El Que Se Va A La Villa
—Apenas a tiempo, Samantha —dijo Jacque, sacando un fajo de billetes de su billetera y entregándole a la gran bruja unos cuantos billetes sueltos.
Samantha tomó el dinero en efectivo, lo hizo una bola y lo metió dentro de su bolso, lo cual es un signo de psicopatía en ciertas sociedades. —Sí, sí, lo que sea. Hizo sus cacas nocturnas y se orinó por todas partes, como siempre.
La propia Charquitos tenía puesto un bozal, toscamente elaborado con cinta adhesiva y un vaso rojo de cerveza típico de las fiestas Americanas.
—¡Ey! —gritó Chuck, tocando el acordeón disco para reunir algo de coraje—, ese es mi rouga pug al que estás jalando con esa correa, creo.
—Oh, ¿lo es? ¿Me estás diciendo, o me estás preguntando? —dijo Jacque con una sonrisa de chico malo.
—Estoy... expresando cortésmente una opinión fuerte —dijo Chuck.
Jacque tiró de la correa de Charquitos, atándole al pie de la mesa. —¿Y qué te poseyó para hacer una afirmación tan audaz? La última vez que pregunte, este rougapug era de mi propiedad. Si no, contratar a alguien para que le llevara a caminar hubiera sido muy extraño.
¿Por qué estaba haciendo esta audaz afirmación? Chuck había prometido cuidar de Charquitos hasta que encontrara a un dueño, y ciertamente parecían haber encontrado a su dueño. Para todos los efectos, había cumplido su palabra.
Y aún así, algo estaba tirando de las fibras de su corazón inexistente. Tal vez fueron los ojos dulcemente húmedos de Charquitos mirándolo como si estuviera hecho de pollo, o el hecho de que Zuck estaba tratando de abrir una botella de cerveza con los dientes, pero no se sentía bien.
Contra todos los instintos que le decían que huyera, Chuck se mantuvo firme. Lo más firme que un pedoetereo podía estar.
—Bueno, le rescaté de un edificio en llamas —dijo Chuck—. Entonces, ¿el que se va la villa pierde su silla?
Jacque, desafiando las reglas mileniales que rigen dicha ley humana, la cual exclama que cualquier propiedad en la que no estas sentada puede ser expropiada por el bien individual de otra persona, le dio a Chuck una sonrisa astuta antes de arrodillarse junto al rougapug. —Ahora, voy a quitarte el bozal para explicarte. No hagas una pelusa y no me muerdas, ¿de acuerdo?
Le rougapug le dio un asentimiento. Le rougapug también le dio un mordisco en la cara cuando todo estuvo dicho y hecho.
—No esperaba nada de ti —dijo Jacque, mientras se curaba lentamente un trozo de la nariz—, y sin embargo, estoy profundamente decepcionado.
—¡Bueno, eso te enseña a no ser un chupasangre malvado! —dijo Charquitos—. ¡Tengo un nuevo papi que me ama y me da masajes psíquicos en la barriga y me dice que soy une buen pug y que no huele a bolas de naftalina y jugo de tomato todo el tiempo!
—¿Le importaría explicarme, Sr. Perdoneme? —preguntó el vampiro—. Me temo que dejar que Charquitos aquí explique sería como tratar de sacarle agua a un payaso. Se puede hacer, pero tendrá un sabor raro.
Chuck explicó toda la situación con un lujo de detalles que solo uno de nuestros encantadores lectores entendería y ha entendido. Podríamos haber copiado todos los capítulos anteriores aquí como una mordaza de bucle infinito, creando un bucle de retroalimentación constante, pero somos mejores que eso.
—Ya veo, ya veo —dijo Jacque—. ¿Y acaso eso te da la propiedad de Charquitos?
