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dakssaum ♡ capítulo trece.

advertencia;

jimin y jeongguk están zafados del mate

   les explicaron que debían agarrarse un pie y botar a los demás mientras saltaban, cabeceaban y se empujaban. el que caía, era eliminado. y tenían tan sólo diez minutos en total para hacer que los demás cayeran. jeongguk ya había eliminado a diez, taehyung a nueve y jimin a dos. no tenían permiso para poner los dos pies sobre la tierra fuera del descanso que se tomaban entre medio, en el cual estaban en aquel momento.

   el mayor de los tres estaba desorientado y le sangraba copiosamente la cabeza, el líquido era oscuro y espeso, y se notaba una pequeña hendidura en su cráneo que hacía a los demás pensar por qué carajos no se había suicidado ya. quedaban en total quince personas, y todos temblaban de pavor porque estaban por terminar el penúltimo juego. la oportunidad de ganar se hallaba cerca, bajo sus narices, y sólo tenían que tomarla. jimin se agachaba con la cabeza entre las piernas y respiraba con los ojos cerrados, intentando pensar en cosas agradables lo máximo posible. dolía, dolía tanto el estar vivo y estar a punto de perderlo. estar a unos minutos de determinar si él moría o no.

   estaba dispuesto a sacrificarse por él si era necesario. a matarse o matar.

   justo cuando alzó la cabeza, vio a taehyung caer inconsciente al piso de tierra polvorosa. estaba de espaldas a jimin pero lo pudo ver casi inerte a contraluz, respirando apenas, a unos metros de él. se fijó en su piel morena sin vida, grisácea, en el cabello empapado de sangre, en la forma de su pómulo suave y opaco. parecía dormir plácidamente. y jimin estaba en la fina línea de importarle y no importarle. de estar alegre porque se haya muerto (¡¿quién cojones se atreve a entrometerse en su relación con jeongguk?!) o que de plano le diera igual. sentía una sombra apoderarse de su corazón frágil, tan frágil como su cuerpo que pedía a gritos alimento, agua, algo de tabaco.

   ─── el juego reiniciará en breve. ─── la voz neutral femenina de siempre resonó por los parlantes. jimin observó a jeongguk, quien estaba parado a su lado con una sonrisa en sus labios pequeños. agachaba un poco la cabeza al observar el cuerpo acuclillado de taehyung, contaba hacia atrás mientras la voz femenina repetía lo dicho para así crear la expectativa. los pocos participantes que quedaban cuchicheaban entre ellos por más que no confiaran entre sí, y cuando jeongguk llegó al cero, las puertas de metal se abrieron.

   entraron las personas de overol con el ataúd encintado, a jimin se le cortó la respiración mientras su amante soltaba una risotada que le dió escalofríos.

   ─── mierda. ─── susurró una mujer a la distancia, claramente, por sobre las voces ajenas. un viejo gordinflón intentó escabullirse por la puerta abierta pero un aparato escondido le disparó en pleno pecho, haciendo que todos aguantaran la respiración. subieron al cadáver de taehyung al ataúd vacío, lo taparon y se subieron la caja al hombro los cuatro para dar media vuelta y salir por la puerta, sin molestarse en correr el cuerpo del viejo que había caído con un sonido ahogado.

   ─── somos catorce.

   ─── no quiero matar a nadie. no quiero jugar.

   ─── cobardes. ─── espetó jeongguk, aún sonriendo con superioridad. escupió a un lado antes de seguir hablando con su torpe acento norcoreano que de cierta manera lo hacía más amenazante que si hubiera hablado como surcoreano.─── si se rinden, bye bye cash.

   ─── pero al menos repartirían el dinero a las familias de los damnificados, ¿no? ─── lo contrarió la señora que interrumpió el silencio anteriormente. jeongguk puso los ojos en blanco, y las otras dos personas que estaban de acuerdo con ella observaron al criminal, con un falso intento de ir en contra suyo en sus poses débiles, carentes de personalidad.

   ─── puta zorra de mierda. ─── gruñó jimin, ahora todos lo miraban a él con el corazón en la boca. hacía rato que habían cambiado su perspectiva sobre él, pero carajo, seguían sorprendiéndose por el extremo cambio de personalidad que había tenido en menos de una semana.─── ¿no lo entiendes, acaso? incluso si les pagan el dinero que va por cabeza, esas familias no tendrían la pasta suficiente como para pagar las deudas. es hacerles sufrir más. aparte, ¿por algo entraste aquí, voluntariamente?

   ─── vaya, por fin hablas, maricón. y encima sólo hablas mierda, carajo.

   todos tenían los ojos abiertos de par en par al mirar a una mujer de unos cuarenta años, cuyo rostro tenía puesto un maquillaje viejo. estaba claro que se había intentado limpiar el cutis con agua, pero la base, iluminador y delineado estaban embarrados por la suave piel de su rostro. tenía un aspecto de mujer exitosa yéndose en picado a la ruina. jeongguk soltó una risita grave, se cruzó de brazos, y estaba a punto de abrir la boca cuando la voz neutral robótica les dijo que se pusieran en las posiciones correspondientes.

   (los cuerpos estaban repartidos por el arena, a jimin se le vino a la cabeza la idea de que habían quitado a taehyung del lugar sólo para generar pánico. hijos de puta, les había resultado).

   se pusieron en sus lugares y el conteo de diez segundos comenzó. iban en el número cinco cuando jimin miró a jeongguk, y éste le guiñó el ojo con la boca entreabierta en una sonrisa confiada. alzaron el pie que más les acomodaba subir, se lo agarraron con una o ambas manos, dependiendo de lo que eran capaces, y el conteo terminó. entonces, saltaron con gruñidos y jadeos, buscando hacerlos caer. jimin se alejaba de la gente, era su estrategia para luego atacar por la espalda, pero al parecer alguien más se había dado cuenta.

   la señora homofóbica se acercaba a él por el lado izquierdo del espacio disponible, y jimin se quedó helado en su sitio. alguien chocó su hombro con el antebrazo del muchacho, y ahí fue cuando comenzó a saltar al interior del campo de batalla, buscando a jeongguk. tenía que distraer a la señora para desviarla a otro sitio y atacarle por la espalda, sólo pensaba en eso. saltaba en un pie cuando se le ocurrió soltarlo con una mano para tener ocupada sólo la contraria, y se agarró de la camiseta de otra persona, que no tenía idea de su posición, para equilibrarse y hacerlo caer de bruces al suelo. un disparo fuerte, como los otros, se escuchó.

   jimin giró su cabeza hacia la señora, quien se acercaba con una rapidez que le daba miedo, y se le ocurrió una idea bastante arriesgada: entonces, se giró hacia la mujer y saltó en dirección a ella. la mujer trastabilló por unos segundos en los que el ex universitario aprovechó para acelerar el salto y llegar a ella.

   hundió sus dientes en el cuello de la señora, y saboreó la carne que se desprendía de la zona de la yugular, la sangre escurría y fluía como un manantial desde su interior cuando jimin dió un cabezazo en dirección contraria, soltando la carne mordida y haciéndola volar por los aires. cayó sobre la cabeza de un hombre al que se le mancharon las gafas con sangre fresca y, sorprendido, cayó al piso al mismo tiempo que la señora homofóbica, quien intentaba gritar pero no podía por el dolor que sentía. se escucharon dos disparos casi al mismo tiempo.

   jimin tenía los labios, mejillas y mentón manchados de sangre humana, y observaba respirando por la boca y nariz a los demás, quienes rehuían de él lo máximo posible. algunos se acercaron a jeongguk, quien estaba del otro lado del arena, y luego quisieron escapar también de él, pero jimin se acercaba más y más, hasta que agarró a un caballero de altura baja y le dio un cabezazo en la nuca, dejándolo tirado en el suelo.

   ya le dolían los muslos y el brazo cuando se dio cuenta; sólo quedaban él y jeongguk en el sitio. los disparos ya habían sido trece, y el trece estaba manchado de sangre, la misma sangre que saboreaba en sus labios y dientes, el sabor destilándose lentamente en el paladar. jeongguk estaba a unos metros, y jimin le sonrió relajado; en su cabeza, habían ganado. jeongguk se acercaba saltando, tenía una mirada profunda que lo desconcertó, que lo hizo adoptar una expresión de confusión absoluta.

   ─── tiempo. el juego ha terminado. los jugadores pueden descansar antes de dirigirse de vuelta al dormitorio.

   sólo ahí jeongguk se detuvo, posó sus dos pies en la tierra y le sonrió.

nopuedeser
biti en el free fire? b a s t a

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