morena tampoco sabía mucho del deporte, y por lo mismo Sana lo hizo un poco torpe.
— Nadie golpeará a nadie — Mina le arrebató el bate a su hermana antes de que quisiera darle de verdad a la cabeza de Momo — Eres pequeña, puedes distraerlos — comentó pensando un momento.
— Momo es buena fingiendo, que lo haga ella — Sana renegó, mientras Momo rodaba los ojos.
— Dejenme pensar un momento — Mina pidió, buscando algo que les sirviera de verdad y no tenga riesgo de alguien en estado vegetal. En unos minutos ideó algo, aunque tendría que haber alguien inconsciente, pero le servía por el momento — Espero sepas usar ese bate, Momo — le dijo a su hermana mayor, quien sonrió victoriosa al lograr el bate.
— ¿Cómo crees que defendí a Sana de tres mocosos, Mina?
Mientras tanto, Nayeon intentaba ver para donde se fue Mina, ya que no lograba verla y sí a su auto estacionado. Jungkook también la ayudaba a buscarla, pero ninguno tenía certeza de dónde estaría la japonesa.
Aunque Jungkook no tenía esperanza, ya que Nayeon le platicó que solo pudo hablar un poco con Mina y después las interrumpieron. Nayeon claramente no le contó que la mitad del tiempo fueron besos, eso se lo quedaba llena de gozo para sí misma.
— Espera, ¿esa es Sana? — Jungkook había divisado a la pequeña Myoui cerca, caminando casualmente con una sonrisa casi traviesa en su rostro. Nayeon también la miró, pensando que tal vez llegó con Mina.
Ambos hermanos no podían escuchar lo de afuera, pero sí pudieron ver a Sana sacando un popote y apuntando a uno de los hombres, pegándole con una bolita de papel mojada en la cara.
— Ey, niña, ¿qué estás haciendo? — Sana era una adolecente, pero su cara traviesa y sonrisa que fingía inocencia la hacía parecer una niña jugando. Sana no contestó, soltó una risita y le apuntó para darle con otra bolita en la cara — Ugh, deja de hacer eso — el hombre avanzó hacia ella, pero cada paso que daba Sana retrocedía la misma distancia, pegándole con más bolitas hasta que retrocedió más y pudo apartarlo del auto Im.
Los otros dos lo vieron hasta divertidos por tener que lidiar con una niña, pero fue pronto que a uno de ellos lo golpearon haciéndolo caer y el otro ni pudo reaccionar para cuando la puerta del auto se abrió, alguien entró y cerró la puerta detrás de sí.
Momo, quien se suponía era quien iba a entrar al auto, vio a Sana, enojada por haber tomado su lugar en el asiento de piloto. Se suponía que Sana distraía al primer hombre, conseguía las llaves que este tenía en la cintura, y luego se las daba a Momo para que ella manejara lejos de allí, pero la monstruo fue rápida y en cuanto había conseguido las llaves había corrido hacia el auto para cambiar el plan a uno más divertido.
Según ella.
— ¡Sana! — la mencionada dentro soltó una risa mientras encendía el coche con las llaves que pudo tomar.
Momo no le quedó más remedio que rodear el auto y entrar en copiloto, mientras que Mina se encargaba del tercer hombre antes de que las detuviera.
El auto arrancó, con Sana riendo mientras manejaba con su poco saber de conducir. Momo quiso detenerla, pero se pegó en el asiento cuando Sana arrancó a todo dar por la carretera.
— ¡Sana! ¡Detente ahora mismo! — Momo se inclinó, tomando el brazo de su hermana para hacer fuerza, pero Sana soltó una risa traviesa y aceleró, arrevasando algunos autos y poniéndose en la fila que le corresponde antes de casi estrellarse con un transporte público.
— ¡No puedo! ¡No sé! ¡Y no quiero! — la pequeña monstruo se seguía riendo, manejando a como podía, experimentando por primera vez eso ya que nunca en su vida había manejado.
— ¡Necesito que me des el volante! — alguien les pitó y Momo se exaltó — ¡Vamos a chocar si sigues! — exclamó, pero Sana hizo sonar el claxon en protesta al otro auto que hizo lo mismo.