—Soy más como un cuidador temporal —dijo Chuck—. No creo que seamos dueños de animales. Son criaturas pensantes y autónomas. Somos compañeros de los animales. No de una manera sexual, por supuesto. ¡No soy un furro! Más bien como Shaggy y Scooby-Doo. Amigos que se dan compañía y comida. Nosotros, sin embargo, no resolvemos misterios anti-capitalistas. En realidad prefiero historias de crimen real, como los CSI. Claro, como entretenimiento, son derivados de los dramas policial de finales de los 90, pero eso es algo que todos son culpables. Demonios, incluso son culpables de ser derivados de su propio trabajo, como CSI Miami, CSI Nueva York, CSI Cyber, y luego tenemos NCIS, NCIS Los Ángeles, NCIS Nueva Orleans, todos iguales con capítulos iguales y personajes y tramas iguales y Dios mío, ¿son la misma serie?
—Voy a detenerte justo ahí antes de que empieces a deconstruir la industria de programas de televisión policiacos y te diré que Charquitos aquí no te pertenece —dijo Jacque—. Tampoco me pertenece. Soy simplemente una especie de cuidador temporal. Tal como tu.
—¡Te lo dije, eres un malvado, cabeza caca, bicho raro, chupasangre! —dijo le rougapug, que intentaba una vez más desatar la correa—. ¡Pertenezco a papi ahora! ¿Verdad, papi?
—Sí, seguro —dijo Chuck, sabiendo con toda certeza que se arrepentiría más tarde—, lo que sea. Hasta que encuentres un papi adecuado. Lo prometí.
El vampiro dio un paso hacia Chuck, que es un paso más de los que quieres que un vampiro tome hacia ti. —Mira, también le hice una promesa a un querido amigo para ayudar a Charquitos a volver a la normalidad. Elle, como tú y yo, ha sido maldecide por un demonio. Bueno, al menos elles y yo. Queda por ver cual es tu problema.
—Espera, ¿qué quieres decir con que están malditos por un demonio?
—Te dije que estaba maldito, papi —dijo Charquitos—. Lo dije exactamente hace dos capítulos. ¡Pero dijiste que no te importaba!
—Lo siento —dijo Chuck—. No estaba prestando mucha atención. Soy alérgico a no tener mi cuerpo cerca.
—Y yo soy Marraine Pené —dijo la vieja, que hasta ese momento había estado observando desde la mesa. Dijimos que mirara, pero ella era ciega, así que simplemente estaba mirando la pared—. Y eso podría haberte salvado la vida, Monsieur Losiento
Chuck trató de decir "Perdoneme" y "cómo es posible" al mismo tiempo, lo que salió como un "Perdosible." En ese momento, Chuck deseaba estar muerto, pero ya lo estaba y no se sentía mejor.
Fue Jacque el vampiro quien respondió por ella. —El cómo, Sr. Perdoneme, es que seguir a mi dulce osita centenaria te ha permitido salvar a esta bestia desagradecida de allí, y esa bestia los llevó a todos a mí. Todos nosotros, que hemos sido engatusados por un demonio. Yo, que he sido robado de mi alma; Charquitos, quien ha sido robade de su cuerpo...
—Espera —interrumpió Chuck—. ¡Pero Charquitos tiene un cuerpo!
—Bueno, sobre eso —dijo Charquitos, con su cola rechoncha metida entre sus piernas—, el año pasado, vine con el cabeza apestosa de mi antiguo dueño a Walpurginatch, algo sobre encontrar una rosquilla vudú o algo así, y un hombre me llamó a un callejón y dijo que podían hacer mis sueños realidad. Pensé que era algo sexual, pero resultó que él era como un genio que podía conceder deseos, y dije, ¿por qué no? Y él dijo, genial, ¿qué? ¿quieres?, y le pregunté, no sé, ¿qué tienes?, y me dijo, lo que quieras, ¿pero ya sabes cómo vas a Wendy's y hay un montón de cosas que puedes comer y te atascas cuando el cajero te pregunta lo que quieres y no estás seguro? Bueno, un poco así, pero no tan malo porque no había una Karen pasivo-agresiva chasqueando los labios detrás de mí-
—La versión abreviada —dijo Jacque.
—Iba a esa —dijo Charquitos—. El punto es que pedí ser famose en Instagram. Tenía un lindo gato llamado Mr. Basura que era #Instagramable y quería que más personas lo vieran. Y bang, el tipo me convirtió en un Pug, diciendo que nadie es más popular en Instagram que los pugs. #Sponsored #Follow4Follow.
—Y tú, amigo mío —dijo Jacque, palmeando a Zuck en la espalda—, que fuiste robado de tus recuerdos, junto con mi dulce bollo de calabaza, estamos destinados a controlar nuestro destino. El destino nos ha unido. No fue una coincidencia que todos estemos aquí al mismo tiempo.
—¿Y qué hay de Marraine Pené? —preguntó Chuck—. ¿Que le robaron a ella?
—Yo solo quiero morir en paz —dijo la vieja bruja. Y ese fue el final de eso.
—Únase a nosotros, Sr. Perdoneme —dijo Jacque—, porque hoy, en esta Noche de Walpurgis, nosotros, la Sociedad Panda, encontraremos la manera de recuperar lo que perdimos. Porque el destino lo quiere así. Así que, hoy, el más importante día mágico del año, estamos recuperaremos lo que nuestro.
A estas alturas, la mayoría de ustedes saben que el destino, al igual que el universo, no podría importarle el más mínimo bledo lo que quieren hacer o no. El universo es una entidad indiferente sin voluntad ni necesidad. Pero por alguna razón, fue una increíble coincidencia que tales individuos malditos de repente se encontraran bajo el mismo techo.
Eso, o había un poder superior en juego. Pero no tan superior.
Cualquiera que sea el caso, Chuck estaba enrollado en esto, de una forma u otra. No era como si tuviera otra opción.
—Está bien, lo haré —dijo Chuck, con la más mínima insinuación de una columna vertebral—. Pero primero, libera a Charquitos.
Jacque hizo un gesto con la mano y, como por arte de magia, la correa se desvaneció en una nube de humo. —Sus condiciones son justas, Sr. Perdóneme. Pero, por favor, asegúrese de que no cause ningún problema.
—Lo haré —dijo Chuck.
Charquitos, a su vez, estaba tan feliz que se orinó encima. Su nombre le iba como anillo al dedo.
—Supongo que es por eso que te llaman Charquitos —dijo Jacque, agarrando una taza de su malvada tintura tomatosa—. ¡Propongo un brindis! ¡Porque hoy es un buen día para morir!
—¡Santé! —dijo la vieja bruja.
—¡Trevor! —dijo Zuck, quien, habiendo terminado toda la caja de fósforos, decidió intentar salir de la habitación.
—¡Oye, tú! ¡Basta, inútil bolsa de pollas! —gritó Chuck—. ¡Oye, Dracula, haz algo!
Jacque sacó un encendedor de su bolsillo — porque todos los seres inmortales comienzan a fumar en algún momento con la esperanza de que los mate en algún momento — lo encendió y lo arrojó hacia Zuck mientras dijo "atrapalo."
Ahora, los zombis son muy hábiles en algunas cosas. Por ejemplo, tienen una impresionante fuerza superior, resistencia sobrehumana y un ojo sorprendentemente hábil para la composición del color. Sin embargo, por lo que no son conocidos es por su coordinación ojo-mano. No hay muchas estrellas de fútbol zombi por aquí. Sin embargo, hay muchos buenos zombies golfistas.
En defensa de Zuck, trató de atraparlo, pero como un burócrata que intenta no aceptar un soborno, falló miserablemente. Para Zuck, fue la gravedad actuando más rápido de lo que él podía moverse. Para los burócratas, es querer comprar un segundo yate.
El encendedor alcanzó a Zuck, pero golpeó su camisa. Necesitamos recordarles que Zuck había pasado la última media hora bebiendo alcohol, metiendo la cabeza bajo poncheras y siendo un cerdo en una pocilga hecha de alcohol. Estaba empapado de arriba abajo en un líquido altamente inflamable.
