"¿TÚ?"
Apenas abro los ojos salto del sofá.. —¡Demonios! ¿Que hora es?— pregunto mientras me pongo a toda prisa la ropa interior..
Adrien se incorporó y miró por encima de mi cabeza donde seguramente estaba el reloj.
—Las diez..— dice y se talla el rostro aún adormilado.
—¡Maldición! Tu madre debe estar furiosa... ¡Y Alya, ella está en el departamento y seguramente ya despertó!— me muevo por la sala recogiendo mi blusa y pensando frenéticamente que excusa voy a darles..
—Respira, por mi madre no te preocupes, que yo puedo encargarme de ella..— palidecía solo de imaginar que era capaz de hacer o decirle, teniendo en cuenta que Adrien no conocía ningún límite.
—No se te ocurra, ya veré cómo me las arreglo sola.. debo irme, te veré después..— mientras lo decía me incline para darle un rápido beso en los labios y salí del departamento, atravesando como flecha el pasillo. Aproveche los segundos que me tomo escribir la contraseña para bajar mi agitación y tomar una gran bocanada de aire..
—Hola.. Marianne, Alya..— las salude y cerré la puerta a mi espalda, cohibida y avergonzada, sobretodo con Marianne quien me miraba de arriba a bajo desde el sofá. ¿Cuanto tiempo llevara aquí?
—Hola.. ¿Donde estabas?— me pregunta Alya quien se encontraba recargada sobre el filo de la encimera.
—Mmm..Yo.. pues, estaba.. salí para darle los buenos días a los vecinos..— ¿que? De haber podido me habría golpeado a mi misma por decir tal estupidez.. (¿En serio fue lo mejor que se te pudo ocurrir?) me cuestionó la razón.
—¿En pijama?, es una costumbre muy extraña, ¿no te parece?— comento Marianne con burla, de echo sonaba como si supiera que mentia y no era que me extrañará, no después de la patética excusa que solté. Su rostro parecía acusador y sentí que de alguna manera ella sabia donde estuve y con quién..
—Si, es decir no, mera educación.. ah me daré prisa y estaré lista en un minuto..— me apresuro al dormitorio, y de camino me repito que es imposible que ella lo supiera, porque de hacerlo ya habría puesto el grito en cielo y me hubiera exigido que dejara tranquilo a su pequeño y adorado hijo. Como fuera la sensación no se iba y me acompañó mientras me cambiaba la pijama a toda prisa por un vestido sencillo color blanco y lo complementaba con una chaqueta de punto color azul marino.
En el baño me cepille los dientes y el cabello sin tiempo para hacerle un peinado, aunque fuera uno sencillo y lo deje al natural, lacio y sin gracia..
—Hay Marinette, eres todo un caso.. en serio que no había conocido a nadie como tú..— escuchó decir a Alya.
—Lo se, soy un completo desastre— respondo y la veo sentada al filo de la cama con su sonrisa burlesca.
—Yo no diría que un desastre, pero si eres muy compleja y algo me dice que Ethan tiene que ver con tu desaparición, ¿será posible que sea el vecino al que le diste los buenos días?— me la pienso, si le digo que si, posiblemente me meta en camisa de once varas, dado que Ethan no vivía en este edificio y la mentira no duraría mucho, sin mencionar que ella desconfiaría todavía mas de mi. Por otra parte si le digo que no.. Pues entonces me preguntara con quien estuve.. ¡Maldita sea! No me queda de otra que salirme por la tangente..
—¿Podemos dejar esta plática para después? La señora Agreste no es muy paciente y estoy segura de que ya lo has podido notar—
—Si, intente entablar conversación pero no dijo mucho— se encogió de hombros. —Hoy en la tarde la banda tendrá ensayo en mi cochera y podríamos continuar nuestra charla allí— propone y no me queda mas que aceptar..
—Si, está bien por mí—
—Te mandaré la dirección por mensaje de texto..—
—Mi celular ya no funciona así que mejor apuntala en aquella libreta— le señalo la cómoda y ella se para para anotar su dirección.. cuando termina arranca la hoja y me la entrega.
—Te veré allí..— dice y suena mas a una orden que una simple afirmación.
—Adiós Alya— tras decirlo me guardó su dirección en la bolsa de mi chaqueta y salgo a la sala donde la señora Agreste se pone de pie y se dirige a la puerta con migo detrás de ella.
