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Parte única.

Jimin terminó de secar su cabello, el azul deslavado le hacía refunfuñar.

Pronto tendría que agendar cita con su estilista para retocar el tono, o buscar un nuevo color.

Se miró en el espejo y sonrió. Usaba unos pantalones de mezclilla cortos. Muy cortos. Tan cortos que el inicio de sus gluteos se podía apreciar, haciendolos ver mas grandes de lo que ya eran, luciendo sus torneadas y jugosas piernas.

Sonrió coqueto a su reflejo, girandose un poco para mirar sobre su hombro el inicio de los bonitos tatuajes de las fases lunares que se apreciaban por la playera oversize en su espalda.

Se sentía muy bonito el día de hoy.

Colocándose de puntitas para acercarse mas al espejo, untó brillo labial en sus labios, pellizco un poco sus mejillas y despeinó los mechones que apenas le cubrían la frente.

Hoy se había dedicado la mayor parte de la mañana mimándose.

Se habia exfoliado y depilado la mayor parte del cuerpo mientras tomaba un baño relajante y perfumado. Se humectó la piel con cremas con aroma a durazno y habia hecho toda su rutina de skin care.

Una vez lindo y listo, salió del amplio baño para dirigirse a su cama, dispuesto a descansar después de una ajetreada semana.

Ser maestro de ballet a veces era muy cansado, mas si su area era la infantil. Aunque jamás podría quejarse de sus pequeños bailarines.

Suspiró mientras tomaba el libro que reposaba en su mesita de noche, "Orgullo y prejuicio" sería un buen acompañante.

Justo cuando abría la pagina en donde se encontraba su separador, los fuertes gritos eufóricos, provenientes de la sala, le hicieron pegar un saltito en la cama. Rodó los ojos con fastidio.

Había olvidado el quinteto de animales que había en su departamento.

Gruñó, molesto.

Cerró el libro de golpe y se levantó de la cama para caminar descalzo hacia la sala.

-¡Pero que manera tan estúpida de perder un tiro libre como ese! -se quejaba uno de los orangutanes.

-Menos quejas y mas apuestas -el mas alto de los cinco alegó, dejando un billete de cincuenta dolares en la mesita de en medio, la cual se encontraba repleta de comida chatarra.

-Es injusto, eres nuestro estratega, Kim, obviamente apuestas por el que tu cerebro te dice que ganará -se quejó el otro siendo el último en dejar un billete en la mesa.

-¿Saben qué es injusto? -Jimin interrumpió, cruzandose de brazos frente al televisor, enfrentando a su pareja y a sus estupidos amigos- que mi único día de descanso se coordinara con la de ustedes y la del estupido NFA.

-Es NBA, cielo -corrigió su pareja, sin siquiera mirarle a los ojos.

-No me interesa -gruñó- ¡no griten como descerebrados!


-¡ENCESTÓ! -gritó el gorila mas joven, levantándose, dejando caer el bowl de palomitas en el antes impecable suelo de la sala- ¡Maldita sea! Estoy seguro que nadie se esperaba eso.

El grupito de idiotas comenzaron a brincar y festejar frente a un muy, MUY, encabronado peli azul.

-¡Min Yoongi! -gritó, dandole un golpe al suelo con uno de sus pies, realmente molesto.

-Lo siento, amor -el mencionado le miró con una sonrisa de encías- sabes que este partido es de los mas esperados de la temporada, no pudimos ir por los entrenamientos, siento que interrumpamos tu día.

Jimin se relajó un poco por las palabras y el beso que fue dejado en su frente. Yoongi le jaló de la cintura al sentarse en el mullido sillón, arrastrandolo con él, de lado en su regazo.

-Además, te lo compensaré esta noche -murmuró el mayor en su oído, apretando fuerte uno de sus muslos, haciéndole estremecer.

Bien. Aguantar a las bestias por la promesa de una follada que le removería los intestinos no sonaba nada mal.

-Me convenciste, les haré mas snacks -se levantó con entusiasmo, soltando un gritito cuando su novio le dio una fuerte nalgada que hizo reír a los demas.

-No hagas eso, hyung, que no ve que si se le hinchan mas se le van a reventar -se burló uno de los monos menores.

-No seas envidioso, Jungkookie -regresó el mayor, siguiendo a su novio enfurruñado que había desaparecido en la cocina- y no vuelvas a mirar el trasero de Jimin o pateo el tuyo.

Las risas no se hicieron esperar, Yoongi las dejó atrás, el pasillo a la cocina era largo, encontró a su bonito novio encendiendo la quesera.

Sabia que en unos minutos iniciaría el Halftime, por lo que podría apreciar la belleza de su bebé con tranquilidad. Aunque nunca era suficiente.

-Cobro por mirar, mi amor -dijo el peli azul con coquetería.

