CHAPTER 12
Nota: hermosuras tenemos nueva portada y se le agradece a Shadha031 por el hermoso trabajo.
Nada más que decir, continúen con su lectura.
Lili:
Camino despacio por el gran jardín que hay en casa de Emma. Siempre me ha encantado lo inmensa que es aunque nunca lo dije en voz alta.
La familia Hamilton fue lo mejor que mi familia pudo conocer en aquel momento, y lo agradezco. Realmente siempre agradeceré haber crecido con un par de personas así, sin olvidar que gracias a ellos también conocí a los Wilson, aquella familia también terminó por adoptarme y dejarnos ser parte de ellos. Siempre me mostré agradecida hacia ellos, y no solo eso, también mostraba el amor que les tenía por considerarme familia. Todos notaban ese amor entre todos, pero lo que nadie jamás notó y que nadie pudo notar jamás es que uno de los Wilson fue mi crush ¿Y que creen? Era nada más y nada menos que Ryan.
Amaba pasar tiempo con él, al principio solo era cariño, pero conforme pasaba el tiempo mi interés por él creció a tal punto de ponerme en peligro a propósito solo porque sabía que siempre iría por mí.
Siempre hemos estado juntos los tres, y a pesar de que Ryan y yo nacimos primero -con meses de diferencia- el amor que le tenemos a la estúpida de Emma es inmenso, es como si nos hubiésemos querido desde siempre, solo que mi querer hacia Ryan en algún punto de mi vida cambió, y ¿Porqué no? Si su personalidad tan alocada gritaba que tenía que ser mi crush, si su cabello castaño claro con aquellos ojos color miel que parecían ser de un color totalmente distinto de vez en cuando me decía que estaba como para comérselo.
Disfrutaba verlo al reír alocadamente, sonreír con dulzura, decir comentarios fuera de lugar. Simplemente me encantaba que fuese él.
Pero, no todo es un cuento de hadas, y no siempre los sentimientos son aquellos que crees tener. Ellos suelen ser confusos solo para amargarte un poco la vida.
Ryan fue mi crush durante un tiempo que disfruté que lo fuese, hacíamos muchas cosas los tres pero siempre intentaba acercarme un poco más al castaño. Aquella vez que nos encontramos desnudos los tres por accidente mi corazón se aceleró en gran manera por aquel hecho, hecho que llevó a mi mente a divagar un sinfín de pensamientos que terminaban por ser muy -demasiado- exitante. Con el pasar del tiempo ese amor que le tenía a Ryan se convirtió en una mezcla de atracción y deseo, y como todos sabemos eso no es nada bueno cuando el responsable está casi siempre a pocos metros de tí.
Después de aquel suceso pasó uno peor entre Ryan y yo. Una mañana en la que estuvimos en la habitación de Emma mi mente no dejaba de imaginar las mil maneras de besarlo, hablábamos de no sé que cosa, realmente no le estaba prestando atención a lo que decía, solo veía aquellos labios carnosos que parloteaban de algo que en verdad le gustaba. "Mmm" era lo único razonable que pronunciaban mis labios cada que hacía alguna pregunta, lo observé tanto, que no noté que ya estaba demasiado cerca de sus labios cuando los había dejado entre abiertos de la impresión.
—Li, que estás... —Había dicho aquella vez. Pero lo interrumpí tomándolo del cuello y atrayendolo hacia mi para estampar mis labios sobre los suyos.
Al principio la impresión lo dejó inmóvil, incluso yo quedé sorprendida por mi atrevimiento. «Lili ¿Que se supone que haces? » me había regañado a mi misma, había empezado a alejarme lentamente lista para salir corriendo si era necesario, pero volví a quedar en shock cuando su mano atrapó la mía y volvió a estampar sus labios con los míos. Pasó una de sus manos por mi cintura a la par que mantenía sus labios entreabiertos para jugar con los míos e insitarme a seguir el ritmo que había empezado a tomar.
Ese día nos separamos jadeantes al escuchar los pasos de alguien para entrar a la habitación, era Emma. Respirabamos pesado y nos dábamos una que otra mirada furtiva. Luego de eso lo quise un poco más, aunque a la vez estaba confundida. Podría habérselo contado a Emma, pero sería incómodo para los tres estar en una misma habitación, simplemente pensé que con ella en la habitación sin tener idea de lo que pasaba era mejor, ella podría relajar el ambiente siempre, solo por eso jamás se lo conté. Claro que jamás imaginé que sería tan buena fingiendo no saber.
Luego de eso las cosas se tornaron divertidas y continuamos siendo los amigos de siempre con un secreto en medio. Y todo parecía estar claro en mis sentimientos hasta que apareció Alan Andrade. Un chico delgado con un largo cabello negro ondulado que llegaba a sus hombros, ojos color ámbar que estaban protegidos por unos anteojos que le quedaban preciosos - sin darle el toque de querer parecer el chico nerd- y una piel extremadamente blanca. Al principio me pareció un tanto extraño y eso fue exactamente lo que llamó mi atención.
—Dime que eres la chica popular—Mencionó acomodando sus anteojos.
—¿Disculpa?
—Que quiero que seas la chica popular—Se encogió de hombros y sonrió.
—¿Y eso para qué?
—Para que tengamos una historia cliché en la que yo me hago pasar por el chico nerd —Jugueteo con sus cejas mientras yo solo pensaba que estaba loco. Aunque claro que me reí por aquella ocurrencia.
«¿Como se le ocurría decirme esas cosas si apenas me había visto?» Me había preguntado aquella vez.
«tiene que estar loco» ese fue mi pensamiento con aquella conversación que fue la primera de muchas.
Pasaron hermosos momentos en los que me agradó haber conocido a Alan, había olvidado casi completamente que sentía algo por Ryan. Todo estuvo hermoso hasta que al pasar un año Alan se despidió de mí porque tenía que mudarse a Canadá. Me deprimí un poco, pero lo superé con el tiempo. Y mientras me superaba observaba como Ryan se enamoraba de Dennis Carson, con eso mi confusión desapareció y noté que como amigos el y yo estaríamos mucho mejor.
Paseo por el jardín hasta llegar al Caminillo que a su alrededor está repleto de diversas flores: Girasoles, rosas, hortensias, tulipanes, lirios, claveles y otras que no logro distinguir por la poca iluminación que hay en el lugar.
Detengo mis pasos en los lirios, aquella flor siempre ha Sido mi preferida. Tomo asiento a un lado de ellas y deposito mi móvil a un lado de donde estoy.
Mientras pienso en las muchas cosas que han pasado y otras tantas que están pasando escucho el sonido de mi móvil indicando una llamada, lo tomo y observo en la pantalla que es un número desconocido. Arrugo ligeramente la frente y me preparo para responder.
—¿Hola?—Digo dubitativa.
—Hola hermosa—Responde una voz que me parece un tanto conocida.
—¿Dígame con quién necesita hablar?
—Con usted.
Vale. ¿Se supone que esto es normal?
—¿Y sabe usted quien soy?
Una suave carcajada no tardó en hacerse escuchar al otro lado.
—Sería un tanto estúpido llamar sin saber de quién se trata.
¿Ya debería de asustarme?
—De acuerdo. ¿Quien es usted?
—¿Que no reconoces mi voz, pastelito?
¿Han visto esas telenovelas en las que el móvil resbala de la mano de la persona que acaba de recibir una noticia? Pues así estuve yo, claro que no dejé que el móvil resbalara porque recordé que no estoy en ninguna telenovela.
«¿Porqué carajos no estoy en una? Sería buena actriz. »
Estás en una llamada Estúpida.
«cierto»
Todo mi cuerpo reaccionó de manera extraña ante la mención de aquel nombre, y ¿Como no? Si sé quién es la persona al otro lado de la línea.
Y como la persona educada que soy, pregunté—: ¿Que haces con mi número?
—Pues, lo tengo para hablar con usted.
—Yo no dije que quería hablar contigo.
—¡ay pastelito! Sé que amas que esté cerca—Rodee los ojos.
—¿Quien es responsable de que tengas mi número?
—Tu amiga no pudo resistirse a mi encanto—Alardeó.
«La mato»
Emma:
—Estás demasiado calmada tomando en cuenta lo que hiciste hoy—Me reclama Ryan tomando un sorbo de lo que sea que está en su taza.
Ruedo los ojos y me pongo de pie para ir a la cocina a prepararme algo, bueno, un intento de ello sin terminar por incendiar parte de la casa, el castaño me sigue.
—Ryan, despreocúpate—Me acerco a la despensa para revisar—Conozco a Lili y sé que querrá matarme al principio, pero luego se le pasará y el amor que tiene por mi hará que se le olvide la razón por la que quiso... No lo sé—Cerré la despensa y avance a uno de los muebles de la cocina—Matarme tal vez.
Ryan observó cada minúsculo detalle que realizaba con desesperación y una ceja alzada. Me acerqué al sartén más cercano con un poco de mantequilla en manos. El castaño se acercó a mí y tomó todo lo que estaba en mis manos mientras me miraba con rareza.
—Deja y te preparo algo yo. No quiero morir incendiado.
Le cedi el espacio sin refutar, de hecho tenía razón, las posibilidades de incendiar la casa eran más altas cuando yo decidía ir a la cocina. Avancé hacia uno de los banquitos y tomé asiento como buena niña esperando por su helado preferido en el parque.
—Tú confianda en que conoces a Lili, yo preparado para tu funeral.