—Marianne lamento haberte echo esperar— me disculpe mientras esperábamos que las puertas del ascensor se abrieran.
—Olvidemos esto, pero espero sea la única vez que sucede— responde sería, sin mirarme.
—Por supuesto—
No habló durante el tiempo que tardó el ascensor en bajar y tampoco despegó los labios en todo el camino, y para mi sorpresa el auto nos llevo directo a la mansión de la distinguida familia.
Descendimos del vehículo y atravesamos la entrada para dirigirnos al despecho de Gabriel, lo supe al ver las fotografías mías que descansaban sobre sus repisas y escritorio. A mi mente acudió el recuerdo de Adrien al decirme que de niño solía entrar aquí y al verlas se preguntaba ¿porqué su padre las tenía? Me senté en la silla de cuero, con la incomodidad a flor de piel..
—Como ya te habrás podido dar cuenta mi esposo tiene una gran colección de fotografías tuyas en su despacho—
—Si, ya veo..— era mas que obvio que no lo dejaría pasar. Aunque ciertamente no exageraba, bien podían llenarse diez álbumes con las fotografías que había aquí, desde mi nacimiento hasta la fecha y cada una con una pequeña inscripción al pie de la misma, escrita con caligrafía elegante, seguramente de Gabriel.
<Marinette Dupain Cheng, Graduación. 2014>
—¿No te parece algo raro?— pregunta con toda la intención de que su voz sonara inocente y sin rastro de malicia, algo que ciertamente se quedaba lejos de lograr.
—No..— respondí observando la imagen de mi junto aún pastel de cumpleaños tomada apenas el año pasado.. <Mi dulce Marinette. Cumpleaños diecisiete. 2016> había escrito Gabriel y para colmo se me formo un nudo en la garganta al leer "Mi dulce Marinette".
—Siempre has sido su favorita, inclusive por encima de Adrien quien siempre se ha esforzado por llamar la atención de su padre— aparte la vista de las fotografías, resentida con Gabriel por guárdalas y darles un lugar que no se merecían, no en la casa donde su familia legítima vivía y por ende me odiarían por eso. Ahora bien, Adrien era otra cosa, lo que el hubiera sentido y pensado de mi a lo largo de todos estos años me afectaba y me lastimaba mucho más, sobretodo sabiendo que gracias a mi su padre jamás le brindó la atención que el se merecía.. —Por ti, el siente que Gabriel no lo quiere y ha llevado su vida de manera equivocada, metiéndose en problemas y siendo rebelde y desobediente— agrega ella como si no bastara lo que ya me a dicho antes.
—Lamento mucho escuchar esto, pero no ha sido mi culpa..— no técnicamente, y sin embargo, no me hace sentir mejor o tan siquiera un poquito menos culpable..
—Tal vez no, pero en todo caso eres tú quien lo sigue lastimando— aquello si que era una acusación, me acababa de echar en cara que mi presencia hería a Adrien, o mejor dicho que mi existencia había arruinado la vida de su hijo. Le devolví la mirada, pero ni por asomó llego a ser tan fría y dura como la de ella, decir que intentaba matarme con los ojos seria poco decir..
—¿A donde quiere llegar con esto? ¿Que es lo que trata de decirme?— lancé las preguntas en voz baja, como si no quisiera realmente que Marianne las escuchara y por consecuencia tampoco pudiera responderme..
—Nada, no tomes las cosas tan a pecho, es solo una charla..— (¡No! Esto no es solo una charla casual) le habría dicho de poder hablar, pero muy a mi pesar esta mujer sabia como intimidar hasta la médula, tanto que seguramente nadie se metía en su camino a menos de que quisieran ganarse a una enemiga que usaba la amabilidad y la buena educación para atraparte y tenerte bien vigilada, mientras poco a poco y sin darte cuenta te iba empujando hacia su telaraña, como si fuera una araña peligrosa de la cual era mejor huir mientras pudieras.
Segundos después la puerta se abrió y Marcus asomó la cabeza.. —¿Marianne podemos hablar?—
—Ahora estoy ocupada..— dijo ella con la vista fija en la pantalla del PC portátil.
—Lo se, pero es importante— apremio el hombre entrando por completo, se quedo cerca del borde el escritorio y me sonrió ha modo de saludo, después volvió a posar sus ojos grises en Marianne quien tras observarlo por unos segundos termino cediendo.
—De acuerdo.. ¿Marinette quieres darnos unos minutos a solas?—
—Claro..— de inmediato me puse de pie, tendría que estar demente para no aprovechar la oportunidad de salir de aquí y escapar de la aura tan pesada y tensa que se había formado en la habitación..
—Gracias linda, a por cierto, toma..— el brazo de Marcus me detiene y sobre su mano hay una pequeña caja que a primera vista ya sabia lo que contenía.. —Es un celular, escuche que el tuyo se arruinó y me tomé la libertad de comprarte otro— deposita sobre mi palma el inesperado obsequió y me pregunto ¿Como rayos supo que mi celular murió?
—Gracias.. no tenías por qué molestarte—
—Vamos, ya me conoces me fascina despilfarrar el dinero de Gabriel..— suelta una carcajada y me giño el ojo, (No lo dudó) pienso y le sonrió de vuelta, ojalá yo también pudiera vengarme de Gabriel gastando y sobre girando sus tarjetas de débito.. Saco el pequeño y ultra moderno aparato y me lo guardó en el bolsillo de la chaqueta, después solo dejo la caja sobre el escritorio.
—Marinette te llamaré a tu nuevo móvil cuando ya hayamos terminado de hablar— le dedico un breve asentimiento a Marianne antes de escapar de allí, sea lo que sea que vallan a hablar me tenía sin cuidado.
Me quedo en el pasillo meditando si quiero permanecer aquí el tiempo que tarden charlando, o si quería seguir hasta el final del pasillo y subir al segundo piso..
Al llegar arriba camine despacio observando las puertas, con la estúpida esperanza de que alguna de ellas me dijera que detrás suyo estaba la habitación que buscaba.. Dos pasos mas adelante me encontré con una entre abierta por la cual asome la cabeza, todo lucia desordenado y supe que había encontrado el dormitorio de Adrien.
Entro ya que estaba vacío y cierro la puerta solo por si acaso alguien pasaba y se le ocurría voltear.
Lo primero que me llama la atención es la repisa llena de trofeos, ganados en torneos de básquet bol y béisbol, van desde su infancia y solo dos de ellos formaban parte de su adolescencia, ya que el último tiene grabado el año 2012.
Después de eso hay un montón de cds bien organizados y como era de esperar tenía una gran colección de guitarras electricas descansando en sus bases de metal. En general la enorme habitación carecía de decoración, las paredes eran de color verde sin cuadros o fotografías colgadas, y lo único que se podía considerar decorativo eran las letras tipo grafiti pintadas sobre la pared frontal para simular la cabecera, que daba pie a la cama king size cubierta por un edredón color negro y grandes y mullidos almohadones a jugo... Me acerco hacia su buro, donde había un sofisticado y costoso reproductor portátil y una lámpara de lava, me reí entre dientes al encontrar algo tan infantil y que posiblemente ha conservado durante años. Pero la risa se me quedo trabada al reparar en el libro que al parecer había estado leyendo.. ¿Romeo y Julieta? ¿Adrien Agreste leyendo Romeo y Julieta? Lo veo y no lo creó, tomo el libro y lo abro justo donde a puesto el separador..
<Acto Π.
¡Oh Romeo, Romeo! ¡Si otro fuese tu nombre! ¡Reniega de él! ¡Reniega de tu padre! O jura al menos que me amas, y dejare de ser yo Capuleto.>
Se porque le ha llamado la atención esta cita, aunque en nuestra historia el enemigo que enfrentábamos era mucho peor que el odio que separaba a los amantes del libro, para Adrien y para mí el amor era mas que prohibido y la sangre era el impedimento del cual no habría manera de escapar.. Dejo el libro en su lugar tras escuchar pasos y voces bastante familiares acercarse.. Me quedo a mitad de la habitación buscando un lugar donde ocultarme.. ¡¿Que excusa voy a darles?!
Me decido por el baño y justo cuando entrecerré la puerta la otra se abrió..
—Alya me pidió que la banda tocará en su fiesta de cumpleaños, y como sabrás no le pude decir que no, así que más te vale estar disponible para la próxima semana— le decía Nino mientras ambos se dirigían a los sillones de cuero que conformaban la pequeña sala.
—Descuida allí estaré, ¿y donde será la maravillosa fiesta?— pregunta Adrien sentándose a sus anchas sobre el individual.
—En un club que el padre de Damien rentó, y es posible que consigamos tocar allí de manera permanente— responde su mejor amigo encendiendo el equipo de música y dejando la canción de fondo, después se vuelve y toma asiento en el otro sofá.
—No te hagas demasiadas iluciones..— le aconseja el rubio cuya mirada estaba perdida en algún punto de la pared que tenía enfrenté.
—Tienes razón, todavía no olvido como Teo nos echo de su negocio.. ¡Mierda! A este paso nunca saldremos de la cochera— la queja de Nino me hizo sentir culpable, de no haber sido por Chloe y por mí, habrían conseguido tocar de manera permanente en aquel sitio.
—No es el único lugar, ya encontraremos algo más..— lo animo Adrien sin mucha convicción, la verdad era que parecía distante, pensativo y sin muchas ganas de terminar sus frases.
—Sigo pensando que deberíamos aceptar la oferta de Chloe..—
—Olvídalo— lo interrumpe el ojiverde de tajo, dedicándole al moreno una mueca de verdadero enfado.
—Sabes que sería de mucha ayuda y tú cómo el líder podrías sacrificarte por tu grupo— señala Nino a la defensiva y claramente intentando persuadirlo.
—Olvídalo— repitió Adrien y esta vez con voz más alta y firmé.
—Ella solo te quiere a ti y sabes bien que no te conviene tener problemas con la hijita del alcalde— fruncí el entrecejo ante la insistencia de Nino y de como no dejaba de repetir que para mi desgracia Chloe tenía muchas armas para conseguir lo que quería..
—Nino no voy a caer en sus chantajes y mucho menos en sus trucos— mis facciones se suavizan y sus palabras me dejan tranquila, escucharlo decir esto era la prueba mas palpable de que realmente me amaba y que para el no había nadie mas que yo..
—Chloe es una chica obstinada y acostumbrada a obtener siempre lo que quiere, así que yo en tu lugar no no estaría tan seguro— Adrien resoplo admitiendo que en este punto su amigo tenía toda la razón, esa chica haría hasta lo imposible para recuperarlo, y me daba miedo pensar que al final ella terminaría ganando y yo perdiendo, teniendo en consideración que yo no podía reclamarlo ante nadie como mío, en cambio ella podría gritarle a los cuatro vientos que lo amaba sin el miedo al que dirán..
—¿Podemos cambiar de tema?— pregunto Adrien al cabo de unos minutos en silencio.
Nino asintió y se relajó sobre el respaldo, meneándo la cabeza al ritmo de la música.. —Esta bien.. de echo necesito tu consejo, actualmente estoy pasando por una etapa crítica en mi relación— le contó y siguió marcando el compás de la batería ahora con las manos..
—Te dije que tarde o temprano Alya se daría cuenta de que eres un perdedor y te mandaría a volar— Adrien acompañó la burla con una sonora carcajada y le lanzo el pequeño cojín a la cara..
—Muy gracioso, "amigo", pero realmente tengo miedo de perderla— por su voz supe que hablaba en serio, Nino le devolvió el golpe, pero Adrien atrapo el cojín al vuelo antes de que este se acercara siquiera a su cara..
—¿Que paso?— pregunta y se muestras mas cerio e interesado en el dilema de su amigo.
—Justo ese es el problema, que no pasa absolutamente nada.. Ayer por la noche prefirió irse al departamento de Marinette que pasar la noche con migo— bueno, ahora estar aquí escuchando una conversación que ya se había tornado personal y privada me hizo sentir bastante incómoda, y por no decir entrometida, sobretodo cuando consideraba a la persona en cuestión como mi mejor amiga..
—Vamos, no esperarás que siempre esté con tigo— señala el rubio mirando a su amigo quien lucía realmente preocupado.
—Necesito consejos, dime ¿cómo haces para seducir a tus conquistas?— andando de aqui para haya sin camiseta, sudando a chorros mientras levanta pesas y con excitantes juegos de poker..
—Esos trucos basura no funcionarían en alguien como ella, pero si realmente la quieres debes ser más romántico— ah, entonces dedicándole canciones mientras toca su guitarra eléctrica, regalando perfumes caros solo porque le fascine como huelen en ella, y pidiéndole que marque sus labios con el único fin de poder tatuarlos para siempre sobre su piel y por si fuera poco comprando un libro lleno de frases románticas que seguramente después utilizará para endulzar su oído con ellas..
—¿Que? ¿Tu, el maestro del engaño, hablando de romanticismo? ¿Quien eres? Y ¿Que hiciste con mi amigo Adrien?— el susodicho se ríe entre dientes y no fue el único, yo también lo hice al ver la expresión confundida y sorprendida de Nino.
—Todos tenemos derecho a cambiar, además recientemente descubrí que podía ser un tonto cursi capas de inventar poemas y bajar las estrellas con tal de enamorar a una chica— ahora entendía a que cambió se refería Alya, Entonces si yo conocí la nueva versión de Adrien Agreste, ¿como rayos seria antes de mí?
—Te escuchó y no lo creó, en esta ocasión veo que el amor te ha pegado duró, y ya decía yo que debía haber una razón poderosa para dejar a la rubia sexi— Nino suena tan escéptico que me hace reír para mis adentros.
—Pues si, pero volviendo a tu relación ¿porque no le llevas serenata?, he escuchado que a las chicas les gusta ese tipo de cosas—
—Suena bien, podríamos pedirle ayuda a Marinette, tengo entendido que se han vuelto muy buenas amigas— desde ya podía contar con migo, llevaría a Alya aunque fuera a rastras donde me pidieran con tal de que su bonita relación mejorara..
—Si, yo hablaré con ella..— se ofreció Adrien como no quiere la cosa, y solo entonces su semblante se volvió mas vivo, como si estuviera pensando en esa charla que mantendría con migo y eso le causará emociones que se le dibujaban en la cara y por supuesto que ya sabia donde desembocarían sus pensamientos..
—Tal vez Damien quiera unirse y aprovechar la oportunidad para conquistar a la azabache..—
—No.. Ella..— fue sorpresivo como todo en su rostro cambio en un segundo, al grado de que no pudo terminar tan siquiera su negativa.
—¿Aun sigues intentando acostarte con ella?— mis mejillas se sonrojaron y me avergonzó que Nino aun recordara aquella apuesta que armaron a mis espaldas.
—No— dijo con brusquedad.
—¿Entonces porque te molesta?—
—Porque Damien no la merece, nadie la merece..— cerro la boca y miro al piso, seguramente se incluía y eso le causaba tristeza, aunque yo creía que era mentira y que había nacido única y exclusivamente para ser suya.
—Admito que es muy hermosa y eso quizás la vuelve un tanto inalcanzable, pero estoy seguro de que si lo intentarás ya habrías podido ganar la apuesta hace mucho tiempo— si tan solo supiera cuando y de que manera la gano le habría dado una medalla y nombrado el dios de los estafadores sexis y seductores, pero me aliviaba enormemente que creyera que la apuesta nunca se llego a consumar.
—La apuesta fue una estupidez y te agradecería que no volvieras a repetirlo— a pesar de lo que dijo se le notaba que al igual que yo estaba rememorando aquel día que me amarro a la cama y me arrebato mi virginidad sin ninguna contemplación.. Ahora que lo pensaba mejor Adrien había ganado por partida doble, no solo la apuesta si no que también la satisfacción de haber sido mi primer amante. ¡Valla cretino!
—Hey tranquilo, olvidaba que te pones muy temperamental siempre que hablamos de Marinette, cualquiera diría que te gusta— insinuó Nino mientras se ponía de pie, sin darle tiempo a Adrien de poder reaccionar con algún ataque.
Por la rendija de la puerta observó como el moreno se acercaba en dirección del baño y por instinto comienzo a retroceder.. miro a mi alrededor reparando en la ducha, pero las paredes que conformaban el cubo eran de cristal y meterme allí seria una completa estupidez.. Cuando la puerta se abrió lo único que pude hacer fue esconderme de cuclillas al lado del mueble que sostiene los dos lavamanos y el enorme espejo..
Desde donde estoy veo la espalda del moreno mientras se detiene frente al retrete y como sus brazos se mueven mientras desabrocha su pantalón, aparto la mirada en intento pensar en que Adrien tenía razón respecto al tamaño de su bañó, fácilmente doblaba al de su habitación en la granja.. Mis latidos se acelerarán conforme una música comienza a sonar y apenas si la logro escuchar con el martilleo de mis latidos sobre los oídos.. Temerosa vuelvo a mirar a Nino quien se percata al igual que yo del sonido pero no hace por buscar su móvil por lo que seguramente no debe ser su timbre.. Solo entonces comprendo que es el mio y en un segundo paso lo que tanto temía, el se volvió y los ojos se le abrieron como platos al verme..
—¡¡Que demonios!!..— exclama asustado. —¡¿Marinette?!.. ¡¿Que estás haciendo aquí?!— cubrirme tontamente la cara con las manos no evito que me reconociera y me preguntara lo obvio, mal dije en silencio a la vez que rogaba por que la tierra se abriera y me tragará. Dos segundos después me puse de pie y deje caer la manos mirando apenas el rostro desconcertado de Nino..
—Yo.. Pues.. mmm..— tartamudear no era la mejor opción, sabia que debía defenderme, decirle alguna excelente coartada que hiciera que dejara de mirarme como a una pervertida que le gustaba esconderse en los baños sin razón aparente.
—¿Tú?... — pregunto al ver que no volví a abrir la boca. Me mordí el labio inferior con la mente completamente en blanco, baje de nuevo la mirada y solo entonces me di cuenta de que su pantalón seguía abierto por lo cual palidezco de inmediato.. —¡Dime que no viste nada!— grita y observo como se apresura a acomodarse la ropa interior y posteriormente subir el cierre.
—¡No! Ah, en realidad no estoy aquí para espiar..— me precipitó a responder y ya tengo la sangre en el rostro, avergonzada a mas no poder.
La puerta se abre por segunda vez y el umbral lo atraviesa Adrien quien era de esperar que escuchara el barullo y acudiera para ver mi gran humillación. El se queda a unos pasos de la puerta mirando a Nino y después a mí..
—¿Marinette?— su voz era una mezcla de sorpresa y diversión que lejos de bajar mi rubor lo aumento hasta los cielos.
—¡Un segundo! ¡Esto con seguridad lo planeaste tú!— lo acusa Nino de repente furioso.
—¿Crees que es una broma?..— le preguntó Adrien soltándose a reír entre dientes. —¿Que nos diga Marinette si lo es?— continuó sin dejar de mirarme.
—Yo, solo sé que debo salir de aquí, lo lamento mucho Nino..— esquivó al rubio y sigo de largo hasta salir de la habitación y una vez afuera siento que que e vuelto a respirar.. Mis piernas siguen por el largó pasillo y bajo los escalones con urgencia, quería correr y esconderme al menos hasta que este incidente se borrara de sus mentes por completo, sobretodo de la de Adrien.. ¿Que pensara de mí? Ojala no crea que e visto de mas o peor aun que eso mismo era mi intención. Por otra parte estar en su habitación espiando era igual de malo.. Mi carrera se ve interrumpida cuando chocó contra el pecho de alguien, el golpe me hace retroceder unos pasos y de no haber sido porque el me sujeto del brazo me habría caído sobre mi trasero..
—¡¿Porque demonios me pasan estas cosas a mí?!— explotó sin poderme contenerme.
—¿Disculpa?— dice Marcus alzando sus dos gruesas cejas.
—Nada, me refiero a.. olvídalo— escupo entre dientes.
—Bien, pero tienes el rostro rojo, como si hubieras corrido por el jardín completo veinte veces sin descanso..— señala sin disimular la risa que su comentario le causó. —¿Estas bien?— pregunto solo por hacerlo, o quizás si le interesaba que rayos me estaba pasando.
—Si..—
—Bueno, tómate un respiro y recupera el aliento, que así cualquiera diría que pareces una pequeña catarina— no comprendí el porque una frase tan común me cayo pesada en el estómago, ¿porque sentía que la palabra catarina encerraba un enorme misterio? Le sostuve la mirada intentando descifrar en sus ojos el acertijo, pero Marcus era un hombre demaciado hábil para confundirte con sus expresiones cordiales y relajadas, al grado de no poder distinguir cuando bromeaba o hablaba en serio..
—Nos vemos..— se despidió y siguió su camino rumbo a la puerta principal, por la cual salio.
Me tome unos minutos mas para reorganizar mi cabeza y aplacar mi pulso y mi respiración, encontrarme con Marcus siempre era una experiencia rara y difícil de catalogar, sobretodo cuando jugaba a las medias tintas y se guardaba para el sus verdaderos pensamientos.
Entro al despacho y ocupo mi lugar sin dedicarle ni la mas breve de las miradas a Marianne.
—Lamento la tardanza— digo y finjo que me concentró en los papeles que tengo enfrenté.
—No hay problema, acabemos con esto de los cuadros lo antes posible, que tengo que salir dentro de tres horas y quiero que las invitaciones ya se hayan envíado para entonces— después de hablar con su cuñado su humor mejoró bastante, y solo por eso es que me atrevo a mirarla, por su rostro cualquiera diría que Marcus le acaba de dar la mejor noticia del mundo.. Me demore viendo a conciencia si había algo en ella que la delatara, como el labial corrido o el cabello alborotado, pero todo en ella estaba impecable como siempre, lo cual quería decir que yo estaba haciendo ideas erradas sobre su relación con Marcus, quizás solo hablaron y nada mas, sin embargo, no lo creía del todo, no cuando Adrien guardaba tanto parecido con su tío. (Es su tío) me recordó la razón, (De allí radica su parecido) señala y no es suficiente para justificar el echo de que cada vez que lo veo siento que esconde algo.
Las tres horas siguientes me dedique a catalogar los cuadros a subastar y asegurarme de que todos los invitados estuvieran ya organizados en sus respectivos lugares por orden de apellidos y rango social, entre los mas distinguidos estaba el alcalde André Bourgeois y su hija, David Mercier e hijo Ethan Mercier, al perecer su madre no vendría ya que su nombre no figuraba en la lista. Curiosamente Marianne los había acomodado para que yo quedara al lado de Ethan mientras que Adrien se sentaría con Chloe y con el alcalde en la fila siguiente. ¿Y si me tomaba la libertad de rediseñar los lugares y casualmente hacia que Adrien ocupara la silla contigua a la mía?, solo habría que cambiar a dos personas de lugar y con mucha suerte Marianne no se daría cuenta hasta que lo viera en el evento sin dejarle mas remedio que dejar las cosas como estaban.. Pero fue entonces cuando ella se puso de pie y guardo los mapas sin darme tiempo de cambiar los nombres. ¡Mierda! Se los llevo en su folder lejos de mi alcanze.
Ambas salimos del despacho y en el recibidor nos encontramos a Adrien y a Nino bajando los últimos escalones..
—Señora Agreste como siempre un gusto verla— le dijo este último, quien por cierto con tan solo escucharlo se me volvieron a avivar las mejillas.
—Hola, ¿van a salir?— preguntó la mujer devolviendo la sonrisa.
—Si, ya sabes cosas de la banda— dijo Adrien restándole importancia al asunto.
—Si tan solo su música fuera menos ruidosa podría contratarlos para animar alguna de las subastas, pero su sonido me altera los nervios— declara la mujer arrugando el rostro.
—Vamos mamá no es tan mala..— se defendió su hijo. —Además es lo que se escucha hoy en día— agrego para reforzar su defensa.
—Si me hubieras echo caso de tomar clases de violín en lugar de guitarra las cosas serían distintas— le reprochó su madre frunciendo los labios y torciendo los ojos.
—Ese instrumento no va con migo y lo sabes, ni siquiera Félix que es un aburrido lo eligió— argumento Adrien.
—Hablando de el, ¿sabes dónde está?—
—Seguramente en casa de Alya, como te dije antes tendremos ensayo—
—Bien, no llegues tarde y procura no meterte en más problemas—
—Hare lo que pueda, como siempre— la mujer le dedica una mirada de advertencia y se marcha, yo hago amago de seguirla pero me detiene la voz de Nino..
—¡Hey Marinette!— me vuelvo hacia ellos y no estoy segura de querer escuchar lo que tenga que decirme.
—¿Aun tienes que trabajar?— su pregunta no es lo que esperaba, de echo creía que me obligaría a contarle que hacia en el baño de su mejor amigo.
—No, Marianne tiene algo que hacer y me dio la tarde libre— me aclaró la garganta y miro con disimuló al ojiverde..
—En ese caso ¿porque no vienes al ensayó con nosotros?— no pude responder, como siempre que Adrien me deslumbraba con su sonrisa torcida. De dos zancadas llegó a mi lado y me tomo de la mano sin vacilar.
—Vamos, no tienes excusa..— tras decirlo me llevo con ellos rumbo al estacionamiento de la casa, donde se encontraba una gran fila de autos ordenados por colores y año que iban desde los clásicos hasta los mas modernos y rápidos del mundo.. (Malditos excéntricos y despilfarradores de dinero)
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