Ya llegó el día de vacaciones y era hora de que Fundy visitara su segundo lugar favorito en el mundo con su hija. Fundy se despidió de sus padres con una sonrisa y un abrazo, Yogurt hizo lo mismo con los 2 mientras se sabía al taxi.

Sally: ¡Que les vaya bien! ¡No olviden llamarnos todos los días!

Fundy: si, mamá, lo haremos

Wilbur: cuidense bien

Yogurt: ¡Adiós!

El taxi se puso en marcha, yendo de camino a la estación de bus, Yogurt no soltaba la mano de su padre con algo de miedo y emoción, lo cual notó el mayor y la acarició por detras de las orejas, acción la cual disfrutaba la menor.

Fundy: no te preocupes, ya veras que la pasaras bien, solo asegurate de controlar tu temperamento

Yogurt: si, papá - dijo en voz baja mientras disfrutaba de las dulces caricias de su padre, eso siempre lograba calmarla

Cuando llegaron a la estación, llevaron rápidamente las maletas al bus y entraron para tomar asiento, era la primera vez que iba en un bus, pero no estaba tan mal, cuando su abuela escuchaba esa palabra se asqueaba y decía lo horrible que era, pero no parecía estar tan mal.

Fundy: por cierto, no te conté sobre esto - Yogurt volteó a verlo, esperando que continuara - te he inscrito en un campamento de verano para niños

Yogurt: ¿Qué? ¿Por qué?

Fundy: para que no estés tan sola, la verdad es que voy por temas de trabajo y no podré estar contigo mucho tiempo - dijo algo apenado - pero cuando oí hablar de ese lugar pensé que podrías divertirte bastante y conocer gente, además, no te quería dejar sola con mis padres

Yogurt: pero...

Fundy: no te preocupes, tu siempre te sientes relajada en el campo, estoy seguro que un lugar al aire libre te sentirás más segura - bajó las orejas algo apenado - por favor, sólo intentalo, por mi, ¿De acuerdo? - dijo dandole una dulce sonrisa

Yogurt: - hace un puchero - bien, lo haré

Fundy: muchas gracias, princesa - dijo sonriendo

Lo que más odiaba en el mundo era socializar, pero como no tenía de otra tuvo que aceptar, todo sea por ver a su padre satisfecho.

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Cuando por fin llegaron al hotel dónde se hospedaban, Fundy fue bien recibido por el personal, ya había hecho la reserva desde hace tiempo y como era alguien importante le pudieron dar una buena atención. Privilegios de ser el heredero de una gran empresa.

Yogurt se aburrió de ver a su padre hablar con el personal así que se puso a ver el lugar a buscar algo interesante, normalmente en la recepción habían jarrones de dulces los cuales podían tomar gratis, eso lo pudo confirmar cuando su agudo olfato detectó el dulce aroma de los caramelos. Dejó de pensarlo demasiado y sólo siguió ese dulce aroma, distiguiendo un dulce olor a fresa que tanto le encantaba, cuando ya estuvo cerca tomó el dulce que quería pero al hacerlo pudo sentir la mano de alguien más rozando la suya, haciendo que abriera los ojos y saliera de su mundo.

Al mirar a su lado pudo ver a un niño castaño de su misma edad, queriendo tomar el mismo dulce que ella, lo cual activó su instinto de ataque. Nadie se quedaba con sus dulces.

Connor/Yogurt: yo lo cogí primero

Yogurt soltó un gruñido pero Connor no se inmutó, ambos se alejaron del jarron y se pusieron unos metros lejos del otro, como si fuera una película de vaqueros del viejo oeste.

Connor: yo estuve buscando ese dulce desde hace rato, así que es mío

Yogurt: yo lo olfatee a la distancia desde hace más tiempo que tu, así que es mío

Ambos se asesinaron con la mirada, con los puños cerrados y apretando los dientes, cualquiera que los viera diría que a pesar de no compartir ningún parecido físico sus expresiones eran exactamente iguales, al igual que su caracter.

Antes de que los 2 pudieran matarse entre si por ese delicioso caramelo, una persona que vino de la nada tomó ese dulce y se fue como si nada, dejando a los niños en un silencio incómodo.

Connor: ¿¡Es en serio!?

Yogurt: ¡Vete al diablo!

Ambos niños se miraron con desagrado, voltearon dándose la espalda con indignación y regresaron con sus respectivos padres.