11
Pasaron dos días antes de que el Liam fuera capaz de volver a mirar a Peter a los ojos. La noche en la que prácticamente huyó de él, había tenido sexo con Hayden y luego se había quedado a dormir en su casa, aprovechando que la semana escolar habla acabado. El fin de semana trabajó muchas más horas en la veterinaria con Deaton, usando la excusa de que necesitaba dinero, cuando en realidad lo hacía para no tener que ir a su casa y enfrentar a Peter. No podía creer que tuviera miedo de quedarse solo con alguien que no aparentaba más de catorce años.
Esa mañana, estaba preparándose para ir a la escuela, se acababa de vestir y estaba saliendo de su cuarto con su mochila a rastras. El problema era que para llegar a la escalera debía pasar frente a la puerta, y lo hizo, pasó por en frente y escuchaba la respiración acompasada del Hale, quien parecía estar durmiendo sin problemas. Más lejos, al final del pasillo, escuchaba a sus padres aprovechar del día libre y dormir. Les envidiaba, él tenía que ir a la escuela.
Salió rápidamente de la casa y se quedó sentado frente a la puerta hasta que el autobús llegó y le llevó a la escuela. Al llegar, se saludó con Mason y Corey y juntos entraron, ese día había un pequeño revuelo porque en la noche habría un partido de Lacrosse entre las escuelas. Por un lado, tendría que pasar todo el día en la escuela, por el otro, luego del almuerzo ya no tendrían clases.
Las primeras horas las pasaron todos con la incertidumbre de querer que llegara la hora del almuerzo para poder finalmente tener paz. Liam nunca había visto a sus compañeros salir tan desesperados para almorzar, era como si sus vidas dependiera de ello. Él y Mason se quedaron atrás, no queriendo ser pisados y empujados por la muchedumbre. Cuando el pasillo se despejó un poco, finalmente salieron del aula, siguiendo el mismo camino que habían hecho los demás.
Al llegar a la cafetería, Hayden pasó junto a ellos y se detuvo para darle un beso a Liam, luego le acarició el pecho y se fue con otras chicas. Mason se quedó mirando sorprendido mientras iban a una mesa en la que Corey ya les estaba. Se sentaron y el humano finalmente hizo un comentario respecto a lo ocurrido.
— Es la primera vez que no te hace una escena por no haber ido a sentarte con ella –Dijo, sorprendido.
— No siempre me hace escenas por eso –Respondió Liam, sus dos amigos le miraron con una ceja alzada.— Bueno, la mayoría de las veces si, pero es bueno que no lo haya hecho ¿No?
— Si, es muy bueno –Asintió Corey.— ¿No Mason?
— No sé –Admitió el moreno.— Cuando una mujer deja de molestar a su novio es por dos opciones, por buen sexo o porque alguien más le está dando buen sexo ¿Tuviste sexo con ella?
Liam simplemente asintió, no quería dar mucha información. Pero vaya que si habían tenido sexo, la noche que se quedó con Hayden lo hicieron como nunca en su relación. El rubio no podía dejar de pensar en aquellos gemidos que había escuchado y en lo duro que se había puesto con ellos. Agradeció que lo hicieran con la luz apagada porque pasó todo el acto con los ojos cerrados, imaginándose otras situaciones en lugar de la que se encontraba frente a él. No abrió los ojos hasta que sintió como se desahogaba en el condón y como Hayden se estiraba jadeante para encender la luz.
Él y sus amigos almorzaron tranquilos y luego Liam tuvo que ir con los demás del equipo al campo de Lacrosse. Cuando se dirigía a dicho lugar, fue detenido por una voz conocida.
— Pero si es mi lobo favorito –Se volteó para ver al omega que se acercaba caminando por el pasillo.
— Theo –Dijo, sorprendido por verle allí.— ¿Qué haces aquí?
— Vengo a esta escuela ¿O ya lo olvidaste? –Preguntó el chico sin borrar su sonrisa.— Recuerda que me atrasé un año porque, ya sabes, me mandaron al infierno.
Aquello había sonado mucho como un reclamo. Aunque Liam no le dio importancia, aquello no había tenido nada que ver con él.
— ¿Necesitabas algo? –Inquirió, cruzándose de brazos.
— Un pajarito me contó que tienes a un Hale viviendo contigo –Dijo el quimera con una media sonrisa.— ¿Es cierto? Y me imagino que no es Derek, sino Stiles estaría aquí.
Liam estaba dudando ¿Cómo se había enterado Theo de que él tenía a un Hale viviendo en su casa? Estaba seguro de que Deaton no le había delatado, Mason menos, Corey... Era posible, pero se trataba de Theo, al chico le aterraba y estaba seguro de que si el omega se le acercaba, Corey se haría invisible y saldría corriendo de allí.
— No es asunto tuyo –Dijo, dándose la vuelta para marcharse.
— Lo es teniendo en cuenta que tengo amigos en Eichen House y, curiosamente, Peter Hale se escapó –Liam se quedó petrificado donde estaba.— Es Peter Hale ¿Verdad? Te acabas de delatar.
El beta tardó unos momentos en darse la vuelta para volver a hablarle a Theo, pero cuando lo hizo, el quimera ya no estaba allí.
Confundido y nervioso, Liam siguió su camino hacia el campo de Lacrosse. Donde otros de sus compañeros del equipo y algunos alumnos se encontraban pasando el rato, cuando el entrenador llegó comenzó a gritarles lo que él supuso debía ser algo que les motivara. Lo hubiera conseguido de no ser porque su mente estaba en otro lado.
Comenzaron el entrenamiento y su mente aún estaba en las nubes, aunque intentaba concentrarse en que pareciera que sabía lo que hacía. No supo cuanto tiempo pasaron entre calentamientos, corecciones de Finstock y entrenamientos, pero en un momento alzó la vista hacia las gradas y vio que allí se encontraban sus padres junto con Peter, mirándole jugar.
«Tengo amigos en Eichen House y, curiosamente, Peter Hale se escapó»La frase de Theo se repitió en su mente mientras intentaba mantener el ritmo de sus compañeros. Pero miles de preguntas le atacaban ¿Iba Theo a delatar a Peter? ¿Iban a venir los de Eichen a llevárselo? ¿Podía él hacer algo para impedir que eso ocurriera?
Un golpe le trajo de regreso a la realidad, uno de sus compañeros le había tacleado, no hubiera sido nada de no ser porque estaba tan distraído que bajó la guardia completamente y acabó en el suelo, quejándose de dolor.
En un segundo le estaban quitando el casco y tenía, por un lado, a su padre mirándole con preocupación, por el otro a Finstock moviendo los labios frenéticamente, parecía estar gritando, junto a él estaba Greenverg, quien le miraba con expresión de susto y mucho nerviosismo. Sus oídos emitían un pitido extraño, debía ser por el aturdimiento del golpe. Miró al centro de toda la muchedumbre que comenzó a rodearle, antes de que esta se cerrara alrededor de él pudo ver a Peter siendo sujetado por su madre, parecía estar queriendo acercarse sin que su progenitora se lo permitiera.
Poco a poco comenzó a recuperar la audición.
— Liam, mírame –Le decía su padre.— ¿Me escuchas? Concéntrate en mí.
— ¡Más te vale que esté bien, Greenverg, o me aseguraré de que no acabes la secundaria hasta que tengas nietos! –Gritaba el entrenador, soñando indignado.— ¿¡Cómo se te ocurre taclear a mi jugador estrella!?
— L-lo siento Liam, fue sin intención, creí que ibas a esquivarme como siempre! –Le decía Greenverg.
Sin hacer caso al doctor presente, que era su padre, que le decía que se quedara quieto, se sentó en el césped. Mirando a todos mientras esperaba unos momentos antes de levantarse con ayuda de el entrenador.
— Estoy bien –Dijo con seguridad, mirando a los tres que anteriormente le habían estado hablando.
— ¡Y está vivo, señoras y señores, ahora vuelvan a jugar! ¡No sé qué hacen aquí! –Ante el grito de Finstock, los chicos del equipo salieron corriendo a sus puestos, Liam iba a seguirlos, pero fue detenido por el hombre.— Descansa Dunbar, te necesito en perfectas condiciones para el partido.
Esa era la primera vez que Liam acababa sentado en la banca. Su madre a su lado quitándole trozos de césped que tenía en el pelo y Peter sentado en las gradas detrás de ellos, Liam podía sentir la mirada del aún menor clavada en su nuca.
— ¿Seguro que puedes jugar, cariño? –Ya había perdido la cuenta de cuántas veces su madre le había hecho esa pregunta.— Porque no hay problema si no te sientes bien, no debes sobre-esforzarte ni-
— Estoy bien, mamá –La interrumpió a media frase.— Tengo que jugar, no tengo opción.
En realidad si la tenía, podría simplemente decirle al entrenador que no se sentía bien por el golpe e irse. Pero quería conseguir la beca deportiva y, para ello, debía jugar a todos los partidos. Esa era la condición que había puesto Finstock el primer día. Y él no podía darse el lujo de perder semejante oportunidad por estar simplemente distraído.
Se forzó a sí mismo a no pensar en lo que podría pasar. Mandó a la mierda los pensamientos sobre Theo, sobre Eichen House, sobre gente llevándose a Peter. Nadie haría eso en ese momento. Iba a seguir el ejemplo de Stiles y ignorar el problema hasta que fuera expresamente necesario enfrentarlo o, al menos, hasta que acabara el partido. Sabía que, si ganaban, habría una fiesta en el instituto al día siguiente, una especie de baile para el equipo. Por eso debían ganar, para tener la oportunidad de actuar como un adolescente normal por una vez, de simplemente salir de fiesta y olvidarse de todo por algunas horas.
El otro equipo llegó más o menos una hora después y Liam estaba un poco más despejado. Se puso de pie y fue a por su casco, tomando posición en el campo con los demás. Dio una última vista a las gradas ahora llenas de familiares y alumnos, divisó a sus padres y a Peter y les sonrió a sabiendas de que no podrían verle por el casco. Aún así lo hizo, estaba más tranquilo viendo al Hale entre sus padres, allí no iba a pasarle nada. Aquél juego iba a ser pan comido.
Clavó su vista en el chico de la otra escuela, Brett Talbot, y las ganas de ganar solo se hicieron más grandes al ver como le miraba con odio. La victoria iba a ir dedicada a él y a su equipo, les iban a dar una paliza.
NOTA DE LA AUTORA:
Theo haciéndose el señor mafioso con sus advertencias que en realidad parecen amenazas. Este muchacho no cambia. Liam se llevó un buen golpe, pero va a jugar, no le importa nada.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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