IZAN:

Me gané un problema.

O tal vez no lo hice, pero aún así debo averiguar si de casualidad tengo algo que ver.

No miro a ningún lado ni me lo pienso mucho al momento de girar sobre mi eje para seguir a una castaña que ha echado a andar a toda velocidad fuera de la cafetería.

No entiendo que pasa, pero la mirada acosadora de Lili apenas me vio acercar me a su mesa junto a Andrew me hizo dar un repaso mental de todo lo que pasó en el fin de semana que pudiese culparme, y, que de paso justificara la razón por la que Emma salió sin mirar a nadie hace un momento.

Me hago paso entre algunas personas que se acercan y pasan por los pasillos de la cafetería y saludo, entre tantos, a Dennis a quien simplemente le hago un gesto y paso a toda velocidad continuando con mi camino. Intento a toda costa, buscar entre lo más recóndito de mi cerebro algo que me diese al menos una pista, pero no, todo lo que consigo es confundirme más, porque los únicos recuerdos que divagan entre todos más latentes, son donde ella aparece con esa sonrisa que no se le ve a menudo. Y que sin duda me encantó ver.

Sigo avanzando fuera de la cafetería y me detengo en seco evitando no ir directamente contra le persona que se ha cruzado en mi camino justo ahora.

-Esto no tiene buena pinta-Comenta-¿Qué le vas hecho?

Alzó una ceja incrédulo ¿Me está hablando enserio?

-¿Yo?-Cuestiono, aunque suene estúpido, pero no me queda de otra, tal vez, simplemente habré escuchado mal-¿Tengo yo que hacer algo?

- Sólo quiero saber que le has hecho a Emma.

No sabía si sentir incredulidad o enojo en sí, pero no puedo creer que él, justo él sea quien me esté preguntando algo así como si de verdad le preocupara.

-No le he hecho nada-Contesto sin mucho ánimo-Ahora sí me disculpas, tengo algo que hacer.

Me paso a su lado con intenciones de dejar la conversación dónde está, tengo que encontrarla antes de que se pierda totalmente. Pero al parecer, esos no son sus planes, porque apenas paso a su lado sostiene mi brazo con fuerza para detenerme.

-Si crees que hay alguna posibilidad de que la lastimes me encantaría que te alejaras de ella desde ya.

Miro el lugar en el que sus manos ejercen presión y luego su rostro.

-Tú debiste hacer eso desde siempre Adam y jamás lo hiciste-Me zafo de su agarre bruscamente-Así que por favor, deja de fingir que ahora sí te importa y déjame en paz.

No hago nada más y en esta si me encargo de ocuparme de seguir mi camino sin detenerme ni mirar a nadie.

Él la lastimó, estuvo con ella por una simple apuesta aún sabiendo que si ella se enteraba la iba a destrozar, y, aún así, continúo como si nada. Yo también era otro imbécil que no había hecho nada por apartarla de él, pero estoy intentando compensar aquello, de alguna manera, pero lo intento, no puede venir simplemente a fingir que ahora ella es importante porque el no es quien está cerca.

Avanzo por los pasillos manteniendo los ojos alertas por si la silueta de alguna castaña decide aparecer en alguna esquina del instituto.
Pasan unos cinco minutos dónde recorro el campus en busca de alguna pista al menos, y nada. Suspiro casi en rendición y decido pasarme por la biblioteca tal vez decida aparecerse por allí de casualidad.

Al llegar, paseo por los pasillos con una tranquilidad no tan propia de mí, y me detengo en seco al ver justo a la persona que estaba buscando sentada allí, justo en el lugar que amo tomar cuando necesito estar alejado de todo y todos.

Me acerco con pasos lentos y dudosos hasta llegar a su lado y tomar asiento frente a ella. La tomo desprevenida, tanto, que parece que estuvo apunto de salir corriendo, pero pareció relajarse al notar quien se había posicionado frente a ella. Ese simple acto me hizo dudar eh hizo que miles de preguntas se firmarsn inmediatamente, pero tenía otro interrogatorio en mente.

Repiquetee durante un buen rato los dedos en la mesa por el silencio que se había formado, yo no quería invadir su momento de la nada, y al parecer, ella aún no tenía intenciones de hablar.

-Entonces...-Decidí romper el silencio al fin-¿Escapando de nosotros así de la nada?

-No creo que fuese eso lo que exactamente.

La miré confundido.

-Claro que sí-Asegure con el celo fruncido.

-Si así lo fuera, no estarías aquí.

Desde que empecé con el intento de entablar una conversación no había dejado de mirar la mesa de manera distraída, así que aproveché que no me miraba para sonreír con su ingeniosa respuesta. Era muy inteligente, y tenía razón, pero no tengo planes de darle la razón aún.

-¿Y por qué no lo estaría?-Pregunté, cruzándome de brazos más relajado ya.

-Porque si piensas que estoy huyendo de ustedes, no sería conveniente arriesgarte a acercarte-Respondió, aún con la vista fija y perdida.

-Iría dónde estás sin importar la circunstancia, solo para saber que estás bien.

Apenas mencioné esas palabras fui consiente de ello.

Fui consiente de que de verdad hacia eso desde que la conocí. Siempre, sin importar cuando o donde, yo intentaba estar para asegurarme de que estaría bien. Por eso siempre discutía con Adam mientras estaba con ella, porque era consiente de que la lastimaría, pero jamás pensé que lo hacía más por quererla sin darme cuenta, que por solidaridad. La quería ver bien, pero no sabía el porqué, hasta ahora que lo dije en voz alta.

¿No se supone que solemos querer luego? Porque siento que destruí toda ley que me hizo pensar que las chicas terminaban por querer antes.

Emma elevó la cabeza con lentitud mientras yo cubría mi boca con disimulo he intentaba mirar en otra dirección, pero me parecía totalmente imposible no mirarla cuando quedaba sin habla.

-¿Qué?

Puse los ojos en blanco, reacciona demasiado sorprendida como para haber escuchado algo tan simple como el hecho de que me preocupo por ella.

-Que me preocupas, Emma-Suspiré-Me molesta saber que no estás bien.

Volvió a parpadear sorprendida, y a mí no me quedó de otra más que sonreír mientras ella no dejaba de observarme con sorpresa.

­-Ehh... yo..-Carraspeo con un lijero color asomarse por su rostro-Me tengo que ir.

Y volvió a salir corriendo como siempre que la situacion tenía demasiado impacto en su inocente persona. Agradezco infinitamente el hecho de que sea evidente que Adam y yo no estamos en contacto, porque si no fuera de ese modo, dudo mucho que dejara que nos acercasemos a ella en primer lugar.

Me pongo de pie listo para continuar con la rutina de tomar el resto de clases que nos faltan para un día.

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La tarde había llegado dándole fin así, a la última clase del día.

­-Deberías dejar esa cara de amargado-Andrew a mi lado empieza a hablar-¡Disfruta el final de las clases por un dia!

-Es lunes Andrew-Cuelgo mi mochila a mi hombro y empiezo a caminar a la salida-No hay nada que festejar.

-¡Aburrido!-Me sigue

-Todo lo que quieras esta bien.

-¡Bah! así paraces un simple títere, no tiene gracia.

-Deja de hacer pucheros imbécil, andas muy grande para ellos-bufé, y solo escucho como se ríe a mis espaldas-Además ¿por que tan feliz tú?

Seguimos caminando y relantizo un poco el paso para que pueda estar a mi lado. Aparte de azucar, es lento.

-¡Como no estarlo con tremendo fin de semana!-exaspera con su caracteristuca alegria.

Esta vez sí sonreí, vaya que si fue un fin de semana.

Seguimos platicando de ello y no pude evitar soltar unas cuantas carcajadas cuando mencionaba todas las veces que Lili estuvo por pegarle de todo tipo de utencilios diferentes por la misma razon que desde un principio, es que no podia dejar de ser idiota.

El camino me fue agradable, y con el parloteo de Andrew pude despejar mi mente durante casi todo el camino, pero, tenía que volver aquel pensamiento a joder otra vez. volvía a pensar en mi preocupandome por la castaña por mas que una simple solidaridad, y me quise golpear, no puede ser posible que eso estuvo ahí durante tanto tiempo y yo hubiese sido tan estúpido que jamás lo noté. Pero estaba bien, porque si lo hubiese notado tal vez se habria armado un peor caos, y eso sin duda habría sido mucho peor.

Al llegar a casa todo esta en total slencio, Andrew me acompaña así que solo esta su parloteo de la nada, pero dejé de prestarle atencion unos minutos antes de llegar a casa.

Subo a mi habitación con el rubio pisandome los talones, y lo que veo al entrar me vuelve a amargar el día. Adam esta de espaldas a nosotros sentado sobre mi cama con no se que en manos. Pero al oír la puerta ser abierta gira solo el rotro para vernos. ¿Y ahora que?

-uhhh-Empieza Andrew-creo que debería ir a buscar palomitas para la funcion.

-Tú sí me caes bien-Le responde Adam con una sonrisa que me hace poner los ojos en blanco al instante.

-¿Y ahora que quieres?-digo de mala manera avanzando por mi habitación.

Adam se pone de pie y me mira con una media sonrisa.

-Los modales Izan, los estás perdiendo-pasea hasta estar de pie frente a mi cama con los brazos cruzados-No te hace tanto bien estar cerca de mi querida Emma, deberías alejarte.

Suelto a reír con premura ¿será que hablará enserio?

-Adam, no tengo tiempo para tus caprichos de cachorro desesperado y perdido-me acerco a la puerta y la señalo-así que si me disculpas, tengo cosas mas importantes que hacer.

-No me iré de aquí hasta estar seguro que no te acercaras a ella.

Me exaspero, Adam suele ser insoportable cuando se lo propone.

-¡No me voy a alejar solo porque tú lo digas!-me acerco con la paciencia al limite.

-¡No seas inmaduro ahora imbécil, la vas a lastimar!

-Deja de pensar que lo hare. no soy igual que tú. así que por favor deja de fingir que te importa.

-¡Ella sí me importa imbecil!-exclama rojo de la ira acercandose mas a mi.

-chicos...

-Tú te callas Andrew-mencionamos Adam y yo al mismo tiempo interrumpiendo a Andrew en el acto sin dejar de mirarnos fijamente.

-Ella no es un juguete al que puedes volver a buscar lueggo de lastimar.

-¿No puedes simplemente alejarte de ella?

-oigan...

-¡Tú no te metas Andrew!-volvimos a exclamar Adam y yo.

-¡Que sí me meto par de imbéciles!

Reaccioné justo a tiempo para sostenerme de los bordes de mi cama por el repentino golpe en el hombro que me acaba de dar Andrew.

Tanto Adam como yo quedamos en silencio al ver la seriedad en el rostro de Andrew. Adam ni se molestó en despegar su culo del piso.

-Si ninguno de ustedes cree poder estar al lado de Emma sin lastimarla, sera mejor que se alejen los dos- empezó a hablar Andrew paseando la mirada entre los dos-Ella no es un trofeo, dejen de pelearse como si fuera una simple carne.

En el cuarto hubo un silencio ensordecedor, y Andrew, al ver que no deciamos nada, continuo:

-Emma me importa, la conocí y me ha caido de maravilla. pero me importa aún mas mi pastelito, y si lastiman a Emma, tambien le dolerá a Lili, y si hacen que eso pase, pueden asegurarlo...-nos miro fijo-No los perdonare.

Y con eso, salió sin mas que decir de la habitación, con total calma, pero con una frialdad que detonaba seriedad. Ese fue el sello seguro de que Andrew habia caído redondo en los raros encantos de la pelinegra. su rostro no habia hecho mas que rectificar la veracidad de sus palabras.

La habitacion quedó en un silencio total, ni Adam ni yo volvimos si quiera a mirarnos, y luego de unos minutos tambien salió de la habitación. Ninguno de los dos estaba dispuesto a refutar si quiera las palabras del rubio, porque aunque jamás demostrara abiertamente sus verdaderos sentimientos, el estúpido tiene razón.

Tanta razón, que no me quedó de otra que volver a repasar mis sentimientos durante toda la noche, hasta que, sin pensarlo con mucha coherencia, estaba con mi movil en mano durante la noche llamando a alguien sin saber bien el porqué.

Al tercer timbrazo contesto, y ese simple hecho corto mi respiracion en el acto.

-¿Izan?-contestó.

-Lo que te debo ¿mañana a las siete?-pregunte con más duda de lo común.

-Mañana a las siete.

«Mañana a las siete...»

Volvió a confirmar mi cerebro luego de colgar, y sonreí como un idiota. Eso era ya algo normal desde que la conocí.