ÚNICA PARTE DE LA HISTORIA
En la estación de trenes de Madrid como siempre Juvia espera al tren que la lleva a su lugar de trabajo. El tren llega y se sube al mismo vagón de siempre. Juvia siempre va sola, para poder verle a él.
Si fuera más guapa
y un poco más lista,
si fuera especial,
si fuera de revista.
Tendría el valor,
de cruzar el vagón
y preguntarte quien eres.
En cuanto entra en el vagón se sienta en un asiento solitario cerca de la ventana. En la siguiente parada, como siempre, él entrará. ''Él'', Juvia no sabe como llamarle, nunca han hablado y no se conocen de nada pero cuando le ve su corazón se acelera más de lo normal.
El tren se para y los pasajeros bajan y suben. Entre los que suben es capaz de distinguirle. El chico la mira y ella a él. Sin poder evitarlo se sonroja fuertemente. Él inspecciona el lugar pero solo queda un sitio que es justo en frente de la chica peliazul.
Te sientas en frente
y ni te imaginas,
que llevo por ti
mi falda más bonita.
En cuanto se sienta la mira a directamente a los ojos. Esta se pone roja de vergüenza y no es capaz de articular una sola palabra. Él se da cuenta de la incómoda situación y deja de mirarla y mira a la ventana del tren. Juvia suspira aliviada, pero entonces él bosteza y ella se siente triste porque no sabe que hacer en aquella situación. Juvia jamás se había sentado así de cerca de él y está muy nerviosa.
Y al verte lanzar,
un bostezo al cristal,
se inundan mis pupilas.
El chico vuelve a mirar a Juvia con la misma intensidad que antes. Al ver que está conteniéndose para llorar él suspira. No sabe que hacer, se le ha acelerado el pulso al ver a aquella chica sentada cerca de él. Aparta la vista, pues quiere que su corazón deje de correr desbocado.
Al ver como el chico aparta la vista Juvia siente que el mundo se le cae encima. Aquel chico le gusta, quizás demasiado para no haber cruzado una sola palabra con él. Siente como el aire se escapa de sus pulmones.
De pronto me miras
te miro y suspiras.
Yo cierro los ojos
tú apartas las vista.
Apenas respiro,
me hago pequeñita
Y me pongo a temblar.
Durante varias semanas el proceso se repite. Siempre hay un asiento en frente de Juvia que es ocupado por el chico y nunca intercambian una sola palabra. Sólo miradas, suspiros y lágrimas. Juvia está harta de esta situación y decide que ese día va a hablarle.
Y así pasan los días
de lunes a viernes.
Cómo las golondrinas
del poema de Bécquer.
De estación a estación.
En frente tú y yo,
va y viene el silencio.
Se vuelve a sentar en frente de ella. Juvia emite un pequeño sonido para empezar a hablar. Entonces él la mira y Juvia pierde toda la fuerza que tenía para hablar. Ocurre lo mismo de siempre. Él también se pone nervioso y evita mirarla avergonzado.
De pronto me miras
te miro y suspiras.
Yo cierro los ojos,
tú apartas la vista.
Apenas respiro
me hago pequeñita,
y me pongo a temblar.
Juvia se vuelve a armar de valor y esta vez si consigue hablarle.
-Gra-ay Fu-ulbuster-dice Juvia mirando al suelo bastante avergonzada.
Gray la mira al oír su nombre. Él no tiene ni idea de que ella lo supiese ya que nunca han hablado. Juvia sigue mirando al suelo mientras se maldice, seguramente ahora mismo ese chico piense que ella es la persona más tonta que existe.
Y entonces ocurre
despiertan mis labios.
Pronuncio tu nombre
tartamudeando.
Supongo que piensas
que chica más tonta
y me quiero morir.
Pero Gray reacciona de una forma de la que Juvia jamás hubiese pensado que iba suceder. Gray la mira y se acerca un poco a ella para hablar.
-Puede que no te conozca pero siento algo dentro de mi corazón que me impide separarme de ti.
En estos momentos las agujas del reloj dejan de moverse para Juvia. Ella nunca se había imaginado que algo así la pudiese llegar a suceder. Se siente la chica más feliz y afortunada del mundo.
Pero el tiempo se para
y te acercas diciendo
yo no te conozco
y ya te echaba de menos.
-Sólo elijo este tren para poder verte-le confiesa Juvia a Gray.
Los dos se sonrojan, ninguno se puede creer los sentimientos del otro. Son muy felices de ser correspondidos.
Gray coge la mano de Juvia y la aprieta contra su corazón. No sabe porqué pero siente que ella es la mujer de su vida.
Juvia mira su móvil. Es el once de marzo de 2004. Quiere recordar esa fecha, ya que será muy especial para ella en el futuro. El día que está viviendo para ella será memorable, ya que es el día en el conoció al amor de su vida.
De repente oyen un gran ruido ¡BUM! El ruido es extremadamente ensordecedor, los pasajeros gritan de miedo y dolor, el fuego se propaga por todo el tren como si quisiera comerse todo lo que está en su camino. El tren se parte en mil pedazos y sus pasajeros y él vuelan. La mayoría mueren al estar cerca de la bomba o cuando impactan contra el suelo.
Cada mañana rechazo el directo
y elijo este tren.
Y ya estamos llegando
mi vida ha cambiado.
Un día especial este once de marzo.
Me tomas la mano
y llegamos a un túnel que apagan la luz.
Juvia y Gray caen en el suelo el uno al lado del otro. Gray no ha soltado ni por un instante la mano de Juiva.
Juvia está desesperada, siente a Gray a su lado pero no sabe si está vivo. Está todo a oscuras y hay un gran silencio, nada ni nadie se mueve.
La peliazul preocupada por el estado del chico comienza a tocar su pecho, sube y se encuentra con su cuello, más tarde llega a su cara. Juvia llora de alegría al notar el aliento de Gray chocar contra sus dedos.
Se suelta del agarre de Gray y se pone encima suyo. Gray y ella se miran directamente a los ojos. Ambos están muy débiles.
Juvia sabe que no podrá aguantar más, su vida está apunto de acabarse, pero antes de irse de este mundo quiere hace una cosa.
Rodea con sus manos la cara del chico, se observan durante varios segundos y finalmente la chica acerca sus labios y se comienzan a besar. Una oleada de alegría y calor comienza a inundarlos a los dos que no quieren que ese momento termine.
Gray acaricia una mejilla de Juvia y la separa.
-Te quiero-le susurra él con una gran sonrisa.
Ella también sonríe, sabe que esa será la última frase que escuche en su vida y se alegra de que sea un ''Te quiero'' de Gray Fullbuster.
Juvia cae sin fuerzas sobre Gray.
Gray la agita un poco y la toma el pulso, pero aunque la ayuda médica llegue en aquel instante ya da igual. Juvia ya se ha ido, ya ha muerto.
Gray grita de dolor como otros muchos. Pero él no grita por las heridas. él grita de desesperación por perder a la única persona a la que ha amado de verdad.
Te encuentro la cara
gracias a mis manos.
Me vuelvo valiente
y te beso en los labios.
Dices que me quieres
y yo te regalo
el último soplo de mi corazón.
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