Es un día soleado y caluroso, has decidido visitar la playa con unos amigos en tu única semana libre. Así que llenas una mochila con objetos que puedas necesitar y te marchas. Pasas una tarde tranquila, varias personas formáis un círculo rodeando una pequeña mesa supletoria de forma que todos podéis miraros a los ojos mientras habláis.

De repente el ambiente cambia, estás de pie frente al mar, tus amigos parecen haber desaparecido y la temperatura ha bajado drásticamente, levantándose una brisa suave aunque desagradable.

Miras a tu espalda, en la duna justo detrás de ti se encuentra un hombre, vestido completamente de negro con lo que parece una especie de traje y sombrero, en segundos el hombre se vuelve y te sientes observada, pero las facciones son indistinguibles "¿Cómo puede estar mirándome, si no tiene cara?" Piensas.

Comienza a embargarte el pánico, estás completamente sola e intentas buscar el móvil en tu bolsillo para avisar a alguien, pero no encuentras nada. Al mirar a tu lado el mismo hombre está mucho más cerca, situado de frente a ti, aprietas los labios procurando contener un grito.

El hombre levanta el brazo señalándote de forma acusadora con un dedo que solo puedes describir como huesudo y exclama "Esta es tu última oportunidad", esperabas que la voz fuera grave y tenebrosa, pero en su lugar el sonido que emite es suave y calmado, lo que te hace entornar los ojos con confusión.

El viento de repente se vuelve más y más fuerte levantando la arena a tu alrededor hasta que eres incapaz de ver al hombre del sombrero, comienzas a toser pero la tierra se acumula en tus pulmones, incapaz de respirar, piensas que este es el final hasta que todo se disipa y abres los ojos.

Estás en el mismo lugar que al principio, rodeada de gente, todo parece haber sido una simple alucinación, ríes con desgana mientras finges seguir la conversación de tus amigos pero no puedes evitar que esas palabras que él te dijo resuenen una y otra vez en tu cabeza...