"El Arte Del Engaño"
—Ese era tu secreto.. ¿Porque demonios no me lo dijiste antes?— preguntó el sin alzar la voz y con el rostro aún sin color. La noticia le había impactado más de lo que me llegue a imaginar, si tan solo pudiera arrojarme en sus brazos y llorar de alegría como tantas veces lo soñé.. —¿Porque me lo ocultaste?— pregunta de nuevo e intenta tocarme la mejilla, retrocedo de inmediato y su mano cae a su costado..
—¿Hubiera echo alguna diferencia? ¿Mi embarazo te hubiera impedido engañarme como lo hiciste?— la furia no se va, y en cierta parte lo prefiero así ya que me mantiene alerta y puedo esquivar todos sus ataques. Sabía de sobra que un simple toque o un rosé suyo sería suficiente para que me doblegara..
—No te engañe, ¡Por dios! Tienes que creerme..—
—Eres increíblemente cínico, besarte con ella no es un engañó.. ¿Entonces que fue?— mi voz a penas si es un murmullo audible sobre el fuerte sonido de la lluvia. Era deprimente darme cuenta de que mis peores temores se habían vuelto una realidad. La felicidad se acabo tan rápido como las gotas se pierden al llegar al piso..
—Un desliz que no tengo idea de cómo pasó..— dice el con el rostro abatido y la voz tan rota como la mía. —..Marinette te juro que lo último que quiero es que todo lo nuestro se acabe, más ahora que mi sueño de formar con tigo una familia comienza a materializarse— retrocedo un paso más y me despido de él y de todo lo que alguna vez llegue a soñar..
—Eso debiste pensarlo antes, porqué ahora ya no existe más el nosotros. ¡Al diablo con tigo y con todas las estupideces que cometí por ti!— gritó y dejó que salga la última gota de adrenalina, ahora solo quedo el doloroso vacío y la pena de tener que dar media vuelta e irme para siempre.
—¿Que quieres decir..?— pasa saliva y me digo que no puedo dejar que sus artificios me engañen más.
—¿Tu que crees?— le respondo y lo miro directamente a los ojos antes de soltar mi golpe final.. —¡Vete a la mierda!— exclamé cada palabra como si fuera asido que termino por dañarme más a mi que a el. Después sólo le sonrió con amargura y me giro para seguir mi camino. Rota, patética, empapada y con los pedazos de corazón que me gritan que de media vuelta y corra de nuevo a su lado para que él pueda pegarlos nuevamente en su lugar con sus mentiras y falsas promesas de amor.. (¡Vasta, sabes que nunca me quiso y que seguramente ahora se dirige al bar para refugiarse en Sabrina!) Le gritó a mi jodido corazón que no para de fastidiar.. Dos segundos pasaron antes de que pudiera darme cuenta de que mis pies ya no tocaban el suelo y uno más para saber que me encontraba montada sobre su hombro. Comienzo a golpearle la espalda y a moverme mientras encontraba la conexión con mi voz... —¡Suéltame! No puedes hacer esto.. ¡BÁJAME PARA QUE PUEDA REGRESAR HAY DENTRO Y BESARME CON NATHANIEL.. QUIZÁS LOGRE QUE TE AUMENTEN EL SUELDO..!— la segunda parte se me había acabado de ocurrir y la grite tan alto que me desgarre la garganta, aún así no me arrepiento de haberlo dicho y esperaba que le doliera, aunque fuera una mínima parte de lo que me dolía a mi..
—Bien, si eso ayuda para que te calmes y las cosas se igualen entre nosotros, déjare que me pagues con la misma moneda..— responde pero no se detuvo y mucho menos me bajó, siguió caminando pasando por la parte trasera del bar.
—No quiero pagarte, estúpido, lo único que quiero es hacer algo por nosotros, así como lo hiciste tú. ¿Acaso crees que yo no puedo sacrificarme por los dos?—
—Quiero pensar que hablas por puro despecho y que nada es en serio..—
—Haya tu si quieres engañarte— lo interrumpó reanudando los golpes y el forcejeó.. De alguna manera debía lograr que me dejar en paz.
—Marinette te juro que aunque me maten los celos soy capaz de llevarte personalmente con el imbécil de Nathaniel y sentarme a observar como me devuelves el golpe. Todo con tal de que olvides esto y me perdones— dicho eso me depósito con suavidad en el piso y abrió la puerta del auto, para luego obligarme a entrar. Cerró deprisa y de igual manera rodio el cofre para no darme ni la más mínima oportunidad de escapar.
—No soy una cualquiera, y no me rebajare a tu nivel.. Marcus me lo advirtió, me dijo que si me encaprichaba con tigo sufriría. ¡Debí hacerle caso y casarme con Ethan cuando pude.. Debí mantenerme firme y lejos de ti!— le dije una vez que se sentó y arranco el motor.
—¿Marcus te dijo que te casarás con Ethan?— pregunto claramente sorprendió.
—Y con razón, el mejor que nadie debe saber quién eres realmente.. Quien mejor que tu padre para advertirme que clase de hombre eras tú..—
—El no me conoce y por lo visto tampoco tu..—
—Tienes razón, no te conozco. ¿Quieres explicarme porque te gusta jugar con migo? ¿Que ganas con subirme al cielo para después dejarme caer en el infierno?— soltó un momento el volante para pasarse las manos por el cabello mojado, un movimiento típico en el cuando estaba desesperado, luego suspiro tan pesado y hondo que creí que se me iría la vida entera en ese simple y triste gesto. Yo por mi parte me talle el rostro y me eche a temblar, el interior del auto se había tornado repentinamente muy frío y la ropa mojada se me pegaba al cuerpo y no hacia mas que empeorar la situación..
—Te amo..— dijo y la profundidad de su voz me desgarro el pecho. —..se que eso no es una explicación y que tampoco justicia las estupideces que cometí, pero es la verdad y la única que puedo darte— bufé clavando los ojos en el cristal delantero..
—¿Amor? Y yo que pensaba que lo único que querías era tener a una estúpida sumisa con quién tener sexo a la hora que se te antojara.. ¡Valla pero qué novedad!— no supe si la tormenta continuaba o eran mis ojos llorosos la razón de que no pudiera ves mas allá de las luces delanteras y del manchón borroso y empañado que los limpia parabrisas no eran capaz de quitar..
—Te permito que me insultes pero no dejaré que te burles de lo único genuino y hermoso que he sentido en toda mi maldita vida..— aquello sonó como si de verdad le doliera, como si su corazón fuera el que hablo y estuviera agonizando en su pecho. Debía reconocer que era muy hábil en el arte del engaño, si bajaba la guardia, aunque fuera por un segundo el era capaz de hacer que me echara en sus brazos y fuera yo quien le pidiera perdon. Mantengo la boca bien cerrada y espero a que lleguemos se estacione y apague el motor para bajar del auto, atravieso la acera y posteriormente el quicio de la puerta, corro a la habitación, donde saco la maleta y rápidamente vuelvo a meter dentro la ropa que ha sacado en estos últimos días. Era plenamente consiente de que estaba mojada y goteando pero no podía perder el tiempo cambiándome y mucho menos duchandome, ya tendría oportunidad de hacerlo cuando encontrara un lugar donde refugiarme del señor bipolar, egocéntrico y ahora también mentiroso, traidor y embustero. Arrastro la maleta por el piso sin apartar la mirada de la salida, no quiero observar a mi alrededor, se que si lo hago los recuerdos deprimentes del adiós borraran los momentos maravillosos que pase aquí.. La perilla no cedió y la vuelvo a girar, una, dos, tres veces mas, ejerciendo mas fuerza hasta que prácticamente me encuentro forcejeando con ella. Maldigo y cierro los ojos.. —Adrien abre la puerta— le pido y maldigo nuevamente por no haberle pedido una copia de la maldita llave.. —¡Que abras la maldita puerta!— grito volviéndome hacia el, que se encuentra mirándome desde el borde del sofá. Se recarga y se cruza de brazos antes de responderme..
—No. No te irás, no por una estupidez cómo está— suelto la maleta y me planto frente a él.
—¿Me tendrás encerrada aquí como pretendía hacerlo Félix?— le pregunto irónica por el parecido sicópata que tenían en común. Niega despacio con la cabeza y me atrevía a decir que los celos tomaron posesión de sus facciones duras e irascibles..
—No se porque lo hizo ni tampoco quiero saberlo. Pero que te quede muy claro que yo no soy como el, yo tengo métodos para retenerte aquí con migo para siempre— paso saliva repentinamente intimidada por su tono de voz, asustada por aquellos métodos de los que habla y parece muy seguro de ellos. Por otra parte el tenía razón, ni por asomó era igual a Félix, y la gran diferencia radicaba en sus ojos verdes que demostraban cien veces mas lo posesivo, loco y apasionado que era.. Aparto de mi mente las ideas que me vinieron a la cabeza, donde Adrien haría gala de sus métodos de seducción para cumplir con su amenaza. (¡Vasta!) me regaño a mi misma. (Tienes que irte y lo sabes) retomo mi plan y abro la boca para decirle..
—El que valla a tener un hijo no quiere decir que estoy amarrada a ti, puedo irme a donde se me de la gana y hacerme cargo sola de lo que sea que venga— doy un paso atrás ignorando que el también esta empapado y con el torso aún desnudó, lo cual me permitía ver como los restos de la lluvia se deslizaban por su piel..
—No lo dudó, se que Félix sigue esperando sentado por ti y estará dispuesto a cargar con un hijo que no sea suyo con tal de tenerte a su lado.. pero no saldrás de aquí y te llevarás todo lo que me mantiene con vida— asegura y se endereza para acercarse a mí, tal y como lo haría un león segundos antes de devorar a la pobre y temblorosa gacela.. —¡Eres mía!— exclama y me estremezco a causa de la intensidad de su voz.
—Ya no, y entiende que no puedes obligarme a estar aquí..— me engancha las manos en la cadera y me acorrala contra el muro. ¡Mierda! —¡Déjame ir!—
—No..— me besa y logra que por una fracción de segundo se me olvide todo inclusive mi nombre. Lo empujo por el pecho y aprovecho que se tambalea y me suelta para escapar y poner distancia..
—¡Te odio! ¡Odio con todo mi ser el haberme entregado a ti en cuerpo y alma!— me tallo la boca con resentimiento y continuo retrocediendo mientras el intenta acercarse..
—Adelante, ódiame todo lo que quieras, pero no te irás, y aunque te cueste creerlo ese fue el único beso que permití en estos cuatro días que llevó trabajando allí— suelto una carcajada agria y me detengo en la mesa del comedor, utilizándola de barrera..
—¡Claro y después me dirás qué la luna es de queso y las nubes de algodón de azúcar! ¿Cuantos años crees que tengo?— Adrien se quedo al otro extremo y se llevo las manos a la nuca, miro al techo y parecía estar soltando maldiciones en voz baja. Luego volvió a posar su mirada sobre mi.. —Los suficientes para dejarte de niñerías, calmarte y escuchar mis explicaciones y lamentos..—
—¡Cierra la boca! No quiero escucharte.. Si no puedo largarme por las buenas lo haré por las malas..— busco en la maraña de recuerdos y pensamientos hasta dar con la maldita frase que necesitaba.. —Tikki transform...—
—Espera un momento, no puedes transformarte..— me interrumpe mi Kwami, saliendo de mí bolsa. —..recuerda que estás embarazada y yo sería absorbida por el Miraculous y de alguna forma pasaría a ser parte también de ti, así que no sé cuáles sean las repercusiones que eso podría traerte, en especial al bebé..— me explica.
—¡Mierda!— exclamé y en medio del enojo y la rabia jale el maldito mantel, haciendo que todo cayera al piso y se rompiera en mil pedazos, al igual que mi última esperanza de salir de aquí.. Esperó unos minutos para calmarme y aceptar que solo me queda una opción. Alzo el rostro y me aseguro de no dejarle ver que acabo de rendirme y aceptar entrar en su juego.. —Bien.. Me quedaré, pero solo con una condición— jugaría, si, pero le cambiaría las reglas y ya veremos quien pierde al final.
—¿Cual?— pregunta y la chispa de una sonrisa se le asomó por el rostro.
—Que seremos dos completos desconocidos y por ningún motivo te quiero cerca de mí..—
—¿Estas bromeando?— me corta esfumando la sonrisa, la alegría y las esperanzas de su semblante.. —Pídeme cualquier otra cosa menos eso..—
—Es la única manera de que pueda seguir aquí, así que tú decides, y te juro que si rechazas mi condición no descansaré hasta encontrar la forma de huir de aquí y nunca más me volverás a ver— no supe como es que logre sonar tan segura de mi misma, si por dentro me debatía entre mi orgullo y el amor que le tenía, todo para saber cual de los dos pesaba mas..
—Debo estar completamente loco para aceptar está estupidez..— aquello fue suficiente para saber que había aceptado y que a partir de ahora nos veríamos como dos extraños que sin importar cuantos recuerdos nos unieran no volveríamos a estar juntos.. Así me estuviera muriendo por dentro no daría mi brazo a torcer. Tomó mi maleta y regreso a la habitación donde la vacío por completo y lanzo la ropa hasta que quedó regada por todo el lugar, lloro y me marcho al baño, donde puse el pestillo y me desnude para meterme bajo el chorro de agua caliente. Pase los minutos sentada en el piso y repitiendo una y otra vez la cinta, (No importa, algún día podrás superarlo y dejara de doler tanto) aquello no me convencía y mucho menos me consolaba. Con cada segundo que transcurre mi estúpida condición me parecía mas absurda. ¿Como lograría pasar el tiempo cerca de el sin echarme para atrás?
Me envuelvo en la toalla y al salir me aseguro de que Adrien continúe en la sala para encerrarme en la habitación. Me pongo ropa cómoda y reúno el valor para ir a la cocina.. Camino por el pasillo escuchando la charla que mantenía con Plagg y con Tikki, ambos sonaban molestos y parecían no estar de acuerdo entre sí. Me detengo frente a la gaveta donde saco la tetera, la lleno de agua y la pongo al fuego, después saco del cajón las píldoras de hierro junto con algunos analgésicos, lo último que quería era enfermar y que la gripe se volviera pulmonía.. —Te advertí que esto podría pasar.. Te lo dije pero como siempre no escuchas a nadie y te dejas llevar por tus decisiones erradas— le decía Plagg. Me recargo contra la encimera y finjo que observó el hilo de vapor que comienza a salir de la tetera.. —Lo sé.. Todo se me ha ido de las manos y lo peor es que fue por un simple beso que no significó ni significara nada..— aprieto el borde de mármol mientras escuchaba sus pasos rumbo al pasillo. Me enjuagó las lágrimas para dedicarme a buscar una taza y los sobres de té instantáneo... Posteriormente escuché el resoplido que causa el vapor y con cuidado sirvo el agua hirviendo en la taza y empapó la bolsita que segundos antes he dejado dentro.. Poco a poco la infusión toma color y me la acerque al rostro para inhalar el fragante aroma que desprendió.. —Marinette se que esta es una pregunta idiota y fuera de lugar, pero ¿te encuentras bien?—
—Si te refieres a la salud física, si lo estoy..— le respondo a Tikki. —Y en lo que respecta a mi salud emocional confio en que pronto lo estaré— meto las píldoras en mi boca y bebo un trago de té.
—Lamento haber callado que Adrien trabajaba en ese bar..—
—No es tu culpa.. Se que le debes tu lealtad al dueño de tu Miraculous, así que no hay problema— Plagg se sienta sobre la encimera, sus ojos verdes y gatunos me miran con tristeza.
—No fue por eso, si no porque no había mala intención. Esa chica, Sabrina fue rechazada por el en muchas ocaciones..—
—No me interesa saberlo.. Lo que paso ya no importa— le digo y me apresuro a beber el resto del té..
Después regreso a la habitación y paso de largo hasta la cama sin prestarle atención al rubio recién duchado y con solo un bóxer negro puesto. Me meto en la cama, esperando que el también lo hiciera, pero en cambio lo escuchó abrir la puerta y acto seguido me quedó en completa obscuridad.. Me abrazo a la almohada y sollozó contra ella, me siento sola y con unas infinitas ganas de salir corriendo y regresar en el tiempo, hasta aquellos días en los que Adrien y este maldito amor no existían en mi vida...
Esa noche fue eterna, al igual que las siguientes dos que pasaron. La buena noticia fue que mi anemia no causo problemas y dejo que mi estado de salud se quedara solo en un leve catarro sin importancia. La mala noticia fue que me costo muchísimo no recibirlo con los brazos abiertos y aún mas verlo salir cada noche de la habitación para darme el espacio que yo misma le había pedido..
Los días eran otra historia. Procuraba salir una vez que el se iba y le dedicaba toda mi atención al trabajo, lo cual me mantenía distraída y con la mente lejos de Adrien. También trataba de pensar en el bebé, pero ciertamente no me ayudaba mucho, no cuando trataba con todas mis fuerzas de odiar a su padre, por lo que no podía evitar sentirme entre la espada y la pared. No volví a tocarme el vientre y me asustaba el echo de estar deseando con toda mi alma el no estar embarazada y así poder romper definitivamente con el.
De regreso a casa me repetía que no podía convertirme en una persona amargada y sin ningún tipo de ilusión, sobretodo porque ya no podía deshacer mis decisiones y mucho menos desaparecer a mi hijo.. Las cosas no cambiarían y debía seguir adelante con lo que me quedaba, aunque no fuera mucho..
Una semana después ya no podía soportar esto, me movía de un lugar a otro por la angosta habitación, esquivando el desastre que había por doquier.. Era tarde y sabia que Adrien no tardaría en llegar. ¿Porque no había intentado arreglar las cosas? Me preguntaba una y otra vez, (Se te olvida que tu misma pusiste las reglas) me recuerda la razón, ¡Lo se! Pero creí que se las arreglaría para hacerme cambiar de opinión. Odiaba ser tan volátil y bipolar. Odiaba sentirme tan desesperada sin encontrar la manera de calmar mi adicción por él. Soy una adicta que tiembla y llora sin ninguna razón, alguien que esta dispuesta a sacarse el corazón con tal de parar de sufrir..
La noche es demasiado fría, no hay estrellas ni luna y el cielo esta completamente encapotado. Hundo las manos en los bolsillos de mi abrigó y continuo caminando por la acera húmeda, apenas hace unos minutos que ha parado de llover y los charcos estaban a la orden del día, no me molesto en esquivarlos y al pisarlos causan un sonido hueco que rompe la quietud del silencio. Sabia que salir a esta hora, sola y sin saber realmente a donde me dirijo era una pésima idea, pero no podía seguir entre las cuatro paredes de la habitación dejando que poco a poco todo me consuma, por lo que vagar sin rumbo fijo fue la única salida que encontré. Ojala pudiera llamar a Alya y desahogarme con ella, pero no me había atrevido a usar el móvil por temor a que Marcus pudiera rastrear mi paradero. No debe estar muy feliz, no después de que Chat Noir lo descubriera enfrente de todos y arruinara sus amoríos con Marianne. ¿Que sucedería con Gabriel y con ella? ¿Se habrán separado? Seguramente no y siguen aparentando que su matrimonio es perfecto. ¿Marianne me culpara por todo lo que paso? Si y es muy posible que me busque para vengarse de mí. Suspiro asustada, ya tenía en la bolsa más enemigos de los que quería, Marcus, Marianne, Chloe, Ethan.. Todos ellos me habían asegurado que me cobrarían la deuda y por desgracia ninguno bromeaba.. Doble en la siguiente esquina y a unos metros por delante se encuentra el restaurant bar de la familia de Nathaniel, aunque comenzaba a entender que la palabra "restaurant" era solo un titulo normal para ocultar la verdad que encerraba dicho lugar. No estaba segura pero algo me decía que los juegos de poker no eran simples actividades para pasar el rato y movían mas dinero del que ganaba el negoció en un mes entero. Me detuve al llegar y me gire para ver el letrero pegado en la puerta que indicaba que estaba abierto. Aquella noche no le preste atención a la fachada y hasta ahora notaba que era de estilo clásico, con muros de cantera y marcos de madera gruesa y rústica. La música sonaba ahogada y acompañada por el barullo de voces. A mi derecha un grupo de hombres se acercan a la puerta y me aparto de su camino, todos venían vestidos de trajes, y algunos se habían quitado el saco y aflojado las corbatas, pero se notaba que gozaban de una buena posición económica. Los sigo unos metros por detrás y aunque no quiero me pregunto si el trabajo de Adrien consistía en hacer que estos hombres perdieran su efectivo y aún peor que quedaran endeudados hasta el cuello. No lo dude, Adrien ya me había demostrado ser un experto estafando y engañando a las personas sin mencionar que era todo un profesional jugando al poker, sin embargo, me negué rotundamente a aceptarlo. De ser cierto el podría ir a parar a la cárcel y ya ni siquiera Gabriel lo ayudaría a salir de eso.. A diferencia de la última vez que estuve aquí, me dispuse a tomar asiento en una mesa del lado izquierdo, desde donde tengo plena vista de la pared de biombos que ocultaba la verdadera acción. La curiosidad me pica, quería saber si todas mis sospechas eran ciertas, mas aún viendo que el grupo de hombres se perdió por detrás. No me levanto y me digo que es mejor no inmiscuirse en eso, además de que no sabia si Adrien continuaba trabajando aquí o si había renunciado ya, tampoco me apetecía averiguar si Sabrina estaba aquí, ya tenía suficiente con lo que vi aquella noche como para agregarle mas. Recargo los brazos sobre la mesa y observo la barra, hasta que reconozco la espalda de Nathaniel quien parece estar hablando con un hombre mayor, su abuelo supuse yo. El chico de cabello naranja se dio la vuelta y contra todo pronóstico miro en mi dirección y sin pensárselo dos veces se acercó, algo que logro sacarme una débil y pequeña sonrisa.
—Marinette ahora sí que no esperaba verte de nuevo aquí— me dijo y apoyo las palmas de las manos sobre la mesa, de modo que se inclino hacia mí.
—He venido por el trago que me ofreciste aquella noche— le respondo conservando la sonrisa.
—Ok, un tequila entonces..— dicho eso se enderezó y arqueó las comisuras de sus labios..
—Mejor que sea una botella y sé que estás trabajando pero ¿podrías acompañarme?— su sonrisa se amplio mucho mas y asintió para después marcharse de regreso a la barra y mientras lo observaba hablar con el barman me recordé que no podía beber, el alcohol y el embarazó no se llevaban nada bien..
El dejo la botella y un par de vasos tequileros sobre la mesa y se sentó frente a mi.. —Lo que ordeno la señorita, una botella grande de tequila— me dijo sirviendo los primeros tragos. Alargo la mano para tomar el vaso y vaciló.. Hasta que término por acercarme el filo de cristal a los labios e ingiero sin pensar y de un solo trago el fuerte y ardiente alcohol. Carraspeo la garganta y algo dentro de mi se dispara y se suelta, era la adrenalina de estar haciendo algo prohibido y a espaldas de Adrien..
—Gracias.. Espero no causarte problemas con tu abuelo— le digo y me tomo otro mas, reprimiendo la sonrisa que me causa el darle la espalda ha todo y hacer por primera vez lo que se me diera la gana..
—No te preocupes, el me ha repetido hasta el cansancio que el cliente siempre tiene la razón, así que técnicamente hago bien mi trabajo— no espero que el me sirva y yo misma lleno el vaso, para luego descargarlo en mi boca, ya ni siquiera notó el ardor que deja en mi garganta y disfruto del sabor fuerte que tiene.. Era delicioso y me ayudaba a sentirme de nuevo viva y con el corazón latiendo acelerado..
—Me preguntaba porque el destino te puso de nuevo en mi camino y ahora sé que fue para ayudarme a embrigarme y olvidar la mierda que es mi vida— las palabras no me duelen y puedo respirar a mis anchas. El tequila era una completa maravilla y me lamente por haber esperado tanto para probarlo..
—Anoche obligue a Sabrina a decirme lo que ocurrió.. Lamento que mi hermana te cause problemas con Adrien— dijo el y se termino apenas su primera ronda. Me pase el liquido y lo mire a la cara, se notaba que era sincero aunque justo ahora y bajo la tutela del alcohol no podía estar segura de nada.
—La culpa no fue solo de ella, Adrien es un mujeriego que no necesita de mucho estímulo para caer en el juego. La única tonta he sido yo, que prácticamente daba la vida por el— me río de mi, tan fuerte que hasta yo misma me desconocía. Estaba tan cerca de cruzar la linea que me separaba de la borrachera que me serví otro trago mas para acabar de cruzarla..
—hable con el dos veces y aunque no me agrada, me parecía que estaba muy enamorado de ti..—
—Nunca me imaginé que llegaría el día en que desearía nunca haber conocido a Adrien y por lo tanto que tú y yo siguieramos juntos..— le digo y observo de nuevo su rostro, sus ojos azules y lo bien que contrastan con el color rojo de su pelo.. —Es una patética ironía que el destino nos juntara de nuevo, solo para que vieras cómo el me hacia lo mismo que yo te hice a ti— Nathaniel sonríe de lado y niega despacio..
—Fuimos ambos, los dos nos engañamos mutuamente en aquella época y no sabes cuanto lo lamento—
—No lo hagas..— le dije. Después note como todos mis pensamientos se mezclaban entre si y dejaban de tener sentido, a mi alrededor todo se veía mas colorido y lleno de vida, incluso Nathaniel..
