CAPÍTULO 1
Había pasado todas mis vacaciones desde la última vez que lo vi, el tiempo transcurre y yo no me sentía mejor, su coche fuera de mi casa me recordaba todos los momentos vividos.
Sabía que debía volver a verlo, y me dolía el corazón, esto ya era lo suficientemente difícil, y sabia que mañana debería verlo.
Debía volver a clases, debía volver a verlo, a soportar los malditos rumores.
A pesar de que evite con todas mis fuerzas encontrarme con Dann, lo había visto, a la distancia, aquella noche fui a un bar, sé que él no me vio, pero yo sí, estaba con una hermosa rubia a su lado, luego de aquello evite aparecerme por lo bar, a la persona que también había visto era a Aitor, estaba en Madrid, estaba abriendo una sucursal en la cuidad, no éramos amigos, pero tampoco nos mirábamos y nos matábamos con la m irada.
Las cosas estaban bastante neutras, por lo que sé, esta de mujeriego por la cuidad, no me molesta, él es soltero y tiene derecho a hacer lo que quiera con quien quiera, aquello me recordaba que Dann también lo era.
No sentía celos, supongo que lo que sentía por Aitor había desaparecido hace mucho, pero aquel día, aquel bar, mi ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas, el dolor en mi pecho fue caótico.
Estaba nerviosa por volver a verlo, así que lo mejor que se me ocurrió fue ir a ver a mi mejor amiga; Nora estaba en casa con Cris, ella tenía 5 meses de embarazo y la barriga le abultaba demasiado, se veía tierna, pero estaba con un humor de perros.
— Sabes que mañana tendrás que verlo.
— Lo sé— respondo resignada.
— ¿Qué piensas hacer?
— Nada, solo espero que las cosas no sean incomodas.
— Esta muy mal desde que no están juntos, espero sinceramente que le des una nueva oportunidad. — me abraza Cris.
No digo nada, aun no les cuento que lo vi aquella noche, yo solo me dejo abrazar por él, se ha vuelto algo importante en mi vida.
Después de una gran platica vuelvo a casa, me gusta verlos bien, habían pasado por mucho.
Arreglo mis cosas, para intentar de sacar aquel vacío que me entregaba mi casa cada vez que estaba sola, busque mis cosas para comenzar mi cuarto año de carrera.
Son las 6 de la mañana y observó las llaves del coche aparcado fuera de mi casa.
Tomó mi mochila y voy a tomar el bus, puse mis audífonos en mis oídos para perderme en la música, y sacar esta maldita sensación de mi cuerpo.
Llego 15 minutos antes y él está ahí, nuestras miradas se unen y me entrega una sonrisa y yo me derrito.
No puedo evitar no mirarlo, se ve muy guapo, se muerde un labio viendo mi uniforme, y yo evito su mirada ante aquella sensación de calor tan familiar.
Él sigue observándome, este año había ajustado un poco, había bajado de peso, el primer mes fue difícil, lo extrañaba mucho, pero no quería ceder y volver a caer en lo mismo por una tercera vez.
La clínica se llenó de los estudiantes que aprobamos satisfactoriamente nuestras asignaturas, y el por fin saco su mirada de mi.
— Bueno chicas — había puras mujeres— bienvenidas a su primer año de clínica, este año comenzarán a atender a sus pacientes, yo estaré algunas veces en la clínica para lo que necesiten...
— ¿escuchaste los rumores?, se dice que ahora está soltero y despechado, yo me metería feliz en su cama para sacarle la pena.
Deje de escuchar lo que Dann decía y me concentre en los estúpidos rumores, odiaba que fuésemos puras mujeres, Nora llegó tarde y por fin me sentía grata, a Tere y Bella le habían asignado una sección diferente por lo que no estábamos juntas, lo que de cierto modo agradecía, habían pasado muchas cosas a finales del año.
— Deja de prestar atención a comentarios estúpidos, sabes que tu chasqueas los dedos y lo tienes de vuelta.
— No estaría tan segura— me resignó a pensar que quizás ya tenga quien lo consuele.
Damos un paseo por la clínica y su mirada jamás se despega de la mía.
Se que debo ir a su oficina para ver lo de la representación académica de este año, preferiría no ir yo esta vez.
Nos asignan un box de trabajo que será nuestro por todo el año académico.
Y esa fue nuestra inducción, camino con Nora y voy hacia donde está su oficina.
Ya me cambié de ropa, me puse un enterito color blanco, junto a un suéter delgado con rayas; ahora debo acostumbrarme a traer ropa de cambio, ya que estando toda la mañana en clínica no podemos pasearnos con el mismo uniforme por la facultad.
Doy un par de vueltas antes de tocar su puerta.
Arreglo y bajo mi enterito, cosa que es imposible, toco su puerta y él anuncia que pase.
Me adentro y su olor me inunda, mi mirada se junta con la mía y recorre mis piernas.
— Ale, te ves guapísima. — le sonrío y me sonrojo. Extrañaba su voz diciéndome cosas dulces.
— Venía a ver lo de las horas clínicas de este año y las cosas de la acreditación.
— Lo de las horas clínicas es fácil, debes decirme cual hora prefieres solamente, en cuanto a la acreditación no lo seleccionó yo, lo ven por tus calificaciones.
— Entonces quizás de todos modos no salga en la lista.
— Tus notas bajaron lo sé, pero siguen siendo las mejores.
Se para de su escritorio y se acerca a mí, me alejo por instinto y él acaricia mi rostro.
— Ha sido una tortura no tocar tu piel— mis ojos se cierran ante el contacto y siento su respiración en mi cuello— extraño tu olor a cada momento.
Me alejo y mis ojos conectan con los suyos.
— Estas más flaca. — continúa hablando al ver que yo no soy capaz de articular palabra. — Deberías volver alimentarte bien, Nora dijo que no comías bien.
— Nora no debería comentar mis cosas contigo.
— No la culpes, ella sabe cuánto te extraño peque, estos meses han sido difíciles.
— Si, lo han sido. — trago grueso.
— ¿Crees que has tenido tiempo para pensar las cosas?
—Creo que podemos intentar tener una conversación. — sonríe de forma segura.
Él me toma de la cintura, suspiro ante a sensación de calor, él era mi veneno, mi adicción, lo extrañaba, pensaba en sus caricias cada día.
— Eso es un gran paso.
—Solo no lo desperdicies.
—Necesito una oportunidad, e iré a la velocidad que necesites.
— Siempre has sido mi debilidad— saco sus manos de mi cintura — te pido que no aproveches mi debilidad por tus caricias— él sonríe y se aleja.
— No me puedes pedir que no aproveche mis ventajas.
Sonrió ante la acogedora sensación, quiero tener aquella conversación, quiero pensar que esto puede ser un nuevo comienzo, con aquel hombre que revoluciona mis hormonas y sentimientos.
***
Han pasado unas semanas, las miradas de deseo no han parado, toda la facultad habla de ello, los rumores no paraban, y de cierto modo me gustaba, sentía que tenia un pequeño poder sobre él, el mismo poder que tiene él conmigo.
Suena mi celular, y contesto la llamaba.
— Ale, Dann te necesita, ha recibido una mala noticia y está en su departamento encerrado, no nos abre la puerta, solo tú puedes ayudarlo.
— ¿Que paso?
— Creo que es algo relacionado con su padre.
Recuerdo las llamadas perdidas de Aitor y mi corazón se sobresalta.
— Iré en un momento, gracias por avisar.
Llamo a Aitor mientras voy camino al departamento de Dann.
Él no responde y creo que luego devolverá mis llamados.
Toco la puerta y no responde.
Tomó esa llave que tenía desde que me mude con él.
Pongo la llave en la puerta y abro despacio.
Lo veo sentado con las manos en la cara, con algunas botellas de cerveza a su alrededor.
— ¿Qué haces aquí? — por su tono de voz, sabía que no estaba borracho.
— Estas en un mal momento, vine acompañarte.
— No quiero que me veas así —
—Créeme que te he visto en peores condiciones —
—Lamento lo de aquella noche, debemos hablar de lo nuestro.
— Hoy no, te prometo que mañana lo hablamos. Hoy, solo vengo acompañarte.
Me acomodo a su lado él se estira dejando su cabeza en mis piernas desnudas, ya que llevo una falda.
Podía sentir su respiración agitada calmarse, acariciaba su pelo de manera tierna y no decía nada.
— Sabes, él nunca fue un gran padre, maltrataba a mi madre, pero Aitor no lo sabe. Supongo que era demasiado pequeño y ese hombre que lo crio, se encargó de decirle cosas que no son. Él golpeaba a mi madre, pero no puedo evitar sentir lástima porque está a punto de morirse.
— Es normal Dann, eres una gran persona, y él es tu padre, a pesar de todo lo que haya pasado entre ambos, seguirá siendo tu padre.
— No soy una buena persona, por eso me dejaste, ¿lo recuerdas?, jugué con tus sentimientos por una apuesta, luego te recupere y te mentí, a veces entiendo por qué no estás conmigo, soy tan despreciable que no merezco que alguien me ame.
— Claro que mereces que te amén, yo te amaba, sigo amándote, pero las cosas no son tan fáciles.
Él se movió y tocó mí mejilla y acercó su rostro al mío.
—Dann... —suspiré con los ojos cerrados.
— ¿aún me amas? — acaricia mi labio inferior.
— Claro que sí, los sentimientos no desaparecen tan rápido.
— Dime que puedo besarte, solo hoy, te lo suplico, necesito y me muero por volver a sentir tus labios.
— Se supone que estamos separados Dann, que nos reuniremos para poder comenzar...
Su cara se acerca a la mía y siento su respiración sofocando mi cuerpo.
Sentí la humedad de su boca en la mía, y joder que lo extrañaba.
Me dejé llevar y abrí mi boca para recibirlo, su lengua invadió de manera armónica la mía.
Se separa de mí y respira agitado.
— Extrañaba tus labios, lo suaves que son, esa sensación que mi cuerpo siente cuando te besa.
Volvió acercarse y quería montarme en su regazo y restregarme, pero necesitaba ser sincera con él, me había besado con Aitor cuando no estaba con él, y no quería que él se enterara por otro lado.
— Dann, cuando yo estuve en Madrid con Aitor...
— Ale no quiero, ni necesito saber lo que paso entre tú y Aitor, nosotros estábamos separados, y yo también tome malas decisiones, solo necesito que estés aquí ahora.
Se acomodo en mis piernas como antes y lo sentí respirar tranquilo.
—Solo no quiero arruinar esta nueva oportunidad acelerando las cosas...
Su respiración seguía siendo rítmica, lo observe para darme cuenta de que dormía profundamente.
Mi teléfono ilumina la pantalla y me alegra haberlo dejado en silencio, veo el nombre de Aitor y trato de moverme para coger el teléfono.
El cuerpo de Dann no me permite mover ni un musculo mi teléfono se le apaga la pantalla y me rindo.
— Dann, despierta. — trato de moverme y él me apretó con más insistencia. — debo irme.
Él se levanta al escuchar aquello y vuelve a tocar mis labios.
—¿Y si vienes me abrazas y dormimos juntos?
— Dann, esto...
— Esto es solo una tregua, ¿sabes hace cuanto no lograba dormir así de bien?, mejoras mis días, solo por hoy.
— Solo por hoy.
Doy un grito cuando me toma por las piernas y me carga hasta su habitación, en el velador que está al lado de su cama hay una tanga mía, y esa camiseta que usaba después de hacer el amor.
Lo observó y sus ojos se iluminan.
— Ya te dije, te he extrañado han sido unos meses muy jodidos.
Nos acomodamos en la cama y yo me acuesto en su pecho, de manera instantánea toco su abdomen y está igual de firme que antes, me atraería a decir que más firme.
— Siempre te gustó tocar mi abdomen.
— Lo siento, es la costumbre. — me disculpo y quito la mano.
Él la toma y la vuelve a dejar en su cuerpo, pero ahora bajo de su camiseta, me derrito al sentir su piel directamente.
—No lo decía para que te de tuvieras, me encanta sentir tus manos en mi cuerpo.
— Debería irme Dann, no quiero mezclar las cosas y arruinar esto.
— Prometí comportarme, juro que mantendré mis manos solo en tu espalda.
Yo respiro tranquila y me acomodo en la cama, el calor de su piel me inunda y caigo rendida en un profundo sueño.
Me despierto a las 6 de la mañana y él no está a mi lado.
Voy al baño y está en la ducha, me extraña verlo tan temprano despierto, sale de la ducha y se envuelve en una toalla azul.
Tomó mi cepillo que sigue en su mueble.
—Me extraña que este despierto tan temprano.
—Desde que te fuiste, sufro de insomnio, me levanto a las 5 de la a mañana a trotar, me ayuda a despejarme, aunque anoche dormí como nunca.
Sonrió y prosigo a lavarme los dientes.
—Gracias por quedarte aquí anoche.
— No te preocupes.
—Ale, te quiero devuelta y te juro que te recuperaré. — deja un beso en mi nuca y va hacia su cocina.
Prepara el desayuno y cuando llego a su lado tiene todo servido.
— No sabía qué hacías huevos. — me burlo sonriendo.
— Decidí aprender, tenía tiempo libre y tu no estabas, así que me dediqué a aprender a cocinar.
— ¿Así que ahora puedes cocinar pastas? — pregunto sonriendo.
— Las pastas siguen sin ser mi fuerte. — ambos nos reímos.
— Debería irme.
— Te he visto llegar en bus a la facultad, pensé que le habías ganado un Audi a un gilipollas. — vuelvo a sonreír de manera sincera, como no lo he hecho en varios meses.
— Si, tengo un Audi gris fuera de mi casa, que me recuerda siempre al dueño, digamos que manejar sin él no es lo mismo.
Él se acerca y toca mi rostro.
— Sabes que cuando quieras puedo volver.
Mi respiración se vuelve pesada y su dulce olor se impregna en mi piel.
— Desayunemos juntos, prometo no pedirte nada más.
Mi piel se relaja cuando se aleja, pero mi cuerpo lo extraña.
Asiento y me acomodo a su lado, recuerdo todos esos desayunos sobre sus piernas y él dejando comida en mi boca.
Sonrío extrañando esos momentos.
Nuestros ojos se conectan.
— ¿Has sabido más de tu padre?
— No, Nona aún no me llama, supongo que si pasa algo me avisara.
— Todo saldrá bien.
— Gracias por estar aquí, consolándome, supongo que Aitor igual te llamo.
— Supongo que, si los dos se llevarán bien, podría acompañarlos a ambos.
Su sonrisa desaparece y supongo que no fue mi mejor comentario.
— Contigo me volví egoísta, antes jamás me importo que las mujeres con las que estaba estuviesen con otros. — me acaricia— pero contigo me muero de celos de que solo te miren.
— Deberíamos irnos, ya es hora.
Él asiente y nos montamos en su moto.
El que mis brazos rodeen sus abdominales logra hacer que me hierba la sangre, me apego a su espalda y su aroma me inunda e invade mi cuerpo de miles de sensaciones conocidas.
Llegamos juntos a la facultad y todos nos observan incluida Nora, ella está a cierta distancia y sonríe como si se hubiese ganado un premio.
Yo solo sonrió y la ignoro, me despido de Dann y corro donde Nora me espera.
— ¿Me puedes explicar eso?
— Me dijiste que me necesitaba y fui, solo eso.
— ¡Pasaron la noche juntos! — grita emocionada.
— Solo dormimos, no célebres tu victoria, sé que Cris y tu quieren vernos juntos.
— ¿Entonces no pasó nada?
Mi celular suena y veo un mensaje, mi corazón palpita a mil al ver su nombre de nuevo en mi pantalla.
" Volver a probar tus labios es lo mejor que me pasa en meses.
DS"
Sonrío y Nora me saca de mi burbuja.
— Tu cara se iluminó con ese mensaje, dime que es de Dann.
— Ayer nos besamos.
Ella comienza a gritar y acariciar su barriga.
— No te muevas tan fuerte, harás que mi ahijado quede todo batido.
Ella abre los ojos y me toma la mano y la pone sobre su ya abultado abdomen el bebé patea y yo sonrío.
— Hasta mi hijo se emociona que estés avanzando con Dann.
— No metas al bebé en tus conspiraciones para que esté de nuevo con Dann.
— Él es el más interesado, supongo que quiere ver a sus padrinos juntos y felices.
Sonrió y caminamos hacia el casino por un café.
-💜-
Primer capitulo
Opiniones por aqui
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