Día 1

Después de haber hablado con SeokJin por la mañana y haberle contado "la historia", el castaño estuvo más que entusiasmado por poder ayudar a su amigo y hacerle ver a "el idiota", como el mismo dijo, de lo que se había perdido.

Así que, después de aquello, simplemente esperaron a que el día llegará, para poder ir ambos en plan "novios" a aquel campamento.

Y cómo el tiempo no espera, el día llegó, haciendo que los nervios de Yoongi se incrementarán el triple y las ganas de ir al campamento se disolvieran como hielo al sol.

—Yoongi-chi, no puedes echarte para atrás —dijo un SeokJin decidido—. Ese chico debe sufrir por haberte dejado ir. Sé que no soy el más indicado para hablar sobre estas cosas del amor, porque, bueno, nunca me he enamorado realmente. Pero sé, y he visto de lo que la gente es capaz por amor, y por eso te voy a ayudar, porque sé que lo amaste y puede que aún lo hagas. Así que si esto puede ayudar en algo, lo haré por ti, porque te quiero Yoonnie.

—Jinnie...

—No, no, ya dije —negó—. El taxi ya está aquí, las maletas ya están dentro, solo faltamos nosotros, anda —tomó la mano de Yoongi y jalo de ella hasta llevarlo frente al auto—. Estaré contigo todo el tiempo, te animaré mucho y te daré muchos besitos, mi adorado novio.

Yoongi se giró a mirar al castaño, sonriendo al escuchar a su mejor amigo.

—De acuerdo, novio. Cuidado me dejas solo durante el campamento.

—Eso debería decirte yo, porque por alguna razón, creo que pasaré solo la mayor parte del tiempo —dijo haciendo un puchero al pensar aquello y después de encogerse de hombros, subió al taxi.

Durante el camino, Yoongi intento controlar sus nervios, ya que estaba más que seguro que dentro de algunos minutos lo volvería a ver, y aquello solo hacía que su estómago se revolviera con miedo y una que otra mariposa traicionera que había quedado por ahí, revoloteara sin cansancio en su estómago.

Al llegar al sitio de encuentro, SeokJin quedó asombrado con la cantidad de personas reunidas en aquel lugar y los autobuses que los llevarían a su destino, mirando todo con ojitos emocionados ya que aquella sería la primera vez para él en ir a un campamento.

Yoongi observó la multitud, trago en seco y abrió la puerta para bajar del coche. Espero a que el taxista les entregará su equipaje y soltó un sonoro suspiro tembloroso para después dar un paso vacilante hacia donde se encontraban todos reunidos. Una mano cálida se entrelazó con la suya, haciendo que su mirada se centrará en sus manos unidas y después viajará hasta el sonriente rostro de su amigo.

—Estoy contigo —una cálida sonrisa y aquella mirada acaramelada le entregaron a Yoongi la paz que estaba necesitando en aquel momento.

El pelinegro, sostuvo con fuerza la mano de su amigo y camino hacia el gentío, buscando con la mirada a los encargados del campamento para poderse registrar tanto él, como SeokJin.

Después de tanto buscar, divisó a uno de los encargados y se acercó a él, haciéndole entrega de la carta que le había llegado y anunciando a su acompañante. El encargado le sonrió amable y le indico uno de los camiones, para que pudieran subir su equipaje y abordar.

Durante todo el trayecto, SeokJin se mantuvo sosteniendo la mano de Yoongi, solo hasta que estuvieron dentro del autobús y en sus respectivos asientos, fue que soltaron la mano del otro.

Ambos se mantuvieron en silencio, observando ya sea el exterior en caso de SeokJin, o rezando para que el siguiente en subir al autobús no fuera él, en el caso de Yoongi.

Pero como la vida lo odiaba, según él, observó aquella cabellera castaña relucir con la luz del mediodía y aquellos ojos mirarlo con asombro. Una sonrisa tiró de aquellos labios y Yoongi se sintió desfallecer, sintiendo que su alma abandonaba su cuerpo y en definitiva moriría en aquel lugar, hasta que un cálido toque lo devolvió a la realidad, escuchando el susurro de su amigo a su lado, pidiéndole que respirara.

El muchacho se acercó hasta su asiento, sonriendo brillante al verlo, más borrando aquella sonrisa al reparar en las manos entrelazadas de Yoongi y SeokJin.

—Uh, hola, Yoon —dijo a modo de saludo, mirando a Yoongi y después a SeokJin a la espera de una presentación.

—Ho-hola Jungkook —trastabillo el pelinegro, sintiendo un apretón en su mano que le decía que debía mantenerse sereno—. ¿Qué hay de nuevo?

—Eso debería preguntarlo yo, ¿No crees? —dijo mirando por milésima vez las manos entrelazadas de ambos muchachos.

—Oh, ¿Te refieres a él? —se giró para mirar a SeokJin, quién se mantenía sonriendo tan hermoso como siempre, algo que siempre había hecho a Yoongi dudar hasta de su existencia misma—. Él es SeokJin, mi novio —la lengua de Jungkook golpeó contra su mejilla interna, algo que hizo sonreír aún más a SeokJin—. Jinnie, cariño, él es Jungkook, un amigo.

—Mucho gusto, Jungkook —dijo SeokJin, extendiendo su mano para saludar al castaño furioso—. Me alegra conocer un nuevo amigo de mi Yoonnie, siempre ver las mismas caras aburre —dijo burlista.

—¿Conoces a varios amigos de Yoongi? —preguntó, sintiendo la ira burbujear en su interior.

—Sí —asintió el castaño—. Me ha presentado a todos sus amigos en la ciudad. Salimos cada fin de semana a tomar algunos tragos o a comer por ahí.

Jungkook miró a Yoongi, reprochándole con la mirada, ya que a él nunca le había presentado a ninguno de sus amigos y por ello, no sabía que SeokJin era uno de ellos.

—Ya veo —dijo simplemente—. Eso es... genial.

—Kookie, cariño —dijo una agitada voz, haciendo que el castaño se girará para mirar a quien lo llamaba.

—Oh, Carl —dijo simplemente, tomando al instante que estuvo cerca suyo, la mano del recién llegado—. Te presento a Yoongi y su amigo SeokJin —dijo apuntando a la pareja.

—Novio —dijo Jin, mirando desafiante al castaño—. Soy su novio, no su amigo.

—Sí, lo que sea —dijo Jungkook, asintiendo sin darle real importancia a las palabras del castaño—. Vayamos a nuestros asientos —miro a su pareja y después volvió su vista a Yoongi—. Nos vemos en el campamento.

Dicho aquello, Jungkook camino hasta el fondo del autobús, tomando asiento a un lado de su pareja y manteniendo su vista en la parejita que cuchicheaba unos asientos más adelante que el suyo.

—Creo que esto va a salir mejor de lo planeado —dijo SeokJin antes de dejar un pequeño beso sobre la mejilla de Yoongi.

El pelinegro se mantuvo en su sitio, procesando lo que acababa de suceder y lo bien que se había sentido tener el apoyo de SeokJin en aquel momento, y, sobre todo, lo reconfortante que había sido para él, aquel beso sobre su mejilla.

Aquel día termino con unos agotados jóvenes recostados sobre una cama, abrazando al otro como era costumbre, después de haber llegado al bosque y haber obtenido su preciada cabaña.

୭★୭

Hola preciosuras, solo pasaba por aquí para dejarles un capítulo más de esta pequeña historia, la cual espero estén disfrutando muchito ❤️

Y bueno, hoy actualice temprano así que ¡¡Yeiii!!

Que pasen muy hermosas nochecitas y recuerden que está palomita las ama muchito, besitos cariñositos y nos leemos luego 😘😘😘

✿Kim☆Palomita✿