— ¿Para que sirve eso? — Sana movió la palanca que hizo mover las parabrisas una vez — Wouh — le gustó eso.
— Myoui Sana, quiero que cambiemos de lugar ahora mismo — Momo estaba seriamente amenazando, temiendo por su vida en ese momento de Sana sonriendo traviesa y viendo con ojos brillantes la carretera.
— Pero voy entrar en la autopista, Momo — Sana dijo en un tono inocente, curvando para poder entrar en la autopista que las llevaría a la zona de comercios de la cuidad. Sana recuerda el centro comercial hacia allá.
— ¡No! ¡En la autopista no! ¡Estacionarte, Sana! — Momo insistió, pero Sana se metió frente a un auto a alta velocidad, recibió un claxon pero lo devolvió mientras se acoplaba a la carretera — ¡No! ¡Sanaaa! — Momo largó la ultima vocal, gritando, pero se rindió, se sentó para abrocharse el cinturón y voltear hacia atrás. Ambos hermanos Im las veían expectantes, Nayeon curiosa y hasta feliz, mientras que Jungkook asustado por su amiga manejando sin experiencia — Hermanitos, será mejor que se pongan sus cinturones bien apretados y agárrense fuerte de lo que puedan. ¡No es opcional! — Nayeon ya estaba con el cinturón desde que vió a Sana empezar a conducir, mientras que Jungkook lo hizo enseguida a una rapidez envidiable.
— ¡No se preocupen! — Sana decía con una sonrisa, volteando hacia ellos pero volvió su vista a la carretera cuando sonaron un claxon — ¡No me vi cinco películas de Rápido y Furioso y tres de Cars por nada! — eso no los despreocupaba en nada — ¿Para que es este botón? — Sana curiosa aplastó un botón cerca del estéreo. Momo no la detuvo al ver que era el aire acondicionado. Necesita aire o tendría un ataque de pánico — ¿Y esta palanca qué? — esta vez Momo notó que Sana se refería a la palanca de direccionales.
— ¡No la uses! ¡Sana! — fue tarde, pues Sana la movió para los dos lados, y al no ver nada raro la volvió a dejar en su lugar — ¡Ruegale a Dios que me dé paciencia, porque si me da fuerzas te mato!
— Ya saldré de aquí, dramática — Sana se burlaba, teniendo un poco de lógica para desacelerar poco a poco hasta salir de la autopista.
Momo suspiró para recostar su cabeza en el asiento, viendo que Sana iba más lento por las carreteras. Un timbre de celular sonó y Momo contestó la llamada sin mirar quién era.
— ¿Qué? — cansada, preguntó.
— ¿Todo bien? — era Mina, que del otro lado estaba en el auto de su madre para dirigirse al club donde Dahyun debería estar.
Momo volteó hacia los hermanos Im. Nayeon siempre estuvo calmada y Jungkook estaba tranquilizándose apenas.
— Mi estomago no, pero ellos bien — Momo dijo y le pasó el celular a Nayeon para que hablase un rato con Mina — No vuelves a tocar un volante, mocosa — aseguró a Sana cuando esta se mal estacionó en el estacionamiento del centro comercial.
— Mejor corramos — Sana sabía que la otra parte del plan era alejarse del auto a algún lugar donde no las encuentren. Los cuatro salieron del auto, y Sana se dirigió a un joven Im temblando — ¡Galleto! — se alegraba de ver a su amigo, así que lo abrazó rápidamente.
— Por favor, nunca vuelvas a manejar sin una licencia — Jungkook todavía podía sentir sus manos temblando, pero aún así correspondió el abrazo, habiendo extrañando mucho a Sana y deseaba poder abrazar a Tzuyu igual.
— Debemos irnos a pie o en trasporte público — Momo les dijo, mientras Nayeon seguía hablando muy atenta por teléfono con Mina, y parecía estar muy bien así, por lo que Momo no se atrevió a quitárselo.
— ¿Por qué no vamos en el auto? — el joven Im preguntó — Con Momo manejando, obviamente — agregó por si acaso. Quería mucho a Sana pero no le confiaría otro auto.
