Capitulo 1
Miri y Rei hablaban en susurros varias veces al día desde hace más de una semana, eso era demasiado raro viniendo de ellos dos, porque en primer lugar Miri siempre es escandalosa y en segundo lugar Rei estaba hablando muy seguido. Hasta que llegó el día de la revelación.
Los dos estaban viendo a Kazuki fijamente, que estaba sentado en el sofá, mientras en el televisor mostraba un par de diapositivas de PowerPoint, por los colores pastel, los dibujos y la forma en que está hecha, el alfa llego a la conclusión que Miri fue quien dio las ideas junto con la inspiración en ese proyecto, mientras tanto, Rei solo coloco su mano de obra como también, sus ideas a la niña.
— Razón número #1 para tener un gato — Miri estaba feliz de hacer eso, en cuanto a Rei se ponía al margen de la situación, la cachorra sonreía enorme mostrando una sonrisa de dientes blancos. Rei solo asistió con la cabeza a lo que decía la niña.
Kazuki escuchó atentamente los puntos que tocaban cada uno, hasta que la presentación dio su fin junto con muchas imágenes de gatos, fue el momento indicado para su veredicto.
— No
Tanto Miri cómo Rei no creían lo que escuchaban, todo su esfuerzo fue para nada, todos los tutoriales de YouTube que vieron para crear la presentación fueron para perder el tiempo, sin contar que las pruebas y errores que lograban cometer cada momento mientras creaban las diapositivas, ¡¡¿Saben lo difícil que es decorar?!! Escoger los colores, las imágenes y todo eso para que se mirara bonito.
— ¡¡¿Por qué, no, papá Kazuki?!!! — la niña estaba enojada, quería un gatito. Rei solo hacía un puchero con la boca mientras apartaba su mirada con molestia.
— Porque los dos siguen siendo irresponsables de primera— fue la respuesta del alfa, una respuesta muy sincera y correcta— cuando pueden valerse por sí mismos esa será otra historia, porque hasta el momento les puedo dar una planta y se les puede morir al lapso de una semana.
Kazuki aún recuerda muy bien como la planta que le regalo a Miri junto a Rei se murió en menos de una semana, sin contar que era un cactus ¡Un maldito cactus! Miri hizo un puchero igual que Rei, ahora si se miraba al omega enojado, hasta que dijo después de un silencio sepulcral:
—No se me ha muerto Miri. ¿Ya puedo tener a mi gato?
Kazuki solo se golpeó la cabeza con la palma derecha de su mano, ¿Por qué seguía intentando con este par? Ellos son como la muerte, toda planta, cosa y de seguro, animal se mueren en sus manos.
— La respuesta sigue siendo no
Tanto el omega cómo la cachorra se fueron a sus habitaciones enojados, ¡Querían un gatito! Kazuki solo rodaba los ojos con una sonrisa, no quería arruinarles la sorpresa en un futuro.
Después de dos semanas de la ley de hielo hacia el alfa, llegó un día muy preciado para Miri y Kazuki ¡El cumpleaños de Rei!
El omega se había levantado demasiado temprano esa mañana y Kazuki lo confirmaba, él se había despertado cuando Rei se comenzaba a cambiar con su ropa de trabajo, ese traje tan impecable que escondía a un omega perezoso e infantil. Rei se había percatado que Kazuki lo estaba viendo, pero no le tomó mucha importancia, solo ralentizar sus movimientos.
Cuando terminó de arreglarse la corbata solo murmuró un "Regreso en la tarde"
Saliendo de la habitación el omega se topa con la niña un poco dormida que caminaba lentamente al baño, parecía que en cualquier momento se iba a quedar dormida en el pasillo. La pequeña solo lo vio y movió su mano derecha lentamente mientras sonreía.
— Buenos días, papá Rei — decía la pequeña entre bostezos.
— Buenos días, Miri
La niña ya no hizo más preguntas y solo siguió su camino al baño.
Rei sonrió débilmente mientras bajaba las escaleras "Es igual que Kazuki" pensó en ese momento.
Al cerrarse la puerta, el alfa salió rápidamente de la habitación ya cambiado y listo para salir. La niña salía del baño más despejado sin señales de sueño.
