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➳Capitulo 4➳

Jungkook lo miro pasar de largo, como si era fuera su maldita guarida. Como si antes hubiese tenido el privilegio de estar ahí mismo. Se sintió molesto, ¿Qué se creía el maldito? El maldito, era uno muy jodidamente sexy.

¿Cómo diablos era posible? ¿Acaso estaba mirando ese lindo culito moverse frente de él? Tuvo que mover su cabeza más de una vez para alejar ese puto pensamiento homosexual que le había pasado por su mente. 

Cerró la puerta de golpe al entrar y al final habló.

—Ese Min, ¿No entiende? Yo no vendo su mierda en mi casino, ¿Por qué le habría de pagar algo? —caminó hasta su escritorio y después se sentó de la manera más varonil posible.

El pelirrojo también caminó hasta el escritorio, rodeándolo para quedar muy cerca de dónde estaba sentado Jungkook para observar burlesco.

Se sentó sobre la superficie, sin apartar sus ojos de los contrarios, que parecían observarlo con curiosidad.

—Ay cosita, no sé trata de que vendas o no mercancía. —Dijo no creyendo aquellas palabras. —Se trata de protección, es simple, tú pagas y tu casino no se ve afectado por algún disturbio. —cruzó sus piernas, subiéndose por completo al escritorio para luego llevar sus dedos hasta sus labios y acariciar la zona. —Se bueno y terminemos con esto, no es tan difícil, hermoso, solo debes pagar tu porcentaje y ya está, todos felices.

Jungkook no podía dejar de observar cada movimiento del pelirrojo. Era como si estuviera en un maldito encantamiento, como si se tratase de una maldita serpiente y él un encantador tocando la flauta, ¿En serio había pensado eso? No era en lo absoluto mala idea que le tocase la flauta. 

Río ante el pensamiento bizarro y después se levantó despacio acercándose un poco más de lo que su masculinidad se lo permitía, pero cruzó esa línea, solo porque sí y porque el maldito se estaba burlando de él, lo sabía, lo sentía en el cuerpo.

—¿No ves que no necesito protección? Tengo mis propios medios, Ariel. —le dijo de forma burlesca refiriéndose a la tan conocida sirena de Disney.

Taehyung apoyó sus brazos atrás, inclinando levemente su cuerpo, mientras la delgada camisa que llevaba puesta se pegaba de forma tentadora a su cuerpo y los primeros botones que estaban abiertos, dejaban ver su acanelada piel a la perfección; Sus clavículas a la vista daban una imagen muy caliente a cualquiera que presenciara la belleza y perfección que él portaba.

—¿Quieres ser mi Erick, bonito? Siempre me viene bien un juego de rol. —Dijo lamiendo sus labios. —Deberías probar, podría ser lo que me pidieras, sería una buena perra. —se burló —¿Qué debo hacer para convencerte de acabar con esta mierda? Solo paga, Jeon, puedes pedirme que haga algo a cambio y tal vez, ahora te parezca lo más absurdo, pero a juzgar por la forma en que me miras, tarde o temprano rogarás por cobrarte el favor.

El pelirojo no era tonto, había advertido todas y cada una de aquellas miradas que le había otorgado ese hombre, al menos era consciente de que despertaba algún tipo de curiosidad en su persona.

Jungkook lo observó perdiéndose en la muy caliente imagen frente a él. No quería admitir que de pronto le estaba resultando tentador pagarle al idiota de ese mafioso.

—Cariño, Ariel no tiene voz y créeme yo que querría escuchar cada delicioso gemido que salga de esa boca sucia tuya. —¿Le había dicho eso? No se entendía pero si él pelirrojo quería jugar, él podría hacerlo mejor. —Entiende, no les daré nada, aunque me ofrezcas tus servicios de perra y zorra, si ya lo entendiste ahora, ¿Me dejarás de molestar? 

Le preguntó quitándose de ese maldito lugar para dejar de ver aquella piel que sentía lo podía consumir como un fuego. Camino hacia su mini bar, para servirse un trago y poder respirar aire libre del maldito olor de ese tipo. Sacó de su pantalón un pañuelo y se secó el sudor que había recorrido su frente.

