3.Por casualidad.
Capitulo 3.
Brooklynn Baker.
"No sé si será casualidad, o tal vez el destino. Pero volverte a ver tan rápido era algo imposible en mi cabeza, era imposible hasta que te Vi".
— Joder Leo no llores, si tu lloras yo también lo hare — Le digo. Pero él ya es un mar de lágrimas.
— No me pidas eso — dice entre sollozos.
Entonces se me sale la primera lagrima que le da paso a las mil que se avecinan.
— Te dije que no viéramos películas tristes. ¿Qué te costaba poner jurassic park? — Cuestiono entre lagrimas.
— No jodas bonita, la hemos visto mil veces — replica.
—Si, pero prefiero verla por milésima vez a que llorar por la muerte de Finch.
Estamos en escena en donde Violet grita y Finch no responde. Le tengo un amor — odio, a las películas tristes, pero no puedo negar que es hermosa, y por ello me encuentro llorando en piyama al lado de mi amigo, en la sala del mismo.
La película se acaba, nos miramos y seguimos llorando. Somos dos sensibles que lloran cada vez que ven una película triste. ¿Qué le pasa a los escritores? ¿Quién les hizo tanto daño como para que escriban cosas así de tristes?
Dicen que llorar da hambre, y es cierto porque ambos vamos a la cocina, Leo dijo que haría algo, pero hacer algo para él es servir dos platos hondos de cereal froot loops, no me quejo, adoro ese cereal tanto como él.
Lo veo sacar el cereal y servirlo en los tazones . Siento que es el momento perfecto para investigar sobre Liam. Desde que llegue a casa de Leo he querido investigar, sin embargo, no e tenido tiempo.
Regreso a la sala, agarro mi teléfono y busco su nombre en la web. Sin embargo antes de que salgan las respuestas Leo me entrega mi cereal, me obligo a dejar mi teléfono antes de ver cualquier resultado.
— ¿Qué te inquieta, bonita? —me pregunta mi amigo mientras se sienta a mi lado.
—¿Cómo sabes que estoy inquieta?
— Estas haciendo esa mueca que siempre haces cuando quieres saber algo —aclara, recordándome lo mucho que me conoce.
— Buscaba quien era Liam Ivanov — contesto, llevando una cucharada de cereal a mi boca. El abre mucho los ojos.
Leo es ese amigo que siempre está pendiente de todo en las redes. Desde tendencias de moda, chismes de actores, nuevos estrenos del cine, cuantas veces Taylor Swift va al baño, hasta la política y caras empresariales de Britania.
— ¿No sabes quién es Liam Ivanov? — Pregunta sorprendido y Niego. —¿Me estas jodiendo? ¿Cómo no sabes quién es Liam Ivanov? — inquiere dejando a un lado su cereal. Me encojo de hombros, como respuesta. — Te he hablado mucho de él.
—Oye se te va a poner suavecito el cereal y así no sabe rico —le digo, pero él está demasiado sorprendido por el hecho que no sepa quién es Liam.
¿Se imaginan que si sea un mafioso? Me cago. Diosito, Dioses griegos, Dioses nórdicos, Dioses aztecas, Dioses de todas las culturas, hasta tu satanás, les pido que Liam no sea mafioso y no me secuestre en un futuro, tengo una madre y hermana por las que trabajar y vivir.
El busca algo en la laptop —que estaba en la mesa — y luego me enseña un artículo donde la imagen de Liam en traje encabeza el mismo.
Liam Ivanov. El heredero de la tercera empresa más importante del país , y la segunda más importante de Rusia (Su país natal). Se graduó de la universidad a una temprana edad, debido a eso hoy en día trabaja administrando la empresa junto a su padre. Fuentes oficiales indican que, desde la llegada del joven multimillonario a la empresa de su padre los ingresos van en aumento, demostrando así sus capacidades.
Liam Ivanov comparte el puesto con los herederos más importantes del país. Como lo es la señorita McCormick la heredera que encabeza la lista, y el joven Steward que le sigue.
