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18

Liam estaba preocaupado, ya ni siquiera se esforzaba en ocultarlo. Peter se había quedado inconsciente y, aunque había envejecido algunos años, no era lo que habían esperado, pero era un avance.

Estaban de regreso en la veterinaria de Deaton, Peter se encontraba en la mesa de metal, la ropa que había tenido puesta durante el ritual se había desgarrado cuando su cuerpo creció. Liam estaba a su lado, controlando los latidos de su corazón, su respiración, percatándose de la forma en que su pecho subía y bajaba, y como justo entre los pectorales la camiseta que había sido para un puberto y ahora llevaba un adolescente se había rajado de forma casi simétrica. No pudo evitar reír al ver esto, risa que se vió opacada por Chris y Theo, quienes peleaban afuera. El quimera no dejaba de reclamarle al cazador que su plan no había funcionado, mientras que Chris se defendía diciendo que al menos ya no era un niño y que al menos él intentaba ayudar, a diferencia de otros. Liam sabía que con ese otros Chris no hablaba de él, pero aún así salió de la veterinaria y fue hacia ellos, agarrándoles de la nuca y chocándoles las cabezas con suficiente fuerza para dejarles aturdidos. Aunque la diferencia de altura hizo que casi le rompiera la nariz al cazador.

Ambos voltearon a ver a Liam, primero incrédulos y adoloridos, luego furiosos.

— ¡¿Qué te pasa, Dunbar?! –Le reclamó Theo.— ¿Tienes problemas mentales o algo? ¡No puedes hacerle eso a la gente!

— Si Theo, tengo problemas mentales. Pero eso no importa ahora, lo que importa es que Peter está inconsciente y ustedes dos se pelean como si eso fuera ayudar en algo –Les reclamó molesto. Liam odiaba tener que ser el que actuaba como adulto, él era el más joven, debería ser el que entraba en pánico, el que gritaba, no el que ponía orden y les decía a los demás que todo iba a estar bien si se calmaban. Tenes semejante responsabilidad le ponía histérico.— Ahora ¿Pueden fingir que se llevan bien y volver adentro conmigo? No soporto estar solo y ser el único que se está fijando si Peter está vivo.

Ambos estaban sorprendidos. No solo por lo que les había dicho Liam, sino por cómo se veía el chico. Liam estaba obviamente preocupado y nervioso, más bien aterrado, pero a diferencia de ellos se mantenía en calma, siendo la voz de la razón en aquél momento de furia que tenían Chris y Theo. Era algo admirable en un adolescente, sobre todo en uno con tan poco control.

— Volvamos adentro –Asintió Chris. Theo no le contradijo, simplemente entró detrás de ellos en silencio.

Ahora junto a Peter se encontraban Theo y Liam, uno a cada lado de la mesa de metal. Chris, por su parte, había ido a ayudar a Deaton. Ya que eso aún era una veterinaria, sin importar que tuvieran a un hombre lobo rejuvenecido e inconsciente en la parte de atrás.

— Has cambiado mucho –Le dijo Theo a Liam. El beta le miró, ladeando la cabeza.

— No sé de qué me hablas, sigo siendo igual.

— Tu personalidad sigue igual. Pero has cambiado. Mejor dicho: has crecido –Dijo, rodando los ojos cuando se notaba que Liam aún no entendía a qué quería llegar.— Ya no eres el niño asustado de antes. Aquél que seguía a Scott como cachorro hambriento. Eres mucho más independiente ahora. Me recuerdas a mí cuando apenas me convertí en una quimera.

— No sé si eso es algo bueno, teniendo en cuenta que mataste a tu manada e intentaste separarnos a nosotros –Le recordó.

— Ustedes me lo dejaron muy fácil. Pero bueno, todos cometemos errores –Theo se encogió de hombros. No se le veía arrepentido por lo que había hecho.— Además...

Liam le vio apuntar hacia abajo, hacia Peter, y por alguna razón sentía que iba a golpear a Theo dependiendo de lo que estuviera a punto de decir.

— ¿Además qué?

— ¡Hey! No te pongas a la defensiva, es solo un comentario –Rió el quimera. Era obvio que disfrutaba lo fácil que le era hacer enojar a Liam.— Solo iba a decir que él también ha matado gente, hasta yo lo sé. Estoy seguro de que Scott te lo dijo.

Liam apretó los dientes, pero asintió con la cabeza. Si, Scott siempre usaba a Peter como ejemplo de en lo que ellos tenían que evitar convertirse. Peter era el equivalente de Hitler para la manada. Pero Liam no lo creía así, al menos no luego de haberle visto como un niño asustado de las tormentas eléctricas. Ya nunca podría volver a ver a Peter como el monstruo que los demás le habían dicho que era.

— Él ya no es así –Dijo, accidentalmente, en voz alta. Sorprendiéndose a sí mismo porque en realidad era algo que no quería decir, un pensamiento suyo que se le escapó.

— ¿Cómo lo sabes? –Inquirió Theo con una media sonrisa. Parecía que sospechaba algo.— ¿Tan buena relación tienes con él ahora?

— Eso no es tu problema –Sentenció el menor.— Así que mejor-

— Uhg... ¿No se pueden callar por dos minutos? Mi cabeza... –Peter les hablaba con voz cansada y adolorida. Alzó las manos hacia su rostro y se frotó los ojos. Les gruñó.— Apaguen esa maldita luz.

Liam fue quien obedeció el pedido/orden, y apagó las luces. Luego se volvió a acercar a Peter.

— ¿Estás bien? –Le preguntó.

— Voy a decirle a Deaton que ya despertó –Dijo Theo, dejándoles solos.

Liam y Peter estuvieron en silencio por dos minutos que al menor se le hicieron eternos. Hasta que Peter habló.

— ¿Funcionó? –Preguntó Peter, frunciendo el ceño al escuchar su propia voz.— No, no funcionó.

— Al menos ahora ya no eres un niño –Liam intentaba verle el lado positivo.

— ¡¿Al menos?! –El menor saltó ante el alzamiento de voz repentino.— ¡No me sirve un al menos, Liam! ¡Quiero volver a mi maldita edad normal!

— ¡A mí no me grites, esto no es mi culpa! –Le respondió el menor.— ¡La próxima vez no hagas enojar a la gente por solo hacerlo, lobo idiota!

— ¡Escúchame bien, pequeño enano de-!

— ¡Ya basta!

Ambos se quedaron en silencio, la puerta se había abierto y Deaton les miraba con desaprobación. Detrás de él estaban Chris y Theo, ambos confundidos y sorprendidos por haber escuchado al Druida alzar la voz. Se suponía que Alan era el más tranquilo, el que nunca se dejaba llevar por sus emociones.

— Liam no ha hecho nada más que ayudarte, Peter. Todos estamos cansados y queremos que vuelvas a tu edad normal para ya no tener nada que ver con esto. No solo tú tienes problemas, no eres el centro del mundo –El regaño del Druida le llegó a Peter, quien se sentó y miró hacia otro lado.— Y Liam, no pierdas la paciencia ahora. Tú eres el que mantiene a los demás tranquilos, sigue haciendo eso.

Todos se quedaron en silencio por un largo minuto antes de que Alan volviera a hablar.

— Les vamos a dar dos minutos para que se disculpen y arreglen sus diferencias. Si no lo hacen, no los vamos a seguir ayudando. Se van a quedar solos intentando encontrar una forma de que Peter vuelva a ser adulto.

Sin decir más, Deaton empujó a Theo y Chris de regreso a la parte de adelante. Dejándoles solos de nuevo. Se quedaron sumidos en un silencio incómodo y tenso hasta que Liam no lo soportó más y habló.

— Lamento haberte llamado lobo idiota –Dijo mientras suspiraba y se inclinaba contra una de las encimeras que allí había. Peter le miró.

— Lamento haberte gritado, esto no es tu culpa. Y no te disculpes, tienes razón.

— Aún así, sé que no te gusta que te critiquen, aunque sea verdad –Rió.— Eres bastante cabeza dura.

— Mira quien habla –Ambos rieron y se volvieron a quedar en silencio. Peter le sonrió.— Gracias.

— ¿Por qué?

— Por seguir aquí –Le dijo algo más bajo.— Cualquier otra persona me hubiera mandado de regreso a Eichen.

— Admito que quise hacerlo –Asintió con la cabeza, riendo ante la cara de ofendido de Peter.— Pero no lo hice ¿No? Ni lo haré, no ahora que no creo que te merezcas volved allí.

Liam notó como Peter se le quedó mirando, viéndose sorprendido por las palabras que el menor acababa de decir. Le vio ponerse de pie e intentar, por alguna razón, acercarse a él. Pero esto no fue posible porque en cuanto los músculos del ahora adolescente se tensaron para realizar el movimiento, los pantalones y ropa interior que ahora eran muy ajustados de terminaron de romper, haciendo aquél horrible ruido que hace la tela cuando sus costuras se quebraban. Liam miró hacia abajo ante aquél ruido y rápidamente se cubrió los ojos y corrió hacia la puerta.

— Espera Liam-

— ¡No vi nada! –Gritó antes de salir. Dejando a Peter, quien no pudo evitar sonreír divertido, solo.

Quizás, solo quizás, iba a ser divertido volver a vivir su adolescencia. Al menos con ello podría molestar un poco a Liam.

NOTA DE LA AUTORA:

¡He vuelto, damas y caballeros. No estoy muerta! Dios mío chicos, lo siento mucho. Pero es que la inspiración me había abandonado y no daba signos de volver para esta historia. La muy perra volvía pero para darme nuevas ideas para otros ships, no para esta pobre historia. Pero ha vuelto, y trataré de aprovecharla.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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