obsesionados ♡ capítulo once.
advertencia;
estoy enferma de la cabeza y de aquí en adelante se va a reflejar muy biem<3
pronto, al caer rendido en la cama que le correspondía, se dio cuenta de que acababa de matar no a una, si no que a tres personas. dos de ellas eran conocidas con las que había interactuado aquellos dos días, y eso lo dejaba con la cabeza dando vueltas, por decir lo menos. es que la verdad a jimin jamás se le había pasado por encima la idea de que él mataría a alguien más, pero ahí estaba, empuñando una navaja que no le querían quitar aún y que no era considerada una trampa, acostado en una cama desconocida mientras grandes manchas de sangre humana se secaban en su buzo puesto correctamente. sus dedos y rodillas temblaban con ahínco.
sentía que sería capaz de hacerlo de nuevo. le encantaba la idea de hacerlo de nuevo.
alguien se sentó a los pies de su cama, y él se irguió para ver a trece, su jeongguk, con el ojo violeta, mirándolo a través de una tensión especial que amanecía entre los dos. jimin sintió cómo su corazón explotaba de alegría, y saltó a abrazarlo con tanta fuerza que jeongguk por poco no se cae de espaldas al suelo. ¡estaba vivo! lo abrazaba cálidamente de vuelta, ambos pegajosos por el sudor de haber corrido con adrenalina por poco más de quince minutos. jimin se sorprendió a sí mismo sollozando y jeongguk lo acercaba a su pecho como si él fuera el que lo consolaba.
─── pensé que... que ya no estarías.
─── tengo que estar presente para premiarte, ¿no? ─── le susurró con la voz ronca. jimin tragó saliva, dejando de sollozar repentinamente para alzar su mirada brillante hacia jeongguk, de repente rojo como una cereza. el norcoreano le guiñó el ojo para luego desordenarle el cabello con un extraño afecto que la verdad parecía no encajar en la escena.
jimin miró a sus alrededores, saliendo lentamente de su ensoñación: cada vez el enorme lugar se vaciaba más y más de camas, y ahora los camarotes no eran tan altos. ninguno tenía más de tres camas apiladas. de fondo se veían unos extraños dibujos de manera más clara, pero el chico no les hallaba forma ni sentido. quizás después se acordaría de mirar bien, cuando hubieran menos camas (ni siquiera pensó en la posibilidad de estar muerto cuando eso pasara). la gente que quedaba estaba nerviosa cuando el contador salió y dejó ver el número de sobrevivientes, junto al monto de dinero acumulado. el joven ni se molestó en ver bien el contador, ahora hundiendo su nariz en el hombro de jeongguk, inhalando su aroma.
♡
acabó en la mano del más alto, arrimado contra su cama y mordiendo sus labios para que sus quejidos de cachorro no salieran de él. su respiración acelerada comenzó a mermar conforme escuchaba el leve gruñido de su amante que le hizo temblar, la voz ajena posada en su oreja. por unos momentos, jeongguk le besó el cuello con cierta devoción y cariño que antes no estaba, y jimin lo disfrutaba demasiado. su mano fue hacia la del criminal, para tomarla débilmente, y con los ojos cerrados suspiró para calmarse.
─── creo que te amo. ─── murmuró. jeongguk soltó una risita socarrona.
─── por supuesto que lo haces, muñeco. ─── fue su respuesta, que hizo sentir a jimin en el cielo a pesar de que no le dijera que lo amaba de vuelta. eran las dos de la mañana y pocos estaban conciliando el sueño, por lo que la adrenalina de ser descubiertos era muy tentadora. jeongguk lo rodeaba con sus brazos ahora, y dejaba un beso en su mejilla como si hacía veinticuatro horas no lo estuviera amenazando con matarlo. quizás qué estaba sintiendo.
el más bajito suspiró cuando su amante comenzó a roncar suavemente detrás suyo. algo en él se sentía muy mal de estar ahí con un asesino, con alguien que no dudaba de si matar a otra persona para sobrevivir. recordaba la escena de namjoon con el cuchillo en la frente, el sonido de su cráneo perforándose, y luego todo estaba siendo una maraña de recuerdos que no alcanzaba a desenredar. jeongguk sostenía una navaja ensangrentada, y era capaz de eliminar a otros con tal de salir victorioso, pero jimin de repente estaba obsesionado con conseguir su aprobación. con tenerlo encima dándole una devoción adictiva que nunca antes había probado y de la cual ya no podía desprenderse. se hallaba pensando en matar a alguien más. quería hacerlo.
quería salir premiado, quizás ganar el juego junto a él.
entonces, cansado y con el corazón latiendo poco a poco más fuerte, se sentó en la cama sintiendo la mano de jeongguk desprenderse de su zona privada con tranquilidad. el joven criminal estaba dormido y jimin no conseguía pensar de él en otra forma que no fuera con enamoramiento.
la navaja estaba ahí, brillando. no sabía qué lugar era, estaba cada vez más desorientado, pero la veía ahí y la agarró con ambas manos. le hormigueaban las palmas y dedos, su cabeza daba tumbos y se sentía todo extraño. pensaba en que podría besarlo con candor de nuevo, en que conseguiría un 'te amo' de su parte, y así olvidaría que mató a gente, que la posibilidad de que lo asesinara existía y se acercaba lentamente. olvidaría para sentir esa calidez. para tenerlo mordiendo su cuello, para escucharlo reír embelesado y darle cariño, un cariño que era a cambio de sus acciones más inhumanas. o humanas, sí, porque matar es parte de la naturaleza humana por más que esté prohibido, que esté mal visto.
pero estaba ahí, la imagen de la persona a la que ahorcó, el rostro de kitty mientras se desangraba a chorros a centímetros de él, rápido. sus manos temblaban de anticipación, a este punto era algo normal en él estar temblando como un poseso, por más que ahora caminase al otro lado de la enorme locación, a una cama indefinida. no veía rostros, solo la presencia de la penumbra más atemorizante que se lo tragaba poco a poco hasta hacerle perder la vista de sus propias manos. lo único que vislumbraba era la navaja que parecía tener luz propia entre sus falanges delgadas, insanas. sentía sus dientes chocando repetidas veces, como si tuviera frío, y sus ojos le hacían ver puntos de colores, formas extrañas que se movían tan rápido que lo mareaban.
fue rápido. agarró firmemente la navaja y se abalanzó contra la primera cama que sintió chocar contra sus rodillas. tanteó su rostro hasta hallar la boca de la persona, que se sentía rasposa y seca, y acuclillado sobre el individuo la cuchilla se hundió en el pecho ajeno. una, dos... cinco veces seguidas. el sonido reverberó en las paredes, jimin se desconocía y no pensaba en absoluto otra cosa que no fuera jeongguk, el muchacho que lo abrazaba y le llamaba con motes cariñosos. que besaba su nuca y le hacía tocar el cielo.
suspiró sonoramente como si se estuviera excitando y otra vez dio cinco estocadas. dos personas gritaron y las luces se encendieron, pero jimin no veía nada. sólo se apartaba y caía de rodillas al suelo, arrastrándose de vuelta a su sitio, o la dirección que creía era su sitio. alguien lo agarró y besó suavemente, pudo ver la cicatriz en el ojo de jeongguk cerca suyo y le devolvió el beso. la navaja estaba tranquilamente sostenida entre sus dedos y él colgaba del agarre de su menor, las zapatillas se arrastraban en el piso cuando lo dirigió de vuelta a su cama, manchando el piso de sangre.
un grupo de personas en overol rosa trajeron el conocido ataúd en forma de regalo, y jimin definitivamente no vió cuando el asesinado fue depositado en el interior de aquel lugar para que luego lo taparan y llevaran, cruzando la enorme puerta de metal, dejando a las personas con la luz encendida y temblando de pánico. temiendo a la pareja que se compartía una navaja colada y que ahora mismo se acostaba en la cama que les correspondía, soltando risitas y besándose con dulzura.
ES FANATICA D LO SENSUAL
ELLA TIENE UNA FOTO MIAAA
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro