CHAPTER 20
N/T: Favor de leer la notita del final pequeñas hermosuras.
Izan:
Condenadamente pesada semana.
Y todo se lo debo a nadie más que a Benjamín Grainger.
Lo único que agradezco es la compañía de Andrew, habla demás y es muy alegre -demasiado- pero aprendí a lidiar con él con el tiempo, se ha convertido en un gran amigo, y a pesar de ser casi totalmente opuesto a él siempre estuvo ahí.
Éramos tres pares de idiotas que no sabían estar bien sin andar de apuesta en apuesta. Y sí, conté bien; somos Andrew, el que habla demás y conquista con su mero atractivo y dulzura, otras me eligen a mí por ser su opuesto, algo así como el fuckboy del instituto, y por último tenemos a Adam, el punto medio. Ese que siempre fue una combinación entre la personalidad de Andrew y la mía.
Nuestro código siempre fue apostar, o como nosotros le llamábamos "Jugar a ganar" para nosotros era sencillo sonreír de esa manera tan particular y coqueta que a las chicas les encanta y lo aprovechábamos como si fuese un don. Andrew las conquistaba, pero no con el interés de poseerlas para desecharlas luego, simplemente les daba una mirada que dejaba claro que no estaba para juegos, por eso, aún existen muchas chicas que le hablan sin ningún resentimiento o problema. Yo me mantenía al margen de lo que pasaba, pero jamás me involucre, eso no fue nunca de mi interés, jugaba a lo mismo que Adam pero era solo sonreír y no hacer nada al igual que Andrew.
Él por otro lado, era perfecto para tener el nombre de desastre puesto en sus hombros, es como si hacía todo en un perfecto complemento de tres. A nosotros no nos molestaba como él era, y a él tampoco le importaba como éramos nosotros. Hasta que llegó ella. Esa chica de cabello castaño y ojos grises, aquella con un carácter que emanaba dulzura pero ingenuidad a la vez.
¿A quien se le ocurre pensar que un chico acostumbrado a desechar por más que prometa amor eterno puede cambiar solo porque eres tú? ¿Qué eres? ¿Una diosa cambia almas o qué mierdas?
¡Patrañas!
Esa chica se paseaba feliz por todos lados mientras que unas cuantas se burlaban de su ingenuidad a escondidas, porque mientras ella pensaba que estaba cambiando al chico del que se enamoró, él seguía siendo la misma alimaña cuando ella no estaba, y mostraba su rostro cuál inocente frente a ella como un pequeño ángel no capaz de volver a lo que fue, cuando en realidad jamás salió de aquel abismo.
Pero todo aquello se esfumó justo el día en que por accidente escuchó nuestra conversación...
—Deberías dejar ese juego ya, Adam—exclamé cuando el último rumor y la última risa que había escuchado me habían enfurecido lo suficiente.
—¿Qué tiene de malo? Ella es quien quiere estar conmigo—Con una sonrisa hizo girar la silla en la que se encontraba.
Volví a relajarme en mi lugar y cruce mis brazos detrás de mi cabeza.
—Eso es por la gran mentira en la que la haz metido.
—Aún no veo el problema. Mientras ella continúe feliz en su burbuja de que tiene al hombre perfecto está bien ¿No, Andrew?—Volvió a sonreír.
El mencionado aparto la vista de su móvil para mirar en nuestra dirección.
—A mí no me metan, nada de eso me interesa en absoluto—Y volvió su vista al móvil en sus manos.
Adam rio con ganas por la respuesta de Andrew.
—¿Ves? Solo a ti te molesta que mi querida Emma sea una apuesta.
Escuchamos el ruido de algo caer a nuestras espaldas, giramos de inmediato y nos encontramos con una cara llena de horror, dolor y odio decorando un mismo rostro. Era esa chica, tapaba su boca para evitar que el sollozo saliera de sí, pero aún así, las lágrimas no obedecían y desbordaban cada parte de su mandíbula e incluso hacían camino entre sus manos para descender. Soltó un grito y se echó a correr sin pensarlo dos veces.
—¡Mierda!—exclamó Adam saliendo tras ella sacándome a mí de mi estupor.
Solo ahí, había notado el pequeño cambio que había en Adam, se alejó de nosotros poco a poco, hasta que solo quedamos Andrew y yo. Ya ninguno volvió a apostar, mucho menos a estar de juegos con las chicas. Pero esa chica, parece que sí se calo en él, porque a pesar de que pasó un tiempo ya él continúa con la idea en mente de que podrá hacer que vuelva, pero ella, ella fue más fuerte y todas las veces que él intentó acercarse se alejó. Eso, eso me sorprendió, me inquietó y al mismo tiempo me intrigo.
Y aquella primera vez que tropecé con ella -todo planeado por el estúpido de Andrew- noté lo hermosa que en verdad era, incluso me encontré a mí mismo descubriendo que en aquella conversación, el dolor fue tanto, que solo pudo notar la presencia del dueño de su dolor, y no nos reconoció, ni a Andrew ni a mí.
Y aquí estoy, intentando enmendar un poco haber Sido parte de tan desgraciado encuentro. A cuesta del mismo estúpido error, el error de...
—¡Imbécil!—Esa exclamación fue acompañada de un puñetazo que me dejó descansando en el suelo fuera de la silla del escritorio en el que me encontraba.
Miro al causante con odio.
—¡Andrew. Deja de joder!—Me levanto como puedo y vuelvo a tomar asiento—Ahora pregunto ¡¿Qué mierdas te pasa?!
—¡Tengo todo el rato desperdiciando el tiempo porque parece que no sabes si estás en la tierra o en Marte!—Casi grita y lo miro incrédulo.
¿Por eso tanto alboroto? Y yo que pensé que alguien había muerto.
—Cállense ya ¿Qué acaso no se puede dormir en paz?
Tanto Andrew como yo miramos al susodicho elevar la cabeza desde el suelo.
—Adam, tu te callas—Reprendimos los dos a la vez.
—¿Díganme por qué tanto alboroto?—Volvió a cuestionar poniéndose de pie.
Puse los ojos en blanco.
Se preguntarán qué hace Adam Grainger aquí, y pues le aviso que Benjamín Grainger -su padre- es un socio y amigo de papá, así que gracias a él papá le dio el permiso de pasar esa tan pesada semana con nosotros aún en contra de mi voluntad. Y aquí estamos, mientras yo estaba imaginando un sinnúmero de estupideces, Andrew hacia-no sé que mierdas- y Adam no dejaba de dormir. Hasta que se armó ésta que Andrew está intentando explicar y que a mí no me interesa en lo más mínimo saber.
Mi móvil emite un sonido desde algún punto de la habitación y todos los presentes hacen silencio para estar atentos al sonido que emerge de pronto.
¡JA! Chismosos sin vida.
Me pongo de pie y me acerco al escritorio para verificar qué, sin duda el sonido provenía de allí. Compruebo que no me equivocaba al encontrarlo sobre éste. Observo el móvil y noto que es un número desconocido, respiro profundo y respondo.
—¿Hola?
—Mmm ¿Izan?
Es una voz masculina, y sé que la he escuchado en algún lugar, pero ¿Dónde...?
—Si—Se escucha un suspiro de alivio—¿Tu eres..?
—Estás peor que Emma. No puede ser que no reconozcas mi voz.
Volví a poner los ojos en blanco. Estás personas y su extrañes. Aunque, ahora que presto más atención ¿Acaso dijo, Emma?
—A ver, a ver—Giro el rostro y aprecio a los dos individuos en mi habitación prestarme más atención de la normal, me hago a un lado y salgo sin disimular —Sé quién es Emma, pero ni idea de quién eres tú. Así que corta el drama y habla de una vez.
—Cuánto carácter. En fin. Soy Ryan.
Ah.
—Conque tú.
—La cosa es que te llamaba para invitarte a pasar este fin de semana con nosotros en casa de Emma.
¿Fin de semana?
Ni si quiera lo pensé cuando respondí:
—Allá estaré.
—Andrew también puede ir, te enviaré la dirección de la casa luego.
Respondí de manera afirmativa y colgué. Pasaron apenas unos cinco minutos cuando llegó la notificación de un mensaje, supe de inmediato cuál era.
Volví a la habitación para avisarle a Andrew sobre nuestros nuevos planes y casi, casi pongo los ojos en blanco al ver a Adam pegado de Andrew como sanguijuela. Tal vez notó un poco extraño mi alejamiento por una llamada y ahora esta esperando a que le cuente.
—Andrew hay que salir—Empiezo a rebuscar entre todo el desastre que es mi habitación para encontrar alguna mochila útil para estos casos.
—¿Dónde?
—Lo sabrás luego, ahora mueve el culo.
—¿Qué no me invitas a mí también?—Adam hace un falso puchero burlón—Que malo te haz vuelto Izan.
—Yo te invitaría, pero no tengo idea del lugar—Andrew palmea su hombro—Imagina que sea a una casucha con espacio solo para dos ¡Puaj! Estarías demás, y eso es peor que no ir.
—Andrew, eres un asco cuando se trata de consuelo.
—Todos saben eso.
Pongo los ojos en blanco. Estoy de acuerdo con el pelirrojo y no refuto siquiera la respuesta del rubio.
—Bien, no iré si me dices al menos el lugar.
Respiro con pesadez.
—A casa de Emma.
Suelta un silbido y Andrew ensancha una sonrisa.
—Con que ahora vas por ella ¿Eh?—Adam se puso de pie y caminó hasta recostarse del umbral de la puerta que olvide cerrar al entrar—No pensé que irías por mis restos Izan.
Quiero fusilarlo ¿Sus restos? ¿Que se cree?
—Yo no voy por ella.
—¿Ah, no? Y entonces ¿A qué vas?
—Sin duda no es a lo mismo que tú.
—¿No?
—Ni sé te ocurra intentar compararme contigo—Apunté en su dirección con total calma.
Rio sin gracia.
—Yo solo preguntaba, Izan. No hay razón de amenazar.
Su rostro tomó total seriedad antes de dar la vuelta y marcharse del lugar sin siquiera mirar atrás.
Andrew silbó.
—La tensión se puede cortar con tijeras bebé.
—Deja la idiotez por una vez Mcchesney.
—Si, si—Hizo un gesto de la mano restando importancia—Pero dime ¿A qué se debe nuestra visita?
Sigo rebuscando hasta toparme con lo que necesito entre las ropas de mi armario ¿Cómo llegó ahí?
—Ryan nos invitó a pasar el fin de semana allá.
Volvió a soltar un silbido. «definitivamente lo voy a arrojar por el balcón»
—¡Deja de silbar imbécil!
—Baja el fuego y estate tranquilo, conmigo no te vas a enfurecer—Suspiré y el continuó—Aunque, si nos invitó a los dos es porque pastelito va a estar allí ¡Que emoción!
—Infantil.
Respondió a eso dejándome ver su dedo corazón y puse los ojos en blanco por enésima vez en el día. Mi humor se pone cada vez peor.
—Si, tiene que ser, pero ¿Por qué carajos le dices pastelito? Esa mujer no tiene nada de dulzura.
Y lo digo enserio, pasa más tiempo de su vida insultando y amenazando que irradiando al menos un poco de dulzura.
—Toda fiera tiene un lado tan dulce que confunde—Ahora está poeta, bien hecho pelinegra le haz fundido el cerebro—Pero le digo pastelito porque es totalmente contrario a ella. Al ser tan agresiva, llamarla de manera contraria es una buena opción.
—No sé si decir que ya estás fundido, o que estás contando mal.
—¡Que te den, Black!—Y otra vez me muestra su dedo corazón.
Infantil.
Seguimos organizando lo que llevaremos hasta que un mensaje irrumpe en mi celular.
Ryan: Cambio de planes. Ahora será en mi casa por unos arreglos. Ya te mando la dirección.
Una media hora después el mensaje enviando la dirección se hace presente.
A pesar de que tal vez Ryan nos esté esperando mañana, pienso cambiar de planes y llegar hoy. Será un fin de semana después de todo ¿Para que perder el tiempo a esperar a mañana si puedo ir desde hoy?
Le aviso a Andrew los cambios y no se molesta, está incluso muy -demasiado- feliz para lo normal. Yo también lo estoy, no solo porque estaré lejos de Adam y de mi casa por el fin de semana, sino también porque obtuve la dirección de aquella castaña sin ningún problema.
Tomé todo lo necesario y arrastre a Andrew a la salida sin siquiera avisarle al individuo que nos invitó, que estaríamos allá justo ahora, sin esperar mañana.
Ahora también hay cambio de planes Adam. Yo sí voy por ella...
Nota de la autora: lo primero es lo primero gente *Grito de perra loca emocionada*
Ok, ok.
Gente, estoy a moco teniendo hoy. O sea, quien en su sano juicio no estaría feliz si al entrar de repente a la plataforma encuentra que su primer borrador en wattpad ya ha llegado a los 1k ¿? HAHAHAHAAHAHAHAH. Definitivamente estoy más que feliz, gracias a todos por su apoyo desde lejos,
Espero que les haya gustado este capítulo narrado por nuestro querido Izan, disfrútenlo mientras yo me voy a seguir llorando y gritando como cosa loca. Enfenn. Besos a todos y un millón de gracias.
—A pasos de bebé, logros de niño y emociones de una mente desquiciada. ☘️
-Stefany Carrasco 🌹
Se despide, su queridísima stefany 🌹
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro