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Recuerdos (Parte 2)

El sábado por la mañana, Senku estuvo de buen humor en el trabajo, a pesar de estarse matando a sí mismo trabajando en el robot de Whyman, pero el buen humor le duró poco, porque Xeno llegó a trabajar en la misma área que él, ya que tenía proyectos de robótica que hacer.

—¿Más pirañas robots para el estúpido programa del mentalista? —preguntó con aparente indiferencia, recogiendo las piezas del robot de Whyman.

—Más o menos. ¿Y tú en qué trabajas?

—Eh... bueno, pensé en finalmente mejorar el proyecto de crear un robot para que Whyman pueda moverse por su cuenta, sigo perfeccionándolo, esperaba que pudieras ayudarme con eso.

—Tengo que volver a Estados Unidos mañana, y Gen me pagó por ayudarlo en otros trabajos para su programa, pero con gusto te asesorare por video llamada si me necesitas una vez fuera de Japón.

—Bien... —Maldita sea.

Por suerte, Xeno llegó a ayudarlo un poco con algunos detalles, mencionando algunos trucos que aprendió de una tal Dra. Coutta para la inteligencia artificial, antes de tener que irse temprano porque necesitaba ayudar con otros detalles a Gen en su programa antes de irse, dejándolo solo trabajando en el robot humanoide.

A las pocas horas, cuando ya iba por su sexto café, el chico de los recados que le trajo su séptima taza mencionó algo de que debería comprarse una cafetera para su laboratorio personal en vez de explotarlo laboralmente, y Senku planeaba ignorarlo como siempre, pero entonces dijo otra cosa que llamó su atención.

—Al menos hoy solo tú me explotas, Chrome se trajo a Kohaku-san para ayudarlo con sus cosas...

—¿Qué dices? —Volteó a verlo con los ojos muy abiertos—. ¿Kohaku está aquí?

El chico de los recados le explicó que Kohaku estaba ayudando a su cuñado a cargar unos materiales a una camioneta, pero que ya estaban a punto de terminar seguramente, a lo que Senku rápidamente guardó sus cosas, bebió de golpe el último café y salió afuera.

Fue sigilosamente hasta el lugar de trabajo de Chrome, viendo justo como se despedía de Kohaku.

No perdió tiempo y fue hasta su auto, logrando interceptar a Kohaku antes de que se fuera.

Al verla mirarlo con sorpresa, se dio cuenta de que realmente no había planeado lo que hizo, que se guio por puro impulso, y rápidamente sonrió, intentando fingir que esto era un encuentro casual.

—Hola, leona. —Senku bajó la ventanilla con una sonrisa ladina—. ¿Quieres que te lleve? Así podremos hablar de cómo solo yo puedo llamarte así. —Eso se le escapó por puro impulso, pero ella se sonrojó y él no pudo evitar reír divertido.

—¡Ja, espero que no te hayas hecho ideas raras! —A pesar de su grito disgustado, se subió a su auto—. Me refería a que apenas puedo tolerarte a ti, menos voy a tolerar a otro idiota con ese horrible apodo.

—Ajá, claro. —Rio mientras conducía.

—¿Y tú qué hacías viendo el programa, de todos modos?

—Estaba en casa de Taiju y Yuzuriha —se excusó fácilmente.

—¿Otra vez?

—Sí.

Kohaku lo miró con escepticismo, haciéndolo sudar frío por un momento, pero entonces gritó horrorizada de pronto:

—¡Oh, no! ¡Senku, DETENTE! —Él pisó el freno de golpe, deteniéndose a solo un metro de la asustada niña pequeña que justo había estado caminando por la calle por la que iba a doblar, misma niña que se quedó paralizada en su sitio. Bajaron del auto y la niña de inmediato empezó a llorar a gritos, a lo que Kohaku la tomó en brazos, susurrándole palabras tranquilizadoras.

—¿Dónde están los padres de esta niña? —Senku empezó a voltear a todas partes, perplejo y un poco molesto de que hubiera padres tan irresponsables dejando a una niñita sola así.

Kohaku le hizo la pregunta a la pequeña, que se calmó un poco y también empezó a mirar por doquier.

—N-no lo sé... Yo... yo quería atrapar mi globo y... ¡WAAAA! —Empezó a llorar otra vez.

Muy en contra de su voluntad, Senku sintió el impulso de calmar su llanto y, al ver un puesto de globos cercano, no se contuvo y comenzó a caminar hasta allí, pero de muy mala gana.

—Simplemente genial. —Senku bufó, empezando a alejarse de ellas, diciéndose que hacía esto porque solo calmada los ayudaría a encontrar a sus padres y no porque lo hiciera sentir mal verla llorar.

—¿A dónde vas? —Kohaku lo siguió con confusión, quedándose con la boca abierta al verlo dirigirse al puesto de globos.

—El primer paso es que deje todo ese llanto absurdo. —Compró tres globos y se lo tendió a la niña—. Oye, mocosa —la llamó con mala cara—. Toma. Ahora deja de llorar. Buscaremos a tus padres.

La niña miró con ilusión los globos, y una sonrisa grande y sincera afloró en su carita.

—¡Gracias! —El rostro de Senku se ablandó y le devolvió la sonrisa.

—De nada.

Debía admitir que los mocosos eran bastante adorables cuando no estaban irritando sus oídos con llantos y pataletas ilógicas.

Kohaku también sonrió, y los tres empezaron a caminar por las cercanías, preguntando a un par de personas y recorriendo el camino que la niña les dijo que tomó.

No era tan pequeña, debía tener la edad del mocoso de Chrome, y era bastante lista, aunque de todos modos no pudieron encontrar a sus padres tras varios minutos de búsqueda.

Justo cuando Senku estaba por llamar a la policía, los padres de la niña aparecieron.

—¡Ayami, aquí estás! —La abrazaron, llenos de alivio, luego se sorprendieron de ver quiénes la habían rescatado—. L-los astronautas que salvaron el mundo... ¡M-muchas gracias! —Se inclinaron.

—¡Sí, muchas gracias! —De pronto Ayami se bajó de brazos de sus padres y se abrazó a las piernas de Senku y Kohaku—. ¡En especial gracias por los globos!

—Eres una pequeña interesada, ¿eh? —Senku rio suavemente, alborotando el cabello castaño de la niña.

La chiquilla solo se rio de forma adorable, antes de marcharse con sus padres.

Senku siguió sonriendo, feliz de haber ayudado a la mocosa y ver que ahora estaba con sus padres, ver las sonrisas de esa familia, parecían muy felices...

Kohaku se le quedó mirando a Senku, pero apartó la mirada cuando él volteó a verla. Sin embargo, había alcanzado a ver su expresión, el brillo y la suavidad en sus ojos, una expresión tan cálida que lo hizo sentir cierta calidez extraña en su pecho, pero prefirió no pensar en eso.

—Vamos... te llevaré a casa —le dijo él.

Volvieron al auto y viajaron en silencio un par de minutos hasta llegar a casa de Kohaku, con Senku pensando en varias cosas ilógicas... pero que no podía evitar pensar.

Cosas como la idea de que, por un momento, se imaginó a sí mismo y a Kohaku como esa familia, se los imaginó a ellos con un mocoso o mocosa... e imaginó que eso no parecía tan malo... que de hecho podría llegar a ser feliz... mientras fuera con ella...

Kohaku abrió la puerta para salir, pero en ese momento Senku tomó su mano y, por otro impulso de esos tantos que le daban cuando estaba con ella, entrelazó sus dedos.