— Wow —es lo único que pronuncio al terminar de leer.
No pensé que a esto se refería cuando dijo "Cuando llegues a tu hogar búscalo en la web" , aunque ahora entiendo por qué lo dijo en un tono tan egocéntrico, está orgulloso de lo que es.
Gracias a todos los dioses y a satanás, no es un mafioso.
— Si, wow — repite mi amigo. — Ya vengo, voy a traer unas cosas — dice.
—Oye si vas a dejar que el cereal se ponga aguadito —vuelvo a mencionar, pero él ya se ha ido.
Yo me termine mi cereal mientras leía.
Sigo leyendo otros artículos y noticias, hasta que me encuentro un artículo escrito por un blog muy famoso. Entro y empiezo a leer.
Guapo, sexi, adinerado, y extranjero, así es Liam Ivanov. Creo que todos quedamos igual de embelesado/as con él, en cuanto lo vimos. Y como no hacerlo. Tiene todo lo que cualquier persona busca.
Sigo leyendo y suelto una carcajada. Es guapo, eso no puedo negarlo. El básicamente mando a la mierda el estereotipo que se espera de los rusos (Ojos claros, pelo rubio, piel blanca). Él tiene la piel morena y los ojos marrón claro y verde, es alto, acuerpado, su cabello corto negro. Puedo jurar que debajo de la sudadera que llevaba, su abdomen está perfectamente marcado. También confirmo que su vestimenta de hoy era para pasar desapercibido, en las imágenes que salen de el siempre lleva camisas, pantalones de tela, calzado elegante.
Leo regresa con varias revistas y en sus portadas sale Liam, también hay algunas que hablan exclusivamente de las tres mejores empresas del país.
Reconozco a la primera familia, ya que sería delito si no supiera quienes son — Literalmente —. La familia McCormick son la sensación del país, académicamente, y generalmente en todo sobresalen. La familia Steward o la segunda mejor, Tiene a Alex como heredero — El hijo mayor —. Por otro lado, la familia de Ivanov tiene a Liam como uno de los cabecillas de la empresa en Londres, su hermana y hermano son los líderes de la empresa en Rusia. Hanna y Nikolay Ivanov.
Leo me habla de Liam y lo que se sabe. Entiendo porque se me hizo conocido cuando lo vi, Leo me habla mucho de él ya que es su crush.
— A todo esto ¿Por qué de repente el interés por saber quién era Liam?—Pregunta, lleva una cucharada de cereal a su boca y hace una mueca de asco.
—Te dije que se iba a poner aguadito —lo regaño y el deja el tazón a un lado.— Respondiendo a tu pregunta, el tumbo mi helado al suelo, y se ofreció a pagarlo, luego nos sentamos juntos a comer el helado y conversamos. — Respondo si darle mucha importancia.
Esta demás decir que a Leo casi se le cae la mandíbula cuando me escucha.
— ¿Por qué lo mencionas con tanta tranquilidad? — Pregunta casi gritando.
— Porque no es la gran cosa —respondo con ironía.
— Joder Brooklynn compartiste un helado con Liam, esa es mi fantasía y tu reaccionas tan tranquila —Habla, levantándose para empezar a pasearse de un lado a otro.
— Porque no es la gran cosa — Repito.
— Fingiré que no dijiste eso, y me contaras todo con detalle — dice Leo, vuelve a sentarse.
Así paso un buen rato contándole lo que paso con detalle después investigamos, sinceramente no creí que hubieran tantas cosas sobre él. De alguna manera se me hace gracioso el hecho de que hoy quede comiendo un helado con un ruso multimillonario, que no creo encontrarme nunca más en mi vida. Pero será una buena anécdota que contar.
Viernes 10 de abril del 2020.
—Entonces hoy un empresario nos va a dar una charla —repito por quinta vez.
—Ujum.
—¿Qué tiene que ver eso con la mecánica? —le pregunto.
— A veces me sorprende que seas la más inteligente de la clase, terron de azúcar —Me dice Daniel. Lo miro mal. —Pero supongo que nos darán esa charla para que si en un futuro queremos abrir nuestro propio negocio lo hagamos de una buena manera —me explica.
Asiento cuando comprendo las cosas.
—En conclusión, nos van a hablar de marketing y esas cosas.
Apresuro el paso porque voy tarde al salón de conferencias en donde será la charla. No sé cuántas charlas he tenido en este mes, literalmente nos dan charlas sobre cualquier cosa. Daniel como el buen compañero que es me fue a avisar que la charla ya había empezado y que debía ir.
—Si terroncito de azúcar.
Ruedo los ojos al escuchar ese apodo, desde que me vio me bautizo así.
Entramos al salón con cuidado para no nos regañen y nos sentamos en los últimos puestos que están arriba.
No presto atención a lo que dicen ni a quienes están ahí, eso no me importa. Saco mi celular y reviso los mensajes, el único que hay es de mi madre diciéndome que cuando salga vaya a casa que tiene algo que contarme. No sé que será y espero que no sea nada malo.
—Terron de azúcar, ¿quieres? —Daniel me pregunta, extendiéndome una cajita de Pirulí.
—Si, gracias Dani —agradezco cogiendo uno.
Bendito sea el creador se estas delicias.
Dani y yo comenzamos a hablar sobre los proyectos y asignaturas de esta semana. Obviamente lo hacemos susurrando ya que no queremos que nos regañen.
Pero entonces el sale con sus estupideces que siempre me hacen reír. Me llevo las manos a la boca para aguantar la carcajada, pero él no deja de hablar.
—¿Sabes que fue lo peor que me paso esa mañana? La maldita paloma que me cago la cabeza y parte del Blazer...— dice y el mínimo recuerdo de ese día lo irrita.
—Dani, ya para por favor —le digo con dificultad.
El día del examen de admisión para entrar a la universidad, a medio camino su auto se dañó, no desayuno porque iba tarde porque la alarma no sonó y cuando iba caminando por las calles una paloma se hizo popo en su cabeza. Oh cierto también olvido su billetera.
Yo sé que a veces me va mal porque soy distraída, pero lo de él es exceso de pendejez.
—Y todo ese sufrimiento para que al final del día el examen de admisión fuese a las tres de la tarde —termina de contar y se me sale la carcajada.
Mi risa suena por todo el salón, suena tan alto que fue imposible que no llegara hasta el profesor y con quien sea el empresario.
Me quedo quieta y me llevo las manos a mi boca cuando todos voltean a verme. Me hundo en mi asiento, me pongo la capucha de mi sudadera y desvío la mirada hacia el lugar de Daniel, el mismo que me mira con pánico.
—Te dije que pararas de hablar, bobo —le susurro entre dientes a Daniel.
—Señorita ¿Qué le parece tan gracioso? —me pregunta el profesor y no digo nada. Siquiera aparto mi vista de Daniel. —Si no va a responder entonces salga.
Ganas no me faltan, señor, quise decir.
Me trago las ganas de irme, porque no puedo hacerlo. Al ser becada me veo obligada — por alguna extraña razón— a venir a estas conferencias, porque son obligatorias. Por esa razón me enderezo y me quito la capucha para mirar al profesor.
—Nada, nada me parece gracioso—respondo con una falsa amabilidad, pero suficiente creíble para él. —Y Siento mucho interrumpirle, señor—exagero la melosidad de mi voz para que se lo crea y me deje en paz.
Pero a él no le parece suficiente.
—Conmigo no se disculpe, discúlpese con nuestro invitado—me pide.
Se levantó con ganas de humillar gente .
—No es necesario que la señorita Baker se disculpe.
Esa voz.
Dirijo mi mirada al hombre de voz áspera, ronca y profunda. Entalla un traje azul oscuro hecho a la medida, el cabello perfectamente peinado hacia atrás, la piel morena y los ojos con heterocromía central. Mismos ojos que tienen su vista fija en mi. Es Liam.
Es Liam Ivanov.
—¿La conoce señor Ivanov? —el profesor le pregunta estupefacto.
El solo se encoje de hombros. Yo por mi parte no debería estar sorprendida de verle otra vez.
Tampoco me debería emocionar, tampoco debería hacerme tan feliz, ni mucho menos debería tener está estúpida sonrisa en mis labios. No debería pero, justamente así me siento.
—Igual, lo siento mucho—digo a duras penas.
No pensé que lo volvería a ver, mucho menos así de rápido. Ahora siento mucha vergüenza, más que al principio.
No dice más y sigue con la charla y está vez si presto atención, además de que no quiero responder las mil preguntas que, de seguro, Daniel me quiere hacer.
No parece la misma persona de ayer, ahora tiene un porte más profesional, todo de el parece ser así. Cómo mueve las manos al explicar, la expresión en su rostro, la forma en la que se mueve y camina. Todo de el parece excesivamente perfecto.
No aparto la mirada, y no sé de hablan, pero solo me quedo observando. El me causa mucha curiosidad. Curiosidad de todo, de cuáles serán sus defectos, aunque tal vez sean escasos.
—Señorita Baker ¿Podría responder está pregunta? —escucho que me dicen.
No sé de qué me están hablando.
—¿Podría repetir la pregunta?—pido amablemente.
Escucho como varias personas se ríen.
—¿Qué es el público objetivo y la buyer persona?—el profesor me repite.
Lo pienso por unos minutos. A veces si amo ser becada y tener que dar clases extras, como lo es Marketing. Por eso no quería venir, ni mucho menos quería prestar atención a algo que ya me se de memoria.
— El público objetivo, también llamado target, por definición, es un recorte demográfico, algo así como un pedazo de pastel muy grande, definido por un rango de edades, géneros, ubicación geográfica, nivel educativo, poder adquisitivo, clase social y hábitos de consumo de los futuros clientes. —Hago una pausa para tomar aire y poder seguir hablando. —Una Buyer Persona es un perfil ficticio basado en datos reales de clientes, es la personificación del cliente ideal de una empresa. Es la base de toda la estrategia de Marketing Digital y producción de contenidos—respondo recordando las clases anteriores.
—Muy bien señorita Baker—me felicita Liam.
Solo asiento sigo con lo mismo de hace un rato, solo que ahora me preguntan más a menudo.
—Señorita Baker le tengo una pregunta.
Estoy llegando a pensar que le caigo mal a este profesor, y no se la razón porque él no me da clases.
—¿Sí?
—Solo que es un poco personal —aclara. En donde salga con alguna cosa rara me largo.
—No se preocupe.
Liam solo observa todo, de manera muy meticulosa.
—Según tengo entendido ¿usted es la única chica en la especialidad de Ingeniería Mecánica Automotriz? —Asiento como respuesta. —También tengo que está aquí por una beca...
Ya sé por dónde va esto, y el ceño fruncido de Daniel me dice que el también está pensando lo mismo que yo.
—Para estar en esta institución, y conseguir una beca se necesita demasiado y para descartar cualquier tipo de soborno, porque personalmente no siento que su beca la haya conseguido de manera limpia.
Suelto una risa irónica. Si, sabía que iba a insinuar algo así. No es la primera persona que lo hace. ¿Me molesta que lo diga frente a todos? Si. ¿Dejare que me afecte? No.
—Cuide lo que dice, más cuando se dirige a una señorita —la voz de Liam resuena por todo el lugar. Lo ha dicho en un tono alto y fuerte.
—No quería ofender a nadie, lo siento. Lo que quería preguntarle a la señorita ¿Ya hizo el examen de CI? Y si es así ¿Cuál fue su resultado?
Sonrío con satisfacción. El examen lo tuve que hacer por obligación al inicio del año.
—Si hice el examen, mi resultado fue de 150—digo orgullosa de mí misma.
No me gusta presumir estas cosas, pero tampoco es que me esconda. Tampoco es que sea buena en todas las cosas, solo aprendo rápido.