El pelirrojo rodó sus ojos cuando lo vio alejarse, había intentado conseguir todo de forma pacífica pero el maldito se resistía. Estaba claro que había cierto interés, pero su "masculinidad" no le permitía concretar el juego, era obvio que era un maldito closetero.

Se bajó de la mesa en silencio y se puso atrás de la espalda del contrario, para luego sacar de la pretina de su pantalón el revólver que siempre portaba y apuntarlo directo a la sien de Jeon. Lo sintió temblar levemente por lo frío del cañón que se posaba firmemente, amenazando su bienestar.

—No quieres hacer las cosas por la buena, belleza, imagina lo rápido que sería todo esto. —Dijo sacando el seguro del arma. —girate. —demandó.

Ese que JungKook tenía en frente, era el maldito bastardo especialista en cumplir los caprichos de Min, uno al que no le temblaría la mano para conseguir su propósito y el que está vez había dejado atrás todo rastro de coquetería para  mostrar su oscura personalidad. —Yo que tu no tentaría a mi suerte, las malas lenguas dicen que soy un demente, que soy un maldito sin corazón y la verdad… no creo que estén equivocados.

Jungkook se giró instintivamente, no podía creer lo que le estaba ocurriendo. Había bajado la guardia, se había metido en la boca del lobo. 

—Ya veo. —Le dijo sin dejar de mirarlo a los ojos, el miedo que su ser sentía de pronto se estaba convirtiendo en rabia y frustración —¿Me tomas por la espalda? Típico matón de Yoongi, ¿Quieres tanto mi puto dinero? Bien, te lo daré. —Le dijo consciente de la amenaza que estaba recibiendo, después de esto Jungkook se vengaría, buscaría alguna debilidad, una oportunidad, cualquier cosa que también lo hiciera sentir así de vulnerable, como él se sentía ahora. —Quítate de enfrente maldito estafador, iré por esa puta comisión.

Taehyung se apartó solo unos centímetros, para que el pelinegro fuese hasta el escritorio e hiciera el maldito cheque.

Solo hacia su trabajo, podría ser lo que fuera, lo que quisieran, pero no un estafador, si algo debía presumir era que con Sejun habían hecho las cosas bien para obtener su bar, cada trabajo por más sucio que fuese nunca involucró estafas.

—Llora menos y date prisa. —Demandó con su ceño fruncido. —La mierda que tengas resuélvela con Yoongi, después de todo solo soy un maldito perro, tú mismo lo dijiste. —se sentía muy molesto, no era normal enfadarse tanto pero ese chico lo estaba sacando de sus casillas.

La mano de Jungkook temblaba, no estaba seguro si era por la rabia o por los nervios de sentir su vida expuesta. Aquel juego de palabras lo habían hecho confiarse. No podía adivinar que todo era una maldita mala jugada en su contra. Firmó el cheque con una suma fuerte, le dolía entregar el dinero que le había costado obtener, aunque su negocio era próspero al no estar en otros negocios le dificultaba un poco seguir sacándolo adelante, aún más con la resiente amenaza de su padre por quitarle su apoyo económico.

—Toma. —Le dijo extendiendo el cheque mostrando que era una cantidad ilógica. —Y dile a tu jefe que es la primera y última vez que podrán estafar mi negocio. No juntarte de nuevo una cantidad así, ni mucho menos la perderé solo porque que un matón venga y amenace mi vida. —Lo miró con recelo. —Así que si es así, es mejor que hables menos y actúes más, solo mátenme y ya.

Taehyung recibió el cheque y lo observó, realmente era una cantidad exorbitante, pero estaba inquieto, realmente ese tipo no estaba metido en el negocio, su actitud era sincera, se le estaba cobrando injustamente.

Primera vez que Min lo enviaba a hacer el cobro a alguien que no tenía nada que ver con su negocio.

Si bien se había mostrado imperturbable amenazando con lo de la protección y toda esa mierda, lo cierto es que estaba furioso, capaz de estrangular a Yoongi por haberlo metido en ese juego idiota de ir a cobrar a alguien que no tenía relación alguna con su negocio.

—No habrá próxima vez, espero no volver a verte Jeon, está mierda ni siquiera debería haber pasado. —concluyó rompiendo aquel cheque frente a sus ojos. —No sé que problema tienes con Min, pero no es mi puto problema, resuelvan su mierda, no voy a entrar en este juego.

Taehyung salió de la oficina mientras tomaba su celular, tecleando el número de Min Yoongi, sin importarle que el pelinegro estuviese escuchando:

—Eres un hijo de puta. —Reclamó sin más. —ve a mi bar, aclaremos está mierda cuánto antes. —afirmó molesto antes de colgar la llamada, sin darle tiempo al contrario de dar una respuesta.

Taehyung era calmado, evitaba meterse en problemas, solo relucía su personalidad demandante cuando debía hacer estos cobros, haberse visto envuelto en esta basura lo tenía lo suficientemente molesto como para llevarse a medio mundo por delante.

Mientras el pelirrojo salía hecho una furia, Jeon solo podía ser espectador de su cambio drástico de decisión, observó los pedazos del cheque sobre el suelo y no entendía que putas había pasado. Lo que sí estaba seguro es que esa visita lo había puesto en un estado de alerta, sus nervios se habían alterado pero aún no entendía si era por aquel revólver sobre su sien o por la mera presencia de tan majestuoso hombre.

Taehyung llegó furioso hasta el bar, hacía mucho no se sentía tan molesto, pobre del que se cruzará en su camino en ese momento.

Para mala suerte, Nari fue la desafortunada, quien se acercó a él al verlo ingresar al lugar.

Un tanto cautelosa intentó hablarle, no estaba segura que tipo de interacción debería tener con él. Ya que desde que lo había visto por primera vez él se había dedicado a demostrar que era un coqueto irremediable.

—Disculpe… ¿Qué debo hacer? —Se acercó más a él observándolo sin perder detalle de su rostro y percatándose que se seño estaba fruncido en muestra de alguna molestia. —¿Estas bien? —preguntó genuinamente.

El pelirrojo bufó y detuvo sus pasos cuando escuchó la voz de la chica. Estaba tan molesto que con solo verla su sangre hervía, le hacía recordar al bastardo de Min, y se sentía estúpido de haberla llevado al bar cuando perfectamente la chica podría solo traer problemas, estuvo mucho tiempo involucrada con Min y estaba claro que podría haber aprendido algunas mañas.

—¿Qué más harás niña? —dijo molesto. —súbete al maldito escenario mueve el culo, comienza a generar ingresos o no podré dejarte aquí. —escupió molesto.

Nari dio algunos pasos hacia atrás y se sintió severamente molesta. Ella no era ninguna cualquiera, el hecho de tener la libertad de elegir con quien estar no le daba el derecho a nadie de tratarla así, mucho menos a un desconocido.

Lo miró de mala manera y después se giró para tomar su bolso y volvió la mirada a él.

—Soy Nari, ¡Jung Nari! Soy una chica de veinte años que estudia en la mejor universidad de Seúl. —Le dijo sin dejarlo de ver. —No soy una puta, trabajo para costear mis estudios y no desperdicio mi talento con personas como tú. —Le dijo serena. —Lamentó la confusión pero no soy lo que Min te hizo ver.

Taehyung se sintió culpable de sus actos de inmediato, no debía desquitarse con ella, estaba claro que no tenía la culpa pero su mal humor lo volvía impulsivo. La sostuvo delicadamente del brazo, sin lastimarla, solo para retenerla ahí.

—Lo siento, no debí decir eso. —Se disculpó. —Estoy molesto y no debí insultarte. Ve a casa, mañana puedes presentarte aquí por la tarde, hablaremos, necesito saber un poco más de ti para darte un trabajo que nos beneficie a ambos.

Nari lo observó y después camino hacia el mini bar que Taehyung tenía, sacó una botella de agua fría y después de abrirla se la extendió a Taehyung y le regaló una sonrisa.

—¡Gracias! Me hubiese quedado sin trabajo de cualquier forma por haberlo abofeteado. —Le dijo. —Seré puntual mañana, jefe. 

Le sonrío e hizo una reverencia para después caminar rumbo hacia la salida, pero al abrir la puerta se encontró con la peor cara del mundo; Era Min Yoongi quien no le importó nada y solo hizo a un lado a Nari para llegar hasta Taehyung. La chica estaba cansada y no se quizo involucrar más, así que solo cerró la puerta dejando a ambos en soledad.


Gracias por seguir leyendo.

🌸 ErLith_ 🌸

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