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CHAPTER 29


¿Valentía? Eso dejaba de existir en mí luego de algunos minutos en los que me atrevía a algo por la euforia del momento. Y como siempre que pasaba, luego de besar a Izan de esa manera tan descarada, pasé lo que quedó de nuestra cita sintiendo el rubor esparcirse por todo mi rostro cada que recordaba lo que había hecho. Incluso Izan que en uno que otro momento parecía recordarlo cuando le echaba un vistazo y lo encontraba sonriendo con picardía en mi dirección, eso me ponía aún peor, si es que era posible.

Luego de eso, pasaron semanas en los que solo nos encontrábamos en el instituto con los demás.

Tanto Andrew como Dennis e Izan se habían adueñado de nuestro lugar en la cafetería, a tal punto que incluso Lili se había acostumbrado a ellos. Todos sabemos que para Ryan no había ningún problema, y para mí no tanto, aunque, por estupideces cometidas en momentos de euforia casi siempre terminaba ruborizada hasta las orejas con un Izan feliz de la situación burlándose de mí silenciosamente.

Sentirse cómoda con los demás no fue tan grave. Dennis era fácil de llevarse, está más que claro que para Lili el problema principal era Andrew y su seudónimo para con ella, y por mi parte no había tanta exageración, así que simplemente me acostumbré y los estúpidos terminaron por ser parte de nuestra rutina.

Así que aquí nos encontramos, como siempre en la tan concurrida cafetería reunidos en nuestros asientos correspondientes; Lili frente a Andrew a mi derecha, Dennis frente a Ryan a la derecha de Lili, por lo que Lili queda en medio de las dos, e Izan, pues también está frente a mí.

Suspiro con pesadez, cuando, de la nada, mis ojos caen en Katherine Grainger, la hermana de Adam, que camina totalmente sola por los pasillos del lugar en dirección a la salida. Vuelvo la vista a la mesa cuando ya ha desaparecido por completo del lugar y logro ver qué todos a mi alrededor han quedado mirando en la misma dirección que yo miraba hace unos segundos. Dennis es la primera en girarse hacia mí.

—Ya no existen las famosas… —Duda un momento, señalando con la mano al aire sin encontrar la palabra que busca—¿Cómo le decían ustedes?

—¿Chicas K.I.T?—Ryan tantea a la suerte al girarse apenas escuchó a Dennis hablar.

—Si, justo eso.

Andrew miro en dirección a Ryan con evidente confusión.

—¿Chicas K.I.T?—Cuestiona, con las cejas en alto.

—Ya sabes, Katherine, Inna, y Tania—Responde Lili, para sorpresa de todos e ilusión del rubio.

—¿Alguien sabe lo que pasó?—Hablo por primera vez en un rato.

—No—Responde Dennis—Están así desde el momento en que su padre puso un pie en este instituto como nuevo director.

Todos nos quedamos pensativos un momento, y mientras debaten internamente, mis ojos conectan con los de Izan justo cuando se reacomoda en su lugar.

—No es nada malo—Empieza—Es solo que jamás han sentido que podrían fluir con naturalidad con su padre cerca. Pero no estoy muy seguro de que sea algo personal.

Y volvemos a quedar en un silencio después de escuchar las palabras de Izan. Y casi podría decir que es cierto, jamás, en todo el tiempo que he llegado a estar cerca del señor Grainger me sentía del todo libre. Su presencia en sí te hacía sentir prisionera de sus reglas, y al parecer, sus hijos no son inmunes a ello. Todo continúa en silencio unos minutos más, hasta que de la nada, Ryan se pone de pie de un salto sobresaltándonos a todos en el acto tan repentino.

—Será idiota—Espeta Lili con una mano sobre su pecho con dramatismo.

—Perdonen por eso, pero es que acabo de recordar que Dennis había olvidado algo que me pidió ayudarla a buscar.

La mencionada levantó el rostro, notablemente aturdida y confundida por el hecho.

—¿Yo?—Cuestionó con evidente confusión en todo el rostro.

—Claro que sí. No me digas que ya lo olvidaste.

—Ah… si, si… ya lo recuerdo—Responde, al estar de pie, mirando a Ryan que no paraba de hacerle señas con la cabeza para indicar la salida con poco disimulo.

Se deslizan a un lado para poder salir del lugar a paso torpe y apresurado.

—Cuánta discreción—Susurra Andrew luego de que desaparecieron de nuestras vistas, con evidente ironía en su voz.

—Por fin estoy de acuerdo contigo, rubio descolorido—Agrega Lili, sorprendiéndonos nuevamente a todos.

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—¡Chicas!

Esa exclamación provoca un gran sobresalto entre Lili y yo. Ryan entra en la habitación como si nada con una gran sonrisa en el rostro, mientras, Lili y yo tenemos una mano en nuestro pecho con claras intenciones de calmar los latidos acelerados de nuestro corazón por el susto del idiota que acaba de entrar.

