Trevoristas Conspirativos
En el caso que decidas visitar el planeta Tierra te recomendamos que revises el dispositivo de ocultación de tu nave en el puesto de avanzada galáctico más cercano, porque los humanos, en su naturaleza narcisista inherente, filman constantemente todos los aspectos de su vida y eventualmente capturaran en filme una nave mal camuflada.
Tienes que entender que esta es una especie que inventó los espejos antes que la penicilina, y las cámaras antes que los órganos sintéticos que funcionan con energía cinética, por lo que no solo son increíblemente vanidosos, también son perezosos, lo que significa que sus cámaras probablemente estarían estáticas.
En el lado positivo, las cámaras humanas modernas son fácilmente engañadas por un dispositivo básico de encubrimiento. Mantén tu nave en buen estado de mantenimiento y estarás relativamente bien, aunque ten en cuenta que algunos modelos de cámaras antiguos detectan incluso los mejores dispositivos de camuflaje, pero los capturan de manera tan pobre y temblorosa que la mayoría de los humanos lo descartan como un engaño conspirativo.
Dichos humanos luego llamarían a los otros humanos "ovejas" por no creer en sus imágenes alienígenas, citando una conspiración en su contra por parte de un grupo oscuro que intenta cubrir algunas tonterías del estado profundo, cuando la verdad es que solo queremos aterrizar en la Tierra por unas buenas piñas coladas y cigarrillos libres de impuestos.
Este comportamiento, casualmente, proviene de un miedo asociado con el existencialismo que tanto Kierkegaard como Sartre trataron en sus obras: la enfermedad mortal, que, dicho sea de paso, es el nombre de nuestra banda de folk metal progresiva. Tocamos en Empareth Gamma todos los jueves y viernes.
Cuando un humano es incapaz de hacer frente a la comprensión de que él es el único culpable de comerse dos bolsas de Oreo tamaño familiar de una sola vez, tienden a culpar a otro ser o entidad por sus malas decisiones, como el de tragarse una coca familiar para quitarse el sabor de la boca. Cuando el gusto por Dios comenzó a pasar de moda, y culparlo te daba un boleto rápido de ida a la horca, la gente comenzó a volverse hacia grupos secretos de figuras sombrías que juran controlar el clima y que están dirigidos por reptilianos, o algo por el estilo.
En un rechazo tanto a Sartre como a Kierkegaard, estas personas ceden todo el control de sus vidas a una organización mística que, si fuera real, no se preocuparía en absoluto de que usted quisieran no vacunar a sus hijos, o cómo controlan el mercado internacional de scrunchies para tener el monopolio de las gomas elásticas. Por estas razones y más, estos teóricos de la conspiración son tratados como personas marginales que no deben tomarse tan en serio, para que no empiecen a venderte suplementos de plata para hacerte más varonil porque el gobierno está envenenando el agua y haciendo que las ranas sean homosexuales, cuando las ranas tienen poco concepto de la sexualidad y si lo tuvieran, estarían en todo su derecho de elegir sus preferencias sexuales. Su cuerpo de rana, su elección de rana.
Pero eso no significa que no existan organizaciones secretas en la Tierra. Lejos de eso, como un adolescente un día antes del baile de graduación con un tarro de crema antiacné, el planeta está plagado de ellos, y los ha tenido por un tiempo. La mayor diferencia es que, en lugar de ser una camarilla que todo lo ve y controla los precios de las bananas o si Richard de Recursos Humanos obtendrá un ascenso o no, son solo un grupo de hombres en su mayoría blancos y viejos, sentados y discutiendo qué tan genial sería si ellos controlara todo, cómo todos los demás que no están en el club son unos tontos, se enojan con las opiniones de los demás y se ramifican en diferentes organizaciones secretas cuando la inevitable discusión de quién ganaría en una pelea entre Superman y Goku termina en alguien llamando al otro un cuck.
No busque más que el chivo expiatorio favorito de la humanidad, los Illuminati. Eran una derivación de los francmasones, que creían que ellos, los asombrosos hombres de ciencia, deberían gobernar el mundo en lugar de los francmasones, que estaban todos dispuestos a la monarquía. Los francmasones eran en sí mismos un derivado de los rosacruces, que creían que el pasado contenía la verdad del mundo y que deberían ser ellos quienes controlaran todo, no la monarquía. Estos en sí eran un derivado de la Tradición Primordial, que creía que todas las grandes religiones deben tener un ancestro común y que, al tratar de encontrar esa verdad universal, podrían controlar el mundo. Una vez más, eran un derivado de la Teología de Prisca, que creía que todas las religiones adoran a Dios con D mayúscula y el resto son solo derivados, y al hacer ritos sagrados de esta antigua religión—y dilo conmigo—ellos controlaría el mundo.
Podríamos ir uno a uno en las diferentes capas de esta muñeca Matryoshka de mierda y mezquindad hasta llegar a Gonk, el maestro del fuego, que creía que el fuego se creaba usando dos rocas específicas, hasta que Tula, el maestro de los maestros del fuego, hizo una organización derivada que afirmaba que esas dos rocas creaban fuegos malignos y que sus dos rocas eran fuego bueno, pero no tenemos mucho espacio en este capítulo para llegar hasta ahí.
Lo que estamos tratando de decir es que las organizaciones secretas solo funcionan para crear otras organizaciones más secretas incluso más tontas, y mucho menos controlar el mundo.
Así que no, Richard de Recursos Humanos, los Illuminati no te impiden obtener un ascenso. Solo eres un gilipollas que sigue cocinando pescado en el microondas en la oficina.
Para tener una idea que les distraiga del hecho de que no son más que un grupo de hombres de mediana edad con túnicas que hablan vagamente sobre las cosas que definitivamente harían para controlar el mundo, las organizaciones secretas tienden a caer en rituales arbitrarios para simular una apariencia de iluminación, como beber de la copa de la Sabiduría Eterna, permanecer en el ataúd de la Muerte Colorida por una noche, o simplemente comer un insecto o algo asqueroso.
Eso, y construir cosas vagamente cultistas alrededor de una ciudad en particular. Esto es problemático ya que la cantidad de organizaciones secretas que tiene una ciudad puede hacer que diferentes grupos se enfrenten por el dominio. Ese era el problema de Nueva Orleans, ya que era una ciudad pequeña con una plétora de organizaciones secretas, por lo que las propiedades inmobiliarias eran escasas.
Los Illuminati querían hacer un monumento con forma de ojo en el medio de la ciudad, mientras que los masones querían poner una estatua de una regla para significar tanto su existencia arquitectónica como su poder en la ciudad, ya que según ellos iban a poner "reglas y leyes" para perpetuar su poder. Los rosacruces querían poner un jardín de rosas para atraer a los reclutas, mientras que Burger King, el único rey reconocido de América, quería abrir allí un local de comida rápida.
Después del incidente del verano de 1996, cuando los Illuminati dibujaron pollas en grafitti en la sede de la masonería durante el cumpleaños número 90 del Gran Maestro Jake, que consideraron "totalmente desagradable," todas las organizaciones secretas de la ciudad se reunieron para tener una tregua de no meterse entre sí, creando un túnel súper-duper secreto debajo de la ciudad como símbolo de hermandad que conectaba a todas sus respectivas sedes, junto con las entradas a otros lugares de interés.
Lanzarían fiestas súper secretas en esos túneles hasta que Greg el Rosacruz invitó a su novia en una gran violación de la regla "No se permiten chicas" que toda organizacion secreta exige, creando una nueva brecha entre las organizaciones.
Y con eso, el túnel fue abandonado. Hasta que un hombre en particular lo encontró en los registros del ayuntamiento y lo usó para recorrer la ciudad sin ser detectado.
—¿Donde carajos estamos? —preguntó la superintendente Lennin, cargando a Trebor con B sobre su hombro. Trató de protestar, pero ella lo silenció—. Calla, mi príncipe. Descansa ahora. Mami te protegera.
Zuck, sin saber qué hacer, recogio a Charquitos de la misma manera mientras sostenía una cerilla. Como Charquitos era en parte pug, estaba eternamente eufórique de que la recogieran, como hacen todos los pug.
—¿No leíste todo eso al principio del capítulo? —dijo Trevor Workee—. Ponte con el programa.
—Oh, ¿qué programa? —dijo Marraine Pené, lamiendo su bastón como un bebé lo haría con un chupete—. Me gusta Mil maneras de morir, ¿oui?
Trevor Workee se rascó la cabeza con cautela. —Tiene algunos tornillos sueltos, ¿no es así? Y no traje mi destornillador.
—Eso es un poco grosero —dijo Chuck.
—Tu cara es grosera —dijo Trevor Workee.
La superintendente Lennin, al no poder ver a Chuck, pensó estaba dirigió a ella. —¿Qué? ¿Me estás hablando a mí, muchacho? ¡Bueno, tu cara es tan grosera que no le deja propina a su mesero!
—Silencio —dijo Trevor Workee.
—Oh, ¿conque asi es la vaina? —dijo la superintendente Lennin, enfrentándose a él—. Tu cara es fea que tu mujer seguro te lleva a todas partes para no darte besos de despedida.
—Cállate —dijo Marraine Pené, dándoles a ambos un bastonazo en las espinillas—. Y tú, garçon. No sé dónde estoy ni por qué estoy aquí, ni quién soy, pero esto se está yendo de las manos, y te agradecería mucho que nos ayudaras a salir, ¿oui?
Trevor Workee se paró en medio del túnel, una señal de camaradería entre personas de diferentes credos, y respiró hondo. Observó los ojos brillantes, casi vacíos de Marraine Pené para ver un profundo pozo de compasión más allá de lo que había visto antes. La misma energía de miles de años de falsa iluminación entró en él y acentuó de forma simple y decisiva...
—No —dijo, y siguió caminando.
—¿Por favor? —dijo Chuck, flotando junto a Marraine Pené, quien, con el corazón roto, se derritió en un charco de tristeza mayor—. Honestamente, no sabemos dónde estamos, y necesitamos llegar a la superficie. ¡Es una cuestión de vida o muerte!
—No importa —dijo Trevor Workee—. Tengo trabajo que hacer, y no tengo tiempo que perder cuidando a una manada de bichos raros.
—Vamos, hombre. Necesitamos ayuda —dijo Chuck con un tono dorado de esperanza—. Mira, tal vez podamos ayudarnos mutuamente. Ya sabes, quid pro quo.
El hombre permaneció en silencio, ajustando sus lentes de una manera muy animada. —Dudo mucho que puedas ayudarme.
—¡Puedo dejar que me frotes la barriga! —dijo Charquitos.
—Puedo no darte un puñetazo en el ojo —dijo la superintendente Lennin.
—Te dejaré lamer mi bastón —dijo Marraine Pené—. Te he visto mirándolo con esos deliciosos ojos tuyos.
—¿Eh, una mamada? —dijo Zuck.
—¡Vetadas las mamadas! —dijo Chuck.
—¡Puedo darte mi autógrafo! ¡Soy una famosa celebridad de Instagram! ¡Soy @CharquitosDaPug!
—¿Ah, de verdad? —preguntó Trevor Workee—. ¿Cuántos seguidores?
Charquitos comenzó a contar los dedos de sus patas mientras sacaba la lengua. Tuvieron que hacerlo una vez más cuando se distrajeron con una mota fría de polvo —¿Como, 3 millones?
Trevor Workee permaneció en silencio durante unos segundos antes de dar su respuesta. —Puedes ser útil. Tienes un trato.
Le pug soltó un aullido de emoción, mientras meneaba la cola. —¡Gracias! ¿Pero para qué me quieres?
—Oh, ya verás —dijo el hombre con una sonrisa poco caracteristica en su rostro—. Ya verás.
El ominoso poder de esa frase pasó por encima de sus cabezas. —¿Estoy siendo útil, papi? —dijo Charquitos, el movimiento de su cola era tan poderoso que hizo que Zuck se tambaleara—. Dime que lo hice bien.
—Lo hiciste bien, peque —dijo Chuck, flotando frente a ellos, preocupado y con un mal presentimiento en la boca de sus bultos.
—Dilo tres veces más —dijo Charquitos, aún más emocionade que antes.
—Lo hiciste muy, muy, muy bien.
Charquitos se emocionó tanto que orinó allí mismo. Lo malo fue que el "allí" fue sobre los pies de Zuck.
—Déjame aclarar esto —dijo la superintendente Lennin—. ¿Estás tratando de decirme que hay un fantasma caminando con nosotros que pertenece a ese zombi, que a su vez es dueño del pug y es ayudado por la gitana?
—Oui —dijo Marraine Pené—. Esto sería mucho más fácil si Monsieur Perdoneme pudiera iluminar el camino a seguir. Los fantasmas pueden actuar como una linterna en tiempos de emergencia. Los franceses solían usarlos para iluminar los faros en la costa, pero eran très difficile para mantener en un solo lugar.
—Perdoneme, es que me pongo nervioso cuando me ven —dijo Chuck.
—¿Qué tipo de crippi criminal underground hecho en laboratorio ilegal les dio la gitana de fumar?
Tal como estaban, se movían en una columna unificada con Zuck y Charquitos al frente quemando el encendedor, con Trevor Workee caminando detrás de ellos, seguido por Marraine Pené, y la superintendente Lennin y Trebor con B, quien, siendo acunado como un bebé, se durmió sobre ella.
Chuck estaba dando vueltas sin mucho que hacer porque podría haber jurado que Trebor con B le estaba mirando con ojos raros entre destellos momentaneos de lucides. De vez en cuando pasaban frente a una puerta con una placa encima. Algunos dirían un lugar específico, mientras que otros el nombre de una organización.
—¿Quieres que tenga un ataque de ansiedad para iluminar el camino? —preguntó Chuck mientras escaneaba la placa sobre una puerta. Decía "La Sociedad de Nueva Orleans para las uvas sin semillas."
—Es mejor que depender de un zombi pirómano con dedos pegajosos —susurró Trevor Workee.
—¡Mis dedos no están pegajosos! —dijo Chuck cuando pasaron por otra puerta, esta vez leyendo "La Sociedad de Nueva Orleans contra las uvas sin semillas."
—Jugo de Trevor —dijo Zuck. Demasiada información para nosotros.
—¿Adónde vamos, Monsieur Workee? —preguntó Marraine Pené cuando pasaron por otra puerta. Ese decía "Sociedad de uvas sin semillas contra Nueva Orleans." De ella salía un olor a vino.
—Sabrás cuando lleguemos allí, si podemos movernos más rápido que el paso de un zombi.
—De nuevo, podríamos tener más luz si Monsieur Perdoneme cooperara.
Chuck se dio la vuelta frente a la puerta que decía "Sociedad sin semillas contra las uvas de Nueva Orleans" que tenía un tejo de tierra y vino. —Mira, estoy haciendo lo mejor que puedo, ¿de acuerdo? He sido más asertivo y más decisivo como me dijo el esqueleto, y esa es una decisión con la que me mantendré... pero ¿y si esa es la decisión equivocada? ¿Y si esto es lo que me condena, como esa vez que decidí ir a darle a la película Scooby-Doo un 6/10 porque el hombre del consecionario me dio una caja de pasas gratis y me sentía bastante bien y resultó ser el mayor error de mi vida. Oh, Dios, lo estoy jodiendo todo, ¿no?
El túnel se ilumino hasta donde alcanzaba la vista en un santiamen,
—Vaya —dijo la superintendente Lennin—. Así que así es como se siente estar drogado. No es de extrañar por qué a los gitanos les encanta.
—Y estamos aquí —dijo Trevor Workee mientras el grupo se acercaba a una puerta que tenía una placa que decía "Sociedad Agnóstica de Nuestro Santo Trevor." AADNST para abreviar.
—Este lugar suena vagamente familiar —dijo la superintendente Lennin.
No sintió a Trebor con B temblando mientras dormía.
Llegaron a la puerta cuando Trevor Workee hizo callar a todos y llamó tres veces, ya que cada llamada secreta todavía tiene que obedecer la regla de tres. —Déjenme hablar y seganme el juego, ¿de acuerdo?
Una pequeña escotilla en la puerta se abrió para revelar un par de ojos. Dichos ojos no se veían particularmente amistosos, pero tampoco enojados. En todo caso, los ojos parecían bastante molestos por todo el asunto de estar allí amenazadoramente y querían terminar con esto para ir a casa con su esposa e hijos, con la esperanza de que no se olvidara de comprar la leche que su esposa les pidió que recogieran. En el fondo, los ojos sabían que iban a olvidar, así que tendrían que mentir que la tienda no tenía leche, lo cual era una mentira obvia porque ¿qué tienda no tiene leche? Tendrían que escuchar a su esposa regañarlo por ser irresponsable mientras él intentaba dormir en el sofá hasta que terminara su turno una vez más.
—Ave Trevor —dijo Trevor Workee, haciendo una T con ambas manos.
—Ave Trevor —dijo el par de ojos. Sería seguro asumir que los ojos también estaban unidos a la boca, pero han sucedido cosas más extrañas—. Ah, el Trevor mestizo. ¿Quién esta contigo?
—Nuevos Trevors para el ejército. Aquí está el perro Trevor...
—Um... guau? —dijo Charquitos.
—Trevor Policia...
—Epale —dijo la superintendente Lenin.
—Y Trevor gitano.
—Soy Marraine Pene —dijo Marraine Pene.
—No parecen Trevors —dijo el par de ojos en un alarde de observación—. ¡Y esas dos últimas son mujeres! ¡No se permiten chicas!
La superintendente Lennin empujó a Trevor Workee a un lado y se dirigió hacia la puerta, mirando a los ojos fijamente. Era eso o mirar a la madera de la puerta—. ¡En nombre de la ley, te ordeno que abras esta maldita puerta!
—Espera —dijeron los ojos con perplejidad—, ¿quién está detrás de ti? ¿Es ese Trebor con B?
—¿Cómo sabes que...?
—Todos los Trevor se conocen —dijo el par de ojos—. ¡Dejenlo entrar, solo!
—¡Nu-hu! —dijo la superintendente Lennin—. ¡O nos llevas a todos, o a ninguno!
Los ojos brillaron con una mezcla de estar harto, estar enojado y no importarle en absoluto a la vez. —Espera un santiamén.
Para aquellos que no lo saben, un santiamén es una medida real de tiempo que se usa para medir la velocidad a la que la luz viaja un fermi. Un fermi es cuánto mide un núcleo. Si te tomaste 10 segundos para leer esta oración, habrían pasado 1000 santiamenes. Solo queremos recalcar el hecho de que los ojos mintieron, ya que pasaron muchos mas que un santiamen.
Los ojos aparecieron una vez más con un destello de inquisición y un deseo de quemar a una bruja. —¿Ustedes son parte de la Sociedad Panda con el chico vampiro?
—¡Oui! —dijo Marraine Pené—. Ah, mi dulce cucaracha está aquí, ¿non?
La puerta se abrió al grupo, revelando un conjunto de escaleras detrás de ella. —Me permitieron dejarlos entrar. Trevor, llévaselos a Trevor.
—Lo haré —dijo Trevor Workee.
Por extraño que parezca, no había nadie detrás de la puerta. Puede que nunca sepamos el misterio de los ojos de la puerta.
3.96e+7 SANTIAMENES HASTA EL AMANECER.
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