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"Callejón"


Hola, antes de empezar este nuevo capítulo quise agradecer a las lectoras que se tomaron el tiempo y la molestia de comentar su opinión respecto a las preguntas que les hice en mi anterior publicación.
Por otra parte también quiero decirles que alguien me comento que no le agradaba leer el lemon por lo que decidí poner esta señal (*) al inició y también al final, para que les fuera mas fácil identificar que partes de la historia saltarse.
Ya no las aburro mas con este texto informativo y las dejo con la historia.
Ojala la disfruten y comenten. Un enorme saludo y nos estaremos leyendo pronto..

                                                                                                                 "Callejón"

Esta noche en particular, me sentía observada, perseguida y por consecuencia muy nerviosa.
Aceleró aun mas mi paso mientras en mi mente repasaba frenéticamente las pocas técnicas de autodefensa que sabía. Le rompería la nariz de ser necesario, algo que de ante mano sabia que no me salvaría. Mas sin embargo, fuera lo que fuera, no planeaba ponérsela fácil, intentaría luchar sin importar que demanios ocurriera después.
Medio segundo mas tarde algo o mas bien alguien me detuvo. Me aferro por el brazo y me hizo detenerme abruptamente. —¿Te vas tan pronto?— su fría pregunta y su horrible voz se colaron por mis oídos, trayendo con sigo un escalofriante augurio. No pleanaba mirarlo, de echo me hayaba mas consnetrada en poner en práctica mis habilidades en combate, dejando de lado lo ridículo y poco útil que me resultaría aquello.
—Sueltame— le ordené. El hombre negó con la cabeza al tiempo que su fea sonrisa se ensanchaba.
—Aun no.. La fiesta apenas comienza— pese a mi estado zombie, al alcohol y al miedo descomunal que sentía pude entender a detalle a que se refería. Se le echaba de ver por cada poro las horribles y negras intenciones que guardaba. Retrocedí un paso sin estar plenamente consiente de como lo había echó, pero fue inútil, el me hizo devolverlo y me arrostró con el rumbo a la zona mas obscura del callejón.
—¡Sueltame!— le ordene de nuevo, luchando inútilmente para soltarme..
—Supongo que no eres tan estúpida como para no saber que soltarte es lo último que planeó hacer, así que mas vale que te tranquilices y cooperes conmigo— por supuesto que no lo haría. Seguiría tirando de mi brazo hasta lograr liberarme, sin embargo, y tristemente no lograba sacarme de su agarre y siguió llevándome con el rumbo a los callejones laterales del club. (¡Mierda!) Conocía bien aquellos lugares, fríos y lejos de la vista de cualquier curioso que caminara por el aparcamiento o la avenida. —Creeme, solo te estas lastimando a ti misma. No abra nada que puedas hacer para evitarlo— comencé a sudar, el pánico se expandió por mi cuerpo y quise echarme a llorar por lo que me esperaba, pero sabía que si permitía que el miedo y la desesperación me ganarán sería mucho peor, por lo que contengo las lágrimas y observó aterrada la boca de lobo a la que me ha traído..
Me arroja contra alguna de las paredes y caigo al piso soltando un sofocafo alarido de dolor cuando el aire se me escapó de los pulmones. —Vamos no le hagas dañó— se escucha otra voz, haciendo eco entre la obscuridad.
—No quiero hacerlo.. pero no ha querido cooperar conmigo— se quejó su cómplice con tono aún más sinico que antes.
—Vamos lindura, será mejor que no pongas resistencia..— hablo de nuevo aquella voz desconocida. —Te garantizo que no te haremos daño, siempre y cuando tú pongas de tu parte y nos hagas más fácil nuestro trabajo— dicho aquello todo dejó de tener sentido para mí, ¿Desde cuando violar a alguien se consideraba trabajo? A menos de que alguien por alguna asquerosa razon les ordenara y pagará hacerlo.
—Recuerden que el jefe ordenó que no la lastimaramos— intervino un tercero.
—Y no lo haremos, aunque pensándolo mejor no estaría mal divertirnos con ella un rato— la sangre huyó de mi cuerpo, dejándolo rígido y pesado. Pero pese a todo me obligue a alza la vista y agudizar mi visión, forzandola hasta que se acostumbrara a la escasa y casi nula iluminación. Minuto después solo pude ver que vestían trajes negros, seguramente para terminar de asegurarse de clamuflajearse entre la espesa negrura.
—¡No se acerquen, alejense de mi!— les grite y en respuesta solo escuché sus risas roncas por la excitación.
—Eres testaruda— se burló el que me había traído aquí.
—¡Ayudenme! ¡Por favor que alguien me ayude!— continúe gritando aún sabiendo que el ruido del club ahogaria mis tontas súplicas. Me abrazó a mí misma y simplemente me resigno a esperar y soportar lo peor.
Mi cuerpo tembloso volvió a impactar contra el muro, esta vez ya inmovilizado por otro pesado cuerpo. Mi cuello fue invadido por unos labios bruscos cuyo propósito era única y exclusivamente torturar sin piedad mi piel. Grite hasta quedar afónica, a cada minuto que transcurría perdia la fuerza al tratar de defenderme de lo inevitable. Cerré los ojos y deje de moverme, sintiendo los primeros rastros de lágrimas en mis ojos...
¿Podría superar esto? Me pregunte para consentrarme en otra cosa que no fuera las manos que intentaban desesperadamente quitarme el vestido.. ¿Podría seguir viviendo con esto en mi cabeza? La respuesta fue más que evidente. No podría, aún si tenia en cuenta la larga lista de errores que había cometido hasta ahora. Tambien pensé en Félix, en todas y cada una de las veces que me he acostado con el sin saber si realmente quería hacerlo. En la forma en la que nuestra relación había comenzado y a decir verdad después de esto no podría volver a estar con él sin que estas preguntas volvieran a perturvar mi mente.
El pasar del tiempo me parecía eterno pero entre el sonido de mi llanto y de mi ropa al ser desgarrada se alzó otro, un golpe sordo que resonó hueco en mi cabeza. Cerré con más fuerza mis ojos y trate de parar de llorar, pues hasta ahora recordaba, o mejor dicho me daba cuenta de que la lluvia seguía cayendo, fuerte y bastante elada.
—Has elegido un pésimo momento para interrumpir— dijo alguien y acto seguido la tortura cedió. Seguramente se debía a que por fin se habían alejado de mí.
—Es una lástima..— dijo una voz que pese al terror que sentía pude identificar muy bien.. (Adrien) —Lamento arruinar su noche pero tal parece que la dama no quiere continuar—  abrí los ojos aliviada, y pude ver entre las gotas de lluvia su silueta.
—¿Idiota cres que puedes contra nosotros?— le pregunto irónico. —Te superamos en número— continuo mientras se limpiaba la sangre que brotaba de su labio. Adrien por su parte solo le sonrió, o eso creía yo, ya que me era prácticamente imposible estar plenamente segura de lo que estaba sucediendo a mí alrededor. Los golpes comenzaron, y obviamente temí por Adrien, quien fue inmovilizado para qué les fuera más fácil golpearlo.
—Lamenteras el haber metido tu nariz donde no te llamaban— le aseguró el tipo más alto y también el más corpulento del grupo, al tiempo que le propinaba un fuerte golpe en el estómago. El rubio se dobló de dolor..
—Sueltalo..— odie que mi voz apenas fuera audible, quería gritar, ponerme de pie y defenderme a mí misma, pero aún tenía el cuerpo pasado y la cabeza me daba vueltas sin ningún control. (Maldita sea)
—Ya no eres tan valiente ahora.. ¿O si?—  se burló a la vez que impactaba su puño en la mandíbula de Adrien.
—Por favor, déjalo ya— tras decir esto como pude me puse de pie, pegándo de inmediato mi espada al muro. Frente a mi otro golpe impacta el estómago de Adrien quien suelta violentamente el aire. ¡Dios! Si continuaban así lo dejaría muy mal erido. Las lágrimas vuelven a derramarse de mis ojos y no consigo saber que demonios debo hacer..
—Dejenla ir— logra decir Adrien entre jadeos.
—Lo siento, pero ella es nuestra— le responde. No logré entender aquello, (Suya) ¿Aque se refería con eso?.
Fue entonces que el rubio me miró, y pese a todo logré entender que intentaba decirme, (Vete, ulle de aquí y busca ayuda) Quise decirle que no, pero sabía muy bien que yo no podría ayudarlo. Doy un paso a la derecha y me echo a correr por el estrecho y humedo callejón, aprovechando que ya no traigo puestos los zapatos altos. Acerelo mis zancadas y siento que no es suficiente, por lo que me fuerzo a duplicar mi trote y cuando por fin logro alcanzar el final me sigo derecho, atravesando el mojado y frío aparcamiento, rumbo a la decierta carretera. —¡JODER!— grite temblando de frío.. No podía ser posible que ningún auto pasará. Me aparto desesperada y con violencia el cabello del rostro y parpadeo para evitar que las molestas gotas me empañaran la visión. Vuelvo a gritar y decido seguir caminando, mientras me maldecía a mí misma por no pensar con rapidez. (¡Mierda Marinette, como no se te había ocurrido volver al club para pedir ayuda y llamar a la policía!) Me reproche a mí misma camino a la puerta principal.. pero justo antes de alcanzarla alguien me detiene por el brazo y me frena con brusquedad, (No otra vez)..
—Tranquila, soy yo..— me sobresalto y jadeo en busca de oxígeno el cual solo quemo mis pulmones. Arrugue la nariz y solo después pude recordar la familiaridad de su voz..
—Adrien— murmuré.. me suelta y me rodea para pararse frente a mí..
—¿Dime estas bien?— su voz al igual que su rostro estaban llenos de ansiedad. Mientras que yo por mi parte no pude articular palabra. Me había quedado paralizada y tal parece que por fin el impacto de todo lo ocurrido me había golpeado en serio. Pasa un minuto completo antes de que el me envolviera entre sus brazos, haciendo de inmediato que me sintiera protegida y extrañamente mucho más tranquila.
Lo que siguió a continuación me pareció que lo iba captando en fragmentos rotos e inconexos, porque no supe en que momento volví a atravesar el aparcamiento para llegar al interior de un coche, el cual era cálido y cómodo. No pongo objecion alguna y me limito a mirar la carretera que se extendía frente mi..
—Se que es una pregunta estúpida, pero en serio necesito que me digas si ¿estás bien?— intento encontrar la conexión con mi voz pero sigo perdida entre las gotas que impactan el cristal delantero.. —Marinette.. — me esfuerzo y logro mover la cabeza para afirmar que dentro de lo que cabe me encuentro bien.. —¿Segura? Es decir que tal vez sea mejor que te lleve a un hospital para que te revisen..—
—No..— murmuró con voz ronca y pastosa.. trago saliva y lo vuelvo a intentar.. —Estoy bien, y no necesito ir aún hospital, sólo llévame a casa y ya está—
Adrien se estaciona, pero sin apagar el motor. Por el rabillo del ojo lo observó buscar algo en el asiento trasero para luego depositarlo sobre mi regazo, y tras mirar hacía abajo descubro que es una gruesa chaqueta negra. (¡Mierda!) Exclamó al descubrir también que mi ropa interior está completamente expuesta, dado que mi fabuloso vestido está echo girones.
—Idotas, arruinaron mi ropa— comentó mientras me pongo la chaqueta..
—Valla, esos tipos estuvieron a punto de abusar de ti y tal parece que solo te preocupa que arruinaran tu vestido— lo miro y frunzo el entrecejo.
—¿Quieres que me eché a llorar?— le pregunto. —¿O prefieres que termine de entrar en pánico?— el captó al vuelo mi buena docis de sarcasmo.
—Claro que no, es sólo que me me sorprende que estés tan tranquila después de lo que sucedió—
—Lo estoy, ciertamente lamento que salieras herido por ayudarme, pero yo tenia planeado arregarmelas por mi misma..—
—¿A sí?— pregunta.
—Si, así es— se notaba que hacía un esfuerzo por no reirse de mí, y no lo culpó dado que a mí tambien me parecían ridículas y muy absurdas mis palabras.
—Como sea, me alegro de haber intervenido a tiempo y que esos mal nacidos no lograran su asqueroso cometido.. Pero Marinette hay algo que no entiendo aún..— deja la frase inconclusa para mirarme a los ojos. —Esos hombres hablaron de que tú eras suya. ¿Que querían decir con eso?—
—No lo se. Te juro que no los conozco, es la primera vez que los veo y no tengo ni la más remota idea del porque demonios dijeron eso— asiente y tal parece que me creyó.
—Bien, en ese caso deberías recurrir a la policía para que investiguen este caso—
—Tal vez no significa nada y solo lo dijeron para intimidar. Además honestamente no quiero que esto se sepa y se haga un problema innecesario. Por eso lo olvidaré por completo y lo dejaré pasar—
—Pero Marinette..—
—¿Podrias conducir y llevarme a casa?— claramente no está de acuerdo conmigo, pero aún así hace lo que le pido y vuelve a incorporar el vehículo a la carretera, conduciendo con precaución...
Después de que yo le diera mi dirección el sonido de la lluvia fue lo único que se escuchó.
Al llegar odie pensar que debía bajar del auto, y por ende despedirme del tibio interior. Me resigno y abro la puerta de un tirón. Afuera sigue lloviendo, tal parece que la tormenta no hace otra cosa más que empeorar. Aún así rodeo el auto y una vez en la acera me detengo para mirar atrás..
—Gracias por todo..— le digo al rubio que también ha salido del auto y me observa fijamente.. —Y supongo que lamento que te hayan golpeado por mi culpa—
—Ni lo menciones,  me alegro de haber podido ayudarte. ¿Segura que estarás bien?— sonreí.
—¿Te refieres a sí podré lograr pasar lo que resta de noche sin meterme en más líos?— ahora fue él quien sonrió. —Estare bien.. — le aseguró y tras repasarlo de la cabeza a los pies descubro que luce muy atractivo empapado y temblando de frío. Vuelvo a sonreír y está vez se me escapa una risilla por lo bajo.. —¿Y tú estarás bien si te vas ahora?— aquella pregunta lo sorprende, lo se por la forma en la que enarco sus cejas.
—Supongo que sí..— responde inseguro.
—¿Te gustaría pasar?— aquello seguro no lo esperaba, y siendo franca yo tampoco.. —Tengo ropa seca..— cierro la boca incrédula de mi misma.
—Ah.. pues.. yo..— esto me divierte, no solía encontrarme con chicos como él, tímidos y reservados. Porque por lo regular me aburrian tan pronto los veía. Pero con el sin duda era diferente y sin mencionar que era otro franco de ataqué para la importante familia a la que tanto me interesaba entrar. Los Agreste.
—¿Y bien?— no responde, solo continua mirándome.. —¿Necesitas toda la noche para decidir si quieres entrar o no?— quizás burlarme no era una buena idea, corría el peligro de alejarlo en lugar de atraerlo a mis encantos. Sonrió lo mejor que puedo y lo vuelvo a intentar.. —Vamos Adrien no pienso acerté daño, solo quiero ser amable con el hombre que me salvó la vida—
—No es eso, es que... No creo que a tus padres les agrade que yo esté en tu casa, considerando la hora y.. — me río, sin poder evitarlo..
—Te garantizo que no les importa.. No están en casa..— mi risa se desvanece.. —Puedes estar seguro de que ellos nunca lo sabrán— el aura obscura me envuelve de nuevo, y me recuerda cuales son mis verdaderas intenciones..
—Bueno, en ese caso podría pasar solo por un rato..— me doy la vuelta y reanudó mi trayecto a la puerta, que cede a la llave sin poner objeciones. Subo las escaleras y una vez dentro trato de encender la luz, pero tal parece que la tormenta saboteó la corriente eléctrica de la ciudad. Lanzó la chaqueta de Adrien algún lugar de la sala de estar y con cuidado me dirijo a la cosina donde a tientas busco las velas y los cerillos.. se que Adrien me sigue, porque escucho sus pisadas humedad sobre el piso de madera..
—¿Necesitas ayuda?— pregunta Adrien quien por su voz me hace pensar que está detrás de la barra, cerca de la ventana..
—No—
Sigo revolviendo cajones hasta que encuentro lo que buscó. —Voila— lo veo reír y por un segundo se me olvida toda la mierda que representa mi actual vida..
—Eres mágica, Marinette..— entrecerre mis ojos, sin dejar de mirar a los suyos..
—Magica— repito mientras me le acercó.. —Soy todo menos magia— dejo que mi mano recorra la tela mojada que se ciñe a su pecho y suba hasta su cuello.. —Yo podría ser tu peor pesadilla— su respiración se acelera, claramente ha tomado mi comentario como una forma de seduccion y por el momento me alivia que así sea. Me tomo otro minuto más para mirar sus ojos verdes, antes de continuar ablando.. —Vamos, te prometí ropa seca— lo tomo de la mano y con la otra libre me llevo la vela..
En mi habitación dejó la fuente de la escasa iluminación sobre el mueble para abrir mi clóset. Primero me deshago de mi ropa, quitándome los pedazos de tela mojada que una vez fueron un hermoso vestido de la marca "M,A" (Marcus Agreste) Lo dejó caer al piso para seguir con lo demás. Mis bragas también caen seguidos por mi sujetador de encaje negro, formando un bulto mojado que yace sobe mis pies. Soy consiente de que seguramente Adrien me está mirando, desde donde está tiene un amplió panorama de mi espalda y tracero, pero no me importa y mucho menos me incomoda. Habia funcionando años atrás  para seducir a su hermano mayor y ahora tenía que repetirse la misma historia.. Esperó un par de segundos y nada pasa, es decir que esperaba una reacción por su parte, quizás sus manos sobre mi cintura, o que al menos se me acercara y así poder sentirlo por detrás mío, pero tras mirar por encima de mi hombro descubro que no se ha movido, continua parado al centro de la habitación, junto a mi cama. Pero si me esta mirando, y pese a la media obscuridad que reina en el lugar puedo notar que está excitado..
Me pongo la camiseta holgada, que generalmente suelo usar para dormir y tomo de uno de los cajones un panst y una camiseta sin mangas y me giro para lanzárselas a Adrien.. —Toma usa esto..— (Si supieras que son de tu hermano) pienso.
El los toma al vuelo y examina la ropa que tiene en la mano.. —¿Tienes ropa de hombre en tu habitación?—
Luce sorprendido y aun no comprendo porque después de todo lo que ha pasado no deja de reaccionar así..
—¿Prefieres usar algo mío?— me echo a reír.. —Porque tengo preciosos conjuntos de lencería que podrías usar como pijamas— el niega con la cabeza mientras también se ríe de mi broma..
—No, por supuesto que no, es solamente que no esperaba esto, pensé que tendrías que ir a la habitación de tus padres por algo de ropa—
—La ropa de mi padre no te quedaría bien, aunque ciertamente su estilo es muy parecido al tuyo. Ambos correctos y reservados.. Siempre serios y taciturnos.. — de nuevo la rabia me invade, y lo único que deseó es acabar con esta farsa.. —Supongo que lo que esta destinado a ser, sera sin importar cuantas veces intentes cambiar la realidad—
—¿Marinette, odio admitir esto, pero es la tercera vez en esta noche que no logró entender a que rayos te refieres? — admite el frustrado y un tanto avergonzado.
—Nada en especial, son solo tonterías mías— me río por lo bajo para aligerar la tensión que mis comentarios causaron en el ambiente. Debía tener cuidado con mi boca que en su compañía parecía no tenerne filtros.
Permanezco en mi lugar a la espera de que el comience a desvestirse y no lo hace. Se queda ahí, sin quitarme los ojos de encima.. (¡Mierda!) Tal parece que el y su hermano son dos polos opuestos, lo cual significaba que yo tendría que hacer todo el trabajo. Me muevo hacia él, como un felino camino a su deliciosa e indefensa presa. Y dentro de mi algo se enciende, seguramente la emoción de tener el control sobre alguien, ¿porque de lo contrarió que mas podría ser? No estaba excitada y mucho menos Adrien me interesaba. Sólo seria mi forma de acercarme a él.. (*)
—¿Necesitas que te ayude con esto?—  le preguntó con voz baja y sensual. —Tomaré tu silencio como un si— me apresuró a continuar y acto seguido introduzco mis manos por debajo de su camiseta la cual levanto despacio hasta sacarla por completo. El sonido sordo que hace al caer provocó que Adrien se estremeciera. Puedo sentir como se excita conforme el tiempo avanza.. Su piel esta húmeda y tibia, y tras tocarla con mis labios se torna herizada y sensible..
—Marinette..— jadea y se tensa aun mas..
—Deja que yo me encargué de todo— le respondo bajando, hasta arrodillarme frente a él. Me tomo deliberadamente un par de minutos para pasar mis dedos por el filo de sus jeans, para tocar el vello que cubre su vientre bajó, luego toco el botón para abrirlo, seguido del cierre que bajo sin ninguna vacilación. Levanto el rostro y me encuentro con el suyo, y es entonces cuando deslizo el pantalón por sus muslos, llevándome también su bóxer en el proceso. Otro jadeo, o mas bien gemido se escapa de su boca y quiera o no mi cuerpo reacciona de manera natural con los primeros indicios de la excitación. Cierro un momento los ojos, para dejar que mi mente repase una vez mas mis motivos para hacer esto y después se concentre en mis objetivos, los cuales siempre y sin importar nada, se obstinaban en traerme a esta bochornosa situación junto a la humillación de tener que involucrarme fisicamente con alguien. Suelto el aliento y escuchó un gruñido gutural y salvaje el cual desata otra oleada de sensaciones a lo largo de mi cuerpo. Jadeó y tomo su miembro entre mis manos, el cual ya está erecto, listo y muy dispuesto para mí. Sonrió con el pulso alterado y mi respiración bastante irregular, como si hubiera corrido un maratón completo y sin descanso.
Al cabo de un minuto y ya sin pensarlo me inclinó para introducir entre mis labios apenas la punta, pasando mi juguetona lengua por su delicada piel. El miembro de Adrien se tornó más duro, lo cual hacía que sus venas fueran más notorias y marcadas, las sentía contra mi palma. Mi corazón se aceleró, marcando la primera embestida que le di contra mi boca. Cerré los ojos y deje que su sabor me terminará de perder. Que por un momento me hiciera olvidarme del mundo..
Continúe así, con su pene entrando y saliendo de mi boca, hasta que me pareció que no tardaría mucho en llegar a su límite, pero fue entonces que entre los gemidos y mi locura por llegar al Clímax Adrien me tomo del cabello y me detuvo. Con brusquedad o no permití que me echara para atrás, conectando nuestras miradas desenfocadas y llenas de deseó. Me muerdo el labio cuando el me toma entre sus fuertes brazos y me tira sobre la cama. Me quita la camiseta y sin previo aviso me penetra casi con violencia. ¡Joder! Me encantó aquello. Jamás me habría imaginado que llegaría a ser así, rudo y caliente. Gemi, alto y fuerte, tanto que mi garganta se desgarro. Por otra parte mi mirada que se hayaba perdida en el techo se desenfoca, y opto por cerrar los ojos y dedicarme entera y exclusivamente a sentir su miembro entre las paredes de mi humeda vagina.
—¡Oh, dios, Adrien no pares!— exclamó presa de movimientos involuntarios, provocados por su acelerado ritmo de entrar y salir. Arqueo la espalda y a estas alturas ya me encuentro galopando en un cielo lleno de luces, muy padecido al universo...
(*)
Se dejo caer a mi lado tendido boca arriba y no tengo idea de cuando fue que el culminó, y si lo había echo dentro o fuera de mí. Lo único que sabía era que me rompí en aquel mundo fantástico, donde había podido experimentar un nuevo catálogo de sensaciones. Me había corrido como nunca, y había sido testigo y víctima del mas inmenso placer. Suspiró y tras mover mis piernas aun logro sentir los estragos del orgasmo. Me paso la mano derecha por el rostro y cierro las piernas para saborear el recuerdo.. ¡Demonios! Me digo al darme cuenta de que quiero más, de que necesitó mas de Adrien. Otra vez dependía de un Agreste para sentirme bien y satisfecha. Vuelvo a soltar el aliento y giro el rostro para verlo, tiene los ojos cerrados y tras echar un rápido vistazo a su pecho se que esta dormido. Su cuerpo esta al descubierto, por lo que puedo observarlo a mi completo antojo. Cinco minutos después salgo de la cama, me pongo la camiseta y me marchó a la cocina. Afuera aun llueve, lo se porque las gotas impactan el cristal empañado de mi ventana. Enciendo otra vela y me dispongo a preparar té. Pongo la tetera sobre el fuego y mientras el agua se calienta buscó en mi gaveta un par de tazas y los sobres de infusión. Me recargo sobre la barra y mientras espero rememoró todo lo ocurrido en esta alocada noche. Desde ese desagradable inisdente fuera del club, hasta culminar con esta escena de sexo con el hermano de mi amante. Arrugo la frente y me siento asqueada, sucia y en pocas palabras una completa ramera. (Es necesario que lo hagas Marinette. Tienes que ganarte la confianza del mayor de los Agreste) aquella horacion se reproduce en mi atolondrada cabeza.. (Haz lo que tengas que hacer pero logra que Félix Agreste confíe en ti. Es la única manera de descubrir sus secretos) resoplo, llevaba tres años intentando que Félix se abriera conmigo, que confiara lo suficiente para que me contara de manera voluntaria los codiciados secretos que envolvían a su distinguida familia. Pero no había servido de mucho, jamas hablaba de eso, sin importar todas las veces que había tenido que estar en su cama... El resoplido del vapor me saca de mis pensamientos. Sirvo el agua y posteriormente introduzco los sobres de té. Un ruido me sobresalta, y hace que deje de ver como se teñia el agua para enderezarme y ponerme alerta. Retrocedo y del cajón de la encimera saco el primer cuchillo que encuentra mi mano, repasando con la mirada todo el espacio que la luz de la vela es capaz de abarcar. De pronto el reponsable del sonido aparece y mi corazón vuelve a acelerarce.. —¿Que demonios haces aquí?— le preguntó molesta.
—Tranquila, baja ese cuchillo que no lo necesitas— responde Félix.
—¿Estas seguro de que no lo necesitó?— le preguntó bajando el arma. —Te metiste a mi casa a altas horas de la madrugada, en lo que a mi respecta merecer que te clave esto en tu perfecto abdomen por ayanamiento de morada— se ríe y de inmediato temo que el sonido despierte al otro rubio que duerme desnudo en la otra habitación.
—Adelante, matame si quieres pero no me iré—
—Vete— le pido ignorando lo que me dijo antes.
—No— ¡Mierda!
—Por favor vete. No me encuentro bien y quiero dormir— al igual que yo el también parece ignorar lo que le he dicho porque se me acerca y me abraza por la cintura..
—No pareces tener sueño y por lo que puedo ver estabas a punto de tomar un té..— cierra la boca y yo maldigo por lo bajo.. —Dos tazas..— prosiguió sorprendido.. —¿Hay alguien mas aquí?— ruedo los ojos, no necesitaba esto, no ahora que me sentía incapaz de manejar la situación.
—Si— digo fingiendo que no estoy nerviosa.
—¿Quien es?— lo empujó y me apartó de él, para tomar la taza y beber un pequeño sorbo.. —¿Marinette quien rayos esta aquí?— acorta la distancia y me quita la taza de las manos.
—Quieres calmarte— le pido en voz baja. —Es... Mi hermano, Nathaniel— no me suelta pero al menos parece que logré tranquilizarlo. —Ha venido a vistarme y justo ahora esta durmiendo en mi habitación, así que vaja la voz o vete— no quería sonar grosera, pero no había otra manera de convencerlo de que se fuera.
—No es la primera vez que tu hermano se queda aquí, y recuerdo que me habías prometido que no se volvería a repetir..—
—Lo sé, pero es familia y no lo puedo echar a la calle cada vez que me necesita— me detengo, temerosa de que nuestra discusión pueda despertar a mi supuesto hermano y por lo tanto echar todo a perder. Me daban escalofríos solo de imaginar un enfrentamiento entre ellos dos. —Vete, te prometo que mañana nos veremos en el departamento de siempre— le doy un beso fugaz en los labios mientras lo empujó a la salida..
—Mierda, tenia planeado seguir con lo que dejamos pendiente en mi casa— murmura. —Pero supongo que tendré que seguir esperando— 
—A si es— su mano se filtra por debajo de mi camiseta y la siento recorrer mi trasero desnudó..
—Estas desnuda— aquello no fue una pregunta sino una afirmación.. —¿No te parece que no es apropiado que estés así cuando hay un hombre durmiendo en tu cama?— me habría reído de todo esto de no ser porque debía aparentar que me ofendía su comentario.
—Félix el hombre que esta en mi cama es mi hermano por lo tanto tus celos están completamente fuera de lugar— retiro su dedo antes de que lo intruduciera en mi vagina y abro por el la maldita puerta. —Ya tendremos tiempo mañana para estar juntos, ahora en serio que necesito dormir— y en esto no mentía, el sexo con Adrien  me había dejado exhausta.
—De acuerdo, te veo mañana entonces— le correspondo el apasionado beso y mi cabeza comenzó de inmediato a compararlo con el de su hermano menor.. ¿En que momento me había convertido en toda una prostituta?
—Adios Félix— le digo a penas me soltó.
—Adios nena— cierro la puerta con el seguro, y por si acaso le puse también el pestillo. Me recargo sobre la madera y respiro profundo, aliviada de que por el momento las cosas resultaran bien.
Sin embargo, aun existía la posibilidad de que Adrien hubiera despertado y por ende escuchado toda la conversación. Me armo de valor y regreso a la habitación cuyo interior sigue en calma y en silencio. Trago saliva una vez mas aliviada, puesto que Adrien sigue dormido en la misma posición que cuando me fui.
No compruebo si es que la electricidad volvió y cruzo el espacio hasta la ventana, que daba a la avenida, el auto de Félix ya no esta y tras mirar el unico vehículo estacionado se me ocurre preguntarme ¿si a caso el vería el auto de su hermano o peor aun, si reconocería el mustang de color negro?. Palideci y por mi bien rogué por que no...
Después de tranquilizarme a mi misma y de repetirme que todo estaria bien decido meterme a la cama, junto al rubio que en algún momento se cubrió con la sábana blanca. Me quedó mirando su perfil mientras el tiempo pasa y me lleva poco a poco a la absoluta inconsciencia..

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