Elle sale de la pileta usando la fuerza de sus brazos tonificados, sacude la cabeza en el proceso para quitarse el exceso de agua de su espesa melena negra, el resto bajando por su torso desnudo. Rápidamente un ayudante le ofrece una toalla para que pueda secarse mejor, Elle apenas le sonríe en agradecimiento y se dirige a los vestidores.

Pasar la mañana de un sábado en el club es lo que necesitaba luego de una semana de trabajo. Quien crea que trabajar para la compañía de su propio padre es fácil está equivocado, o quizá no tanto, al final de cuentas tienen un salario elevado para las tareas que realizan, pero eso no significa que en ocasiones no haya más presión sobre ellos y a veces su progenitor puede ser un dolor de huevos.

Sale del área de natación vistiendo ropa seca, aunque de su cabello aún escurren algunas cuantas gotas de agua. Camina por la vereda rodeada de vegetación con rumbo al billar. Aunque sean gemelos y la gente erróneamente cree que comparten todo, ambos tienen maneras diferentes para relajarse luego de una semana laboral.

Sin embargo, sí es cierto que hacen la mayoría de cosas juntas. Así que tan pronto lo ubica camina entre las mesas, intentando no estorbar ni interrumpir a nadie, hasta llegar donde su hermano.

—¿Te falta mucho? —Pregunta, apoyando una mano a un costado de la mesa, viendo de reojo el juego mientras Beyond se inclina entrecerrando los ojos.

—No interrumpas. —Murmura muy concentrado mientras echa un brazo hacia atrás, sosteniendo el palo, dándole estabilidad a la punta del mismo al dejarlo entre dos dedos sobre la mesa.

Elle suspira poniendo los ojos en blanco. No entiende tanto preámbulo para darle a una simple bola, aunque por las caras que tienen el resto de los presentes, deduce que el juego está por definirse.

—¿Ahora sí terminaste? —Vuelve a preguntar tan pronto lo ve soltar el golpe.

Beyond no contesta de inmediato, sus músculos se mantienen tensos mientras espera que su último movimiento salga como lo planeó, sonriendo cuando todo resulta tal cual como lo imaginó.

—Ahora sí —responde, enderezando a la vez que mueve los hombros para quitarles lo tenso. El resto de los participantes tan solo dejan caer los palos sobre la mesa con frustración—, ¿qué quieres?

Si Elle no lo conociera de prácticamente toda la vida, encontraría esa respuesta como poco amable, y aunque sí que lo es, lo conoce así que lo pasa por alto.

—Que vayamos a almorzar. ¿Ya viste la hora?

—Ah, sí, eso... —se rasca la nuca, desviando la mirada— ¿no recibiste mi mensaje hoy por la mañana?

Elle frunce el ceño, comenzando a caminar junto a Beyond cuando lo ve tomar sus cosas. —¿Cómo por qué me escribirías cuando vivimos en el mismo apartamento?

—Para eso existen los mensajes, ¿no? Para evitar la fatiga de hablar. —Se echa el bolsón sobre el hombro mientras hace un gesto con la mano, como indicando que es lo más obvio.

Elle vuelve a poner los ojos en blanco. —Pues no, no recibí ningún mensaje tuyo.

—Oh... —hace un leve puchero con los labios— Bueno, el asunto es que ya tengo planes.

—¿Ah, sí? —Se cruza de brazos, viéndolo de reojo mientras caminan por el amplio campo de golf con el que cuenta el club.

—¿Adivina quién saldrá esta noche con el bartender? —dice con orgullo, levantando ligeramente el mentón.

El contrario no responde enseguida, en cambio tensa la mandíbula. Él decidió no anotar ese número por orgullo, aunque ahora se arrepiente un poco, le está dando ventaja a su hermano.

—¿Y acaso la señorita necesita toda la tarde para arreglarse? —pregunta con mofa, soltando una breve risa entre dientes.

—Aunque te rías, pienso recortarme el cabello, un facial, comprar ropa... ah, y también me haré una manicura por primera vez. —Finaliza, extendiendo un brazo y agitando los dedos.

Elle se detiene en seco y voltea a verlo enarcando una ceja.

—Es importante darle una buena impresión —agrega Beyond, dándole un par de codazos en son de complicidad—. Además, no sabes lo que estaría dispuesto a hacer con tal de ganarte.

El otro suelta una carcajada antes de mirarlo a los ojos y agudizar la mirada. —Que lleves la ventaja no significa que esté fuera del juego, hermanito.

oOo

—¿Cómo que vas a salir con él? —Pregunta Teru, apretando el entrecejo mientras se tira de espaldas contra la cama y mantiene el celular pegado a la oreja.

—Así como lo escuchas —responde con una sonrisa, sosteniendo el teléfono con el hombro a la vez que continúa sacando atuendos de su guardarropa.

—¿Vas a usar tu sábado libre para salir con él? ¿Al menos irán a un lugar lindo?

La sonrisa de Light desaparece y arruga levemente la nariz. —Para nada, me invitó a un club nocturno. Pero eso sí, pagó entradas VIP y toda la cosa.

—¿Y vas a permitir eso? —Se endereza sobre el colchón, suspirando. La verdad no entiende cómo su amigo continúa con esa tontería.

—¿Permitir qué? —Pregunta mientras intenta subirse un pantalón entallado por las piernas— ¿Permitir que gaste su dinero en mí? Por supuesto que sí.

—No me lo tomes a mal pero no me parece bien lo que estás haciendo. —murmura.

Light pasa por alto el comentario. Su amigo es un pan De Dios, nunca se prestaría a algo así, ni tampoco entiende lo que Elle y Beyond pretenden, por lo que no le sorprende que a Mikami todo esto le cause conflicto.

—No le estoy haciendo daño a nadie —responde con voz serena mientras se ve en el espejo de cuerpo completo, luego de haber elegido una camisa holgada que equilibre lo entallado del pantalón—. Además, te recuerdo que ellos empezaron.

—Sí, pero...

—Mika —interrumpe, tomando un parka de su armario, debe cubrirse con algo para salir de casa si no quiere que sus padres se infarten con su atuendo—, si ellos quieren jugar, ¿qué hay de malo que yo también juegue? —finaliza, sonriendo de lado mientras se observa a través del espejo.

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Notas de autor:  que vergüenza aparecer por aquí luego de tanto, ¿verdad?