Desvío la mirada hacia Liam, seguro también piensa que miento, pero me sorprende que esta entretenido escribiendo algo en una hoja de papel.
—Miente.
Escucho que dice el profesor. Sonrío, rebusco en mi mochila el examen que estaba guardado en una carpeta.
Me levanto y camino hasta el para que lo revise. Lo recibe y al terminarlo de leer solo me mira con vergüenza. Pero la satisfacción que me causa la expresión del profesor no se compara al repentino nerviosismo que me genera estar tan cerca del señor Ivanov.
Tampoco escucho sus disculpas. Por inercia miro a Liam de reojo y él ya me estaba mirando. Tiene un papel muy bien doblado en su mano y cuando el profesor me dice que vaya a mi asiento Liam extiende su mano y me dice:
—Un gusto volver a verla, señorita Baker. —Acepto su mano, sintiendo la calidez de esta al instante, pero también siento como me pasa el papel.
Su toque no me ha causado asco.
—El gusto es mío, señor Ivanov, me alegra que no sea un mafioso —susurro esto último, lo escucho soltar una risita. Me devuelvo a mi asiento con una sonrisa en el rostro.
Antes de leer lo que hay en la hoja la voz de Daniel me interrumpe.
—¿Qué ha sido eso? ¿Desde cuándo tú y Liam Ivanov se conocen? ¿Por qué te mira así?
Frunzo el ceño.
—¿Cómo me mira?
—¡Así!
—¡¿"Así" cómo?!
—No te aparta la mirada, como si estuviera viendo al amor de su vida.
— ¡Puaj! No digas esas cosas. Solo nos hemos visto una vez.
— Amor a primera vista y esas cosas. Estoy celoso, terrón de azúcar.
—Ya déjalo Dani.
Daniel no me cree, pero no sigue el tema.
Muerdo mi labio, y abro la nota de Liam para leerla.
Señorita Brooklyn Baker.
Déjeme decirle que el día de ayer me sentí como un cobarde al no pedirle que nos volviéramos a ver. Cuando lo intenté usted ya estaba demasiado lejos.
Pero dada la reciente casualidad de volverla a ver, no podía dejar pasar la oportunidad.
Permítame el placer de invitarla a pasar el rato e invitarle otro helado.
Permítame conocerla. Solo si usted quiere, no se sienta presionada.
Igualmente, si acepta y no le gusta mi compañía sería bueno saberlo, y si le gusta podríamos organizar que días podríamos vernos.
Tal vez voy muy rápido perdóneme.
Pero si me gustaría que acepte.
También quería decirle que tiene el CI más alto que vi en mi vida. El mío es de 145.
Me siento halagado al conocer a una chica tan inteligente.
Y Con todo el respeto que se merece, se ve muy hermosa.
Pd: Le invitare un helado de combinación de coco y cereza.
Liam Ivanov.
Sonrío. De seguro tengo una sonrisa muy palpable en mis labios. Pero es que el es muy intenso y a la vez me parece educado y cómico. Me pongo a escribir su respuesta.
El me provoca confianza y eso me preocupa porque no lo conozco, una cosa son las revistas y otra es la persona. Sin embargo, tal y como lo dije ayer, el no parece una mala persona, tiene una mirada y un aura que emana confianza y calidez. O tal vez soy yo siendo demasiado ingenua por segunda vez.
Mi cabeza me pone mil negativas, pero yo escribo dos mil positivas, porque tengo este sentimiento que me dice que no me arrepentiré. Mismo sentimiento que me pide a gritos que me arriesgue porque tengo mucho tiempo de no hacerlo. A pesar de todo lo que puede salir mal, pienso en todo lo que puede salir bien.
Cuando la charla por fin acaba, suelto un suspiro y espero que la mayoría salga. No me gusta que la gente me roce o toque el cuerpo. De Cierto modo me da asco. Dobló la hoja con la respuesta de Liam y le digo a Daniel que se adelante.
Bajo hasta en dónde está Liam, el profesor ya se ha ido. Creo que tenía que ir al baño, ya saben después de cierta edad te haces solo, así que es mejor prevenir.
Esta de espalda y creo que ayer no se veía tan alto, ni su espalda se veía tan ancha.
Tiro de la manga de su camisa suavemente para que me preste atención. Se gira para quedar frente a mí. No sé si me está jodiendo, pero no baja la mirada si no que se queda viendo al frente buscando a alguien. Carraspeo y me cruzo de brazos.
—Hola señor Ivanov.
El baja la mirada y sonríe al verme.
—Hola señorita Baker, lo siento, es que no la vi —me dice casi con burla.
—Vaya... Yo sí que lo vi, parece un poste de luz —le devolví.
—Una buena combinación después de todo —dice así nomas. —¿Está Bien?
—E-eh si, ¿Por qué pregunta? —. Su pregunta me ha tomado por sorpresa.
—Por la falta de educación del señor Rubeth, esa pregunta estuvo muy fuera de lugar —explica con cierto enojo.
—Ah, no, la verdad ya me he acostumbrado a esos comentarios, también me acostumbre a callarlos, así que normal —le digo restándole importancia.
El asiente y recuerdo porque estoy hablándole y que debo apresurarme porque mi madre quiere hablar conmigo.
—Me tengo que ir, pero tenga —le extiendo el papel y él lo toma enseguida. —Un gusto volver a verlo señor Ivanov —le digo antes de salir huyendo porque no quiero que vea mi cara al leer la nota.
Liam Ivanov.
La veo salir del lugar de forma apresurada. Desdoblo la hoja, que más que doblada estaba arrugada. Un extraño nerviosismo me recorre al cuerpo al pensar que su respuesta sea negativa. Una chica que solo vi unas veces pero que solo hasta ayer interactúe no tiene porqué ponerme tan nervioso y ansioso. No debería, pero lo hace.
Desdoblo el papel y noto una caligrafía muy descuidada, pero sin ningún error ortográfico.
Señor Liam Ivanov.
Después de pensarlo mucho, y asegurarme de que no es un mafioso ruso muy peligroso pude tomar una decisión a su pedido. He de admitir que busque mil negativas y ninguna fue lo suficientemente grande como para cambiar todas las positivas. Para mí sería un placer volver a encontrarnos. Tal vez estoy un poco loca o tengo mucho sueño, pues no suelo aceptar invitaciones, pero no parece ser mala persona.
Soy muy sincera a veces perdóneme.
Si está leyendo esto es porque seguramente salí corriendo después de dársela.
Lo estaré esperando el jueves a la misma hora de la vez anterior. Lo estaré esperando todos los jueves a la misma hora.
PD: No creo que el coco y la cereza sean buena combinación, pero el helado de cereza esta bien.
PD: Yo también puedo ser intensa.
Brooklynn Baker.
Termino de leer y todo el nerviosismo se ha esfumado. Definitivamente estaré ahí. Lo estaré todos los jueves. Puede que llegue una hora antes.
Me gusta mucho obtener lo que quiero, lo que quiero justo a ahora es conocerla, saciar mi curiosidad sobre ella, saber cuáles son sus defectos, aunque no serán muchos porque ella parece ser perfecta. Necesito buscar el motivo del porque la admiro tanto si solo la he visto de lejos, hasta ayer claro.
Necesito que esos ojos dorados me miren más. Quiero hablarle y conocerla. Quiero que me hable. Necesito saber la razón del por que quiero todas estas cosas.
"Encantado de volverla a ver. Encantado de por fin encontrarme con usted. Encantado con la vida por regalarme casualidades. Mas encantado que nunca con sus ojos dorados y cautivadora sinceridad al hablar".
Nota de autora.
Yo solo paso para decir que el : Señorita Baker, de Liam me puede. Y el: Señor Ivanov, de Brooklynn me puede x2.
También quería avisar que hay una playList de Spotify de Jueves 9.
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