Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. 𝔹𝕖𝕤𝕠𝕤 𝕪 𝔸𝕣𝕥𝕖

Esᴄʀɪᴛᴏ Pᴏʀ﹕HimeCifer21

Sʜɪᴘ/Cᴏᴜᴘʟᴇ﹕ VMɪɴ


TaeHyung gimió de forma lastimera al escuchar la alarma de su móvil, reprochándose internamente el no haber nacido con padres millonarios o narcos que pudieran mantenerle. A fin de cuentas, una cosa no quitaba la otra, y su pobreza ameritaba el tener que salir a buscar el pan de cada día y abandonar su cómoda cama. Además, no todo estaba perdido, después de todo había estado planeando una clase especial para ese día.

Su alfa se estiró en su interior y ronroneó de aprobación ante lo que su parte humana había estado preparando.

Ambos habían notado que el pequeño omega Park había estado más distraído y ausente de lo normal, y eso les preocupaba de sobremanera. Si bien, habían acordado no involucrarse más de lo estrictamente profesional, no podían evitar estar al pendiente de todo lo que pudiera sucederle al pequeño lobo.

— ¡Bien!—dio un salto fuera de la cama, no teniendo en cuenta que aún estaba enredado en las sábanas, terminando por tropezar y caer contra el suelo—. ¡Demonios!—maldijo al sentir el impacto de su cabeza contra el piso, mareándole unos instantes.

El tigre se quedó unos segundos quieto para tratar de calmarse y evaluar su situación, mientras esperaba que el dolor se pasara. Momentos después decidió que su pequeño accidente no era como para tener que visitar una sala médica, a pesar de la gran bola que se había formado en su frente.

TaeHyung gimió al tocar el chichón en su frente—. Espero que no deje marca...—una mueca se formó en su rostro y se reprochó internamente el ser tan torpe. La hinchazón parecía que no iba a bajar por el momento, por lo que decidió ocultarlo con su flequillo.

Una segunda alarma comenzó a sonar, recordándole que volvería a llegar tarde a su trabajo. Un escalofrío recorrió su espalda al recordar las amenazas del director sobre despedirlo si continuaba llegando por fuera del horario establecido.

— Prifisir Kim, pir lijis ustid is il prifisir mis irrispinsable di tidis, bla bla bla... —expresó con burla el alfa, imitando al rector de la escuela.

El castaño se sintió mal por unos instantes, sabía que no era el más listo de todo el edificio, como el profesor Kim o el profesor Min; sabía que no era el más alegre, como el profesor Jung y sus divertidas clases de danza de los que todos los niños salían felices y contentos luego de ver al tierno alfa de gran sonrisa; Kim también sabía que no era tan lindo como el profesor de literatura, SeokJin, y estaba absolutamente consciente que su voz no era ni cercana al coro de ángeles al que el profesor Jeon podía llegar a alcanzar.

Un puchero se formó en su rostro. Kim TaeHyung sabía de sobra que podían faltarle muchas cosas para llegarle a los talones a todos los talentosos alfas con los que compartía en su trabajo y que también compartía destino de cierta manera; a pesar de sentirse inferior en muchas cosas, eso solo le daba más impulso para seguir intentándolo una y otra vez hasta que todos sus esfuerzos le llevaran a su meta.

Con ese pensamiento en su mente, terminó de prepararse para salir corriendo al instituto.

Si no fuera porque estaba mal visto en la sociedad, Tae habría dejado salir a su tigre para poder llegar más rápido y así poder evitar el tráfico que había en las calles de su ciudad. El alfa se aferró a su maletín mientras seguía corriendo rumbo a la escuela.

Un par de cuadras luego, divisó al director del instituto en la entrada del edificio, saludando a los niños y seguramente controlando la llegada de personas como él.

El castaño tragó grueso y pensó en sus opciones...

La primera era ser un adulto responsable, aceptar sus errores, pedir disculpas y probablemente terminar siendo despedido por el sádico de los horarios, su tigre ocultó su cara entre sus patas, temiendo ser separado de su querido omega.

O...

— Que sea lo que la diosa luna quiera—expresó el Kim con temor antes de tirar su maletín por encima de las rejas del colegio, para luego comenzar a treparse por las barras de metal.

Sip. Claramente que había optado por la opción más correcta, la cual era poder permanecer en esa institución por el todo el tiempo que le fuera posible.

TaeHyung se felicitó a sí mismo por haber podido colarse en la institución, aunque ahora que lo pensaba, debería de plantear ese tema en la próxima reunión docente. Una cosa era que un irresponsable e impuntual se metiera a hurtadillas para evitar ser descubierto, otra muy diferente era que alguien con malas intenciones tuviera la posibilidad de infiltrarse.

Sin más, sacudió el polvo de sus prendas y se encaminó hacía su salón de clases en donde varios cachorros le esperaban ansiosamente.

— ¡Hola pequeños!—les saludó cálidamente.

— ¡Profesor V!—saludaron en coro mientras se acercaban a él.

— ¿¡Cómo amanecieron hoy!?—les preguntó mientras reía al ver cómo los niños formaban una ronda alrededor de su persona.

— ¡Bien!—indicaron la mayoría.

— ¡Profesor V!—le llamó un pequeño rubio—. ¿Volvió a quedarse dormido hoy también?

TaeHyung casi se atraganta al escuchar aquella pregunta. Al parecer, sus alumnos le conocían más de la cuenta.

— Eh...—"respondió" mientras pensaba que contestar.

— Shhh—otro niño de cabellos negros se sumó a la charla—. Hyunnie, no debes preguntar ese tipo de cosas, es de mala educación.

El recién llamado Hyunnie infló sus cachetes al ser reprendido por su amigo, — Pero Tzu, yo solo pregunto porque no quiero que el profesor V nos deje—un tierno puchero se formó en su rostro—. Ya escuchaste al director decir que si descubría al profesor V llegando tarde de nuevo lo dejaría de patitas en la calle—TaeHyung no pudo evitar estremecerse al escuchar aquello—. Y sé que eso significa que lo va a echar de la escuela, porque eso dijo mamá antes de echar a papá de la casa.

Okay. Este era el momento oportuno para que el profesor interviniera en la charla de los niños. Sin embargo anotó metalmente hablar con los padres de Hyunnie y recomendarles que arreglaran sus problemas en terapia y no frente al niño.

— ¡Eh, pequeños!—les llamó—. ¿Están listos para ver la sorpresa que les tengo preparada?

— ¡SI!—respondieron animados.

— ¿Qué vamos a ver hoy?—preguntó un pequeño de cabellos rojizos, tirando de la manga de su camisa.

— ¡Profesor V, profesor V!—otros niños se peleaban para llamar su atención.

— Si, pequeños, no se preocupen—les calmó—. Esperen un segundo que pueda sacar unas cosas de mi maletín y podemos comenzar con la clase de hoy.

A todo esto, otro niño permanecía sentado de brazos cruzados mirando la escena en frente suyo. No podía evitar sentir celos de que todos los presentes tuvieran más atención de parte del alfa que él mismo. Su lobito estaba igual de molesto que su parte humana y más de una vez pensó en ir a gruñirles a todos sus amigos y morder al alfa para que le prestara atención, pero había hablado con sus papis y ellos le habían explicado que las cosas no se solucionaban gruñendo y que la gente se pondría triste sí lo hacía.

Además que no quería que el profesor V llorara de dolor sí él le mordía.

El pequeño omega comenzó a sentir una gran tristeza al imaginarse al profesor Tae Tae, como le llamaba cuando estaban a solas, decepcionado de su persona.

— Wof, wof.

Ese sonido le llamó la atención al menor. JiMin levantó su mirada para encontrarse al profesor V con un títere de lobito color rosa en frente suyo, robándole una gran sonrisa.

— ¡Profesor V!—le llamó alegre.

— Hola, JiJi—respondió imitando su sonrisa—. ¿¡Cómo está mi alumno estrella hoy!?—preguntó en susurros.

— Bien—respondió feliz al escuchar las palabras del mayor.

— Me alegro, pequeño. ¿Quieres ayudarme a sostener al señor Wolfie unos minutos, por favor?—JiMinnie asintió sistemáticamente a su pedido—. Gracias pequeño—murmuró, para luego tenderle el peluche—. ¡Niños, presten atención unos instantes por favor, así puedo explicarles a todos la consigna de hoy!

Los cachorros dejaron de corretear por el salón y rápidamente se sentaron en sus puestos, mientras el alfa volvía a su escritorio para terminar de sacar sus materiales para la clase del día. Quizá se había adelantado a la sorpresa y había generado algo de celos en los demás estudiantes al haberle dejado ese títere al omega, pero su corazón no pudo evitar afligirse al verlo tan desanimado en su asiento.

Él podía ser un niño pequeño, pero seguía siendo su destinado y no podía evitar preocuparse sanamente por su persona.

— Bien, pequeños artistas—el alfa abrió su maletín que estaba sobre su escritorio—, el día de hoy les traigo algo con lo que espero que se diviertan tanto como yo—feliz, el alfa comenzó a sacar títeres de todos los animales que se le habían ocurrido en color blanco—. ¿¡Qué mejor que aprender la teoría del color, con colores mismos!?—dicho esto, sacó témperas de todos los colores para dejarlas sobre la mesa. Los niños no pudieron evitar comenzar a saltar de la emoción ante lo que sus ojos estaban viendo. ¡Era por esto que el profesor V era uno de sus favoritos!—. Bien, todos recuerden ponerse sus delantales para evitar mancharse los uniformes—les advirtió—. Y por favor niños...—les llamó la atención—. Hay pinturas, pinceles y peluches para todos por igual, no hace falta que peleen ¿De acuerdo?—lo que más quería evitar en su clase eran peleas sin sentido, era por eso que había traído mucha variedad de materiales y varios repetidos para que los niños pudieran aprender de forma sana a compartir entre ellos.

— ¡Sí profesor!—respondieron felices.

Después de todo, la clase terminó de transcurrir entre pinceladas y una que otra pequeña pelea de pintura en la que el alfa no había podido evitar participar. Por suerte, nada que no pudiera solucionarse con un poco de agua y jabón, siendo este un costo demasiado pequeño por todas las risas que había obtenido de los niños.

Su hora de arte era la última del día, por lo que los niños se iban despidiendo a medida que los padres llegaban a retirarlos por el curso.

TaeHyung estaba terminando de despedirse de uno de sus alumnos cuando sintió un leve carraspeo a sus espaldas.

— Veo que a fin de cuentas llegó a su clase hoy, profesor Kim—le habló de forma reprobatoria el director de la escuela.

— Emmm, si...—respondió el alfa, rascando su nuca mientras calculaba la distancia entre la ventana y el piso, evaluando las probabilidades de supervivencia sí se tiraba por allí.

El director acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz, pensando en porqué tenía a un educador que era tan irresponsable, como brillante a la vez, trabajando en su escuela.

— Dígame profesor Kim, ¿Volvió a llegar tarde hoy?—ambos sabían la respuesta a ello, pero antes de que alguno de los mayores pudiera responder, varios alumnos se acercaron al director para mostrarle lo que habían hecho en la clase del día y lo felices que eran con el profesor V.

Este fue el momento exacto en el que TaeHyung aprovechó para salir de esa situación, sintiendo que tenía otra oportunidad para mantener su empleo.

El alfa se dio media vuelta para buscar sus cosas y retirarse, cuando se encontró con el pequeño omega que le miraba con una sonrisa traviesa en su rostro. Minutos después, el alfa se dio cuenta que el niño traía sus cosas en una mano y le tendió la mano libre al mayor, haciéndole señas para que no hiciera ruido. El castaño tomó la mano del pequeño y se dejó conducir por la puerta trasera del aula, logrando escapar de la atención del director de la escuela.

Ambos sonrieron con complicidad al haber salido sin ser detectados por el otro adulto.

— Gracias pequeño—el alfa se agachó para estar en frente suyo y revolvió tiernamente sus cabellos—. No habría sabido cómo salir de esa situación sin ti...

El omega asintió feliz de haber podido ayudar al profesor—. No se preocupe, Tae Tae—el niño siguió moviéndose de forma nerviosa, dudando en cómo darle lo que tenía escondido al mayor—. ¿Profesor?—le llamó la atención—. ¿Qué le pasó ahí?—preguntó el pequeño al notar el chichón que tenía en la frente.

El alfa se sonrojó al haber sido descubierto por el pequeño—. Pues, tropecé al querer salir de mi cama esta mañana—rió, siendo acompañado por el omega.

Fue en ese momento en qué el menor llevó su mano hasta su bolsillo, en donde había estado ocultando una sorpresa para el profesor.

Kim TaeHyung se quedó en silencio al ver cómo el niño llevaba un pequeño títere de tigre pintado de azul con rayas verdes y le dejaba un pequeño beso en la frente con el pequeño peluche.

— Roar—pronunció entre risas el omega, trayendo a la realidad al castaño.

— ¡Q-qué bonito tigre, JiMinnie!—logró articular, sin poder contener la ternura que sentía gracias al menor.

— ¡Es para usted, profesor Tae Tae!—anunció, para luego dejarle el peluche entre sus manos—. Ya vinieron a buscarme—indicó mirando a sus padres a lo lejos—. ¡Por favor, no vuelva a llegar tarde!—le pidió—. La escuela sería un lugar muy aburrido sin usted—dicho esto, el pequeño salió corriendo para unirse a sus familiares.

Ese fue el último día que el profesor Kim TaeHyung, alfa de tigre llegó tarde a ese y a cualquier otro lugar en donde tuviera que ir, después de todo, el recuerdo del pequeño omega y de su tierno peluche de tigre le servían de motivación para enfrentar cualquier situación que se le presentara.

◆━━━━━━◆❃◆━━━━━━◆

13.10.2021

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro