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Recuerdos (Parte 1)

Al día siguiente, después de una noche de muy pocas horas de sueño y de repasar el episodio del show solo para revolcarse más en su miseria, Senku fue al trabajo arrastrando los pies.

Apenas llegó al laboratorio, se preparó café y luego se puso a trabajar en un segundo modificador de voz mientras pensaba en ideas para poder aparecer como Sebastian y Ark en el mismo lugar al mismo tiempo.

Ni siquiera estaba seguro de si querría seguir haciendo esta estupidez mañana, pero prefería prepararse.

Para su suerte, el disfraz de doctor de la peste negra que hizo Yuzuriha tenía la ventaja de que no mostraba ni una sola porción de piel, así que bien podría contratar a alguien para reemplazarlo, ponerse el traje por él y asistir al programa con el modificador de voz, y el único requisito sería tener su misma estatura y complexión.

Era muy sencillo, realmente.

Él se quedaría como Ark y si, por ejemplo, Gen necesitaba que los cinco hicieran una competencia por Kohaku, entonces él simplemente se mantendría en el papel del quinto galán y su reemplazo podría ser Sebastian y hacer las cosas por él. Tendría que fingir el acento inglés, hablar con Kohaku manteniéndose en personaje, intentar conquistarla, fingir estar interesado en ella, ver lo maravillosa que ella era, enamorarse perdidamente, aprovecharse de su trabajo como su reemplazo para intentar robársela, apoderarse del papel de Sebastian, enamorar a Kohaku y alejarla de él para siempre sin importar que...

—¿Senku? —La voz de Whyman lo sacó de sus pensamientos—. No sabía que los humanos podían producir ese sonido tan chirriante con sus dientes. ¿Es un tipo de música como esas palmadas que usan al emocionarse por melodías armoniosas?

—No, no es música. —Se hundió en su silla miserablemente, tomándose de golpe lo que quedaba de su café—. Oye, Whyman... Te interesa aprender más de los humanos, ¿verdad?

—Correcto.

—Bien, Xeno y yo estábamos planeando crear un robot para que puedas controlar por tu cuenta, tomará tiempo perfeccionarlo, pero podríamos probarlo mientras tú aprendes más de los sentimientos humanos y sus formas de convivir e interactuar. ¿Qué dices?

—Me interesa.

Sí, sí, esto era caer bajo, pero así Whyman podría tener más entendimiento de la naturaleza humana y así él no tendría que tolerar a cualquier bastardo intentando robarle a Kohaku.

Estuvo trabajando en eso hasta que le dieron ganas de tomar más café y fue a buscar a la máquina del pasillo, solo para sorprenderse al encontrar a Yoshio sirviéndose una taza junto con otro ingeniero que trabajaba en el laboratorio.

—Hoshieda —lo llamó sin pensar, captando la atención de ambos ingenieros.

—Oh, Senku-san, buenos días. —Lo miró confundido por su expresión molesta y el hecho de que lo llamara por su apellido, ya que normalmente él insistía en que eso le daba igual—. ¿Pasa algo?

—¿Cómo vas con el proyecto de la base lunar?

—Bien, avanzamos según lo planeado, te envié un informe la semana pasada. —Ladeó la cabeza—. Las instalaciones estarán listas dentro de tres o cuatro meses, lo más probable es que cuatro.

—Ajá... —Asintió, entrecerrando los ojos mientras se servía su café—. Que sean tres, entonces.

—Eh, pero dijiste que podíamos tomarnos el tiempo que...

—Cambio de planes, que sean tres meses, estaré esperando los informes de tu progreso cada semana. —Terminó de llenar su taza y se marchó, sin dejar lugar a replicas.

Siguió trabajando en el modulador de voz y en el robot para Whyman hasta que llegó la hora del almuerzo, luego siguió trabajando hasta tarde con Xeno en el proyecto de la base lunar, hasta que de pronto recibió una llamada de Yuzuriha.

—Hola, Senku-kun, si vas a ir al programa hoy ¿verdad?

—Todavía lo estoy dudando —contestó no muy sinceramente, porque había visto a Yoshio salir temprano, probablemente para prepararse para el programa, como si el bastardo tuviera la más mínima posibilidad de robarle a Kohaku. Por supuesto que iba a ir a dejarle en claro que ni en sus sueños.

—Pe-pero Senku-kun, ¡tienes que ir! —exclamó Yuzuriha, preocupada—. Acabó de terminar de vestir a Kohaku, que ya está yendo a su casa, quedó muy bonita. Además, estuvimos hablando sobre el programa y... quizás necesitas esforzarte más... ella dijo que de los cinco, el que más le gustó fue Hiroshi.

Senku se congeló y no escuchó ni una palabra más de lo que Yuzuriha dijo, demasiado ocupado planeando una muerte lenta y dolorosa para Hoshieda Yoshio, ¡pero eso sería después de que le pateara el trasero en el programa!

Kohaku lo amaba a él, ¡a él! Ese niño mimado no tenía la más mínima posibilidad contra todos los años de conocerse que...

Agh, ya estaba pensando cosas ilógicas otra vez.

Intentó volver al trabajo, pero solo podía pensar en Kohaku y en que hace mucho que no la veía cara a cara, ni siquiera en su cumpleaños, y ahora tendría que verla en el programa actuando como una persona diferente y...

De pronto, recordó el regalo que había hecho para ella y que nunca le entregó.

—Me iré ahora —le dijo a Xeno, sorprendiéndolo.

—¿Tan pronto? Apenas son las siete. —Y el horario de salida era a las seis o siete, pero siempre se quedaba mínimo hasta las diez de la noche—. ¿Tienes un proyecto aparte?

—Digamos que sí... Hay algo que debo hacer. —Sin más salió de allí, yendo a su auto, donde había dejado el regalo.

Condujo hasta casa de Kohaku, sin sorprenderse demasiado al encontrarla a medio camino de su casa y la casa de Yuzuriha.

Efectivamente, ella estaba con un nuevo vestido hecho por su amiga, uno más ceñido y escotado, y Senku casi se estaciona sobre la acera en su afán de bajarse del auto rápidamente para ir a hablarle, apenas recordando sacar el regalo también.

Apenas ella lo vio, palideció.

"Je, parece que yo te afecto más que tu adorado Yoshio".

—Ah, leona. —Él sonrió ladinamente al verla, acercándosele, fingiendo total despreocupación—. Han pasado varias semanas desde que nos vimos... Aunque bueno, te vi en el programa de ayer. —Rascó su oído con desinterés—. Me sorprende que ese mentalista te convenciera de algo así.

—Ja, a mí me sorprende que lo hayas visto. —Cruzó los brazos, visiblemente nerviosa, cosa que lo hacía sentir muy complacido.

—Estaba cenando con Taiju y Yuzuriha y su mocoso, siempre ven los programas basuras de Gen —inventó con facilidad, encogiendo los hombros.

Si llegaba a preguntar, Yuzuriha lo cubriría.

—Ya veo, bueno... tengo algo que hacer así que... —Intentó escaparse de él.

—Por cierto, venía a darte esto. —Le tendió su regalo.

—¿Qué? ¿Qué es esto? —La tomó, atónita.

—Me dijeron que la semana pasada fue tu cumpleaños, así que te hice algo. —Bostezó falsamente, intentando lucir aburrido—. Bueno, debo volver. Nos vemos.

—N-nos vemos.

Hmm, se estaba volviendo bueno en esto de mentirle. ¿Eso era bueno o malo?

Recibió un mensaje de Gen pidiéndole ir al set ahora y no tuvo más remedio que ir, pasando a recoger los trajes de Ark y Sebastian para el programa.

Llegó la hora de la verdad.

Gen lo citó antes que nadie para mostrarle su camerino. O camerinos, más bien.

—Ya teníamos cinco preparados, lo que he hecho es interconectar dos para que tú puedas pasar de uno al otro —le explicó, mostrándole una puerta oculta con un espejo para pasar al segundo camerino—. Cuando necesites cambiar de Sebastian a Ark o viceversa, te metes al camerino del que estés disfrazado y sales por el camerino del que te vas a disfrazar. ¿Entendido?

—Sí, sí, no soy estúpido. —Rodó los ojos—. Fue una buena idea, tienes diez billones de puntos.

—Otra cosa. —Gen sonrió, con los dientes apretados—. ¡Ni se te ocurra decir nada de eso cuando seas Sebastian o Ark, Senku-chan! —Lo señaló acusadoramente—. Nada de "diez billones", ni "ni un milímetro" y otras cosas típicas que dices tú. ¡Y le doy gracias al cielo que Yuzuriha-chan hizo trajes que te cubren los oídos! Mantén tu meñique muy lejos de tu cabeza. Kohaku-chan te conoce bien, si no quieres que se dé cuenta tendrás que controlarte.

—No necesito que me sermonees. Como dije, no soy estúpido y soy capaz de controlarme. —Rascó su oído otra vez, antes de darse cuenta de que estaba dándole la razón a Gen y bajar la mano con rapidez.

Gen suspiró exageradamente.

—Esto será imposible... pero bueno. Prepárate, los otros galanes llegaran pronto. Necesito hablar con los cinco, pero pondré la excusa de que uno llegará tarde. Así que elige a uno de los dos y sal afuera. —Sin más se marchó.

Como estaba en el camerino de Sebastian, Senku se puso el disfraz del doctor de la peste negra, cosa muy molesta debido a tantas capas de ropa, en especial lo peor fue meter su cabello dentro de la tela que cubría toda su cabeza. Apenas veía nada con los lentes horribles del traje, pero luego podría hacerle unas modificaciones para que no fuera tan malo, y era cierto que esto disimulaba muy bien su identidad.

Por último, se puso el sombrero de copa y salió fuera, encontrándose a los otros tres galanes ya allí.

El desagrado al verlos fue inmediato, pero la máscara ayudaba a que no viera lo mucho que los odiaba.

—¡Hola! —Tatsuo, que obviamente era Titan con una mascarilla y lentes de sol, lo saludó animadamente—. ¿Y tú eres?

—Sebastian —contestó secamente.

—Mucho gusto. —Yoshio le tendió la mano para estrecharla, a lo que Senku la estrechó a regañadientes, recordando que según su libreto Sebastian era "un caballero".

Yoshio tenía una máscara dorada de león con una melena sintética, quién sabe por qué. Y no era el único con máscara de animal, aunque Sebastian también tenía el estúpido pico, el tal Daisuke tenía una máscara de lobo.

Al notar que lo miraba, Daisuke se estremeció.

—E-es un placer conocerte, Sebastian-san. —Hizo una reverencia.

Por su voz, su altura y su complexión, parecía bastante joven, y Senku no se sorprendió de que se hubiera encaprichado de Kohaku. Ayer habló mucho de su belleza, como si no fuera ya extremadamente obvio que era hermosa. No creía que este idiota representara ninguna amenaza, cosa que lo tranquilizó ligeramente.

—¡Bienvenidos, mis queridos cachorritos enamorados!~ —Gen se paró ante ellos con una sonrisa divertida—. Soy Asagiri Gen, por favor, llámenme mentalista.

—Oye, mentalista —Yoshio siguió su consejo y lo llamó así de una vez— ¿no falta uno de nosotros? Eh, creo que se llamaba Ark. ¿No vendrá? ¿Se retiró del programa?

"Ya quisieras", pensó Senku con acidez.

—Solo se retrasó un poco~. En fin, les explicaré algunas cosas a ustedes y luego se lo diré a él, no hay problema~. Entonces, lo primero que les diré es que por ahora se ha decidido que sus identidades sean secretas, pero pueden revelarlas cuando quieran. También, es necesario clasificarlos por el orden en el que fueron aceptados por Kohaku-chan~. Recuerden, el primero en ser aceptado fue Sebastian, luego Daisuke, después Tatsuo, Hiroshi y Ark, y se los llamará siempre en ese orden a menos que se les indique lo contrario. Hoy todos conocerán a Kohaku-chan en pequeñas entrevistas a solas y luego los siguientes dos meses cada uno de ustedes aparecerá en un episodio por semana, a menos que sean castigados con ciertas penitencias que les quité tiempo con ella o que el programa necesité hacer tiempo a otros chicos por una razón u otra. Allí atrás están sus camerinos, el de Kohaku-chan está del otro lado del set, ya que queremos que la mayoría de sus interacciones se reserven a lo que está frente a las cámaras. Ahora, ¿alguna pregunta?~

—Eh, si siempre nos van a poner de orden del primero al quinto... —dijo Yoshio, mirando a los camerinos— ¿por qué los camerinos del primero y el quinto están juntos y el resto está en orden?

—F-fue un simple error de uno de nuestros asistentes, puso mal los nombres en las puertas, pero no importa, eso se quedará así. ¿Alguna otra pregunta?

—Yo. —Titan levantó una mano—. ¿Van a hacer que todos la besemos en algún momento? O sea, e-eso estaría bien para que ella sepa cuál le gusta más, ¿no? Y a mí no me importaría besarla, y si ella quiere hasta podría...

—Ejem. —Sin poder controlarse, Senku carraspeó para interrumpirlo, aunque la verdad le hubiera querido arrojar ácido a la cara—. Recomiendo que tengas cuidado en cómo te refieres a una dama, Tatsuo —gruñó con molestia, pero luchando por mantenerse en su papel de caballero.

—Sí, la verdad eso que dijiste fue desagradable —Yoshio estuvo del lado de Senku—. Vamos a conocerla, no a manosearla, no seas un cerdo. Si ella te gusta el primer paso para conquistarla es respetarla.

—Para ser tan flacuchos ustedes tienen muchas agallas... —masculló Titan por lo bajo, cruzando sus brazos musculosos sobre sus pectorales—. ¡Y no lo decía por pervertido! S-solo me daba curiosidad, no sé cómo funciona este tipo de programas para conseguir pareja. Yo no veo mucha televisión.

—Pues te diré algo, Tatsuo-chan~ —canturreó Gen—. Kohaku-chan es una chica muy impulsiva y nada puede controlarla, en el momento en el que alguno de ustedes haga algo irrespetuoso que a ella no le guste, nadie pondrá ni una queja si ella les da un buen golpe~. Y te advierto que la he visto destrozar árboles de una sola patada~.

Los cuatro se estremecieron, incluso Senku sabía que él no estaba completamente a salvo de la ira de la leona, menos si ella no sabía de su identidad.

—Bueno, sin duda eso no pasará —dijo Yoshio para romper el silencio—. Creo que todos aquí sabremos respetarla, y todos tenemos en común que ella nos gusta, así que procuraremos su comodidad —exclamó con mucha seguridad el señor Perfección, que seguramente se creía digno de Kohaku, aunque no lo era y eso se lo tendría que dejar muy en claro.

Pronto, un asistente le avisó a Gen que Kohaku había llegado y él los mandó a todos a sus camerinos para esperar a ser llamados.

En los camerinos había televisores para que pudieran ver el programa también mientras esperaban, aunque para salir debían esperar a un asistente que les diera la indicación.

Claro, Sebastian era el primero, así que Senku se preparó para ir al estúpido programa, oficialmente sentenciándose a formar parte del mayor circo de Gen, todo para conquistar a una chica que ni siquiera estaba seguro de querer.

¿Habría tiempo de echarse para atrás ahora?

"¿Y dejarle el camino libre al señor Perfección? Ni en diez billones de putos años".

Pronto, un asistente del programa tocó a su puerta, le dio una rosa roja de tallo largo y lo envió rápidamente al escenario, indicándole que esperara a que la pantalla se abriera permitiéndole el paso.

Senku miró pensativo a la rosa, preguntándose si este tipo de cosas le gustaban a Kohaku.

Él nunca tuvo este tipo de detalles "románticos" con ella, así que, a pesar de que se jactaba de conocerla muy bien, realmente no sabía su opinión sobre cosas como flores, dulces, peluches, joyas o lo típico de las parejas cursis. Sabía que no estaba muy interesada en el romance, pero ahora que activamente estaba buscando pareja, ¿este tipo de detalles serían de su agrado?

La entrada se abrió y rápidamente escondió la flor tras su espalda, como si hubiera estado haciendo algo malo al contemplarla.

Notó la sorpresa del público y de Kohaku ante su disfraz tan raro, pero no hizo caso y fue a sentarse frente a ella, no sin antes enseñarle la rosa y entregársela.

Ella parecía algo perpleja, pero se vio feliz de recibir la flor.

Hmm, aparentemente sí gustaba de estas tonterías.

Y él era pésimo en estas cosas.

Sí, quizás debería renunciar.

—¡Pero bueno, bueno! ¿No vas a decir nada? ¡Kohaku-chan ha estado ansiando conocerte! —Gen lo presionó para hablar, sacándolo de sus pensamientos.

Se sentó frente a ella cruzando una pierna sobre la otra y juntando las manos sobre su regazo, listo para entrar en su papel.

—Me place estar aquí —masculló con sequedad.

—Creo que tendré que ayudar un poco aquí. —Gen suspiró resignado y tomó su banquito para sentarse cerca de los sillones, pero sin interponerse entre los dos—. Dinos, Sebastian-chan, ¿de dónde eres?

—No diré mi dirección en televisión. —¿Qué clase de pregunta estúpida fue esa?

—No hace falta decir tu dirección. —Gen volvió a suspirar—. ¿De qué país eres? Se te nota cierto acento. —Ah, con que él solo quería que revelara su condición de extranjero.

—Nací en Londres.

—Y dinos, Sebastian-chan, ¿qué te motivó a venir a Japón? —siguió preguntando el mentalista.

—Ahora esta es la capital del mundo, básicamente. No es un secreto que para triunfar en el nuevo mundo lo más efectivo es triunfar en Japón —soltó con voz monótona, diciendo una verdad que no le hacía ni un poco de gracia. Era muy molesto que Japón se hubiera convertido en el centro del mundo, y más porque muchos creían que en el centro de Japón estaba él.

La gente no dejaba de atosigarlo por ser el "Héroe del mundo", "Dr. Stone" y muchos otros títulos ridículos de grandeza que solo le daban repulsión.

Él solo quería estar en paz con su ciencia... y ahora resulta que ni la mujer que amaba respetaba su deseo...

Esperen, ¡¿qué mierda acababa de pensar?!

Miró a Kohaku mientras se retractaba diez billones de veces a lo que acababa de pensar, justo a tiempo para verla mirarlo con una mueca de desagrado. Desagrado hacia él y su actitud.

Algo en él se retorció dolorosamente, pero ignoró esa sensación, recordándose que era un hombre de lógica que, obviamente, no sentía nada ni siquiera parecido al innecesario amor romántico.

—Sebastian-chan, ¿eres un hombre cuya pasión son los negocios y el dinero? —indagó Gen.

—Quien no sepa manejarse en los negocios y con el dinero, que no pretenda ser exitoso. —Ajustó su sombrero, antes de volver a unir sus manos, repitiéndose que no le importaba la opinión de Kohaku sobre él. Le daba igual, ella solo le estaba demostrando que no valía la pena aguantar esto solo por la pequeña duda de que ella tal vez le gustara—. Yo pretendo ser exitoso, para alcanzar mis metas. —Y eso era algo que ella no podría cambiar. Si ella no lo quería así, si ella quería cambiarlo, entonces ni siquiera tendría por qué estar aquí.

Lo que sea que pasara entre ellos desde ese beso que compartieron borrachos, no valdría la pena para pasar por todo este problema.

—¿Y cuáles son tus metas?

—Mi pasión es la química industrial, tengo muchos proyectos con esta —mintió con facilidad, le gustaba la química, pero ahora estaba enfocado en otras áreas—. Para conseguirlas, necesito ser bueno en los negocios y ganar mucho dinero. Son un medio para un fin, para cumplir mis metas. —Mientras decía eso, sintió el cansancio que siempre le pesaba desde hace años por no poder dedicarse exclusivamente a la ciencia y tener que aprender a manejar el imperio multimillonario que estaba amasando con ayuda de Ryusui y Xeno, todo para poder seguir haciendo sus proyectos libremente mientras el mundo volvía a instalar una nueva economía—. Hago todo en mi mano para llegar a mis objetivos, perseveró y triunfó. —Apretó los puños, determinado a lograrlo, a hacer todo lo necesario para alcanzar sus metas.

Incluso si tenía que soportar cosas que no le gustaban, llegaría a cumplir su objetivo.

Sí... incluso si pasaba por malos momentos, todavía quería a Kohaku a su lado.

Esperen, ¡¿por qué estaba pensando en ella de nuevo?!

—¿De qué trata tu trabajo? —preguntó Kohaku de pronto—. Es una ciencia, una rama de la química ¿no?

—Die... —se interrumpió antes de darle los diez billones de puntos, sorprendido de que ella lo supiera—. Sí, lo es. Estudia las características y la composición química de diferentes materiales. Yo me dedicó al control de calidad de productos químicos, y el desarrollo de nuevos métodos de investigación y producción, entre otras cosas —dijo, apegándose al libreto de Sebastian.

—Ja, no entiendo mucho, pero suena genial. —Sonrió, genuinamente interesada.

Al ver su sonrisa, algo en su cerebro hizo cortocircuito, de repente sintió que no podía quitarle los ojos de encima, de repente se olvidó de todas sus dudas y sintió que sería capaz de mandar al diablo al programa, pero no a ella. Sintió que sería capaz de ceder a todo lo que ella le pidiera y así convencerla de estar con él y solo con él toda la vida.

En otras palabras, se quedó como estúpido mirándola y fantaseando y Gen tuvo que avanzar con el programa.

—¡Muy bien, muy bien, Sebastian-chan! Gracias por esta breve entrevista. Puedes retirarte si eso quieres, y si Kohaku-chan no tiene ninguna otra pregunta que hacerte, claro.

—En realidad, quiero preguntarle sobre su disfraz —dijo ella, mirándolo con extrañeza.

—La peste negra fue una epidemia que causo la muerte de...

—¡Eh, pueden hablar de eso luego! —Gen lo interrumpió—. No es un tema muy familiar que se diga... No se preocupen, tendrán mucho tiempo para conversar luego. —Guiñó un ojo—. ¡Muchas gracias por estar aquí, Sebastian-chan! ¡Un fuerte aplauso!

El público aplaudió con entusiasmo, a lo que él se marchó a paso tranquilo, todavía pensando en los extraños pensamientos que atormentaban su mente.

Salió y vio a Daisuke ya esperando por su entrada, pero solo siguió su camino a su camerino, entrando por la puerta de Sebastian y dirigiéndose rápidamente al camerino de Ark por la puerta espejo.

Encendió la pequeña televisión y miró la entrada de Daisuke, que le pareció patética hasta que vio a Kohaku preocupándose por él, cosa que lo hizo sentir increíble molestia e irritación hacia ese chiquillo idiota.

¿Por qué siquiera estaba aquí? Era obvio que Kohaku era mucha mujer para él.

Mientras hablaban, también fue obvio lo diferente que eran los dos. No encajaban ni con pegamento.

Cuando fue el turno de Titan, sin embargo, Kohaku y él se entendieron muy bien, tanto que Senku no quitó su cara de fastidio mientras se cambiaba la ropa de Sebastian para ponerse una ropa más casual e informal.

Y luego vino lo peor, Yoshio.

Kohaku parecía tan a gusto con él que Senku sentía ganas de vomitar con solo verlos, incluso tenían cosas en común, por más raras que fueran (pff, él también comió león antes de la petrificación, ni que fuera la gran cosa).

Gruñó al ver que Kohaku hasta parecía nerviosa con la presencia de ese bastardo y siguió mirando rechinando los dientes hasta que alguien toco a su camerino.

Se puso el casco de Ark y abrió, recibiendo a un asistente que le dio una rosa y le dijo que ya se fuera preparando para ir al escenario.

Bien, hora activar el modo bastardo.

Se colocó detrás del escenario y se cruzó con Yoshio, que agitó una mano alegremente hacia él mientras se iba, como si fueran amigos o algo así. ¡Oh, iba a destruir a este imbécil!

Podía ser el señor Perfecto todo lo que quisiera, pero Kohaku lo amaba solo a él.

Cuando entró al escenario, muchos se sorprendieron y se burlaron de su disfraz, pero él no dejó de sonreír confiado mientras avanzaba hacia Kohaku, dispuesto a demostrar que ella era solo suya.

No porque la amara, sino porque... porque Yoshio debía darse cuenta de que era demasiado buena para él. Sí, eso.

—Así que al fin nos conocemos. —Se sentó frente a ella, cruzando una pierna sobre la otra, tendiéndole su rosa roja, pero sin esforzarse mucho en ponerla a su alcance—. Tengo tantas preguntas para ti que es ridículo. Espero recuerdes todos los detalles posibles sobre el viaje lunar. —Pff, en serio tenía que aguantarse la risa al hablar de eso, pero si fuera un recién despetrificado es lo que más le interesaría saber.

—También es un placer conocerte. —Kohaku sonrió con los dientes apretados, tomando la rosa con brusquedad.

—Oh, claro, el placer es enorme. Eres bastante atractiva y agradable a la vista, cosa que ya debes saber, imaginó que te lo dicen todo el tiempo, como el idiota número dos ayer.

Agh, cómo lo fastidio ver a ese chiquillo desviviéndose en halagos para ella, Kohaku ya debía ser muy consciente de lo hermosa que era, no necesitaba que le dijeran obviedades.

Y eso no lo pensaba por estar enamorado, era un simple hecho.

—Aunque yo no soy muy diferente —continuó hablando para mantener el rasgo de hablador del personaje—. También te consideró atractiva, eso es obvio. Hasta me pareces físicamente guapa incluso cuando estás enojada y frunciendo el ceño, como ahora. —Señaló el rostro lleno de irritación de Kohaku, de nuevo aguantándose la risa porque a pesar de que muchos la encontrarían aterradora él solo la veía absurdamente adorable—. Como sea, no es que tenga ganas de hablar todo el tiempo sobre tu apariencia. Vamos a lo interesante. Fuiste astronauta, viste la montaña gigante de esas cosas petrificadoras, ¿cómo eran? Sé que hay grabaciones del momento, pero no se han distribuido tan libremente al público, ya quisiera conseguir alguna. ¿No tienes una copia que quieras darme, de casualidad?

—Ja, no tengo, y aunque la tenga no te la daría. —Lo miró venenosamente.

Auch.

Ok, aparentemente Ark no era mucho de su agrado.

—Eso me hiere. Imaginó que se recopilaron grandes datos con esa exploración lunar. ¿Ni siquiera tienes una copia de los datos? No, supongo que no. Tendría que conocer a un científico que estuvo despetrificado en ese momento y formó parte de la hazaña. —Repitiéndose que no le dolía su evidente rechazo, continuó con su personaje—. ¿No querrías presentarme a alguno? Y si no quieres, ¿podrías al menos llevarles una carta con todas mis preguntas? Tengo que escribirla, pero imaginó que volveremos a vernos así que supongo que tengo tiempo. Puedo organizar mis preguntas en orden de relevancia, porque tengo tantas que sé que nadie querría ni siquiera leerlas todas, así que si el científico en cuestión no tiene mucho tiempo puede contestar solo las de arriba. Por otro lado, me costará decidir cuáles son más relevantes. ¿Cincuenta preguntas relevantes son demasiadas? —Si le caía tan mal, no tendría que preocuparse de que en serio aceptara llevar una carta suya, así que siguió hablando solo por hablar.

Aunque quizás debería intentar en serio decir algo que a ella le interesase... No podía quedarse atrás y dejar que Yoshio ganara terreno.

—¡Muy bien, muy bien, Ark-chan! —Gen lo interrumpió—. Dices cosas realmente interesantes, pero desgraciadamente ya se nos acabó el tiempo. —Alguien en el público gritó "¡gracias al cielo!" y Gen solo rio nerviosamente—. Ya puedes despedirte de Kohaku-chan, pronto volverás a verla y podrán... o podrás, seguir hablándole.

Senku miró a Kohaku, viéndola increíblemente mareada por toda la información que acababa de soltar.

Ah, como en los viejos tiempos. Que nostalgia.

—Oh, está bien, pensaré nuevas estrategias para convencerla de soltar información. —Rio maliciosamente—. Hasta entonces, Kohaku.

—¿No puedo rechazarlo de una vez? —preguntó Kohaku a Gen, con cansancio.

—Temó que no.

—Auch. —Senku volvió a reír, repitiéndose quizás por millonésima vez que eso no le importaba en absoluto—. ¿No te cansas de herir mis frágiles sentimientos? —preguntó con sarcasmo puro, porque no le importaba ni un poco lo que dijera o si lo rechazaba o si se iba con otro o si ahora que estaba haciendo esto por ella resultaría en que acabaría dándose cuenta de que tenía mejores opciones y lo abandonaría y... ¡mierda, simplemente no le importaba!

—Ja, no te ves muy herido para mí. —Lo miró con completo fastidio y él sintió el rechazo pinchar dolorosamente en su pecho, pero solo sonrió como si eso no le importara.

Aunque el pinchazo dolía tanto que ya ni él se creía.

—Bueno, resulta que eres la única chica que me ha llamado la atención en toda mi vida. —Encogió los hombros, sin dejar de sonreír—. Así que sí, me hiere un poco.

Kohaku de repente quitó su mirada de irritación, pestañeando lentamente.

En sus ojos, Senku notó una pequeña chispa de intriga, una pequeña chispa de afecto. Ella siempre fue fácil de leer para él, en especial cuando lo miraba de ese modo, y de alguna forma su mirada tan profunda logró hacer que sus temores se evaporaran en un abrir y cerrar de ojos, reemplazado con una sensación de alivio tan grande que ni siquiera podría cuantificarlo.

Wow... realmente sentía algo por ella... sentía mucho por ella.

Quizás era inútil negarlo.

Se marchó sin dejar de sonreír, incluso aunque muy pocas personas aplaudieron y alguien hasta gritó "¡BUUU!", eso no podría importarle menos. Todo lo que le importaba era Kohaku, y estaba empezando a sospechar que, incluso con esos ridículos disfraces, ella no podía evitar sentirse atraída hacia él. Solo hacia él.

La idea no le quitó la sonrisa complacida del rostro incluso mientras Gen lo regañaba por llamada diciéndole que se esforzara más en conquistar a Kohaku y en suprimir su verdadera personalidad con los dos personajes, pero apenas le hizo caso.

Ni siquiera se entendía a sí mismo, pero le gustaba saber que, no importa lo que pasara, Kohaku solo tenía ojos para él.

O eso pensó, porque al día siguiente Yuzuriha lo llamó y le dijo que Kohaku seguía diciendo que "Hiroshi" era su favorito.

Se congeló por completo, con el rostro completamente en blanco.

—¿Senku-kun? —preguntó su amiga al otro lado de la línea.

—Te llamó luego —dijo con frialdad, colgando sin más.

Luego, tomó aire y caminó lentamente hacia el incinerador de residuos de su laboratorio. Elevó las llamas a la máxima potencia y, con toda la rabia contenida que tenía en ese momento, arrojó el celular al fuego.

—¡Chrome! —gritó con rabia, estremeciendo a su amigo que estaba al otro lado del laboratorio, mismo que lo miró como si estuviera loco.

—¡¿Por qué demonios me gritas?!

—¡Ve a buscar a Hoshieda Yoshio! ¡Dile que quiero que termine su maldito proyecto en un mes!

—Eh, ¿pero por qué...?

—¡Tú dile!

—Bien, bien, ya qué. —Se dirigió a la puerta pisoteando, pero se detuvo de pronto—. Sabes algo, no le creía a Ruri cuando me dijo que había algo entre tú y la gorila, pero si tu malhumor es por el programa ese, ¡entonces estás siendo un cobarde! —Lo señaló acusadoramente—. ¡Si la quieres solo dile, hasta yo me doy cuenta de que ella te quiere a ti, bastardo! —Se fue cerrando de un portazo.

Senku se apoyó contra una pared con los brazos cruzados, maldiciendo a Chrome, a Yoshio y al universo mismo.

¡¿Por qué no podían entender que no era tan sencillo?!

Kohaku le estaba exigiendo abandonar todo por ella, incluso si le gustara, su relación no tendría futuro por los caprichos infantiles que la habían invadido de pronto.

Además, si ella tanto lo quería, ¿por qué mierda estaba haciéndole ojitos a Hoshieda Yoshio?

No lo quería lo suficiente para esperarlo, no lo quería lo suficiente para no hacerle ojitos a otro hombre, ¡¿y él era el cobarde?!

Empezó a dar vueltas en su laboratorio con los brazos en la cintura, gruñendo y maldiciendo.

En ese momento estaba muy tentado de mandar todo a la mierda y no volver al programa, pero luego pensaba en el maldito Yoshio cerca de Kohaku y...

¡Agh, no le podía dejar el camino libre, con un demonio!

El domingo se la pasó enfurruñado trabajando. Para colmo, Gen lo llamó diciéndole que necesitaba comprarle un regalo a Kohaku para el lunes y para el viernes.

Ya que ese día tenía que ir a la aldea, decidió pedirle una pieza de joyería a Kaseki, y de paso aprovechó para ver cómo estaba Titan y qué tanto trabajo podría darle, alzando una ceja con sequedad al verlo coqueteando con una compañera de trabajo.

Wow.

Incuso aunque la chica no le hacía caso, Senku igual se sintió indignado de que alguien como él se creyera con derecho de reemplazarlo... eh, de intentar conquistar a Kohaku, si ni siquiera parecía tan comprometido con la tarea.

Negó con la cabeza y le dio trabajo extra de todos modos.

Y, hablando de trabajo, aprovechó para despedir al supervisor de Kohaku en la construcción, cosa que hizo con una simple llamada. Alguien que utilizaba su poder para intentar acosar mujeres no merecía ni siquiera aviso previo, les dijo que lo echaran a patadas y encontraran un buen reemplazo.

Kaseki, al final del día, le hizo una joya en forma de ojo con un diamante en el centro. Senku lo consideró una buena alegoría para la vista absurdamente buena de Kohaku.

Luego, se reprendió por consentirla tanto cuando ella no lo merecía.

Hmm, a ver si su favorito Yoshio le regalaba algo mejor que él. ¡Lo retaba!

Cuando llegó el lunes, se presentó al set vestido como Sebastian muy a regañadientes, todavía indeciso de si seguir con esta mierda o no, pero al final cierta parte de su cerebro insistía en que no podía rendirse tan fácil y menos por Yoshio.

Una vez en el set, con la incómoda máscara de pájaro de Sebastian, Gen les dijo que esperaran fuera de una habitación y ahí se quedó con Kohaku en completo silencio, esperando a que Gen regresara.

Cuando regresó, los hizo entrar a la habitación, que simulaba una zona semi-desértica, muy bien iluminada, con las paredes pintadas como si realmente fuera el cielo de un día despejado. El suelo arenoso estaba lleno de cubos de rocas de distintos colores, con distintas etiquetas. Había un muro que simulaba ser una especie de mini-monte de piedra, muchos árboles secos y una enorme lámpara de lava en un rincón, por alguna extraña razón.

—Kohaku-chan, Sebastian-chan. —Gen los miró con una sonrisita divertida—. ¡Este será el lugar de su primera cita! ¡Una aventura para buscar el tesoro! El tesoro es, de hecho, un regalo que Sebastian-chan compró para ti, Kohaku-chan.

Kohaku se sorprendió y Senku de nuevo se preguntó cuál sería su opinión por las joyas. ¿Le gustaría?

Bueno, mientras fuera algo mejor de lo que le regalara su favorito el maldito Yoshio se sentiría complacido.

—Yo volveré al escenario principal, así que ustedes dos deberán encontrar el tesoro completamente solitos y juntitos~ —canturreó Gen, antes de darle un sobre a Kohaku—. ¡Esa será su única pista! ¡Tienen solo 45 minutos o perderán el tesoro y se lo quedará alguno de los empleados del programa! —Rio traviesamente—. ¡Buena suerte!~

Gen se marchó y Kohaku de inmediato abrió el sobre, viendo con curiosidad la nota adentro.

—Busca el otro sobre —leyó, ladeando la cabeza, antes de mirarlo—. Tenemos que buscar otro sobre por aquí.

—Te oí —dijo con sequedad.

—Pues busca. —Lo miró con cansancio, antes de ponerse a mirar por todas partes.

Él empezó a merodear por la zona, sin muchas ganas de participar en esta tontería.

Ahora mismo, podría estar investigando, avanzando en sus proyectos y desarrollando nuevas teorías, pero no. Por un capricho de Kohaku estaba perdiendo valioso tiempo y seguro que perdería mucho más.

—¡Ja, ya encontré la carta! —declaró Kohaku de pronto, corriendo hasta él—. Está allá, en las ramas de un árbol, es muy pequeña, pero con mi gran vista logré encontrarla —dijo con orgullo, señalando al otro lado de la habitación—. Vamos, entonces.

El árbol estaba al otro lado de la gigantesca habitación, pasando el área rodeada de cubos de rocas de colores. Las rocas estaban tan juntas entre sí y eran tantas que sería difícil meter el pie entre ellas, así que Kohaku se subió a una roca y empezó a caminar sobre ellas para llegar al otro lado de la habitación.

No llegó a la tercera roca cuando de repente, apenas apoyó el pie por completo en el cubo, algo en la arena estalló y lo siguiente que ocurrió fue que tuvo un bombardeo de pétalos de flores que la hizo caerse de culo sobre otra roca, provocando otra explosión, esta vez de brillantina purpura.

Tosió desesperadamente.

—¡Maldito seas, Gen! —gritó, enfadada.

Ah, ¿con que explosivos?

Senku examinó las rocas, viendo que tenían nombres de elementos químicos.

Pff, qué fácil.

Subió a una roca con un elemento inerte y dio tres pasos sobre otras tres rocas, todas de elementos no reactivos, en diagonal hasta llegar a Kohaku, a quien le ofreció su mano mientras ella intentaba quitarse la brillantina del rostro.

—Si te ha hecho daño, puedes demandarlo —murmuró con voz monótona, aburrido por algo tan fácil.

—No es necesario, yo le haré más daño —aseguró, mirando a una cámara con expresión asesina.

Senku podía imaginar perfectamente la expresión aterrada de Gen, cosa que lo hizo contener una risa.

Después de sacudir otro montón de brillantina, Kohaku tomó su mano y se puso en pie otra vez.

—¿Ves las etiquetas en las rocas? —masculló él.

—¿Estas son rocas científicas?

—Claramente no están hechas de los elementos verdaderos, pero parecen representar algo que sí es científico, porque fueron las rocas de litio y cesio las que estallaron al contacto —musito con voz tranquila, aunque pensando en ello lo encontró medianamente divertido, pero aun así muy fácil—. Son metales alcalinos, conocidos por ser altamente reactivos a temperatura y presión estándar. —Quería explicarle más cosas, pero tuvo que callarse porque Sebastian era un tipo de pocas palabras.

Demonios, le gustaría ser Ark ahora mismo.

—¿Rea-qué-cosa? ¿Eso significa que explotan? —Descontento de no poder explicar más, asintió—. ¡Ja, pero tú sabes cuáles son! ¿No es cierto? ¡Entonces solo tengo que ir detrás de ti!

No dijo nada y simplemente dio un paso hacia una roca a la derecha y empezó a avanzar intercalando rocas. Kohaku encogió los hombros y lo siguió, asegurándose de pisar en las mismas rocas que él pisaba.

El problema llegó con las últimas filas de rocas, las cimas de esas rocas eran más redondeadas, y de repente Senku resbaló.

Kohaku de inmediato se lanzó hacia adelante, tomando sus brazos para intentar evitar que pisara la roca equivocada, pero cuando intento equilibrarse en sus dos pies inconscientemente piso la roca de al lado y de inmediato un estallido de pintura color lila les estalló a ambos, llenando su vestido azul de lila, aparte de la brillantina y los pétalos rosas de antes.

Lograron estabilizarse y ella de inmediato se rio al ver a Senku cubierto de pintura lila y un poco de brillantina y pétalos debido a que en un momento lo presionó contra ella para que no cayera.

—Lo siento —se disculpó, pero sin disimular que se estaba riendo de él, la muy leona descarada.

—Tienes suerte de que tu risa me resulte encantadora —gruñó sin siquiera pensar, con su voz llena de irritación, antes de reanudar su andar.

Llegaron a la segunda pista y tomaron el sobre de la rama del árbol, a lo que Kohaku leyó la segunda pista.

—Hay un pico escondido, úsenlo para encontrar el tesoro —leyó, frunciendo el ceño y comenzando a mirar a su alrededor—. ¿Ves algún pico? Aparte del que traes en la cabeza —se burló un poco.

—Hay pocos lugares donde esconder algo aquí —dijo con desgano—. Debe estar por los árboles. —Podrían haberse esforzado más y no hacerlo tan fácil.

Kohaku empezó a inspeccionar los árboles, dándose cuenta pronto que había un pico camuflado con uno, pintado del mismo color que el tronco.

—¡Ja, tenías razón! ¿Y dónde debo usar esto?

—Se me hizo extraño que fuera un pico y no una pala... y como sé exactamente qué es el tesoro, supongo que esto debe ser una referencia a Minecraft, un videojuego del siglo XXI. —Sonó fastidiado—. No es muy científico, pero explica la presencia de esa ridiculez. —Señaló la lámpara de lava—. Quítala y pica allí.

Por supuesto, resolvieron este desafío absurdamente fácil en un instante y pronto Kohaku tuvo el pequeño cofre con su regalo en sus manos.

—Oh. —Pestañeó, viéndose maravillada por la belleza de la joya.

Aparentemente si le gustaban esas cosas.

Wow, de repente sentía que no la conocía tan bien...

—Aún no pasan cuarenta y cinco minutos. —Senku, decidiendo colocarle el collar más por impulso, tomó la cajita y le hizo un gesto para que se diera la vuelta—. Asagiri Gen mencionó que podíamos usar el tiempo restante en lo que quisiéramos.

—¿Y qué quieres hacer? —Se dio la vuelta, dejándolo colocarle el collar alrededor de su cuello, aunque estuviera llena de pintura, pétalos y brillantina.

Senku sonrió maliciosamente debajo de su máscara.

Se quitó la gabardina, quedándose solo en el elegante traje negro que hizo Yuzuriha.

—¿Qué estás haciendo? —Kohaku lo miró confundida.

—Usa esto y junta tantos pétalos y brillantina como puedas. —Le dio su gabardina manchada de pintura, antes de tomar una rama y acercarse a las rocas.

Hizo estallar otras rocas y Kohaku juntó toda la brillantina y pétalos que pudo hasta que se les acabó el tiempo.

Apenas Gen entró, Kohaku miró a Senku con una sonrisa, como sabiendo lo que quería hacer. Él asintió y Kohaku de inmediato le tiró la gabardina encima a Gen, que chilló agudamente mientras ella se aseguraba de restregarle muy bien los pétalos, la brillantina y la pintura que había quedado en la gabardina.

Senku tuvo que contenerse de soltar una gran risotada.

"¡En tu cara, mentalista!", pensó. Agh, si hubiera sido Ark habría podido decirlo.

Gen volvió al escenario arrastrando los pies y ellos lo siguieron mientras Kohaku todavía reía. Él tuvo que quedarse en silencio, simplemente sonriendo.

Se dio cuenta de que, una vez más, no necesitaron palabras para comunicarse, como muchas veces en sus aventuras del pasado. Esa era una de las razones por las cuales Kohaku se volvió su más confiable aliada, una de las razones por las cuales...

Bien, quizás sí la amaba. Un poquito, ligeramente, más o menos. Todavía había un margen de duda.

El público se estaba riendo a carcajadas por su travesura, y Senku estaba de buen humor, así que sujetó su sombrero e inclinó levemente la cabeza, para luego retirarse junto con una ola de aplausos y aclamaciones de parte del público.

Kohaku lo siguió mientras Gen se despedía del público para cerrar el programa.

—¿Sebastian?

—¿Hmm? —Volteó a verla con curiosidad.

—Siento haber hecho que ensuciaras tanto, lo estabas haciendo bien y yo lo arruine. —Rio con nerviosismo.

—No seas ilógica, te recuerdo que yo fui el que se resbaló y cayó. —Rio entre dientes, antes de reprimirse a sí mismo, recordándose que Sebastian era muy serio.

Kohaku ladeó la cabeza, mirándolo con ojos entrecerrados.

—Oye... —Se acercó un paso más a él—. De casualidad... ¿Trabajas en el laboratorio de Senku? Q-quiero decir... dijiste que eras un científico así que...

Él se tensó por completo, dándole la espalda de inmediato.

—No, no realmente. —Carraspeó—. Tengo mi propia empresa y a veces hago colaboraciones con el laboratorio principal de Tokio. Solo eso. Adiós. —No esperó a que ella le contestara y se marchó a su camerino, cerrando con seguro.

Rápidamente se quitó la molesta máscara y capas de ropa, sintiendo el corazón acelerado.

¿Sospechaba? Lo dudaba. Probablemente lo mataría si se diera cuenta, y... la verdad esperaba que no lo hiciera.

Si ella supiera la verdad, por supuesto que haría muchas preguntas, le preguntaría por qué y... ¿qué se supone que iba a decirle? ¡Todavía tenía el margen de duda respecto a sus sentimientos por ella! Era pequeño, pero existía.

Si ella sospechaba, lo mejor sería sacarle las sospechas de una vez.

Por suerte, con la ayuda de Xeno podría terminar para mañana una versión simple del robot que Whyman controlaría, entonces solo necesitaba estar como Ark y Sebastian al mismo tiempo y de alguna forma hacer creer a Kohaku que él, Senku, estaba en otro lado y darle una prueba de eso.

Hmm, era bastante sencillo, solo necesitaba la ayuda de Gen para ello.

—¿Oh?~ —Cuando Gen entró a su camerino para reclamarle por la travesura que hizo que Kohaku hiciera y Senku le contó su plan, Gen sonrió diabólicamente—. Ay, Senku-chan, después de lo que tú y tu tortolita me hicieron, ¿crees que te ayudaré tan fácilmente?~

—Bien, ¿qué quieres a cambio? —Lo miró con cansancio.

—Hago muchos sacrificios por ti, ya sabes~. —Puso cara de borreguito medio muerto—. Y resulta que mi show está siendo muy famoso y aclamado. Así que~, pase lo que pase entre tú y Kohaku-chan, mi público querrá respuestas. No solo la estamos engañando a ella, también al público, así que, si quieres que te siga dando mi ayuda para encubrir todas tus jugarretas, tendrás que acceder a dar todas las entrevistas, detalles y confesiones de lo que pase en el programa, antes o después de tu relación con Kohaku. Y quiero que lo digas en vivo y en directo.

—No.

—¡Muy bien!~ ¡No te ayudaré! ¡Adiós!~ —Se dirigió a la puerta.

—Espera. —Lo frenó, haciendo grandes esfuerzos para tragarse su orgullo. Crujió los dientes, se dio varias palmadas en la frente y mordió con fuerza su dedo, antes de asentir, derrotado—. Bien, daré tus estúpidas entrevistas. ¿Contento?

—¡Tenemos un trato!~ —Por su sonrisa, Senku se sintió como si hubiera firmado algo con el diablo, pero bueno, era el precio a pagar por haberse cegado por algo tan estúpido como la posesividad hacia Kohaku.

Arreglaron que el miércoles los cinco pretendientes saldrían a la vez y el show recibiría una llamada de Senku, para eliminar cualquier sospecha que Kohaku pudiera tener.

El martes por la noche, mientras trabajaba en los últimos detalles del robot inicial para Whyman junto con Xeno, miraron el programa en el laboratorio con varios otros colegas, viendo la búsqueda del tesoro que hicieron Kohaku y Daisuke.

Yoshio también estaba allí, solo contribuyendo a la molestia de Senku.

—¿Algún problema? —preguntó Xeno cuando Senku rompió un plano entre sus manos al ver a Kohaku con su mano bajo la de Daisuke, los dos muy pegados, todo mientras ella le sonreía y lo halagaba.

—Nada —gruñó, volviendo a pegar el plano con cinta adhesiva y continuando con su trabajo.

Notó que Yoshio lo miraba de reojo, pero lo ignoró, aunque secretamente estaba planeando construir un cohete a toda velocidad para mandarlo a la luna como ingeniero y que no volviera a acercarse a Kohaku, y Daisuke y Titan podrían acompañarlo.

La idea lo hizo reírse por lo bajo, ganándose más miradas extrañadas.

"Da igual", pensó, sonriendo arrogantemente al recordar el modo en el que ella lo miró y cómo le sonrió el lunes. "Ella me ama a mí".

Una parte de él se daba nauseas a sí mismo, pero a otra parte le daba igual.

Si iba a seguir en ese estúpido programa, sería para ganarlo.

El miércoles, vistió al robot de Whyman con la ropa de Sebastian en su camerino y le explicó lo que tendría que hacer por enésima vez.

—Tú solo tienes que quedarte ahí sentado sin hacer ni decir nada, incluso si te hablan. ¿Entiendes?

—Entiendo, pero no veo cómo eso va a ayudarme a entender mejor el comportamiento humano.

—Estarás rodeado de hombres enamorados de una mujer que no les corresponde y con la que no tienen ninguna oportunidad, y de mí. Y tendrás a una multitud alentando a esos idiotas, y a mí. Seguro aprenderás algo interesante. —Terminó de ponerle la máscara y luego le puso el sombrero.

—Muy bien, intentaré aprender todo lo posible y guardaré mis preguntas para después.

—Bien, ahora voy a dejar la puerta entreabierta porque tu robot aún no puede hacer cosas como abrir perillas, cuando te digan que debes salir solo empújala con tu brazo. Yo iré al camerino de al lado.

Dejó a Whyman allí, esperando que todo saliera bien, y fue al camerino de al lado para ponerse el estúpido casco del gran Saiyaman.

Gen llegó al camerino de Ark poco antes de que fuera la hora del programa.

—Todo arreglado, las luces estarán apagadas en el momento de las llamadas y la música sonara fuerte. ¿Seguro que quieres arriesgarte así?

—Sí, sí, yo me encargo. —Intentó rascarse el oído con el meñique, pero el casco se lo impidió. Demonios.

—¿Y sobre qué se tratará tu llamada? Necesitas una excusa.

—Pensé en hacer promoción sobre el turismo espacial —dijo despreocupadamente—. La base estará lista en un par de meses y necesitaremos turistas para que nos den más fondos para crear la ciudad lunar. De hecho, se supone que yo voy a volver y debo llevar a alguien conmigo... —murmuró más para sí mismo, recordando que había estado planeando pedírselo a Kohaku antes de toda esta mierda.

—¡Perfecto! —Los ojos de Gen se iluminaron con picardía—. Esa puede ser la excusa. Dile a Kohaku-chan que la invitas a ella y al ganador a la base lunar para su luna de miel cuando se casen. Si gana otro galán, solo debes ceder tu puesto para que vaya con ella y...

—Cállate, yo voy a ganar —prácticamente le ladró, solo para congelarse al ver la sonrisa triunfante de Gen.

—Sí, seguro que sí. —Le palmeó el hombro con condescendencia—. Sí estás tan seguro, solo invítala.

"Por supuesto que lo haré, mentalista bastardo, ¡y ya verás que irá conmigo!"

Luego de unos minutos, los llamaron al programa y Senku quiso quedarse cerca de Whyman, pero los asistentes les indicaron que al llegar a los taburetes debían sentarse en el orden de siempre, así que tendría que estar lejos de él. Demonios.

Kohaku llegó a esperar detrás del escenario con ellos y Titan quiso platicar con ella de inmediato, el muy desgraciado, pero por suerte la pantalla se abrió en ese momento y entraron al escenario.

Hubo muchos gritos de apoyo para Daisuke, Sebastian y Hiroshi, pero más que nada para Daisuke. Wow, ¿qué le veían al chiquillo iluso? Kohaku lo trataba más como a Suika que como a cualquier otro hombre.

—¡Bienvenidos una vez más! —exclamó Gen una vez Kohaku se sentó en el sillón en forma de corazón y los cinco en taburetes—. Debido a la inmensa popularidad del programa, queremos tenerlos en pantalla tanto como sea posible —se excusó—. Hoy es la cita de Kohaku-chan y Tatsuo y los otros chicos tendrán la oportunidad de ver su competencia de cerca. —Guiñó el ojo—. ¡Pero antes! ¿Tienen algo que decir? —Acercó el micrófono a Kohaku.

—No por el momento, solo que hasta ahora está siendo divertido. —Sonrió genuinamente.

—¿Sebastian-chan, algo que decir? —Acercó el micrófono a Whyman, que por supuesto permaneció en silencio absoluto—. Supongo que no... ¿Daisuke-chan? —siguió con los otros pretendientes, aunque el público parecía amar más al idiota número dos, tanto que le daba nauseas.

—¿Ark-chan, algo que decir? —En el momento en el que Gen llegó a él, Senku decidió hacer algo detestable para hacer enojar a ese público adora chiquillos ilusos, así que le quitó el micrófono de la mano a Gen y señaló directamente a una cámara, asegurándose de poner su sonrisa más despreciable.

—¡Spoiler alert! ¡Yo voy a ganar! —Sonrió confianzudamente, apretando un puño con seguridad.

Kohaku rodó los ojos mientras Gen le quitaba el micrófono a Senku, que se rio al ver las caras indignadas de los miembros del público.

Je, se lo merecían por apoyar a ese enano que quería robarle a su leona.

—Muy interesante, pero bueno, ¡vayamos a la cita de hoy! ¡Kohaku-chan, Tatsuo-chan, vengan conmigo!

Gen guio a los dos aldeanos a la habitación utilizada para estas cosas y les explicó el desafío, y mientras estaban en eso Senku volvió a configurar la nueva cualidad que le dio al casco de Ark, la posibilidad de hacer llamadas.

Aun así, pronto llamó su atención lo mucho que los dos aldeanos se estaban divirtiendo e hizo una mueca de molestia, pero luchó por disimularla.

Gen salió al escenario principal, mirando de reojo a Whyman como Sebastian, que no se había movido ni un poco. Senku también miró al robot, viendo con una mueca lo rígido que estaba.

Esperaba que nadie se diera cuenta...

Los dos aldeanos se divirtieron tanto juntos que se les pasó el tiempo y perdieron su desafío, Gen fue a anunciarles su fracaso y Senku aprovechó que todos estaban concentrados en eso para alejarse unos buenos dos metros de los demás y recostarse en el suelo, fingiendo dormir, cubriéndose los ojos con un brazo.

Kohaku y Titan volvieron al escenario y Gen por fin anunció que recibirían llamadas, por lo que las luces bajaron y una música de fondo empezó a sonar.

Por desgracia, Senku no logró ser el primero en llamar.

—¡DAISUKE, TE AMO! —gritó la voz de una mujer con muy mal gusto.

—Bueno, hola, veo que eres una fan muy entusiasta. —Gen rio nerviosamente—. ¿Tienes alguna pregunta para Daisuke-chan o algún otro?

—No, no, ¡solo quería decirle a Daisuke que si Kohaku-san no lo quiere, yo estoy disponible! ¡Pero Kohaku-san, deberías escogerlo a él! —Un reflector iluminó a la protagonista, mientras que Senku rodaba los ojos desde el suelo.

—Ja, lo tendré en mente. —Kohaku solo sonrió divertida.

"Ni en diez billones de años".

En la siguiente llamada, logró que lo atendieran.

—¿Hola?

—Hola, mentalista —habló susurrando, sabiendo que era imposible que lo escucharan desde el suelo y con la música de fondo, y que además con la oscuridad no notarían que estaba hablando.

—¿Senku? —Kohaku se oyó muy sorprendida.

—Hola, leona —dijo con diversión—. Interesante programa, se ve que te diviertes.

"Más cuando estás conmigo y no con otro de esos idiotas".

Kohaku permaneció en silencio, y pudo ver de reojo que estaba muy nerviosa.

—¿Cuál es tu pregunta, Senku-chan? —preguntó Gen, divertido.

—Es más bien una invitación —murmuró con diversión, disfrutando de ponerla nerviosa—. Están construyendo una base lunar desde hace tiempo, planean terminarla este año como celebración de los cinco años desde el primer viaje tripulado a la luna. Una vez construida, se empezará a invitar turistas espaciales con motivos de financiación. Se supone que yo debo invitar a dos turistas. Ya que el objetivo de la leona es casarse —Soltó una risa seca, sin gustarle para nada decir aquello, más bien conteniéndose de agregar un "conmigo" allí— y ella ya es una astronauta, me pareció correcto invitarla a ir con su futuro esposo. —"O sea, conmigo".

Esperen, ¿desde cuándo quería casarse?

Kohaku palideció, pareciendo quedarse muda.

—¡Gran idea, Senku-chan! —Gen asintió complacido—. Esperemos que Kohaku-chan pueda encontrar a su media naranja aquí y puedan ir a pasar una "luna de miel" literal en la luna. —Rio cantarinamente y Senku no supo si enfadarse o no—. ¡Muchas gracias por tu llamada! ¡Quizás algún día puedas ser un invitado especial al show!

—Quizás. —Rio entre dientes, antes de colgar la llamada.

Bien, con eso debería ser suficiente para disipar sospechas.

Se sentó y todo volvió a iluminarse.

Senku notó con curiosidad que Whyman ahora estaba mirando a Kohaku. Hmm, ¿tendría preguntas sobre ella? O quizás estaba comenzando a sospechar que el motivo de traerlo allí no era tanto por el bien de la investigación y su aprendizaje de la humanidad.

Gen se despidió del programa y Kohaku y los pretendientes se retiraron mientras el público también se iba. Senku esperó a que la mayoría se fuera para ir a ayudar a Whyman a levantarse y guiarlo hasta su camerino.

Bien, esta vez la jugada le salió bien, pero todavía tenía que perfeccionar mucho al robot.

El jueves, mientras trabajaba en perfeccionar al robot, vio el programa para ver qué tanto hacía Yoshio para intentar inútilmente conquistar a Kohaku.

Yoshio estaba dando un gran alarde de sus conocimientos científicos y Kohaku parecía encantada con él, y Whyman no dejaba de preguntarle si estaba intentando romperse los dientes de tanto que los apretaba. Pero entonces vino algo peor, tuvieron que pasar por muchos obstáculos y Kohaku tomó la mano de ese bastardo para que no fuera un lastre, aunque acabó arrastrándolo por toda la sala.

Y, como si ver sus manos juntas no fuera lo suficientemente malo, luego vino algo todavía peor.

—Ups, lo siento. ¿Estás bien? —se disculpó ella por tanto arrastrarlo.

—Sí, sí, descuida. —Tomó aire, y de repente entrelazó sus dedos con ella, haciéndola sonrojarse un poco—. Valió la pena si con eso pude sostener tu mano. —Sonrió ladinamente.

Senku lanzó el control remoto a la pantalla, directo a la cara de Yoshio, agrietando el televisor.

—No entiendo el sentido detrás de esa acción —habló Whyman mientras Senku se sentaba enfurruñado en su silla, mirando con odio a la pantalla.

Kohaku apartó su mano del bastardo, pero eso no lo hizo sentir mejor.

Ignoró las preguntas de Whyman y siguió mirando, ya sin trabajar, y sin importarle las grietas en la pantalla.

En una ocasión, Yoshio dio una explicación bastante acertada de materia oscura y claro que Kohaku no lo entendió.

—O-oh, vaya, eso es muy interesante. —Ella rio, con gotas de sudor bajando por su frente—. Creo que Senku una vez me habló de eso, pero nunca lo... Eh, olvídalo. —Hmm, al menos lo mencionaba... ¡En tu cara, Hoshieda!

—Si hay algo que no entendiste de lo que te dije, puedo explicártelo —le ofreció Yoshio. ¡Hasta sus explicaciones científicas quería robarle!

Vio el programa hasta el final sin quitar su expresión de odio cada vez que veía a Yoshio, pero sin poder evitar reírse un poco una que otra vez ante las locuras de Kohaku.

Era agradable verla, cosa que últimamente no hacía mucho por tanto trabajar.

—Bueno, el mentalista todavía no ha entrado, así que creo que nos queda un tiempo para charlar si quieres —dijo Yoshio una vez acabaron con el desafío—. ¿Por qué no me cuentas algo de ti? Para conocernos mejor y eso.

—Ja. No creo que haya mucho que contar. Trabajo la mayor parte del tiempo... aunque si quieres escuchar de mi sobrinito podría estar horas hablando. —Ambos rieron, haciendo a Senku bufar.

—Bien, ¿y qué hay del programa? Quizás no debería preguntarte esto, pero me da curiosidad... ¿sientes que podrás cumplir tu objetivo de enamorarte?

Kohaku se revolvió, incómoda.

—Quizás —dijo finalmente, y Senku se inclinó en su asiento.

—¿Hay alguien en específico que te haga sentir eso?...

—Yo... —Kohaku volvió a removerse, abrazándose a sí misma—. No estoy segura.

Gen los interrumpió y dio por finalizado el programa, y Senku se quedó pensativo mientras volvía a trabajar sin muchas ganas en el robot.

Maldita sea, Kohaku le estaba dando señales muy confusas. En un momento parecía que solo lo quería a él, como tanto afirmaban sus amigos, pero luego le hacía ojitos y se ponía roja por el idiota número cuatro, ¡¿y se suponía que él estaba mal por no decirle la verdad?! ¡Ella era la que estaba coqueteando con otros y en su cara! ¿Por qué debería ir a confesarle sus supuestos sentimientos si ella pareció olvidarlo tan fácilmente?

Cuando le tocó ir al programa el viernes, en un lago en vez de en el set, le dijeron que fuera más temprano para encontrarse con Kohaku, pero al verla esperando frente al lago, iluminada por los reflectores y con la mirada perdida en el agua, Senku dio media vuelta y se marchó.

Por un momento, al recordar lo feliz que se veía ayer con su pretendiente favorito, perdió todas las ganas de seguir peleando por ella y quiso marcharse.

Sin embargo, mientras más se alejaba de ella, más se preguntaba qué se suponía que haría ahora. ¿Simplemente seguir adelante con su vida mientras ella cumplía sus sueños de casarse y tener mocosos? ¿Algún día lo invitaría a su boda y tendría que soportarlo sin decir nada? ¿Algún día sus mocosos lo llamarían "tío Senku"? ¿Se quedaría sin ella... incluso aunque era dolorosamente obvio que también la amaba?

Se frenó cuando estuvo a pocos pasos de llegar a su auto, tomó una gran bocanada de aire y regreso al maldito lago.

Bien, quizás no existía margen de error respecto a sus sentimientos por ella, quizás sí la amaba, pero todavía no sabía qué tan dispuesto estaba a ceder a sus caprichos de matrimonio e hijos. ¡Porque eso evidentemente era un capricho de ella!

¿Tal vez debería confesar sus sentimientos de todos modos y luego intentar llegar a un acuerdo de que el matrimonio y los hijos podían esperar un par de años? O cinco años... o diez...

Se quedó merodeando a los alrededores del lago, hundido en sus pensamientos, notando que había varias maderas raras como para hacer una balsa en ciertas partes del terreno. Pff, qué fácil, otra vez.

Finalmente, se dio cuenta de que estaba llegando tarde a reunirse con Kohaku y se fue a verla, notándola tensa y disgustada, impaciente por que llegara.

Sonrió maliciosamente, decidido a hacer una travesura típica del detestable Ark.

Caminó a ella de puntas, aprovechando que estaba distraída, entonces la tomó bruscamente de los hombros para sorprenderla.

—¡BU!

—¡WA! —Kohaku reaccionó por instinto tirando un puñetazo hacia atrás.

—¡AUCH!

Fue mientras se retorcía en el suelo sujetando su estómago que se dio cuenta de que, de hecho, eso fue una pésima idea.

¡¿En qué diablos estaba pensando?!

—¿Se puede saber dónde estabas? —Kohaku cruzó los brazos mientras miraba con fastidio a Senku, que recién se estaba recuperando del golpe.

Maldición, ella golpeaba fuerte. No entendía cómo Chrome seguía vivo.

—Estudiando el terreno. —Sacudió sus pantalones y se puso de pie con dificultad—. Lamento la demora.

—¿Estudiando el terreno? —Kohaku no lo entendió para nada.

—Ajá, nos pedirán construir un bote así que...

—¡Ark-chan, los spoilers no son permitidos! —dijo Gen desde un parlante en la zona—. ¡Bueno, parece que ya no es ningún secreto el desafío que deben enfrentar nuestra parejita de hoy! ¡En el lago hay diminutas islas de pocos metros de ancho, y una de ellas contiene el tesoro! El regalo que Ark-chan trajo para Kohaku-chan, por supuesto. Para llegar a las pequeñas islas, deberán construir un bote con sus propias manos, o bien utilizar cualquier medio que puedan para llegar al tesoro, también pueden nadar si así lo quieren, ¡pero en el lago hay peligrosas pirañas devora humanos que los dejarán fuera del juego!

—¿Hablas en serio? —Kohaku miró fijamente a una cámara.

—No, son robots, claro. —Rio divertido—. Se los encargué a nuestro querido Dr. Xeno. ¡Un aplauso para él, por favor!

¿Oh? ¿Xeno colaboró con el programa? Qué raro que no lo mencionara, aunque quizás fue porque estuvo con un humor horrible estos días.

—Los robots pirañas están hechos con lo último en tecnología. —Se escuchó a Xeno en los parlantes—. Como muchos saben, en los últimos años hubo un enorme avance tecnológico gracias a los conocimientos brindados por Whyman, y estas máquinas poseen cierta inteligencia artificial capaz de imitar comportamientos animales, para crearlos también tuve la ayuda de la formidable Dra. Elise Coutta, aclamada científica especializada en neurociencias. Aunque claro, las pirañas reales no tienen mucho interés en morder seres humanos, pero estas sí.

—Y sí los muerden al menos cinco veces —Gen continuó con el discurso— quedará registrado en una computadora, y perderán el desafío~ —canturreó—. Si pierden, Ark-chan recibirá un castigo la próxima semana en consecuencia.

—La fuerza de la mordida es leve, los dientes son de un material similar al cartón —siguió Xeno—, pero quedará registrada toda mordida sin falla. El robot es en esencia un simple juguete capaz de nadar en el lago solo unos metros debajo de la superficie, pero su I.A le permite cazar a su presa y buscar morderla con desesperación. Y su presa, son ustedes. —Mierda, eso sonaba increíblemente interesante.

Quizás, dándole al robot de Whyman una I.A parecida a la de esas pirañas, podría darle un soporte aparte de la I.A de Whyman para controlar los movimientos, como sistema complementario, ¡y así mejoraría por mucho la movilidad! ¡Oh, necesitaba ponerle las manos encima a esas cosas!

—Tengo que atrapar una de esas cosas y desmantelarla para estudiar sus circuitos —murmuró soñadoramente, casi lanzándose al lago de no ser porque Kohaku tomó su muñeca, rodando los ojos.

—Eres como un niño —se burló, riéndose un poco.

—Muy bien, muy bien, se nota que están ansiosos de empezar~ —canturreó Gen—. ¡Muchas gracias al Dr. Xeno y a la bella Dra. Coutta por haber participado en el episodio de hoy! ¡Un fuerte aplauso! ¡Y ahora sí, vamos con nuestra última parejita de la semana! ¡Ark-chan, Kohaku-chan, tienen 45 minutos para encontrar el tesoro! ¡Mucha suerte!~

Unos asistentes dejaron unas mochilas cerca de ellos, y cuando Gen terminó de hablar fueron a revisarlas.

—Un bote en 45 minutos, Asagiri Gen no tiene piedad. —Senku rio por lo bajo mientras revolvía cosas en su mochila—. O eso diría si no hubiera estado ya explorando la zona. —La verdad, Gen se lo dejaba demasiado fácil.

—¿A qué te refieres?

—No son idiotas. Ya no hay sol, y esos reflectores solo iluminan las cercanías del lago. No es fácil hacer un bote desde cero, al menos no en cuarenta y cinco minutos. Hay algunos árboles de tilo cerca de aquí, un buen tronco para crear un bote rápido solo tallando, pero incluso así tardaría mucho. No soy un artesano y supongo que tú tampoco, e incluso luego de tallarlo hay que pasarlo por encima del fuego para asegurar que funcione correctamente. Es por eso que nos dejaron un montón de troncos de tamaños específicos para que hagamos una balsa rápida. Seguramente querían que camináramos perdidos por ahí buscando materiales un buen rato antes de darnos cuenta. —Sonrió descaradamente a la cámara, burlándose del equipo de producción y en especial de Gen por su pésimo intento de desafiarlo.

—¿Cómo estás seguro de eso? —preguntó Kohaku.

—Nos dejaron cuerdas —le dijo, sacando un par de rollos de hilo de la mochila—. Y clavos y un martillo para darle más seguridad a la balsa. —También le mostró eso—. Es evidente. —Cerró la mochila y se la cargó al hombro—. Encontré varios troncos, no todos, así que tendremos que buscar un buen rato. Mejor empezar. Sígueme.

Aunque con mala cara, Kohaku lo siguió.

Le enseñó todos los troncos que habían sido dejados por los productores y, una vez supo cómo eran, Kohaku encontró fácilmente el resto gracias a su gran visión. Luego se pusieron manos a la obra para construir la balsa.

—También deberíamos tener remos —dijo él, dejando dos ramas gruesas cerca de Kohaku—. Ataré dos rocas a los extremos, les daré una forma similar a una pala y con eso debería bastar.

Tardaron poco más de veinte minutos en tener todo listo, todo mientras Senku parloteaba sobre las primeras canoas que construyó la humanidad para mantenerse en personaje, aunque la verdad era que ese tema lo emocionaba mucho y sabía que era del agrado de Kohaku, ya que ella era de una aldea del agua, así que dejó que su lengua se desatara libremente, feliz de que ella se viera interesada en su parloteo.

Oh, sí, definitivamente no había margen de duda.

Una vez terminada y asegurada la balsa, Kohaku la colocó en el agua y ambos vieron con emoción que flotaba sin problemas en el agua.

—¡Lo logramos! —exclamó felizmente.

—¡Todo gracias a tu eficiente trabajo! Nada mal, leona.

Kohaku se congeló por completo.

Senku se congeló por completo.

Aunque claro, rápidamente se dio una bofetada mental y se dirigió a la balsa, intentando fingir que no estaba al borde un ataque de pánico.

—¿Qué?... —Ella volteó lentamente hacia él, que estaba probando la balsa apoyando un pie en ella, evitando mirarla mientras muchas gotas de sudor frío le corrían por el rostro—. ¿C-cómo me... llamaste?

—¿Mmm? —"Eso, hazte el tonto, hazte el tonto y piensa en una excusa, ¡piensa, maldición!"

—¿Me dijiste... "leona"? —preguntó, atónita.

Estaba jodido, jodido. ¡Qué imbécil, imbécil, imbécil era! ¡Gen le advirtió mil veces que cuidara su bocota!

Cuando estaba a punto de inventarse que su cabello era parecido a una melena, de repente recordó la llamada que hizo el miércoles. ¡Eso, esa era su salvación!

—Sí. —Encogió los hombros, aparentando tranquilidad—. El científico importante ese te dijo así el otro día en su llamada, ¿no? —Y gracias al cielo que hizo esa llamada o ya estaría jodido.

—¿Hablas de Senku? —preguntó en un susurro. Él asintió—. Oh, eso... E-eso es algo que solo Senku me dice y... ¡y no me gusta! —Cruzó los brazos—. No me llames así.

—Oh, ¿te molesta el apodo? —Ella asintió solemnemente—. Muy bien, en ese caso... seguiré diciéndotelo. —Rio descaradamente, en parte porque le gustaba molestarla y en parte por seguir en personaje.

Además, no podía negar que siempre le gustó decirle leona, ya que ella diez billones por ciento seguro era una, y mejor insistir en llamarla así en caso de que volviera a escapársele el apodo.

—No. —Ella dio un paso amenazante hacia él, que retrocedió, sorprendido, nada acostumbrado a que ella intentara intimidarlo—. No puedes llamarme así —recalcó, con voz muy seria—. S-solo Senku me dice así. —Apartó la mirada, apretando los puños.

Por alguna razón, de repente su ritmo cardiaco aumentó al escucharla decir eso y verla en esa pose tan transparente, casi frágil.

¿Sería que secretamente siempre le gustó que le dijera así?

Por alguna razón, eso le dio unas ganas casi incontenibles de besarla.

—Hay algo de mí que no sabes... —dijo casi sin pensar, comenzando a acortar la distancia entre ellos—. Yo... —Se inclinó, dejando que su casco estuviera casi rozando con la nariz de Kohaku, y de verdad tuvo que apretar los puños para contenerse a sí mismo de hacer algo estúpido como besarla. Mejor hacer otra cosa estúpida, como Ark, molestarla y de paso asegurarle que no pensaba dejar de llamarla así—. Debes saber que a mí... me encanta molestar a la gente, leona. —Sonrió de forma absolutamente despreciable y burlona.

Kohaku se vio increíblemente molesta, cosa que lo hizo sentir complacido porque demonios que era adorable cuando se enojaba, pero entonces ella sonrió dulcemente, confundiéndolo, justo un segundo antes de que le clavara una patada en la mandíbula, lanzándolo a la balsa de espaldas.

Senku cayó en la balsa con la boca abierta y el dolor quemándole con fuerza en la cara. ¡AUCH! ¡¿Qué demonios?! ¡Ella jamás lo golpeaba! Ella... Ella no sabía que era él y... y ahora ya sabía cómo se sentía Chrome.

Maldita sea, ¿cómo es que Chrome seguía vivo? Debía ser más resistente de lo que todos pensaban.

—¡JA, es bueno ver que la balsa funciona! —Kohaku se subió con los dos remos, sentándose junto a Senku, que estaba frotando su mandíbula con una mueca.

—Tienes mucha fuerza, leona. —Ok, quizás no debió haber hecho eso. Kohaku le dio con el palo del remo en la cabeza—. ¡AGH!

Wow, sí alguien lo viera, como Senku, le quitarían el título de una de las personas más inteligentes del mundo.

¿Lo peor? Todavía creía que ella se veía absurdamente linda cuando se enfadaba. Realmente asqueroso.

—Ponte a remar, tenemos que explorar las islas.

—Menos mal que son pequeñas —murmuró, todavía con voz adolorida.

Mientras remaban intentó capturar pirañas robots para estudiar su I.A y componentes, cosa que le ganó muchas miradas molestas de Kohaku. Al final, solo pudo conseguir dos pirañas funcionales y una destrozada.

—Confórmate con eso y ponte a remar —le ordenó Kohaku, muy enfadada... y muy bonita.

—Como tú digas, leona.

Kohaku le estrelló el remo en el estómago y él se maldijo a sí mismo otra vez.

Cielo santo, luego la buscaría como Senku y le diría leona diez billones de veces, no había estado apreciando como debería el privilegio que tenía de llamarla como quisiera y no ser golpeado. Y eso conservando la cara linda que hacía cuando se enfadaba.

Agh, de nuevo estaba sonando repugnantemente enamorado, como se odiaba.

Les tomó solo unos cuantos minutos que Kohaku, con su vista tan buena, encontrara el regalo que preparó para ella como Ark.

—Es... ¿una canasta?

—Je, lo encontraste. —Ahora él estaba recostado en la balsa con los brazos tras la cabeza, aparentando estar holgazaneando, aunque en realidad solo estaba descansando su cuerpo adolorido por tantos golpes—. Ese es mi regalo para ti, sí.

Llegaron a la pequeña isla con un solo árbol y varios arbustos con flores coloridas, y ella tomó la canasta que estaba semi-oculta por las flores.

Senku sonrió felizmente al ver sus ojos iluminarse apenas sintió el aroma de la comida.

—Bueno, nos quedan como ocho minutos. —Sacó una manta de la mochila y la tendió en el césped—. Tengamos un picnic, ¿te parece?

Kohaku accedió, se sentó junto a él y sacó varias fuentes de la canasta, luciendo muy feliz por todas las comidas que encontró. Senku hubiera querido traer solo sus favoritas, pero sería sospechoso.

—C-carne... —Baba empezó a chorrear por la boca de Kohaku, ya que igual en la canasta habían cosas que sabía que le gustaban mucho.

—Tengo un termo con agua caliente para esta porquería poco saludable. —Ugh, cómo le dolió decir eso de su precioso ramen, pero no quería que sospechara—. Come rápido, yo solo comeré esto, lo demás es para ti, es tu regalo.

Kohaku no perdió tiempo en lanzarse a comer el ramen como una desesperada, casi llorando de gusto.

—¡Este regalo es el mejor de todos! —exclamó, terminando el plato de ramen y pasando al bistec.

Senku tuvo que suprimir su sonrisa complacida.

—Escuché cuando hablaste con el idiota número dos —dijo de pronto—. Dijiste que te gustaba la carne de res, así que te traje esto —se excusó para eliminar cualquier posible rastro de duda—. Es mejor un regalo con la garantía de que te gustaría. —Kohaku se detuvo de comer por un momento, mirándolo con ojos brillantes y él sintió otra aceleración inexplicable de su corazón—. Después de todo, necesito que te enamores de mí para ganarme ese viaje a la luna que dijo el científico ese. —Volvió a sonreír con descaro, intentando disipar esa sensación mientras seguía en personaje.

Kohaku rodó los ojos y volvió a llenarse la boca, pero no parecía estar molesta, la sonrisa no se le iba del rostro mientras comía, incluso aunque él empezó a hablar arrogantemente de su victoria para seguir viéndose insoportable, ella siguió feliz, cosa que le devolvió un poco de paz a su mente.

Quería creer que solo él podía hacerla así de feliz, que solo él la conocía tan bien, que no podrían reemplazarlo y robarle su lugar.

Porque estaba comenzando a entender que su lugar era estar siempre junto a ella, su leona.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaa :D

Gracias a ZcaretZ por patrocinar este capítulo! Ojala te haya gustado! :3

Bueno, aquí tienen más del POV Senku! owo

Y qué les pareció? Aburrido? Si está aburrido díganme y en el siguiente capitulo lo haré todo super resumido y ya seguiremos la historia principal D:

Si les gusto y quieren más detalles del POV Senku, díganme y quizás hayan dos o tres capítulos más de POV Senku *w*

La decisión depende de ustedes :'D

En fin, muchas, muchas, muchas gracias a todas las maravillosas personitas que apoyan este fic!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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