—¡Deja de sobresaltarnos así idiota!—Salta Lili enviando un cojín en dirección al intruso—¿Quieres vernos morir antes de tiempo?

—Tranquila fiera. Sabes que las amo—Se acerca este atrapando el cojín antes de golpear su rostro.

Luego de las charlas que tuvimos en el instituto, el día transcurrió con normalidad. Cada uno fue a sus respectivas clases al sonar la campana que indicaba que la hora del almuerzo ya había culminado. En algún momento me tope con Katherine, justo como estaba en la cafetería, sin su séquito de amigas.

Llegamos a casa luego, y como ya es costumbre, Ryan siguió su camino a casa, Lili y yo subimos directo a nuestra habitación, y sin decir mucho, cada una se concentró en lo suyo sin nada más que hacer. Así pasamos casi dos horas hasta que Ryan irrumpió en el lugar con esa alegría que últimamente le caracterizaba.

Ryan toma asiento en el sofá que acostumbra sentarse cada que está aquí.

—Bueno queridas, a lo que he venido—Empieza—Saldré con Dennis a caminar por el parque más tarde, y quería informarles que están invitadas chicas a venir con nosotros.

—Eso suena como una cita—Espeta Lili—¿Qué haríamos nosotras allí?

—Pues caminar, las invito porque quiero que vayan.

—Yo no quiero caminar—Se cruza de brazos.

—Emma, si tú aceptas estaría feliz—Ryan está vez mira en mi dirección.

No puedo evitar ver a Lili poner los ojos en blanco mientras yo sé perfectamente que me está usando a su favor. Lili sería arrastrada por mi prácticamente, y él lo sabe muy bien.

Me encojo de hombros.

—No me apetece mucho caminar hoy—Es lo que respondo.

Lili sonríe, y Ryan bufa.

—Emma por favor—Suplica juntando las manos.

—Ten dignidad Ryan, ya te hemos dicho que no—Lili como siempre tan amable.

—Lili, cállate, que intento convencer a Emma— Ryan señala a Lili para luego poner sus ojos nuevamente sobre mí—Venga ya, no las invitaría si no las quisiera allí en serio.

Me lo pienso un momento, de verdad no me apetece ir.

—No lo sé.

Ryan suspira con pesadez y se pone de pie para ir en dirección a la puerta. Se acerca a ella y mientras sostiene el pomo, gira su vista hacia nosotras.

—Prepárense, en una hora vengo por ustedes.

—¡Pero si te hemos dicho que no!—Vuelve a intervenir Lili.

—Y yo he dicho que las voy a venir a buscar, por ende las voy a obligar.

Abro y cierro la boca sin saber que decir exactamente, no entiendo cual es el desespero de tenernos allí.

—¿Cómo piensas obligarnos?—Inquiero, segundos después.

—Eso ya lo verán.

Y con eso, sale de la habitación cerrando la puerta tranquilamente. Lili y yo nos miramos entre sí, y no nos queda de otra más que arreglarnos exactamente en una hora, porque las dos sabemos mejor que nadie, que Ryan jamás insiste en algo, y, cuando al fin lo hace, lo consigue, sea como sea. Es mejor acceder tranquilamente, antes que llevar una discusión que todos sabemos que al final, vamos a perder.

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Pasada una hora después de la visita de Ryan, nos encontramos las dos sentadas sobre la cama totalmente listas a la espera del señor que nos quitó la tranquilidad al entrar. Lili no dice nada por estar concentrada en su libro, y yo tampoco porque sé que no me prestaría exactamente atención, aparte de que odia que la interrumpan en su lectura. Pero, Ryan parece olvidar aquello, porque justo como había entrado hace una hora, vuelve a irrumpir en el lugar sobresaltando a Lili a tal punto que termina dando un grito en el acto. Yo vuelvo a dar un salto ante el grito de mi amiga y Ryan no se hace esperar con el salto que lo hace caer de culo por la impresión.

Lili, a pesar del susto no esperado, suelta una sonora carcajada ante la escena de Ryan quejándose por haber caído de esa manera. Yo no puedo hacer más que sostener mi pecho, han Sido dos sustos en un mismo momento.

Dennis entra a la habitación e intenta con todas sus fuerzas controlar la risa al comprender un poco lo que acaba de pasar. Yo, pues, sigo ensimismada por el susto. Justo de eso moriré con estos individuos cerca de mi persona.

—Eso te pasa por idiota—Revela Lili, aún con secuelas de risa.

—¿Y que tiene que ver qué sea un idiota en toda esta situación?—Pregunta Ryan, evidentemente fuera de sí.

—Justo eso, que eres un idiota.

Lili aún sigue riendo, y Ryan no deja de quejarse.

—Tu fuiste la que gritó.

—Porque me asustaste mientras leía algo de terror—. Contraataca Lili—¿Qué esperabas al entrar? ¿Flores?

Eso sin duda, da en el punto exacto de Dennis, porque la mencionada suelta una carcajada que desvía la atención de todos en su dirección. Tapa su rostro de inmediato al ver la atención recibida. Luego, todos volvemos a estar pendiente de la discusión que Ryan y Lili llevan a cabo incluso cuando Ryan carga a Lili sobre su hombro para bajar a dejarla en el auto de Robert, ya que la señorita luchaba en negativa de no querer ir al lugar. Yo no hice ninguna protesta ¿Ya Para qué? Si Lili valía por las dos.

La discusión sigue hasta que son reprendidos por Robert, el padre de Lili, y en el rostro de Dennis ya no cabe el color escarlata por aguantar este teatro sin reír a rienda suelta. Yo simplemente quise golpearlos a los dos por inmaduros.

Tiempo después, llegado al dichoso parque todos descendemos del auto luego de despedirnos de Robert. Dennis y Ryan se adelantan en caminar al frente y Lili y yo nos quedamos tras ellos siguiendo sus pasos creando una conversación trivial entre nosotras. Seguimos con normalidad hasta que de la nada, Lili se detiene abruptamente sin dejar de mirar fijamente al frente, lo que me hace detener el paso por igual.

—Definitivamente, me regreso a casa—Farfulla Lili.

Miro confundida su acción y luego dirijo la vista al mismo lugar en la que está la de ella y comprendo totalmente la situación cuando veo a Izan y Andrew de pie justo en el lugar al que se dirigen Ryan y Dennis frente a nosotros.

Aún no nos han visto, pero Ryan y Dennis giran en nuestra dirección y también detienen el paso al escuchar las palabras de Lili.

—¿Pero que dices mujer?—Argumenta Ryan.

—Digo que me iré. Debí de suponer que me traerías hasta ese rubio descolorido.

—No digas tonterías. No tiene nada de malo—Dice Dennis tranquila.

Y empezamos una media discusión entre susurros, porque cada vez que alguno intentaba alzar la voz es meramente reprendido por Lili al instante. Todos decimos algo, incluso yo me introduzco a la conversación de vez en cuando. Pero, todo se vuelve una revuelta cuando de la nada, Ryan cae desplomado en el suelo. Las tres nos quedamos estáticas ante la repentina caída. Pero mi congelamiento se deshace cuando suelto una carcajada sin poder contenerme.

—¡Cállate Emma!—Se altera Lili fuera de su estupor.

Escucho pasos acercarse y giro justo para ver que se trata de Izan y Andrew que prácticamente corren en nuestra dirección. Seguramente mi risa llamo su atención, y Ryan tirado en el piso no es una buena llegada.

—¿Qué sucede?—Izan es el primero en llegar.

—¿Qué hace Ryan en el piso?—Pregunta Andrew también al acercarse.

—¿No es evidente la gran amistad que hay entre Ryan y el piso?—Espeta Lili con sarcasmo en su lugar.

—Creo que se acaba de desmayar—Reacciona Dennis pálida y perdida.

—¡Se acaba de desmayar y lo primero que hace Emma ¿Es reírse?!—Se exalta Andrew negando con la cabeza—Te falta maldad Emma. Y yo que pensé que eras diferente.

—¿Qué?—Respondo al fin—No, no, no, no. Suelo reaccionar de manera extraña ante momentos como éste. Perdón.

—Créeme Enana. Todos lo acabamos de notar—Replica Lili.

—¿Y es que lo van a dejar ahí mientras debaten quien está más loco hoy o qué?—Pregunta Izan, notando que el pobre de Ryan sigue en el suelo mientras nosotros discutimos.

Todos reaccionan ante la pregunta y cada uno toma alguna parte del cuerpo de Ryan para cargarlo hasta el banquito más cercano. Hay protestas de todos durante el poco camino que se hace eterno ante lo pesado que es Ryan, y, cuando al fin llegamos al punto, lo acomodamos lo mejor que podemos para no terminar en el suelo con él.

Nos quedamos charlando mientras Dennis deposita la cabeza de Ryan sobre su regazo y lo abanica con un pequeño cartón que encontramos por ahí. Luego de unos minutos en los que decidimos esparcinos por el suelo para tomar asiento, Ryan empieza a removerse con cuidado y empieza a abrir los ojos, todos suspiramos de alivio al notar que está bien.

—De verdad ¿Nadie fue tan inteligente como para pensar en un hospital?—Pregunta Ryan después de enterarse de lo que pasó mientras mantenía sus ojos cerrados.

Lili suelta una carcajada con soltura, y le sigue Dennis que contagia a los demás a reírse con nosotros. Definitivamente nadie pensó en ello, y era más que evidente.

—Hoy confirmo que estando con ustedes, jamás me pasará algo normal—Susurra Izan con una sonrisa.

Y todos volvemos a sonreír. Incluso Lili se ve feliz después de todo, y puedo asegurar que ha de estar pensando en lo mucho que se habría arrepentido si hubiese preferido quedarse en casa.




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