Prólogo
Con toda la fuerza que su pequeño cuerpecito le proporcionaba, Yoongi extendió su manita y ayudó al pequeño SeokJin a subir por completo al balcón de su casita del árbol.
Pequeñas risitas escaparon de los labios de ambos pequeños al quedar recostados sobre las tablas, uno al lado del otro. Yoongi se giró en su sitio, mirando a su amigo realizar la misma acción.
El pelinegro de mirada achocolatada, se puso de pie y extendió su pequeña manito a SeokJin, un pequeño castañito de mirada acaramelada y pucheritos adorables.
—Vamo a juga —dijo el pelinegro, ayudando al pequeñito SeokJin a ponerse de pie.
—Me dele mi paldita —puchereó SeokJin, apuntando a la pequeña mochilita que cargaba sobre sus hombros.
—Yo te yudo —Yoongi se acercó aún más al menor, quitando la mochila que este llevaba sobre sus hombros y cargando el con ella.
SeokJin sonrió, tomando la manito del pelinegro y siguiéndolo hasta el interior de la casita del árbol.
Una vez dentro, ambos se sentaron sobre los cojines que habían estado llevando de sus casas, ya que, según ellos, estaban "amuebando" su pequeña casita para que pudiera ser igual de bonita que en la que vivía cada quien.
—Taje unas cosas —dijo SeokJin, apuntando a la pequeña mochilita que había estado cargando y ahora sostenía Yoongi.
El pelinegro se quitó la mochilita de sus hombros y la abrió, viendo la tela rosada descansar sobre algunas otras cosas.
—¿Tela rosa? —preguntó confundido el menor, mirando a SeokJin a la espera de una respuesta.
—Son nuetras cotinas, mami las hizo para nosotos —se puso de pie y camino hasta quedar frente a Yoongi, metiendo sus manitos en la mochila y sacando las pequeñas cortinitas con encaje negro—. ¿Lo ves? Tiene rosa y negro, nuetros colore favoitos —se puso de pie y camino hasta la ventana, metiendo la tela en el hilo que colgaba de la pared y atándolo al otro clavito con dificultad, debido a su baja estatura—. Lito, se mira monito.
Yoongi observó la cortina danzar con la brisa y sonrió emocionado, su pequeño estomaguito se revolvió con una extraña sensación, se puso de pie y camino hasta llegar a donde se encontraba SeokJin.
—Tenemo una casita monita —dijo feliz, acunando las mejillitas regordetas del castañito y dejando un pequeño besito sobre aquellos acolchados labios—. Somos unos buenos eposos —dijo asintiendo, para después tomar la manita del castañito sonrojado y llevarlo hasta la pequeña mochila.
SeokJin sonreía feliz, porque siempre, desde que ponían un piecito sobre su casita del árbol, ambos se metían en su papel de "eposos" y sin siquiera preguntar al otro comenzaban su jueguito.
Yoongi siempre era lindo con él, como su papi era lindo con su mami, o como su mami le daba cariñitos a su papi. Al igual que él, siempre le daba mimitos al pelinegro, diciéndole palabras bonitas que escuchaba que se decían sus papis.
Y así, pasaban sus tardes, llevando comidita que sus mamis les preparaban, llevando juguetitos para su pequeña casita, platitos para su cocinita y mantitas para su camita de almohadas.
Y mientras Yoongi fingía ir a trabajar, SeokJin fingía preparar la comida, para cuándo el pequeñito pelinegro regresará a casa, tuviera algo con que llenar su estomaguito.
Y si, había muchos cariñitos, muchas sonrisas y sobre todo, muchos besitos, porque ellos eran inocentes y no tomaban aquellos besos como algo malo, porque para ellos, esos besitos significaban cariño y ellos se querían mucho.
Después de comer, los pequeñitos se ponían a conversar. Yoongi le contaba a SeokJin lo que había hecho en su "trabajo" y SeokJin le decía lo difícil que había sido cuidar a su pequeño bebé, porque si, incluso tenían un muñequito que, según ellos, era su hijito. Para después, ambos recostarse sobre las amohaditas y abrazarse uno al otro y quedarse dormiditos hasta que sus mamis los llamaban.
Y así, era cada día, hasta que ambos fueron lo suficientemente grandes para comprender, que aquellos besitos en la boca debían ser para su persona especial, sintiéndose confundidos al principio porque para SeokJin, Yoongi era su persona especial, y para Yoongi, lo era SeokJin. Hasta que lograron comprender realmente el significado de los besos en la boca y dejaron de hacerlo.
Y a pesar de que algunos podrían pensar que aquellos juegos podrían hacer que ambos amigos se sintieran avergonzados y se distanciaran, no sucedió más que lo contrario, aquello simplemente sirvió para unirlos mucho más y hacer que su amistad fuera más fuerte que cualquier otra, haciendo que aún en la actualidad, ambos fueran los mejores amigos, riendo y bromeando sobre sus Juegos de niños.
୭★୭
Aquí les traigo el prólogo de la historia ♡
Espero les haya gustado esta pequeña introducción y hayan derramado miel al leerla así como yo al escribirla.
Las amito mucho 😘😘😘
✿Kim☆Palomita✿
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro