Segundo episodio
Después del primer episodio de Juego de citas, Kohaku tuvo que enfrentarse de inmediato a su padre (que aún estaba en Tokio después de venir por su cumpleaños) al día siguiente.
—Si estabas buscando marido, podrías haberme pedido consejo —le reclamó—. Conozco a varios jóvenes que podrían ser dignos de ti.
—Ja, teniendo en cuenta que una vez estuviste dispuesto a dejar que Ruri se casara con Magma, no me puedes culpar por no tener muy en cuenta tu opinión. —Se cruzó de brazos, con una mirada ácida.
—Eran tiempos distintos —se excusó—. De todos modos, ¿qué pasa con Senku?
—¡¿Tú también, papá?!
¡¿Por qué todos tenían que hablarle de él?!
—Tenía la esperanza de que sí acabará siendo mi yerno después de todo. —Suspiró tristemente, casi haciendo pucheros.
"Bueno, era el yerno de tus sueños o los nietos que tanto nos pedías a Ruri-nee y a mí, no podían ser los dos", pensó, pero no lo dijo.
—Entonces ¿seguirás en esa cosa de la televisión? —le preguntó, desanimado.
—Ya lo empecé, no me echaré atrás. —Alzó la barbilla.
—¿Y qué pasa si ninguno de esos muchachos te gusta?
—Pues habré perdido mi tiempo. —Encogió los hombros—. Quizás entonces acepté que me presentes a los chicos que quieras. —Eso lo consoló ligeramente, aunque no demasiado.
Las siguientes que la interrogaron fueron sus amigas, prácticamente la secuestraron luego de que acabará de trabajar (y luego de que pateara a su supervisor Ichiro por reclamarle por lo que pasó en el programa y además tratar de toquetearla).
—¡No puedo creer que en serio le hayas seguido el juego a Gen hasta ese punto! —exclamó Nikki.
—Yo no puedo creer que te hayan llegado partidos tan buenos. —Minami parecía emocionada—. Químico industrial, estudiante de ciencias e ingeniero mecánico, ¡tienes que elegir a uno de esos tres! Aunque el tal Ark también es inteligente y puede que consiga buen empleo. El único que no me convence es Tatsuo, aunque suena muy divertido.
—No reconocí las voces de ninguno de los científicos —murmuró Suika—. Excepto un poco la del ingeniero mecánico, Hiroshi. ¿Trabajará con nosotros para estudiar a Whyman y crear la máquina del tiempo? Aunque sé que no hay nadie con ese nombre en el laboratorio.
—Esto es intrigante, tengo ganas de investigarlos a todos. —Minami estaba casi babeando.
—También me parece familiar la voz de Tatsuo —agregó Ruri, pensativa.
—Sí, eso me llamó la atención de él —murmuró Kohaku.
—¿No te llamó la atención otra cosa? —preguntó Amaryllis, con una sonrisa pícara—. Tiene una voz bastante agradable. ¿Cuál fue la voz que te gustó más? Creo que Daisuke y Ark eran los que sonaban más aniñados, los demás tenían voces muy masculinas.
—Ese Sebastian tenía una voz muy profunda, casi de ultratumba. —Minami se estremeció un poco, aunque estaba exagerando el grosor de la voz del hombre—. No todos pueden ser como mi Tsukasa, tener una voz gruesa, pero suave como terciopelo. —Se sonrojó de solo pensar en su marido (recientemente se casaron).
—Si es por voces me quedó con Tatsuo —afirmó Amaryllis.
—Si no estuviera casada, creo que me gustaría el tal Hiroshi. Sebastian como segunda opción. —Minami rio alegremente—. ¿Ustedes? —Miró a las otras.
—¿Cómo puedes elegir por solo una llamada de unos minutos? —Nikki la miró escéptica.
—Vamos, vamos, ¿cuál te pareció más adecuado para Kohaku-chan? Al menos di eso.
—Bueno... el más confiable parece Hiroshi. —Suspiró, resignada.
—Yo diría que Daisuke, parece muy dulce —acotó Mirai.
—¿Kirisame? —Cuando Amaryllis la miró con interés, la guerrera se estremeció un poco, sonrojándose.
—Eh... ¿Tatsuo? Me sentí identificada con algunas cosas que dijo, supongo. Quizás sería una buena pareja para Kohaku.
—¿Yuzuriha?
—Bueno, ya que nadie lo dice... creo que iré por Ark. —Rio nerviosamente.
—Ese es el peor de todos. —Todas fruncieron el ceño, incluso Kohaku.
—Bueno, entonces Sebastian. —Suspiró.
—¿Y tú, Ruri?
—No podría decir un nombre tan a la ligera, necesito conocerlos más. —Parecía contrariada por todo este asunto.
—¿Suika?
—Yo no quiero a ninguno de ellos. —La joven científica hasta parecía triste.
—¿Eh?
—Siempre pensé que Kohaku y Senku estarían juntos —susurró, haciendo que el corazón de Kohaku se le estrujara dolorosamente en el pecho.
Se quedaron en un incómodo silencio por un par de minutos, hasta que Minami carraspeó y decidió volver al tema de antes.
—¡Bueno, pero nos falta preguntarle a la más importante! Kohaku, ¿cuál te gustó más de los cinco? —La miró con ojos llenos de curiosidad, y todas también fijaron la mirada en ella.
—Hiroshi —admitió fácilmente—. Parece un caballero. Ja, al menos por ahora es el que más me gusta.
—¿Hoy también tendrás que ir a hacer el programa, no?
—Sí, de hecho, debo ir antes de tiempo, Gen me espera como en una hora. —Miró el reloj en la pared.
—¡Deberías ir a prepararte, entonces! ¿Hoy conocerás en persona a los cinco?
—Finalmente veremos si son guapos. —Amaryllis secundó la emoción de Minami.
—Gen no me dijo nada. Solo que debo ir mucho más temprano que ayer, aunque el programa es a la misma hora.
—¡Yo te maquillaré! —exclamó Amaryllis.
—¡Yo prepararé tu ropa! —Yuzuriha también se unió a la emoción.
Kohaku salió de la reunión ya lista para ir al programa, pero primero fue a buscar su motocicleta, ya que el estudio de grabación quedaba bastante lejos.
Mientras caminaba a su casa, se sorprendió al encontrarse a Senku a medio camino.
Todo el color se le fue del rostro.
—Ah, leona. —Él sonrió ladinamente al verla, acercándosele—. Han pasado varias semanas desde que nos vimos... Aunque bueno, te vi en el programa de ayer. —Rascó su oído con desinterés—. Me sorprende que ese mentalista te convenciera de algo así.
—Ja, a mí me sorprende que lo hayas visto. —Cruzó los brazos, intentando disimular que se sentía al borde de desmayarse.
—Estaba cenando con Taiju y Yuzuriha y su mocoso, siempre ven los programas basuras de Gen. —Encogió los hombros.
—Ya veo, bueno... tengo algo que hacer así que...
—Por cierto, venía a darte esto. —Le tendió una bolsa.
—¿Qué? ¿Qué es esto? —La tomó, atónita.
—Me dijeron que la semana pasada fue tu cumpleaños, así que te hice algo. —Bostezó, luciendo aburrido—. Bueno, debo volver. Nos vemos.
—N-nos vemos. —Lo miró perpleja, antes de volver su vista a la bolsa, que era medianamente pequeña.
Llegó a casa y abrió la bolsa, sacando de allí una caja pequeña envuelta en papel de regalo con flores.
Dentro de la caja había una versión más pequeña de una máquina de videojuegos de esas que Senku y Sai crearon varios años atrás, lo reconoció por los botones, aunque la forma no era tan similar, era más parecido a una "tablet" de esas que veía en lo animes, pero con menos pantalla y más botones.
¿Podría jugar videojuegos en esta cosa?
Sus ojos se iluminaron al ver que todos sus videojuegos favoritos estaban allí y se pasó casi una hora jugando, hasta que recibió una llamada de Gen reclamándole por no haber ido al estudio aún.
Ah, cierto.
Dejó la máquina de videojuegos en su mesa y la miró por un momento, antes de sonreír tristemente y dirigirse al estudio de grabación.
Como dijo, no pensaba echarse para atrás.
.
A las ocho de la noche del tercer viernes de agosto del año 3760, en todo Japón se empezó a transmitir el segundo episodio del nuevo programa del famoso mentalista Asagiri Gen: Juego de citas.
—¡Hagan espacio, hagan espacio! —Un matrimonio con sus cinco hijos tuvo que apretujarse en su sofá para que la hermana de la esposa se sentara con ellos también—. ¡He estado esperando este episodio desde ayer!
—Pues claro, ayer salió. —El hijo pre-adolescente la miró con acidez.
—¡Silencio, está empezando!
Por mientras al otro lado de Tokio, Saionji Ukyo, con su hija de pocos meses de edad, bajó mucho el volumen de la televisión, solo para que su esposa le quitará inmediatamente el control remoto y le subiera otra vez.
—Pensé que no te gustaban los programas de Gen —comentó él, acunando a su hija Umi, que dormía tranquilita.
—Este es diferente, quiero ver lo que pasa con Kohaku. —Abrió un paquete de palomitas de maíz y le ofreció unas—. ¿Quieres?
Ukyo solo suspiró resignado, antes de sonreír y comer unas cuantas.
No muy lejos de la casa Saionji, en la mansión Nanami, Ryusui estaba reunido con Sai, sentados cada uno en cómodos sillones. Allí también estaba Luna con Carlos y Max, y Chelsea, ya que los Nanami les estaban dando hospedaje. Francois estaba allí también, repartiendo bebidas y bocadillos de tanto en tanto.
—¡JA, JA! ¡El nuevo programa de Gen es muy interesante! Como siempre, lo estoy patrocinando, así que veré cada programa, ¡lo deseo! Y también deseo ver quién será el que conquiste a Kohaku-chan. ¡Sin duda será un hombre afortunado! —exclamó jocosamente.
Sai sonrió resignado. A él no le interesaba tanto, pero le gustaba pasar las noches en familia, y las visitas que tenían también eran bastante agradables.
—La señorita Kohaku es tan afortunada. —Luna suspiró dramáticamente—. Puede escoger entre todos esos chicos inteligentes... ¡Casi todos ellos son mi tipo! Quizás luego de los dos meses yo pueda inscribirme al programa también. —Hace ya tiempo se rindió con Senku.
—¡Por favor no! —exclamaron Carlos y Max, pero ella no pareció oírlos.
Chelsea solo se dedicó a comer bocadillos, mirando como el programa empezaba con Gen bajo un reflector una vez más.
—¡Hola de nuevo, mi querido publico! ¡Bienvenidos al segundo episodio de su nuevo programa favorito, Juego de citas! —La misma música empalagosa de ayer sonaba a todo volumen—. Para los que se perdieron el primer episodio, ¡aquí un resumen!
La televisión comenzó a emitir una breve repetición de las explicaciones que Gen dio sobre la mecánica del programa, así como los momentos en que Kohaku aceptó a los cinco pretendientes.
—¡Ayer los conocimos solo por llamada! ¡Pero ahora los tenemos aquí y podrán conocer a los cinco galanes en vivo y en directo! —El público en el estudio enloqueció de emoción, aplaudiendo y vitoreando.
—Ojalá sean guapos, deben ser guapos —murmuró Luna, emocionada, colocando una mano en el hombro de la persona más cercana a ella, Sai, y sacudiéndolo un poco.
—Kohaku-chan. —Gen se acercó a la protagonista, que una vez más estaba sentada en el sillón en forma de corazón—. ¿Cómo te sientes ante la perspectiva de conocerlos en persona? ¿Nerviosa?~
—Ja, eso me da igual. —Rascó su oído con indiferencia.
—Ya lo sabemos, sí, lo sabemos muy bien~. Ayer dijiste que no te importaban las apariencias, así que... —Su sonrisa se hizo traviesa y guiñó un ojo a la cámara antes de volver a concentrarse en la chica—. ¡Aquí la primera gran sorpresa de este programa! Para mantenernos fieles a la creencia de nuestra protagonista de que las apariencias no son importantes, ¡les pedimos a todos nuestros participantes venir al programa con máscaras o disfraces! —El público jadeó con sorpresa.
—Ow. —Luna se decepcionó un poco, pero no tanto—. Bueno, un poco de misterio no es tan malo...
—¡JA, JA! ¡Las ideas de Gen son las mejores! —Ryusui chasqueó los dedos con entusiasmo.
—Tenemos otro sillón junto al sillón de Kohaku-chan. —Gen señaló a un sillón blanco más simple frente al de la mujer—. ¡Y eso es porque ella hoy podrá interactuar brevemente con sus cinco galanes y conocerlos un poco más! Esto es solo una probadita a lo que vendrá después. —Volvió a guiñar un ojo—. ¡Ahora, pasemos con el primer galán! ¡El primero en llamar! ¡Sebastian-chan!
Todo el público aplaudió con entusiasmo, ansiosos por conocer en persona a los pretendientes.
Al fondo del escenario había una pantalla gigante que proyectaban muchos corazones y luces brillantes, y pronto esta se abrió para abrirle paso al primer pretendiente: Sebastian.
Cuando un reflector apuntó a Sebastian, dejando que todos lo vieran bien, absolutamente todo el mundo se quedó con la boca abierta, tanto el público presente como la audiencia.
—¿Pero qué diablos? —El matrimonio con los cinco hijos y la cuñada no podía creerlo.
—Esto no me lo esperaba... —Ukyo y su esposa se quedaron con las bocas abiertas.
—Oh, vaya... —Hasta Ryusui estuvo perplejo.
—Él... —Luna tragó saliva.
—Él está totalmente loco —Sai terminó la frase por ella, también incrédulo por lo que veía.
Sebastian estaba vestido de pies a cabeza de negro, con una larga gabardina, botas grandes, un sombrero y máscara de pájaro. En otras palabras, estaba disfrazado como doctor de la peste negra.
—Ese tipo parecía serio y es bastante ridículo —comentó la esposa de Ukyo, comiendo más palomitas.
—El disfraz es genial —El hijo pre-adolescente del matrimonio con cinco hijos estaba fascinado.
Sebastian no hizo caso a la estupefacción del público y se encaminó con calma hacia Kohaku, sacando una rosa roja de detrás de su espalda y tendiéndosela.
Kohaku se veía perpleja, pero aceptó la rosa.
—Vaya, Sebastian-chan... ese es un disfraz bastante peculiar. —Gen rio, mirando con nerviosismo a su público perplejo—. ¡Pero bueno, bueno! ¿No vas a decir nada? ¡Kohaku-chan ha estado ansiando conocerte!
Sebastian no dijo ni pío y se sentó en el sillón blanco, cruzando una pierna sobre la otra y juntando las manos sobre su regazo.
—Me place estar aquí —masculló con sequedad.
—Creo que tendré que ayudar un poco aquí. —Gen suspiró resignado y tomó su banquito para sentarse cerca de los sillones, pero sin interponerse entre los dos—. Dinos, Sebastian-chan, ¿de dónde eres?
—No diré mi dirección en televisión —se oyó todavía más fastidiado que el día anterior.
—No hace falta decir tu dirección. —Gen volvió a suspirar—. ¿De qué país eres? Se te nota cierto acento.
—Nací en Londres.
—Eso no parece un acento londinense —murmuró la esposa de Ukyo—. Parece más bien una imitación barata...
—¿Tú crees? —Eso lo sorprendió—. ¿Por qué fingiría?
Ella no le respondió, pero miró a Sebastian con ojos entrecerrados.
—Y dinos, Sebastian-chan, ¿qué te motivó a venir a Japón? —siguió preguntando el mentalista.
—Ahora esta es la capital del mundo, básicamente. No es un secreto que para triunfar en el nuevo mundo lo más efectivo es triunfar en Japón. —Su voz fue tan monótona como siempre.
Kohaku hizo una mueca de descontento, pero permaneció en silencio.
—Sebastian-chan, ¿eres un hombre cuya pasión son los negocios y el dinero?
—Quien no sepa manejarse en los negocios y con el dinero, que no pretenda ser exitoso. —Ajustó su sombrero, antes de volver a unir sus manos—. Yo pretendo ser exitoso, para alcanzar mis metas.
—¿Y cuáles son tus metas?
—Mi pasión es la química industrial, tengo muchos proyectos con esta. Para conseguirlas, necesito ser bueno en los negocios y ganar mucho dinero. Son un medio para un fin, para cumplir mis metas. Hago todo en mi mano para llegar a mis objetivos, perseveró y triunfó. —De repente su tono monótono adquirió cierta confianza y pasión que devolvió el interés a los ojos azules de la mujer.
—¿De qué trata tu trabajo? —preguntó ella, sorprendiendo a Gen—. Es una ciencia, una rama de la química ¿no?
—Die... —se interrumpió—. Sí, lo es. Estudia las características y la composición química de diferentes materiales. Yo me dedicó al control de calidad de productos químicos, y el desarrollo de nuevos métodos de investigación y producción, entre otras cosas.
—Ja, no entiendo mucho, pero suena genial. —Sonrió, genuinamente interesada.
—¿Creen que se vaya a quedar con ese? —preguntó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, comiéndose unas alitas de pollo.
—¡Debería! —El hijo pre-adolescente ya lo apoyaba.
Gen, al ver que Sebastian parecía no querer volver a hablar, suspiró y empezó a aplaudir.
—¡Muy bien, muy bien, Sebastian-chan! Gracias por esta breve entrevista. Puedes retirarte si eso quieres, y si Kohaku-chan no tiene ninguna otra pregunta que hacerte, claro.
—En realidad, quiero preguntarle sobre su disfraz —dijo ella, todavía mirándolo con extrañeza.
—La peste negra fue una epidemia que causo la muerte de...
—¡Eh, pueden hablar de eso luego! —Gen interrumpió a Sebastian—. No es un tema muy familiar que se diga... No se preocupen, tendrán mucho tiempo para conversar luego. —Guiñó un ojo—. ¡Muchas gracias por estar aquí, Sebastian-chan! ¡Un fuerte aplauso!
El público aplaudió con entusiasmo, a lo que Sebastian se marchó a paso tranquilo y la cámara pronto volvió a enfocarse en Gen.
—Ahora... es momento de conocer a nuestro segundo galán. ¡Denle la bienvenida a Daisuke-chan!
Mientras el público aplaudía, la pantalla gigante al fondo del escenario volvió a abrirse y el reflector apuntó al siguiente chico, un chico delgado y bajito (bueno, no tanto, parecía de la misma altura que Kohaku). Él estaba vestido con un traje que cualquiera llevaría a una entrevista de trabajo, tenía el cabello castaño claro, un flequillo ladeado y una máscara de lobo con orejitas y todo.
Daisuke pareció congelarse apenas el reflector lo iluminó y no dio un solo paso.
—Oh, vaya~. —Gen pareció divertido—. Parece que nuestro segundo galán es un poco tímido. ¡Vamos a darle ánimos para acercarse a su amada! ¡Daisuke-chan! ¡Daisuke-chan! —exclamó, aplaudiendo e instando al público a hacer lo mismo.
—¡Daisuke-chan! ¡Daisuke-chan! —El público estuvo encantado de aplaudir y vitorear el nombre del joven con entusiasmo.
La cámara enfocó el rostro de Daisuke, que estaba muy rojo.
De pronto, la cámara enfocó a Kohaku, que se puso de pie con una sonrisa y se acercó a Daisuke, tendiéndole una mano, con una sonrisa amistosa. Él pareció a punto de desmayarse, pero pronto se calmó y comenzó a avanzar.
—N-no hace falta. —Él levantó las manos con pánico, sonriendo un poco—. Caminaré, caminaré. —Rio nerviosamente—. Eh... ten tu rosa. —Le dio otra rosa roja.
—Gracias. ¿Quieres un vaso de agua? Pareces muy nervioso —señaló ella, preocupándose un poco porque en serio él estaba casi hiperventilando.
—De hecho... sí me gustaría.
—Este es mi favorito —dijo la cuñada del matrimonio con cinco hijos.
—Al menos la máscara de este deja apreciar que es lindo. —Luna también estaba interesada.
Luego de que Daisuke se calmara con un vaso de agua, se sentó en el sillón blanco y bajó la cabeza, jugando con sus pulgares.
—Otro que necesita ayuda. —Gen rio, sentándose en su banquito—. Háblanos de ti, Daisuke-chan. ¿Eres de Tokio?
—De hecho soy de Okinawa, viví allá hasta los doce.
—Oh, Okinawa. —Kohaku sonrió—. Ryusui nos llevó en su barco allá una vez, quería mostrarnos las playas.
—Son realmente bonitas. —Daisuke sonrió tímidamente.
—¡Fue una experiencia muy divertida! —Gen asintió—. A Kohaku-chan le encantaron las mariposas de Okinawa. ¿Te gustan las mariposas, Daisuke-chan?
—S-sí, me gusta todo lo relacionado con biología, es mi rama científica favorita. Amo especialmente a los animales e insectos. Mi ser vivo favorito es el lobo.
—¿Cuál es tu animal favorito, Kohaku-chan? —le preguntó Gen.
—Ja, no creo tener uno. Aunque me encanta comer carne de vaca. —Sonrió, con la boca haciéndosele agua.
Daisuke chilló, luciendo levemente horrorizado.
El público rio por su gritito tan agudo.
—¡Es adorable! ¡Lo amó! —La cuñada del matrimonio con cinco hijos ya estaba conquistada.
—Sebastian es mejor. —El sobrino pre-adolescente se ganó un zape por ese comentario.
—Déjame adivinar algo, Daisuke-chan, ¿eres vegetariano? —preguntó Gen, también riendo.
—Sí, la verdad no me gusta comer animales. —Volvió a sonrojarse—. Pe-pero no me molesta que los demás lo hagan. Los animales se comen entre sí todo el tiempo, yo no pretendo obligar a nadie, yo...
—Está bien, Daisuke-chan, nadie dijo eso, aunque es cierto que hay muchos prejuicios hacia vegetarianos, pero no te preocupes —Gen lo tranquilizó de inmediato.
—Nunca conocí a alguien vegetariano —murmuró Kohaku, sorprendida—. ¿Qué comes?
—Oh, permíteme explicarte. —Él pareció emocionado de contarle algo que le gustaba y estuvo varios minutos hablando sobre su dieta y explicándole las mejores combinaciones de alimentos hasta que Gen le dijo que lamentablemente se habían quedado sin tiempo.
—Tendrán más tiempo para conocerse más luego, por ahora puedes retirarte, Daisuke-chan.
—Ow, de acuerdo... M-me gustó mucho conocerte, Kohaku-san. —Le hizo una reverencia y se levantó del sillón.
El público en el estudio se volvió loco mientras Daisuke se retiraba, aplaudiendo y gritándole palabras de aliento. Parecía haber causado una muy buena impresión, y Daisuke se fue muy rojo.
—Ahora es turno de nuestro tercer galán, ¡un fuerte aplauso para Tatsuo-chan!
Una vez más la pantalla al fondo del escenario se abrió, dejando pasar a un hombre fornido y alto, castaño con el cabello muy alborotado y una mascarilla y lentes de sol como único disfraz.
Él no perdió tiempo para sentarse delante de Kohaku y ofrecerle otra rosa roja. Ella la tomó y luego se inclinó en su asiento para verlo mejor.
—¿Se le hará guapo? —preguntó Luna—. Este no es realmente mi tipo —le susurró a Sai, que solo sonrió cortésmente.
—¿No te conozco? —le preguntó, intentando mirarlo más de cerca, cosa que lo sonrojó un poco.
—Emm... puede ser. Soy muy amistoso, salgo mucho. —Rio, frotando su nuca.
—Ja, no sé de dónde te me haces familiar, pero tengo la impresión de que te conozco desde hace mucho tiempo. —Se cruzó de brazos—. ¿Hace cuánto te despetrificaron?
—Mejor no entremos en detalles. —Rio nerviosamente—. ¿Por qué no me hablas de ti? ¿Qué has estado haciendo estos años, después de ir a la luna? ¿Trabajas en una construcción?
—Me huele a que este oculta algo —murmuró la esposa de Ukyo, a lo que este le dijo que también se le hacía conocido.
—Bueno, sí. —Kohaku se relajó en su asiento, aceptando el cambio de tema—. Trabajo en varias cosas, pero últimamente estoy ayudando a construir escuelas, hospitales, juegos para parques y todo eso. Están reviviendo a muchos niños últimamente y hacen falta más lugares como esos.
—Vaya, eres realmente admirable. —Él la miró con ojos brillantes—. También soy constructor. En mi al... ciudad, construyó casas y todo eso. Soy bueno trabajando en equipo, y bastante fuerte. —Enseñó uno de sus brazos musculosos, aunque no en exceso.
—¿Te gusta entrenar? ¿Peleas? —Eso pareció despertarle interés.
—Un poco, soy un buen cazador y tengo habilidad con la lanza.
—¡Suena genial! Soy más de katana o cuchillos, pero suelo entrenar con lanza también.
Ellos se entendieron muy bien y hablaron de cacería y actividades físicas, hasta que Gen dijo que se le había terminado el tiempo.
—Espero vernos muy pronto, Kohaku-chan. —Se marchó después de mirarla un buen rato.
Los aplausos del público para despedirlo no fueron tan efusivos como con Daisuke, pero igual le aplaudieron con entusiasmo.
—¡Es hora de conocer al cuarto galán! ¡La cuarta llamada! ¡Denle la bienvenida a Hiroshi-chan!
La pantalla se abrió otra vez y el reflector apuntó a un chico vestido de traje informal, con una máscara dorada de león que tenía una especie de melena sintética que cubría todo su cabello y llegaba hasta su nuca. La máscara también cubría gran parte de su rostro, dejando a la vista solo su boca y barbilla.
Él caminó confianzudamente hasta sentarse en el sillón frente a Kohaku y le dio su cuarta rosa.
—Él también parece guapo —comentó Luna, interesada, mientras Max y Carlos lloriqueaban detrás de ella.
—Es un placer conocerte, Kohaku-san. —Le sonrió ladinamente.
—Lo mismo digo. —Ella miró con desagrado su máscara—. ¿Te gustan los leones? —preguntó, malhumorada.
—Bastante, sí. —Rio—. Escuché que tú no tienes un animal favorito, pero te gusta comer vacas. Yo hasta llegué a comer leones, cuando viajé a África en mi adolescencia.
—Yo también comí león. —El comentario no la impresionó, a diferencia de al público—. No hibernan, a diferencia de muchos animales cercanos a la aldea. En un invierno especialmente malo para mi aldea, me aventuré junto a mi padre y otros hombres a cazar un león para alimentarnos y sobrevivir.
—Fascinante. —Asintió, impresionado—. No esperaba menos de la heroína del mundo.
—Ja, yo no fui la única que salvó el mundo. Lo salvamos entre todos, muchas personas se esforzaron en llegar a la luna y restaurar la civilización.
—Lo sé. —Sonrió suavemente—. Debiste esforzarte mucho en llegar a ser astronauta, ¿no? —Sus ojos castaños la miraban con fascinación.
Ella se revolvió en su asiento, sonriendo inevitablemente. Él la hacía sentir muy halagada.
—Sí, el entrenamiento fue bastante duro, pero lo fue más para... un compañero.
—Es obvio que habla de Senku. ¡JA, JA! —Ryusui se rio, pensando en si eso haría refunfuñar a su amigo.
—Lo imaginó. —Hiroshi rio entre dientes—. Fue algo bastante increíble de escuchar. La aldea que desciende de astronautas tiene a una astronauta. Es algo que contar y celebrar. ¿Qué es de tu aldea, por cierto?
—Se han adaptado muy bien a toda la tecnología y eso. Sen... Los científicos van a visitar el lugar muy a menudo, ayudando en todo lo que pueden. Yo dejé de vivir en la aldea para estar con mi hermana, que vive con su esposo aquí en Tokio, pero los visito cada mes, cuando no hay demasiado trabajo.
—Tu hermana era la sacerdotisa, ¿no? Y tú y ella son hijas del jefe de la aldea. Incluso escuché que ella solía tener una enfermedad y la curaron con ciencia, ¿verdad?
—Ah, sí, eso fue hace tanto tiempo. —Sus ojos se llenaron de nostalgia—. Realmente le debo mucho a la ciencia.
—Imaginó que esa es la razón por la cual la amas tanto, ¿no? A la ciencia.
—Sí, esa y otras razones. Salvó a mi hermana, mejoró mi vida y la de mi familia y amigos. La ciencia me ha mostrado cosas increíbles a mí y a toda la aldea. Confió ciegamente en ella y siempre lo haré —aseguró, totalmente segura en lo que decía, con fuego en los ojos.
—Realmente fascinante. —Hiroshi la observó fijamente, tan fijamente que hasta comenzó a ponerla un poco nerviosa—. ¿Cuáles fueron los primeros inventos que viste? ¿Los recuerdas?
Cuando Kohaku terminó de contestar esa pregunta, Gen les dijo que se acabó el tiempo y Hiroshi tuvo que despedirse, haciendo una rápida reverencia a Kohaku.
—Estoy seguro de que nos veremos muy pronto —se despidió, sonando muy ansioso porque ese momento llegará.
—Vaya, este es mi favorito —murmuró Luna, con ojos brillantes e ilusionados.
El público también aplaudió con entusiasmo a Hiroshi, pero todavía no tanto como a Daisuke.
—Ahora... ¡es momento de darle la bienvenida a nuestro quinto y último galán! ¡El último elegido afortunado! ¡Un fuerte aplauso para Ark-chan!
La pantalla se abrió y el reflector apuntó a un chico de altura promedio, delgado, con ropa casual, pero que tenía cierto detalle que hizo que todo el mundo se quedará con las mandíbulas por el piso.
—¿Acaso este ridículo tiene el casco del "Gran Saiyaman", de Dragon Ball Z, en la cabeza? —La señora Saionji lo miró incrédula, antes de comenzar a reír tan fuerte que Ukyo temió que despertaría a su hija, pero ella siguió durmiendo tranquilita.
—¿El casco del gran Saiyaman? —Luna sintió un tic en el ojo—. Él definitivamente no va a ganar.
El matrimonio, la cuñada y los cinco hijos solo se rieron tanto que terminaron cayéndose de su sofá.
El público en el estudio no aplaudió, muchos miraron con incredulidad, otros se rieron descaradamente, pero Ark ignoró todo y caminó alegre y relajadamente hasta sentarse en el sillón blanco.
—Así que al fin nos conocemos. —Cruzó una pierna sobre la otra, tendiéndole su rosa roja pero sin esforzarse mucho en ponerla a su alcance—. Tengo tantas preguntas para ti que es ridículo. Espero recuerdes todos los detalles posibles sobre el viaje lunar.
—También es un placer conocerte. —Kohaku sonrió con los dientes apretados, tomando la rosa con brusquedad.
—Oh, claro, el placer es enorme. Eres bastante atractiva y agradable a la vista, cosa que ya debes saber, imaginó que te lo dicen todo el tiempo, como el idiota número dos ayer.
—¡Daisuke no es un idiota! —La cuñada del matrimonio con cinco hijos se levantó indignada, gritándole a la televisión.
—Aunque yo no soy muy diferente —Ark continuó hablando sin parar—. También te consideró atractiva, eso es obvio. Hasta me pareces físicamente guapa incluso cuando estás enojada y frunciendo el ceño, como ahora. —Señaló el rostro lleno de irritación de la protagonista—. Como sea, no es que tenga ganas de hablar todo el tiempo sobre tu apariencia. Vamos a lo interesante. Fuiste astronauta, viste la montaña gigante de esas cosas petrificadoras, ¿cómo eran? Sé que hay grabaciones del momento, pero no se han distribuido tan libremente al público, ya quisiera conseguir alguna. ¿No tienes una copia que quieras darme, de casualidad?
—Ja, no tengo, y aunque la tenga no te la daría. —Lo miró venenosamente.
—Eso me hiere. Imaginó que se recopilaron grandes datos con esa exploración lunar. ¿Ni siquiera tienes una copia de los datos? No, supongo que no. Tendría que conocer a un científico que estuvo despetrificado en ese momento y formó parte de la hazaña. ¿No querrías presentarme a alguno? Y si no quieres, ¿podrías al menos llevarles una carta con todas mis preguntas? Tengo que escribirla, pero imaginó que volveremos a vernos así que supongo que tengo tiempo. Puedo organizar mis preguntas en orden de relevancia, porque tengo tantas que sé que nadie querría ni siquiera leerlas todas, así que si el científico en cuestión no tiene mucho tiempo puede contestar solo las de arriba. Por otro lado, me costará decidir cuáles son más relevantes. ¿Cincuenta preguntas relevantes son demasiadas?
Kohaku empezó a marearse de tanto escuchar a ese chico, al igual que todo el público y toda la audiencia. ¿Qué no se cansaba?
Antes de que pudiera darle sueño de tanto escucharlo, Gen lo interrumpió.
—¡Muy bien, muy bien, Ark-chan! Dices cosas realmente interesantes, pero desgraciadamente ya se nos acabó el tiempo. —Alguien en el público gritó "¡gracias al cielo!" y Gen solo pudo reír nerviosamente—. Ya puedes despedirte de Kohaku-chan, pronto volverás a verla y podrán... o podrás, seguir hablándole.
—Oh, está bien, pensaré nuevas estrategias para convencerla de soltar información. —Rio maliciosamente—. Hasta entonces, Kohaku.
—¿No puedo rechazarlo de una vez? —preguntó Kohaku a Gen, con cansancio.
—Temó que no.
—Auch. —Ark volvió a reír—. ¿No te cansas de herir mis frágiles sentimientos?
—Ja, no te ves muy herido para mí. —Lo miró con aún más fastidio.
—Bueno, resulta que eres la única chica que me ha llamado la atención en toda mi vida. —Encogió los hombros, sin dejar de sonreír—. Así que sí, me hiere un poco.
Kohaku de repente quitó su mirada de irritación, pestañeando lentamente.
—No le creo para nada —murmuró la cuñada del matrimonio de cinco hijos, y absolutamente toda su familia asintió, muy de acuerdo.
Cuando Ark se marchó, muy pocas personas aplaudieron, y alguien hasta gritó "¡BUUU!", a medida que se marchaba, pero eso no pareció afectarle, él no dejó de sonreír.
La cámara volvió a enfocar a Gen, que lanzó una pequeña lluvia de pétalos de flores.
—¡Y esos fueron nuestros cinco galanes! Los cinco pretendientes que llegaran a conocer a lo largo de estos dos meses. Uno de ellos será nuestro ganador, ¡quien logré conquistar el corazón de Kohaku-chan! ¿Quién será? —Guiñó un ojo a la cámara—. ¡Sintonícenos el lunes en el siguiente episodio de Juego de citas para saberlo! ¡Será el comienzo de las citas y el romance! ¡No querrás perdértelo!
Con otra lluvia de pétalos de flores, el segundo episodio llegó a su fin.
Todos los espectadores compartieron el mismo sentimiento en ese momento... ¡no podían esperar para el próximo episodio de Juego de citas!
Continuará...
Holaaa :D
Este fic me emociona mucho, así que aquí les dejo el segundo cap! owo
Ojala q les haya gustado!
Veo que algunos están comenzando a decir algunas teorías interesantes OwO
Cuál será el giro?~ Cuál será?~
XD
Bueno, ya no digo nada mejor xP
No olviden q se les ama!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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