— Esa cosa debe tener rastreador o una mierda así — Momo no se iba a arriesgar a ser atrapada, así que les hizo una seña para que vayan caminando detrás de ella, metiéndose dentro del centro comercial primero, así saldrían por la otra puerta y estaría el aire acondicionado. Momo no podía mentir, hacía mucha calor, y prefería ir por todo el centro comercial de aire frío.
— Dile a Mina que venga por nosotras. Tiene le carro de mamá — pero Sana no quería caminar en nada.
— Ella ya está con Dahyun — Nayeon les informó, dándole el celular a Momo ya que había recién acabado la llamada, con Mina diciéndole un 'Te amo' que hizo alegrar muchísimo a la castaña, incluso tenía una sonrisa alegre.
— ¿Por qué nos dirigimos hacia Woogi si ella tiene algo raro? — Sana cuestionó, pues Dahyun les había explicado la situación por mensaje.
— Porque es el lugar donde menos pensarán que estamos. Sabrán que nos escondemos, pero el mejor escondite es cerca, donde no lo pensarán. Sí funciona, lo vi en las películas — bromeó un poco, pero su expresión seria dio a entender que lo decía en serio y por lo tanto se rió de las caras de los que la acompañaban.
— ¿Y si nos ven?
— Estaremos en el estacionamiento de atrás, cerca de la puerta de empleados. Woogi no pisa la puerta de empleados, ni ese estacionamiento — todas mayormente entraban por ahí al club, así que sabían dónde estaba.
Momo revisó su celular cuando le llegó una notificación especializada de su novia.
— 'Los señores Im están aquí, Mina los vio entrar de la oficina de Woogi y estaban bebiendo algo. No parece que se enteren sobre la huida de sus hijos' — Momo leyó, volteando hacia sus acompañantes con una sonrisa.
— Si a los guardias los golpearon como Momo hizo con uno, no creo que puedan avisar — todas estuvieron de acuerdo con Jungkook.
#♡>☆
Mina por fin conoció al dichoso Asahi, un joven pelinegro de ojos grises y sonrisa tierna, aunque no pudieron hablar mucho ya que debían estar en el estacionamiento y Asahi todavía seguía trabajando. Dahyun parecía muy concentrada en algo de la computadora y Mina solo podía seguir pensando sin mucho qué hacer, sin tener idea de qué hacer.
O sea, ¿qué podía hacer?
Se sentía acorralada, abrumada, totalmente abandonada.
Perdería a su novia antes de que sean novias, su hermanita perdería a un amigo, tendría que ver en cada noticia de moda sobre Im Nayeon casada con alguien más, se sentirá sola aún si tenía a su familia reconfortandola, Nayeon será infeliz en un país desconocido, Jungkook volverá a su etapa de antes o será obligado a disciplinarse casi como militar, Woogi seguramente hará algo contra ella al llegar a su límite de tolerancia y los señores Im seguramente le ayudaran, no tenía el suficiente dinero para darles lucha al de ellos, se quedaría sin trabajo y con pocos ahorros, no sabe dónde está su perro/hijo Kookeu y ruega porque esté bien, el apartamento que compró está hecho un desastre y Jeongyeon no tendría a dónde ir, su propia vida está hecha un desastre ¡y ella solo está llorando en los asientos traseros del auto de su madre!
Oh...
Eso... ¡su madre!
— Haré una llamada a mi madre — aviso a Dahyun, quien asintió sin problema y seguía concentrada en su computadora.
Mina la dejó seguir con su trabajo, pues parecía investigar con qué podrían detener o apaciguar el problema. Aún si no era su propio problema, Dahyun dijo que todo problema de sus amigas era suyo igual.
Tomó su teléfono para llamar a quien tenía agendada como 'Dezkonozido', obviamente la tonta de Sana la agendó así, pero ahora mismo no le prestó atención y marcó, escuchando al tercer tono la respuesta de su querida madre.
— ¿Mina? — sonaba confundida, y Mina lo entendió pues casi nunca la llamaba para algo.
— Mama, una pregunta rápida — dijo y pronto escuchó el murmuro afirmativo de su madre, así que se preparó — ¿Qué harías tu si tienes una novia, o casi algo, con padres que quieren controlar su vida, la quieren llevar al extranjero para casarla con alguien más, y ellos están aliados con tu jefa que para rematar está obsesionada contigo y planean separarlas a toda costa porque no son de estatus sociales iguales, y además les secuestraron el perrito que criaban juntas? — hasta Dahyun la volteó a ver por el retrovisor ante su desahogo, y Mina se dio cuenta que las lágrimas fluían por su rostro.
El silencio de su madre hizo a Mina reconsiderar si fue bueno decirlo todo tan directo. A ella le llevó minutos procesarlo, y era su propia vida; no sabía cómo su madre pueda entenderlo y procesar tanta muerda que ocurría en su vida.
Tal vez un minuto después, escuchó el suspiro pesado de su madre y una pequeña queja.
— ¿Sabes que es la única cosa que me molesta de tener tres hijas? — su pregunta hizo que Mina bajara las cejas en confusión. No necesitó responder, pues su madre habló — Que nunca le cuentan nada a su madre — Mina se congeló por un momento — Como se tienen entre ustedes, parece que son las únicas en las que confían, y está bien, pero yo ni siquiera estaba enterada de por qué mi auto no está en el garage, Mina — en eso Mina se hundió en el asiento sintiéndose culpable.
Era exactamente así. Hablaban con su madre, sí, confiaban en ella y más, pero se tenían las tres entre sí y entre las tres se tenían secretos que nadie mas sabía, una confianza que con nadie más tenían. La situación en la que estaban no se la han contado a su madre, ni siquiera lo había considerado, y de pronto siente un peso en su pecho.
— No quiero que te sientas culpable, Mina, yo tampoco les cuento mucho — su madre rió desde la otra línea — Cuéntame bien qué ocurre — la incitó a hablar, por lo que Mina ignoró el sentimiento de culpa y empezó a contarle.
Cada cosa le contó, hasta las más felices, hasta las mas tristes, hasta donde estaban justo ahora, y el por que de cada cosa. Sobre Jeongyeon, Chaeyoung, Jihyo y demás que su madre no conocía del todo. Le contó detalladamente la situación y su madre la escuchó en silencio, aveces soltando murmuros afirmativos para dar a entender que seguía escuchando.
— Y pronto Momo y Sana llegarán junto a Jungkook y Nayeon al estacionamiento de The Black Sky, donde estoy junto a Dahyun intentando investigar algo más sobre los Im y Woogi.
— Mina — Dahyun la llamó, haciendo que Mina volteara — ¿Cómo es que se llamaba tu padre? — la pregunta fue clara, y Sachiko desde la otra línea pudo escucharla bien, así que suspiró rindiéndose.
— Tengo algo que contarte sobre tu padre, Mina — ante el silencio del auto, eso también lo pudo escuchar Dahyun, por lo que prefirió que la Myoui mayor lo informara antes que ella.
— ¿Qué tiene que ver mi padre en esto? — Mina estaba cohibida, nunca su padre parecía tan presente como ahora.
El pequeño tintineo de su celular la hizo ver la pantalla del aparato para leer el mensaje que le acaba de llegar, pero los mensajes de Momo la hicieron congelarse y no escuchar como su madre y Dahyun le hablaban para que reaccionara.
— Mami, querida, hermosa — su llamado cariñosamente falso hizo dar a entender que no tenía una buena noticia — ¿Qué harías tú si una de tus hijas te dice que está embarazada? — recibió puro silencio por varios segundos.
— Esa es una buena pregunta, Mina...
Dramática uno
>> MINAAAAAA.
>> ¿Qué dirías si te digo que Sana se acaba de hacer dos pruebas de embarazo y salieron positivas?
>> Sana está llorando, Jungkook la siguió hace unos segundos, yo estoy a punto de llorar, y Nayeon...
>> Y ACABO DE PERDER A NAYEON, VENGAN AL CENTRO COMERCIAL Y AYÚDENME POR FAVOR 😭
>> PD: No le digas a mamá.
. . . . .
Desperté de mi invernación solo para confundirlos y alterarlos más 😈
Este capítulo no es tan largo como los demás, pero quería darles un regalo por navidad
Mery crismas jinglo bel jinglo bel jinglo modafoka
Nos vemos por allá el otro año. Mentira, ojalá pronto se me quitem los bloqueos, hasta que eso pase nos vemos
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