-¿Será que tendré el suficiente dinero para admirarte, cielo? -preguntó acercandose, colocando sus manos en la orilla de la islita, atrapando al menor entre ésta y su cuerpo.

-Siempre estoy dispuesto a trato -relamió sus gorditos labios, provocando que la mirada gatuna se posara en ellos- algo mas placentero que el dinero, es un buen orgasmo.

-¿Incluso si los demás pueden escucharte? -preguntó, la voz mas ronca debido a la excitación elevada en su cuerpo.

-Incluso si los demás puedan verme -afirmó, colocando sus bonitas y gorditas manos en el pecho contrario, subiendo hasta acariciar los rizos que se enroscaban en la pálida nuca.

-Recuerda que son nuestros amigos de quienes hablas.

-Recuerda que me importa una mierda, no sería la primera vez -recordó, sonriendo divertido.

Yoongi sonrió, amaba ese lado juguetón, divertido y pervertido de su pareja. Se acercó hasta juntar los labios de ambos, besando con intensidad desde el inicio, Jimin le jaloneaba el cabello, querido acercarlo mas a él, desesperado por su tacto.

-Demonios -gruñó, separándose un poco del beso cuando Jimin habia dirigido una de sus manos a su entrepierna, apretando el bulto que apenas comenzaba a formarse dentro de sus pantalones- ¿de verdad quieres jugar?

-Sabes que siempre es un sí -le guiñó un ojo antes de empujarlo un poco mas, arrodillándose frente a él, a la altura perfecta de su entrepierna.

Yoongi mantuvo sus manos en la orilla de la islita, dejando que su chico bajara su pantalón junto con los boxers. Jimin se relamió por quién sabe qué vez los labios, Yoongi tenia el pene mas bonito que había visto en su vida; grande, venoso, grueso, blanco y con la puntita rosita como los codos y rodillas del mismo. Amaba todo de este hombre, desde el grueso vello rizado que se formaba debajo de su ombligo, yendo en línea recta hasta el pubis.

Le excitaba todo de este hombre.

Yoongi gruñó, tomando el suave cabello de su novio con fuerza, jalándolo para que alzara la mirada, descubriendo la travesura dibujada en su rostro.

-No muerdas.

Regañó, pues Jimin habia pellizcado sin mucha fuerza, parte de la piel de su estomago.

-Oh gatito, solo encajé un poco mis dientes, ¿te dolió?

El mayor rodó los ojos antes de apretar mas el puño junto con el cabello en su pálida mano, causando que Jimin cerrara los ojos con fuerza por el dolor.

-Comportate, mocoso -con su mano libre tomó su pene ya erecto, masturbándose un poco- ahora, abre tu boca de puta y utilizala como bien sabes hacerlo.

Contrario a lo que muchos pensarían, para Jimin no era una falta de respeto el que su novio le hablara de esa manera.

Todo lo contrario.

Su short apretado en su entrepierna era testigo de lo mucho que le ponía que Yoongi le hablara sucio.

Y tal como el mayor se lo pidió, separó sus gruesos labios, tragando antes la saliva que se habia acumulado por la intriga de probar a su pareja.

-Uh... Ah, si bebé -los sonidos que salían de la boca de Min eran roncos y bajitos, excitando más a su chico, quien gustoso chupaba todo lo que podía, dirigiendo su mirada de vez en cuando al mayor, orgulloso por plantar esa expresión en su rostro- Jimin... Amo tu boca, cielo.

-¿Solo mi boca? -preguntó coqueto, separándose un momento pero sin dejar de masturbar con sus manos, alzandolo un poco para atender ese saco de carne desatendido.

-Mmmgh... -gimió, sus piernas temblando un poco cuando el peliazul comenzó a devorar sus testículos, hambriento, sin pudor, continuando con el movimiento de manos sobre su pene que cada vez se encontraba mas duro, bañado en saliva y presemen- todo tu, ah... Aaaah, eso bebé, estoy a punto.

-Los quiero, hyung -pidió, la voz entrecortada y excitada, jadeante por el poco aire que estaba entrando en sus pulmones- correte en mi boca, prometo tragarmelos, quiero tu sabor, hyung.

-Jodere tu boca entonces, llenaré esa boquita pervertida de mi, Dooly -con una mano Yoongi apretó las mejillas del menor, haciendo de sus labios un poquito, Jimin abrió su boca, suspirando cuando su pareja paso entre sus labios el grueso pene, manchandolo de presemen.

Con rudeza, Min jaloneó aun mas los brillantes cabellos, alzando el bonito rostro y metiendo de una sola estocada su duro falo sonrió con sorna al escuchar la arcada de su novio al tocar su campanilla, sin darle tiempo de recomponerse, comenzó a penetrarlo con fuerza, gimiendo cuando Jimin encajó las uñas de sus manos en sus muslos, sosteniendose apenas de algo.

Bastaron unas cuantas estocadas más para que por fin la boca de Jimin dejara de ser violentada de manera tan ruda.

Yoongi gimió, jadeante, al correrse en la bonita boquita de su novio, llenándolo de él, recibiendo como bono extra la preciosa vista de su chico tragando su esencia, relamiendose los muy hinchados labios y mirándole con amor desde sus rodillas.

-Hyung, ¿Cómo logras recuperarte tan rapido? -preguntó sonrojado al mirar como poco a poco el pene del mayor se volvía a endurecer.

-Tu eres mi viagra, cielo, me encantas tanto que no puedo dejarme disfrutar solo a mi.

Sin mucha fuerza realmente, Yoongi levantó a su novio del suelo, las piernas de Jimin temblaron al encontrarse tanto tiempo en la misma posición. Con agilidad lo volteó y acostó en la barra de la islita, su pecho en el frío marmol y su trasero al aire, regalandole a Yoongi una de las mejores vistas de su cuerpo.

El corto short dejaba entrever parte de sus respingadas nalgas, Yoongi se encargó de acariciar las bonitas piernas de Park, metiendo las manos hasta dar con el botón del pantalón corto, bajandolo solo hasta las rodillas para dejar ver el coqueto jockstrap que solo enmarcaba aun mas los voluptuosos globos de su novio.

Yoongi los separó, apreciando la lampiña y deliciosa entrada de Jimin, escupió sobre ella y liberó una de sus manos para adebtrar de golpe dos dedos, provocando un respingo y un gritito de parte del otro, quien le miró con el entrecejo fruncido por sobre su hombro.

-Hazlo rápido -pidió casi en suplica.

-Te lo haré como me ordenes, mi amor.

Inclinándose, repartió besos desde la espalda baja hasta el cuello, mordisqueando y succionando, dejando marcas en la bonita piel bronceada de su novio, sin dejar de mover sus dedos.

En menos tiempo de lo que se tomaba en prepararlo normalmente, retiró sus dígitos, sonriendo ante la queja ajena.

-¿Listo?

-Para ti, siempre, hyung, hazlo ahora.

-Tus deseos son órdenes, Dooly.

Y de esa manera se enterró en él.

Empujó con fuerza una y otra vez. Disfrutando del rebote de las nalgas contrarias cuando lo embestía con dureza, sus manos apretaban sus caderas con fuerza, a sabiendas de que dejaría las marcas de sus dígitos en la piel.

-¡AH! -Jimin no pude evitar soltar un fuerte gemido que obviamente seria escuchado por sus amigos, pero le importaba una mierda. Se lo estaban cogiendo de lo mas rico cómo para preocuparse por los demás- ¡Ahí, hyung!

Obediente, Yoongi siguió golpeando ese mismo punto, sonriendo entre jadeos por tener a su novio de esa manera; debajo de él, gimiendo como loco.

Cuando sintió su vientre mas caliente, dirigió una de sus palidas manos al desatendido pene de Jimin, el cual se encontraba goteando de deseo. Lo rodeó con su mano, provocando que las piernas contrarias temblaran una vez comenzó a masturbar sin delicadeza.

Jimin siguió gimiendo, desesperado por correrse. Moviendo sus caderas, empujandose hacia atrás para recibir con mas profundidad a su novio.

-Ya, hyung, por favor -sollozó.

-Hazlo, cielo, correte.

Y fue todo lo que necesitó para dejarse ir. El mundo giró, el placer explotó y se derramó sobre el piso de su cocina, apretando aun mas sus paredes cuando Yoongi se corrió dentro de él.

Jimin sonrío al sentir a su novio limpiando su entrada con servitoallas para después colocarle los pantalones cortos.

-Los chicos nos reclamarán -susurró, pues su voz se encontraba muy maltratada.

-Envidiosos -se burló el mayor acomodando también su ropa.

-¿No me veo muy desarreglado? -preguntó después que ambos se limpiaran el sudor con las servitoallas y se lavaran las manos.

-Te miras recien jodido -admitió con orgullo, acercándose para plantarle un beso en los labios inflamados- por lo que te ves mas hermoso de lo que ya eres.

-Basta, hyung, vamos antes de que te pida otra ronda.

Felices y coquetos, ambos caminaron agarrados de las manos, con Yoongi robándole besos en todo momento, hasta la sala.

Que ahora se encontraba vacía.

-Creo que se sintieron incómodos -se rió Jimin con un poco de vergüenza esta vez.

-Bien, entonces vayamos por esa segunda ronda -declaró el mayor cargando como costal de papas a su novio por sobre su hombro.

Jimin se carcajeó divertido mientras subían las escaleras.

Nunca estarian satisfechos el uno del otro.

Yoongi no terminó de ver el partido, Jimin no tuvo su día de relajación (al menos no de la manera en la que lo tenía planeado).

Ambos ignorando su chat grupal en donde sus amigos se quejaron por no dejarlos ver en paz el juego.

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