15 (temp)
Ceres
Irme significó dejar que esa se confíe, considero que es una ridícula por defender al Lucas, no sé porque lo excusa; acaso son amigos solo por coincidir en este trabajo. Aquí no se viene a eso y no me gusta que se unan como si necesitaran crear lazos en mi contra. Al final se irán más de uno a la calle y supongo que les irá mejor, ¿no?
Aparte de eso tenía cosas que hacer que seguir perdiendo mi tiempo con ellos. Nunca pensé que acabaría en un barrio, si no fuera porque este rubio me atrae ni por asomo vengo hasta aquí. Aún recuerdo el edificio, debe haberse construido hace años. Al entrar me encuentro a una joven que no es ni por asomo como yo y me refiero a mi forma de ser. Estoy segura que es una inmigrante que se viene a Málaga a construirse una vida, quizás no le fue bien en su...bueno no tengo idea donde residió antes. Pasa por mi lado como loca, y no es que no me haya visto, más bien no me dio la importancia que tengo. Es extraño porque sucede que me miran demasiado y más por estos lares. Sigo adelante sin perder de vista donde piso, aquí hay mugre es decir suciedad por el suelo y las paredes. Al menos podían pintar un poco, en fin.
Llegué por fin a la segunda planta, y reconozco la puerta que hay frente mía. Es de color marrón y desde aquí se nota que la han puesto más de una capa de barniz. Todo aquí es viejo, anticuado y sin chispa, debería pensar en cambiar de domicilio. Quizás se lo proponga.
Nadie me abrió cuando por fin me atreví a tocar ese botón, espero no haber cogido nada, con las bacterias que deben haber.
Esperé durante diez minutos como máximo, seguía de pie aguantando el dolor de pies, lo prefería a sentarme, no quería ensuciar mi pantalón azul que compré ayer. Encima me aburría de estar viendo pasar nada más que vecinos que visten horrible. Si no aparece nadie me iré...entonces él llega, no viene muy contento pero parece que aligera ese mal humor al divisar mi cuerpo de pies a cabeza.
Sergio
Después de bajar del coche pude llegar hasta mi edificio sin demora, luego entre al portal. Ahí no me crucé con nadie y es raro, seguí avanzando intentando no hacer ruido. Llegando al rellano se apareció una diosa, en serio, y ella vestía demasiado elegante para mi gusto. Pude recrearme un poco viendo su silueta, pero tenía que controlarme. «No es momento para pensar en lo que no debes, Sergio»
—Morena ¿Qué haces aquí?
—Así me recibes, creí que me echarías de menos.
—No tengo la costumbre de recordar a las mujeres que rescato, tampoco tengo tiempo para ser educado.
—Que pena, entonces anduve equivocada contigo y no eres ese hombre cabal. Menuda decepción.
Quizás sea mejor que crea que no soy esa clase de hombres, si no se lanzaría en mis brazos. Eso no puede ocurrir, jamás.
—No tengo mucho tiempo, ¿qué quieres de mí?
—¿No me invitas a pasar?—pregunta.
—Por favor me duelen los pies.
No soy mal tipo pero tengo que evitar otro encuentro parecido. Aún no olvido aquella mañana en la que estaba "a solas con ella". Si, intuía que mi primo andaba por ahí y me refiero a que estuvo escondiéndose para no interrumpir o no socializar, quién sabe.
—Hay demasiado polvo en casa, y es que ayer un vecino sacudió su alfombra, y dio la casualidad que tenía el balcón de par en par.
Observé su rostro, enseguida comprobé que estaba aterciopelado. Dirigí mi mirada a sus ojos almendrados, no me fijé hasta ahora. Esperé otro gesto suyo o una reacción y me pregunto ¿Se lo habrá creído?
—No me importa, de todas formas ya me acostumbré al de aquí.
«No puedo creerlo, estoy perdido»
No tardé en ser el caballero, gentilmente la deje pasar, la miré desde el umbral y me percaté de su trasero.
«No es correcto», me contradije.
Ella después de mirar a su alrededor descubrió mi mentira, supuse que lo sabía pero no. Me clavó su mirada y en ese instante quise buscar un lugar donde esconderme. Pensé en mi cuarto sin embargo era descartable; así que debía enfrentarla. Me acerqué con cautela al contrario que ella, ¿y por qué? No dudó en ir en mi busca olvidándose de todo lo anterior. En cierto modo estaba deseándolo más que Ceres.
Ceres
Doy al play de un video musical, la oigo y sólo puedo decir que me encanta esta canción. Empiezo a moverme al compás de la música mientras tanto dejo caer mis gafas sobre mis ojos porque empieza a darme el sol de golpe. Cualquiera que me vea pensará que estoy loca, pero diría más que estoy entusiasmada y todo porque he disfrutado el mejor sexo de mi vida.
«Este rubio si sabe tratar a una mujer» Aún recuerdo que a la mañana siguiente después de haber dormido durante cuatro horas y verme ahí en su cama de nuevo, no hice otra cosa que levantarme de un resorte e irme. Bueno antes recogí mi ropa y me vestí, allí hacia un frio horrible. No me imagino lo que es pasar cada día en un apartamento con humedad en las paredes, más cuando estoy acostumbrada al calorcito de mi casa de dos plantas y el ático. Por lo tanto no creo que repita de nuevo.
«Si este rubio piensa que habrá algo más pues...
Me detengo al ponerse en rojo.
«Pensándolo mejor no me importaría repetir si fuera en otro lugar»
Lucas
No pienso dar marcha atrás, seguiré adelante porque el camino todavía es largo. Sería un cobarde si dejara que todo me condicione, se fue Ana, la echaré de menos. Ojalá algún día coincidamos, no creo que sea nuestra última parada en este trayecto. Luego de pensar mucho mientras estuve interactuando me vi en la necesidad de golpear en la puerta de Daniel, él no se esperaba mi presencia, nunca tuvimos una charla en persona.
—¿Se puede?
—No esperaba ninguna visita, pasa.
Aproveche mi descanso, sabía que ambos teníamos que hablar y no podía dejarlo por más tiempo.
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