Aurora

Da igual que esté cerca del trabajo siempre voy abrigada, y es que tiendo a ser friolera.
En ese momento de intimidad, donde me gusta bucear por mi armario observo cada prenda. Tengo repleto mi armario, en algún momento debo ir quitando o guardando lo que no uso; al ir eligiendo decido no escoger el vestido recién comprado ni un jersey con bolitas que lleva aún la etiqueta; aunque con cualquier trapito iría divina prefiero vestir discreta.

«Adiós a esa escasez».

En esos escasos minutos de inicio no me detengo a mirar a ningún vecino que me imagino que me observa. En el fondo me gusta sentirme menos invisible que cuando estoy en casa. Lo digo porque mis padres pasan todo el tiempo acudiendo a eventos o reunidos con personas que no conozco.
Debería llevarlo mejor, acostumbrarme ¿no? Aunque tiene pequeñas ventajas, quizás lo veo yo de esa forma como consuelo.

En nada llegué al trabajo. Hoy será mi segundo día como teleoperadora. Recuerdo que en mi primer día fui objeto de críticas, de envidias...sin embargo no me afecta.

No tardé en llegar hasta la escalera, esa que todos subimos para llegar a esa zona "menos silenciosa" bueno cada cual está en lo suyo. Nada más avanzar por allí me crucé con Salvador que da la casualidad que no me guiñó el ojo como otras veces. Una no sabe que esperar de él; no es como los demás jóvenes de aquí, será por eso que me atrae demasiado. Eso me terminará afectando, lo sé.

‹No puedo considerarlo en este preciso momento, céntrate Aurora›.

Violeta

No me sorprende que mi compañera sea ignorada por Salvador, desde que lo "conocí" no me da buena espina.
Puedo verla desde mi posición, está como afectada. Ella es linda, pero él se decanta por otra, eso creo. Me molesta que presuma hasta se da aires de ser importante.
Tendré que incorporarme en mi asiento y tomar control de mi vida. Y es que me ausento de mi responsabilidad y ocurre por mera distracción. Eso  puede traerme consecuencias.

Al mediodía puedo escribir de nuevo en mi blog. Decidí no mencionar a Salvador ni a Aurora es decir refiriéndome a los que están cerca porque prefiero tener más en cuenta a los que chismean y fuman fuera.
Dejé de teclear en mi tablet cuando percibí la presencia de Facundo, este hombre me encanta. Puedo pasar horas mirándolo;
«Dios está como quiere». Al parecer se refugia en esta zona donde hay nevera y una cafetera a juego. Siempre se toma el atrevimiento de prepararse un café con espuma, si es que hasta sirviendo su café hace que mis piernas tiemblen. Pero él no me registra y eso duele.

Sara

No quería llegar tarde pero un imprevisto de última hora todo lo cambió. Menos mal que Daniel lo entendió al momento, no es que él me deba favores pero es capaz de ayudarme en lo que pueda, no siempre.
Lo que espero es que el jefe no me deje en esa lista negra como a otros; la realidad es que jamás fui una empleada impuntual. Esta vez me demoro en llegar porque es algo personal. Tenía que ser a causa de mi hermana Olga, otra vez la han ingresado en el hospital por sobredosis. No es fácil tener a alguien que sea débil a esa adicción, y no consigo convencerla de que vaya a una clínica. Ahora no me quedará más remedio que ir en busca de su ropa y pertenencias, y luego llamar a mamá. Se que ella se llevará otro disgusto; menos mal que papá está para consolarla en estas situaciones.

Estoy conduciendo y sin música como otras veces. No podría concentrarme, tampoco consigo olvidarme de la última vez que recayó. ¿Por qué no puede ser más fuerte? No se parece en nada a nuestro padre, y creo que es porque es así. Hasta culpo quién la llevó a entrar en las drogas, ese hombre nunca fue Santo de mi devoción
porque la enamoró y la convenció de muchas cosas. No sé cómo ella se dejó manipular por ese ser de porquería. Ojalá...mejor no me lleno de rencor y pienso más en lo que es mejor para Olga.

Ana

No sé qué hago aquí por más tiempo, y más porque me quita horas que las puedo dedicar a mi estudio. Además hoy no me dejan salir media hora antes sabiendo que tengo que ir a la biblioteca. Allí tengo que sacar un libro que es fundamental para un trabajo que me mandó un profesor de mi facultad. El se desentiende, hablando de Daniel y pedirle algo a Sara me resulta complicado, no somos amigas ni ella tiene tiempo para tratar asuntos como el mío, al parecer está ocupada y no tengo idea de que se trata. Lo único que comentan es que tiene que cuidar de alguien, y que sepa ella no es madre. En fin suspenderé la materia a no ser que saque una buena nota o el profesor me deje un plazo además de la semana para poder realizarlo.
Mi madre sigue llamándome, y tengo que apagar el móvil. No le gusta que no le responda y también sé que habrá discusión de nuevo. ¿Cuándo va a entenderme?

Decido tomarme el café cuando dan las una de la mañana, posiblemente a las y media tenga que regresar a mi puesto. Mientras puedo ver a Daniel que sigue hablando con el jefe, el segundo está muy interesado en los nuevos empleados, es decir en Facundo y en Andrés, estos chicos entraron hace poco. Por cierto no los veo en esta zona disponible para los empleados etc, quizás estén afuera. Me figuro que Andrés quiere diplomacia con alguna joven de aquí; desde que entró ha sabido camelar a más de una. ¡Por Dios la limpiadora, si esa misma fuma más que un hombre! No me interesan los vicios de nadie ni los amoríos pero aquí el cotilleo es incesante. Solo espero no volver a discutir con ella, y es que suelo dejar mi mesa llena de papeles, es decir de apuntes. Alguna vez se me olvidaron en mi escritorio, me ocurre siempre que tengo prisa. Esa Demelsa es capaz de tirar todo a la papelera y llevarlos ella derechita a la basura, y sin contemplaciones. Lo que no entiendo es porque Lucas le sonríe, creo que tienen cosas en común. Y no me refiero a los pasatiempos sino porque ambos tienen una onda parecida.

En fin me quedaré esperando un milagro, si la cosa sigue igual y no me dan ventajas o un trato como a los demás tomaré una decisión.

Facundo

Observo y callo, así me va bien en donde me mueva, las chicas, algunas son bellas e interesantes pero no estoy aquí para ligar sino para dar con alguien que en algún momento aparecerá. Esa persona me debe algo porque no se portó bien con mi hermana, le provocó ansiedad y estuvo meses llorando por su causa. No dormía y apenas comía lo suficiente además se quedó muy delgada preocupando a mi madre. Tampoco se relacionaba porque prefería estar en casa sin salir, no quería ni asomarse al balcón. Si creen que estoy aquí por venganza, créanlo. Quizás no es lo más adecuado, quizás me tomen por un loco pero no saben lo que es sentirse impotente ante un ser querido que se va apagando con los días.