— Vamos a salir, Miri, necesitamos conseguir el regalo de Rei.
…
La mansión Suwa tenía aires pintorescos y clásicos, los árboles que la ocultan a los ojos del público le dan un detalle casi místico, pero los hombres de traje negro junto con armas cargadas arruinaban todo el ambiente del lugar. Rei solo vio sin interés a uno de los guardias para qué lo dejarán entrar a su casa.
Cuando la puerta se abrió logró ver a su padre en la sala hablando afablemente con uno de sus amigos personales, solo reconocer el aroma de la alfa invitada hizo que su cuerpo se detuviera rápidamente, la esencia de la alfa era muy diferente a la de Karin, por lo menos su cuñada (Karin le había comentado que él se había ganado el derecho de llamarla así) tenía un aroma tranquilizante de jengibre y almendras, pero este aroma en cambio, solo le traían malos recuerdos.
Inició a caminar hacia la sala, en el tiempo en que la voz de la conversación se apagaba y la mirada de la amiga de su padre cayó en él.
— Rei, ¿Cuánto tiempo? — la mujer sonrió enormemente con hipocresía. Rei no pensaba contestar, pero una mirada de su padre hizo que hablara.
— Señorita Hametsu, hace mucho tiempo la verdad — fue todo lo que dijo, la alfa era una mujer de gran porte, alta, de cabello rojo como fuego, labios pintados con un rojo más fuerte que su cabello, aroma a ron y tabaco con una mezcla de feromonas de placer y sexo.
La mujer solo sonrió por la respuesta del omega.
— Ya estás grande y bien cuidado por lo que veo, — la mujer lo inspeccionó de pies a cabeza con una sonrisa satisfecha en sus labios carnosos — Aún recuerdo cuando tu padre te ofreció como regalía para un negocio que teníamos.
Rei se tensó al escucharla, pero aun así su rostro no mostró señales de su nerviosismo.
— Pero no podía a cogerte, ya que no había más espacio en el burdel — la mujer negó con la cabeza con decepción, cerrado sus ojos para recordar algo— El día de tu presentación fue el primer día como último en que el salón especial se llenó completamente de subastadores y alfas con dinero, ese día aún te recuerdo cómo el cachorro más pequeño de la manada en su primer celo.
Hametsu abrió lentamente los ojos y observó a Rei unos momentos para sonreír. El omega había perdido todo el color de su rostro por el simple recuerdo de estar en un escenario enfrente de una multitud de alfas, usando lo más mínimo en ropa, mientras todos observaban cómo se presentaban oficialmente como omega; aunque simplemente fuera un niño de 12 años en aquel entonces.
Solo recordar eso hacía que su respiración se acelera igual que su corazón, sentía como si esos recuerdos lo intentarán cazar como si él fuera una presa.
— Ahora eres todo un omega hecho y derecho, que orgullosa estoy.
La mujer apartó finalmente su mirada de Rei y la dirigió al jefe.
— No te equivocas con tu hijo… —la mirada llena de repugnancia se mostraba en las facciones de la mujer — Su aroma es de ramera, está mezclada con la de un alfa.
El jefe de la familia Suwa suspiro con enojo, sabía que sus instintos no le habían fallado en nada, sabía que era una mala idea que su hijo se juntara con la plebe.
— Gracias por tus consejos y audiencia, Hametsu — el alfa mayor se levantó para tenderle su mano a la alfa quien la tomó con una sonrisa.
— Claro, si necesitas algo el burdel cielo de estrellas te puede ayudar.
La mujer pasó al lado de Rei como si él fuera un maldito objeto de la casa. Cuando la puerta detrás de él se cerró, su padre agarró lo primero que tenía en la mano y lo lanzó cerca de él. El florero azul se rompió en mil pedazos en el suelo.
—Sabes… — la voz del alfa se calmó por un tiempo — Hametsu me recomendó que si no te necesitaba más puedes irte con ella al cielo de estrellas, pero… no iba a deshacerme de mi mejor hombre a pesar de ser una ramera de cuarta. Así que está será tu siguiente misión…
…
Rei salió de la mansión con un suspiro entrecortado, ahora solo desea terminar ese maldito trabajo y volver a casa. Para descansar un rato, sin contar, que quiere estar con su familia, con su verdadera familia.