No pasó mucho tiempo hasta que Zuck pareciera una antorcha humana.
No sabemos si alguna vez has estado en llamas, pero en "Jugando con Cerillas" no lo recomendaríamos, a menos que tengas mucho, mucho frío. Zuck, lamentablemente, no tenía frío. Estaba muy, muy caliente, lleno de líquido y entrando en pánico rápidamente.
Comenzó a gritar y embestir cualquier cosa en su camino. Y lo que pasa con el fuego es que, como los memes, se propaga rápido. Todo lo que tocaba se incendiaba, incluso el vegano y el crossfitter, quienes rápidamente se dieron cuenta de que prenderse fuego era una excelente manera de eliminar la grasa y las calorías de sus cuerpos.
Chuck, comprensiblemente, no estaba pasando por un momento divertido.
—¡Ayuda! ¡Soy alérgico al fuego! —grito.
Para su sorpresa, fue Charquitos quien hizo algo. —¡No te preocupes, papi! Salvaré el día.
Caminó suavemente hacia Zuck, levantó su pierna y orinó sobre él.
—¡Eso es aun peor! —el grito.
—Bien, bien —dijo el pug—. Espera.
Mordieron la pierna de Zuck y, usando su fuerte mandíbula y su pequeño centro de gravedad, lo arrastraro por la casa, mientras Zuck destrozaba todo, extendiendo las llamas.
Chuck y Marraine Pené salieron y vieron a Charquitos arrastrando a Zuck hacia el lago, sumergiéndolo por completo y apagando así la llama. Eso representó un nuevo desafío para Chuck, porque nunca aprendió a nadar y no creía que Zuck, siendo él, lo supiera por extensión.
—¡Ayuda! —gritó Chuck, sintiendo que sus pulmones se llenaban de agua—. ¡Soy alérgico a la natación!
—¿Un nuevo amigo? —dijo Stella, que flotaba cerca sobre el lago.
—¿Un nuevo amante? —dijo Lorena.
—¡Oye, yo lo vi primero! —dijo Stella.
—Bueno, el que se va a la villa pierde su silla —dijo Lorenna.
Por suerte para Chuck, Charquitos logró arrastrar a Zuck fuera del agua. Como los zombis no necesitan oxígeno para vivir, Zuck estaba como nuevo. Ignorando las quemaduras de segundo grado, eso es.
—Qué fastidio —dijo Lorenna—. Se ve un poco lindo.
—Parece un poco quemado —dijo Stella—. Puedes quedártelo.
—Bueno, ya no lo quiero —dijo Lorenna.
En cualquier caso, Chuck estaba a salvo. Quemado, pulmones llenos de agua, posiblemente ahogando uno de los importantes asentamientos de cucarachas perdidos en su cuerpo, pero a salvo.
—Bueno, eso fue interesante, ¿oui? —dijo la vieja—. Deberíamos movernos. El Oráculo está esperando.
Chuck quería preguntar qué era el oráculo o por qué era importante, pero estaba más ocupado tratando de lidiar con el hecho de que se quemó vivo y se ahogó al mismo tiempo, dos de las muertes más traumáticas que un ser humano puede tener, además beber un cóctel de lava o dar cabezazos a una bala de cañón.
—Está bien —es todo lo que pudo decir. Excepto por lo siguiente que dijo, lo que hace que no sea todo—. ¿Dónde está el vampiro?
—Oh, todavía está en la mansión, Monsieur —dijo la anciana, señalando la mansión, que tenemos que señalar, todavía estaba en llamas—. Dijo que quería intentar morir en un incendio provocado. No sé qué tan diferente es de un incendio cotidiano, pero ¿qué sé yo? Me dijo que nos encontraría más tarde.
A Chuck no le importaba. Todo lo que quería era terminar con esto y regresar a casa. Este Viaje del Héroe estaba tomando más tiempo de lo que pensaba.
3 HORAS Y 17 MINUTOS HASTA EL AMANECER
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro