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Campamento (Parte 3)

Finalmente llegó, el último día de desafíos antes de la gran final donde Kohaku tendría que tomar la decisión más esperada en el mundo post-petrificación.

Como en el programa grababan un día antes, realmente era jueves para ellos, pero fingían que era un viernes y por lo tanto día del quinto galán, la oveja negra, Ark. Para los televidentes sí era viernes, sin embargo, y todos estaban ansiosos por ver el último episodio de competencia entre los cinco galanes.

Como Kohaku solo se tuvo que quedar hasta el jueves en el campamento, el viernes por la noche estuvo libre y, aunque su mente era un caos, de igual forma decidió ir a ver el programa junto con Suika y Amaryllis a la mansión Nanami, donde Luna de inmediato se le sentó al lado y empezó a lanzarle montones de preguntas respecto a los galanes mientras esperaban a que terminaran los quince minutos de publicidad.

—¡¿Segura qué no puedes decirme a quién quieres elegir?! ¡Te prometo que guardare el secreto! ¡Pero bueno, también me conformó con saber más de Hiroshi! ¡¿Hay algo que no muestren en el programa?! Si no lo elijes, ¡¿podrías presentármelo?!

—Luna, creo que ella debe estar cansada, no sé si sea muy buena idea que le hagas tantas preguntas —intervino Sai con una sonrisa nerviosa, aunque en el fondo también tenía ganas de hacer algunas preguntas, pero se controlaba.

—No deberías molestarte, no quiso decirle nada a nadie —masculló Amaryllis, desanimada—. Tendremos que esperar hasta el lunes para saberlo.

—Lunes o martes —dijo Kohaku—. Gen no está seguro de sí alcanzaré a tomar la decisión final el lunes, ya que tiene que entrevistarnos a los seis y todo eso. La verdad no entendí muy bien.

—Bueno, es bueno tener aunque sea ese detalle de lo que se viene —murmuró Luna, intentando controlar sus ansias de preguntar más y más.

—Oh, ya va a empezar —señaló Suika, haciendo que todos los ojos se pegaran a la pantalla de inmediato.

Gen apareció en el escenario en medio del claro del bosque con los brazos extendidos, acompañados de la experta en el amor y con los galanes y Kohaku al fondo.

—¡Bienvenidos a un nuevo episodio de Juego de Citas! ¡Y es uno muy especial! ¡Como ya muchos saben, este es el último episodio de desafío para nuestros protagonistas! ¡Es su última oportunidad para intentar impresionar a Kohaku-chan y ganarse su corazón antes de que ella tenga que tomar su decisión!

—¡Debe elegir a Daisuke! —gritó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, al igual que muchas otras personas en el público.

—Ya hemos desayunado y estamos a punto de empezar el último análisis psicológico del programa~ —canturreó Gen—, pero antes. ¿Querrían darnos unas palabras? —Acercó un micrófono a Ark.

—No tengo mucho que decir, solo que estoy ansioso porque llegue el día en el que la leona finalmente me dé la victoria para poder largarme de aquí de una vez. —El quinto galán sonrió con arrogancia, ignorando la mala mirada de Kohaku, Hiroshi y Titan.

—Yo quisiera pedirle a la gente que mantuviera unas expectativas moderadas —murmuró el cuarto galán, mirando seriamente a la cámara—. Si tu galán favorito no gana, no te enojes, recuerda que la decisión es de Kohaku y nadie puede mandar al corazón ajeno, a veces ni siquiera se puede mandar al corazón propio. —Apartó la mirada, con ojos nostálgicos.

—Ay, ¡cómo lo amo! ¡Él tiene que ganar! —lloriqueó Luna, aunque secretamente deseaba quedárselo para ella.

—¡Yo daré mi mejor esfuerzo! —exclamó Titan, luciendo una sonrisa emocionada e ilusionada.

—Y-yo me siento muy honrado de haber tenido una oportunidad de participar, siempre le agradeceré a Kohaku por haberme tomado en cuenta —susurró Daisuke tímidamente, con la cabeza gacha.

Sebastian prefirió no hacer ningún comentario.

—¡Muy bien, estamos listos para comenzar! —Gen dio un gran aplauso y la cámara saltó a una hora después, viendo a Kohaku ceñuda sentada junto a los cinco galanes, con la doctora Elise y Gen frente a ellos con otro proyector para mostrarles de nuevo los test ya grabados.

La cámara cambió a una habitación oscura con solo un par de luces iluminando a Sebastian y Kohaku, que estaban sentados en dos sillones blancos de apariencia cómoda.

—Ahora entraran en una sesión de debate —dijo Elise, que estaba detrás de la cámara principal encargada de filmarlos—. Kohaku tomará la posición defensiva del tema en cuestión, buscando defender la validez del tema, mientras que Sebastian tomará la posición contraria, buscando destruir el tema con sus argumentos. Deben tomarse muy en serio sus posiciones de defensa y ofensa, ya sea que estén de acuerdo con el tema o no.

—¿Y cuál será ese tema? —preguntó Sebastian.

—El tema para ustedes es... la creación de una IA súper avanzada capaz de gobernar a toda la humanidad con su imparcialidad y con el bienestar humano como máximo objetivo. Tienen cinco minutos para plantear sus posturas.

—¿IA? —Kohaku ladeó la cabeza, antes de que sus ojos se iluminaran—. ¡Oh, ya entiendo! Es esa cosa de la que Senku me habló. La inteligencia artificial, eso que permite que Whyman sea inteligente como una persona, aunque no es una persona.

—Correcto. —Sebastian sonaba extrañamente orgulloso de que ella supiera identificar el tema del debate—. Ahora bien, una inteligencia artificial gobernante sería totalmente inconcebible para la humanidad actualmente. Las masas nunca aceptarían una máquina como gobernante supremo, menos si es para todo el mundo. Sin mencionar que les quitaría la inmensa mayoría de trabajos a las personas, dejando a la humanidad vacía de un propósito. La gente aburrida y desprovista de luchar por su necesidad de trabajar para vivir buscaría un motivo para llenar sus existencias, lo cual llevaría a una revolución que devolvería las cosas a su estado anterior, dejando inutilizada a la IA gobernante.

—W-wow, ni siquiera entendí del todo qué fue lo que dijo. —Kohaku empezó a sudar frío—.

—Ni yo —murmuró Luna, con los ojos en espirales.

—Veamos... Tengo que defender esta idea... E-entonces, creo que si una criatura como Whyman gobernara la Tierra, tendría que ser por algo, ¿no es cierto? Whyman intenta entender a los humanos, y si un día pudiera entenderlos u otra máquina parecida quisiera entendernos, quizás no sería muy diferente a un gobernante humano. Si aprenden de los sentimientos que tenemos y usan la ciencia para ayudar a toda la humanidad, ¡seguro que serían buenos gobernantes!

—La ciencia no está hecha para gobernar a los humanos, sino para ofrecer soluciones a problemas cotidianos y misterios del universo. No es el campo de la ciencia gobernar. Si una inteligencia artificial gobernara, solo podría ver las vidas humanas como variantes en una ecuación, meras cifras. Además, sería una pérdida de tiempo. Se necesita ver la subjetividad de cada caso a la hora de gobernar y mantener el orden, y las máquinas solo pueden ser completamente objetivas. No verían la imagen completa, gobernaría la lógica y, aunque en un principio suene razonable, muchas veces no es lo mejor.

—¿Por qué no? —preguntó Kohaku—. Sen... Conozco a alguien que siempre quiere hacer todo por pura lógica, porque confía en lo que es más razonable. Si el mundo fuera gobernado por la lógica, las cosas serían mejores, eso parece ser lo más obvio.

—Te pondré un ejemplo rápido. La IA gobierna todos los aspectos de nuestra vida, ya que el razonamiento de muchos es como el tuyo, que al ser la IA tan lógica e imparcial hará solo lo mejor. Un día una mujer roba unas joyas por estar ebria y la capturan unos policías. La pena por robar esas joyas es de cinco años de cárcel, estar ebrio no es una excusa. Sin embargo, la mujer había bebido por una despedida de soltera, ya que iba a casarse con el padre de su bebé de tan solo un año de edad. La IA también manda sobre los juicios y su lógica es que el que ha cometido el crimen debe pagarlo.

—Pero...

—La IA no escuchara excusas —dijo Sebastian con total frialdad—. La lógica dicta que, si cometiste un crimen, debes cumplir la condena. Cinco años de cárcel por un robo en estado de ebriedad de una madre que estaba a punto de vivir el día más feliz de su vida, dejando a su bebé de un año solo con el padre devastado. ¿Crees que se lo merece?

Kohaku se mordió el labio, sintiendo sus ganas de defender a la IA disminuir significativamente.

—No —contestó lentamente—. No lo creo, pero... quizás la gente entienda que una IA no debe mandar sobre juicios, pero pueden mandar en otros aspectos y no serían una mala opción. —O eso creía.

—El máximo objetivo de la IA es el bienestar humano. ¿Qué tal si un día la IA decide que los humanos no deben beber ni fumar?

—Bueno, es cierto que es dañino, aunque me guste beber si es por el bien común lo dejaría —aseguró.

—¿Qué tal si un día la IA decide que viajar en auto es demasiado peligroso? ¿Qué tal si decide que salir a las calles es demasiado peligroso? La IA podría imponer un toque de queda, porque es la manera más lógica de mantener a las personas a salvo. Gobernaría absolutamente nuestra dieta, nuestras rutas, nuestros hábitos, controlaría cada aspecto de nuestra vida para asegurar nuestra protección.

Kohaku de nuevo se sintió acorralada.

—Bueno... si es una IA tan avanzada, seguro entendería que los humanos no podemos vivir así. Whyman está aprendiendo muchas cosas, creo que podría. Y si quiere cuidar nuestro bienestar, en eso también entraría nuestra felicidad. No podría hacernos esas cosas si ve que no somos felices.

—Es impresionante, Kohaku-chan realmente le está dando batalla a Se... Sebastian —dijo Ukyo, tan impresionado como su esposa al ver que una chica que era más actuar que pensar estaba sosteniendo un debate decente contra un genio.

—Realmente no conocemos el límite de aprendizaje de una Inteligencia artificial... —murmuró Sebastian, oyéndose pensativo—. Por el momento, lo más avanzado que hemos conocido es a Whyman, como tanto mencionas, y sin duda lo que más le cuesta entender es el aspecto emocional de la humanidad.

—Habla de Whyman como si lo conociera —señaló Luna, por primera vez sospechando que había algo raro con Sebastian—. Creí que solo Senku y su equipo de científicos más allegados podían hablar con él.

—Creo que Sebastian mencionó que trabaja en los laboratorios de Senku o algo así —murmuró Kohaku, comiendo alitas de pollo de un envase que le dio Francois—. Quizás alguna vez lo vio o alguien le habló de él.

—Si tú lo dices. —Ryusui rio misteriosamente.

—Si llegara una IA capaz de entender a la perfección las emociones humanas —siguió hablando Sebastian—, sería difícil determinar cuál es la diferencia entre la vida artificial y la vida natural. La diferencia entre la conciencia humana y una conciencia artificial. ¿Cuál sería el límite que define a un humano? ¿Podría una máquina superar ese límite y rebasar al ser pensante natural como forma de ser consciente? Es un tema muy emocionante. —Rio entre dientes mientras Kohaku lo miraba muy atenta—. Pondría en duda el valor de la vida humana o la vida inteligente natural. Más si, aparte de entender los sentimientos, las IA pudieran además desarrollar sentimientos. Es muy complejo.

—Wow, nunca lo había pensado de ese modo. —Kohaku tenía los ojos brillando con interés—. ¿Tú crees que pueda llegar a pasar?

—Teniendo en cuenta que...

—¡Lo siento, se les acabaron los cinco minutos!~ —Justo en ese momento, Gen los interrumpió—. Gracias por tu tiempo, Sebastian-chan. ¡Seguimos con Daisuke-chan!~ —En ese momento pausaron el video para que la Dra. Elise pudiera dar su análisis.

—¡Vaya! ¡Es realmente impresionante! —expresó la doctora, notándose interesada y colocándose una mano en el mentón—. Se entienden muy bien, ni siquiera parecía un debate. Realmente podrían tener una muy buena relación, pues, aunque estén en desacuerdo, llega un punto en el que no se exaltan, ni llegan a tener una pelea. Lo más típico es ver personas que pierden los estribos al ver que el otro está en una postura contraria, lo que hace que se vuelvan toscas las respuestas que toman. —La neurocientífica parecía fascinada—. Tienen mi aprobación como una pareja eficiente y funcional, podrían entenderse bien en una relación, aunque esto también podría ser porque Sebastian no toma una conducta tosca para llevar la contraria porque quiere ganar, pero eso lo dejaré a criterio de Kohaku.

—Él podría ser tu pareja perfecta —habló Amaryllis, codeando a Kohaku, que se sonrojó levemente.

Reanudaron el video, Daisuke entró y le explicaron lo que tendría que hacer ahora, poniéndolo muy nervioso.

—En este caso te toca estar en contra del tema, mientras que Kohaku lo defenderá —dijo la doctora Elise—. El tema es... la igualdad entre hombres y mujeres. Empiecen a debatir.

Daisuke se congeló un buen rato, mirando a la cámara como ciervo mirando a los faros de un automóvil dirigiéndose a toda velocidad hacia él.

—¡Ja, pues yo empezaré! —Kohaku tomó la iniciativa—. ¡Obviamente hombres y mujeres debemos ser iguales para la ley! Ahora que trabajo como policía, he aprendido mucho de ello. Cuando una mujer comete un crimen, me suelen enviar a mí a detenerla porque los hombres temen hacerle daño, ¡pero yo trató a las mujeres criminales como trató a los hombres criminales! Dependiendo de su crimen y de la resistencia que pongan, soy igual de dura con hombres o mujeres. Se debe mantener la paz que tanto nos ha costado conseguir ahora que están trayendo a tanta gente moderna.

—Bu-bueno... Biológicamente hablando, sería ridículo... quiero decir, sería poco creíble decir que hombres y mujeres son iguales —dijo Daisuke con voz empequeñecida.

—Veo que está escogiendo muy bien sus palabras, qué miedoso. —La señora Saionji rio divertida ante el obvio temor del más joven de los galanes.

—P-por lo general, hombres y mujeres tienen marcadas diferencias muy obvias. Estructuralmente y reproductivamente hablando. —Carraspeó, incómodo—. Y... y bueno, las mujeres tienden a ser más... débiles físicamente y tienden a tener una mentalidad más emocional que los hombres.

—¡Ja, eso no puede ser cierto! ¡Yo misma no encajó en eso! —Kohaku rio divertida.

—Bueno, hay excepciones, pero biológicamente hablando... —Daisuke perdió el valor para seguir hablando de pronto—. L-la mayoría de mujeres... Q-quiero decir... Es un hecho comprobado que... Emm... —Se sonrojó profundamente y pareció indispuesto a seguir hablando.

—Sí, sí, las mujeres somos por lo general más emocionales, cielos, todos lo saben, no te van a crucificar por eso. —La señora Saionji rodó los ojos, comenzando a perderle la paciencia al segundo galán.

—¡He conocido a muchas mujeres muy fuertes! —Al ver que Daisuke seguía tartamudeando, Kohaku aprovechó para intentar ganar el debate ya que Sebastian la dejó casi sin argumentos—. ¡Aunque yo admito que tenemos nuestros límites y hay hombres que destacan por encima de nosotras en fuerza física, eso no quiere decir que seamos más débiles! ¡Tenemos otras fortalezas! Entrenando y dando todo de ti, puedes lograr grandes cosas. ¡Yo logré una gran velocidad y soy la persona más rápida que conozco! ¡Además, también soy muy ágil y flexible, en eso ningún hombre me supera, aunque sí otras mujeres, como Homura! —admitió sin pena—. Y ser emocional tampoco es malo, aunque muchas veces no lo soy, muchas veces es necesario expresar tus sentimientos, ¡cuando necesito abrazar a alguien que amo, simplemente lo hago! He visto muchos hombres que, aunque se mueran por un abrazo o palabras de consuelo, siguen de tercos y se ahogan en sus sentimientos reprimidos. —Negó con la cabeza, pensando específicamente en Senku—. ¡Hombres y mujeres son diferentes, pero siempre debemos respetarnos como iguales!

Después de ese discurso tan motivador, Daisuke se vio incapaz de pensar en algo que decir, solo tartamudeo un buen par de minutos antes de que le pidieran retirarse e hicieran pasar a Titan, por lo que pusieron pausa otra vez para el análisis.

La neurocientífica se quedó callada por un momento, y dio una vuelta girando sobre sí misma:

—Eso fue un debate unilateral casi desde el principio, eres demasiado vulnerable y manipulable, y lamento mi sinceridad —afirmó mirando a los ojos a Daisuke—. No puedes mantener una relación con una persona a la que le tienes miedo. No puedes mirar con temor a tu pareja porque esa persona sentirá que puede hacer lo que quiera contigo y te dañará constantemente, incluso aunque no sea su intención. Debes tener la fortaleza para demostrar que eres lo suficientemente fuerte para defenderte y eso es lo más importante.

—Creo que este programa acabara con mi autoestima... —murmuró Daisuke en el confesionario, luciendo muy deprimido.

—Eso es justo lo que la doctora está intentando que mejores con respecto a una posible pareja —opinó la señora Saionji, a lo que Ukyo asintió solemnemente.

—¡Esa doctora es una arpía! —gritoneó la cuñada del matrimonio con cinco hijos.

Se reanudaron las grabaciones.

—Esta vez Kohaku estará en contra y Titan estará a favor. El tema del que deben debatir es... la eutanasia.

—¿Qué es eso? —preguntaron los dos aldeanos al mismo tiempo.

—La eutanasia es una intervención médica para darle fin a la vida de una persona, caracterizada por la intención de acelerar la muerte para evitar el sufrimiento —explicó Elise—. También se le llama suicidio asistido y suele hacerse mediante una inyección letal que, con el consentimiento del paciente, provoca su muerte de forma rápida e indolora.

Tanto Kohaku como Titan acabaron con las mandíbulas flojas, mirando horrorizados a la doctora.

—¡Eso es horrible! —aseguraron los dos aldeanos.

—¡¿Quién podría estar a favor de eso?! —gritó Titan—. ¡No está bien ayudar a la gente a morir!

—Eh... Normalmente es porque tienen una enfermedad terminal o alguna lesión que no puede curarse y les impide disfrutar de sus vidas, así que... —Gen intentó explicarles, pero fue interrumpido.

—¡Pero tenemos la sanación de la petrificación! —exclamó Kohaku—. ¡No es necesario, no hay excusa!

—¡Sí, habría que estar loco para querer apoyar esa cosa! —Titan no quería tomar su papel a favor del tema planteado.

Por más que Gen y Elise intentaron darles algunas explicaciones y convencer a los aldeanos de debatir, estos no dieron su brazo a torcer y se pausó el video cuando pasaron al turno de Hiroshi.

—Bueno, innegablemente ambos estaban de acuerdo. Así que es evidente que, al menos en líneas generales, se llevan bien y tienen opiniones similares, eso es algo beneficioso en una relación —aseguró Elise con aburrimiento, encogiéndose de hombros.

Volvieron al video.

—Una vez más, Kohaku tomará la posición en contra, y Hiroshi estará a favor. El tema que deben discutir es... la pena de muerte.

—He oído de ese tema —masculló Kohaku, con seriedad mortal—. Lo discuten constantemente en la jefatura donde trabajo. Aparentemente en el Japón del siglo XXI se practicaba y se está discutiendo si volverán a aceptarla. Ja, me parece bien estar en la posición contraria, porque no apoyó esa cosa.

—¿Entonces para ti está bien que un hombre que mate a su esposa e hijos tenga permitido vivir y tal vez incluso volver a las calles? —preguntó Hiroshi, con voz muy seria.

—Matarlo tampoco es necesario. —Kohaku apretó los puños con fuerza—. No con la ciencia de nuestro lado. Existe la petrificación, se puede...

—Oh, ¿entonces crees que todos merecen por igual el derecho a la vida a pesar de los crímenes atroces que han cometido?

—Yo misma he estado dispuesta a matar a quien sea necesario por el bien común en algún momento de mi vida —reconoció Kohaku, alzando mucho la barbilla—, pero Senku me enseñó que siempre hay otra forma. Con la civilización moderna, con la ciencia, siempre se puede...

—¿Y qué hay cuándo se meten con lo más sagrado de la humanidad? —rebatió Hiroshi, con la mandíbula tensa—. Tú no has vivido la era moderna, no tienes idea de lo que son capaces los seres humanos. ¿Has escuchado del mercado negro? ¿Sabes quién fue Furuta Junko? ¿Tienes idea de los millones de familias destrozadas por el tráfico de personas?

—No... No sé de qué hablas —admitió Kohaku, aunque debía admitir que estaba algo asustada por el tono tan lúgubre con el que estaba hablando Hiroshi—. Pero he pasado hambre, he pasado frío, miedo y he estado al borde de la muerte en más de una ocasión, yo y las personas que más amo. Y, sin embargo, aun teniendo la oportunidad de cobrar venganza, no lo he hecho, porque tenía un objetivo más grande que me animaba a seguir.

—¿Y qué pasa con las personas sin ese objetivo? Las personas sin esperanzas, abandonadas y traicionadas por las mismas personas que aman, las personas más indefensas. ¿Tienes idea de cuántos niños he visto muriendo de hambre? Cuántos niños he visto en las peores condiciones, hasta bebés, maltratados por sus propios padres. Si tanto quieres hijos, debes saber que con solo mandarlos a la escuela ya corres el riesgo de que algún monstruo llegue y...

—Hiroshi-chan. —Gen interrumpió al cuarto galán con una mirada mortalmente seria, cosa muy rara de ver en él—. El objetivo de este debate ya ha sido cumplido. Puedes retirarte.

No habían pasado los cinco minutos, pero Gen tenía el presentimiento de que Hiroshi iba a decir algo no muy apto para todo el público, y algo que definitivamente no quería que Kohaku escuchara.

Se pauso el video otra vez.

—Tu actitud me sorprendió muchísimo. Creo que fue la más cruel que he visto hasta ahora, incluso hablándolo con mi pretty boy llegué a un acuerdo de que no te diría las cosas de forma tan dura, porque mi niñez fue bastante cruel —expresó mirando de forma bastante lúgubre a Hiroshi—. Así que simplemente diré que definitivamente Kohaku no es el tipo de mujer para ti, no congeniaron en el debate y las cosas podrían caldearse mucho más en caso de que ocurriera un conflicto de pareja.

—No estoy de acuerdo con la doctora —murmuró Hiroshi en el confesionario—. Es un tema sensible, pero solo fue un momento de exaltación, eso no define... no define quién soy. —Pareció avergonzado—. No quería hablarle así, pero he visto cosas... horribles, cosas que aún me causan pesadillas. Cuando pienso en los responsables de esos actos tan despreciables, no puedo tener ninguna compasión hacia ellos. No me pidan que tenga compasión, quien se mete con los más inocentes no la merece. —Su mirada se endureció por completo.

—Esto se puso mucho más duro de repente... —susurró Sai, un poco incómodo por el giro de las cosas.

Reanudaron las grabaciones y, cuando Ark pasó, notó que Kohaku se veía muy inquieta y preocupada en su sillón, todavía pensando en lo que había hablado con Hiroshi.

Intercambió una mirada con Gen, que le hizo una seña rara y luego lo mandó a sentarse junto a la protagonista rubia.

—Kohaku estará a favor y Ark en contra —habló Elise—. El tema que deben debatir es... la libertad de expresión.

—¿Yo en contra de que alguien pueda hablar todo lo que quiera? —Ark rio entre dientes, muy divertido por la idea—. Esto será interesante.

—Empiecen~ —mandó Gen.

Kohaku se mantuvo callada, todavía cabizbaja, así que Ark decidió hablar primero.

—Bueno, empecemos por algo muy básico y simple de entender hasta para un niño de primaria. —Ark sonrió mirando a la cámara—. Déjenme decirles que este programa me parece una completa mier... —Pitido—. Y estoy seguro de que van a censurar esa palabra.

—¡Obviamente! ¡Y ya no digas esas cosas, Ark-chan! —regañó Gen al recibir el regaño de su director de escena a través de su auricular.

—Solo quería probar mi punto. A ver ahora, leona, ¿qué opinas de la libertad de expresión?

—Creo que todos deberían poder expresarse —dijo ella sin mucho interés, recostada sin ganas en su sillón—. Me parece bien que cualquiera pueda decir lo que quiere sin temor a represalias.

—Sin embargo, ¿crees que la palabra que dije estuvo bien y debería ser emitida sin censura? ¿Incluso aunque niños ven el programa?

Kohaku ladeó la cabeza, todavía desanimada.

—No lo sé, yo intento controlarme delante de los niños, pero a veces se me escapa y tampoco es el fin del mundo.

—Interesante, interesante. —Ark asintió, cruzando los brazos tras la nuca mientras también se recostaba en su sillón—. Y si yo eligiera desnudarme por completo ahora mismo, mostrándome tal y como vine al mundo, ¿crees que todos deberían tener que verme solo porque se me viene en gana?

Kohaku se sonrojó y lo miró de arriba abajo por un momento, antes de apartar la mirada, torciendo los labios.

—Qué asco —murmuró la madre de los cinco hijos.

—No puedo negar que me intriga... —su hermana tenía cierto interés culposo en el quinto galán, por lo que toda su familia la miró con disgusto.

—¡Ja, eso sería totalmente inapropiado y nadie te dejaría hacerlo!

—Pero se supone que estás a favor de la liberta de expresión. —Ark sonrió arrogantemente—. ¿No debería yo tener toda la libertad que quiera para expresarme de la forma que se me antoje?

—No creo que eso sea lo que signifique la libertad de expresión —masculló Kohaku con una mirada en blanco—. Eso se usa para que digas lo que piensas, ¿no es cierto?

—No necesariamente. Ejemplo rápido: quieres hacer una película con gente muriendo y quieres que sea muy realista, pero te prohíben tu libertad de mostrar sangre por no aterrorizar a los jóvenes. Eso es una forma de libertad de expresión que no son solo decir lo que piensas.

—Oh, creo que entiendo. —Kohaku asintió, entusiasmada por haber entendido algo nuevo.

—Y por eso la completa libertad de expresión no se puede permitir. Si alguien quisiera mostrar desnudos en una película para niños pequeños, ¿crees que tiene todo su derecho a hacerlo?

—No, pero los padres no dejarían que su hijo viera eso, no son estúpidos.

—¿Y eso no sería padres negándole su libertad de expresión a sus hijos? Su libertad para ver lo que quieren. —Kohaku abrió la boca, luego la cerró, pensativa—. ¿Admites tu derrota?

—¡Ja, ya quisieras! —Cruzó los brazos, estrechando los ojos—. La disciplina en los niños es necesaria, no creo que vaya en contra de la libertad de expresión, es obvio que sus padres quieren lo mejor para ellos.

—Otro ejemplo rápido —insistió el quinto galán—. Un idiota escribe un libro acerca de que el césped es purpura, lo cual es absurdo, pero tiene libertad de expresión así que podemos dejar que diga lo que quiera, y de algún modo convence a miles de miles de personas de que el césped es purpura.

—Pero eso no tiene sentido... —argumentó Kohaku.

—Te sorprendería la cantidad de veces en la historia en la que un libro ha hecho que la gente crea estupideces, las defienda y luche por ellas, a pesar de ser tan absurdas como la mentira de que el césped es purpura. Volviendo al tema, esta gente empieza a asegurar que el césped es purpura, están en todo su derecho, nadie los detiene, por la libertad de expresión descontrolada. Pueden decir lo que quieran, ¿no es cierto? Ahora, que tal que ese libro no fuera de césped purpura, sino de que es bueno para la salud comer cristales de vidrio.

—¡Eso tiene todavía menos sentido! —rebatió la rubia.

—Pero tiene libertad de expresión, así que puede decir lo que quiere, y la gente puede creer lo que quiera y actuar conforme a ello, así que todos creen que es bueno comer cristales de vidrio. ¿Y qué crees? No es bueno. —Rio entre dientes.

Kohaku lo miró con cansancio.

—La gente no es tan estúpida.

—¿No has visto a los fans de este programa? Literalmente me apuñalaron por un show que dura una hora de lunes a viernes. Aunque me dio la oportunidad de conocer a un gran científico, eso sí. —Sonrió como idiota.

Kohaku hizo una mueca.

—Bueno, creo que sí pueden ser estúpidos... —Sonrió nerviosamente—. Supongo que tanta libertad de expresión no es muy buena.

—¡Perfecto, ya conseguí lo que quería! —Su sonrisa se llenó de arrogancia.

—¡Aun no te he dejado ganar! —protestó Kohaku.

—No me interesaba ganar —admitió Ark, llevando una mano a jugar con una de las antenitas de su casco—. Solo quería verte sonreír.

Kohaku se quedó en blanco.

—Oh, Dios... —Luna se sonrojó levemente—. Creo que entiendo un poco a sus porristas... Solo un poco.

—Como sea, ella reconoció que su extremo no es el mejor y yo reconozco que el mío tampoco lo es, por lo tanto esto es absurdo y sí no era lo que querían escuchar pues me rindo, al diablo, ya quiero irme, aquí dentro hace calor y este casco me hace sudar. —Ark salió apresuradamente de la habitación.

La cámara volvió a donde los galanes y Kohaku estaban sentados y Elise se preparó para dar su análisis final sobre la relación de Kohaku con el quinto galán.

—Esto da risa —expresó Elise sin parecer en lo más mínimo que le diera risa, ya que ni siquiera se inmutó—. Fue bastante gracioso cómo llevaste las cosas para conseguir que Kohaku se sintiera mejor después de lo que había dicho Hiroshi que la hizo sentir mal —afirmó, todavía sin inmutarse, incluso viendo la mueca de culpa del cuarto galán—, así que empiezo a entender por qué tienes ciertas fans, pero en fin... realmente tienes una buena disposición a mantener estable la situación y llevarte bien con Kohaku. Por lo que creo que cabe la posibilidad de que las cosas entre ustedes funcionen. —Ark sonrió arrogantemente y ella le frunció el ceño—. Aunque no cantes victoria, porque todo puede cambiar y no siempre las cosas ocurren como se quiere, la última palabra la tiene ella y ella sabrá con quién se siente más cómoda en realidad y quién la hace sentir mejor. Pero, si vamos a lo que realmente me compete, pues sí, tienes una buena actitud al momento de tener que entrar en algún conflicto con ella.

—No quiere admitirlo, pero ya lo sabe. —Ark rio con toda la arrogancia del mundo en el confesionario—. Yo voy a ganar.

Una vez terminaron con eso, pasaron a la segunda actividad donde Kohaku debía sacar papelitos de un cofre y de nuevo se encontró con la sorpresa que ya no era sorpresa de que esta vez también había seis papelitos en lugar de cinco.

—¡Esta vez los galanes debían dejar en el cofre cómo se sentirían si no son elegidos!~ Y todo anónimo, Kohaku-chan solo puede intentar adivinar quiénes son los que escribieron, pero nadie lo puede decir~.

Kohaku sacó el primer papelito y leyó:

—"Si no soy elegido, me sentiría muy triste, no lo niego, pero sí de verdad escoges a alguien que ames, entonces solo me queda ser feliz por ti".

—Aww, ese debió ser Daisuke —dijo la cuñada del matrimonio con cinco hijos, casi llorando.

—"Si no soy elegido, cosa muy poco probable, seguiré luchando por ti".

Todos miraron a Ark con sospecha después de ese segundo papel.

El siguiente papelito fueron los infaltables garabatos de siempre, que Kohaku pensaba a este punto que eran una simple broma. Luego pasó a la siguiente nota.

—"Si no soy elegido, lo entenderé, lo veo venir, no estaré triste, solo agradecido de haber podido conocerte".

—¿Será Hiroshi? —Se preguntó la señora Saionji.

—"Si no soy elegido, solo significará que no he hecho lo suficiente por recuperarte, solo significara que debo esforzarme más. Tarde o temprano enmendare mi error". —Esas palabras confundieron mucho a Kohaku y a toda la audiencia.

—Pensé que el de antes era Ark, pero este también suena un poco como él... —murmuró Luna.

—"Si no soy elegido, terminaré de comprobar que no estoy hecho para esta cosa llamada amor".

La última nota fue bastante deprimente, pero no le dieron tiempo al público para procesarlo y saltaron a toda velocidad pasando por el almuerzo hasta llegar a la tercera actividad.

Esta vez colocaron una gran mesa y varias sillas en el claro de bosque rodeado de cortinas, y en el centro de la gran mesa estaba acomodado un muy famoso juego que ya muchos conocían:

¡Stone Life Game! ¡Un juego exclusivo producido por el Conglomerado Nanami!

—Ah, fue muy divertido crear ese juego de mesa. —Sai sonrió con nostalgia al ver su juego en el programa.

—¿Recuerdas cuando jugamos? —preguntó Luna, riendo ante el recuerdo—. Casi ganamos.

—¡Yo fui el que casi gana! —se quejó Ryusui, calmándose solo cuando Francois le ofreció un té—. Fue una pena que Senku y Kohaku me arrebataran el triunfo.

Kohaku sonrió con nostalgia también al recordar esa divertida tarde con sus amigos.

—¡Imagino que ya muchos se saben las reglas de este juego!~ —canturreó Gen en el programa—. Para los que no, no se preocupen~, iremos explicando a medida que nuestros protagonistas jueguen, ¡y, de hecho, Elise-chan y yo jugaremos también! —Gen y la experta en el amor se sentaron junto con Kohaku y los galanes—. ¡El juego es tan divertido que no se puede evitar!~ ¡Corran a comprar su Stone Life Game con figuritas oficiales de los cinco galanes y la protagonista! ¡Son edición limitada!~

—¡YO QUIERO! —pidieron a gritos absolutamente todos los cinco hijos del pobre matrimonio, hasta la cuñada se metió a gritar allí.

—¡Empecemos con el juego!~ Todos tiraran los dados para ver en qué orden irán~.

El orden quedó en Gen, Titan, Hiroshi, Kohaku, Sebastian, Daisuke, Elise y Ark. Eligieron a Ark como banquero, repartieron el dinero y empezaron a jugar.

—Hmm, pero no están jugando con dinero de verdad, ¡eso sería mucho más emocionante! —Ryusui chasqueó los dedos.

—No todos están nadando en dinero. —Sai lo miró con resignación.

—Aunque cuando jugamos con dinero fue divertido —murmuró Kohaku, terminando de comer sus alitas de pollo y sonriendo feliz cuando Francois le trajo palomitas de maíz y bebidas.

Empezaron a jugar y Gen decidió explicar algunos detalles del juego.

—¡Este juego evoca la vida!~ ¡Y como pasa muchas veces en la vida, el que tenga más dinero al final ganará! Al empezar elijes el camino del trabajo o el camino universitario, aunque la universidad cuesta 200 stone-bills y siguiendo por el camino del trabajo ganas tus sueldos más rápidamente y es poco probable que gastes de más, aunque no tendrás empleos tan buenos como los universitarios~. Yo me arriesgaré e iré por el camino del trabajo, ya que de todos empecé a trabajar en la televisión cuando era estudiante de preparatoria y nunca me molesté en ir a la universidad~.

Gen tiró dobles y consiguió un empleo como comediante y aparte cobró su primer sueldo, que no era mucho, pero le dio una gran ventaja. Titan prefirió el camino del trabajo, llegando a ser un obrero.

Hiroshi eligió la universidad y cayó en una casilla roja.

—¡Es hora de presentar las cartas destino! —exclamó Gen—. ¡Las casillas de destino rojo representan tu vida social! Levanta una carta roja, Hiroshi-chan~.

Hiroshi levantó una y leyó:

—Te enamoras y eres rechazado, te enfocas en tus estudios y avanzas dos casilleros. Hmm. —Hiroshi asintió con aprobación y avanzó.

—Yo nunca te rechazaría —susurró Luna por lo bajo.

Kohaku eligió el camino del trabajo y le tocó otra tarjeta roja.

—Te mudas y conoces a un agradable vecino del cual te enamoras, lo invitas a una cita y acepta, pagas doscientos. Rayos. —Le pagó a Ark, que no se vio nada contento después de escuchar qué decía la tarjeta.

Sebastian eligió el camino universitario y cayó en una casilla azul.

—¡Las tarjetas de destino azul representan el conocimiento!~ —explicó Gen.

—Tienes la oportunidad de asistir a una importante conferencia para aprender más sobre historia de la revolución industrial, ganas cincuenta, pero deberás retroceder tres casillas. ¿Aceptas? —Sebastian ni lo pensó—. Aceptó. —Retrocedió las casillas—. ¿Y cuándo será la conferencia?

—¡JAJAJA! ¡Qué gracioso eres, Sebastian-chan! —Gen rio de forma bastante aguda.

—Tu turno, idiota número dos. —Ark le pasó los dados a Daisuke.

Daisuke eligió el camino universitario, tiró dobles y pudo llegar a elegir la carrera de profesor universitario.

—¡Bravo, Daisuke! —exclamó la cuñada del matrimonio con cinco hijos.

La siguiente en tirar fue Elise, que también eligió el camino universitario y cayó en una casilla de destino azul.

—Te gradúas rápidamente, avanza hasta la casilla de graduación. Ah, es como mi vida real —comentó sin mucha emoción, avanzando a la casilla mencionada y eligiendo la profesión de bióloga a falta de una mejor opción en la tarjeta que le tocó.

Luego finalmente fue turno de Ark, que se fue por la vía del trabajo y cayó en una casilla de destino verde.

—¡Las verdes representan temas de economía!~ —explicó Gen otra vez.

—Tomas una mala decisión financiera, pierdes la mitad de tu dinero y vuelves a la casilla de inicio... —La esquina de la boca de Ark empezó a temblar—. Genial. Suerte de... —Pitido, pitido, pitido, pitido, pitido.

Muchos en el público rieron y aplaudieron complacidos al ver al quinto galán empezar tan mal.

El juego en sí era una parodia de otros juegos de mesas, los protagonistas tuvieron que avanzar, comprar casas, cobrar alquileres, pagar impuestos y pasar situaciones tensas los unos con los otros.

—¡Ni creas que no veo tus trampas, murciélago rastrero! —Kohaku fue la primera en tener el valor de confrontar a Gen—. ¡Ya van cinco veces que tiras dobles, no me harás lo mismo que la última vez!

—¡Pero Kohaku-chan~! ¡No es mi culpa tener tanta buena suerte en el juego!~

—No es su culpa ser tan bueno jugando —defendió Elise con la misma cara inocente de Gen.

—Tú eres simp de ese mentalista, tú opinión no cuenta —gruñó Ark.

—¿N-no deberías mostrar más respeto al personal del programa? —preguntó Daisuke nerviosamente.

Después de esa discusión misteriosamente Gen empezó a bajar la frecuencia con la que tiraba dobles, pero los problemas no se terminaron ahí.

—Oye... —Una venita empezó a palpitar en la frente de Hiroshi cuando vio a Ark intentando apurar a Gen para que tire los dados—. Ni creas que no me di cuenta que caíste en mi propiedad, págame. —Se dio cuenta de que Ark intentaba aprovechar la regla de que si no reclamaban antes del próximo turno podían salvarse de pagar.

—¡Tarde, el mentalista ya va a tirar!

—De hecho, planeaba tomarme mi tiempo~. —Gen sonrió maliciosamente, jugueteando con los dados en su mano.

Ark maldijo a Gen mientras le pagaba a Hiroshi.

Daisuke estaba teniendo bastante suerte, cayendo constantemente en casillas para cobrar su sueldo y sin que ninguna tarjeta negativa le tocara, hasta que de repente sorprendió a todos cuando le tocó una tarjeta para ir a la cárcel, haciendo llorar a media audiencia por su galán favorito.

—No creo en la justicia divina, pero gracias, Dios —dijo triunfante el hijo pre-adolescente de la familia con cinco hijos, ganándose un zape de su tía.

En una de tantas jugadas, a Titan le tocó la carta de matrimonio.

—Campanas de boda, triunfó el amor, te casas con el jugador que tire después de ti. Si no quieres el matrimonio, pagas quinientos al otro jugador, si el otro no quiere el matrimonio, te paga quinientos. Una vez rechazada, puedes vender esta carta por mil y el que la compre puede casarse con quien quiera, que puede rechazarlo pagándole ochocientos —leyó el aldeano.

—La compraré —dijo Elise, tendiéndole el billete de mil a Titan.

—Eh, pero aun no la rechazo...

—¿Oh? ¿Quieres casarte con Hiroshi? —preguntó Ark, con una sonrisa maliciosa.

—No, por favor, no quiero más yaoi de mí con otro de ustedes. —Hiroshi arrugó todo el rostro con asco.

—Bueno, entonces tú págame quinientos. —Titan aprovechó su oportunidad para ganar mil quinientos.

—Ese Titan a veces es más listo de lo que parece —murmuró la señora Saionji, sorprendida.

Una vez tuvo la carta de matrimonio, Elise se la tendió a Gen sin decir ni una palabra, sonrojada.

—Nunca había visto a una mujer tan simp —susurró Hiroshi por lo bajo a Ark, que asintió.

—¿Y estos desde cuándo se llevan bien? —preguntó Amaryllis sentada junto a Kohaku, que rio nerviosamente.

—Bueno, el matrimonio es una alianza valiosa para juntar nuestro dinero, así que aceptaré~. ¡Además, nunca rechazaría a una mujer tan linda!~ —canturreó con coquetería el presentador.

—Mujeriego. —Kohaku lo miró con resignación.

La ronda avanzó y esta vez le tocó la carta de matrimonio a Kohaku.

—¿Otra vez? Te tocan mucho —comentó Luna, mirando a Kohaku, que solo pudo encoger los hombros.

—Debo casarme con el jugador que tira después de mí... —Miró a Sebastian—. ¿Aceptas?

—Por supuesto, ese es el propósito de mi presencia en este programa —afirmó él con su tono monótono de siempre.

—Solo es un juego —masculló Titan con las cejas torcidas.

—Yo todavía tengo mi carta divorcio guardada por si la quieres luego —murmuró Ark, luciendo aburrido a este punto.

—No creo quererla —susurró Kohaku, alborotando a todo el público por las implicaciones de su palabra.

Al final, Daisuke ganó el juego, quedando Gen y Elise en segundo lugar con su dinero junto, Sebastian y Kohaku en tercero, Hiroshi luego, después Titan y al último Ark.

—¡Las posiciones en las que acabaron en el juego les darán una ventaja mejor o peor en la cuarta actividad, la que decidirá quién tendrá el privilegio de tener la última cena romántica con su codiciada Kohaku-chan!~ —anunció Gen luego de guardar el juego.

—¿Y cuál será esa cuarta actividad? —preguntó Hiroshi con cansancio.

—¡Ustedes deberán ser los caballeros en brillante armadura que rescaten a la princesa! —exclamó Gen con los brazos alzados, mientras muchos asistentes corrían al claro para empezar a armar una escenografía a toda prisa de un ambiente medieval.

—Tiene que ser una broma... —Ark palideció un poco al ver que traían espadas y armaduras para ellos.

—¡Y tenemos un invitado sorpresa!~ —anunció Gen, a lo que de detrás de las cortinas que rodeaban el claro entró Magma.

—¿Y él qué hace aquí? —preguntó Kohaku, ladeando la cabeza.

—Quería llamar a Tsukasa, pero cobra más caro y además no estaba disponible por más que le pedí ayuda a Minami-chan para convencerlo... —Gen lloró cascaditas por su fracaso—. ¡Pero bueno, nuestro Magma-chan hará de villano para esta última emocionante actividad de competencia por la codiciada dama en peligro!~

—¡JAJAJAJA! ¡Desde hace tiempo quería hacer esto! —Magma cargó a Kohaku sobre su hombro como si fuera un costal de papas.

—¡¿Si sabes que puedo derrotarte incluso aunque me sujetes así, verdad?! —reclamó a gritos la rubia.

—¡Kohaku-chan, necesitamos un villano, por favor coopera!~ —pidió Gen, juntando las palmas de las manos.

—¡Ja, tienes suerte de que esto es lo último que debo aguantar de ti! —Al final, solo cruzó los brazos y dejó que Magma la cargara hasta un área fuera de las cortinas, a la torre de vigilancia, que era de madera, pero tenía algunas telas que simulaban ser piedra como una torre antigua.

Magma la subió arriba de todo y la ató con unas cuerdas a una silla, riendo malvadamente, mientras que Kohaku solo podía rodar los ojos y aguantar las ganas de golpearlo.

—¿Cómo esperas que hagamos esto? —preguntó Ark con sequedad—. Somos un montón de nerds y un idiota.

—¡Sí! —gritó Titan—. Espera, ¿yo soy el idiota?

Lo ignoraron.

—Tranquilos, tranquilos, no tienen que usar tanto su fuerza física, y la armadura y espadas son de cartón y madera~ —aseguró Gen—. Al salir de estas cortinas tienen que dirigirse a la torre de vigilancia y en su camino se encontraran con varios enemigos que intentaran frenarle el paso. Si no pueden detenerlos con fuerza física, deberán hacerlo resolviendo los acertijos que les presenten~.

—¿Y si puedo detenerlos con fuerza física? —Titan alzó su espada de madera con rostro confiado.

—Pues podrán proseguir~. Aunque les advierto, al final solo uno de ustedes podrá cenar con Kohaku-chan, así que no creo que quieran llegar los cinco a la torre~. —Guiñó un ojo.

Los galanes intercambiaron miradas, todos menos Sebastian.

—Imperturbable como siempre —comentó Luna.

—¡Tienen veinte minutos desde YA!~ —Ante esas palabras, los cinco, ya con las armaduras de cartón y las espadas de madera, salieron disparados a la torre, bueno, excepto Sebastian, que caminó tranquilamente.

El primer obstáculo fue el policía Yo-kun, vestido de vaquero, apuntándolos con una pistola de pintura.

—Me dijeron que debía intentar dispararle al que quedó último en el juego de mesa —murmuró con una sonrisa maliciosa, girando el arma entre sus dedos—. ¡Tú, gran Saiya-lo-que-sea! ¡Quedas arrestado! —Le disparó una bala de pintura a Ark, que rápidamente corrió a ocultarse detrás de Titan—. Oh, bueno, el siguiente en mi lista eras tú. —Apuntó a Titan.

—¡AAAAAGH! —Titan corrió a él y le pegó con la espada en la cara, tan rápido que Yo no pudo ni reaccionar.

—No esperaba eso... Diablos, quería eliminar al menos a uno. —Se resignó y se fue—. Al menos no tuve que decirles el acertijo, ni siquiera lo memorice bien...

—Te debo una, idiota número tres. —Ark soltó un gran suspiro de alivio.

—¡No te preocupes, lo hice por la bondad de mi corazón! —Se llevó una mano al pecho, con una sonrisa amistosa.

—Espero que Kohaku haya visto lo valiente que fui —dijo Titan más tarde en el confesionario, sonriendo ilusionado.

El segundo obstáculo fue Kinro, vestido como caballero oscuro.

Titan tragó saliva y retrocedió, sabiendo que ni en mil años podría contra Kinro, ni siquiera aunque eran cinco hombres, porque además los otros cuatro eran más bien muñequitos de papel quebradizo antes que hombres que pudieran defenderse en batalla.

—No tengo interés en pelear con ustedes, pero no los dejaré pasar hasta que resuelvan el acertijo. Las reglas son las reglas. —Los miró con severidad—. El acertijo es el siguiente: Un hombre mayor muere, dejando atrás dos hijos. En su testamento, pide que los hijos compitan con caballos, y el dueño del caballo más lento recibirá la herencia. Los dos hijos corren, pero como ambos están intentando ralentizar a sus caballos acuden a un sabio para preguntarle qué deberían hacer. Después de eso, los hijos compiten de nuevo, esta vez a toda velocidad. ¿Qué fue lo que les dijo el sabio?

—¡¿EEEH?! —Titan ladeo la cabeza y torció todo el rostro—. ¡No entendí nada!

—Entonces quizás deberías intentar pelear con Kinro —sugirió Ark, con tono inocente.

—¡No quiero perder tan rápido!

—El que responda de forma incorrecta o el que pierda en combate contra mí no podrá continuar —advirtió Kinro.

Ark sonrió relajado, se apoyó contra un árbol y miró con arrogancia a los demás. Hiroshi lo miró con desagrado.

—Ese bastardo sabe la respuesta y no quiere decirla, está esperando a que uno de nosotros sea eliminado antes de hablar. —Negó con la cabeza—. Como dice Kohaku, realmente eres escoria.

—O-oye, dijiste que me debías una —reclamó Titan—. ¡Vamos, di la respuesta! ¡Es muy difícil!

Ark perdió la sonrisa y apartó la mirada, pensativo.

—A mí no se me ocurre qué podría ser... —murmuró Daisuke nerviosamente—. Sé mucho de caballos, pero no creo que eso sea importante aquí.

—Hay miles de cosas que podría haber dicho ese sabio —gruñó Hiroshi, frustrado—. ¿Y tú? ¿Sabes la respuesta? —le preguntó a Sebastian.

—Yo nunca había escuchado algo como...

—¡Bien, lo diré! —Ark finalmente se apiadó de ellos—. La respuesta es que los hermanos debían intercambiarse los caballos, obviamente.

—Correcto. —Kinro les cedió el paso.

—¡¿EEEEEH?! —Titan se confundió más—. ¡¿Y por qué?!

—Piénsalo un poco, si ganan corriendo con el caballo del otro, ellos serían los dueños del caballo perdedor, que es lo que dice el testamento. Hasta un niño podría resolverlo. —Rio entre dientes y siguió adelante, ignorando la mirada ofendida de Hiroshi.

El siguiente enemigo fue Ginro.

—¡No pasarán! —Los apuntó con su espada de madera.

—¿Crees que le ganes? —le preguntó Ark a Titan.

—No estoy seguro, tal vez...

—La verdad... —Ginro soltó una risa estúpida—. No recuerdo el acertijo, ¡así que los eliminaré de un golpe! —Corrió hasta ellos con su espada en alto.

Ark jaló a Sebastian hacia adelante, haciendo que Ginro lo eliminara primero.

—¡Qué rata miserable! —chilló Luna, igual que muchos otros en el público.

Aunque ofendidos por lo que hizo, Titan y Hiroshi se unieron para intentar enfrentar a Ginro.

Chocaron las dos espadas contra la de Ginro y Ark aprovechó para rodearlos y llegarle a Ginro desde atrás.

—¡AJÁ! —Ginro se zafó de Titan y Hiroshi y lanzó un golpe hacia atrás, pero Ark utilizó a Daisuke como escudo humano para recibir el golpe y Titan aprovechó para golpear a Ginro desde atrás.

—Bueno... fue bastante impresionante de parte de Ginro haber eliminado a dos... —comentó Ukyo con una risa nerviosa.

—Creo que el que los eliminó fue Ark —señaló su esposa con diversión.

Encontraron a Magma fuera de la torre, con una espada de madera y una sonrisa despiadada.

—No recuerdo ningún acertijo y no me interesa, ¡si quieren a la mujer, tendrán que derrotarme! —Rio como desquiciado.

—¡Te lo estás tomando demasiado en serio, Magma-chan!~ —gritó Gen a lo lejos—. ¡Pero sigue, quiero ver qué se les ocurre!~

—Maldito mentalista —gruñeron Ark y Hiroshi al mismo tiempo.

Magma corrió hacia ellos balanceando su espada de un lado a otro y Titan intentó frenarlo, pero por supuesto que Magma lo eliminó de un solo movimiento.

—Bueno, no creo que tú me dejes usarte de escudo humano... —murmuró Ark por lo bajo, sonriendo nerviosamente mientras retrocedía con lentitud.

—Dejaré de lado mi desagrado por ti por un momento, debemos unirnos para ganarle a Magma —dijo Hiroshi.

—Pero solo uno puede ganar.

—Y sé que me traicionaras a la mínima posibilidad, pero si ambos perdemos seguramente nos hagan hacer otro desafío y no quiero, así que armemos un plan.

—Ah, finalmente usas el cerebro, d... bien hecho.

Mientras Gen le gritaba a Magma que los dejara planear su estrategia, Hiroshi le susurró algo a Ark, que asintió y le susurró otra cosa. Producción silenció el audio en ese momento, dejando a la audiencia muy intrigada.

Finalmente, ambos asintieron solemnemente y, acto seguido, salieron corriendo en dirección contraria a la torre.

—¡EY! ¡Vengan aquí, cobardes! —Magma los siguió, aunque como ellos se fueron uno por la izquierda y otro por la derecha no supo tras quién ir.

En ese momento, Ark le lanzó su espada, casi dándole en la cabeza de no ser porqué la esquivó.

—¡Buen intento, flacucho escuálido! —Quiso ir tras Ark, pero sus neuronas se activaron y volteó a ver a Hiroshi, que le lanzó su espada antes de atrapar la espada de Ark.

También la esquivó, pero en ese momento Hiroshi le lanzó la espada de Ark y Magma apenas pudo esquivarla, solo para darse cuenta de que Ark había corrido para acercarse a él, tomó la espada de Hiroshi y lo golpeó con esta, aunque no sin que antes Magma lograra asestarle un golpe, quedando ambos eliminados.

—Oh, genial. —Ark bufó, pareciendo resignado—. Pues que tengas una buena cena con Kohaku, de todos modos me elegirá a mí.

Hiroshi lo miró con cansancio, antes de sonreír resignado y negar con la cabeza.

—Comienzo a acostumbrarme a ti, incluso aunque aún me caes mal. —Se acercó a él y estrechó su mano—. No eres tan malo, creo.

—Je, pues no rechazaré el llevarme bien con un ingeniero mecánico de alto calibre como tú. —Rio entre dientes, devolviendo el apretón de manos—. Espero que podamos trabajar juntos en el área científica como colegas.

—Eso también me gustaría, has demostrado ser brillante, incluso aunque seas insoportable. —Le palmeó el hombro al alejarse.

—¡¿Podrían rescatarme de una vez?! —gritó Kohaku molesta aún atada en la cima de la torre.

—Ah, sí. —Hiroshi corrió a la torre.

—Y luego se pregunta por qué hay tanto yaoi de ellos. —La señora Saionji rio fuertemente, ignorando la mirada confundida y un poco perturbada de Ukyo.

De pronto, la cámara saltó a Sebastian en el confesionario.

—De nuevo me obligaron a venir aquí. —Suspiró con fastidio—. No sé qué esperan que diga. ¿Me molestó perder la última actividad? Sí, pero eso no cambia todo lo que he hecho estos últimos dos meses. No cambia nada. No me importa lo que pase al final, lucharé por mi derecho a estar con Kohaku incluso... incluso después de que esto termine. Incluso si no termina como quiero. —Se puso en pie y salió fuera del confesionario.

En la cena, Hiroshi aprovechó la oportunidad para disculparse con Kohaku por su comportamiento en el debate.

—Lamento si te ofendí —dijo sinceramente—. Soy... bueno, desde pequeño me llaman mocoso engreído y no acostumbró el tener que defender mis posturas. Y ese tema es... un poco sensible para mí, debido a muchas cosas que he visto en la era moderna, pero yo... no quería hacerte sentir mal de ninguna manera. De verdad lo siento.

—¡Ja, no hay problema! —Kohaku sonrió sinceramente, sin ninguna pizca de rencor—. Como te dije, siempre creo que lo correcto es perdonar, a quien sea.

Hiroshi sonrió suavemente y no dijo nada más.

Kohaku lo miró con ojos brillantes, sintiendo que él entendió un poco mejor su punto.

Bien, le gustaba estar en buenos términos con Hiroshi. A pesar de todo, incluso aunque discutieron, eso no cambiaba lo que sentía por él.

Una vez terminó la cena, Kohaku fue a la cabaña a reunirse con Ark, con quien debía pasar la noche.

—Por suerte esta es la última vez que tengo que hacer esto —dijo Kohaku en el confesionario que quedaba de camino a la cabaña—. Esto es uno de los aspectos del programa que no voy a extrañar.

Llegó a la cabaña y Ark vino poco después, sonriendo divertido al verla sentada totalmente tensa al pie de su cama.

—¿Nerviosa, leona? —Le sonrió con burla, sentándose frente a ella.

—¡Ja, ya quisieras! Más bien incómoda, no me gusta esta parte del campamento. —Se dejó caer en la cama boca arriba.

—¿Y lo demás sí te ha gustado? ¿Te has divertido? Yo debo admitir que me divertí, incluso aunque no me lo esperaba. —También se recostó en su cama, sonando muy relajado.

—Bueno, sí... El programa en general ha sido divertido... Aunque odié muchas cosas, pero no puedo negar que atesoraré muchos momentos. He pasado buenos momentos con todos ustedes, incluso contigo.

—Bueno, gracias por la aclaración. —Rio divertido, antes de suspirar—. Sí, no ha sido tan malo, pero de verdad no puedo esperar a que termine... Y no puedo esperar a ir a esa luna de miel contigo en la luna de verdad.

—Ja, tan arrogante como siempre. —Kohaku se sentó de golpe, mirando a la dirección contraria a Ark—. ¿No te cansas de ser así todo el tiempo?

—A veces... —Ark se puso de pie y se acercó al centro de la habitación—. La verdad es cansino, por eso detesto este programa aún más.

—¿Es cansino ser arrogante? —Lo miró confundida.

—Bueno, no niego que tengo un ego un poco grande...

—¡JA! ¡¿Solo un poco?! —No pudo evitar reír.

—Bien, digamos que es un ego tan grande como el agujero negro en el centro de nuestra galaxia. —Bufó—. ¿Satisfecha? De cualquier forma, no he sido del todo sincero contigo...

—¿A qué te refieres? —Volteó a verlo de lleno, girándose en la cama para estar cara a cara.

—Yo... cuando digo que es cansino ser así, quiero decir que es cansino seguir fingiendo que estoy tan confiado en que me elegirás. —Le dio la espalda, llevándose las manos a la cintura, riendo por lo bajo—. Creo que es la mentira más absurda que he dicho... No lo harás, ¿verdad?

—¿Qué?...

—Si fueras a escogerme, no te la pasarías mirándome mal y no me rechazarías constantemente...

—Yo... —La voz le tembló.

—Pero aquí sigo, porque aún tengo la estúpida esperanza de que te vas a dar cuenta de que yo... Yo... no soy lo que crees.

—¿Qué quieres decir? —Negó con la cabeza, poniéndose en pie, pero sin acercarse a él.

—Esto es ridículo. —Se llevó las manos al casco y por un segundo pareció a punto de quitárselo, pero se contuvo—. Agh. —Se cubrió la boca con una mano, antes de voltear a verla, notándola muy confundida—. Al diablo... Si me matas, lo habrá valido.

De pronto, apagó la cámara del centro de la habitación.

—¡¿Q-qué estás haciendo?! —preguntó Kohaku mientras se encendía la cámara de la izquierda, misma que Ark también apagó—. O-oye... —Ark caminó hasta ella y la pasó de largo, apagando la cámara de la derecha—. ¡¿Qué crees que estás...?! —Se apagó el sonido de los micrófonos.

Todo el público jadeo, algunos hasta gritaron.

¡Por primera vez, uno de los galanes había tenido la osadía de apagar las cámaras y los micrófonos!

Luna, sonrojada y boquiabierta, volteó a ver a Kohaku, solo jadeando más al verla con el rostro enrojecido y evitando mirar a cualquiera.

—¡¿Hicieron algo?!

—¡C-claro que no! —negó de inmediato—. ¡Mira el programa, ya lo veras!

La cámara avanzó catorce minutos a toda velocidad y las cámaras y los micrófonos volvieron a encenderse, y se pudo ver a Kohaku muy sonrojada y muy molesta encendiendo todo, y a Ark con un hinchado moretón en la barbilla, la ropa desacomodada y una mueca de frustración tirado en el piso entre las dos camas.

Luna agudizó la mirada.

—¡¿Tienes un chupón?! —le preguntó a Kohaku, sin poder creer lo que había visto.

—¡NO! —aseguró Kohaku, sonrojándose más—. ¡Es un piquete de algún insecto! ¡Lo tuve todo el episodio!

—¡Yo no recuerdo verte ningún piquete antes!

—¡Yo tampoco! —se metió Amaryllis.

—C-creo que yo si lo recuerdo... —Suika salió en defensa de Kohaku.

—Eh, ya lo busqué, retrocedí la transmisión que hacen en internet. —Sai les enseñó su computadora portátil—. Sí tenía el piquete desde el principio.

—Oh... Lo siento. —Luna sonrió nerviosamente.

—E-está bien... —Kohaku tosió incómodamente.

Luego de que todo fuera encendido otra vez, Kohaku en el programa se acostó dándole la espalda a Ark, que siguió en el piso otro par de minutos antes de arrastrarse miserablemente a su cama y dormirse después de mucho revolverse.

La cámara avanzó el tiempo a toda velocidad hasta que se vio a Gen en el escenario improvisado, parado junto a la experta en el amor.

—¡Y eso fue todo por esta semana! ¡Muchas gracias a la encantadora Elise-chan por su colaboración!~ —Miró a la doctora, que asintió—. ¡Y sobre todo gracias a ustedes mi bello público por hacer de este programa el más visto del mundo post-petrificación! ¡Es una verdadera tristeza que el lunes o martes esta gran aventura finalmente llegue a su fin!

—¡NOOOO! ¡Te extrañare! —La hija adolescente del matrimonio con cinco hijos lloró a moco tendido.

—¡Esta fue la última semana de desafíos, la última semana que tenían los galanes para intentar llegar al corazón de nuestra protagonista! ¿Qué crees? ¿Alguno lo logró?~ ¿Crees que Kohaku-chan le entregó su corazón a tu galán favorito? ¿Estás ansioso por saber la respuesta? ¡Pues la espera finalmente se acabó! —Cañones de humo se dispararon detrás de él mientras extendía los brazos—. ¡Todo lo que tienes que hacer es sintonizarnos la próxima semana y no perderte ni un detalle, porque finalmente sabrás el resultado! ¡Finalmente tendrás tus respuestas! ¡Juego de citas: la decisión final! ¡En vivo la próxima semana desde Tokio Asagiri Stage! —Lanzó una lluvia de brillantina al aire—. ¡No te lo pierdas!

Y, así como así, la pantalla quedó en negro.

.

Kohaku no salió a ningún lado ese fin de semana, no quiso ver a sus amigos ni a su familia, se la pasó encerrada, pensando y pensado.

No era propio de ella, normalmente no necesitaba meditar tanto para saber cuáles eran sus propios sentimientos, pero ahora su corazón estaba dividido y el único consejo que todos le dieron fue "piénsalo bien".

En parte, realmente no necesitaba pensar tanto, porque desde que rechazó a Senku se suponía que ya tenía su decisión tomada, pero... después de todo lo que pasó, no estaba tan segura.

Y... lo cierto era que una parte de ella estaba esperando que Senku llegara a intentar convencerla de huir con él antes del final del programa.

Espero el viernes al regresar a casa. Espero el sábado, encerrada todo el día, mirando por la ventana, esperando verlo llegar. Espero el domingo, casi sin dormir, negándose a hacer nada más que esperar, soñando con verlo a través de su ventana o esperando que atravesara la puerta en cualquier momento... pero él no llegó.

¿Era muy hipócrita de su parte decir que eso le rompió el corazón incluso después de que fue ella la que lo rechazó?

La mañana del lunes, dejó de esperarlo.

Tomó su decisión.

Iba a seguir su vida sin él... junto a la nueva persona que había logrado sacarlo de su corazón.

Ahora tenía un nuevo amor y se lo haría saber a todo el mundo.

Iba a escoger a uno de los cinco galanes.

Continuará...

Holaaaaa :D

Lamento la demora, me desanime porque el cap anterior fue el que menos comentarios tuvo en FanFiction x'D Supongo que porque fue el más largo, así q intente que este no fuera tan largo pero me emocione en las actividades e igual quedo largo QnQ

Pero en fin, no me quiero deprimir! El próximo capitulo por fin será la gran elección! *o*

Y claro, en el próximo cap sabrán por fin cuál era el giro de este fic, aunque creo que ya hay varios que lo saben ;D

Qué creen? Lograron adivinar el giro? Me encantaría leer sus teorias ya q esta es la última vez q podrán decirlas ya q en el proximo cap se viene la revelación XP

Realmente me emociona escribir el proximo cap! Ojala les emocione también :'D 

No será el final del fic, eso sí xD Todavía quedan un par de caps, pero ya vere cómo le hago con eso.

En fin, espero que este cap les haya gustado y muchas gracias por todo su apoyo!

Se les ama!~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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