"FOTOGRAFÍAS"
—Marinette, no esperaba verte aquí— freno de golpe y me vuelvo para observar el rostro sorprendido de Félix, le sonrió e intento disimular mi desencanto, ¿porque demonios no fue Adrien?
—Tu madre me invito a tomar el té, ya estaba por irme— baja los dos escalones restantes sin borrar la sonrisa de oreja a oreja, me gustaba verlo así, pero al mismo tiempo la culpa me invadía al recordar por que lo hacía..
—¿Y como estuvo?— pregunta interesado y algo ansioso, tanto que creí que se me echaría enzima para abrazarme..
—Bien, ella es muy amable.. ¿Como van las sesiones?—
—Excelentes.. De echo yo también estaba por volver a la granja, mi trabajo ya acabo y tal parece que nos iremos juntos— ahora entendía de donde venia su evidente emoción.
—Oh ¿y Adrien?— inconsciente lancé una mirada por encima de su hombro, buscando al ojiverde, si el estaba aquí, tal vez su hermano también..
—El todavía tiene compromisos que cumplir, quizás tarde otros tres días mas en terminar— de vuelvo la mirada a su rostro, y no puedo evitar cuestionarme si los compromisos no tienen que ver con la "chica de vestuario".. —Iré por mis cosas no tardo— subió de nuevo sin darme tiempo de formularle mis dudas en voz alta, aunque pensándolo mejor, hacerlo seria una mala idea, teniendo en cuenta que el podría decirme que sí y aumentar mi inseguridad. Me recargo contra la barandilla y paseo la vista por los cuadros del pasillo, después echo un vistazo a la amplia sala, de sillones grandes y blancos abarcando el centro del espacio, una chimenea de aspecto moderno y contemporánea se encuentra justo en frente, con portarretratos sobre la repisa superior. (Como si no bastarán el millón que cuelgan de las paredes del pasillo) pienso con sarcasmo. De pronto me entraron las ganas de subir y buscar la habitación de Adrien, la que había sido suya durante todos estos años.. Me alejó y lo pienso, ¿cuantas posibilidades habría de dar con ella a la primera? Considerando lo grande del segundo piso, además Félix no tardaría en bajar y no me quería arriesgar a que me pillara espiando en su casa. Me cruzó de brazos y me digo que será mejor esperar e irme lo mas rápido posible..
—¿Te gustaría ver las fotografías de cerca?— me sobresaltó y retrocedo, no me había dado cuenta de que estaba sumida en mis pensamientos, tanto que ni siquiera lo escuche llegar.
—No, solo miraba para entretenerme mientras bajabas— le respondo y me dirijo a la puerta.
Félix deja que el chofer guarde su equipaje y me invita a entrar primero, me deslizó por el asiento y me quedo lo mas cerca de la otra puerta, esperando que no lo tome a mal, pero hasta yo misma sabia que era un claro rechazó. El se quedo al otro extremó y no me atreví a ver su rostro, por temor a descubrir que lo había herido, como solía hacer últimamente.
Permanecíamos en silencio, mientras el auto retomaba el camino de regreso. Tenía la cabeza tan llena de pregunta y dudas que me concentre en buscarles una explicación, sobretodo a la repentina oferta de Marianne, ¿porque me quería a mi como su asistente? Las razones que me dio eran lógicas, sin embargo, no del todo creíbles dado que sigo pensando que me odia y me culpa por su pésimo matrimonio..
—Tal parece que el destino nos junta.. ¿No lo crees?— giro la cabeza para mirar al rubio de ojos grises, y aunque pienso que es cierto optó por dejar el asunto en manos de la casualidad.
—Lo que creo es que fue una coincidencia, yo estaba en tu casa y era de esperar que nos encontráramos..—
—¿Porque te resistes tanto a lo que sientes por mí?— aquella era una pregunta difícil de explicar sin lastimarlo, Adrien, por el me resisto..
—Pensé que ese tema ya había quedado claro.. No quiero lastimarte, la sola idea me duele, por eso no hagamos las cosas mas difíciles y olvidemos lo que paso en el lago..—
—Fue maravilloso, ¿como olvidar la suavidad de tus labios, de tu piel, el hermoso sonido de tu voz en medio del éxtasis del momento..—
—Basta.. Por favor Félix, sabes bien que no hay manera de..— cierro la boca, sus palabras sin querer revivieron el torbellino de emociones que sentí, y una parte de mi cabeza comenzó a buscar la manera de volver a experimentarlos, creando excusas y las mejores formas de ocultarlo de Adrien..
—Lo se.. Marinette tengo algo que mostrarte, pero antes quiero que tengas bien claro que mi intención no es sacar provecho de esto, si te lo nuestro es porque me parece que mereces saberlo— espera un momento, en el cual perece debatir si darme o no el sobre amarillo que trae entre las manos, suspira y termina por ofrecermelo.. —Toma, puedes abrirlo ahora o después..— estudió con detenimiento su rostro, pero su expresión no revela nada mas haya de ansiedad y seriedad, bajo la mirada y quito el hilo rojo que lo mantiene cerrado y tras levantar la solapa extraigo el contenido, a primera vista las fotos me parecen normales, una pareja besándose con poca ropa, ambos rubios.. Hasta que poco a poco voy cayendo en la cuenta de quienes son, conforme cambio de imagen se me contrae el estómago y no puedo respirar, cada vez son mas explícitas y horribles..
—¿De donde?... ¿Quien te di esto?— farfulló asqueada, verlos tener sexo es mas de lo que puedo soportar..
—Hoy en la mañana encontré el paquete en la habitación de Adrien— niego frenéticamente con la cabeza..
—Deben ser falsas, ¿porque se tomarían fotos así?— hablo entre dientes, tengo al cien mi cerebro desechando todas y cada una de las razones por las que harían algo como esto..
—Aunque sólo vi una me parece que son reales, ayer por la noche Chloe estuvo en la casa y seguramente se las dio.. Marinette se que no necesitas saberlo pero pasaron la noche juntos, como siempre se las arreglan para que mis padres no se den cuenta de nada— si alguna vez me pregunte ¿que se sentiría que te clavaran un montón de puñales al mismo tiempo? Bueno ahora ya sabia la sensación exacta, dolor y mas dolor..
Me trago el nudo que me obstruye la garganta y trató de conferirle a mi voz un volumen alto y mesurado entes de preguntarle.. —Dime, ¿ella ha estado en las sesiones fotografías con el?—
—Si, no es modelo pero si lo ha acompañado la mayoría del tiempo— entonces yo tenía razón y era Chloe, me mintió, se estuvo riendo a mis espaldas, volteó las fotos, si continuó mirándolas no podré contenerme.
Medio minuto mas tarde caigo en la cuenta de que lo que observo ahora son letras..
<Fue una excelente idea lo de las fotos... Como siempre sabes como volver la intimidad mucho mas excitante.. Conservalas como prueba de lo mucho que nos divertimos juntos.
Estaré ansiosa de repetirlo y quien sabe tal vez las siguientes sean para mí..
Te amo..
Chloe.>
La dedicatoria me dio el tiro de gracia, y ya no me cupo la menor duda, Adrien aprovechó estas dos semanas para retomar sus encuentros clandestinos con su odiosa novia..
—Lamento causarte daño, pero en el fondo sé que ya lo sabias—
—Si..— murmuro y justo después me aclaró la garganta. —Félix sin importar cual fue tu intención te lo agradezco, terminar de abrir los ojos es lo que me hacia falta—
—Quiero que seas feliz y se que Adrien es un impedimento para que eso ocurra, y no te preocupes que no me aprovecharé de nada, dejare que el tiempo pase y termines de olvidarlo por ti misma— no se si logre sonreír o el gesto sólo se quedo en una orden que mi cerebro ignoró, de cualquier manera el me regalo una amplia y llena de consuelo, (ojalá pudiera cambiar los papeles y amarte mas a ti) pienso mientras dejo que su sonrisa me adormezca el corazón, que su calidez me recorra el cuerpo y por un momento me haga sentir segura y querida..
Mas tarde abrí la puerta y baje deprisa de la limusina, ansiaba estar sola y darle rienda suelta al maldito llanto que no dejaba de arañarme la garganta. Dentro, en la sala se encontraba mi madre, sentada sobre el sofá con una taza entre las manos, procure no mirarla mucho, con seguridad se daría cuenta de que estaba apunto de desmoronarme..
—¿Como estuvo tu cita con Damien?—
—Bien.. Mamá estoy muy cansada así que me iré ya a la cama. Buenas noches— le dedique una breve sonrisa de esas prefabricadas que aprendí hacer durante este mes y que sorprendentemente funcionaban de maravilla.
—Claro descansa.. A por cierto mañana vendrán algunos empleados de tu tío para mudar nuevamente tus cosas a la habitación—
—Bien..— le respondo y con paso rápido me dirijo a mi improvisada habitación, cierro con pestillo y me desplomo en la cama, el sobre aun lo traigo y lo aferro con fuerza, quisiera romperlo pero necesito las pruebas de su horrible traición.
Mi celular no ha parado de sonar, gracias a la canción se que es Adrien, lo cual me permite ignorar la llamada y fingir que no lo escuchó, las lágrimas siguen contenidas, no les he permitido salir y espero no hacerlo, se que sería peor, no había nada que me hiciera sentir mejor ni siquiera llorar hasta quedar seca.
Saco el móvil de mi bolsillo y en la pantalla aparece el listado de mensajes nuevos y llamadas pérdidas, el mas reciente es de apenas un minuto y dice.. <¿Porque no contestas? Tu madre me dijo que saliste con Damien.. Pero estoy seguro de que es mentira. ¿Marinette dime a donde fuiste realmente?>
Vuelve a vibrar y un nuevo texto aparece.. <Bonita, si acaso te estas vengando de mi te informo que ya es demasiado.. Por favor responde, me estoy volviendo loco sin escuchar tu voz, sin saber que te orilló a mentirle a Sabine.. >
Los ojos me pican y se tornan cristalinos, su tono suena y lo dejo seguir hasta que Adrien nuevamente se da por vencido, agregándole una mas a la ya larga lista de llamadas pérdidas.
<Marinette este juego del silencio no me gusta y te advierto que si no respondes iré a la granja y tendrás que darme una explicación en persona..> tras leerlo se que la amenaza no es en vano, y es capas de conducir tres horas para cuestionar en vivo mi actitud, resopló dándome cuenta de que no me quedaba mas remedio que contestarle..
<Adrien todo esta bien, deje mi teléfono en casa y hasta ahora veo tus mensajes...> Lo envió cuando no se que mas decirle, solo espero que mi breve mensaje lo apacigüe y me deje tranquila..
Medio minuto después su respuesta aparece.. <¿A donde fuiste Marinette? ¿Con quien y para que?>
Me tomó unos minutos para pensar bien que debo escribirle, si le cuento sobre la tarde en su casa tendré que entrar en detalle y lo menos que quería ahora era mantener una larga conversación con el, por otra parte si no respondía aunque fuera con una mentira lo tendría aquí en cuestión de horas y no estaba lista para enfrentarlo todavía, lo cual solo me dejaba una opción..
<Fui al pueblo, sola, a caminar y distraerme un poco.. Adrien estoy cansada y el sueño me esta matando..
Hablamos mañana>
Dejo el móvil y me pongo la pijama, al regresar a la cama ya tengo su mensaje..
<No se porque presiento que todo es mentira..> tecleó la respuesta y esperó que sea el último que escribo.
<¿Porque te mentira? Sabes que te quiero.. ¿Podemos hablar mañana? Ahora sólo quiero dormir>
Me arropó bajo las cobijas y apago la lámpara, en la obscuridad puedo dejar que las fotografías den vueltas en mi cabeza y me convenzan de que Adrien era un mujeriego que no cambiaría nunca, su texto llego y dude en leerlo las lágrimas ya habían encontrado la manera de salir y me inundaban el rostro.
<Bien.. Pero se que algo te ocurre y tendrás que decírmelo mañana, Marinette te amo..>
Deje el celular en el buró y oculte la cara en la almohada, Me ama y se acuesta con Chloe, ¡Ja! Me lo tengo merecido por confiar ciegamente en el y creer que lo nuestro funcionaría.
Con forme el tiempo pasa me siento cada vez mas estúpida al comprender que técnicamente éramos libres para salir con quien se nos pegará la regalada gana, así que no podría reclamar absolutamente nada, además Adrien bien podía estar cobrándose mi error con Félix, quizás planeaba darme las fotos el mismo y saldar nuestras cuentas por igual, se ahoga un sollozó en la almohada y después otro mas...
A la mañana siguiente dejo el celular sonar y que los mensajes vuelvan a llenar mi bandeja de entrada, me paso la mañana observando desde el sofá como devolvían mis muebles a la habitación del segundo piso.
Después aproveche el desorden para reacomodar todo con tal de tener algo que hacer y mantener la cabeza lejos del celular y de Adrien, me asegure de que los portarretratos estuvieran alineados y mi ropa colgada por colores, inclusive vacíe los cajones y doble minuciosamente su contenido.
Después de comer acepte la invitación de Félix y salimos a caminar, su compañía me venia como anillo al dedo, el era tan divertido que no pare de reír.
Una vez que anocheció regresamos la casa para cenar, me sentía aliviada de que el no intentara absolutamente nada, la tarde había transcurrido como si fuéramos los mejores amigos compartiendo un rato agradable en compañía del otro, sin intenciones ocultas e incomodidades molestas.
Mi madre sonríe en cuanto nos ve llegar nota la gran diferencia que hace Félix en mi, y eso me preocupa, no debería depender tanto de los Agreste y sin embargo, pareciera que son indispensables en todos los sentidos, comenzando por mi padre hasta acabar con el amor de mi vida, me siento a la mesa y me pregunto en que lugar queda el rubio de ojos grises que me mira con disimulo mientras comemos, si el amor que le tengo no es suficiente para considerarlo mi amante, ¿entonces es un gran amigo?, ¿un hermano como debería serlo? ¿o simplemente es alguien que necesito para sonreír?.. De cualquier forma me aterra que cada minuto que paso en su compañía lo lastimó más, hasta que termine por cansarse y odiarme, para después sólo alejarse para siempre de mí..
Tras terminar me levanto, les deseo a ambos buenas noches y subo los escalones lo mas lento que puedo, no quiero enfrentarme a mi móvil, estará lleno de llamadas, mensajes y mas mentiras de Adrien. Cuando entro el pequeño teléfono plateado esta sonando y me atrevo a contestar ya que el tono no es el de el..
—¡Marinette, por fin contestas!— reclama con severidad la distinguida señora Agreste.
—Lo lamento mucho, he tenido la cabeza echa un caos y olvide llamarla— me defiendo un tanto avergonzada, ya me había olvidado de ella y de su extraña propuesta.
—Descuida, solo quiero tu respuesta—
—Sobre eso yo...— respondo e inconscientemente me encogí de hombros, ¿Que le diría si ni siquiera lo llegue a pensar?
—No soy una mujer muy paciente, y tampoco suelo rogarle tanto a las personas, y en tu caso ya e echo aun lado las dos cosas— camino de un lado a otro por la habitación, mirando en cada rincón como si la respuesta estuviera oculta y saldría si la encontraba.. La escuchó aclararse la garganta y algo me dice que no me conviene hacerla enfadar, (No querrás a Marianne Agreste como enemiga) me advierte la razón, (Anda acepta, ¿que tienes que perder?) continúa con voz persuasiva y sin mas termino por decirle..
—De acuerdo, trabajaré para usted, le párese si comienzo pasado mañana es que aun no se lo e dicho a mi madre y tengo que pensar como voy a ir y venir a diario— me sorprendo de mi respuesta y de lo segura que sueno, ¿como pude pasar de la indecisión a la decisión en cuestión de segundos? Y aun mas estar ya formando la oración que le soltaré a mi madre..
—Sobre la último es obvio que tendrás que mudarte a París, y descuida que ya tengo un departamento para ti, te encantara—
—Ah.. En ese caso prepararé mis maletas—
—Si hazlo. Mandaré nuevamente a mi chofer por ti, mañana al medio día lo tendrás allí, cuanto antes te instales aquí en París será mejor—
—De acuerdo, y gracias por la oportunidad y la confianza, esperó solo no decepcionarla— de nuevo he estado hablando sin siquiera parpadear..
—No lo harás, ya veras— asegura y me parece escuchar que se ríe entre dientes.. —Adiós y buenas noches Marinette— me cuelga y me quedo perpleja, no solo he aceptado trabajar para ella si no que también me mudare a París mañana mismo, parpadeo y vuelvo a parpadear, ¿como fue que acepte?
No le prestó atención a la canción de Katy Perry y salgo al pasillo para entrar en la habitación del fondo, mi madre esta sentada frente al espejo aplicando en su rostro crema anti edad, me quedo a mitad del camino de la puerta a la cama y la miro, vaciló y tengo que recurrir a mi conciencia para que me recuerde que tenía preparado para decirle..
—Ya estaba por ir a tu habitación.. —
—Mamá.. Mañana me mudare a París— la interrumpo con mas brusquedad de la que pretendía. —Conseguí un trabajo de verano, bueno en realidad la señora Agreste me lo ofreció— su rostro palidece y su sonrisa se va borrando hasta ser una mueca de desconcierto.
—¿Que? ¿Marianne Agreste te ofreció trabajo?— estaba perpleja al igual que yo al principio.
—Si, y ya se que no te agrada pero sus problemas no tienen por que frenarme, lo considere y creo que es una buena idea, además de que necesito distraerme y trabajar es una excelente forma de hacerlo— me atragantó con mi propia saliva pero no me doblegó.
—Lo entiendo, pero no me gusta que sea con ella.. Marinette puedes buscar un empleo en el pueblo o decirle a tu tío Gabriel y trabajar en su empresa—
—No, ya tome una decisión y quiero intentarlo, Marianne es muy agradable y ha sido muy amable, así que considero que es de fiar— se vuelve y me mira directamente a los ojos, no se puede creer que yo su propia hija este planeando correr hacia su enemiga, y siendo honesta yo tampoco podía hacerlo..
—Créeme no sabes de lo que hablas, hija por favor reconsidera y hazme caso— me pide y se levanta para acercarse, me tomó por los hombros y descargo sobre mi todo el poder de su mirada azulada y preocupada.
—Mamá, mañana me iré y puedes venir con migo, tomarlo como unas vacaciones y salir de esta granja por un tiempo— niega y empiezo a sentir como todo va cayendo como roca en mi estómago..
—De cualquier modo no cambiaré de parecer— la he decepcionado, no mas que eso, la he herido en lo mas profundo de su alma.
—Bien, entonces ya no hay nada que decir— retrocedo y salgo lo mas rápido posible, si continuó mirando su rostro dolido me será mas difícil perdonarme a mi misma.
Al día siguiente ya tengo todo listo, he empacado lo necesario en dos maletas y una valija de mano, en mi bolso he guardado los obsequios de Adrien, pienso devolverlos junto con las malditas fotos en cuanto me enfrente a el.
Le echo un último vistazo a la habitación y salgo diciéndome a mi misma que esto esta bien, que no hay porque temer.. Abajo me esperaba no solo mi madre si no que también un hombre de traje fino y elegante..
—Ya sabia que pedirías refuerzos, como verán ya esta todo listo y no hay vuelta atrás— les digo a ambos quienes me observaron con severidad.
—¿Estas completamente segura?— pregunto Gabriel.
—Si, ¿porque les cuesta tanto aceptarlo? Es solo un empleo de verano..—
—No se trata del empleo si no de quien te lo ofreció, ¿Marianne te dijo algo, hablo sobre tu madre o yo?—
—No, ¿que habría de decirme?— contra digo haciéndome la tonta, se exactamente que es lo que les preocupa que Marianne me dijera.
—Justo ese es el problema que puede decirte cosas para perjudicar nuestra imagen ante ti— ¿Que mas podría decirme que no sepa ya? Pregunto con sarcasmo.
—Descuida su imagen será la misma sin importar que diga ella, y si ese es el único problema que tienen pueden estar ya tranquilos— ninguno se relajo y se miraron un momento, pasándose información secreta lo cual no me sorprendía, tantos años escondiéndose de todo el mundo era de esperar que desarrollarán cierta complicidad.
Mi madre respira hondo y entonces se vuelve de nuevo hacia mi.. —Marinette me tomaré una semana para arreglar algunas cosas aquí, después viajaré y me reuniré con tigo en París—
—Perfecto, me sentiré mas tranquila sabiendo que estas de acuerdo y seguiremos juntas— el peso de la culpa disminuye, sería bueno tenerla cerca.. —Mientras tanto trata de no meterte en problemas y llámame a diario—
—Si, cuenta con ello— le aseguro y me abrazo de ella a modo de despedida, antes de que Gabriel y el chofer saquen mi equipaje y los siga rumbo a la limusina.
—Debí ofrecerte antes empleo, me vendría bien ayuda en mi próxima colección— comenta al cabo de una hora de viaje en silencio.
—Es una completa lastima que tu esposa tomara antes la iniciativa— le respondo sin despegar la mirada del cristal de la ventanilla.
—De nuevo percibo ese tono de sarcasmo que no término de entender el porque, ¿te importaría sacarme de la duda?— aprieto la mandíbula y me ordenó calmarme, no era el momento para decirle nada..
—No es sarcasmo simplemente es la verdad. Además últimamente no he tenido cabeza para diseñar, me temo que me he quedado sin inspiración—lo cual era cierto, y con seguridad no le agradara sacar una nueva colección basada en disfraces de gato negro.
—Eso es fácil de solucionar, basta con que busques lugares o personas que sean importantes para ti. En mi caso serían tu madre y tu— resopló, y empuñó las manos..
—Lo cual es sumamente raro, teniendo en cuenta que tienes esposa e hijos— nunca lograre dejar de reprocharle aquello, quisiera o no me dolía que me escondiera y fingiera ser solo mi tío.
—Hay ciertas cosas que son difíciles de explicar, solo quiero que tengas muy presente que siempre has sido mi prioridad en todo momento y lo seguirás siendo, pese a la familia que has mencionado— carraspeo y cierro los ojos para retener las lágrimas..
—No quiero serlo, te agradezco la intención pero enfócate en ellos y déjame a mi tranquila— me odié por no ser capas de hablar con convicción y dejar que se me quebrará la voz y sobretodo demostrarle que me dolía demasiado esto.
—Tus palabras y tus reproches son muy injustos, aunque en el fondo sepa que los merezco..—
—La vida es injusta, créeme yo se de eso— escondo mi rostro de el y lloro en silencio, Adrien era la mayor injusticia de todas, el y su estúpida forma de ser.
No prestó atención y cuando me doy cuenta ya hemos llegado, el auto se estaciona a fuera de un imponente edificio de aproximadamente diez pisos, sigo a Gabriel fuera y observo la construcción moderna cuya cara esta echa de cristal que refleja la luz del sol y lo vuelve mas hermoso, subimos los escalones de la entrada y el amable portero abre para nosotros la puerta doble y nos invita a entrar, atravesamos el vestíbulo hasta el ascensor y Gabriel presiona el último piso, había acertado y mi departamento estaba en el décimo.
Escuchó la música que sale por los parlantes que hay bien escondidos y restregó mis manos en la tela de mezclilla que recubre mis muslos, debía admitir que me sentia ansiosa. Al abrirse las puerta salimos y lo sigo a la puerta cuyo número era <322A> e introduce un código en una pequeña pantalla con un cuadro numérico abajo, lo a escrito tan rápido que no pude capar la combinación de números que uso, la puerta se abre automáticamente y se hace aún lado para que yo pasé primero.. tanto los ojos como la boca se me abrieron de par en par, esto era demasiado, la sala era espaciosa y de estilo moderno y contemporáneo, con sofás en forma de L abarcando el lado izquierdo, lo más hermoso sin dudas era la vista que ofrecía, desde la pared completamente echa de cristal se podía ver la torre Eiffel. A mi derecha estaba la cocina bien equipada e igual de moderna y funcional, dudaba que fuera a necesitar de tantos electrodomésticos.
Al fondo por un pasillo se alcanzaba a ver una puerta que intuía daba a la habitación principal..
—Aquí estarás cómoda, pero si algo te desagrada podemos buscar otro lugar..—
—No esta bien, de echo yo tenía pensado rentar un cuarto que pudiera costear mi sueldo— digo y retomo mi paseó por la sala, sobre el techo pendía una lámpara de araña, cuyos cristales caen como gotas y diamantes de hielo, sobre una mesa de vidrio grueso, sobre ella no hay muchos objetos decorativos, en si todo es minimalista y sobrio en colores blancos y azules..
—Este departamento ya lo tenía preparado para ti, por si querías venir y pasar unos días en París, así que consideralo tuyo— me tiende una llave y un papel con el código escrito, la llave electrónica en forma de tarjeta debía ser solo para emergencias.
—Gracias, es muy bonito, me gusta mucho—
—Me alegro, te dejaré para que te instales y descanses, si necesitas algo puedes llamarme ya lo sabes— sonríe, tal parece que hacerme feliz le complace muchísimo.
—Lo se..— murmuró y me giro para mirar la última parte de la sala, donde un televisor de plasma de 80 pulgadas cubría la mitad del muro frontal, abajo una repisa con un sofisticado aparato de música y video y para rematar al pie de la misma había una chimenea, Gabriel se despide y me giro para darle de nuevo las gracias y verlo marcharse...
Ya he recorrido dos veces todo el departamento, me he duchado y cambiado solo para tirarme en el sofá y mirar la magnífica vista de la ciudad..
Diez minutos más tarde ya estoy caminando por las calles sin rumbo fijo, mi celular vuelve a sonar y presionó el botón rojo para rechazar la llamada, Adrien no se daba por vencido, paso el dedo por la lista de contactos y me detengo en uno que me salvará del aburrimiento.. a los tres timbres ella contesto..
—Alya.. soy Marinette..—
—¡Que sorpresa! Comenzaba a preguntarme cuando tendría noticias tuyas— suena encantada y solo por eso me atreví a decirle..
—Estoy en París y no tengo idea de adonde ir primero, así que pensé que podrías ser mi guía—
—Enserio, genial tengo todo el día libre, solo dime ¿donde nos vemos?— le doy la dirección que está escrita en la placa junto al semáforo y cruzó al ponerse en verde, para esperarla en el parque que hay justo enfrente.
—Bien ya estoy saliendo, no tardaré— cuelgo y apagó el móvil, me siento en una de las bancas y me dedicó a mirar a los niños jugar y a las personas pasear...
Alya llega y se acerca deprisa en mi dirección, me abraza y cuando se aleja me observa con detenimiento.. —Planeaba decirte que luces fabulosa, pero ese cabestrillo no te sienta nada bien— comenta echándole a mi brazo una mirada de desaprobación. —¿Que te ocurrió?—
—Tuve un accidente en auto, hace como dos meses— le cuento encogiendome de hombros.
—No escuche nada, y sabes que las noticias de este estilo vuelan— dice y frunce el entrecejo.
—Si, el accidente fue fuerte, me estrelle contra un camión de carga..— la voz se me apaga y me estremezco al recordarlo, había sido una completa idiotez de mi parte..
—Bueno no apareció en las noticias y Adrien no le mencionó nada a Nino o Damien, porque de haberlo echo con seguridad me lo habrían dicho—
—Tal vez no querían que se supiera, los Agreste son raros..—
—Ni que lo digas, es una familia bastante compleja y Adrien un idiota.. ¿Por cierto le echaste en cara lo de la apuesta?— fruncí en automático el gesto ¿Porque tenía que recordarlo?
—No, me pareció mejor dejarlo pasar.. Alya no quiero hablar de el, mejor vamos algún sitio, una cafetería o a la torre Eiffel— propongo y doy un paso para empezar el camino..
—Tienes razón, vamos ya— responde ella agarrándose de mi brazo bueno.
Unas calles más adelante nos encontramos con la publicidad de la marca Agreste, el modelo del cartel es jodidamente guapo e insoportablemente sexi..
—Acostúmbrate a ver al idiota arrogante, que sus anuncios publicitarios están por todas partes— me dice y le lanza una mirada fría al rostro sonriente de Adrien.
—Ya veo que esta ciudad es territorio de los Agreste— murmuró incapaz de apartar los ojos de el..
—La mayoría de las chicas se embelesan con ese póster, y sigue hay porque esta detrás de la vitrina—
—No es gran cosa.. Se ve mejor sin nada puesto..— se me escapa una risita y justo después me ruborizó al darme cuenta de lo que e dicho en voz alta.
—¿Eh?— pregunta ella confundida.
—Nada... Tonterías mías.. Sigamos— para mí tranquilidad no preguntó nada más y dejo el tema pasar.
Alya resultó ser una excelente guía, me mostró la torre Eiffel al igual que un montón de tiendas y cafeterías dónde podríamos ir y tomar un café durante nuestro tiempo libre, comimos en un restaurante pequeño pero de excelente servicio y no paro de hablarme de la suerte que había sido que yo viniera a vivir a París justo para su fiesta de cumpleaños número diesiocho, al parecer haría una gran fiesta y tiraría la casa por la ventana para conseguirla, al final me hizo prometer que la ayudaría con la organización y diseñaria el vestido que usaría ese día.
Desgraciadamente la tarde se paso rápido y tuve que regresar al departamento.
Mientras el elevador subía me pregunte si Adrien seguiría en la ciudad o cumpliría con su amenaza de ir para la granja, (ojalá no lo haga) pienso y atravieso la puerta y posteriormente el pasillo hasta el teclado donde introduzco los ocho números que componen la combinación, entró y cierro lanzando mi bolso a la mesa que hay junto a la puerta y me dirijo a la habitación sin detenerme a encender las luces..
Doy un respingo y me quedo en el quicio con la respiración cortada y el corazón en pausa, sobre la cama estaba justamente la última persona que esperaba ver...
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