Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CHAPTER 28


Emma:

«Me molesta saber que no estás bien»

En todo lo que quedó de la tarde no le pude prestar atención a nada ni a nadie con esa simple oración. Ese pequeño fragmento de palabras me dejó muda durante lo que quedó de clases, he incluso lo que pasó de camino a casa, dónde Ryan intentaba entablar una conversación y Lili simplemente ignoraba mi existencia, como cada vez que se enojaba conmigo porque yo me había enojado con el mundo.

Llegamos a casa y Ryan no quiso quedarse por el momento de tensión, así que huyó, como siempre que sabía que la situación ameritaba una huida. Así que solo quedamos Lili y yo. La aludida me ignoró durante las horas que pasaron concentrada totalmente en el libro en sus manos, y yo, simplemente estaba ahí, con un nuevo sentimiento albergando en lo más profundo de mi ser.

Esta vez me sentía extraña, ya no sentía que tenía ganas de desaparecer o de odiar al mundo, en esta ocasión tenía una sensación agradable en el pecho, pero, al mismo tiempo, era totalmente amarga, y creo tener una idea de que rayos es lo que se supone que me está pasando.

El ruido de un libro ser cerrado me sobresalta, pero no por el ruido que ha hecho, de hecho, sonó totalmente tranquilo, pero el hecho de que haya sido tan de repente fue el causante de mi sobresalto.

Giro la cabeza en dirección a Lili que se pone de pie del sofá junto al balcón que está en la habitación y se acerca a mi suspirando fuertemente.

—Bien—me empuja hacia un lado para tomar asiento frente a mi sobre la cama—Estoy preparada para escucharte o lanzarte por el balcón Emma, tu decides.

No me lo pienso mucho al acomodarme para terminar de quedar frente a ella y suelto todo el aire que no sabía que había contenido. Porque definitivamente, caer por el balcón no se escuchaba para nada bonito.

—Yo…—Empiezo y me retuerzo los dedos del nerviosismo, ni siquiera sé que es lo que diré exactamente, pero todo vale con tal de no salir volando por el balcón—No sé lo que me pasa…

Su respuesta fue mirarme, mirarme con los ojos entrecerrados en mi dirección, era más que obvio que tenía ganas de golpearme. Volví a respirar profundo.

—En la cafetería, solo tenía deseos de salir huyendo de Izan—Vuelvo a hablar—Pero no sé la razón exacta. Simplemente sé, que quería huir.

—Pero el te siguió—Asentí con la cabeza—¿Y que pasó?

Y le empecé a contar lo poco que había pasado cuando Izan me encontró, las cosas que me dijo, que volví a huir, y que sus palabras no han dejado de merodear en mis pensamientos sin rumbo.

Y solo cuando empecé a contar poco a poco lo extraña que me sentía fue que noté que si había sentimientos que no conocía que tendría.

—Tienes sentimientos encontrados Emma— Hablo Lili, al mirarme fijamente luego de escuchar—Creo, que el hecho de que diga que se preocupa por ti hace estragos que contradicen todo lo que querías hacer desde un principio.

Quedé callada, no sabía que decir exactamente, no había nada que decir a eso siendo sincera.

—Debes tomar una decisión. Porque si continúas conociéndolo con la misma condición con la que empezaste, te vas a arrepentir.

—Lo sé… —Murmuré con la cabeza gacha.

—¿Y que harás?

—Seguir con lo que ya había empezado.

—Emma…—Advirtió—No creo que siga siendo buena idea.

—Lo sé. Y está bien—Dije poco convencida, la verdad es que no sabía porqué quería seguir en ello—Solo, un poco más ¿Vale? Prometo acabar con esto de una vez por todas.

—Está bien—Suspiró con pesadez—Ahora, ven aquí Enana.

Y me acercó a sí en un abrazo que me hizo sentir mucho mejor de lo que esperaba. Lili, a pesar de todo, seguía siendo esa amiga que jamás podría faltar en tu vida. Una dispuesta a abofetear te si hace falta. Y me sentía feliz, porque a pesar de su carácter sabía como hacerme sentir mucho mejor aunque hubiese una amenaza de por medio.

Cómo lanzarme por el balcón, por ejemplo.

—¿Y si mejor comemos algo?—Propuso y yo asentí efusivamente. No había probado nada en todo el día.

Continuamos hablando de cosas que no tienen que ver en nada con lo mencionado anteriormente mientras nos íbamos hacia la cocina para prepararnos algo productivo de comer, al salir, es cuando me doy cuenta de lo tarde que es. Avanzamos escalera abajo y justo cuando estoy por llegar al último escalón, recuerdo que había dejado mi móvil, otra vez, en la habitación.

—Me he olvidado mi móvil en la habitación Li, vuelvo en un segundo.

Asiente con la cabeza y continúa su camino a la cocina mientras yo tomo las escaleras de vuelta a la habitación.

Apenas llego, me sobresalto al escuchar mi móvil sonar ¿Por qué siento que esto me había pasado antes?

Me acerco a pasos lentos y dudosos, pero al final termino por tomarlo y me sorprende en demasía el nombre que logró ver iluminar mi pantalla.

Descuelgo algo anonadada.

—¿Izan?—Es lo primero que pregunto.

Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea, por lo que alejé el móvil unos segundos para ver si había colgado o simplemente yo me había imaginado una llamada.

—Lo que te prometí—Hace una pausa—¿Mañana a las siete?

Me lo pienso, y sonrío al darme cuenta de lo que está hablando al instante.

—Mañana a las siete—Confirmo.

Y con solo eso, nos despedimos y colgamos a la vez.

—Qué mañana a las siete ¿Qué?

Doy un respingo del susto con la voz que me sorprende al hablar detrás de mí. Giro y me encuentro con Lili totalmente sería apoyada del umbral de la puerta de brazos cruzados ¡Genial! De todas las personas que pudieron haber escuchado mi conversación, tuvo que aparecer exactamente Lili.

Aún pienso que me odias universo.

          
###

—Vuelvo a repetirte que no es buena idea.

Lili, a mi lado, no ha dejado de quejarse durante  todo lo que llevo de la tarde pegada al armario de mi habitación en busca del algo decente para salir.

—Que está bien—Vuelvo a repetir, paseándome de un lugar a otro en el lugar.

—Ryan, voy a terminar golpeando a alguien aquí —Vuelve a advertir aún sentada sobre mi cama.

—No pongas a Ryan en esto Lili—Me paso a la derecha—Cuando hablas de golpear haces que Ry este de tu lado sin ningún problema.

—Se llama estrategia.

—¡Es chantaje!

—¿Acaso no es estrategia Ryan?—Pongo los ojos en blanco ante la pregunta de Lili.

—No hables Ryan—Replico sin dejar de buscar.

—Yo… este…

—¡Que no hables te digo!—Le arrojo el zapato que tenía en manos sin saber de dónde ha salido exactamente.

Lo esquiva por un palmo nada más.

—¡Mujer! Casi me matas de un zapatazo—Es lo único que exclama, y me dan ganas de enviarle otro.

—¿No sé suponía que no a la violencia, Emma?—Giré a verla justo cuando me señalaba acusadora mente—Además, deja de tratar de desviarme del tema.

Y ahí vamos otra vez.

El día de la llamada había sido la noche anterior. Luego de que Lili me interrogara por la llamada tuve que contarle lo que había dicho y la invitación.

Hoy, al levantarnos hicimos nuestra acostumbrada rutina para ir al instituto, volví a pasar el día distraída, y está vez evité a Izan a toda costa. Ryan, como el chismoso que es, interrogó a Lili hasta que la aludida se hartó y terminó por contarle todo. Y luego hemos aquí, en casa luego de un día largo en el instituto, discutiendo porque Lili no ha dejado de mencionar que es una mala idea que continúe con lo que había empezado, y Ryan, que jamás había tomado un libro amenos que no fuese necesario, estaba ahí, fingiendo concentración en uno de los libros de Li.

—Lili—La llamó, interrumpiendola por primera vez en toda la tarde—Déjala hacer lo que crea conveniente.

