"BOMBA"
—Todo es culpa del destinó que juega con migo— Tom me abraza, se nota a leguas que no tiene experiencias a la hora de consolar personas y sobre todo adolescentes llenos de problemas, aún así su gesto torpe me sube la moral y pensar es mucho más fácil. Las imágenes y los recuerdos dolorosos van tomando su lugar hasta que caigo en la cuenta de que mi actual vida era solo una repetición de la anterior, lo cual quería decir que tarde o temprano podría volver a morir de la misma manera. Me quedo rígida y el lo nota, me suelta y me da la impresión de qué no sabía cómo manejar la incómoda situación..
—Eres muy joven y quizás solo te estés ahogando en un vaso de agua..—
—No..— lo interrumpo y ya todo estaba claro. —He vivido en medio de mentiras y cariño falso, y justo cuando encuentro el amor resulta que tengo que alejarme para evitar que nuestro destino se repita..—
—¿Repetirse?..— pregunta el en voz baja y preocupada. Mis ojos desesperados buscan los suyos ansiosos y asustados, se que debe pensar que estoy loca, y quizás sea mejor que crea eso ¿porque como explicarle que me aterraba el echo de Adrien pudiera volver a morir frente a mis ojos? Mi mente va perdiendo lucidez y mis pulmones se niegan a recibir oxígeno.. (No, ahora no me puedo desmayar) Me aferró al borde de la mesa y trato de que las palabras que me obstruyen la garganta salgan y así poder decirle a Tom que necesitaba que me ayudara empezar de nuevo, lejos de los Agreste y del futuro que me aguardaba. Sin embargo, no puedo, me tambaleó y de no ser que sus brazos me sostenían me habría caído del banco..
—Marinette.. ¿Que ocurre?...— su voz suena cada vez más lejana, mientras mi mente se sumerge en las aguas gélidas de la inconsciencia..
Aquí todo es más sencillo, no hay sonidos y mis ojos solo captan destellos luminosos que parecen provenir de la rendija de una puerta, no me muevo y me dedico a observar mi desolada mente..
Me encuentro en un cuarto de paredes blancas y cortinas que sirven para separar las camas unas de otras, muy a mi pesar reconozco donde estoy y porque lo estoy, Tom debió traerme y seguramente se lamenta el haberme dejado pasar. (Bien echo Marinette. Así ya no querrá saber nada mas de ti) dejo que el frenético sonido del gotero ahogue la molesta voz de mi conciencia y giro el rostro para ver quién sostiene mi mano derecha. El hombre esboza una media sonrisa y respira aliviado. Mi intento de corresponderle se quedó atrapado en la mascarilla de oxígeno y aunque quisiera no podía quitarla de en medio ya que no me sentía lo suficientemente fuerte para respirar por mi misma. Abro la boca y solo logró que salgan débiles susurros incomprencibles.
—No hables, el medico dijo que estabas muy débil— me dice el. Asiento y de todos modos lo vuelvo a intentar..
—Lamento esto..— el sonido sigue siendo bajo, pero es suficiente para que llegue a sus oídos —..Tom lamento mucho que mi madre jamás se diera cuenta de que a tu lado todo hubiera sido mejor..— debía decirlo ahora que podía, estaba plenamente conciente de que tal vez después de esto no lo volvería a ver.
—Vamos, no soy tan bueno como tu piensas.. La cobardía siempre a sido mi mayor defecto y como sabrás en el corazón no se manda. Ella ama a Gabriel Agreste, siempre lo a echo—
—Tienes razón..— respondo. Yo sabía por experiencia que el amor no podía cambiarse así como si nada, ni tampoco olvidarse de la noche a la mañana.
—Descansa y no te preocupes que todo saldrá bien..—
—Tom, no te vallas.. Por favor quedate y finge que eres mi padre.. Que siempre lo fuiste— me aferró a su mano y le suplico con la mirada. (No quiero estar sola).
—Siempre pensé en ti, y te considere mi hija aun sabiendo que no lo eras. Me alegra que no me odies e hicieras lo que yo nunca tuve el valor de hacer, buscarme la otra noche— Tom me besa con delicadeza y ternura la frente, para después volver a acomodarse en la silla, suspiro y dejó que mis ojos se deslicen por su rostro, guardando en mi memoria el tono café de sus ojos, lo pobladas y gruesas que son sus cejas y como le daban harmonia a su nariz, sus labios y a su mandíbula cuadrada. En su juventud debió ser un chico muy apuesto, pero no lo suficiente para que mi madre se olvidara del rubio de ojos grises que lanzo sobre ella el encanto Agreste, el mismo que ahora su hijo había usado contra mi.
Mas tarde la medicación ya me había vencido y no tenía idea de cuento tiempo había transcurrido desde entonces. No quería volver en sí, temía abrir los ojos y encontrarme con Adrien, no quería enfrentarme a el, al menos no por ahora, antes quería tener las cosas bien claras y una decisión tomada.
A mi alrededor reinaba el silencio, no había molestos pitidos ni goteros irritantes, aún así sabia que no estaba dormida ya que sentía el aire tibio de la calefacción y el fuerte olor a desinfectante antibacteriano. Abro de golpe los ojos y parpadeó para acostumbrarme a la luz de las lámparas y así poder ubicarme nuevamente..
—Marinette por fin despiertas— el dueño de la voz se encuentra sentado sobre del sofá a unos pasos de mi cama.
—Marcus..— digo y la sangre se me enfría, por un segundo creí que seria Adrien.
—Tranquila ya todo esta bien..— tiene la pierna cruzada y el rostro inexpresivo. Verlo me hace recordar y sin querer me estremezco por completo.
—Había un hombre con migo, ¿donde esta el?— pregunte. Ya no tengo la mascarilla ni mangueras conectadas al cuerpo por lo que pude sentarme, recargando la espalda sobre las almohadas..
—Se marchó, sabe perfectamente que no podía quedarse y tuvo mucha suerte de que Gabriel estuviera de viaje— se fue, era lógico que lo haría, había un contrato que le impedía acercarse a mi y con certeza Marcus se encargo de recordárselo. —¿Marinette el te busco? ¿Te dijo quien era?—
—No. Fui yo quien lo busco y se que su nombre es Tom Dupain. Mi difunto padre—las manos me sudan y mi caprichoso pulso se niega a retomar su cause. ¡Demonios! Si antes ya me era difícil estar junto a Marcus ahora las cosas se había vuelto mucho peores.
—Siempre supe que terminarías por descubrirlo todo y se lo dije a Gabriel, pero supongo que prefirió subestimarte— tragó saliva y me preguntó ¿Si el sabrá que diecinueve años atrás yo misma dispare el arma que le quito la vida? Es posible ya que nunca antes lo había visto tan serio y pensativo. Una llamarada de pánico me prende en el estómago y requiero de todo mi auto control para seguir hablando sin gritar.
—Supongo que a estas alturas mi madre ya sabrá que estoy aquí— ojalá estuviera aquí, solo para no sentirme tan vulnerable y débil.
—Después de que Tom me llamara no me quedo mas remedio que decirle a Gabriel que estabas en el hospital, el y tu madre tomaron un vuelo de regreso a París y han estado como locos de un lado para otro a la espera de que despertarás— escuchar eso me toma por sorpresa, había creído que mi madre seguía en la granja, preparándose para mudarse con migo.
—¿Adonde fueron y cuanto tiempo llevo aquí?—
—Estaban en Barcelona y duraste cuatro días inconsciente— ¡Cuatro! Tras hacer cálculos mentales descubrí que me había perdido la subasta, algo que en fondo me alivió.
—¿Alguien mas aparte de mis padres ha venido a verme?— tenía que preguntar ya que cuatro días era tiempo suficiente para que la noticia llegara a los oídos de Adrien.
—Si, algunos amigos de Adrien y Félix.. Por cierto hablando ellos han estado muy preocupados por ti.. Cualquiera se atrevería a suponer que les importas demasiado, sobretodo a Adrien quien no quiso asistir a la subasta por mas que su madre le rogó— mi ansiedad aumenta de golpe tras descubrir el transfondo que guardaba la insinuación de Marcus, si no estaba enterado de nuestro pasado si lo estaba de mi relación con sus sobrinos, en especial con el que podía ser su hijo. Le sostengo la mirada sólo para aparentar que nada pasa y que no he logrado entender sus palabras y ruego porque mi voz no me delate..
—Marianne debe estar furiosa con migo..— dije y por supuesto que fallé estrepitosamente, mi nerviosismo saltaba a relucir.
—Si, pero te daré un consejo, no sigas entró metiéndote en su camino. Resuelve todo lo que tengas pendiente y marchate lejos, donde nada pueda alcanzarte nuevamente— solo había una forma de interpretar aquello. De alguna manera Marcus sabía tan bien como yo que la historia podría repetirse, me lo estaba advirtiendo.
—¿Irme, adonde?— francamente no me había cruzado por la cabeza la posibilidad de huir, pero ahora que el lo mencionaba me parecía una buena opción..
—Lejos.. Algún lugar donde Adrien no pueda encontrarte..— ¿Adrien? Creí que solo trataba de protegerse así mismo, pero al perecer era otro el motivo de su preocupación.
—¿Marcus que escondes?— el se levanta del sofá y recorre con lentitud los cuatro pasos que lo separaba del borde de la cama, mi corazón reacciona al mismo tiempo que mi cuerpo se preparaba para saltar y salir corriendo de el..
—Nada..— comenzó y desde luego que no le creí —..Solo que no quiero que salgas lastimada y mucho menos Adrien.. Y te parecerá una locura pero si tu sigues en su vida las cosas terminaran muy mal para ambos y por el no lo puedo permitir— bueno ya todo estaba claro, yo era el único peligro real aquí, Adrien estaría a salvo mientras que yo no estuviera en su vida.. —Por eso vete, utiliza a Ethan Mercier como vía de escape—
—¿Estas sugiriendo que huya con el?— pregunte recelosa.
—Bueno eso dependerá de ti.. Pero si tienes instinto de supervivencia sabrás que es lo mejor que puedes hacer— ¿lo era? Después del accidente que sufrí había creído que escapar no resolvería nada, en todo caso sólo lo empeoraba mas. Pero tal vez esta ocación pudiera ser la excepción.. —Si decides hacerlo te prometo que de mi boca no saldrá absolutamente nada. Gabriel nunca sabrá donde estas ni porque te fuiste.. A menos de que quieras hacer un teatro para engañar a todos y marcharte limpiamente— me cuesta seguirle el ritmo y comprender al vuelo lo que me estaba diciendo, sobre todo cuando su profunda y misteriosa mirada no le daba tregua a la mía.. —Eres una chica muy inteligente y sabes exactamente a que me refiero, por esa razón te pido por favor que antes de irte desilusiones por completo a Adrien y lo dejes seguir su vida..— de nuevo todo esto era por Adrien, a Marcus no le preocupaba en lo mas mínimo que yo pudiera matarlo y prefería a su sobrino por encima de su propia vida, al menos en eso ya podía estar tranquila. —Te dejare a solas para que lo pienses y termines de convencerte de que no tienes otra alternativa mas que seguir mi consejo..— me sonríe tan cordial como siempre y se vuelve para dirigirse a la puerta..
—¿Estas seguro que es la única opción que me queda?— lo detuve antes de que su mano girara la perilla.
—Lamentablemente si..— me respondió sin mirar atrás —Lo lamento Marinette, en serio que lo hago— sale de la habitación dejandome confundida y con el corazón roto.
Me levanto y me acerco a la ventana, afuera el cielo esta encapotado y gris, recargo la frente sobre el cristal y observo las gotas de lluvia que se estrellan y se deslizan por el... La sensación de dèjá vu ya no me desconcierta, en mi pasado debe haber algún momento en cual mirara la lluvia y deseara que nunca dejara de caer, para así no darme cuenta de mis propias lágrimas.
El sonido de la puerta al abrirse me alerta pero no muevo ni un solo músculo para averiguar de quien se trata, sus pasos resuenan huecos hasta que se detuvo por detrás de mí. Sus manos se filtraron con rapidez por la curvatura de mi cintura y tuve su mentón sobre mi hombro. El rostro de Adrien se reflejo sobre el cristal, exquisito y e increíblemente apuesto, como siempre..
—¿Tienes idea de cual preocupado estaba..—
—Shhh.. No digas nada, solo deja que te bese y me olvide de todo..—mientras hablaba me giré para besarlo. Por ahora solo quería que la pasion se apoderara de mi y borrara de mi mente las últimas horas. El me corresponde y me acorrala contra la ventana, su cuerpo es la anestesia que estaba buscando. Le doy rienda suelta a mis manos y lo pego mas a mi, acariciando su espalda en el proceso, no me detengo y las dejo sobre su nuca, desesperada por encontrar la manera de fundirme en sus labios que paran de repente y se alejan para recuperar el aliento..
—Sabes que me encanta complacerte mi lady, pero quiero saber ¿que te ocurría cuando me llamaste aquella noche?— jadea y me precipitó a capturar entré mi boca su tibio aliento.. —Marinette..— murmura y se que me estaba presionando para que respondiera su pregunta, sin embargo, no planeaba hacerlo.
—A pesar de todo conocerte es lo mejor que me pudo pasar.. El tiempo que he pasado con tigo aunque fue poco a sido maravilloso— logro sonreír pese a que tengo el corazon en la boca, llorando y pidiendo a gritos que no lo separe de su lado. En mi cabeza se reproduce la imagen de su rostro sin vida y es suficiente para terminar de convencerme de que dejarlo es lo mejor que podía hacer.
—¿Porque presiento que te estas despidiendo de mí?— finjo no escucharlo y dejo que sus ojos verdes me corten la respiración. Jamás podría despedirme de el, la simple idea me parecía insoportable. Me iría, le rompería el corazón, pero le dejaría mi alma para así no tener que decirle nunca adiós..
—Adrien perdóname por haberte preocupado..— (y por lo que estoy planeando hacerte..) La mano me tiembla un poco cuando la alzo para apartar de su frente los mechones rebeldes que nunca a podido mantener en su lugar, y otra sonrisa se me dibuja en los labios, extrañaría su color amarillo y la textura sedosa y lisa..
—Si estas actuando tan raro por que temes que tu enfermedad empeore te aviso que no será así—
—¿Como puedes saberlo?— con mi dedo recorro el puente de su nariz, para seguir con su boca, grabando cada detalle y sensación en mi memoria..
—Hable con Leandro y me aseguro que no hay de que preocuparse, tu enfermedad no ha evolucionado y lo que te paso fue una recaída por exceso de estrés— se esfuerza por sonar convincente, y agradezco que crea que mi rara actitud se debía a eso, aunque la verdad fuera que mi enfermedad me tenía sin cuidado, ahora que sabia que me esperaban por delante tiempos aun mas difíciles y duros.
—El que todo siga igual no quiere decir que nunca valla a cambiar.. Adrien quizás debas comenzar a..—
—Olvídalo..— me interrumpe antes de que pudiera aprovechar la excusa de mi enfermedad para sugerirle que fuera el quien diera el primer paso para alejarse de mi. —..Bonita se lo que estas pensando y no lo haré..— acorto de nuevo el espació y uno nuestras bocas.. —¿Marinette quieres decirme que pasa?— pide y me aleja.
—Nada.. Ya te dije que sólo quiero besarte..—
—No me engañas algo te ocurre y siento que es malo.. Tanto que tus labios me saben amargos— dejo escapar un suspiro y después me río de la ironía que a dicho.
—Siempre han sido agridulces y lo sabes, así que no hay diferencia—
—Te equívocas, porque justo ahora percibo claramente el sabor a despedida y lo peor es que no se porque— (No quiero que guardes ese sabor. Quiero que cada que pienses en mí recuerdes la dulzura y la pasión)
—Te amo.. Y siempre lo haré— tengo que ocultar la cara en su pecho y respirar profundamente para aplacar las terribles ganas de llorar. (Se valiente)
—Eso claramente fue una despedida— dice y me envuelve firmemente entre sus brazos, como si quisiera formar una cárcel con ellos de la cual nunca pudiera escapar, (Ojalá lo lograra) ojalá Chat Noir nunca hubiera regresado.
—No, yo jamás podría despedirme de ti— le aseguro —Así que quedate tranquilo..— después de eso ninguno de los dos nos movemos, dejamos que el tiempo siguiera su curso y avanzara en silencio...
Los siguiente dos días los pase en estado zombie. Había logrado hundir mi cabeza en una nube de humo que la volvió lenta y torpe, sin darme la oportunidad de echarme para atrás.
Me cambio la bata por mi ropa y me calzó los zapatos. El poder salir de aquí no me entusiasmaba, de echo era la primera vez que deseaba permanecer entre estas cuatro blancas y estériles paredes de hospital. Oculta del mundo, del destino y de Chat Noir, quien me estaría esperando para pedirme la información que nunca llegue a buscar. (Lo lamento) le diría. (Pero use una de las piedras para acabar oficialmente con mi actual vida, lo se, soy una completa idiota que necesitaba mas motivos para ser infeliz) y después le devolvería la otra piedra para despedirme también de el y de toda la locura de los Miraculous. Pasaría página y escribiría un nuevo capítulo, donde Adrien no formaría parte.
Consulto la hora en la pantalla de mi celular, (9:45 am) se suponía que Adrien vendría por mi para llevarme de vuelta a casa, por lo que solo me quedaban quince minutos para poner en practica el horrible plan que tenía entre manos. Salgo de la habitación y marco el número mas resiente de mi lista de contactos, aquel que Marcus fue tan amable de proporcionarme.. Cruzo el pasillo mientras escucho el timbre sonar..
—¿Hola?—
—Soy Marinette.. Necesito hablar con tigo— le digo y entro al ascensor.
—Hola, por supuesto dime ¿donde quieres que nos veamos?— responde Ethan claramente emocionado.
—Tengo entendido que estas hospedado en el Le Grand París por lo que podemos vernos en el restaurante del hotel en quince minutos— espero no se de cuenta de que mi voz sonaba plana y sin rastro alguno de vida, una zombie de pies a cabeza..
—Bien, te estaré esperando entonces— cuelgo y me apresuro a salir, atravesando de igual manera la recepción.
Por suerte había un taxi estacionado afuera y solo tuve que esperar a que la pareja bajara para precipitarme al interior del vehículo. Le doy la dirección mientras terminaba de cerraba la puerta y durante el camino deje que mi mirada se fuera perdiendo poco a poco en el exterior...
El vestíbulo del gran hotel era lujoso, extravagante y sofisticado, todo al mismo tiempo, la combinación me recordó al instante a Chloe y me dije que siendo hija del alcalde de París y dueño de dicho lugar no podía ser de otra manera. Rodeo la mesa de cristal y sigo pasando de largo la recepción, confiaba en que podía encontrar por mi misma el restaurante. Mas adelante me encuentro con un grupo de hombres vestidos de traje y corbata que por su charla se dirigían a desayunar, tienen finta de ser turistas cuyos compromisos debian ser asuntos de trabajo. Los sigo unos pasos por detrás, escuchando los planes que tenían agendados para hoy. Al final del pasillo atravieso las puertas dobles y me quedo cerca del muro, barriendo con la mirada todo el espació hasta que doy con Ethan. Esquivo las mesas y el se para para recibirme y retirar la silla para mi, tomó asiento y respiro un pares veces preparándome para lo que estaba apuntó de hacer..
—Admito que me sorprendió tu llamada.. Fui algunas veces al hospital pero pero prácticamente los hermanos Agreste me prohibieron entrar a verte— dice el acompañando su queja con un resoplido.
—Ethan no vine a hablar de ellos, en realidad quiero pedirte algo— fijo la vista en el mantel blanco, tengo las palmas empapadas en sudor y me las restregó en la tela de mi pantalón.. (No lo hagas...) pidió mi corazón que a permanecido encogido y a la espera de recibir el tiro de gracia.
—Lo que quieras, será un verdadero placer para mi el serte útil— (Hazlo, por ti, por Adrien...) dijo la razón, segura e inflexible, como había sido durante estos dos dias que pase pensando en esto. Suelto el aliento y levanto el rostro para mirar el de Ethan que se mantenía expectante y a la espera de que soltara la bomba.
—Quiero que seamos novios..— el abrió desmesuradamente los ojos al igual que la boca y me apresure a continuar sin darme tiempo de caer en la cuenta de que realmente estoy haciendo esto.. —Y no sólo eso, también quiero que nos casemos lo mas pronto posible— una bomba, que no tardaba en explotarme en la cara.
—¿Que? ¿Marinette estas hablando en serio?— pregunta y el escepticismo le pintaba la voz y no lo culpo, cualquiera diría que mi petición era una broma, sobretodo si las personas en cuestionó llevaban solo dias de conocerse. Quizás debí optar por Damien, a el no le resultaría tan difícil de creer.
—Se que esto te parece una locura pero habló muy en serio. Ethan quiero casarme con tigo—
—Valla es tan inesperado que no se que decir...— a recobrado la compostura y ahora solo luce avergonzado e intimidado. —Marinette yo siento algo por ti. Me gustas y tendría que estar loco para desaprovechar la oportunidad que me brindas ahora— sus facciones cambian y esta vez me regala una amplia sonrisa que al instante me demuestra que estaba jugando con fuego y no sólo eso, lo estaba avivando provocando que se saliera de control.. —Si te parece podríamos fijar la fecha para el próximo mes..—
—No, es decir ¿Porque esperar tanto? En una semana podríamos hacerlo— era totalmente consciente de mi desesperación por acelerar las cosas, algo que Ethan notaria tarde o temprano. (Si es que no lo había echo ya)
—Siete dias es muy poco tiempo para planear una boda— dice y solo suena halagado.
—Hablaré con mi madre y con Gabriel y estoy segura de que se encargaran de todo, así que no hay de preocuparnos— asiente y me obligo a sonreír aunque por dentro mi corazón ya se haya quedado quieto y escondido en un rincón de mi pecho, del cual probablemente no vuelva a salir jamás.
—Bien como tu digas.. No sabes que feliz me haces, aunque admito que tu decisión tan apresurada me desconcierta un poco— Ethan me toma de las manos y no recuerdo en que momento las subí y las deje sobre la mesa. Comienzo a sospechar que así será mi vida a partir de ahora.
—Lo imaginó..— digo y suspiró. Seré solo una sombra que vivirá atrapada en su propio engaño.
—¿Marinette estas segura?—
—Muy segura. Ethan hay otra cosa que quiero pedirte..— el asintió y se inclino hacia mi, dejando su rostro a escasos centímetros del mío.. —Y es que después de la boda vivamos de manera permanente en Nueva york o en algún otro país del extranjero— estaba siguiendo al pie de la letra el consejo de Marcus, usar a Ethan Mercier como mi vía de escapé.
—Nueva York te va encantar. Mi padre querrá hacernos un regalo de bodas y puedo sugerirle que sea nuestro nuevo hogar—
—Hablando de el puede que la noticia no le agrade, teniendo en cuenta que no me conoce— no es que realmente me preocupara que su progenitor no me aceptará, si no que se o pusiera y por consecuencia arruinara mis planes..
—El llegara en dos dias y descuida que eres adorable, sin mencionar que Gabriel te considera como su hija y ya sabes que ellos dos son grandes amigos así que no tendrá objeción alguna—
—Eso esperó..— me roba un pequeño y casto beso en los labios y solo entonces me preguntó ¿Como haré para besarlo en serio? ¿Que haré cuando llegue la noche de bodas y quiera consumar la luna de miel? ¿Como voy a entregarme a el, si el recuerdo de Adrien no me dejara en paz?
—Quienes sospecho que no lo tomaran nada bien son Félix y Adrien, ellos actúan de manera posesiva en cuanto a ti se refiere— Félix, con todo esto me había olvidado por completo de el. ¡Mierda!
—Eso no importa. Tendrán que aceptar mi decisión— (No lo harán y sabes mejor que nadie que te pondrán las cosas difíciles) ¡Mierda!
—Tienes razón, lo que opinen no importa. En cuento mi padre llegue a la ciudad organizare una cena para dar oficialmente la noticia de nuestro compromiso, si tu estas de acuerdo— (no importa, no importa, lo que piensen de mi no importa) me digo una y otra vez con la firme idea de grabarlo en mi cabeza y dejar así de preocuparme por su futura reacción.
—Desde luego. Haz lo que creas conveniente..— murmuro y me recuerdo que debo lucir feliz y emocionada pero principalmente enamorada del chico de rizos y ojos cafés que pronto sería mi esposo..
—Ahora que recuerdo en el hospital conocí a una chica llamada Alya que estuvo haciéndome un montón de preguntas sobre nuestra relación y ya entiendo porque lo hizo— intento reírme de las barbaridades que le habrá dicho, pero el sonido sale distorsionado y forzado, así que no me quedó mas remedió que reemplazarlo con las primeras palabras que se me vinieron a la mente..
—Ella es mi mejor amiga—
—Eso dijo. Al principio no comprendí pero cuando mencionó que le habías dicho que estabas enamorada de mi pues decidí ser sincero y decirle que yo también estaba loco por ti— tras decirlo sus mejillas se tiñeron de rojo y trato de restarle importancia besándome, esta vez fue mas atrevido y largo. Mis mejillas también se encendieron, pero de pura vergüenza, no podía creer que estuviera aceptando otros labios que no fueran los de Adrien. (Acostumbrate y deja de comparar su forma de besarte) lo intento, en serio que lo intento, pero es imposible que mis labios no extrañen la manera tan experta en la que Adrien solía someterlos hasta que acababan rendidos y pidiendo más. Me echo hacia atrás, rompiendo de golpe el beso que nunca llego a ser apasionado y mucho menos placentero. A partir de ahora buscaría la manera de evitar a toda costa que esto se repitiera, le diría que tenía una infección contagiosa o que consideraba un mal augurio el besarnos en prósperas de la boda, cualquier cosa con tal de no sentirme una basura.
De pronto ya no soportaba estar aquí, tenía que salir, así que me puse de pie y el me imitó, tomándome de la mano para luego sacarme del restaurante. No retire la mano por mucho que su tacto me incomodaba y deje que me guiara al estacionamiento del hotel.
—Ah y casi olvido que me hizo jurar que iría a su fiesta de cumpleaños, nada mas y nada menos como tu pareja, supongo que pedirtelo ya sale sobrando— comenta y para entonces ya nos encontrábamos frente a su coche, uno que debió rentar para poder moverse con comodidad por la ciudad.
—Si, supongo que si..— entro al auto y espero a que el rodé el cofre y se siente para continuar hablando..
—¿Te importaría llevarme a la oficina de Gabriel? Es que necesito su estudio para diseñar algo— enciende el motor y posteriormente el auto esterio.
—Desde luego que no, de echo yo también tengo que ir, abra una junta y como representante de mi padre estoy obligado a asistir— se le echaba de ver que detestaba en serio trabajar para su padre, y me atrevía a suponer que no se llevaban muy bien, si era así al menos algo tendríamos algo en común.
—¿Cuando piensas mostrarme las fotos que me tomaste aquella tarde?— le pregunto con vivida curiosidad.
—Hoy mismo, así aprovecho para llevarte a cenar y conocernos mejor— la canción que sonaba de fondo me evapora las palabras que me disponía a decirle. ¿Es en serio? Le pregunte sarcástica al universo, ¿Porque de entre millones de canciones Ethan tenía que tener en su lista nada mas y nada menos que it will rain de Bruno Mars? Los ojos me lagrimearon y alargue la mano para apagar el esterio.
—¿No te gusta?— pregunta el.
—No es eso, el problema es que me gusta demasiado y me trae recuerdos que intento desterrar de mi memoria— me tallo el rostro, en un intento de quitar las gotas de llanto con discreción.
—Es una buena canción.. Supongo que tu ex novio te la dedico alguna vez—
—No hablemos de el— digo y desvío el rumbo de mis pensamientos, llevándolos lejos de aquel día que marco un antes y un después en mi vida.
—Bien, de todas formas no debería sacar estos temas a colación. Soy el actual y el definitivo así que los demás salen sobrando— si hubiera sabido lo difícil que resultaría fingir que nada pasa y que soy la novia enamorada, habría pensado mejor las cosas y tomado otra determinación, como por ejemplo largarme sola y perderme en un confín remoto, donde nadie pudiera encontrarme... —¿No piensas contestar?— pregunta rompiendo mi concentración.
—¿Sobre que?— contra digo distraída.
—Tu celular, lleva ya un rato sonando— ¿lo estaba? Saco el aparato de mi bolsillo, el número no se encontraba en mis contactos y aún así sabía de quien se trataba. Maldigo entre dientes, era el rubio posesivo. Miro la pantalla hasta que la llamada se corta y aparece la notificación de cuatro llamadas perdidas y dos nuevos mensajes de texto..
<¿De nuevo jugaremos al escondite? ¿Donde estas?>
El segundo es mas largo y mucho mas deprimente..
<Marinette sabia que algo andaba mal con tigo, ¡Demonios ya presentía que me jugarías chueco! Te exijo que dejes de hacerme esto y que me digas ¿porque no me esperaste como quedamos?..>
Llega otro mas antes de que pudiera siquiera digerir el anterior..
<Me estoy volviendo loco sin saber porque actúas así. ¿Que hize mal para que desidias ignorarme por segunda vez? Creí que estábamos bien... Por favor dime que todo esta bien y que mis temores son puras idioteces mías.. Amor solo quiero oír tu voz así que llámame lo mas pronto posible.>
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