Fulmine al castaño con la mirada ¿Como era posible que estuviese listo para mi muerte segura con Li?
—Ry, quieres por favor dejar de ver mi muerte. Gracias—Giró para prestarle un poco de atención a lo que hacía—Además, algún día me lo agradecerá.
—Claroo. Te agradecerá la oportunidad de colgarle con la palabra en la boca, de bloquearlo de de todas las redes posibles que logre encontrar—Enumeró cada palabra con un tenedor en manos—Todo, sin olvidar las incontables veces que en el instituto lo ha enviado a comer mierda.
—¡Ryan!—Lo reprendi—¿Con quién te haz estado juntando?
—Con Lili —Se encogió de hombros y yo solo asentí dándole la razón.
Continuamos charlando de diversas cosas mientras él hacía su trabajo en la cocina de prepárame unos emparedados, mientras que yo, pues, buscaba en la despensa un vaso de leche.
Salimos de la cocina rumbo a la sala de estar y tomamos asiento en los sofás que estaban frente a frente.
Tomó su móvil para mostrarme las estupideces que encontraba en sus redes al navegar, yo solo le prestaba mi total atención a mi comida, no se puede discutir con el estómago vacío.
Pasaron unos minutos en los que observaba el pasillo que da lugar a las puertas corredizas del jardín trasero esperando ver una silueta pelinegra entrar.
—¿Esperando ver la entrada de la muerte, ehh?
Rodee los ojos por segunda vez en la noche, Ryan siendo Ryan.
—Que no me va a matar... —Mis palabras quedan a mitad de la oración cuando una Lili totalmente roja de la ira hace aparición en el lugar sin despegar su mirada asesina de mí.
—¿Decías?—Susurró Ryan.
Deposité todo lo que tenía en manos sobre una de las mesitas que están a mi derecha y me puse de pie tan rápido como pude. Lili se acercó en grandes zancadas hasta quedar frente a mí con solo el sofá entre nosotras, y Ryan que jamás faltaba pues, estaba sentado en ese sofá.
—¿Por qué lo hiciste? —Cuestionó sin rodeos.
—porque me lo pidió amablemente.
Si sobornar es ser amable, no quiero saber que tan normal será robar.
«shh»
Lili avanzó a la derecha, yo lo hice también.
—Me lo agradeceras—Medio sonreí para calmarla un poco.
Volvió a moverse en dirección contraria a la anterior sosteniendo el sofá que se interponia entre nosotras, yo lo hice también.
—¿Por qué lo agradecería?—Me lanzó una de sus sandalias ¿Cuando se la quitó? Me hice a un lado antes de que impactara contra mi rostro.
—No lo sé, cuando se enamoren tal vez—Sonreí internamente, me lanzó otra de sus sandalias que, gracias a quien sea que me dió reflejos, la esquivé a tiempo.
—No me voy a enamorar Emma, deja de soñar.
—JA. Eso también le había dicho Laura a Massimo y mira, hasta embarazada salió, y adivina ¡También se casan!
Ryan soltó una carcajada que nos desubicó por un momento pero no pasó mucho cuando Lili se lanzó a un lado y a otro intentando alcanzarme. Era una clase de persecusión que no terminaría mientras estuviésemos corriendo en círculos al rededor del sofá. Yo reía con ganas porque a pesar de ser algo para estar totalmente aterrada ante la furia de la pelinegra me estoy divirtiendo por el correteo que tenemos, Lili intentó mantenerse seria pero al final también empezó a reír como loca al igual que yo.
—¡Ya deja matarte estúpida!—Exclamó en un vano intento.
—¿Escuchas lo estúpido que suena eso? —. Intervino Ryan al fin.
Lili le pegó un manotazo sin ningún problema ya que estaba a unos centímetros del castaño.
—Ryan, o te callas o nos ayudas—Lo señalé por una fracción de segundo para volver mi vista a Lili.
—De acuerdo—Se puso de pie—Te ayudo a lanzarla por la ventana —Le sugirió a Lili.
La traición.
—¡RYAN!—Lo reprendi, el estúpido río y tomó asiento nuevamente.
—Bien, mejor me callo—Levantó las manos en señal de paz.
Lili continuó con su persecución, yo continué corriendo en un intento de salvar me, y Ryan, pues, sentado riendo a carcajadas de las muchas veces que caímos de bruces las dos al tropezar con objetos que no teníamos pendiente. Y no había porqué culparlo o querer matarlo también, simplemente era él, siendo Ryan.
Nota de la autora: hola hermosuras, volví, luego de mucho pero aquí estoy, continuando con esta historia que me está encantando escribir y espero que a ustedes también les guste leerla.
Un abrazo gigante a los que continúan aquí y pues, nada más que decir. Nos vemos en el próximo capítulo hermosuras.
Los quiere, stefany 🌹
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