Solo tenía que asesinar a un traidor de la organización nada más. Al salir encontró un auto negro que lo esperaba, Ogino lo miraba de pies a cabeza, era un alfa que le dobla la edad o simplemente fuera joven, pero por el estrés del trabajo lo envejeció rápidamente, no lo sabe.
—Un gusto de volverte a ver, Rei — el omega rodó sus ojos, no estaba de humor para soportar a ese alfa en específico. Solo subió al carro sin decir ninguna palabra. No necesitaba más interrupciones ni amargos momentos.
El conductor asignado mostró un rostro de molestia, no le había gustado para nada que Rei lo ignorara, aun así subió al carro para comenzar la travesía. El alfa comenzaba a hablar sobre sus aficiones o cosas de su vida. A Rei no le podía importar menor toda esa información innecesaria.
Cuando llegaron hasta el lugar de su objetivo, antes de salir Ogino sostuvo la mano de Rei.
— Si tú no lo matas, yo lo haré y luego te mataré a ti.
El omega solo apartó su mano con repugnancia. Que se creía este alfa al dudar de sus habilidades.
Volteo su rostro y apartado su mano con brusquedad se bajó del automóvil.
La noche era fría y sin gracia. La sangre caliente iba a derramarse en ese puerto en esa misma velada. Una última noche bailando con la muerte.
…
Estaba harto, ya no era lo mismo agarrar un arma a sangre fría y disparar sin corazón. Odiaba a veces desarrollar uno que ahora latía y bombeaba sangre que hacía que deseara volver a casa. Ahora tiene algo porque vivir.
— Hiciste bien tu trabajo, omega — Rei no le prestó ni la mínima atención al alfa, no le importaba nada ahora. Ogino solo vio con desprecio al Omega que miraba la costa fijamente. Su mirada azul perdida en el mar, la luz de la luna brillaba en su piel de porcelana, incluso el viento estaba en su favor para mover su cabello negro con delicadeza.
Algún día ese omega sería suyo.
Ogino lamió sus labios ante la imagen de Rei, era como un niño perdido que buscaba a Peter Pan para ir a nunca jamás.
Pero su burbuja fue rota por el celular del omega, Rei revisó la pantalla de su móvil haciendo que sus mejillas se tiñeran de un ligero carmín, una pequeña sonrisa se posará en sus labios junto con un suspiro.
El alfa odiaba ver esa parte del omega, una parte que no estaba dirigida a él. Rei contestó la llamada, solo podía escuchar a Kazuki diciéndole por qué no llegaba. Estaba preocupado y tenía una sorpresa para él. El color de sus mejillas aumentó rápidamente. Pero a pesar de eso su mirada perdida como expresión sin emociones estaba presente.
Sin decir una palabra colgó la llamada. Ogino no entendía nada de lo que había visto, aun así no dijo ninguna palabra y se fue del lugar.
A los pocos minutos o incluso una hora, Rei no recuerda con exactitud un auto amarillo llega por él. Kazuki parecía preocupado.
— No me respondiste …
Rei no dijo una palabra y solo se subió al auto, ocultando la herida de su muñeca.
Ogino vio como el auto salía del puerto, una furia había llegado a su cuerpo ¡¡Quién era ese alfa de pacotilla que le estaba quitando a su omega!!
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Holis, cómo están personitas del otro lado de la pantalla.
Yo estoy de la verga, lit... Un dolor de espalda me tiene tirada en mi cama ¿Saben si eso es normal? O que porque me duele demasiado ಥ‿ಥ
Bueno, ya iniciamos con esta historia oficialmente, espero que sea de su agrado como el mío al escribirlo.
Pueden dejar comentarios, por lo menos diciendo como amanecieron hoy. Jsjsjs
Si quieren les subo la presentación de Miri y Rei jsjsjs. Ellos enserio quieren su gatito, ahora es momento de juntar firmas, si Kazuki dice que no nuevamente. Jsjsjsjs
Sin más
Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora
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