"Touché"
La mirada gelida de Marcus se va desvaneciendo al igual que en resto de la habitación. El sonido insistente y molesto del gotero resuena en mis oídos, confirmandome que ya he salido por completo de aquel horrible recuerdo, que aun me tiene el pulso aceleredo y la frente perlada en sudor.
La luz pálida me cala al abrir los ojos, y tengo que parpadear un par de veces hasta que por fin pude ver con claridad. Solté el aire y lo jale de nuevo un par de veces, con la intención de tranquilizarme y espantar por completo la incómoda sensación de estar en peligro. Sin embargo, no pude, el peso de las piedras sobre mi mano era un recordatorio muy difícil de ignorar, sobre todo si tenia en cuenta que el que no desaparecieran significaba que aun me queda mucho por ver. Me estremesi y evite a toda costa volver a cerrar el puño, no volvería a la tortura del pasado... Al memos no por ahora...
Un mes después.
Mi estado había mejorado, o eso era lo que el médico y mis padres me decían para mantenerme tranquila, algo que estaban muy lejos de lograr.
Mi embarazo seguía su curso y constantemente me repetía a mi misma que era en lo único en lo que debía pensar y preocuparme, pero me era imposible y de vez en cuando un rubio, cruel y goista se colaba en mi cabeza. Suspiro y me preguntó ¿Si al menos piensa en mi? ¿Si aunque sea por casualidad se preguntara como estoy? ¿Si le importara algo Aiden o la vida del bebé que por su culpa casi estuve a punto de perder?.
¿Adrien donde estas?...
—Me alegra ver que ya tienes mejor semblante Martinete— la voz de Felix rompe mis absurdas preguntas y me trae de vuelta a la habitación blanca y estéril.
—Bueno, no he tenido la oportunidad de mirarme en un espejo, así que confiare en ti..— su sonrisa habitual aparece, aquella que solía recordar muy bien y en el pasado lograba hacerme sentir bien. Pero ahora solo lograba ponerme incómoda y en tensión.
—En mi opinó luces muy bien esa bata blanca..— comento y algo me dice que su comentario iba mas haya de una simple broma. (Vamos Marinette, no seas tan paranoica y recuerda que Marcus uso también en Félix su liquido del olvido) me digo como siempre que temo que sus locas ideas de que escape con el vuelvan a su mente.. —Marinette Alya esta afuera y me temo que ha traído su larga lista de cosas por hacer para su boda, y conociéndola querrá que la ayudes— sonrió y agradezco internamente por eso, pesar la tarde en compañía de mi mejor amiga era un respiro y un lujo que no esperaba, aun cuando tuviera que ayudarla a elegir el menú del banquete o el color de sus nuevas invitaciones.
—Eso me encantará— respondo ya de mejor humor.
—Entonces le diré que entre y las dejere solas, yo de todas formas tengo algunos pendientes que resolver—
—Claro, gracias Félix..— me sonríe, pero en el fondo pude percibir cierta tensión. —Felix..— lo detengo de camino a la puerta.. —¿Me preguntaba si, aparte de Alya a venido alguien mas a verme?— el rubio fuerza aun mas la sonrisa, lo cual me confíma que sabe exactamente a quien me refiero.
—No— se apresuró a responder. —Ni tanpoco han llamado para preguntar por ti—
—Ah— murmuro y esa parte donde guarde mis estúpidas esperanzas se rompió.
Me quede sola apenas un par de minutos antes de que la voz cantarina de Alya inundara la habitación. —Espero tengas ánimos para organizar a los invitados..— me dice dejando sobre la cama un puñado de carpetas, en las cuales imagino que vendrá la lista de personas que asistirán a su boda.
—Por supuesto, sabes que me encanta ayudarte— mi aparente y genuino entusiamo le saca una sonrisa mientras se acomoda en la silla que esta a la derecha junto a mi cama. —¿Alya ya lo pensanste bien? ¿Me refiero a si ya aclaraste todo con Nino?— el sentimiento de culpa trepo por mi garganta, como cada vez que recordaba haber besado a su prometido. Carraspeo y desvío la mirada de su rostro, asustada de lo que pueda leer en el mio..
—Si..— responde y a juzgar por su tono se que no tiene ni la mas remota duda de lo que esta haciendo.
—¿Pero ya te explicó porque no te llamo durante tanto tiempo?—
—No, sigue muy hermético sobre el asunto, pero Marinette, lo amo, y en el fondo se y estoy completamente segura de que el tambien me ama con la misma intensidad que yo a él.. Así que eso basta para dejar de lado todo y confiar en él— me mordi la lengua para evitar soltar mi secretó. Lo que paso no significó nada, solo fue un momento de locura por parte de ambos.. Un par de besos sin importancia y por lo tanto no valia la pena arruinarle la vida a Alya por ese error que cometimos sin pensar. —Por otra parte, no voy a mentirte, si me intrigan los motivos que tuvo para no hacerlo. Pase semanas horribles imaginando que se había olvidado de mi y que jamas regresaría, ni siquiera para darme a la cara una explicación..— paso saliva incómoda porque sé exactamente como se sintió. Yo misma lo había vivido en carne propia.. — Pero estaba aquivocada, él me aseguró que no hubo segundo en el que no pensara en mi y algo me dice que debo creerle—
—Claro, debes hacerlo..—
—Lo mas extraño es que me dijo que no podia decirme donde estuvo.. Siendo muy honesta no lo puedo entender ni tampoco puedo dejar de pensar en ello— su rostro adquiere más seriedad, y no fue la única yo también me tenso al intaste.. —Tengo el presentimiento de que es algo muy importante y peligroso, de otra manera jamás guardaría el secreto tan recelosamente.
—Quizas...— comienzo a decir con la única intención de terminar con esta incomoda charla. — Quizás no sea nada y lo mejor sea que te olvides de este asunto y pases de página de una vez por todas—
—Tienes razón. Lo único que debe importarme ahora es que muy pronto seré su esposa y ya nada podrá separarnos— sonrió y sin mas decido olvidarme del asunto. ¿Porque que otra cosa podía hacer yo?
—Por cierto Marinette hay algo que tengo que decirte y te juro que intente a toda costa convencer a Nino de que no era una buena idea..— frunci en automático el ceño, dado a que ya me imaginaba por donde iría el asunto. —Adrien sera el padrino y como ya te dije no hubo manera humana de cambiar eso— intento mostrarme indiferente, pero la verdad es que ni si quiera me acercó. La sola idea de imaginar que estaré cerca de Adrien en cuestión de dos meses, me deja prácticamente sin aliento.
—Marinette se que no quieres hablar sobre lo que ocurrió entre ustedes pero..—
—No, no quiero, y tampoco puedo hacerlo..— le respondo ya con las estúpidas lágrimas arañando en el interior de mis párpados.
—Entiendo, solo ten en cuenta que nuestra amistad sigue intacta, a pesar del tiempo que pasaos lejos una de la otra—
—Eso lo sé, pero son tantas cosas, tantos problemas que ni yo misma se cual de todos fue el que en realidad nos separó, además aun no descubro porque demonios Adrien enloqueció de esa manera y mientras no lo sepa no puedo contarte la versión completa— Alya asiente de manera comprensiva y yo por mi parte solo suspiró dando por terminado este doloroso tema...
Una semana después ya me han permitido caminar por la habitación. Mi barriga se ha abultado un poco y según Alya mi embarazo ya comienza a notarse, lo cual debería emocionarme, pero lo cierto era que no, no mientras fuera el motivo por el cuál no podía ingerir el antídoto para mi maldita adicción, la cual justo ahora me golpeaba con fuerza la boca del estómago y me hacía agua la boca. (No, Marinette.. No puedes recaer ahora) me recuerdo y recargo la frente perlada en sudor sobre el frío cristal de la ventana. (Además ten en cuenta de que es imposible conseguir las píldoras) aquello era lo que mas me frustraba en momentos como éste donde una docis de felicidad era lo único que necesitaba. Observo la ampolleta que sotengo sobre mi mano y me debato entre las ansias de tomarlo y así terminar con mi problema o seguir resistiendo la tentación hasta que nazca mi bebé y de ese modo no corra ningún peligró. —¡Demonios!— exclamo y con infinito pesar se que solo me queda una cosa por hacer. Suspiro y tras mirar por ultima vez el manto gris que cubre el cielo regreso a la cama y me recuesto y una vez allí empuñó la mano, abriendo así la puerta al pasado y al alivió momentáneo que eso me proposionaba..
La habitación sigue siendo la misma, hubicada en alguna cabaña quien sabe en que lugar, donde mi yo del pasado se encuentra acurrucada sobre la cama.
Conforme pasaba el tiempo la mirada de Marcus se volvia mas obscura y siniestra. Sus ojos reflejaban sus malvadas y perversas intenciones y senti el miedo corrrer por mis venas, acelerando de golpe los erraticos latidos de mi corazon, y fue entonces cuando me pregunte ¿si es que era mejor esto a sentir los estragos de la abstinencia y de la adicción misma?. Sin embargo, me mantuve en el recuerdo, mirando fijamente a Marcus quien se haya serca de la puerta. ¿Como podía hacerme esto? ¿Como era capaz de separarme de Adrien aun a sabiendas de que eso lo lastimaría a él?. Pero sobre todo ¿Que demoníos haría conmigo después?..
—Te recomiedo que te calmes y no trates de escapar. En serio no vale la pena que gastes tus energías intentándolo ya que no hay manera de salir de aquí— le dice él.
—Por favor Marcus, por lo que mas quieras dejame ir..— suplica con voz quebrada y muy desesperada. —Te juro que me alejaré de Adrien si eso es lo que quieres, pero dejame salir de aquí— el hombre solo dejo de mirarla mientras posaba su diestra sobre la perilla de la puerta.. —Marcus estoy embarazada— aquello hace que vacile en la puerta y se vuelva otra vez a mirarla desconcertado. —El bebé es de Adrien y por eso te suplico que me ayudes...— Marcus no dijo absolutamente nada, se marchó con la sorpresa pintada en el rostro. Aquella confecion no sirvió de nada y fue el motivo por el cual la Marinette del recuerdo se echo a llorar fuerte y desgarradoramente...
Los minutos pasaron y con ellos los rayos del sol que se filtraban por la pequeña ventana, demasiado alta para poder mirar a través de ella. Me quede sentada en el pisó, abrazando mis piernas y dejando que el recuerdo siguiera su curso, todo con tal de no volver a mi realidad.
—¿Pensaste que jamás nos volveríamos a ver? ¿No es así?— al escuchar aquella voz abro de golpe los ojos, que había mantenido cerrados durante toda la noche.. —¿Creíste que podías dejarme en ridículo, llevarte a mi hijo y que me quedaría tranquila?— continuó la mujer de cabellera rubia y fino porte. La misma para la que años atrás había trabajado como su asistente personal.
—No, en realidad siempre supe que me buscarías para vengarte de mí— le respondió Marinette con la voz sosegada y el semblante serio y cansado. Marianne sonrió, seguramente porque le satisfacía mucho ver en que poco tiempo había logrado destruirme. Da unos cuantos pasos por la habitación hanchando cada vez mas la sonrisa..
—Mas que una venganza es un castigó..— responde y su amable tono me hiela la sangre.
—¿Un castigó?— preguntamos ambas al mismo tiempo. —¿Porque?— inquiero yo confusa..
—Sabes perfectamente a que me refiero. Tú madre y tú siempre se han interpuesto en mi camino, quitándome lo que es mío, primero a Gabriel y ahora también a Adrien y a Félix, sin mencionar la gran fortuna que acumuló la marca Agreste— ahora si que todo tomaba sentido.
—Tu jamás has querido a mi padre..— le reprocha la azabache alzando la voz. —lo único que querías era la posición y su dinero..—
—Admito que Marcus es mucho mejor que su hermano, pero no te confundas querida, si estuve con Gabriel fue porque en el fondo lo quería, y es cierto, también lo hice por todas las comodidades que me proporciona ser la señora de Agreste.. Pero el motivo más importante es que quería ver a tu madre sufrir, y sabía que vernos casados a el y a mí la haría miserable por el resto de su vida— aprieto los dientes de pura rabia, y deseé no ser solo un fantasma para poder darle su merecido, pero tendría que mantenerme al margen y rogar porque mi yo del pasado la pusiera en su lugar.
—Te equivocaste, pese a todo ellos siempre estuvieron juntos, fueron felices sin importar que tú estuvieras en medio. Se aman y eso jamás lo pudiste cambiar— las palabras duras afortunadamente dieron en el blanco, lo supe por la mueca de odio que me dedico Marienne. Sin embargo, aquello no serviría de mucho, dado que seguramente ella tenia mucha más munición que usar contra mí.
—Quizás no pude separarlos a ellos, pero ten por seguro que tú no correrás con la misma suerte. Espero que hayas disfrutado el tiempo que pasaste con mi hijo, porque nunca más lo volverás a ver— ahora fue el rostro de la azabache quien se desarmó por completó. Ciertamente era el golpe mas bajo y el peor que podía recibir. En el pasado, en mi presente o en mi futuro no había nada peor que eso, y por supuesto que ella lo sabía.
—¡No puedes ser capas de dañar así a Adrien!— le grita ya fuera de si. —¡Si tanto te preocupa tu hijo como dices no puedes hacernos esto..—
—¿Crees que tu eres su felicidad?— me pregunta y su tono tan incrédulo me pega fuerte en el estómago. —Por favor, deja de ser tan estúpida y entiende que tu no tienes futuro con Adrien. Nunca la han tenido por mas que se esfuerzan en lo contrarió— bueno quizás estuviera en lo cierto, y ambos eramos unos idiotas en empesinarnos en un imposible, ¿pero que nadie entendía que nos amábamos y contra eso ningúno de los dos podíamos hacer absolutamente nada?.. ¿Como demonios dejo de amarlo?.
—¿Solo porque tu lo dices?— inquiere la azabache a la defensiva.
—No solo por eso, sino porque eres la hija bastarda de mi maridó..— debia admitir que Marianne jugaba bien sus fichas, y sabia exactamente como derrotarme con tan sólo unas cuantas palabras. —La responsable de que Adrien creseira en una familia des funcional y sin amor— touché. Me había dado el gran golpe final.
—No puedes culparme por eso. Sabes muy bien que yo soy la menos culpable en todo esto— se defiende la pelinegra aunque sabe que eso no cambia el echo de que Marianne tiene toda la razón.. —Yo jamas pedí nacer en medio este maldito laberinto de mentiras y odió y te juro que poder retrocedería el tiempo y evitaría que mi historia se volviera a repetir— me estremezco porque estoy decuardo con mi yo del pasado. Y en la actualidad si alguien me diera esa oportunidad lo haría sin pensarlo dos veces.
—Para tu tranquilidad ”querida" yo tengo la solución para tu problema. Te ayudare a acabar con todo y por fin seras libre..— sonríe y por alguna razón la Marinette ya sin fuerza le corresponde con una mueca vacía y sin humor.. —¿No preguntarás como haré eso?— le inquiere Marianne fingiendo sorpresa.
—No— responde la chica que después de eso jamas volví a ser. —Porque se exactamente que harás para sacarme del medió, y aun así no te rogare. Nunca mas lo haré y lo mas importante de todo es que te juro que pase lo que pase no te daré la satisfacción de verme humillada en el piso implorando tu compasión— aquella valentía debía ser reconocida, y por lo menos ahora sabia que era capaz de mostrarme fuerte aunque por dentro todo mi ser se encontrará en ruinas. Tenia que recordar como hacer eso en mi presenté..
—Ese orgullo idiota seguro lo heredaste de Gabriel— se mofa la mujer rubia, claramente molesta por mi actitud y mi falta de disposición para la humillación.
—¿Quieres acabar con esto?— le pide y me sorprendo por la mascara de indiferencia que muestra mi rostro más joven pero al mismo tiempo uno que ya dejo de ser ingenuo. Como si enfrentase a su verdugo lo haya echo cresser y madurar de golpe.. O tal vez solo fue el echo de que se enfrenta a su propia muerte, algo que sabe que no podrá evitar y solo quedaba bajar los brazos y esperar sentada su momento final.. —Adelante matame de una maldita vez y termina ya tu estúpido discurso sin sentido—
—No comas ansias, que lo que tengo preparado para ti no sera una muerte rápida y mucho menos placentera.. Es algo que tus queridos padres jamas olvidarán— sus palabras dan vueltas en mi cabeza y se convierten en un eco, sordo y horrible, a pesar de que yo ya sabia qué me aguarbada podía sentir con claridad el miedo y la desesperación del momento. Sabia que pasaba por mi cabeza en ese momento y podía ver el desfile de recuerdos, la mayoría de los maravillosos momentos que viví con Adrien.. Aquellos que de haber muerto en serio aquella noche, habrían vuelto mis últimos momentos en los mas dulces de mi vida.
Dos meses después.
El jardín estaba rebosante de color verde. El pasto, las hojas de los arboles y los tallos de las rosas que cresian en el invernadero cercano. El cual era una replica exacta del domo de cristal que se encontraba en la granja. A decir verdad esta propiedad se le parecía bastante a la granja y también a la casa de Adrien en París, salvo que esta se encontraba en las afueras de Verona. No descarto que Gabriel mandara a construir un montón de mansiones iguales, con la única intención de que fueran un recordatorio constante de su infancia. Suspiro y dejó que la melancolía se mezcle con el viento calido de primavera. Sonrió y tras mirar en dirección de la puerta trasera me repito lo idiota que soy por seguir guardando la esperanza de que en cualquier momento Adrien apareciera..
—Mañana sera la boda de Alya y Nino, ¿ya has pensado si quieres ir como mi pareja?— me vuelvo a mirara a Félix, quien se encuentra sentado al otra lado de la mesa. Ya me había olvidado de que estábamos juntos tomando el té.
—Aun no lo se Félix, pero lo mas probable es que no..— dejo la taza y tras mirar su gesto dolido me apresuró a continuar.. —Y no me mal entiendas es solo que no quiero que eso se preste a malos entendidos, mucho menos ahora que mi padre me ha nombrado vise presidenta de la marca Agreste y eso ha echo que la prensa ponga sus ojos sobre mi y en especial sobre mi vida privada— ojalá no note que es una vil manera de salirme por la tangente.
—¿Vamos Marinette te sigue preocupando que pienses que el hijo que esperas es mío?— me pregunta y se echa a reír entre dientes.
—Por supuesto que sí, y no entiendo porque a ti no— respondo y finjo estar preocupada por su aparente tranquilidad.
—Ya te dije que pára mi no es ningún problema. En realidad sería un gran honor que me pusieran ese título —
—Y te lo agradezco, pero ya lo viví una vez y creeme no es justo ni para ti ni para mi bebé— bueno al menos aquello era cierto y una razón bastante valida para rechazar de tajo su ofrecimiento. Solo esperó que Félix lo entienda de una vez por todas..
—Conozo tu historia con Ethan y puedes estar segura de que no cometeré los mismo errores que el con Aiden—
—Eso lo se, pero..—
—Esta bien Marinette, no pienso presiónarte, tomate tu tiempo que yo se esperar— desvío la mirada de sus ojos grises y clavo los mios en mi hijo Aiden, quien en ese momento se encontraba golpeando con un bate la pelota de béisbol que le lanzo con fuerza la maquina. ¿Porque tenia que ser tan parecido a su padre? ¿Que no bastaba con su cabello rubio, la sonrisa matadora y su encanto sin igual, que también era necesario que heredara sus gustos y aficiones? Sin embargó, verlo con la gorra ladeada y el uniforme sucio me hace sonreír y aunque no quiera recordar cierta foto donde Adrien lucia igual de adorable que nuestro hijo.
—Haber campeón yo te haré los lanzamientos ahora..— se ofrece Félix tomando el lugar de la maquina entrenadora. ¡Maldición! Aquel cuadro no era el que yo imaginé. Deberían ser verdes y no azules los ojos del hombre que juega con mi pequeño bateador.
La tarde transcurrió y por la noche tras ayudar a Aiden a ducharse y acostarse en su cama volví a mi habitación, donde sentada tras el escritorio reviso mi correo electrónico. Paso el cursor por la lista de emails mas recientes, hasta que doy con el remientente que espero encontrar.
<Para: Marinette Dupain Cheng.
De: Ethan Mercier.
Asunto: ¿En serio, píldoras de la felicidad?.
Querida Marinette, respondiendo en orden tu tan inesperado pero grato correo, te cuento que estoy bien y actualmente me encuentro fuera de la cuidad, en caso de que tu aun te encuentra en Verona claro. Por otra parte sigo sin entender porque te interesa saber de nuevo sobre aquellas píldoras, si la ultima vez que nos vimos te di el antidoto que te cura de ellas. Pero aún así la respuesta a tu pregunta es no. No tengo idea de si mi padre las sigue fabricando, o tiene reservas en su bodega secreta, aunque los mas probable es que sí, y si es tan importante para ti conseguir algunas yo podria averiguar... Pero Marinette, ¿estas segura de que solo son para analizarlas? No quisiera ser de nuevo el miserable que te de las harmas para hunidrte más. Por otra parte me ha dado mucho gustó saludarte y saber de ti, estaré al pendiente de tu respuesta, y ten por seguro que puedes contar conmigo para lo que sea.
Un abrazo y un beso.
Ethan.>
Me quedo leyendo una vez mas su mensaje, mientras me pregunto por centésima vez sí quiero seguir adelante con esta locura. Las manos me sudan haciendo que el dedo se me resbale del mouse al dar click en la opción de responder.. Respiro hondo y comienzo a escribir...
<Para: Ethan Mercier.
De: Marinette Dupain Cheng.
Asunto: Análisis de píldoras de la felicidad.
Me alegra que estés bien Ethan. Yo sigo viviendo en Verona, pero planeo mudarme tan pronto como la boda de mi mejor amiga Alya haya pasado. Es por eso que necesito con urgencia las píldoras, y si, te prometo que sólo las usare para su análisis.. ¿Cuando podrías averiguar? No quiero que te sientas presionado, pero es que no puedo soportar mas la curiosidad.
Ojala pueda ser muy pronto porque como ya te dije antes me urge marcharme cuanto antes de esta maldita ciudad. Por cierto te pagaría el favor, con dinero o culaquer cosa que pidas a cambio. Te aseguró que no lo tomare como algo personal, serán solo negocios como en los viejos tiempos..
Estaré pendiente a tu respuesta Ethan y esta por demás decirte que espero tu absoluta discreción al respecto.
Saludos y hasta pronto.
Marinette.
Lo envió tras asegurarme de que ya e escrito todo lo que tenia para decirle, ignorando la vocesita en mi cabeza que me grita que estoy completamente loca. A continuación apago la laptop y me marcho al closet en busca de mi pijama. Me cambio sin mucho ánimo y me meto por fin a la cama, ignorando esas ganas de sentir el liquido purpura pasar por mi garganta.
La noche fue larga, los sueños que ya venian siendo recurrentes desde hace ya tiempo atrás me impedían descansar como era debido. En la mayoría el personaje principal era Adrien. En Algunos al estar juntos me perdía en el verdor de sus ojos mientras hacíamos el amor. En otros más, la escena donde me gritaba y me echaba en cara que había estado con su mejor amigo me abrumaba y me hacia despertar gritando y llorando en plena madrugada. Pero sin importar cual de las dos versiones me visitara por la noche, las ansias de verlo me resibian sin falta al despertar por la mañana.
Apenas salgo de la cama recuerdo que por fin a llegado el día por el que tanto había temido, y al mismo tiempo por el que tanto esperé. Se suponía que debía estar emocionada por la boda de Alya y no porque cierto rubio que haría gala de su presencia en la ceremonia nupcial. Me dirijo hacía el baño y mientras tanto fantaseo con el momento, ¿que haría cuando lo viera? Con seguridad seguirá igual que la ultima vez que lo vi. Pero.. ¿El odio seguirá plantado en sus facciones, en sus ojos verdes? Abro el grifo y me meto bajo el chorro de agua tibia soltando un largo suspiró. Si, y posiblemente ni siquiera se digne a mirarme.
El vestido que uso, es largo de color vino, ¿porque ese tono? Bueno eso tendría que habérselo preguntado antes a Alya, cuando me visito en la oficina para darme las indicaciones de los vestidos de dama de honor.
Me miro en el espejo revisando los detalles del vestido, sin pasar por alto el abultamiento de mi vientre, el cual se hacia mas notorio si me miraba desde el ángulo de mi costado. Acarició la curvatura una vez, deslizando mi mano por él satín mientras me doy el valor para salir de mi habitación...
Dos horas mas tarde ya hemos salido de la casa, Aiden se encuentra a mi lado sentado en el auto, vistiendo un traje tipo esmoquin echo a su medida y diseñado por su abuelo Gabriel. Se veía tan lindo y apuesto con su cabello rubio bien peinado hacía tras y luciendo el porte que sólo los hombres Agreste podían presumir. Frente a mi estaba Félix que al igual que Aiden lucia un traje negro que contrastaba con el gris profundo de sus ojos. Me sonríe y tras corresponderle vuelvo a clavar la mirada en la ventanilla y la dejo allí por lo que resta de camino.
Al llegar a la iglesia bajamos de la auto y deje que Félix se llevara con sigo a Aiden, dado que mis padres ya deberían estar dentro y yo aun tenia que ir a la parte trasera de la iglesia donde Alya se encontraba. Atravesó un par de pasillos y tras una de las puertas encuentro a la nerviosa novia mierandise fijamente en el espejo de cuerpo enteró.
—Y bien, ¿Como luzco?— me pregunta sin despegar sus ojos de su reflejó.
—Hermosa— respondí en automático y sonriendo de par en par.
—¿Estas segura?— contradice y su nerviosismo e inseguridad se pueden palpar en el aire.. —¿Crees que el vestido es el correcto?.. ¿La cola no es muy larga?, porque odiaría que lo fuera. Además del largo, ¿que hay si tropiezo con el dobladillo de la falda?..—
—Alya tranquila, que nada de eso pasará— la interrumpo y me acercó a su lado para tomar sus manos, que temblaban sin control alguno. —Te ves perfecta y ese vestido fue echo y diseñado especialmente para ti. No hay nadie en el mundo que podría lucirlo mejor que tu— mis palabras logran tranquilizarla un poco, lo se porque disminuye el temblor de sus manos, y su frente se relaja un poco más.
—Gracias Marinette, me alegra mucho que estes aquí. Sin ti los nervios me comerían viva—
—Respira, y solo piensa en que Nino esta haya afuera, al pie del altar esperando por ti— su sonrisa es resplandeciente y se le nota por cada poro la felicidad que siente. Y yo por mi parte debía admitir que muy en el fondo me crecía una pizca de genuina envidia.
—No tienes idea de cual perfecto suena eso.. Ya esperamos mucho por este momento— asenti y después de darle un beso en la mejilla me alejo intentando a toda costa suprimir esta envidia que se propaga con suma rapidez por todo mi estómago..
—Ire a tomar mi lugar como dama de honor, y recuerda respirar..— le digo, sonrió por ultima vez y salgo de la habitación reprochndome a mi misma el ser tan egoísta. El que yo nunca pudiera haber vuelto mi boda con Adrien una realidad no significaba que nadie pudiera hacerlo. Mucho menos si se trataba de la felicidad de dos personas tan importantes para mí.
Devuelvo los pasos dados por el angosto pasillo hasta la puerta grande de madera antigua. Alya había elegido una de las mas hermosas iglesias de todo Verona, cuyo interior esta aun mejor que la fachada principal. Con ventanales cuyos vitrales filtraban la luz y la comvertian en una colección de colores vividos y preciosos. Pilares de cantera sostenian los arreglos florares puestos a intervalos regulares a lo largo del pasillo y los cuales franqueaban una alfombra que habarcaba todo el camino hasta llegar justo al frente del altar. Dejo que mi mirada siga su trayectoria hasta encontrarme con dos figuras altas y de cuerpos atléticos. Apenas si me fije en el novio quien me sonrió a manera de recibimiento y no hubo manera de saber si logre llegar a corresponder la sonrisa o solo mostre mi enerme sorpresa al ver al hombre parado a su izquierda.. La respiración se me quedo atascada y la sangre huyo de mi cuerpo tan rápido que un mareó me asaltó.
Era el, eran sus ojos los que atraparon los mios y no me permitieron escapar de la tampra hipnótica que irradiaba por sus iris color verde al igual que por cada poro de su cuerpo y podia jurar que a mi alrededor el maldito tiempo se detuvo...
Hola, ayer publique por error y dado que el capítulo estaba incompleto y sin editar tuve que borrarlo, causando confucion. Una disculpa por eso y también por ausentarme tanto tiempo, pero es que en serio no había tendió la suficiente paciencia para sentarme y terminar de escribir. Pero ahora ya que me encuentro atravesando la recuperación de algunos problemas de salud dispondre de tiempo para seguir y espero publicar la siguiente parte en cuestión de días.
En fin esperó este capítulo haya sido de su agrado y haya valido algo la pena la espera.
Un saludo y nos estaremos leyendo pronto...
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