—Marinette se que estas dolida con el y por eso estás aquí, pero yo aún te sigo amando y si tú quieres podemos intentarlo nuevamente..— se detuvo y bajo la mirada a sus manos, y yo aunque estuviera ebria seguía consiente de que no funcionaría, de que jamás volvería a servir. Ya no tenía corazón y por lo tanto ya no podía volver a amar..
—Nathaniel no quiero lastimarte otra vez.. Mira yo sé que no podré olvidarlo, el se metió en mi piel y lo llevo tan dentro que pronto saldrá el mayor recordatorio de eso..— cierro la boca para evitar que la palabra bebé salga y me arruine la diversión. Yo no había pedido estar embarazada así que no era mi problema, no tenía porqué limitarme y vivir atada a todas la estupideces que cometí por su culpa.. (¡Pudrete Adrien!) pienso y me echo a reír.. (¡Tu y todo lo que tenga que ver contigo!) me sirvo mas tequila y me río mas fuerte cuando lo derramo por accidente..
—Aun así, me mata verte llorar por él..— ¿Estaba llorando? —..No lo merece y para mí será un verdadero honor que me vuelvas a romper el corazón—
—Ahora no puedo pensar con claridad, el tequila me ha pegado muy duró..— le respondí y escucho mi voz distorsionada y arrastrada..
—Entonces solo deja que hable tu corazón y estoy seguro de que ya no quiere sufrir más..— me dijo él y estiro el brazo para tomar mi mano, su tacto me causo un débil cosquilleo que desató de nuevo mi absurdo e histérico ataque de risa...
—Te equivocas, ya no lo soporto, se que te parecerá lo más ridículo que hayas escuchado jamás, pero se muere por estar con el.. Es adicto al dolor y solo quiere que cierre los ojos y finja que nada paso— los cambios de humor pasan tan rápido que me es completamente imposible seguirles el paso, triste, feliz, furiosa y de nuevo feliz.. Todo repitiéndose una y otra vez mientras me hundo mas en la laguna mental que tenía en la cabeza.
—Lo entiendo, yo mismo sé como se siente.. pasé días luchando con las ganas de salir detrás tuyo y arrodillarme a tus pies hasta que todo volviera a ser como antes— no puedo recordar nada por mas que lo intentaba, y a decir verdad ya no sabia a que se refería ni de que demonios estábamos hablando..
—Es horrible... Más... Doloroso de lo que te... De lo que puedes imaginar..— fue lo único que pude responder, un montón de palabras rotas y sin sentido alguno. Me río y después sollozó..
—Creo que ya has bebido mucho..— escucho que dice y trata de quitarme la botella de las manos..
—¿Que dices? Si apenas sí le he bajado la mitad...— le reproche frunciendo el entrecejo.. —¡Vamos brinda con migo por.. Por nuestras penosas vidas...— le pedí. Pego los labios a la boquilla de la botella y le doy un trago largo brindando por Adrien..
—Mari..—
—¿Sabes? Me gustaba mucho cuando me llamabas así..— le cuento rememorando aquellos días en los que todo era tan facil como respirar.. —..dilo otra vez..— Nathaniel me sonríe y suspira, el gesto me parece adorable y sentí el impulso de echarme sobre el y buscar en sus labios la puerta al pasado..
—Mari es demaciado alcohol para una noche..— me complace para luego arruinarlo tratando de quitarme lo único que me mantenía al margen de todo.
—Me enamoraste diciéndome así..— arrastro las palabras y hago un enorme esfuerzo para no perder el hilo de mis pensamientos.. —Eras un novio perfecto.. Tus.. tus labios eran irresistibles y de haber echo el amor con tigo estoy segura de que también hubieras sido perfecto en eso..— la sangre se me sube a la cabeza y me estremezco.. —Lastima que... Que ya es tarde para probar la teoría— el pelirrojo deja salir una sonrisa lobuna y me comienza acariciar el antebrazo. O eso es lo que creó ya que la conexión con mi cerebro cada vez es mas lenta y torpe..
—¿Quien dijo que era tarde? Aún podemos averiguarlo..— me quedo callada a la espera de que la molesta voz de la razón salga para soltarme su sermón sobre la moral, sin embargo, no lo hace y creo que es gracias al tequila que se ha relajado y me dejara ser libre, al menos por esta noche.. Le dedico una sonrisa y me digo ¿Que más da? Si de todas formas ya no tenía nada que perder...
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