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CHAPTER 22

Izan:

Pensar que todo iría de maravilla y toparte de golpe con la realidad es un clásico.

El ambiente era divertido, hasta que Andrew decidió meter las narices demás y quedar a poco de agarrarse a golpes con el castaño de ojos miel. Maldigo para mis adentros y hago acopio de mi paciencia antes de ir tras él rubio que está que echa humo por los orejas y da grandes zancadas sin saber siquiera dónde está.

—Deberías de comportarte. Recuerda que dejaste tu casa kilómetros atrás.

Me cruzo de brazos y apoyo la espalda de la pared del pasillo. Ni se molesta en mirarme. «menudo inmaduro»

—¿Yo? Debería de comportarse él.

—¡Te amenazó por los niños!—exclamo.

—¡Quería lucirse por mi pastelito!

«¿Su pastelito?» suelto una risa extraña «ahora es de tu propiedad»

—Hablas como si fuera tuya—Medio sonrió—Además, el pobre ya está con Dennis.

—¡Ay, por favor, Izan! No te hagas el que no sabe que aquel individuo le hace ojitos a mi pastelito.

«ok, demasiada posesión en el aire»

—Déjalo ya, pareces novio obsesivo, tóxico y celoso. Así no la conquistaras ni en tus sueños.

—Me dice ”rubio descolorido” mientras que ella es mi “pastelito”—Suspira y lo miro raro «¿Andamos bipolar o qué carajos?»

—¿A eso le llamas amor?

—Le llamo un buen trabajo de cupido.

—Jodete, Mcchesney.

Vuelvo mis pasos para ir al lugar en el que estaban todos.

—¡También se te quiere, Black!—canturrea.

Lo ignoro lo mejor que puedo mientras avanzo, no sé que mierdas se supone que le pasa, pero últimamente la mención de la pelinegra hace estragos intensos en su cerebro. Parece perder incluso el significado de la palabra “pensar”

Al llegar al living me encuentro solo con las chicas en una plática animosa, parece que también Ryan decidió echar humos lejos de aquí. Me termino de acercar y tomo asiento al lado de Emma. No sé si fue mi imaginación, pero sentí la rigidez de todo su cuerpo con mi cercanía, me alejé con disimulo y la Vi dar un respiro hondo que trató de ocultar con una sonrisa hacia las chicas.

—Lamento lo ocurrido hace un momento—Dejo de mirarla—Andrew es un poco… estúpido cuando se lo propone.

—¿Bromeas?—Lili sonrió con entusiasmo—Acaba de pasar el mejor momento en el que dos intentos de personas estaban por molerse a golpes.

«¿Dos intentos de personas?» tiene que estar hablando de Andrew y Ryan. Y no me sorprende, en el poco tiempo que tengo conociendo más a fondo a este grupo he notado la fina línea que hay trazada entre la lengua y los pensamientos, en pocas palabras, esa fina línea no divide casi nada, esa mujer no sabe mantener insultos para sí. También noté que Ryan es todo lo contrario a lo que ví hoy, es todo un galán de la dulzura, es atento y amable, el hecho de estar dándoselas en lo que no es hoy me confundió.

—A pesar de que me asusté porque pensé que terminarían en desgracia, he de admitir que me divirtió la situación.

Dennis soltó una pequeña risa.

Ella es, por lo que noté, la versión femenina de Ryan en dulzura, y una copia más refinada y reservada de Lili. Irradiaba ternura con aquel pelo lila, pero también tenía muy en lo profundo comentarios insultantes cada que la situación lo ameritaba. Aún me pregunto el porqué su pelo es exactamente color lila.

—¿Seguras que todo bien?—insisto.

Todas asienten, les sonrío a modo de respuesta.

—Conocemos a Ryan, y aunque hoy actuó para nada natural está bien. Fue divertido después de todo.

Emma sonrió, y me descubrí a mi mismo deseando verla sonreír más seguido, casi nunca sonreía mientras nosotros estuviésemos cerca, incluso Lili hoy rio sin reservas, y me encontré nuevamente deseando que así fuera siempre.

Sacudí la cabeza, creo que estoy peor que Andrew.

###




Un movimiento me saca de los brazos de Morfeo.

Abro los ojos con pesadez y me encuentro con Andrew abrazado a mi peor que una sanguijuela. Tiene ambos pies sobre mi estómago y uno de sus brazos sobre mi cabeza, miro mi derecha y me encuentro con Ryan profundamente dormido en la misma posición que tomó apenas durmió.

Alejó los pies de Andrew de mí y frotó mis párpados antes de hacer acopio de mi ánimo matutino y ponerme de pie.

Ayer, luego de que las chicas me aseguraron que no les molestó el pequeño teatro que montaron mi compañero y el suyo, los individuos volvieron al lugar más calmados, nos advirtieron unas treinta veces que si peleaban les tranquilizarían el fuego con agua helada, en realidad, Lili fue quien dio la amenaza, pero cuando ví a Ryan tragar saliva luego me hizo dudar de la falsedad en esas palabras.

Como habían dicho, ellas dormirían en la habitación de Ryan, y nosotros en alguna de los huéspedes, eso se suponía, hasta que nos encontramos todos de acuerdo a que dormir en el piso del living sería más espacioso. Y aquí estamos, con los pies, las manos e incluso la cabeza esparcidos por doquier. Este es justo el momento en el que dudo que el espacio que queríamos tener sirvió de algo.

—Buenos días.

Salté.

Definitivamente salté de mi lugar en cuanto escuché esa voz, no la reconocía, no sabía de quién se trataba aún cuando miré en la dirección en la que se encontraba.

Es una mujer con apariencia de no más de treinta, pelo rubio recogido en un moño alto y ropa totalmente elegante con unos tacones de unos buenos centímetros que sostenía en manos, podría jurar que acaba de llegar.

—Buenos días—Carraspee, definitivamente no era bueno hablando con desconocidos mayores.

—Amigos de Ryan ¿No?

Me golpee mentalmente, era más que obvio que debía de ser familiar de Ryan, sino, no habría entrado como dueño a su casa ¿O si?

—Si…—Me removí con nervioso—Usted debe de ser la madre de Ryan.

Fue más una afirmación que una pregunta, ella sonrió.

—Así es. Y por favor, nada de formalismo—Se acercó y extendió su mano libre hacia mí—Soy Rebecca Wilson.

Acepté su mano y asentí en respuesta, no podía hablarle estando tan cerca, no sin haberme lavado los dientes aún.

Se alejó luego de sonreír y volvió a su posición anterior; recostada en el sofá que alejamos de su lugar para acostarnos «Ryan y sus ideas»

—Bueno—Despegó su espalda del sofá—Iré a preparar algo para que puedan desayunar, despierta a los chicos por mí.

—Cómo ordene.

Giró sobre su eje y se alejó con pasos apresurados pero llenos de elegancia, si fuera descarado le preguntaría a dónde va ya que si mal no recuerdo la cocina estaba a mi izquierda, y ella se fue en dirección a no sé dónde del lado derecho.

Pero bueno, a despertar estos imbéciles.

Vuelvo a mi posición en medio de Ryan y Andrew, claro, un poco más lejos del segundo mencionado, Andrew ya había rodado hasta quedar más allá.

Remuevo a Ryan por los hombros, no pasa mucho cuando empieza a abrir los ojos de a poco.

—Tu madre está aquí, y quiere que los despierte porque va a preparar algo de comer.

Dije todo en el momento en que abrió los ojos y se quedó observándome como si quisiera asesinarme.
«vaya genio»

—¡Mierda! Mi madre está aquí.

Fue lo único que dijo antes de saltar y salir del living corriendo en la misma dirección que fue su madre como chivo sin ley.

Pestañe confundido y seguí con mi papel de niñera para despertar a un Andrew más muerto que vivo.
Lo remuevo, pero solo se aferra más a la almohada que sostiene.

—Andrew.

—Mamá, ya dije que no saldré hoy.

¿Mamá? ¿Está bien?

—¡Andrew!—Exclamó más fuerte sacudiendo su hombro.

—Déjame…

—¡Tu pastelito se irá sin ti…

—Jamás

Y salió corriendo sin siquiera mirar por dónde iba «¡¿pero que coño?!»

Jamás pensé en utilizar algo así, siempre que me colmaba la paciencia solo buscaba agua fría y salpicaba una buena cantidad sobre si, pero esta vez ¿Cuándo rayos se despertó? 

###

Estamos todos reunidos en la habitación de Ryan.
Luego de que Andrew salió disparado en la misma dirección que fue Ryan, me puse de pie y seguí la misma. Al primer lugar que escogí ir decidió ser la habitación de Ryan, apenas llegué encontré a las chicas en diversos lugares con sus respectivos pijamas, y a Andrew, pues acostado en uno de los sofás que hay allí.
No entendí la razón de que las cobijas estuviesen en el suelo tomando en cuenta la enorme cama que había, pero apenas visualice dos pequeños bultos ocultos de pies a cabeza sobre la cama recordé que habían mencionado a unos niños la noche anterior.

Ryan llegó a la habitación minutos después y avisó que estaba hablando con su madre porque había olvidado totalmente Ponerla al tanto de nuestro fin de semana. Y por si fuera poco, terminé dándole un buen golpe a Andrew cuando confesó que estaba despierto desde antes.

«Eso explicó la razón por la que saltó como imbécil hace un momento»

—Oye pastelito ¿Despertarán a los niños para desayunar?

Andrew hizo espacio cuando Ryan se acercó a tomar asiento junto a él.

—No lo sé—Lili se encogió de hombros.

Era la primera vez que la chica contestaba sin lanzar veneno por los ojos por el dichoso apodo que el rubio había impuesto. Aquellos se sintió extraño, pero al mismo tiempo, se sintio bien.

Se creó un silencio abrumador que todos parecían disfrutar, nadie parecía tener tema de conversación y todos estaban sumidos en sus propios asuntos.

Por mi parte no sé en qué carajos estaba pensando. Solo estaba ahí, paseando la mirada entre las tres chicas que estaban en la habitación totalmente despeinadas, en pijama y hechas un desastre andante, pero que sin duda, no dejaban de ser hermosas a pesar de su presente aspecto.  Pasé la mirada sobre Lili quien sostenía un libro en manos y no despegaba la vista de sí, un poco más allá estaba Dennis quien estaba perdida observando algún punto fijo en la pared o donde sea que estaba puesta su mirada. Y por último detuve la mirada en Emma, ella, estaba encuestada en la pantalla de su móvil, no parecía querer hacer algo más que solo mirar allí.

Me detuve a pensar en ella ¿Qué fue lo que llevó a Adam a ella? ¿Qué fue lo que ella vio en él? A pesar de las muchas veces que en el instituto se burlaban de ella, ella aún seguía creyendo en él ¿Ingenuidad? No lo creo, se nota que es una chica inteligente, pero, esa era una manera extraña de pensar. Pero luego me ví a mi y me pregunté ¿Qué mierdas estoy haciendo yo? ¿Lo mismo que él? Imposible. Todo está extraño, después de tanto tiempo volví a estar confundido, volví a estar un poco perdido entre aquellas dudas que me hacían pensar que tal vez, solo tal vez, Adam y yo nos parecíamos de cierta forma.

—¡CHICOS DESPIERTEN A LOS NIÑOS, HORA DE DESAYUNAR!—Gritó alguien desde la planta baja y todos se movieron de sus lugares.

—¡Tio Ryan!

Volví la mirada de inmediato al escuchar esa voz. El pequeño cuerpo que había estado cubierto de pies a cabeza ahora se encontraba sentado frotando sus párpados. Es un niño, y su cabello despeinado es totalmente negro, su parecido con Lili es innegable, deduje que ese debía ser el hermano de la pelinegra.

Otra figura se elevó dejando ver otro cabello revuelto de un castaño más oscuro que el de Emma, pero hasta donde estoy enterado Emma no tiene hermanos, así que debe de ser hermana de Ryan, pero tampoco recuerdo que el mencionado tuviese hermanos.

—Eso pequeño Greg, hora de desayunar.

Ryan cargo al pequeño en brazos, yo me acerqué a la puerta dispuesto a salir de allí, pero di un último vistazo a los niños y noté que la pequeña castaña aún seguía sin intenciones de moverse, me acerqué a ella.

—¿Quieres que te cargue pequeña?—pregunte, y luego analice lo que había dicho.

Todos miraron en nuestra dirección.

La pequeña negó y señaló a Ryan, el chico pareció entender, yo seguía perdido. Andrew se acercó a Ryan y le extendió los brazos al pelinegro que sostenía, quien gustoso y sin dudar acepto ir, Ryan se acercó a nosotros y extendió sus brazos en dirección a la pequeña.

—Ni creas que me voy a olvidar de ti pequeña Naty.

Después de tanto alboroto, todos salimos de la habitación directo a la cocina, al llegar tuve que codear con disimulo al estúpido de Andrew porque no quería dejar ir al pobre pelinegro que sostenía. Debí de imaginarlo, siendo hermano de “su pastelito” era obvio que actuaría así, y que pensaría con el poco cerebro que le queda cuando se trata de ella. A estas alturas ya no sé si lo que siente es cierto o solo miente por diversión.

Dejé de prestarles atención al tomar asiento, pero seguía en mi una duda pulsante,  ¡¿De quién carajos era hermana la pequeña?!

Parecía entonces, que entre todos en este momento, el único inquieto por resolver esa duda, era yo.



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