Quiso decirle la verdad, que él estaba en el programa como Sebastian y Ark, que llevaba años luchando por definir sus sentimientos por ella, pero que ahora estaba seguro de que la quería... pero...

Pero...

Pero...

¿De verdad estaba listo para la responsabilidad de una familia? ¿Podría darle lo que ella quería? ¿Podría aceptar toda esa responsabilidad aun con todo lo que le faltaba por avanzar en la civilización científica?

Cuando pensó en decirle la verdad, decirle lo que sentía, en ceder a su deseo de formar a su familia, se dio cuenta de que aun no estaba seguro si eso era lo que de verdad quería...

¿Estaba listo?

—¿S-Senku? —Kohaku lo miró con la boca abierta.

De pronto, él soltó su mano como si quemara.

—Te veré en el programa —le dijo, y ella salió del auto, por lo que pisó el acelerador y se alejó a toda prisa, casi como si huyera.

Pasó todo el resto del fin de semana lamentándose por ser un maldito cobarde y no atreverse a decirle la verdad, pero también preguntándose qué era lo que realmente quería.

¿De verdad iba a seguir en esto si ni siquiera estaba seguro de que quería avanzar hasta las últimas consecuencias en su relación?

A este punto era bastante obvio que la quería, pero... ¿quería matrimonio e hijos, que era lo que ella tanto anhelaba?

Ya bien lo dijo Gen, que en las relaciones ambos debían ceder, y si él no estaba dispuesto a ceder... quizás fuera mejor que la dejara buscar a alguien más sin andar metiéndose en medio...

Mientras intentaba dormir el domingo, sabiendo que mañana tendría que enfrentarla como Sebastian, se imaginó eso, se imaginó el hacerse a un lado y dejarla seguir su vida, ya que ella de seguro no querría ceder en su deseo de casarse y tener hijos pronto y él no quería ceder en no querer esa enorme responsabilidad, y si ambos no querían ceder ¿por qué prolongar esto?

Así que se imaginó haciéndose a un lado, se imaginó viéndola seguir adelante, estando con otro, teniendo hijos con otro... y le dolió tanto el pecho que literalmente sintió que no podía respirar y tuvo que levantarse y correr al patio de su casa, tomando grandes bocanadas desesperadas de aire, para luego frotar su rostro con pura frustración.

¿Por qué tenía que ser tan difícil tomar esta decisión?...

Se odiaba a sí mismo más que nunca ahora, porque no quería ceder, pero tampoco quería darse por vencido y renunciar a ella...

De verdad que era un maldito cobarde y se daba nauseas, pero iba a seguir adelante con esto.

El lunes pasó la mayor parte del día trabajando en el robot de Whyman, y al llegar la noche se fue al estudio de grabación donde empezaron con la nueva temática de preguntas a la que Gen llamó "Quiz Time".

Allí conoció a la doctora en neurociencias de la que Xeno le había hablado, Elise Coutta, a la que Gen presentó como una experta en el amor, cosa que lo hizo perder de inmediato el interés en contratarla, y aún más cuando Gen la hizo empezar a decir las preguntas que ella había creado para la ocasión, preguntas bastante incómodas.

—Primera pregunta... Conocer los traumas de la niñez es básico para reconocer en la otra persona alguien en quien confiar. A continuación, cada uno deberá responder su trauma de la niñez.

Senku de inmediato volteó a mirar mal a Gen, aunque claro que por su máscara no se notaba, pero de verdad que estaba muy irritado.

Gen siempre lo estaba regañando para que no dijera algo que lo delatara, ¡¿y ahora hacía que su experta en el amor hiciera preguntas tan personales?!

—Un trauma de la niñez... —Kohaku frotó su barbilla—. ¿Cuenta algo que me pasó cuando tenía catorce?

Gen miró a la experta en el amor, que negó con la cabeza.

—Mínimo doce años, once meses y veintinueve días.

—Bien, entonces... —Gotitas de sudor cayeron por la frente de Kohaku—. Supongo que eso sería cuando era muy pequeña, creo que tenía cuatro o cinco años... En el primer invierno del que tengo memoria. —Su mirada se endureció y todo su cuerpo se tensó—. Fue la primera vez que vi a alguien morirse de hambre, se arrastró fuera de su casa, se quitó toda la ropa y se murió en medio de la aldea, congelado, tan blanco que parecía mezclarse con la nieve, tan delgado que se veían sus huesos, con la mirada perdida... —Sus manos empezaron a temblar.

Todo el público se quedó con la boca abierta. Gen parecía triste, y hasta la Dra. Coutta se veía algo afectada, o al menos eso indicaba con sus manos retorciéndose, aunque su rostro siguiera inexpresivo.

Senku hizo amago de querer acercarse a Kohaku, quiso decirle algo, o al menos posar una mano en su hombro para mostrarle su apoyo, pero se supone que ahora mismo estaba en el papel de un desconocido, así que solo se quedó inmóvil en su sitio, con los puños apretados, sintiendo la frustración recorrerlo por no poder hacer más.

De repente se dio cuenta de que le faltaban muchas cosas por conocer de ella.

Se enamoró por los años que llevaban de conocerse, por todas las experiencias que compartieron, por toda la confianza, respeto y afecto que le tenía, pero había muchas cosas que aun no sabía de ella... y quería saberlas... quería conocerla más... y le parecía deprimente estarse enterando de estas cosas tan personales junto con el resto de Japón y además otros países que estaban comenzando a ver el estúpido programa...

¿Lo peor? También quería contarle muchas cosas de sí mismo, y ahora ni siquiera podía ser del todo sincero porque estaba en el papel de otra persona.

—Lamento mucho escuchar eso, Kohaku-chan —dijo Gen, sinceramente—. Ahora valoró mucho más que Senku-chan hiciera estufas y comida envasada para la aldea apenas los conoció, no dejó que pasaran un solo invierno con necesidades.

—Sí... —Ella se llevó una mano al pecho, con una mirada tan cargada de emociones que él de nuevo se maldijo por no poder indagar más, no poder acercarse más.

—Ahora es turno de Sebastian-chan. Tienes que contarnos tu trauma de la niñez, aunque puedes elegir no decírselo al público —dijo seguramente en caso de que quisiera decir la verdad para que no sospecharan.

—No es la gran cosa —dijo él con voz desanimada, recordándose el mantenerse en personaje—. Fui un niño mimado. Mi mayor trauma es casi morir por inhalar un gas toxico de un experimento y hacer que mi... familiar... llorara hasta dormirse junto a una cama de hospital. Es todo.

Sí que fue un maldito mocoso insensible que hizo sufrir bastante a su pobre padre, tal vez eso era parte de la razón por la cual le daba tanto miedo tener hijos...

—Segunda pregunta... Al momento de dormir, todos tenemos un ritual especial que nos hace sentir cómodos en la cama. ¿Cuál es el ritual que realizas al momento de ir a acostarte y cómo te sentirías si este se viera interrumpido por la presencia de otra persona en tu cama?

—Qué tontería... —murmuró Senku por lo bajo, haciendo que Kohaku se riera un poco.

—¡Contesten, por favorcito!~

—Bueno... —Kohaku fue la primera en hablar—. Como ahora no es necesario despertar antes de que salga el sol para bañarme en la laguna lejos de la mirada de idiotas pervertidos, me bañó antes de dormir aparte de hacerlo luego de entrenar, ¡me hace sentir muy fresca! También Senku me recomendó cepillar mis dientes todos los días así que empecé a hacer eso. Y descubrí que estoy más cómoda durmiendo desnuda, así que me quitó toda la ropa también.

Al escuchar eso, la mente de Senku se desconecto por completo al imaginar a Kohaku desnuda bajo sus sabanas...

Mierda, de repente las muchas capas de tela del traje de Sebastian lo estaban haciendo sentir muy acalorado...

—Te falta una parte de la pregunta, Kohaku-chan~ —canturreó Gen—. ¿Cómo te sentirías tu ritual se viera interrumpido por la presencia de otra persona en tu cama?

—Oh. —Frunció el ceño—. Pues... C-creo que mi ritual cambiaría un poco...

—¿Por qué razón? —De repente, la doctora pareció muy interesada en ella.

—Porque dormiría vestida, a menos que no quisiera dormir —confesó, con la cara muy roja—. Y creo que eso me alegraría. No me molestaría, eso seguro.

Una vez más, la mente de Senku se desconectó, y solo pudo volver a la realidad cuando Gen le recordó que era su turno de contestar.

Decidió contestar de forma muy breve y seca.

—Sigo considerando esto innecesario y absurdo, pero muy bien. Realizó los cuidados higiénicos necesarios y me acuesto a dormir. Es todo. Si otra persona invadiera mi espacio personal, claramente no nos molestaríamos el uno al otro, en cuyo caso, me daría igual —dijo, para no admitir que en realidad era un pervertido que se moría de ganas de tener a esa leona en su cama, porque Sebastian era un caballero... y porque tenía dignidad.

—¿Consideras las respuestas satisfactorias, Elise-chan?~

—La de ella sí. La de él no.

—No hay nada más que decir. —No había forma de que admitiera lo que de verdad pensaba.

—¡Elise-chan ya tomó su decisión, Sebastian-chan! ¡Recibirás un castigo!~

Senku bufó.

—¡El castigo normalmente sería pintarte una frase de mi elección en el pecho, pero ahora no será solo eso, sino que aparte serás suspendido sobre un estanque de culebras venenosas!

—¿Disculpa? —Iba a matar a ese maldito mentalista.

—¡Es eso o puedes contestar la pregunta de forma más satisfactoria!~

—Simplemente no hay nada más que decir. —O mejor dicho, no había nada que estuviera dispuesto a admitir.

—¡Entonces prefieres las culebras, entiendo!

Un par de trabajadores empezaron a arrastrar un tanque lleno de culebras con un trampolín encima al centro del escenario.

—Esto es ridículo. —Senku llevó sus manos a su cintura.

—Pero no olvidemos la primera parte~. Kohaku-chan te escribirá una frase de mi elección en el pecho. Aquí tienes. —Le dio un marcador rojo a la rubia—.¡Ahora, desabrocha la camisa de tu galán!

—¿Qué?

Gen insistió y Kohaku acabó caminando hasta Senku, desabrochando los tres botones de su gabardina negra, y luego comenzando a desabrochar su camisa del mismo color, primero con lentitud, pero luego decidió desabrochar todo de golpe, dejando a la vista el torso y abdomen de Senku, que cada vez se sentía más acalorado.

—Muy bien~. —Gen sonrió maliciosamente—. Ahora escribe "Propiedad de Kohaku" en su pecho.

Definitivamente, Senku iba a matar a ese mentalista.

—Ja, eres un murciélago tan despreciable como siempre. —Kohaku sonrió con los dientes apretados, antes de ponerse a escribir lo pedido en el torso del científico, que no hizo más que estremecerse levemente cada vez que pasaba el marcador por su piel, intentando controlar sus malditas hormonas.

Después de ese suplicio, Senku se subió al trampolín, mirando hacia abajo a las culebras.

Hmm, la verdad prefería las culebras antes que seguir teniendo a Kohaku recorriéndolo con los dedos en televisión internacional.

—Tercera pregunta... ¿Qué importancia tiene la celebración de tu cumpleaños para ti? Descríbelo comentando tu cumpleaños más reciente y eventos que hayan marcado ese día.

Kohaku se tensó, y esta vez Senku contestó primero.

—Mi cumpleaños no me parece demasiado importante, aunque me trae buenos recuerdos. Mi último cumpleaños no fue la gran cosa, hicieron una fiesta a la que solo asistí durante una hora. ¿Es una respuesta satisfactoria?

Elise dudó un momento, antes de asentir, para luego mirar a Kohaku.

—Yo... Eh... M-mis cumpleaños tampoco suelen ser algo a lo que les dé importancia, solo es una excusa para comer de más. Y mi último cumpleaños... Tampoco fue nada especial...

Senku la miró de reojo, sabiendo que su cumpleaños fue el detonante de todo, el día que todo comenzó, y todo por su maldita bocota.

—Oh, vaya~. —Gen no perdió tiempo en sonreír maliciosamente—. Me parece haber captado una pequeña mentirita~... Elise-chan, ¿consideras esa respuesta satisfactoria? —La doctora negó con la cabeza—. ¡Entonces toca castigo, a menos que quieras decir la verdad y explayarte más en tu respuesta, querida Kohaku-chan!

Kohaku se cruzó de brazos, lanzándole una mirada asesina a Gen.

—¡Ja! Prefiero tomar el castigo.

Por desgracia, el castigo que le asignaron resultó ser una verdadera tortura para Senku, la ataron a su torso, los dos completamente pegados en un trampolín encima de un estanque de culebras.

Estaban muy pegados, él podía sentir su calidez contra su piel desnuda, podía sentir la suave piel descubierta de su escote contra su torso desnudo...

Iba a matar a Gen lenta y dolorosamente por esto.

—¡Elise-chan, siguiente pregunta!

—Cuarta pregunta... ¿Qué tan importantes son los vínculos familiares para ti? ¿Por qué?

—¡Ja! ¡Mi familia lo es todo para mí! —Kohaku ni siquiera pensó su respuesta—. ¡Daría mi vida por mi hermana y mi sobrino! Eh, y por mi padre y Chrome también, supongo —agregó a último momento—. La familia siempre estará a tu lado, sus vínculos son indestructibles, tenemos un entendimiento especial que no puede ser reemplazado por nada. —Apretó un puño, con fuego en los ojos.

—¿Sebastian-chan?

—La familia es importante para mí. No necesariamente tengo que estar cerca de mi familia para sentir ese cariño incondicional que ella menciona. —Su tono fue más suave al pensar en Byakuya y como, a pesar de que ya no lo tenía en su vida, siempre lo tenía presente—. ¿Preguntas por un "por qué"? Claro, hay una razón biológica y evolutiva detrás, también social, para el apego familiar, para mí es tan irracional como cualquier otro tipo de apego. Simplemente aprecio a mi familia y ya.

—Quinta pregunta... Esta pregunta depende de la anterior, ¿cómo harían para encajar mutuamente entendiendo las opiniones que cada uno tiene sobre los vínculos familiares? Para esta respuesta deben establecer un acuerdo de pareja.

—No entiendo... —Kohaku ladeó la cabeza, logrando que el pico de la máscara de Sebastian casi le pinchara el ojo—. Ow.

—Permíteme explicar —dijo Gen—. Los dos dijeron que sus familias son importantes para ustedes. Si llegaran a ser pareja y vivieran juntitos, ¿cómo afectaría eso a sus relaciones familiares? ¿Se alejarían o se acercarían más a sus familias? ¿Cómo administrarían su tiempo juntos?

—Oh, qué complicado. —Kohaku hizo una mueca de cansancio—. Ja, no creo que afecté demasiado a mi familia, ellos estarían felices de que yo encuentre a alguien. Y yo jamás me alejaría de mi familia —aseguró, con rostro totalmente decidido—. Que mi hermana se casara y tuviera su propia familia me hizo sentir feliz por ella y nos acercó más, no debería ser diferente si eso me pasa a mí, estoy segura.

—Como dije, no necesariamente soy muy cercano a mi familia, pese a apreciarlos —habló él—. No afectaría en nada.

—¿Y cómo administrarían su tiempo juntos? Teniendo en cuenta a sus familias —insistió Gen.

Senku sentía ganas de quejarse por esa pregunta, ya que ni siquiera tenía familia como tal, solo al cabeza hueca de Taiju, Yuzuriha y Kinji que consideraba familia, pero por lo demás solo era él y su ciencia solos la mayor parte del tiempo.

¿O acaso la pregunta era para ver si le impediría a ella estar con su familia?

—Mi trabajo me quitaría más tiempo que mi familia, eso seguro —afirmó Senku—. Y ella puede ver a su familia tanto como desee, así como trabajar tanto como desee. Si esta pregunta es para intentar buscar si soy un controlador, pierden el tiempo. —Giró la cabeza en dirección a Gen y Elise, lamentando que no pudieran ver lo mal que los miraba.

—Mientras pueda pasar tiempo con mi pareja de vez en cuando, yo no tendría problema —aseguró Kohaku—. Todos tenemos cosas que hacer. —Agh, mierda, como le gustaba esta mujer... y mucho más cuando hablaba así.

—Elise-chan, ¿encuentras las respuestas satisfactorias? —Con un suspiro, Elise asintió—. ¡Qué bueno, porque ya nos estamos quedando sin tiempo para el episodio de hoy! ¡Gracias por sintonizarnos, nos vemos mañana en un nuevo episodio de Juego de citas!

—¡Espera, tienes que bajarnos de aquí! —exigió Kohaku, intentando librarse de la cuerda que la ataba a Senku.

Tenerla retorciéndose contra él solo hizo que Senku planeara más formas de matar a ese maldito mentalista, y más cuando los dejaron allí unos buenos cinco minutos antes de que finalmente se dignaran a bajarlos y dejarlos irse.

Y claro, Kohaku también quería matar a Gen, marchó a quejarse y amenazarlo de inmediato, pero el muy miserable se escondió detrás de la doctora Coutta.

Senku sintió ganas de reír mientras observaba a Kohaku perseguir a Gen con intenciones asesinas aun con la experta en el amor en el medio, pero, al verla mirarlo de pronto y al ver sus intenciones de acercarse a él para hablar incluso fuera del programa, decidió mejor mantener distancias e irse.

Ya habría tiempo para matar a ese maldito mentalista después.

El martes se la pasó trabajando, aunque igual vio el maldito programa, sonriendo complacido al ver que Kohaku y Daisuke no encajaban en nada, aunque luego volvió a su tarea de recriminarse porque ni siquiera debería estar teniendo que soportar verla pasando tiempo con otros hombres sino fuera tan cobarde y le dijera sus malditos sentimientos.

Dio muchas vueltas en la cama antes de poder dormirse, y a la mañana siguiente recibió una llamada de Gen diciéndole que se preparara porque ese día debido al castigo de Titan debería llamar a Kohaku como Sebastian y Ark en vivo. Bien, muy sencillo.

O eso creyó, pero luego recibió la visita de Ryusui en el laboratorio después de que terminara de acosar a su hermano con su entusiasmo de pasar tiempo juntos.

—¡Senku, te invito a mi casa a ver el programa de Gen! Francois preparara postres y bocadillos. —Chasqueó los dedos con entusiasmo.

—¿Por qué crees que me interesa ver ese programa basura?

—¡Por la bella Kohaku, obviamente! Además, quería comentarte algo... algo que me pareció curioso. —Sonrió misteriosamente—. ¿Recuerdas a Sebastian, el primer galán?

Senku comenzó a sudar frío, pero se esforzó por no demostrar ninguna emoción.

—Ajá... ¿Qué con él?

—Me parece recordar ciertos relatos de la época antes de que me despetrificaran, de cómo tú y Gen engañaron a la gente moderna revivida por Tsukasa haciéndolos creer que Lillian estaba viva... y algo sobre un tal Sebastian acompañándola...

Senku empezó a sudar todavía más, pero pronto rio divertido.

—¿Y qué con eso? Usé varios nombres falsos en muchos ámbitos... Sebastian es un nombre común...

—Ajá... bueno, Gen me dijo que hoy Sebastian llamaría al programa, junto con los otros galanes. Seguro será muy interesante, deberías venir.

Senku hizo una mueca de disgusto.

¿Acaso lo estaba prácticamente amenazando con que si no iba comenzaría a sospechar que él era Sebastian?

—Bueno, tengo algunas preguntas que quiero hacerle a Sai para un nuevo proyecto, así que supongo que iré... —Dudaba que fuera tan malo.

Esperen, tenía que llamar al programa en vivo... ¡maldita sea! ¡¿Cómo es que estaba tan distraído por la posibilidad de ser descubierto que pasó eso por alto?!

De verdad que esto del amor volvía ilógico e idiota a cualquiera, tendría que ver la forma de hacer las llamadas incluso desde la mansión Nanami, pero bueno, ni que fuera tan difícil... aunque Ryusui igual podría sospechar, pero era mejor que negarse y ser más sospechoso.

Dicho y hecho, fue a la mansión Nanami y comenzó a trabajar junto con Sai en algunas cosas con las que necesitaba ayuda para la programación de la IA del robot de Whyman, aunque claro que Whyman tenía su propia IA, pero esta era para complementar y facilitarle el control del endoesqueleto.

Mientras trabajaban en eso, el programa comenzó.

Senku planeaba fingir no prestarle atención hasta que se acercara el momento de tener que hacer su llamada como Sebastian, pero la primera pregunta que hizo la experta de Gen llamó inevitablemente su atención.

—Primera pregunta... Difícilmente las personas no han experimentado el amor alguna vez en su vida. ¿Alguna vez te has enamorado? ¿Cómo fue la experiencia?

—Yo me he enamorado una vez —admitió Kohaku luego de que Titan contestara—. Ja, esa persona jamás me vio de esa forma, pero no me arrepiento de mis sentimientos. Y creo que lo voy a amar toda mi vida... y estoy bien con eso. Nunca le pediré nada a cambio, pero no puedo cambiar la forma en la que me siento.

Él volteó a ver a la pantalla de reojo mientras ella hablaba, notando su expresión tan llena de sinceridad, de resignación y una pizca de dolor.

Fue incapaz de seguir mirándola, volteó la mirada a sus cálculos, pero no pudo concentrarse.

"Esa persona jamás me vio de esa forma".

"Creo que lo voy a amar toda mi vida..."

Se levantó de golpe de su lugar, dio la excusa de necesitar ir al baño y se marchó de allí.

Caminó por el largo pasillo principal de la mansión Nanami, apretando los puños con fuerza.

Maldita sea... ¿por qué esa leona tenía que hacerle esto?...

¿Y por qué decía que "nunca le pediría nada a cambio"? ¡Si ella quería pedirle que dejara su ciencia de lado para dedicarse a una familia de inmediato para estar juntos!

Pero... realmente fue él el que la empujó a tomar esa decisión tan drástica, porque nunca le demostró lo que sentía por ella, hasta hace poco ni siquiera quería admitirlo... y si para Kohaku era tan importante, debía comprenderlo, ella no era un accesorio decorativo en su vida, era una persona con sus propios sueños y, tal como decía Gen, en las relaciones los dos tenían que ceder.

Sin embargo... ¿estaba listo para algo tan demandante como el ser padre?

No estaba seguro de eso, pero sí estaba seguro de que no quería perder a Kohaku...

Porque, al igual que ella, no podía cambiar la forma en la que se sentía, sabía que la amaría toda su vida...

En ese momento, el celular que usaba como Sebastian para los empleados del estudio sonó, haciéndolo maldecir, porque casi olvidó por completo que iban a llamarlo.

Corrió a toda velocidad a un cuarto más alejado y sacó de su bolsillo el modificador de voz de la máscara de Sebastian, y también sacó otro celular para ver el programa desde allí mientras contestaba la llamada.

—Buenas noches —saludó aún jadeando.

—¡Buenas noches, Sebastian-chan! ¡Gracias por atender! Aunque claro, te obligamos por contrato a hacerlo o serías descalificado~. —Rio cantarinamente—. Ahora dinos, ¿cuál es tu pregunta para Kohaku-chan?

—Mi pregunta es...

No habló por un momento, mirando el rostro expectante de Kohaku en la reducida pantalla de su segundo celular, sintiendo sus manos picar por la necesidad de tocarla, de acariciar su rostro, de decirle que ya no tenía que buscar más, que él sentía lo mismo, que quería estar con ella.

Cuando finalmente habló, hasta él se sorprendió de su pregunta, pero rápidamente se dio cuenta de que de verdad quería saberlo...

—Quiero saber, ¿qué harías si esa persona que amas tanto confiesa que te corresponde? ¿Abandonarías este programa?

Kohaku se quedó muda.

—Contesta, Kohaku-chan~ —pidió Gen, con una sonrisa juguetona—. Si no contestas pronto, serás castigada~ —le recordó.

—Yo... —Se abrazó a sí misma, mirando hacia un costado—. No lo sé... Yo... —Trago saliva, antes de enseriar la mirada y voltear directo a una cámara—. No lo creo.

Su respuesta fue como un puñal en el pecho para él.

—Quiero cumplir mi sueño de ser madre, y creo que no es un sueño que él comparte. —Y otro... aunque ella tenía razón.

Él no quería tener hijos... ¿verdad?

—No lo forzaré a algo que no quiere, así que no creo que podamos estar juntos... incluso si alguna vez llegara a corresponderme. —Cerró los ojos solemnemente.

Senku no dijo nada, así que Gen preguntó si seguía ahí.

—Entiendo. Adiós. —Colgó con fuerza.

El programa siguió, por supuesto, pero él se recostó contra una pared y se deslizó hasta acabar sentado en el piso en una pose lánguida y desganada.

"No lo forzaré a algo que no quiere".

—Claro que no me forzarás... prefieres dejarme... —Se llevó una mano al rostro, suspirando con fuerza—. Y ni siquiera somos nada, pero... Mierda... —Apretó ambas manos contra su rostro—. Realmente me subestimas, leona... —Rio para sí mismo.

Ella subestimaba lo mucho que la amaba, subestimaba todo lo que pasaron juntos, y lo que estaba dispuesto a soportar por estar a su lado.

Ahora mismo se estaba escondiendo en un rincón para que sus amigos no supieran la locura que estaba haciendo, porque no quería perderla, hizo un montón de locuras sin lógica alguna por ella, y sabía que haría muchas más.

¿Por qué no enfrentarse también a la locura de la paternidad?

Si estaban juntos ¿qué tan difícil podía ser?

A decir verdad, la idea lo aterraba, pero entonces recordaba todo lo que pasaron juntos, incluso hace unos días cuando ayudaron a esa niñita, recordaba la expresión tan cálida de Kohaku, y su propia sensación de calidez, recordaba que los imaginó como una familia... y que la idea no le disgustó...

Sí... podía funcionar...

Ahora solo necesitaba el valor para decírselo.

Suspiró y volteó a ver a su celular, solo entonces recordando que si no volvía en todo el programa sería sospechoso.

Maldita sea, pero se tardó tanto que ahora sería demasiado sospechoso volver a irse en la llamada de Ark...

Rápidamente llamó a Yuzuriha y le preguntó si tenía una grabadora a mano.

Grabó una pregunta sencilla (aunque con mucha palabrería) para Kohaku y una contestación fácil para lo que sea que le respondiera y luego volvió a la sala con los demás.

—¿Y ahora qué está haciendo ese mentalista? —preguntó al regresar, sentándose en medio de Sai y Ryusui.

—¿Tienes indigestión o por qué tardaste tanto? —preguntó Ryusui, con una sonrisa llena de sospechas.

—Me distraje con una llamada —se excusó— del laboratorio —agregó.

Maldita sea, seguro todavía sospecharía de Sebastian, pero bueno, al menos no sospecharía de Ark, uno menos.

Cuando llegó el momento de la llamada de Ark, como Senku tenía ese teléfono apagado, llamaron al número secundario, que era de Yuzuriha.

—¡Ark-chan, por favor contesta el teléfono!~

Se oyó el efecto de sonido del teléfono siendo atendido, y luego el pitido de la grabadora.

El pitido se oyó otra vez al final de la llamada, pero por suerte nadie a su alrededor pareció sospechar demasiado, por lo que sonrió divertido y un poco aliviado también. Bien.

Kohaku no pareció muy contenta con la llamada de Ark, pero bueno, ya sabía que el galán de casco era el menos favorito de todo el mundo, realmente no pretendía ganar con él, solo rellenar el hueco.

—Quinta pregunta... En caso de tener hijos, ¿cómo lidiarían para apoyarse mutuamente con la crianza?

—De nuevo con este tema... —Kohaku se estremeció, antes de tomar aire—. Bueno, yo daría todo por mis hijos, les enseñaría lo importante que es defenderse y cazar.

—Y pescar —agregó Titan y Kohaku asintió, volviendo a sonreírle, cosa que hizo que Senku apretara los puños con molestia.

"Puedes enseñarle a pescar todo lo que quieras, pero bajo mi estricta supervisión porque el mocoso será mío, no tuyo", pensó, y luego se sorprendió de sí mismo porque, wow, de verdad que se estaba acostumbrando a la idea de tener mocosos. Y no sabía cómo sentirse al respecto.

—Claro, y además me gustaría que apreciaran lo mucho que la ciencia ayuda al mundo, y quiero que sea algo que mi pareja también valoré. —Cuando Kohaku dijo eso, Senku tuvo que contener una sonrisa, pensando que definitivamente le gustaría enseñarle todo lo que pudiera sobre ciencia a su pequeño mocoso o mocosa.

Sí, definitivamente la idea no le disgustaba para nada.

—¡Yo la valoró mucho! —afirmó Titan rompiendo el momento—. ¡Te apoyaría en todo! ¡Podríamos enseñarles todo juntos! ¡Y está bien si son tres o cinco! —Kohaku pareció disgustada, mientras que Senku tuvo que tragarse su coraje y fingir que volvía a trabajar en sus cálculos, aunque la verdad era que Sai lo estaba ignorando para comentar el programa junto a Luna.

Wow, hasta el mejor matemático había caído victima de los programas basura de Gen.

—¡Deben mantenerse sujetos con el peso extra y sin caer hasta que termine el programa! ¡Solo nos quedan cinco minutos, tiempo suficiente para que la última llamada la haga alguien de nuestra audiencia!~ —Gen guiñó un ojo a la cámara—. ¡Las líneas están abiertas! ¡Llamen ya!

—¡Deseo hacer esa llamada! —bramó Ryusui y Francois se apareció de la nada con un teléfono que ya estaba llamando al programa.

—¡¿Cómo lo supo?! —Luna se impresionó por lo bien preparada que estaba la mayordomo.

—¡Oh, parece que tenemos una llamada! ¿Hola? ¿Quién anda ahí?~

—¡JA, JA! ¡Sí, he logrado ser el primero en llamar!

—Ah, Ryusui-chan. —Gen sonrió emocionado—. ¿Cuál es tu pregunta para Kohaku-chan?

—Aunque deseaba hacer la llamada, dejaré que la pregunta la haga alguien más. —El público jadeo, intrigado—. ¡Senku, es tu oportunidad! —Estrelló el teléfono en la cara de un muy sorprendido Senku.

—¡¿Ah?! ¿Por qué debería hacerlo? Tú fuiste el que quiso llamar al estúpido programa. —Rascó su oído con fastidio.

—¡Deseo que tú hagas la pregunta!

—A cambio, ofrezco ramen para cenar. —La propuesta de Francois finalmente convenció a Senku.

Ni modo, ya llamó técnicamente dos veces, podía soportar una tercera llamada...

Además, había algo que sí quería preguntarle...

—Bien. —Tomó el teléfono, mirando a la televisión donde se podía apreciar el rostro sorprendido de Kohaku, que se sostenía a la vara sin problemas, mientras que Tatsuo ya estaba flaqueando—. Hola, leona. —Sonrió ladinamente.

—Se-Senku. —Kohaku tragó saliva al escuchar su voz por todo el escenario.

Je, le encantaba ver lo nerviosa que podía ponerla a veces.

—Mi pregunta para ti es... —Pensó por unos segundos la forma de formular la pregunta, antes de reír entre dientes—. ¿Cómo reaccionarías si te dijera... que algo que crees de mí está completamente equivocado?

"¿Cómo reaccionarías si te dijera que siento lo mismo, y que estoy dispuesto a todo por ti, incluso a la responsabilidad de una familia?"

—¿Eh? —Ladeo la cabeza, totalmente confundida—. ¿Qué fue lo que dije sobre ti?...

—Te lo dejo de tarea. —Rio entre dientes, para luego colgar como si nada.

Por supuesto, dejó a todos confundidos, y Ryusui y los demás de inmediato quisieron interrogarlo, pero los ignoró y, una vez terminó el programa, fue derechito a comer su ramen y luego se marchó.

El jueves se la pasó trabajando y claro que vio el programa de Kohaku con el miserable de Yoshio, gruñendo de vez en cuando y casi gritando del coraje cuando Kohaku cayó encima de ese bastardo en una pose comprometedora, pero por suerte ella lo mandó al diablo, cosa que lo hizo sentir ligeramente mejor.

Y llegó el viernes, el día de Ark.

—¡Ya conocen las reglas, pero las repetiré una última vez ya que este es el último Quiz Time! —exclamó Gen con entusiasmo—. Nuestra parejita de hoy debe contestar a cinco preguntas que ha preparado nuestra experta en el amor. Elise-chan hizo las preguntas teniendo en cuenta la personalidad de cada galán y de Kohaku-chan también, y sus respuestas deben ser lo suficientemente buenas según su criterio, y tampoco se les permite decir mentiras o yo los descubriré y el castigo también se aplicará~. —Guiñó un ojo a la cámara—. ¡Así que prepárense! ¡¿Están listos para el último Quiz Time?!~

—¡SIII! —gritó el público con entusiasmo.

—Qué discurso tan innecesario —masculló Senku, bostezando—. Todos conocemos las reglas. ¿No puedes ir directo al grano?

—¡Ja, estoy de acuerdo con él! —Kohaku asintió—. Tan solo empiecen.

Si en algo él y ella siempre estuvieron de acuerdo, eso era en ir al grano lo antes posible.

—¡Elise-chan!~ Por favor lee la primera de las últimas preguntas~ —pidió dramáticamente.

La doctora no dijo nada y, con su cara indiferente de siempre, comenzó a leer su libreta.

—Primera pregunta... La vida no es sólo diversión, existen anécdotas tristes que nos han hecho llorar como bebés y pedir que nuestra madre esté presente para darnos amor. A continuación, cuente la historia más triste que ha vivido en su vida, siendo importante que dicha historia genere la empatía del público para ser considerada válida la respuesta.

Hmm, esa doctora le había parecido brillante por su contribución a la inteligencia artificial, pero ahora estaba empezando a caerle mal...

—La historia más triste en mi vida... —Kohaku fue la primera en hablar, con voz muy seria—. Eso sería... el día en que perdí a mi madre. —Apretó los puños, antes de relajarse y abrazarse a sí misma—. Fue hace mucho tiempo, y las cosas eran muy diferentes en ese entonces. La muerte de mi madre fue desesperanza para toda la aldea, fue impotencia, fue sentir que lo mismo le pasaría a mi hermana... y ni siquiera tuve tiempo de llorarla, porque estaba demasiado asustada de perder a Ruri-nee también. —Sonrió, con ojos llorosos—. Me dije que, en honor a mi madre, lucharía para que mi hermana no sufriera el mismo destino. —Su sonrisa se volvió más animada—. Y lo logré.

Senku tuvo que luchar para no cambiar su expresión.

Sabía un poco de la muerte de la madre de Kohaku, más que nada porque Kokuyo y Ruri solían hablar bastante de ella, pero Kohaku en sí no mencionaba mucho el tema, y ahora sentía que, si tan solo le hubiera preguntado, ya lo habría sabido en vez de tener que enterarse junto con el resto del país.

En verdad le faltaba mucho por conocer de ella.

Casi se olvidaba de dar su propia respuesta hasta que Gen se lo recordó.

—Ahora solo nos queda... la historia de Ark-chan~. —Su sonrisa fue gigante al voltear hacia él, ese maldito mentalista disfrutaba su sufrimiento.

Senku se llevó un dedo a su barbilla, pensativo.

¿Qué se suponía que debía decir para conmover al público? Y además debía ser algo que no delatase su identidad... aunque podría inventar algo, pero eso no se le daba del todo bien.

—Si no respondes pronto~ recibirás un castigo~ —le advirtió Gen al verlo tardar demasiado.

—Ya, ya. —Suspiró con fastidio, llevándose las manos a la cadera y bajando la cabeza—. Pff, esto es absurdo... Bien, esta no es la más triste, pero si la más desoladora y toda esa mierda, supongo. A mí nadie me encontró, nadie me buscó, nadie me despetrifico, desperté solo, por la gran cantidad de actividad cerebral que tenía y el verme expuesto a ácido nítrico. Desperté por mi cuenta... totalmente solo... —Por un momento, su voz se hizo más suave y empequeñecida, diferente a su tono normalmente descarado y confianzudo.

Nunca había hablado con nadie respecto a lo realmente duro que fue ese momento, y los seis meses posteriores hasta que Taiju despertó.

Esa primera noche, aunque se sintió profundamente aliviado, también le tomó un momento controlar sus emociones y dejar el shock de lado, y no dejaba de pensar en cómo se hubiera sentido si hubiera habido alguien esperando por él, si la aldea hubiera encontrado su estatua o algo así...

Era ridículo, sí, pero a veces pensaba en eso.

—Era de noche, la brisa me hizo temblar, no podía creer que estaba viendo al cielo otra vez... Tardé horas en levantarme, me quedé recostado, pensando en lo inmensamente aliviado que estaba, luchando contra un montón de sentimientos que prefiero no mencionar... Cuando me levanté, de inmediato quise estudiar la naturaleza de la petrificación y vi un par de cosas interesantes. Luego vi que todo a mi alrededor estaba en ruinas, tragado por la naturaleza. Creí que era el único humano... me sentí asquerosamente solo. —Rio, con una risa hueca y más de burla hacia sí mismo, puesto que se consideraba bastante patético por haber pasado por tantas cosas y aun así temerle a la soledad.

—Tuve... miedo... aunque también estaba emocionado por el reto a mi gran inteligencia, pero igual temí que jamás vería a otra persona. Temí morir solo... Fue tiempo después que descubrí que no era el único. —Alzó la cabeza y miró en dirección a una pared, pensando que en realidad Xeno y otros estadounidenses debieron despertar al mismo tiempo o poco después, aunque fuera muy lejos—. Eso es todo. —Terminó ahí, ya que en serio no le gustaba hablar de eso.

Soledad... Je, en realidad esa era en parte la razón por la que estaba allí, aguantando cosas que nunca creyó que aguantaría, porque estaba aterrado de quedarse solo...

Y no era lo mismo tener amigos y personas cercanas que tener a la persona que amabas a tu lado...

Ya bien lo dijo Kohaku mientras estuvieron perdidos en el mar de Sargazos. Ella era su compañera, no solo de aventura, sino de vida... no podía perderla.

Por supuesto, Ark era bastante odiado por el público, por lo que no logró obtener la empatía de la gente y lo hicieron tragarse un amargo castigo... literalmente, querían que mordiera un limón.

Tomó un limón en su mano, sintiéndose como si pudiera vomitar, preguntándose qué tanto valía la pena mantener a Ark en el programa, si de todos modos todo el mundo, incluida Kohaku, lo odiaba.

—Si no tomas el castigo~ serás descalificado~ —canturreó Gen burlonamente.

Podía renunciar... aún le quedaba Sebastian.

Sin embargo, al voltear a ver a Kohaku y ver su mirada expectante, se recordó que ella valía todas las penas del mundo y le dio un gran mordisco al maldito limón sin siquiera pensarlo.

Intentó mantener su dignidad al sentir toda esa horrible acidez, pero pronto cayó al piso retorciéndose y la única que se dignó a ayudar por supuesto que fue su leona.

Iba a matar a Gen después de esto.

—Realmente... odio este absurdo programa.

—¡Entonces renuncia! —gritó alguien de las gradas.

Ja, ya quisieran.

Ese montón de pobres idiotas no sabían que ya tenía este programa ganado. Porque ella lo amaba a él, solo a él.

—Tsk. —Senku chasqueó la lengua—. No voy a renunciar, voy a ganar. —Se puso de pie y le tendió la mano a Kohaku—. Gracias por el agua, leona. —Sonrió ladinamente.

—De nuevo robando ese horrible apodo. —Lo miró mal.

—Te queda bien. —Rio entre dientes—. ¡Vamos, no perdamos el tiempo y digan la siguiente pregunta!

—Segunda pregunta... ¿Cuál es la distancia más larga que estarías dispuesto o dispuesta a recorrer para estar con la persona que amas? Justifique su respuesta.

Tanto Kohaku como Senku hicieron una mueca de asco y hastío por la pregunta cursi.

—Ja, soy muy rápida —Kohaku habló primero otra vez—. Recorrer largas distancias no es problema para mí, si la persona que amo me necesita, o si fuera la condición para estar a su lado, cruzaría corriendo todo Japón de ser necesario, ¡o todo el mundo! Así tuviera que cruzar el océano entero en una balsa... o en una palmera. —Sonrió con nostalgia y Senku tuvo que contener su propia sonrisa nostálgica—. O incluso si tuviera que ir a la luna o a otro planeta lejano, lo haría. Encontraría la forma, así me tome toda mi vida. —Sus ojos ardían de pasión y convicción.

—¿Ark-chan?~

—Veamos... —Se llevó un dedo a la barbilla—. Solo en el planeta Tierra, la mayor distancia que podría haber entre nosotros es de veinte mil kilómetros, ubicándonos en antípodas sobre el ecuador podría alcanzarse los veinte mil treinta y siete kilómetros. Y estaría dispuesto a recorrerlos, sí, con los aviones que se están creando ahora, no sería un reto difícil. —Rio entre dientes y todo el público lo miró mal, obviamente sin entender que esa distancia era un chiste en comparación a lo que estaba dispuesto a hacer por su leona.

—Ahora, la distancia de la Tierra a la Luna es más de cuatrocientos cinco mil kilómetros. Y vaya que estaría encantado de ir a la luna, ya sea que ella esté allí o no. —Rio de forma más emocionada y el público lo miró todavía peor, aunque era obvio que para cualquiera sería asombroso ir a la Luna por una razón que no fuera por ser cruelmente apartado de la persona que amabas.

—Ahora... el tamaño del universo observable es de más de noventa y tres mil millones de años luz, si nos enviaran a cada uno a una punta, ignorando lo terriblemente improbable e ilógico que eso sería, lo cruzaría también. Primero, porque el estar allí indica que hay una forma de viajar distancias tan inimaginablemente enormes en poco tiempo, dentro de este ejemplo hipotético; Segundo, porque es emocionante. Y tercero —continuó hablando—, porque si la recompensa es "estar con la persona que amas", como dijo la loca —Señaló a Elise, que ni se inmutó— entonces valdría la pena para mí, incluso si debo morir intentándolo.

Volteó a ver a Kohaku, que se estremeció, con sus mejillas enrojecidas.

Dios, como disfrutaba ponerla nerviosa, incluso como otra persona ella aun reaccionaba de esa forma ante él, ante él y nadie más.

—Tercera pregunta... Muchas veces el amor requiere de un poco más que compromiso, es necesario que la confianza llegue al punto de permitir que la otra persona sea tu soporte en las buenas y malas. Si estuvieras atravesando por la peor situación de tu vida, ¿cómo responderías a ello de forma individual?

—¿Qué tiene que ver eso con el compromiso o el soporte emocional? —masculló secamente Senku, sintiendo que la doctora le caía cada vez peor y peor.

—Deja de cuestionar a Elise-chan y contesta, por favor~ —mandó Gen, defendiendo como siempre a la que de seguro era su amante de turno.

—La peor situación de mi vida... —Kohaku habló con sus ojos adoptando cierto tinte distante—. Yo... yo entendería que lo más importante es el bien de la humanidad y el avance científico. —Apretó los puños—. Si tuviera que sacrificar mi felicidad y hasta mi vida por una causa en la que realmente creo, entonces lo haría, lo aceptaría y me enorgullecería de ello, incluso si me lo quita todo. —Se abrazó a sí misma.

Senku ladeo la cabeza, preguntándose por qué mencionaba al avance científico dentro del peor escenario que imaginaba... ¿en qué estaría pensando?

No habló sino hasta que Gen le recordó que tenía que contestar también.

—La peor situación de mi vida, ¿eh? —Volvió a llevarse las manos a la cintura y pensó por un momento—. No lograr mis metas, sin duda alguna. Tengo muchos objetivos. ¿Cómo lidiaría con ello? Sencillamente nunca rindiéndome, seguiría intentándolo aún si la probabilidad de victoria es del tamaño de un protón, o sea, la cienmillonésima parte de un centímetro, me da lo mismo. Mientras tenga vida, siempre lo intentaré. Es tan sencillo como eso. —Rio secamente.

—Cuarta pregunta... Esta pregunta depende de la tercera: Narre el escenario que se imaginó como "peor situación de tu vida" y justifique el porqué de que sea el peor escenario.

Tanto Senku como Kohaku se tensaron.

—Pe-pero ya los narramos... levemente —intentó argumentar Kohaku.

—Nárrenlos a detalle.

—¡¿Te-tengo que hacerlo?! —Kohaku miró nerviosamente a Gen.

—Bueno, no, pero entonces tendrías que tomar el castigo...

—Prefiero el castigo —dijeron Senku y Kohaku al mismo tiempo, totalmente seguros.

—Les advierto... que la pregunta cinco depende de la pregunta cuatro —habló la doctora—. Si rechazan la cuarta pregunta, ambos perderán automáticamente la quinta pregunta. Por ende, recibirán dos castigos seguidos, y agravados por estar ya advertidos.

—No puedes hacernos esto, Dra. Loca. —Senku la señaló con irritación irradiando de cada letra.

—Se nota que eres muy irascible —dijo la experta, totalmente calmada—. Eso es por tanta tensión sexual acumulada, no es bueno reprimirse tanto.

Senku sonrió con los dientes fuertemente apretados y varias venas hinchadas en el cuello, a punto de estallar porque... maldita sea, ella tenía toda la razón del mundo.

Desde ese beso que se dieron borrachos, Senku se había estado reprimiendo muchísimo con Kohaku, y desde que empezó el programa todo se volvió peor...

¡Pero no necesitaba que nadie se lo recordara, muchas gracias!

—Bien... creo que puedo decir un poco —dijo Kohaku—. El peor escenario para mí... es que... Es que la persona que amo nunca sienta nada por mí y encuentra a una persona que sí ame y forme una familia, mientras que yo me quedó sola y sin poder olvidarme de él. —Senku dejó de rechinar los dientes y volteó a verla—. Y... c-como tema aparte y sin relación, que además cierta... cierta máquina que están creando me... me haga desaparecer y borré todo lo que viví junto a... cierta persona. Y que a él no le importe en absoluto que yo desaparezca si es por...

—Eso no pasará. —Senku la interrumpió de pronto, sin poder controlarse.

—¿Qué?...

—Eso que dices... —Carraspeo— es absurdo. Si estás hablando de la máquina del tiempo, tus suposiciones son infundadas e ilógicas, sin ningún tipo de sustento. Es un tema que me interesa... leí muchos mangas al respecto. Como sea, el avance científico es para ayudar a la humanidad, para avanzar. Si una máquina del tiempo pudiera borrarte a ti, o borrar algo en lo absoluto, se borraría a sí misma y al progreso. Por lo tanto, no tiene sentido. Así que no digas algo tan irrazonable, ¿quieres?

¿Por qué no podía entender que nunca le haría algo así? ¿Por qué no podía entender que la amaba?

Se estaba arriesgando, admitiendo que sabía de la máquina del tiempo cuando en realidad no era un tema tan comentado más allá de los círculos científicos, pero no toleraba la idea de que ella creyera eso, de que ella entristeciera pensando eso.

Kohaku lo miró boquiabierta, mientras que el público estaba indignado.

—¡Qué grosero!

—¡Así no se le habla a una dama!

—¡Acaba de llamarla estúpida, prácticamente!

—¡¿Cómo se atreve?!

—¡Daisuke es mil veces mejor!

Una persona en el público arrojó una lata de soda en dirección a Senku.

Él no estaba del todo preocupado, tenía un casco, después de todo, pero tampoco se sorprendió cuando Kohaku se puso delante de él y atrapó la lata.

Ahí estaba su fiera leona protectora.

—Ja. —Kohaku sonrió ferozmente—. Ark... eres una de las escorias más grandes que he conocido, pero no creas que no vi tu intento de levantarme el ánimo. —Volteó a verlo por encima del hombro, con una sonrisa suave—. Fue un intento lamentable, claramente no sirves para animar a nadie —Senku bufó, apartando la mirada—, pero apreció que lo intentaras. —Su sonrisa se hizo más cálida, pero él siguió sin mirarla—. No sé si lo que dices es cierto, pero... sé que eres alguien brillante, me lo has demostrado, y realmente quiero creer en tu palabra. —Volteó del todo a él y apretó la lata en su mano como si estuviera hecha de papel para luego arrojarla hacia atrás tan lejos que salió volando por una ventanilla, haciendo que todos en el público se fueran de espaldas—. Así que... gracias.

—Yo solo te dije los hechos más probables. —Llevó su mano a tocar un lado de su casco, queriendo rascar su oído con el meñique, antes de recordar que tenía un casco y bajarla—. Cree lo que quieras.

—Claro, claro. —Kohaku rio felizmente.

Gen mandó a sacar al alborotador y luego hizo que Senku tomara más castigos.

Aunque no esperaba que el castigo fuera... bailar.

Gen estaría tan muerto después de terminar este programa.

Ugh, ¿seguro que no quería renunciar y dejar solo a Sebastian? De todos modos, Ark no tenía chance alguna con Kohaku... o eso pensó, hasta que ella lo invitó a bailar un vals.

No pudo evitar sonreír con todos los dientes, sintiéndose más que complacido de tener una excusa para tocarla, algo que llevaba anhelando secretamente desde el lunes... o desde que comenzó el programa, más bien.

La envolvió en sus brazos, siguiendo el ritmo del vals con torpeza, pero feliz de poder sostenerla.

No había apreciado a esta mujer tanto como debió haberlo hecho, pero a partir de ahora las cosas cambiarían.

No volvería a menospreciarla, ni a darla por sentado.

Le demostraría que él podía ser el hombre que ella necesitaba, su compañero de vida.

Aunque estuviera obligado a hacer cosas absurdas, si era por ella, valía la pena. Ahora solo le quedaba juntar el valor para decirle la verdad, pero...

¿Cómo podría lograrlo?

Continuará...

Holaaaaaaa... je, je... je... :D?

Así que... hiatus de seis meses, eh?...

Lo merecían? No. Lo siento mucho? Sí Q-Q Mis disculpas sirven de algo? No lo sé x'D

Ok, lo que pasó fue que perdí mi vieja computadora chatarra y la reemplace por una computadora menos chatarra, pero me tomo bastante tiempo recuperar el documento de lo que tenía escrito xP

Y en parte tarde en recuperarlo por pura flojera T-T Así que lo sientooooooooooooooooooo!

Pero bueno, finalmente me esforcé en recuperar el documento gracias a que este capítulo es patrocinado por mi querido Miguel! :'D Todas las gracias a él!

Y también una disculpa de mi parte para ti, tarde más de lo que tenía pensado x'P Al menos el cap es larguito QwQ

Muy bien, seguí con el POV Senku, pero no sé si seguirle así bien detallado o super duper resumirlo y acabarlo en el próximo cap, ustedes decidan! Déjenme su preferencia en comentarios OwO

Creo que si seguimos con el POV Senku bien detallado saldrían dos o tres capítulos más de él XD Así que elijan sabiamente!

Bueno, espero que esto les haya gustado y no olviden que se les ama! Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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