Tanto Lili como yo giramos la cabeza cuál exorcista en su dirección. La habitación quedó sumida en un silencio, y él, pues seguía fingiendo concentración en un libro que ni siquiera suyo era.

—Es mejor arrepentirse por decisión propia, que por alguna decisión que tomaste de alguien más.

Seguimos en silencio. Eso sin duda, ni Lili ni yo, esperábamos haberlo oído de Ryan con exactitud.

—Esta bien—Reacciona Lili, rompiendo el silencio que se había formado—Solo espero no tener que golpear a alguien al final.

Y luego se acerca a mi, ayudándome a elegir entonces, algo que pueda ponerme.

—Oye Ry—Llamo su atención a lo que simplemente me responde con un “mmm” de vuelta—¿ De verdad estás leyendo eso?

Lo miro y lo encuentro cerrando el libro para depositarlo a un lado.

—En realidad, solo intentaba ignorarlas… ¡Auch!—Se alteró porque Lili le había lanzado otro zapato, que por desgracia no logró esquivar—Dejen de intentar asesinarme con lo que hay en el armario, no quiero morir tan joven.

—Serás imbécil—Lili como siempre han amable— ¡¿Cómo se te ocurre querer ignorarnos?!

—.Es que, sus discusiones me dan jaqueca y...¡Auch!—Volvió a recibir otro ¿De dónde los sacaba?—¡Deja de arrojarme zapatos, loca!

Y así fue como pasamos a tener un desastre en la habitación, porque Ryan no dejaba de ofender, y Lili aprovechaba cada oportunidad para arrojarle lo que fuese, en una de esas tantas voló un vestido que encontré perfecto para la ocasión, así que me lance sobre Ryan y se lo quite, lo escuché soltar un quejido, y me alejé rápidamente cuando noté que tenían intenciones de continuar arrojando cosas aún conmigo en medio. Me acerque a mi móvil y casi peque un grito cuando noté, que solo faltaba una hora para las siete.

¿Cómo rayos se me había pasado la tarde?

Miré a mi alrededor y procuré fingir demencia. Ya sé en qué se me ha ido la tarde.

—¡Eres una pesada!—Voló un cojín del sofá.

—Vale chicos—Intento meterme en medio, en esas, esquivo un cepillo—Tengo una hora para irme y solo tengo el vestido—me giro hacia Lili—Gracias por arrojarlo por cierto.

—Un placer—Me guiña un ojo antes de volver a dirigir su mirada a Ryan y arrojarle unas sandalias que llamaron mi atención.

Volví a lanzarme hacia Ryan para tomarlas. Lili pareció entender, porque busco el otro par y las lanzo esta vez en mi dirección. La atrapé justo antes de que impactara contra mi rostro. Miré a Lili con mala cara, a lo que ella solo sonrió inocente.

—¡Oh mira! Ya tienes sandalias—Ironizó—¿Algo más?

—Si, peinado.

—Ah, quieres que te arrojé el...

—¡No!—Exclamé antes de que alguno de mis utensilios para peinar saliera volando también.

Los dos se encogieron de hombros despreocupados.

—Chicos, iré a darme una ducha, y necesito que esto no esté en estas condiciones al salir, en serio.

Los dos asintieron, pero aún cuando daba la vuelta para entrar al baño, seguían arrojándose todo lo de mi pobre armario. Negué con la cabeza, algún día me dará algo con estos dos.

###

—¡Ni se te ocurra elegir una de terror! Y si lo harás procura que Izan pueda tenerte en su casa por las siguientes dos semanas.

Pongo los ojos en blanco, este es el colmo con esta mujer.

—Lili, deja de ser tan dramática.

—Deja de serlo tú—Me sigue escaleras abajo—La última vez que vimos una peli de terror no me dejabas ni respirar tranquila. ¡Tenía que acompañarte hasta al baño por semanas!

—Baja la voz mujer—La chisto—No necesito que Izan te escuche.

—Mejor, así sabe a lo que se enfrenta.

Vuelvo a poner los ojos en blanco.

Camino apresuradamente para salir de la casa. Hace unos cinco minutos que Izan me ha llamado para decirme que ya está abajo espetando por mí, Ryan decidió quedarse arriba para terminar de organizar la habitación que con Lili formaron en un desastre, mientras que Lili me está siguiendo hasta afuera de la casa desde que retomé el camino a la salida.

Al salir, el aire fresco me da la bienvenida, recordándome que no había salido a estás horas por ahí en mucho tiempo. Logro reconocer a Izan recostado de un auto que no sabría especificar de quién es, ya que no recuerdo haberlo visto antes.
Lleva vestido con unos jeans casi iguales a aquellos que le había visto cuando Lili me arrojó-prácticamente- hacia él aquel día por primera vez, acompañado de una camiseta doblada perfectamente hasta los codos.

Al verme, sonríe y despega la espalda del auto en el que reposaba tranquilamente. Sonrío por igual y doy un paso para acercarme cuando una mano apresa mi muñeca de repente, giro con el corazón casi por salir de su zona por el susto y me encuentro a Lili que me mira en advertencia.

—Yo me encargo de tu madre. Y como me entere de que elegiste una película de terror te corto las manos.

Advierte y libera mi mano de su agarre antes de girar sobre sus talones y cerrarme la puerta de mí casa justo en mis narices ¡Genial! Lili siendo Lili.

Suspiro con pesadez y me acercó a Izan con una sonrisa a medias.

—Diría que la señorita pastel está enojada, pero lo poco que he conocido de ella me hace pensar que es normal.

Sonreí aún más.

—¿La señorita pastel?—Cuestione confundida, pero sin dejar de sonreír.

—Así es.

Hace señas de que pase al interior al abrir la puerta del copiloto para mí. Sonrío en agradecimiento y me introduzco al interior.

—¿Acaso tiene ella algo de dulce?

Izan ríe, y veo como cierra la puerta para después pasar casi trotando por delante del auto para introducirse él al interior del lado del conductor.

—Eso habría que cuestionarselo a Andrew.

—Está demasiado ciego como para dar una opinión fuera de lo personal.

Suelta a reír con mi respuesta.

—Tu lo has dicho, no yo.

Dicho esto, pone el auto en marcha. Y mientras conduce, llevamos a cabo una conversación en la que preguntamos cosas que ni al caso, el camino se sintió ligero, y casi podría jurar que sentí que solo habían pasado cinco minutos desde que salí, cuando era evidente que no es así.

Al llegar al lugar, hice todo lo posible porque Izan no pensara siquiera en una película de terror, porque, no solo estaba amenazada por la pelinegra que cerró las puertas de mi propia casa en mis narices, sino porque era más que consciente del efecto que siempre tienen esas estúpidas películas en mí. Así que optamos por una de misterio, porque tampoco es que nos podríamos llevar demasiado bien con alguna de romance justo en estos momentos.

—Tenía pensado elegir una de terror—Susurra Izan a mi lado cuando en la gran pantalla, ya han dado indicios de que empezará la película.

Lo miro de reojo, tensa hasta las orejas con la simple mención.

—¿Por qué?

Sonríe al mirarme, y yo también sonrió porque, ¡No sé que más hacer!

—Porque tendrías una excusa para abrazarme.

Hice uso de todo mi esfuerzo por no echar a reír en ese instante.

—¿Y por qué tendría que ser justo esa excusa?—Enarco las cejas, aún susurrando para no incomodar a los demás.

—Porque no lo harías en una situación normal.

«No tendría el valor» agrego inconscientemente al saber que tiene toda la razón.

—Retame—Es lo que digo en su lugar, y no sé quién de los dos está más sorprendido por la veracidad en mis palabras.

—Lo estoy haciendo desde aquel fin de semana querida Emma.

Sonrío, y en lugar de abrazarlo como tanto habíamos discutido, me acerco y deposito un beso corto en sus labios, porque, esa es justo la razón por la que lo conocí, porque me habían retado a algo más sencillo, pero yo quería llegar a más, y de paso, tener totalmente claro—tanto ellos como yo— que retarme, nunca ha sido una buena idea.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro